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null De la cría selectiva a referentes en edición genética en Europa

Fuente: La Verdad

En el principio fue el ácido desoxirribonucleico, podría comenzar la biblia de la biología en referencia al famoso ADN, donde se almacenan las instrucciones genéticas de los seres vivos. Y al final tenemos a la ciencia, incrementando constantemente su capacidad de manejar esos hilos tejidos por la diosa natura para sacar ventajas que nos benefician a todos. La investigación regional se mueve cada vez con más soltura en este ámbito, que está dejando atrás los viejos usos de la cría selectiva. El grupo de Fisiología de la Reproducción de la Universidad de Murcia (UMU), por ejemplo, ha desarrollado estudios sobre técnicas de edición genética en cerdos, con aplicaciones en el ámbito biomédico y ganadero, en un proyecto con un claro impacto en la salud humana y animal. Sus artífices destacan que la singularidad de la propuesta permitirá la consolidación como referente europeo en este campo del equipo que la desarrolla, formado por ocho profesores permanentes de la UMU y un amplio número de colaboradores. 1

Otro caso de interés es un estudio que también se desarrolla aquí para tratar de saber más sobre una especie de alto interés comercial, la corvina, de modo que se pueda mejorar genéticamente y llegar así con más fuerza al mercado. Completa la terna ganadería-pesca-agricultura de estos ejemplos de investigaciones, financiadas todas por la Fundación Séneca, un estudio genético del insecto depredador 'Orius laevigatus' con vistas a la mejora de cultivos. Se trata, básicamente, de obtener razas de la especie más eficaces para que se puedan emplear como arma biológica de control de plagas en los meses de más frío, cuando rinden menos frente a los bichos damenos frente a los bichos dañinos que trata de combatir.

El investigador Joaquín Gadea lidera un proyecto con cerdos modificados a través de técnicas de edición genética Crispr-Cas con aplicaciones de notable interés, tanto en el área de producción animal como incluso para la salud humana. La similitud anatómica y fisiológica que tenemos con este animal le convierte en «un modelo muy adecuado para estudiar multitud de enfermedades humanas». El laboratorio murciano trabaja, por ejemplo, en el desarrollo de un modelo porcino con unas características determinadas relacionadas con el calcio, dentro de un estudio en colaboración con el departamento de farmacología de la Universidad de Oxford. Se trata de la obtención de unas modificaciones clave en unas proteínas «relacionadas con muchas funciones donde el calcio tiene un papel fundamental, como puede ser la contracción de la musculatura cardiaca». La combinación del estudio en células en cultivo humanas y ratones modificados, que tiene lugar en Oxford, y los cerdos editados genéticamente en Murcia permiten un «progreso en el conocimiento mucho más rápido y con mayor solidez», concreta Gadea.

La técnica permite «la generación de modelos porcinos que son exactamente iguales a enfermedades humanas». El investigador cita el caso de la progeria, un trastorno hereditario caracterizado por el envejecimiento prematuro, hasta el punto de que un niño de 13 años alcanza la apariencia de un anciano de más de 80, y en el que trabaja en colaboración con el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares. También se puede aplicar al desarrollo de órganos en los cerdos que pueden servir para donar a personas que los necesitan de forma imperiosa, de modo que les puedan ser útil temporalmente. Es lo que se conoce como xenotrasplante. «Esta aventura es un proceso muy complejo y de larga duración», sentencia Gadea, cuyo equipo ya avanza en este campo.

En cuanto al ámbito ganadero, las investigaciones del equipo murciano se centran sobre todo en conseguir cerdos resistentes a determinadas afecciones víricas, «anulando parte del recorrido que tienen que realizar el virus para provocar la enfermedad».

Se trata, en todos los casos, de proyectos de «grupos multidisciplinares que están situados tanto en España como distribuidos por todo el mundo». Gadea destaca también la importancia de que esta tecnología, con «un gran poder de modificación», se realice «bajo estrictos sistemas de regulación». El especialista incide en el mantenimiento de un «punto de vista ético que asegure que todo se hace de manera correcta y por un fin adecuado».

Otro ámbito muy distinto de investigación genética en la Región es en el que está inmerso el investigador Antonio Vallecillos para su tesis doctoral en torno a la corvina ('Argyrosomus regius'). Su propósito es mejorar el conocimiento de la especie «asociado a su crianza en condiciones industriales, desde el punto de vista tecnológico y genético». El trabajo se centra en caracteres clave como la calidad de la canal y de la carne y el crecimiento de la especie. La singularidad de esta investigación es que, frente a los numerosos avances en mejora genética que se desarrollan en especies animales, las acuícolas apenas reciben atención en este dominio.

Y con aplicaciones directamente agrícolas tenemos un tercer trabajo con financiación de la Fundación Séneca. Se trata del que realiza la también investigadora predoctoral Ana Belén Abelaira sobre el control biológico de plagas. Su objeto de estudio es un pequeño depredador, el 'Orius laevigatus', muy eficaz para eliminar otras especies perjudiciales en cultivos, pero que no es tan efectivo durante los meses de invierno, cuando sus enemigos sí logran estar más activos que él. En este contexto, «la obtención de razas tolerantes al frío posibilitaría el biocontrol en periodos de baja temperatura». En esto se centra el proyecto en el que está implicada Abelaira, que además estudia la obtención de otras mejoras genéticas de interés, «asociadas con el proceso industrial, desde la cría masiva hasta la distribución (tolerancia al almacenamiento y transporte)».

Estas últimas no son técnicas tan avanzadas como la del Crispr-Cas, pero todas representan bien la lucha de la mente y el esfuerzo humano por tratar de mejorar la vida.

Los responsables del trabajo de la UMU sobre técnicas de edición genética destacan su «impacto en la salud humana y animal». El investigador Joaquín Gadea, que lidera este proyecto con cerdos modificados a través de técnicas de edición genética para emplearlos como modelos de enfermedad humana, explica que la herramienta empleada, el famoso Crispr-Cas, «tiene su origen en los trabaos del profesor Martínez Mojica, de la Universidad de Alicante y antiguo alumno de la Universidad de Murcia». El sistema, que protagonizó el Nobel de Química de 2020, permite «editar con una gran precisión y especificidad la zona del genoma que es de nuestro interés». Básicamente, se trata de anular de función del gen que interesa antes de que el embrión se desarrolle, de modo que el organismo completo crece con la modificación que se le ha dado. El equipo de Gadea lleva desde 2015 trabajando en esta técnica, aunque para entonces ya acumulaba diez años de experiencia en otros métodos de modificación genética.