Temporada 4 – Programa 1 – Cleopatra y Marco Antonio.

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"Representación idealizada de Cleopatra y Marco Antonio

“Representación idealizada de Cleopatra y Marco Antonio

Fuente de la imagen : http://bit.ly/28MQXvJ

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Redacción y voz: Victor Serrano
Grabación y edición: Inés Martínez

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Hoy  vamos a hablar  de  Cleopatra y Marco Antonio, dos de las personalidades más famosas de la Historia y hemos elegido, como base documental,  el trabajo de la Doctora ROSA Mª CID LÓPEZ titulado: CLEOPATRA. MITOS LITERARIOS Ε HISTORIOGRÁFICOS EN TORNO A UNA REINA.

Cid López realiza un análisis comparativo de las obras literarias e  historiográficas que se han escrito, hasta el momento, sobre  Cleopatra  y concluye afirmando que esta mujer, fue ante todo,  una mujer de Estado, una reina y estratega política,  cuyo  mandato se  desarrolló en un tiempo muy difícil de la Historia.

 

CONTEXTO FAMILIAR  Y ACCESO AL PODER DE CLEOPATRA

La Dra. Cid López afirma que en realidad,  se ignora quién fue la madre de Cleopatra. Lo que sí es seguro es  que su padre fue Ptolomeo XII Auletes, apodado también “el flautista”.

Cleopatra  fue la tercera de seis hermanos. Así que tuvo tres hermanas más y dos hermanos y todos lucharon contra Cleopatra por quedarse con el trono y el poder de Egipto.

Al morir Ptolomeo XII, en el año 51 a.C.,  Cleopatra hereda el trono de Egipto junto a su hermano y esposo Ptolomeo XIII, siguiendo la  voluntad de su padre; él tiene entonces 10 años y ella 18.

Hay que decir que “La identificación divina y el sentimiento de superioridad sobre cualquier mortal,  justificaban la práctica habitual del incesto entre los miembros de la familia gobernante ptolemaica”. De hecho Cleopatra casará con sus dos hermanos a lo largo de su periodo de mandato  en Egipto.

Cleopatra fue una mujer, atractiva, muy inteligente y culta que dominaba varios idiomas como el egipcio, griego, hebreo, sirio y arameo y probablemente latín. Fue instruida en Ciencias Políticas, Matemáticas, Astronomía, Medicina, Literatura y música. Tenía fama de poseer modales dulces y refinados y una sugerente voz, características que hacían de ella una mujer muy seductora según Plutarco.

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Cleopatra VII Filopator. Busto atribuido a su persona y tetradracma con su efigie.

Cleopatra VII Filopator. Busto atribuido a su persona y tetradracma con su efigie.

Fuentes de las imágenes: https://newsela.com/articles/bio-world-leader-cleopatra/id/19101/; http://www.ancient-origins.es/noticias-historia-arqueologia/%C2%BFhallada-finalmente-la-oculta-localizaci%C3%B3n-la-tumba-cleopatra-marco-antonio-003254?nopaging=1

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CLEOPATRA Y EL GOBIERNO DE EGIPTO: FAMILIA/ CESAR / MARCO ANTONIO

Cuando Cleopatra accede al poder  se encuentra con una dinastía familiar PTOLEMAICA, en franca decadencia, con un país que, políticamente, es un “estado títere” de Roma y con un sistema de gobierno servil, mientras que la gran máquina romana se deja querer por Egipto, aprovechándose de su riqueza y su fuerza militar. Una vez en el trono de Egipto, Cleopatra, se va a  distanciar de este tipo de políticas serviles y va a  intentar retomar la obra de los fundadores de la Dinastía Ptolemaica adoptando actitudes más severas con Roma, e intentando buscar la independencia de Egipto.

Los hermanos de Cleopatra también serán fuente de conflictos durante todo su mandato. Son conflictos que van a desembocar en enfrentamientos armados para los cuales la reina se verá abocada a pedir ayuda a sus aliados romanos.

En el  año 47 a.C., Cleopatra se encuentra inmersa en uno de estos conflictos familiares, origen del encuentro de cleopatra con  el dictador romano Julio Cesar  con quien  después tendrá una fructífera relación entre los años 47 y 44 a.C.

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CLEOPATRA Y CESAR

La reina de Egipto aprovechando que Julio César estaba en Alejandría – Cesar se hallaba persiguiendo a su enemigo Pompeyo – , viajó a escondidas desde Siria para pedir la ayuda de Roma en la  lucha armada contra su hermano- esposo, Ptolomeo XIII,  y así  recuperar  el trono de Egipto del que había sido apartada.

Es, en este momento, cuando tiene lugar uno de los encuentros más célebres de la historia, ya que la reina egipcia,  se presenta ante Cesar, enrollada en una alfombra con el único fin de ganar la simpatía del dictador,  un gesto que hizo que Julio César quedara rendido ante su ingenio.

De este modo, el encuentro político inicial fue convertido en una fructífera relación personal y de Estado que, trajo como consecuencia directa, el nacimiento de un hijo de ambos, llamado Ptolomeo XV y apodado CESARIÓN; un hijo que nunca será reconocido oficialmente ni por Cesar ni por Roma, a pesar de los intentos de la reina.

