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null Un estudio de la UMU ensaya una vía para lograr los mejores espermatozoides en reproducción asistida

Fuente: La Verdad

Al viejo mandato divino de «creced y multiplicaos» ya solo le queda fuelle a la primera parte. El día a día nos come tratando de levantar el país, mientras que los ratios de reproducción caen de forma incesante. Lo confirma un estudio internacional en el que participa la Universidad de Murcia (UMU), la misma entidad de investigación que ensaya una solución para obtener los mejores, de entre los cada vez más escasos, gametos que producen los hombres de todo el mundo. 1

Las parejas tienden a procrear cuando consiguen una independencia económica y un cierto grado de estabilidad laboral que cada vez llega más tarde, lo que agrava los problemas de infertilidad, que los expertos estiman que ahora afectan a unas 1.200 parejas por cada millón de habitantes y año. Es un contratiempo personal, pero también un problema sociológico que, mientras no levantemos el acelerador de nuestro ajetreado modo de vida, encuentra parte de su solución en la ciencia. Las técnicas de reproducción asistida (TRA) incrementan las posibilidades de revertir la situación, aunque se enfrentan a mermas de la fertilidad cada vez más acuciadas. Dos investigaciones de la Universidad de Murcia (UMU) trazan en paralelo un singular mapa que resume la situación. Mientras el profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública Jaime Mendiola revela en la investigación en la que participa que la concentración de esperma se ha reducido en los hombres a la mitad en solo 50 años, la catedrática Carmen Matas, especialista en fisiología de la reproducción, trabaja en el desarrollo de un singular método de selección de los espermatozoides más fértiles, y por tanto más aprovechables para la reproducción asistida. Ahora tenemos menos gametos, nos dice el trabajo de Mendiola, pero también nuevas herramientas para seleccionar a los mejores, gracias al proyecto de Matas.

La UMU ya alertó en una investigación presentada en 2017 de la caída en la concentración de esperma entre los varones europeos. Y ahora, un nuevo estudio internacional, en el que participa el grupo de Salud Pública y Epidemiología de la universidad pública murciana, ha replicado el trabajo entre hombres de América del Sur y Central, Asia y África, de modo que completa la radiografía que ya se había extraído de Norteamérica, Australia y Europa. La conclusión es que el problema se extiende a todos los continentes y además se está acelerando conforme avanza el siglo XXI.

Se trata de una «crisis emergente», como la definen los autores, que no solo preocupa en relación a la fertilidad masculina. «También es un indicador del estado de salud de los varones, con niveles bajos asociados con un incremento del riesgo de enfermedades crónicas y cáncer testicular», precisa Mendiola.

La degradación del medio ambiente y el estresante ritmo de vida en el que hemos caído están detrás del problema, que a su vez, señalan los autores, «refleja una crisis global» con «amplias implicaciones para la supervivencia de la especie humana».

Los resultados de esta investigación de siete años, y con datos de 53 países, acaban de publicarse en la revista 'Human Reproduction Update', editada por la Universidad de Oxford. Los recuentos espermáticos realizados en regiones de Suramérica, Asia y África previamente revisadas, para poder comparar correctamente su evolución, muestran, por primera vez, que los varones de estas geografías comparten una merma significativa que coincide con la ya observada en Norteamérica, Europa y Australia.

El fenómeno está incrementando su gravedad. En palabras del investigador que lidera el proyecto internacional, Hagai Levine, «en general, estamos viendo una disminución mundial significativa de los recuentos espermáticos de más del 50% en los últimos 46 años, una disminución que se ha acelerado en los últimos años». Mendiola avala una misma tendencia para el caso concreto de España. El profesor de la UMU, y coautor del trabajo, explica que se ha elaborado a partir de la información aportada por multitud de artículos científicos que evalúan la calidad seminal de una forma estandarizada para analizar conjuntamente si en las últimas décadas se refleja algún tipo de tendencia temporal. El resultado es que sí, y en los términos negativos que se han expuesto.

Aunque el objeto de la investigación no cubre las posibles causas, Mendiola señala dos fenómenos que podrían estar detrás. «Por un lado los hábitos de vida (alimentación, alcohol, tabaco, actividad física, etc.) y las exposiciones a tóxicos y contaminantes; y, por otro, las exposiciones cuando estamos en el útero de nuestras madres». Ese es un momento muy sensible «en el que cualquier alteración hormonal puede tener un efecto posterior importante en la vida adulta». Levine confirma cómo «ciertos hábitos de vida y los compuestos químicos en el medio ambiente están afectando adversamente el desarrollo fetal».

