Temporada 4 – Programa 5. El unicornio en las fuentes clásicas y medievales

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El unicornio en las fuentes clásicas y medievales. Fuente: Inés Martínez. 2016

El unicornio en las fuentes clásicas y medievales. Fuente: Inés Martínez. 2016

.Fuente de la imagen : Inés Martínez. 2016

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Redacción y voz:  Inés Martínez Rodríguez
Grabación y edición: Inés Martínez
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El UNICORNIO EN LAS FUENTES CLÁSICAS

El Unicornio. Uno de los animales fantásticos que protagoniza muchos relatos y leyendas  aparecidas especialmente a partir  de la Edad Media. Sin embargo, esa  imagen del caballo blanco, salvaje, bello y esbelto, con un único cuerno en su cabeza no es la imagen que aparece en las fuentes escritas clásicas, griegas, romanas y orientales, que parecen referirse a un animal completamente distinto.

En los once siglos que van desde el  V aC. al  VI dC., hay escritos de naturalistas, historiadores y viajeros antiguos, que  recogen, en efecto, datos sobre un cuadrúpedo, con un solo cuerno en su cabeza, al que dan el nombre genérico de “asno de la India”.

La primera fuente escrita de la que se tiene noticia y que hace mención directa al unicornio es Ctesias de Cnido, médico e historiador griego, de finales  del siglo V a.C., que en su obra Indica, India, afirmaba haber contemplado personalmente  la taba del unicornio y que además, era la más hermosa que había visto.

Esta afirmación sutil e indirecta, podría inducir a pensar al lector no especializado, que realmente, esta sorprendente criatura, pudo haber existido (Gómez Espelosín, F. J., 1994). Sin embargo, los especialistas advierten  que hay que mirar con precaución a esta fuente griega porque:

-“(…)  la obra de Ctesias de Cnido gozaba ya en la antigüedad de un amplio descrédito. Sus detractores, que al parecer fueron muchos, proclamaban a los cuatro vientos que sus historias, especialmente el tratado que escribió sobre la India, se hallaban repletas de fantasías de todas clases. Su nombre figuró de hecho a la cabeza de la lista de los fabuladores que escribieron con descaro de cosas que jamás vieron ni oyeron (…). (Gómez Espelosín, F. J., 1994).

Los especialistas en fuentes documentales afirman también que, actualmente, no es posible comprobar la veracidad de estas afirmaciones, sobre el descrédito de Ctesias, dado que su obra, no  llega hasta nosotros de un modo directo, sino que lo hace 14 siglos después, y a través del resumen que hace Focio en su obra Biblioteca. (Gómez Espelosín, F. J., 1994, Becerra Romero, D., 2007). Focio, fue el patriarca de la iglesia ortodoxa de Bizancio en la segunda mitad del siglo IX de nuestra era.

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Después de Ctesias de Cnido hay otras fuentes que también se refirieron al unicornio en sus obras. Autores como:

  • El filósofo y científico griego, Aristóteles, en su Historia de los animales  y en Sobre las partes de los animales. (s.IV a.C.).
  • El científico, naturalista y militar romano, Plinio el Viejo   lo hizo en su Historia Natural, (s.I a.C.).
  • El profesor de retórica  Claudio Eliano, en La Naturaleza de los Animales, De Natura Animalium. (Final s. I d.C. – Principios del II d.C.).
  • El gramático y compilador, Cayo Julio Solino en Colección de hechos memorables, Collectanea rerum memorabilium. (Mediados del siglo IV d.C.).
  • Y por último, el marino, comerciante y escritor, de Alejandría, Cosmas Indicopleustes que describe al unicornio en su cosmografía.(Primera mitad del siglo VI, d.C.)

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Veamos cual es el Aspecto del unicornio en estas fuentes.