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Cleopatra VII Filopator y su hijo Cesarión representados en el Templo de Dendera, Egipto

Cleopatra VII  Filopator y su hijo Cesarión representados en el Templo de Dendera, Egipto

Fuente de la imagen: https://en.wikipedia.org/wiki/Ptolemaic_Kingdom

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ASESINATO DE CESAR EN 44 A.C.

PRIMER ENCUENTRO  DE MARCO ANTONIO Y CLEOPATRA (41 – 30 A. C. )

Tras el asesinato de César en el año 44 a.C. aparece de nuevo, la guerra civil y un NUEVO TRIUNVIRATO para el gobierno de ROMA formado por  OCTAVIO, MARCO ANTONIO Y LÉPIDO.

Cleopatra toma partido por los cesarianos y les promete ayuda militar y naval, pero esta vez la ayuda egipcia no va a llegar a su destino romano, porque  una supuesta  tempestad impide zarpar a los barcos.

En el año 41 a.C. el triunviro Marco Antonio se traslada a la ciudad de Tarso para reorganizar los asuntos romanos de oriente. Uno de estos asuntos de alianzas políticas, está relacionado directamente con Egipto, con su falta de contundencia y de apoyo militar en la causa cesariana y para hablar sobre este asunto Marco Antonio convoca a Cleopatra a la ciudad siria de Tarso.

Para este primer encuentro político con el lugarteniente y sucesor de Cesar, Cleopatra  se presenta en una barca, emulando a la diosa Afrodita que saliendo del mar va al encuentro de su dios Dioniso.

Encuentro y banquete se celebran en territorio egipcio, en la nave de Cleopatra, donde la ostentación y  el lujo tenían como objetivo deslumbrar a Marco Antonio y convencerle de que Egipto era el país más rico del mundo.

El general romano toma conciencia, desde el primer momento, de lo  necesaria y útil  que puede ser una alianza con  Cleopatra y con  Egipto,  para  asegurar el éxito de las campañas romanas en oriente.

Por su parte, la reina egipcia considera que Marco Antonio es la figura adecuada para ayudarle a  llevar a cabo  sus aspiraciones políticas, de un Egipto independiente, y del  reconocimiento de Cesarión como hijo legítimo de César.

Así que,  sí, es cierto que la reunión  entre ambos personajes se realizó por razones políticas,  pero también está demostrado que fue en Tarso donde comenzó la relación amorosa entre ambos, y que de ella nacieron los primeros hijos gemelos de la pareja.

Tras este primer encuentro en Tarso, Marco Antonio permanecerá varios meses en Alejandría, olvidando  por completo, los intereses políticos de Roma en oriente y dedicándose a vivir  una dolcce vita con Cleopatra, disfrutando de extraordinarios banquetes, de paseos nocturnos por los barrios alejandrinos, y, según se dice, de las orgías.

En el  40 a.C. Marco Antonio tiene que volver a Roma para solventar  problemas internos del triunvirato y su estancia en la capital  se prolonga durante cuatro largos años, en los que, además, se casa y vuelve a firmar un nuevo TRIUNVIRATO. En ese tiempo Marco Antonio será padre, por partida doble, de su mujer romana, pero también de Cleopatra que da a luz a los gemelos.

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Marco Antonio y Cleopatra, de Sir Lawrence Alma-Tadema

Marco Antonio y Cleopatra, de Sir Lawrence Alma-Tadema

Marco Antonio y Cleopatra, de Sir Lawrence Alma-Tadema. Fuente de la imagen : http://bit.ly/28N7ceG

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SEGUNDO ENCUENTRO CON CLEOPATRA

En el año 36 a.C., Marco Antonio decide trasladarse  de nuevo  a Oriente  y solicitar  una nueva alianza con  Egipto.

El segundo encuentro con Cleopatra, se  realizaría en Antioquía. En esta ocasión, el  encuentro beneficiaba sobre todo a la reina egipcia pero perjudicaba notablemente al triunviro romano. A ella  se le brindaba una nueva oportunidad para recuperar su proyecto político, de independencia para el país, y para conseguir legitimar a los hijos que había tenido con Cesar y con el mismo Marco Antonio.  Sin embargo para él, suponía el comienzo de una campaña de descrédito en Roma.

Cleopatra en esta ocasión va a ser más precavida y su respuesta no será inmediata al requerimiento del romano;  además, esta vez, la reina va a imponer una serie de condiciones antes de conceder ayuda alguna.   Todas las exigencias  fueron aceptadas por Marco Antonio y los acuerdos fueron conocidos como las Donaciones de Alejandría del año 34 a.C. con las que Cleopatra conseguía todos sus objetivos políticos y  personales  incluso que  Marco Aurelio accediera a casarse con ella.

Estos hechos fueron interpretados en su momento como resultado de la pasión entre ambos personajes, pero Rosa CID opina que  también fue el resultado de una necesidad que ambos estrategas tenían, porque se necesitaban el uno al otro para realizar sus respectivos proyectos personales y de Estado.

En esta misma reunión en Antioquía se trazaron los planes para la campaña contra los partos, una guerra que tuvo dos fases, en el 36 a.C. y en el 34 a.C.

La Guerra contra los Partos, fue un desastre en el que Marco Antonio y sus ejércitos resultaron derrotados y con muchas bajas. No obstante, su campaña posterior en Armenia resulto exitosa  y tras ella, en el año 34 a. C.  Marco Antonio celebró un gran triunfo en Alejandría, parodiando a  las ceremonias romanas.  Fue en esta celebración  donde se  hicieron públicas las  Donaciones de Alejandría, concedidas por Marco Antonio a Cleopatra, y  a través de las cuales se  reforzaba el poder de la reina y sus hijos.  Cleopatra y Marco Antonio mantuvieron cuatro hijos, dos niños y una niña de la pareja, más un hijo de Cesar.

