Es de todos conocido que la energía juega un papel importante en nuestras vidas. Normalmente utilizamos de forma inconsciente diferentes formas de energía varias veces al día, según nuestras posibilidades y gustos. Sin embargo los recursos de nuestro planeta son limitados y la acción humana en el uso y transformación de la energía a menudo deteriora nuestro entorno, por ello debemos consumirla de manera responsable.
A nivel individual, se puede realizar un uso más eficiente y racional de la energía, empezando por reducir el consumo energético de los aparatos que empleamos diariamente (ordenadores, luminarias, impresoras, fotocopiadoras, calefacciones y equipos de aire acondicionado, etc.). Adquiriendo pautas de comportamiento al respecto en la vida cotidiana (en casa, en el trabajo, en los desplazamientos que realizamos) e incorporando criterios ambientales en nuestras decisiones (por ejemplo a la hora de elegir un electrodoméstico o una vivienda) contribuimos a conservar nuestros recursos y mejorar nuestro planeta.
A nivel colectivo, la utilización de energías renovables es una alternativa al uso de los cumbustibles fósiles con menos efectos contaminantes e "inagotables" por su capacidad de renovación.
El calentamiento global y la contaminación de nuestro entorno (aire, suelo y agua) es un hecho indiscutible. Los modelos económicos actuales requieren un continuo crecimiento en el consumo de recursos que ha provocado la denominada "crisis energética" y un deterioro ambiental que ya es irreversible. El modelo es insostenible y el uso de energías renovables se torna obligado en el desarrollo social.