El griego Ctesias de Cnido   describe el unicornio como

-“un animal silvestre de la India con la apariencia de un caballo, pero con el cuerpo albo, (blanco), la cabeza púrpura y los ojos de color azul intenso.”-

El cuerno de esta prodigiosa bestia, según Ctesias, era negro con la punta roja y la base blanca, y tenía propiedades medicinales que permitían sanar problemas estomacales, epilepsia o envenenamientos.

Pero los autores posteriores, romanos y orientales, difieren en cuanto a esta descripción.

Plinio el Viejo (s. I aC.) afirmaba, cinco siglos después, que  el unicornio tenía:

-“cuerpo de caballo, cabeza de ciervo, patas de elefante, cola de jabalí, emitía un mugido profundo y tenían un cuerno negro de dos codos de largo (ca. de 1 metro).”- o lo que es lo mismo, un cuerno que medía casi 1 metro de largo. (Historia natural, Libro 8, Capítulo 31, 76.)

Claudio Eliano (final s. I dC.),  aporta en sus escritos, datos sobre sociabilidad, apareamiento y crecimiento del unicornio, así como sobre su participación en las luchas de animales, que tanto gustaban al rey de la India, y  citando a Ctesias añade que:

-“India produce también un caballo de un solo cuerno”, (Eliano De Natura Animalium, iii. 41; iv. 52)

Y aclara:

-“el monoceros o unicornio, era llamado a veces cartazonos, término que puede ser, una forma de la voz árabe karkadann,  que significa “rinoceronte”. (Eliano De Natura Animalium xvi. 20)

La última fuente romana reconocida que hace referencia al unicornio en sus escritos  es,  Cayo Julio Solino (mitad  del siglo IV dC.,), el gramático compilador que se nutría de los escritos de otros autores más antiguos que él, como  Plinio el Viejo. Solino cuenta sobre el unicornio, que:

-“su cuerno es tan potente que traspasa todo lo que encuentra, hasta el punto de que es imposible capturarlo vivo.”- (Collectanea rerum memorabilium, 52, 39-40)

En cuanto a las fuentes orientales,  contamos con  el testimonio de Cosmas Indicopleustes, que da una descripción del unicornio basándose en cuatro figuras de latón, que decía haber visto en el palacio del rey de Etiopía, y afirmaba en sus escritos que:

-“es imposible capturar viva a esta bestia y toda su fuerza reside en su cuerno. Cuando se encuentra perseguido y en peligro de captura, se lanza por un precipicio y se gira con tanto acierto, que recibe todo el golpe en el cuerno y escapa sano y a salvo“.

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Hay que señalar que todas la fuentes antiguas mencionadas, griegas, romanas y orientales, coinciden en considerar que, lo más distintivo de este quimérico animal era su cuerno, del cual se decía que tenía poderes milagrosos para neutralizar enfermedades e incluso venenos, (Eliano. De Natura Animalium. 3, 41), y que la ingesta de cuerno de unicornio molido, procuraba una larga vida.

Los especialistas que han analizado todas estas fuentes escritas creen que, en realidad, el animal descrito por los naturalistas grecolatinos pudiera ser, casi con toda seguridad, alguna especie de rinoceronte que hubiera vivido en los territorios orientales en esos momentos,   aunque no se descarta algún otro tipo de animal,  ya extinto, de la familia de los cérvidos.

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Rinoceronte indio. Grabado antiguo. Autor desconocido.

Rinoceronte indio. Grabado antiguo. Autor desconocido.

. Fuente de la imagen: http://bit.ly/2gGLNZw

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EL UNICORNIO EN LAS FUENTES MEDIEVALES

El unicornio como ser fabuloso, pasará posteriormente al imaginario de la Edad Media  y su leyenda será recreada y adaptada a la mentalidad de la época, cristiana, moralizante y supersticiosa.