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Monedas con las efigies de Cleopatra VII Filopator y Marco Antonio, acuñadas en 32, 33 a.C

Monedas con las efigies de Cleopatra VII Filopator y Marco Antonio, acuñadas en 32, 33 a.C

Fuentes de las imágenes: 
http://www.culturaclasica.com/?q=node/1285 http://www.coinarchives.com/a/results.php?results=100&search=cleopatra+vii

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LA MUERTE DE LA REINA

En el  año 33a.C. FINALIZA EL TRIUNVIRATO EN ROMA y Octavio AUGUSTO quiere quedarse solo en el poder,  para ello ha de eliminar a Marco Antonio; desacreditándolo en Roma primero y declarándole  la guerra a Cleopatra  después, acusándola de querer dominar el Imperio romano  y de querer ser la reina de Oriente.

Esta guerra entre Oriente y Occidente que finalizará con la emblemática batalla de Actium, al sur de Grecia, (septiembre del año 31 a.C.) en la que el derrotado será el bando oriental de Cleopatra y Marco Antonio.

Tras la batalla Cleopatra se retira a su palacio en Alejandría, mientras que su esposo Marco Antonio se refugia en una pequeña casa junto con dos criados en el puerto de Paretonio.

La reina planea la estrategia a seguir para el nuevo encuentro con Octavio. Sus intereses se encaminaban a salvaguardar el futuro de sus hijos y la independencia de su reino, y para ello solicita ayuda a jefes orientales medos y nabateos.  Consciente de que su vida corre grave peligro, Cleopatra también planea su propia muerte  para que fuese lo más rápida e indolora posible.

Tras su victoria, Octavio exige a Cleopatra que le entregue al traidor Marco Antonio, su marido,  pero ella se niega a hacerlo. Cleopatra que conoce el destino de los prisioneros de Octavio, prepara entonces una muerte digna para su marido, para evitar que pudiera ser torturado y muerto por Octavio.

Para inducir a su amado al suicidio, Cleopatra le hace llegar la noticia de que ella misma se había dado muerte, se había suicidado. El dolor causado en Marco Antonio le  proporcionaría la fuerza y el valor suficiente para clavarse así mismo su espada, tras luchar contra Octavio.

Agonizante, pero aún vivo, llevaron el cuerpo de Marco Antonio al mausoleo de Cleopatra, donde  ella se había encerrado con sus tesoros, dispuesta a incendiarlos, si Octavio no atendía sus exigencias relacionadas con Egipto y sus hijos. Marco Antonio moriría en brazos de Cleopatra en agosto del año 30 a.C.

Tras morir Marco Antonio,  la reina fue sacada de su mausoleo y custodiada fuertemente por la guardia de Octavio quien tenía planificado exhibirla y darle muerte en Roma.

Cuando Cleopatra se enteró de las intenciones de Octavio, intentó poner a salvo a su hijo Cesarión y lo mandó sacar de Egipto, una iniciativa infructuosa porque Cesarión sería asesinado a traición por su tutor.

El resto de sus hijos, al parecer ya no resultaban tan peligrosos para Roma y para Octavio. De ellos se sabe por las fuentes que, Cleopatra Selene, una de los dos gemelos, se casó con Juba, el rey de Mauritania y que los otros dos hijos de Marco Antonio y Cleopatra fueron expuestos como prisioneros en el desfile que Octavio celebró luego en Roma, conmemorando su triunfo sobre Egipto. La ausencia de información sobre la vida posterior de los varones hace pensar que quizá se procedió a su asesinato.

Por su parte,  Cleopatra, tras aceptar el fin de su vida,  consiguió burlar a los guardianes de Octavio. Entró entonces en su mausoleo, se vistió con el atuendo real,  combinando símbolos faraónicos y macedonios, y se dio muerte suicidándose con la mordedura y el veneno de un áspid.  Sus criadas, Carmión e Iras, la habían acompañado y tras su muerte  la depositaron  en un lecho de oro sobre el sarcófago, dispusieron su cadáver como correspondía a una reina y después se quitaron la vida.

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“La muerte de Cleopatra” (1874),  de Jean André Rixens (1846-1924). Musée des Augustins (Toulouse).

“La muerte de Cleopatra” (1874),  de Jean André Rixens (1846-1924). Musée des Augustins (Toulouse).

“Muerte de Cleopatra y sus criadas Carmión e Iras”  
Fuentes de la imagen : http://bit.ly/28QGL8K ; http://www.epdlp.com/cuadro.php?id=4444

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Fue Olimpo, médico de Cleopatra, quien recopiló todos estos detalles en narraciones legadas para la posteridad y recogidas por Plutarco dos siglos después.

Como muestra de benevolencia, Octavio consintió en respetar la última voluntad de Cleopatra que expresaba el deseo de que ambos esposos permaneciesen juntos en la muerte, compartiendo la misma tumba.

