Ecoresiliencias

Amanecer desde el Paseo de Colón – Santiago de la Ribera

El Mar Menor es la laguna salada más grande de Europa y un ecosistema con características únicas que le ha permitido, por ejemplo, ser un refugio para la nacra, un molusco mediterráneo en peligro de extinción por la llegada, a través del Canal de Suez, de un parásito que termina matándolos. Este parásito, sin embargo, es incapaz de superar la que, hasta hace poco, era la principal característica del Mar Menor y que explicaba su delicado equilibrio: su elevada salinidad.

El Mar Menor ha sufrido en los últimos 50 años presiones derivadas, principalmente, de la excesiva urbanización de su zona costera con finalidad turística y, principalmente, del crecimiento de una potente agroindustria intensiva en su cuenca vertiente, que se ha traducido en la contaminación por nitratos del acuífero adyacente al Mar Menor y a un incremento de la entrada de agua dulce en la laguna. Esta presión se tradujo en una primera proliferación de algas, en 2016, conocida como “sopa verde”, pero, sobre todo, en la gran mortandad de peces producida en octubre de 2019, cuando se retiraron de la costa, más de 4 toneladas y medias de peces, cangrejos, langostinos, caballitos de mar, etc.

Como resultado de esta catástrofe, se puso en marcha un movimiento ciudadano que exigía otorgar a la laguna personalidad jurídica. Este movimiento elevó al parlamento español una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que recogió, en plena pandemia, seiscientas treinta y nueve mil firmas de todo el estado. Un 28% más de las requeridas por ley. Este movimiento estuvo encabezado por el llamado “grupo promotor”, pero contó con un gran número de activistas que compusieron el “grupo duro” del mismo, desplazándose por todo el país a la búsqueda de firmas. Tras el éxito de esta iniciativa, aprobada por el parlamento en septiembre de 2022 y convirtiéndose, por tanto, el Mar Menor en el primer ecosistema europeo con personalidad jurídica, este grupo se ha constituido en una asociación: AMARME.

Ahora, empieza una nueva etapa, tanto para las instituciones como para los movimientos sociales que defienden el Mar Menor por lo que existe un riesgo de fragmentación y conflicto social en el proceso de institucionalización de la personalidad jurídica del Mar Menor. Así, somos conscientes de que se está generando el espacio institucional con personal laboral, el reglamento donde se detallará cómo serán los procesos sancionadores y judiciales, cómo se van a capitalizar los diferentes grupos (y personas) que ya estaban en el proceso de la ILP, etc., en un proceso que, según denuncian algunos colectivos, no está siendo lo suficientemente transparente. Además, en el futuro próximo deberá iniciarse, desde la Oficina Técnica del Mar Menor (dependiente del MITECO), el proceso de prospectiva y participación ciudadana “Mar Menor 2050”, recogida en el Marco de Actuaciones Prioritarias para Recuperar el Mar Menor (MAPMM), un proceso que está aún por definir.

Por otra parte, debemos señalar la baja diversidad de los movimientos sociales en defensa del Mar Menor, tanto en sexo, edad, origen y género. En un primer análisis identificamos una elevada presencia femenina, lo cual no deja de ser positivo, así como una elevada media de edad. Las personas participantes son casi exclusivamente de nacionalidad española y, hasta donde podemos saber, cis. Frente a esta composición, la realidad de la comarca no puede ser más distinta: una alta presencia de población migrante (17% del total de población), de origen africano (52%), europeo (27%), latinoamericano (15%) y asiático (5%), y una población con edad inferior a 35 años de un 40%. Estos datos evidencian la falta de diversidad del movimiento que corre el riesgo de traducirse en una escasa representatividad del mismo, una realidad de la que ellas y ellos son conscientes (aunque únicamente en lo que respecta a la edad).

Ante esta realidad, entendemos que es necesaria una doble intervención. Por un lado, el empoderamiento de los movimientos sociales se vuelve imprescindible para encontrar su lugar en este contexto cambiante, de forma que sean correa de transmisión entre las instituciones y la sociedad civil, y acicate de la primera con constantes emplazamientos a la colaboración, la transparencia, la participación ciudadana, etc. Y, en segundo lugar, es necesario trabajar para ampliar la base activista de estos movimientos, ampliando su diversidad (de sexo, edad, origen y género), y también incluyendo a otros movimientos activos en la zona que, pese actuar en otras áreas o a otros niveles, entienden que el problema medioambiental de la comarca es una posibilidad de trabajo transversal e interseccional. 

Estamos, por tanto, ante una situación única, que ofrece la oportunidad de aglutinar, fortalecer, gestionar los duelos y conflictos propios y colectivos, dialogar, compartir, cuidar, soñar y diseñar acciones que muevan y activen a más personas, generando una identidad grupal poniendo en el centro al Mar Menor. Por todo ello, surgen preguntas como: 

¿Cómo se colocarán/ubicarán los diferentes colectivos cuando la institución sea una aliada?

¿Cómo serán capaces los movimientos sociales de generar espacios y herramientas para seguir estando presentes sin ser “fagocitados” por la institución?

¿Cómo será posible aglutinar personas y colectivos diversos que tienen el mismo objetivo común para que la voz del Mar Menor sea más fuerte?

En este nuevo proyecto nos gustaría contar con vuestra organización para indagar, crear y diseñar futuros posibles, trabajando en un espacio común de escucha, colaboración, cooperación, diálogo y unión por un objetivo claro: el Mar Menor.

¿Cómo queremos el Mar Menor, entendiéndolo como un ecosistema en torno al territorio, personas,organizaciones, etc.?

El proceso es completamente gratuito para vuestras organizaciones, sólo tendríais que haceros cargo de los desplazamientos al lugar de las sesiones y las dietas, si fuera necesario.

Qué encontrarás

Un proceso de acompañamiento, de indagación colectiva y toma de decisiones en torno a:

  • La relación de las organizaciones con las instituciones y las normativas presentes y de nueva creación.
  • Las organizaciones sociales como correa de transmisión entre el Mar Menor, ciudadanía, otros sectores y el territorio.
  • La creación de una acción colectiva de todas las organizaciones poniendo en el centro el Mar Menor y su ecosistema social.

Cómo lo vamos a hacer

Una sesión mensual (7 en total) de enero a julio en la que nos acompañarán ponentes, facilitadoras y artistas en:

  • Normativas, reglamentos, estrategias institucionales, canales de participación ciudadana, etc.
  • Retos sociales, políticos y económicos, interseccionalidad, gestión de conflictos grupales, generación de estrategias sociales.
  • Diseño de una acción colectiva artística de incidencia que aglutine a todas las organizaciones en un espacio público para la ciudadanía.

Este proyecto es posible gracias a la colaboración de la European Climate Foundation.

Además, sería imposible llevarlo a cabo sin la implicación de la Facultad y el Departamento de Filosofía de la Universidad de Murcia.

Juan Manuel Zaragoza

David Soto