Los BESTIARIOS medievales compilaron, en sus páginas y capítulos, las características o propiedades, más o menos fabulosas, de los diversos animales, reales o imaginarios, que habían sido recogidos con anterioridad, por los naturalistas, historiadores y viajeros del mundo antiguo. Las tomaron y las envolvieron en un ropaje  alegórico de sello cristiano que tenía una evidente finalidad didáctico – moral.

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El Physiologus, bestiario medieval. Representación del unicornio.

El Physiologus, bestiario medieval. Representación del unicornio.

Fuente de la imagen: http://bit.ly/2fvpqBq

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Uno de esos bestiarios es EL PHYSIOLOGUS  (El Fisiólogo o el Naturalista), un breve tratado estructurado en pequeños capítulos.

Nos cuenta García Arranz que:

-“(…) en esta obra, cada capítulo va introducido por una cita bíblica y tras ella  se expone el contenido del relato, consistente en rápidas descripciones de los hábitos o peculiaridades más llamativos de una serie de animales  o, en menor medida, piedras o plantas, ya sean reales o imaginarios. Son relatos que a continuación se alegorizan y a pesar de que se discute  el carácter científico de la obra, está claro que la intención moralizante, didáctica y doctrinal, parece anteponerse a cualquier otra en su concepción.”- (García Arranz 1997. 27-40) 

El texto original fue redactado en griego en algún lugar del Mediterráneo Oriental (Alejandría o Siria) entre los siglos II y el IV de nuestra era.

EL PHYSIOLOGUS es un trabajo sincrético que se nutre  de las leyendas populares y de la pseudociencia de tema animalístico, que fue común en estos siglos a diversas culturas del Mediterráneo Oriental como la griega, romana, egipcia, hebrea, e incluso hindú (García Arranz 1997), convirtiéndose en uno de los libros más populares de la Edad Media, que fue traducido a varias lenguas como el sirio, latín, armenio, etíope, árabe, etc.

Pues bien, el UNICORNIO, también se encuentra recogido en este bestiario del medievo y sobre él EL PHYSIOLOGUS comenta que:

-“este fabuloso animal sólo puede ser apresado cuando reposa apaciguado en el regazo de una virgen pura y que el animal es símbolo de la Encarnación.”_

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El Physiologus, bestiario medieval. Represntación de la caza del unicornio.

El Physiologus, bestiario medieval. Representación de la caza del unicornio.

.Fuente de la imagen: http://bit.ly/2fftkmK

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Animal fabuloso, mitológico, imaginario o real, lo cierto es que el unicornio se halla presente en casi todas las culturas del mundo, desde la antigüedad hasta nuestros días. Envuelto en un halo de misterio, magia y, simbología positiva y de buena suerte.

A través de la leyendas que se ha ido transmitiendo de generación en generación,  el sentir popular ha ido transformando al unicornio de las fuentes antiguas, que era incierto, inconsistente y brumoso, en una figura  más tangible,  en un caballo blanco, salvaje, magnífico, de largas crines al viento, con un solo cuerno en la cabeza.

Esta figura más cercana y accesible para la mente humana permite que:

¡LA MAGIA DEL UNICORNIO SIGA VIVA!

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Unicornio azul

Música: Mi unicornio azul. Autor: Silvio Rodríguez. (Fragmento)