La popularidad de la reina CLEOPATRA VII, FILOPÀTOR, ” entre las poblaciones de Egipto y no sólo de Alejandría, revelan que efectivamente había sido una extraordinaria Ptolemaica, querida y admirada por su pueblo. Su memoria fue honrada durante siglos por los egipcios, porque ellos sí que entendieron las actitudes y comportamientos de una mujer que ante todo quiso reinar, pero haciéndolo en un estado libre de la presencia romana”. CID LÓPEZ 2000

  “Cleopatra luchó, como reina de Egipto,  para preservar la independencia de su reino. Su  equivocación fue pensar, que podía vencer a Roma.”- CID LÓPEZ 2000

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Datos para tener en cuenta:

  • El nombre completo de Cleopatra fue: CLEOPATRA VII – FILOPÀTOR, y será reina de Egipto desde el año 51  al 30 a.C.
  • La relación de Cleopatra con  Cesar, el dictador romano se desarrolló entre el 47 a.C. y el 44 a.C.,  año  en el que Cesar será asesinado en Roma.
  • La relación entre Cleopatra y Marco Antonio, duró once años, desde el año 41 al 30 a.C. Murieron el mismo año y fueron enterrados juntos. Su tumba aún no ha sido encontrada.

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FUENTES

Bibliografía utilizada

Otra bibliografía consultada

  • CID LÓPEZ, Rosa María. Marco Antonio y Cleopatra: el fracaso de un sueño político y la construcción de una leyenda. Mitos femeninos de la cultura clásica: creaciones y recreaciones en la historia y la literatura, 2003.
  • ALONSO, Pedro Luis Cano. Dos apuntes iberoamericanos a la tradición cinematográfica de la cultura clásica: La vida íntima de Marco Antonio y Cleopatra y El Reñidero. Cuadernos de Filología Clásica. Estudios Latinos, 1998, vol. 15, p. 585.
  • MORENO, Luis A. García. Cleopatra. El film de Joseph L. Mankiewicz. Servicio de Publicaciones, 1999.
  • JIMÉNEZ BELMONTE, Javier. De Cleopatra y mecenazgos: la Historia de Marco Antonio y Cleopatra de Alonso de Castillo Solórzano (Zaragoza, 1639). 2011.
  • ESPINOZA, Ricardo. En relación a Cleopatra y los venenos de serpiente. Revista médica de Chile, 2001, vol. 129, no 10, p. 1212-1221. En  http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0034-98872001001000017&script=sci_arttext

Webgrafía

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Víctor Serrano Requena

Alumno de cuarto del Grado de Filología Clásica de la Universidad de Murcia

Para Radio CEPOAT: El Canal de la Historia

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Temporada 3 – Programa 21 – Boudicca y la rebelión britana

 

 

 

Siglo I d.C. Los romanos ya han extendido sus dominios  a casi toda la isla de Britania.  La práctica de sus abusos sobre las culturas autóctonas es conocida. Pero las tribus que conforman esta tradición druídica  se alzarán en armas.  Encontrarán un líder en la reina de los iceni, Boadicea,  más conocida como Boudicca, que pondrá en jaque a las legiones romanas, asestando un duro golpe en asentamientos como la famosa Camulodunum.

Redactado y presentado  por  David Espinar
Grabación y edición: Inés Martínez

 

 

 

BOUDICA Y LA REBELIÓN BRITANA

La isla de Britania se caracterizó, en la antigüedad, por ser un conglomerado de tribus independientes, con  dificultades para organizar  la defensa conjunta  de su territorio.

Esta amalgama de tribus fue respetada casi enteramente, por Julio César durante la  invasión de Britania y en las dos ocasiones en las que invadió la isla,  durante los años 55 y 54 a.C., al limitar su actuación a expediciones y operaciones de prestigio. Esta forma de intervención, permitió conseguir para Roma, los primeros aliados en la isla y los primeros tributos entre las tribus de Britania.

Avanzamos en el tiempo y nos situamos ahora en el siglo I d.C., cuando Roma ya ejerce su control en casi toda la isla de Britania y su política de abusos se ha extendido sobre los habitantes.

Es en este tiempo cuando las tribus britanas se van a alzar en armas contra Roma. Y para ello, encontraran la fuerza  en un líder muy peculiar, una mujer.

Boudicca, o más conocida como Boadicea, en su versión latinizada, que fue la reina de los iceni, tribu situada en la zona más oriental de la isla de Britania, – que se encuentra en el actual condado de Norfolk- , fue la figura que logró agrupar bajo su mando a varias tribus con un mismo objetivo, acabar con la dominación romana. Este hecho se encuadra entre los años 60 y 61 d.C. En aquel momento, Nerón era el emperador de Roma.

Esta reina, – Boudicca o Boadicea- , que es presentada por las fuentes como una mujer alta, pelirroja y de complexión fuerte,  se convertirá en una importante amenaza para las legiones romanas y provocará acontecimientos trágicos para los invasores.

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Dos hechos desencadenarán la rebelión britana, protagonizada por Boadicea. Por un lado el asalto a la isla de Mona o Mon, – actual Anglesey- , que era un centro de concentración druida, y  que Tácito cuenta con las siguientes palabras:

Ante la orilla estaba desplegado el ejército enemigo, denso en armas y en hombres, en medio de los cuales no cesaban de correr mujeres, como verdaderas Furias y con los cabellos sueltos blandían antorchas. Por otra parte los druidas, las manos levantadas al cielo, gritaban salvajes maldiciones.” (Anales, XIV, 30)

La isla fue tomada con facilidad, ya que no se esperaba que fuera atacada.

