null Una investigación de la UMU halla evidencias del horno alfarero autóctono más antiguo de la Península Ibérica

Además, el estudio de la  Universidad de Murcia (UMU) publicado en la revista científica Archaeological and Anthropological Sciences, determina que los alfareros del Sureste ibérico apostaron por mantener su identidad ante el avance de las nuevas técnicas fenicias durante la Edad de Hierro.

 

BCEl estudio de la UMU ha podido constatar que los alfareros del sureste de la península ibérica que convivieron con los fenicios durante la Edad de Hierro, se vieron influenciados por los métodos de trabajo de estos, pero sin dejar de lado su identidad propia. Además, confirman la existencia del horno alfarero autóctono más antiguo de la Península Ibérica, datado a finales del siglo VIII a.C., un siglo antes de lo que se creía anteriormente.

El objeto de estudio ha sido un poblado que se hallaba en El Castellar, situado a tres kilómetros al noroeste de Librilla, y que existió, según las investigaciones, desde el final de la Edad de Bronce hasta bien avanzada la Edad del Hierro. Su geoestratégica situación permitió el florecimiento de una importante ciudad que alcanzó las 45 hectáreas en su época de mayor auge, una de las mayores de toda la península para este periodo, así como el desarrollo de una importante economía en la que la industria alfarera tuvo que ser notoria. En ese desarrollo fue esencial la actividad comercial desarrollada gracias a sus buenas conexiones con zonas de ocupación fenicia como la bahía de Mazarrón y la desembocadura del río Segura.

 

El horno alfarero más antiguo

La profesora de la UMU Milagros Ros Sala, profesora del departamento de Prehistoria, Arqueología, Historia Antigua, Historia Medieval y Ciencias y Tecn. Historiográficas, dirigió en los años 80 unas excavaciones en la zona, en las que se halló un horno alfarero del siglo VI a.C. Esta construcción, aunque parcialmente destruida por las obras de construcción del trasvase Tajo-Segura, ha servido ahora como base de la presente investigación ya que los materiales cerámicos analizados provienen de los niveles excavados entonces.

Tras esta investigación se ha confirmado la existencia de otro horno de alfarería anterior a ese, datado en el siglo VIII a.C. que aún está pendiente de ser localizado arqueológicamente. Las cerámicas encontradas en este yacimiento han sido estudiadas mediante análisis arqueométricos, es decir, analizando sus componentes por métodos físicos y químicos, y evidencian que ya fueron elaboradas a torno por alfareros locales o que se instalaron en El Castellar de Librilla. Esto demostraría que dicho horno estaba influenciado por la cultura fenicia, ya que fueron ellos quienes introdujeron ese elemento, puesto que anteriormente las vajillas cerámicas se modelaban a mano.

 

Influencias fenicias

Gracias a los análisis químicos por fluorescencia y difracción de rayos X, microscopía electrónica de barrido y petrografía geológica realizados a las piezas encontradas en este yacimiento, los investigadores han podido saber que estos alfareros fueron influenciados por la técnicas de los fenicios, incorporando a su método de trabajo nuevas herramientas y métodos propios de ellos, pero sin perder su identidad propia. “La incorporación de estas tecnologías no implicó una eliminación o sustitución de los rasgos identitarios de las comunidades autóctonas, como se ha propuesto tradicionalmente siguiendo una lógica de que lo foráneo siempre es mejor” explica Benjamín Cutillas, investigador del Grupo de Investigación en Arqueología de la UMU.

Por ejemplo, elaboraban sus trabajos simultaneando el uso del horno complejo y el torno, métodos procedentes del Mediterráneo Oriental, a la vez que continuaban realizando las técnicas tradicionales de modelado a mano y de cocción en hornos abiertos. Estos alfareros autóctonos también producían copias de cerámica fenicia tan similares que se creían originales y, a la misma vez, continuaban elaborando algunas cerámicas como las ollas de cocina siguiendo las formas y estéticas tradicionales hasta 200 años después de la llegada fenicia. Es decir, estas comunidades supieron incorporar selectivamente aquello conveniente para especializarse en su trabajo y desechar aquellas cerámicas o técnicas que no deseaban, conservando parte de sus costumbres propias y rasgos identitarios.

 

Conclusiones 

Los investigadores han demostrado que las poblaciones locales no fueron sujetos pasivos ante la colonización de los fenicios, sino que adoptaron tecnologías foráneas y se nutrieron de ellas para elaborar nuevos productos muy posiblemente con fines comerciales: “estas comunidades autóctonas también pudieron participar activamente en los sistemas económicos del momento y con una presencia, como vemos en las cerámicas, mayor y más antigua de lo planteado hasta ahora” afirma Benjamín Cutillas.

El análisis de los objetos cerámicos encontrados en el yacimiento de El Castellar ha sido clave para la elaboración de este estudio, es por ello que los investigadores recalcan la importancia de los mismos como elementos de aprendizaje: “A nivel metodológico, se pone de manifiesto como la cerámica es un objeto de estudio dinámico y abierto a la interdisciplinariedad, incluso si estas proceden de excavaciones antiguas, como se muestra en este estudio” explica Benjamín Cutillas.

 

Años de investigación

Una investigación predoctoral basada en el “análisis y evolución de las comunidades del Bronce Final y la Edad de Hierro del Sureste de la Península Ibérica”, que fue iniciada en el año 2017 por el investigador Benjamin Cutillas Victoria, ha dado lugar a este estudio, publicado en la revista de impacto internacional Archaeological and Anthropological Sciences. El artículo titulado: “Technological change and cultural resistance among southeast Iberian potters: analytical characterisation of Early Iron Age pottery from Castellar de Librilla” tiene como autor principal al ya nombrado Benjamín Cutillas Victoria, investigador y doctor del Grupo de Investigación en Arqueología de la UMU. Cuenta también con la colaboración de los investigadores Jaume Buxeda i Garrigós, de la Universidad de Barcelona (UB) y Peter M. Day, del National Centre for Scientific Research ‘Demokritos’ de Atenas y perteneciente a la Universidad de Sheffield, en Yorkshire, Inglaterra.

Financiación: contrato predoctoral FPU del Plan Propio de la UMU, colaboración de instituciones tanto españolas como internacionales –Universidad de Barcelona, University of Sheffield-, y Proyecto ALAFMET: alfarerías autóctonas y fenicias del sureste ibérico. Una mirada Arqueométrica, subvencionado por la fundación PALARQ.

En paralelo a estos trabajos, también se han podido acometer varias excavaciones arqueológicas en el lugar, en concreto, desde 2018 se realizan trabajos en Cabezo de la Fuente del Murtal (junto al Ayuntamiento de Alhama de Murcia) y en 2019 y 2020 se llevaron a cabo trabajos de prospección intensiva en la zona a medio camino entre Alhama de Murcia y Librilla.

 

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