.Fuente de la imagen: http://bit.ly/1JfdACq

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Fuentes

CTESIAS DE CNIDO (Finales del siglo V a.C) :  Indica, 45.
– Becerra Romero, Daniel. El Díkairon en la obra Indika de Ctesias de Cnido. Propuesta de identificación. EMERITA. Revista de Lingüística y Filología Clásica (EM) LXXV 2, julio-diciembre de 2007 pp. 255-272 ISSN 0013-6662. U.N.E.D.- Las Palmas.
– Gómez Espelosín, F. J. Estrategias de veracidad en” Ctesias de Cnido”.(1994)
ARISTÓTELES (c.343 a.C.). : Historia de los animales, Libro 2. Capítulo1, 499 b, 19-20.  Sobre las partes de los animales, Libro 3. Capítulo 2.
PLINIO EL VIEJO (77 d.C.).: Historia Natural, Libro 8, Capítulo 31, 76.
CLAUDIO ELIANO: Obra: De Natura Animalium, la naturaleza de los animales. Colección, en 17 libros, de breves historias sobre naturaleza, seleccionadas algunas para proporcionar lecciones morales alegóricas y otras simplemente por ser sorprendentes. Las anécdotas de Eliano sobre los animales raramente se basan en la observación directa: la mayoría están tomadas de fuentes escritas, a menudo de Plinio el Viejo, pero también de otros autores, y de obras ahora pérdidas de las que el testimonio de Eliano es el único que nos ha llegado.
– Eliano (220). De natura animalium, Libro 3. Capítulo 41. / Eliano (220). De natura animalium, Libro 4. Capítulo 52. / Eliano (220). De natura animalium, Libro 16. Capítulo 20.
CAYO JULIO SOLINO : Compone sus Collectanea rerum memorabilium con el firme propósito de conservar la memoria de la cultura clásica, en un momento en el que el autor percibe un proceso de decadencia con respecto a la época dorada de Roma.
– Mención del unicornio en Collectanea rerum memorabilium, 52, 39-40.
COSMAS INDICOPLEUSTES: Marino griego de Alejandría que navegó a Etiopía, la India y Sri Lanka en la primera mitad del siglo VI. Escribió varias obras  de astronomía, cosmografía y otras  de las que solo se conserva la titulada Topografía cristiana.
EL PHYSIOLOGUS. El Fisiólogo o el Naturalista, es un breve tratado estructurado en pequeños capítulos. Escrito en Alejandría entre los siglos II y el IV de nuestra era.
– José  Julio García Arranz. Texto Clásico e imagen medieval: Una aproximación a la incidencia de la literatura antigua en el Bestiario Ilustrado. NORBA –ARTE XVII (‎1997)/ 27-40.

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Inés Martínez Rodríguez

AA-UM Lic. Historia. Periodista Freelance. Gestor Cultural

Para Radio CEPOAT: El Canal de la Historia

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Temporada 3 – Programa 11 – Hermenegildo, mártir o traidor

 

 

MusArqSev_Dintel Hermenegildo

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Dintel hispano-visigodo de San Hermenegildo.

MUSEO ARQUEOLÓGICO DE SEVILLA. Se trata de un bloque paralelepípedo de mármol gris claro, con una inscripción que hace alusión a la sublevación del rey Hermenegildo que se convirtió al cristianismo y se reveló a su padre, Leovigildo. La pieza se data en torno al año 581. Lo más seguro es que este dintel, que todavía conserva sus hendiduras para anclar a él una puerta, se encontrase en la iglesia que mandó levantar el rey, donde reposaron sus restos. En algún momento incierto anterior al siglo XVII la pieza fue trasladada al molino de Cajul, en Alcalá de Guadaira, donde fue encontrado en el año 1699. Fuente: http://www.arteguias.com/museo/arqueologicosevilla.htm
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Redactado y presentado  por Cristina Guirao
Grabación y Postproducción: Inés Martínez

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Hermenegildo, martir o traidor.

Cuando hablamos de los visigodos nos referimos al pueblo germano procedente del norte de Europa que invadió la Península Ibérica, acudiendo en auxilio del Imperio Romano. Este había solicitado su ayuda con el fin de acabar con las invasiones bárbaras que estaba sufriendo en sus territorios hispánicos.

El pacto que realizaron ambos pueblos se llamó foedus, por el cual Roma cedía parte de sus territorios en la península al pueblo visigodo a cambio de su ayuda; de este modo se inició la conquista de la península, que comenzó en el 414, manteniéndose hasta el 711, momento en que en la península comienza la Conquista musulmana.