El segundo de los acontecimientos que dio pie al alzamiento britano contra Roma fue la actuación confiada de Prasugatos, rey de los iceni y esposo de Boudicca, quien, fiándose de la amistad romana, mantuvo con Nerón una relativa paz. Fue forzado por el emperador a nombrarle heredero de sus tierras cosa que hizo, convencido de que sus dominios quedarían fuera de los abusos romanos. Pero se equivocó. Su tierra fue asolada por los centuriones, su mujer azotada y sus hijas violadas. La rebelión estaba próxima.

Los iceni acudieron a las armas y animaron a entrar en el conflicto a otros pueblos.

En la colonia romana establecida en Camulodunum, – situada en el actual Colchester- ,  en la que los romanos expulsaron a los britanos de sus tierras y hogares,  se había erigido un templo dedicado al divino Claudio. Ambas cosas, colonia y  templo romanos, se habían  convertido, para los isleños, en símbolos de su “opresión y sumisión” ante un poder extraño. Así que, el primer objetivo de la rebelión britana sería destruir la colonia y el templo, tal y como los romanos habían destruido la isla druida de Mona.

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La rebelión encontró su líder en la reina Boadicea ya que al morir el rey Prasugatos, fue ella quien tomó las riendas, pues las mujeres no estaban excluidas del mando en las tribus britanas. Así pues, arrastrando tras ella a la mayoría de los pueblos de la isla, Boadicea se lanzó al asalto. Camulodunum fue arrasada y conquistada, y  los romanos, fueron obligados, a retirarse a marchas forzadas.

Suetonio Paulino, general romano que tuvo que hacer frente a esta rebelión, que tuvo lugar entre el 60 y 61 d.C, disponía de dos legiones completas, la XIV y la XX, además de un número indeterminado de tropas auxiliares. Era un militar de gran experiencia en asuntos bélicos. Supo elegir a la perfección el lugar de la batalla, una colina, hoy día desconocida, situada en el recorrido de una antigua vía que unía Gales e Inglaterra, cuyo nombre es Watling Street, nombre que se le atribuye también a dicha batalla.

Dispuesto su ejército, marchó para ir al encuentro de Boadicea, en una batalla que iba a ser decisiva para ambos bandos. Según Tácito, los romanos se situaron en lo alto de esa colina, con espesos bosques a ambos lados de su posición, que imposibilitaban que fueran flanqueados.

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Sobre esta batalla y la acción feroz de la reina britana escribe Tácito en sus Anales, 50 años después de que sucedieran estos hechos:

“Boudicca, montando su carro de batalla junto a sus dos hijas, pasaba ante los distintos pueblos gritando que no era una novedad marchar al combate bajo el mando de una mujer, que en este momento, ella no venía a reclamar su reino ni su poder sino que venía, como una mujer del pueblo, a vengar su libertad arrebatada, su cuerpo azotado con varas, sus hijas violadas […] que con una causa justa y un ejército tales, era preciso vencer o morir; que como mujer tal era su inquebrantable decisión; que los hombres eran libres de aceptar una vida como esclavos”. (Anales, XIV, 35)

Sin embargo, pese ser superiores en número los britanos, eran los romanos los que tenían ventaja táctica y del terreno. La huida de los britanos, que cargaban con sus carros, se tornó en desastre. Los romanos hicieron una verdadera carnicería, no salvándose de ella ni los caballos.

Boudicca, que conocía su destino si caía prisionera,  bebió rápidamente  un  veneno con el que se quitó la vida, antes de ser humillada y torturada por los romanos.

Con esta victoria Roma lograría mantener sus posiciones en el sudeste de Britania. El sucesor de Suetonio, conocedor de lo que era capaz el enemigo, mantendría posteriormente,  una relativa paz.

Así las cosas, la rebelión, – de las tribus britanas y de su líder Boadicea- , encontró su final en el enfrentamiento contra la mismísima Roma. Una rebelión en la que habían volcado todas sus esperanzas para alcanzar la  liberación de su pueblo.

Los hechos sobre Boudicca y la rebelión britana fueron recogidos por Tácito (s. I), posteriormente por Dión Casio (ss. II-III), y  después olvidados  hasta el siglo XIX, en el que la historia fue recuperada por el Imperio Británico de la Reina Victoria,  y presentada como símbolo de la resistencia contra los invasores de la isla y como una de las más grandes heroínas del pasado británico.

Desde ese momento la reina britana Boudicca o Boadicea, la mujer que lideró la lucha por la libertad contra el Imperio Romano se convertía  en el  símbolo nacional del Imperio británico.

Boadicea fue relacionada directamente con la reina Victoria, a la que  en su momento se la consideró su epónima. Otro claro ejemplo de esa fuerte mitificación de la figura de la reina la encontramos también a  principios del siglo XX,  cuando  se erige en Londres, frente al Parlamento Británico, una estatua de Boudicca montando su carro de batalla y mostrando ese espíritu de rebeldía que querían ensalzar.

La  estatua tiene grabados en su  base  unos versos del poema titulado “Boadicea”,  que William Cowper dedicó a la reina Victoria en 1782, y que dicen: “Regiones que el César nunca conoció/ Tus herederos dominarán.”

Nos encontramos pues, en el caso de la Boudica britana, con un caso de mitificación de un hecho histórico que es  posteriormente utilizado para fundamentar la identidad de una nación.

