null Alfa-lactoalbúmina como ingrediente de fórmulas infantiles

Este artículo proporciona información sobre la composición de las fórmulas infantiles y las diferencias con la leche materna humana, haciendo hincapié en la importancia de un equilibrio adecuado entre las diferentes proteínas añadidas a las fórmulas infantiles.
Alfa-lactoalbúmina como ingrediente de fórmulas infantiles

Artículo: "Alfa-lactoalbúmina como ingrediente de fórmulas infantiles" 

Publicado en: INFORMACIONCONSUMIDOR.COM promovida por la Fundación Alimentum

Página web: http://www.informacionconsumidor.com/Opinioacuten/ArticuloOpinion/tabid/72/ItemID/75/Default.aspx 

Autora: Carmen Martínez Graciá

Grupo de investigación: E098-02 NUTRICION Y BROMATOLOGIA

 


 

Hoy en día, las empresas dedicadas a la preparación de fórmulas infantiles centran sus esfuerzos en adecuar la concentración de sus componentes con el objetivo de alcanzar los mismos efectos funcionales que se producen en los niños alimentados a pecho. Los primeros estudios para mejorar las fórmulas infantiles fabricadas a partir de leche de vaca, se basaron en las características diferenciales de la leche humana en relación a la bovina. En la mujer, la concentración de proteínas del lactosuero es muy elevada en los primeros días de la lactación mientras que la síntesis de caseína es casi inapreciable. Posteriormente aumenta la síntesis de caseína, aumenta el volumen de leche producido por la glándula mamaria y la concentración total de proteínas del lactosuero disminuye. Como consecuencia no existe un ratio fijo de proteínas del lactosuero en relación a la caseína en la leche humana sino que éste varía a lo largo de la lactación adecuándose a las necesidades del niño en crecimiento. El cociente proteínas del lactosuero:caseína citado más frecuentemente es de 60:40, una aproximación media, ya que hay que tener en cuenta que cambia desde 80:20 en las primeras etapas hasta 50:50 al final de la lactación (Lönnerdal 2003).

Aun así, los niños alimentados con fórmulas ricas en proteínas del lactosuero, muestran diferencias en el patrón de aminoácidos en plasma en relación a los niños alimentados con leche materna, especialmente en los niveles de triptófano y cistina, que suelen ser inferiores. Tanto el triptófano como la cistina son componentes imprescindibles de rutas metabólicas diversas, además de su papel como integrantes de proteínas. El triptófano es el precursor de la serotonina, neurotransmisor que interviene en el comportamiento y en el patrón del sueño. La cistina es un componente del glutatión y está implicado en la protección del organismo frente al daño oxidativo. La suplementación de las fórmulas con triptófano o cistina (como aminoácidos libres) no parece ser una solución efectiva para resolver estas diferencias. Además de las dudas sobre la estabilidad de estos aminoácidos añadidos como suplemento, la absorción en el organismo de aminoácidos libres o de di y tripéptidos como suplementos de la dieta, puede ser demasiado rápida. Además, la leche humana contiene sólo un 5% de aminoácidos libres, siendo principalmente el ácido glutámico y la taurina (Davies et al., 2008).
Una de las propuestas tecnológicas para mantener la calidad biológica de la proteína, asegurar un buen aporte de triptófano y reducir el contenido de proteínas totales consiste en añadir a las fórmulas una mayor proporción de ?-lactoalbúmina (Heine et al., 1991). Esta proteína, cuya función principal es su intervención en la síntesis de lactosa, es la más abundante en el lactosuero de la leche de mujer y es particularmente rica en triptófano.
Los avances recientes en la tecnología de separación de compuestos del lactosuero bovino, se han traducido en la obtención de fracciones proteicas con una elevada concentración de alfa-lactoalbúmina y una reducida proporción de ?-lactoglobulina (proteína que no se encuentra en la leche de mujer pero mayoritaria en la leche de vaca). Este hecho es muy importante ya que si una formula infantil se crea con un balance proteínas del lactosuero:caseína de 60:40, con una fracción de lactosuero totalmente compuesta por alfa-lactoalbúmina, puede dar lugar a un déficit considerable de arginina en el lactante puesto que esta proteína en la leche de vaca posee una cuarta parte de arginina en relación a la de la leche de mujer. Las fórmulas modificadas deben contener un equilibrio en la adición de alfa-lactoalbúmina, preferiblemente asociado con una reducción de beta-lactoglobulina y una selectiva retención de otras proteínas (Lien, 2003).

Por otra parte la alfa-lactoalbúmina parece tener un claro efecto antimicrobiano y bifidogénico, mejora la absorción de minerales como el zinc, interviene en el patrón de sueño y disminuye la sensibilidad al estrés.

En conclusión los avances en la composición de las proteínas añadidas a las fórmulas infantiles, en particular, la posibilidad de obtener fracciones del lactosuero bovino, ricas en ciertas proteínas, va a permitir obtener productos con una menor concentración proteica total sin producir modificaciones en el patrón de aminoácidos en plasma en relación a los niños alimentados a pecho. Este hecho supone un paso más para mejorar las fórmulas infantiles con el fin de que los niños que no pueden ser alimentados con leche materna puedan beneficiarse con este alimento.