Hermenegildo fue un príncipe visigodo nacido en  el 564 y muerto en el 585, hijo del rey visigodo Leovigildo y su primera mujer.

Muerta la reina y madre de Hermenegildo, su padre el rey Leovigildo se casó, por segunda vez, con Gosvinta, viuda de Atanagildo, quien había sido su predecesor en el trono. Leovigildo dedicó su atención a buscar para su hijo una esposa adecuada que asegurase, con su alianza matrimonial, la paz que acababa de dar a sus pueblos y la felicidad de todo el reino.

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Mapa del Reino visigodo en la época de Leovigildo.
En el mapa aparece en el Reino visigodo al advenimiento de Leovigildo en el año 573, la capital del reino en Toledo, las diferentes campañas de Leovigildo señaladas con flechas verdes e indicando el periodo en que tuvieron lugar. Así mismo figura el reino de los suevos y los territorios bizantinos.

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 El rey, influido por su nueva esposa Gosvinta, fijó su elección en Ingunda  nieta de    Atanagildo y de ella misma, aún sabiendo que esta unión tenía la dificultad añadida  de que la princesa Ingunda era de origen franco y católica,  mientras que  el príncipe Hermenegildo era arriano.

Tal situación de incompatibilidades religiosas fue solventada desde el primer momento, haciendo prometer a la princesa que nunca intentaría convertir a su esposo a la fe católica, promesa a la que Ingunda accedió.

A lo que no accedería nunca la princesa, era a abandonar ella misma, su fe. Esta actitud la enfrentaría de por vida, con su abuela y suegra Gosvinta.

Gosvinta  se había equivocado, considerando a su joven nieta como una persona manejable y ante la determinación de la princesa y de su negativa rotunda  a ser convertida al arrianismo,  concibió contra ella un profundo odio. La cruel actitud de Gosvinta hacia Ingunda traería la desgracia total a la nueva pareja real y al propio rey Leovigildo.

Tras el desposorio, apenas llegó a España, Ingunda hechizó a toda la corte,  a todos , menos a Gosvinta su abuela y suegra, que decidió maltratarla y despreciarla sistemáticamente.

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Nueva Gothia. Dioses, estudio y antropología del pueblo godo

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Cuando Hermenegildo conoció la persecución a la que estaba siendo sometida Ingunda, por parte de Gosvinta, decidió retirarse con su esposa a Sevilla y alejarse de  la corte de Toledo. Sería en Sevilla donde Hermenegildo abandonaría el arrianismo y se convertiría a la fe católica.

Conociendo Leovigildo que su hijo había abandonado el arrianismo le despojó del título de rey y de los territorios hipanovisigodos que le había concedido, e irritado,  inició una cruel persecución contra la Iglesia Católica, mientras Hermenegildo enviaba a su esposa y su hijo a África para alejarlos de las represalias de los arrianos.

Leovigildo partió a Sevilla a sitiar a su hijo, ante esa situación  Hermenegildo salió de la ciudad para evitar que fuera asediada y  se encerró entonces,  con trescientos hombres en la ciudad de Oseto, plaza por entonces muy fuerte, cuya iglesia,  era célebre y respetada en España, incluso   por los mismos godos,  por los milagros que obraba Dios en ella.

Leovigildo entonces, se dirigió a Oseto, sitió y tomó la plaza. Hermenegildo, acorralado se refugió en la Iglesia, en la que entró a hablarle su hermano Recaredo, que procediendo de buena fe, le indicó que ya no se trataba de un tema de índole religiosa, sino únicamente de pedir perdón al rey.

Hermenegildo, confiando en las palabras de su hermano y en el perdón de su padre, fue a arrojarse a los pies de Leovigildo. Fue entonces cuando el rey mandó  que le apresaran,  le despojó de las insignias reales y le hizo encarcelar en el alcázar de Sevilla.