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FUENTES:

  • Markale, J. (1992). Los celtas y la civilización celta. Mito e historia. Madrid: Taurus humanidades.
  • Tácito, C. (1979-80). Anales. Cornelio Tácito Cayo. Madrid: Gredos.
  • Tácito, C. (1981). Anales del Imperio Romano: desde la muerte de Augusto a la de Nerón. Cayo Cornelio. Barcelona: Iberia.

WEBGRAFÍA:

IMÁGENES:

  • Figura 1: https://heroinesofhistory.wikispaces.com/Boudicca
  • Figura 2: http://www.taringa.net/post/ciencia-educacion/19165163/Boudicca-la-reina-celta-que-desato-la-furia-de-los-romanos.html
  • Figura 3: http://www.taringa.net/posts/ciencia-educacion/19165163/Boudicca-la-reina-celta-que-desato-la-furia-de-los-romanos.html
  • Figura 4: http://www.batallasdeguerra.com/2013/10/la-batalla-de-watling-street.html
  • Figura 5: http://arrecaballo.es/edad-antigua/las-guerras-del-imperio-alto-romano/guerras-en-britania/
  • Figura 6: http://www.mujeresenlahistoria.com/2014/12/la-reina-que-se-enfrento-roma-boudicca.html

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David Espinar Martínez

Alumno de tercero del Grado de Historia de la Universidad de Murcia

Para Radio CEPOAT: El Canal de la Historia

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Temporada 3 – Programa 12 – El escudo celta de Battersea y su relación con Julio Cesar

 

Fig1_Escudo_celta de_BATTERSEA_Detalle

Figura 1
Escudo celta de BATTERSEA. Detalle. Edad del Hierro, c. 350-50 aC.
En: http://www.britishmuseum.org/whats_on/past_exhibitions/2015/celts/history.aspx

 

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Redactado y presentado  por Carlos Bausá Martínez
Grabación y Postproducción: Inés Martínez

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EL ESCUDO DE BATTERSEA (THE BATTERSEA SHIELD) Y SU RELACIÓN CON JULIO CESAR

Carlos Bausá Martínez. LONDRES. (07/02/2016)

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Fue a principios de 1840 cuando el General Británico y maestro constructor Thomas Cubit junto con su asociado el arquitecto y urbanista Sir James Pennethorne propusieron un plan para crear un gran parque que sirviera a la creciente y prospera población burguesa del área de Chelsea, enriquecida por las industrias de cerámica domestica asentadas en la zona.

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Fig2_Stanford_1891_Chelsea_bridges

Figura 2
Chelsea y Battersea en 1891, que muestra (de izquierda a derecha) Puente viejo de Battersea, Albert Bridge, Victoria (ahora Chelsea) Puente y Grosvenor puente de ferrocarril. Edward Stanford – Cartoteca de Stanford de Londres y sus suburbios, 1891.  Archivo: Stanford 1891 Chelsea bridges.png. En: https://en.wikipedia.org/wiki/Chelsea_Bridge#/media/File:Stanford_1891_Chelsea_bridges.png

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Se esperaba que esta operación incrementara el volumen de tráfico rodado entre ambas orillas del Támesis, lo que generaría la necesidad de construir un nuevo puente.  El parlamento lo autorizo 1846 y años más tarde sería inaugurado por la reina Victoria el 31 de marzo de 1858. En aquel entonces se nombró en su honor como “Victoria Bridge”, aunque hoy en día se le conoce con el título de “Chelsea Bridge”.

Durante el transcurso de las obras, una mañana de invierno del año 1857, en medio de una operación rutinaria de dragado del lecho fluvial, tuvo lugar un descubrimiento que cambiaría la percepción histórica del barrio londinense de Chelsea, para siempre.

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Fig3_Chelsea_Bridge

 Figura 3
El primer puente de Chelsea como se ve desde Battersea, poco después de la apertura en 1858. La Torre de la victoria del palacio de Westminster se muestra en construcción en el fondo. En: https://en.wikipedia.org/wiki/Chelsea_Bridge

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Un revuelo se produjo entre los obreros, las maquinas pararon, y los ojos de los transeúntes, dirigieron su atención hacia un objeto de forma rectangular, recogido entro os lodos. No era más grande que un espejo de baño.  Al retirar la pátina de barro que lo cubría, apareció ante ellos un escudo Celta de bronce, pulimentado y labrado al estilo “La Téne” con incrustaciones de coral rojo Mediterráneo, y sin señales de haber sido dañado en combate.

Los historiadores del “British Museum” dataron su fabricación entro en los años 350 – 50 antes de Cristo. Tras su extracción, en los siguientes días, se hallaron en la misma zona, multitud de armas celtas y romanas, que venían acompañadas de gran cantidad de fragmentos de hueso y cráneos humanos todos datados de la misma época que el escudo. Este descubrimiento ayudo a los historiadores a suponer que este sería el lugar por el que Julio Cesar cruzó el rio Támesis, en el año 54 antes de Cristo, durante su campaña de invasión y conquista del territorio británico.

Se piensa que este escudo, se arrojó a las aguas como ofrenda votiva, posiblemente en antes de que la invasión tuviera lugar, o en honor a los guerreros que perecieron defendiendo el territorio ante el avance de las tropas romanas.