Para el investigador de la Escuela de Salud Pública Hadassah Braun, en Jerusalén, los hallazgos de este estudio internacional «sirven como el canario en la mina de carbón». Ahora ya lo sabemos: «Tenemos un problema serio en nuestras manos que, si no se mitiga, podría amenazar la supervivencia de la humanidad», por lo que reclama «un llamamiento urgente para la acción global con el fin de promover un medio ambiente más saludable para todas las especies y reducir las exposiciones y conductas que amenazan nuestra salud reproductiva». Y también nuestra salud (masculina) a secas, como advierte el catedrático de la UMU y jefe de servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, Alberto Torres, especialista internacional en esta área. De momento, certifica, «varios estudios epidemiológicos han evidenciado que una concentración espermática disminuida estaría asociada con un mayor riesgo de hospitalización, diabetes mellitus, osteoporosis, enfermedad cardiovascular, alteraciones del sueño, estrés psicológico o mortalidad, así como con una esperanzada de vida acortada».

«Afortunadamente», señala Mendiola, los hábitos que nos han llevado a esta situación componen unos «factores modificables», aunque exigen unos cambios notables en nuestro impostado modo de vida que no parece que estemos muy dispuestos a acometer. Mientras eso ocurre sí se está logrando atemperar algunos de sus efectos. Ahí es donde se enmarca la investigación de la catedrática Matas, con la solución que ofrece a la pérdida de calidad en el esperma.

Si ahora contamos cada vez con menos espermatozoides disponibles, la elección de los mejores ante la creciente tendencia a la reproducción asistida adquiere mayor importancia. Entre las distintas técnicas que se emplean para atender esta demanda, la principal es la denominada inyección intracitoplasmática de espermatozoides. En ella los gametos masculinos se seleccionan sobre la base de su morfología, lo que no garantiza que el elegido sea el adecuado para que la gestación tenga éxito, ya que pueden presentar alteraciones, como daños en el ADN.

En este contexto, lo que la investigación de la catedrática Carmen Matas ha logrado es demostrar 'in vitro' «que los espermatozoides que responden a quimioatrayentes muestran mejores características morfológicas, funcionales y de integridad del ADN». Además, «se ha observado una mejora en la calidad de los embriones de ratón obtenidos a partir de estos espermatozoides». De este modo, «el empleo del dispositivo y método de la presente invención podría reducir posibles alteraciones». El funcionamiento de ese dispositivo y método lo explica Matas: «La selección se basa en que los espermatozoides depositados en un sitio tienen que moverse a otro lugar donde existe una sustancia que los atrae».

Para ello «deben ser morfológicamente normales y ser capaces de 'oler' la sustancia atrayente». Ese componente que impulsa al gameto masculino a hacer su recorrido, detalla, «se obtiene del fluido del folículo de la hembra (mujer o animal de granja) que acompaña al óvulo». La especialista de la Facultad de Veterinaria de la UMU apunta que en la composición de esta sustancia también «hay unas pequeñísimas vesículas que se adhieren o introducen al espermatozoide y que son beneficiosas para el desarrollo del futuro embrión».

De momento, precisa, «estamos trabajando solamente con gametos de origen animal». Si bien, en un futuro próximo, «iniciaremos estos procesos con espermatozoides procedentes de hombres y fluido folicular de mujeres». Matas aclara que en esta investigación no se trabajará con ovocitos ni embriones humanos. En todo caso, advierte, «solicitaremos el permiso a los donantes y a los organismos pertinentes» para la nueva fase de un proyecto que abre una ventana de esperanza, desde la UMU, para revertir los problemas de fertilidad humana mientras no ponemos remedio al loco ritmo de vida que los está generando.

Una sinergia fecunda

El profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública Jaime Mendiola responde, al ser preguntado sobre la posibilidad de aunar en un proyecto mayor las investigaciones en torno a la fertilidad humana que está realizando la UMU, que los estudios epidemiológicos en humanos sobre fertilidad «siempre se basan en mecanismos biológicos subyacentes que se investigan en biología celular y molecular», y también «en el ámbito veterinario», donde se emplean modelos animales, como en el caso de la investigación sobre selección de espermatozoides de la catedrática Carmen Matas. De este modo, sintetiza Mendiola, se trata de dos ámbitos «fundamentales para encontrar sinergias en esta área».

Pie de foto: Laboratorio de la Unidad de Reproducción Asistida del hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia. Vicente Vicéns/ AGM