El príncipe fue encerrado en el calabozo y cuando el rey creyó que estaría  quebrantado su ánimo y que habría cambiado de opinión, en cuanto a la conversión religiosa,  en la fiesta de Pascua,  le envió un obispo arriano para que le diese la comunión.

El príncipe Hermenegildo, horrorizado, le echó del calabozo, indicándole que no volviese nunca. Ante la rotunda negativa de su hijo a abrazar de nuevo el arrianismo,  el rey Leovigildo mandó que le cortaran la cabeza. Hermenegildo, al morir por esta cuestión religiosa quedó  convertido, en un personaje con una cierta ambigüedad histórica, ya que puede ser considerado como:

  • un mártir de la fe católica o un traidor de la fe arriana

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Moneda del Rey Leovigildo (575-586).
CORTESÍA DE LA SOCIEDAD NUMISMÁTICA AMERICANA.
En : http://cultura.elpais.com/cultura/2012/06/21/actualidad/1340233530_256176.html

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FUENTES:

  • BARBER, Beatriz Marcotegui. El tratamiento historiográfico de San Hermenegildo. Anuario de Historia de la Iglesia, 2003, no 12, p. 289-304.
  • CAMPOS, J. Ignacio Alonso. Sunna, Masona y Nepopis. Las luchas religiosas durante la dinastía de Leovigildo. Antigüedad y Cristianismo, 1986, no 3.
  • GARCÍA MORENO, Luis A.. Historia de España Visigoda. Edit. Cátedra. Pp. 122 y ss. Madrid 1998
  • GALBARRO, Jaime. «San Hermenegildo» de Fernando de Zárate: contexto y lecturas de una comedia de santos. Judaísmo y criptojudaísmo en la comedia española, 2015, vol. 31, p. 241.
  • MARTÍNEZ, Concepción Fernández; PALLARÉS, Joan Gómez. Nueva interpretación de la inscripción visigótica de Hermenegildo.  Analecta Malacitana (AnMal electrónica), 2000, no 6, p. 15.
  • NICOLAS, Klein. Historia de un rey y un príncipe: la rebelión de Hermenegildo contra Leovigildo. e-legal history review,  2011, no 11, p. 4.
  • PALLARÈS, J. Gómez; MARTÍNEZ, C. Fernández. Hermenegildo,¿ para siempre en Sevilla? Una nueva interpretación de IHC, n. 76= ILCV, n. 50. Gerión. Revista de Historia Antigua, 2001, no 19, p. 629-658.
  • ROVIRA, José Orlandis. Historia del reino visigodo español. Ediciones Rialp, 2009.
  • VÁZQUEZ DE PARGA IGLESIAS, Luis. San Hermenegildo ante las fuentes históricas. Real Academia de la Historia, 1973.
  • WORLEY JR, Robert D. La politización de la religión expuesta por Sor Juana Inés de la Cruz en el auto titulado El mártir del sacramento, San Hermenegildo. Bulletin of the Comediantes, 2011, vol. 63, no 1, p. 105-120.
  • WILLIAMS, Javier G. Las acuñaciones reales visigodas. En XIII Congreso Internacional de Numismática, Madrid, 2003: actas- proceedings-actes. Ministerio de Cultura, 2005. p. 1269-1279.
    En: http://www.mcu.es/museos/docs/MC/ActasNumis/las_acunaciones_reales.pdf
  • DE FRANCISCO OLMOS, José María. El morbo gothico: La moneda como fuente de estudio de la sucesión al trono en la monarquía  visigoda. Universidad Complutense, Departamento de Ciencias y Técnicas Historiográficas, 2009. En: https://www.ucm.es/data/cont/docs/446-2013-08-22-8%20josema.pdf
  •  https://eccechristianus.wordpress.com/2012/04/13/san-hermenegildo-martir-contra-el-arrianismo/

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Cristina Guirao Pallarés

Alumna de 3º del Grado de Historia de la Universidad de Murcia

Para Radio CEPOAT: el Canal de la Historia.