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Figura4: Battersea_Shield. Edad del Hierro, c. 350-50 aC.

 Figura 4
El escudo  celta de  Battersea. Edad del Hierro, c. 350-50 aC.
En: http://www.britishmuseum.org/whats_on/past_exhibitions/2015/celts/history.aspx

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Invasiones de Britania por Julio César

Britania era conocida durante la Antigüedad clásica como una gran fuente de estaño. La isla había sido probablemente explorada por el geógrafo griego Piteas en el siglo IV a. C. y por el navegante cartaginés Himilcón en el siglo V a. C., pero su posición en globo terraqueo, separada por el océano, del resto del mundo conocido, le confería un alto grado de misterio. Algunos historiadores insistían incluso en que su existencia era pura falacia, y el viaje de Piteas se desestimó como si fuera mentira.

Fueron necesarias dos campañas bélicas dirigidas por el general de la República Romana Julio César, para entrar en la isla de Gran Bretaña y conquistar la mitad sur. Estas tuvieron lugar en los años 55 y 54 antes de cristo.  El pretexto de César para invadir la isla fue que: “durante la guerra contra los galos, los britanos les habían suministrado apoyos”. Aunque es posible que se diera esta circunstancia, también lo es que se tratara de una simple excusa para investigar los recursos minerales y el potencial económico de Britania. Cicerón escribe que César se decepcionó mucho cuando descubrió que no había ni oro ni plata en la isla y Suetonio en sus escritos promulga que la verdadera motivación de César para viajar a Britania era la búsqueda de perlas

 

La primera invasión tuvo lugar en  Agosto del año 55 antes de Cristo, con 100 barcos y 10.000 solados. Se desconoce si fue planeada como una invasión a gran escala, pero, de cualquier modo, se consideró un fracaso, ya que Roma sólo pudo conquistar la playa de Kent pues los ejércitos bretones les esperaban en las cosas donde intentaron desembarcar.

La segunda invasión aconteció un año más tarde en el 54 antes de cristo. Decidido a no cometer los mismos errores del año anterior, César reunió una fuerza superior a la de la primera. Los barcos que se utilizaron para esta segunda invasión habían sido mejorados a partir de la tecnología de los barcos de guerra vénetos. Partió del puerto francés de Icio (cerca de Bolonia) y desembarco en las costas británicas próximas a Dover, trayendo consigo 800 barcos, 25.000 soldados y 2000 unidades a caballo.

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Britania, 54  a. C. Invasión de César.
En: https://es.wikipedia.org/wiki/Invasiones_de_Britania_por_C%C3%A9sar#/media/File:02-Britania-54DC.png

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Geografía y meteorología de Britania según Cesar

Los descubrimientos de primera mano que realizó César acerca de la isla se limitaban a la región del este de Kent y del Valle del Támesis. No obstante, el general fue capaz de proporcionar una descripción de la geografía y meteorología de la isla. Aunque los datos proporcionados por César no son del todo exactos, probablemente porque estén basados en los escritos de Piteas, ofrecen en líneas generales una visión acertada de la geografía y meteorología del sur de Britania:

– “El clima es más moderado que en la Galia y las tormentas son menos fuertes.  La isla es de forma triangular, y uno de sus lados cae frente a la Galia. Un ángulo de este lado, donde está Kent, que es donde llegan casi todas las naves que vienen de la Galia, mira a Oriente; el ángulo el inferior mira, al mediodía. Este lado tiene una extensión de cerca de quinientos mil pasos. El segundo lado mira a Hispania y a Occidente; a esta parte está situada Irlanda, la mitad más pequeña, según se cree, que Bretaña, pero a igual distancia de ésta que Britania de la Galia.

En medio de este trecho está una isla llamada “Man”; además, se dice que hay allí muchas otras islas menores, próximas entre sí, de las cuales escribieron algunos que en el solsticio de invierno se encontraban en perpetua noche durante treinta días. Nosotros, con nuestras preguntas nada pudimos averiguar de esto, sino que por los relojes de agua observamos que las noches eran aquí más breves que en el continente. La longitud de este lado, según opinión de sus habitantes, es de setecientas millas. El tercero cae hacia el norte; frente a esta parte no se encuentra tierra alguna, pero el ángulo de este lado mira más bien a Germania. Este se calcula que tiene una longitud de ochocientos mil pasos. Así, pues, la isla mide en todo su contorno dos mil millas.”-

 

César logró restaurar en el trono de los Trinovantes a su aliado Mandubracio, deponiendo a su rival Casivellauno. Aunque no logró conquistar territorios para la república, el éxito de la campaña radica en que Roma contó con sus primeros aliados en la isla e impuso los primeros tributos entre las tribus de Britania.

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FUENTES

Bibliografía

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Webgrafía

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Materiales de la Exposición “CELTAS” en el BRITISH MUSEUM, (septiembre 2015 a enero 2016)

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Imágenes:

  • El primer puente de Chelsea como se ve desde Battersea, poco después de la apertura en 1858. La Torre de la victoria del palacio de Westminster se muestra en construcción en el fondo. En: https://en.wikipedia.org/wiki/Chelsea_Bridge

 

Carlos Bausá Martínez

Environmental Design Analyst. [ Specialist Modelling Group ]Foster + Partners. LONDON

Para Radio CEPOAT: El Canal de la Historia

Temporada 3 – Programa 9 – La Guerra de las Galias

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Entre los años 58 y 52 a.C., Julio César lideró a las legiones romanas hasta dominar a las tribus galas. Sometió al dominio romano, en una serie de audaces campañas, buena parte de los territorios de las actuales Francia y Bélgica, e incluso realizó incursiones en Britania y Germania. Al acabar su mandato, César había extendido las fronteras de la República romana hasta Europa central y se había convertido en uno de los hombres más ricos y poderosos de Roma. La lucha contra estas tribus constituyó un desafío militar mayúsculo, que puso de manifiesto por qué el ejército romano fue el más poderoso y el más eficaz de la Antigüedad.

