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null Dos investigadoras de la UMU fabrican hormigón a partir de residuos peligrosos

Fuente: La Verdad

El compromiso de afrontar, por fin, la recuperación de los numerosos espacios marinos de la Región de Murcia degradados por vertidos de residuos mineros, tanto del Mar Menor como del Mediterráneo y sus cuencas, ha puesto al Ministerio para la Transición Ecológica y a la Comunidad Autónoma ante el reto económico y técnico de gestionar un enorme volumen de desechos. A los proyectos para impermeabilizar y revegetar decenas de balsas de desechos y de terrenos urbanos contaminados en Cartagena, La Unión y Mazarrón, hay que sumar el de retirada y traslado a un vertedero de residuos peligrosos (en la provincia no hay ninguno) de 90.000 toneladas de restos de Puerto Mayor, en La Manga, y el de sellado o transporte a una corta minera (aún no se ha decidido) de los 60 millones de toneladas de la bahía de Portmán. 1

En este contexto, el Gobierno regional y la Universidad de Murcia (UMU) han dado un esperanzador paso para reducir los costes y la complejidad de este tipo de obras, así como el impacto ambiental asociado ellas, a través de una solución de economía circular con potencial para la construcción sostenible de infraestructuras.

Plan piloto de la Comunidad

Se trata de la transformación de residuos mineros en hormigón en masa y en mortero, productos aprovechables como «base de carreteras, zapatas, bordillos, cunetas, escolleras y hasta arrecifes artificiales», comentó ayer a LA VERDAD María José Martínez, catedrática de Edafología y Química agrícola de la UMU.

Martínez y Carmen Pérez Sirvent, catedrática de Cristalografía y Mineralogía también en la UMU, plantearon una «prueba de concepto», dentro de un proyecto piloto de valorización de residuos mineros. Este fue financiado con 17.968,50 euros por la Consejería de Medio Ambiente y se basó en una experiencia de la Universidad que acabó en una patente de alcance europeo: la obtención de hormigón a partir de restos de la bahía de Portmán, de la mina de Touro, en La Coruña, y de la mina Atalaya Mining, en Huelva.

«El resultado ha sido muy satisfactorio, ya que hemos demostrado que se puede dar una segunda vida y reutilizar los residuos como material de construcción. El informe de viabilidad ha probado que es posible obtener un hormigón en masa que cumple los requisitos técnicos de aplicación en obras y de protección de las personas y del medio ambiente», destacó el director general de Energía y Actividad Industrial y Minera, Federico Miralles. Y apuntó que este hormigón «impide la transferencia al medio de los elementos potencialmente tóxicos» y reduce «los costes de gestión de los residuos peligrosos y los beneficios para la conservación de la biodiversidad marina».

Arrecifes para el Mar Menor

Martínez, ex secretaria sectorial de Medio Ambiente de la Comunidad, detalla que en este caso se empleó una mezcla de materiales de distintas zonas de la Sierra de Cartagena. Entre ellas estuvo la balsa El Lirio, situada junto al complejo turístico La Manga Club y que está clausurando la Consejería que dirige Juan María Vázquez, con ayuda del Ministerio. Añadió que pueden usarse todos los residuos productores de aguas ácidas, como los que contienen piritas y jarositas, y así evitar la dispersión por el viento y la lluvia (por ejemplo a través de las ramblas) de metales como plomo, zinc, cadmio y arsénico, que son cancerígenos.

La investigadora ve viable fabricar bloques de hormigón «a pie de obra, con hormigoneras portátiles». Y habla de «aplicaciones innumerables», incluidos los puentes, porque los ensayos en el laboratorio de la Dirección General de Carreteras, de la Consejería de Fomento e Infraestructuras, arrojaron valores de resistencia superiores a 15 megapascales.

También subrayó que el uso en viales y puertos reduciría la extracción de áridos en las canteras. Y anunció una prueba en el Mar Menor para habilitar escolleras «que, a modo de arrecifes, sirvan de zonas de refugio y reproducción para gambas y langostinos.