Redactado y presentado por David Espinar
Grabación y Postproducción: Inés Martínez

 

La Guerra de las Galias

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La estatua de Julio César realizada por Nicolas Coustou en el siglo XVII lo muestra tocado
con la corona de laurel que se imponía a los generales victoriosos.
Museo del Louvre, París. Imagen en National Geographic

 

Ambicioso vástago de una familia de la más rancia nobleza romana, César protagonizó un espectacular ascenso político en Roma, que lo llevó en el año 59 a.C. al máximo cargo de la República, el de cónsul.

A los 42 años había demostrado su habilidad en las intrigas, su tirón entre el pueblo y, como propretor en la Hispania Ulterior, sus dotes de administrador. Pero para ponerse a la altura de sus rivales de la aristocracia romana, en particular de Pompeyo, le faltaba un triunfo militar indiscutible. Con este objetivo en mente logró que lo nombraran gobernador de la Galia Cisalpina, lo que le daba el mando sobre cuatro legiones, y la posibilidad de emprender una campaña de conquista contra los pueblos que habitaban la Galia libre, provincia que también le fue atribuida.

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Estandarte legionario. Museo Arqueológico, Barcelona.
Imagen en National Geographic

A principios de marzo del 58 a.C., César ocupó su nuevo cargo. Durante los ocho años siguientes sometió al dominio romano, en una serie de audaces campañas, buena parte de los territorios de las actuales Francia y Bélgica, e incluso realizó incursiones en Britania y Germania. Al acabar su mandato, César había extendido las fronteras de la República romana hasta Europa central y se había convertido en uno de los hombres más ricos y poderosos de Roma.

Sin embargo, la guerra de las Galias no fue un paseo militar para César y sus tropas, pues los galos ofrecieron una enconada resistencia y derrotaron a los romanos en varias ocasiones. La lucha contra los galos constituyó un desafío militar mayúsculo, que puso de manifiesto por qué el ejército romano fue el más poderoso y el más eficaz de la Antigüedad.

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Legionarios romanos en la formación de fastigiata testudo.
Relieve de la Columna Trajana. Museo de la Civilización Romana, Roma. Imagen en National Geographic

 

César sabía que el resultado final de sus campañas dependía de sus tropas. Por ello, actuó como un excelente motivador, capaz de conseguir que sus hombres se entregasen en cuerpo y alma a cada tarea, ya fuese un asedio o bien una batalla. Puede que los soldados romanos no fuesen, individualmente, más valientes o más fuertes que los guerreros galos, pero colectivamente eran más disciplinados.

El ejército romano de entonces, era heredero de las reformas llevadas a cabo, medio siglo antes, por el cónsul Cayo Mario, pariente de César. Entre ambos lo habían convertido en una fuerza de guerra casi profesional.

Por todo esto las unidades romanas eran más eficaces en combate que las galas y, sobre todo, eran mucho más capaces de superar situaciones adversas.

Cabe destacar la importancia de los centuriones, quienes en último término garantizaban la cohesión de las legiones. Cada legión, contaba con sesenta de estos oficiales al mando de una centuria de ochenta hombres. En combate se esperaba de ellos que dieran ejemplo de valor y desprecio a la muerte ante sus hombres.

Los Comentarios sobre la guerra de las Galias, obra que escribió el propio Julio César para glorificar sus conquistas en este territorio, están repletos de historias heroicas protagonizadas por estos centuriones.

Por ejemplo, la de Publio Sextio, el centurión que, pese a llevar varios días enfermo y sin comer, formó junto con otros centuriones ante la puerta de un campamento el tiempo suficiente para organizar la defensa, luchando hasta que se desmayó por las graves heridas recibidas.

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La conquista de la ciudadela de Alesia por Julio César y sus legiones dio la victoria final a los romanos frente a los galos.
En la imagen, el asedio de Alesia visto por Henry Motte. Siglo XIX. Imagen en National Geographic

 

La superioridad tecnológica fue también determinante, en la victoria final de los romanos en territorio galo, en particular en lo que se refiere a las conquistas de ciudades. Dominaban un gran número de tácticas estratégicas y máquinas de asedio que podían ser utilizadas en los asaltos a las fortalezas, como torres móviles y arietes, hacían obras de circunvalación para aislar a las ciudades atacadas y construían campamentos fortificados para pasar la noche. Se mostraron como grandes maestros en el arte de la guerra.

Esta combinación de un ejército casi profesional, dirigido por un general brillante y con gran capacidad para tomar ciudades, resultó ser demasiado para los galos. Así pues, las conquistas de César cambiaron para siempre la historia de las Galias y de la propia Roma.

Bibliografía y fuentes

Alumno de 3º del Grado de Historia de la Universidad de Murcia
Para Radio CEPOAT: El canal de la Historia