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Historia Interna e Historia Externa de la Lengua:
El Fenómeno del Rotacismo en el Inglés Neoyorkino
(Universidad de Murcia)
RESUMEN
Starting
from the assumption that language is where people are or go=,
factors such as the industrialisation and its consequent processes of
urbanisation do not simply generate a migratory movement. They can also lead to
a change in the individuals life style that directly affects their social as
well as linguistic values and attitudes. That is, industrialisation and
urbanisation engender migrations from, normally, rural to urban areas that can
easily alter their relative linguistic systems. The aim of this paper is to
present a study in progress on the influence of extralinguistic factors on intralinguistic
elements, particularly the impact of the external on the internal history of
the English language, through the analysis of the possible cause and effect
relationship between the development of steamers during the Second Industrial
Revolution and the behaviour of post-vocalic /r/ at different stages in the
linguistic history of New York City.
INTRODUCCIÓN
Es obvio que donde quiera que va la gente también va el lenguaje.
Partiendo de esta premisa no es menos cierto que factores socio-económicos como la
industrialización y los consiguientes procesos de urbanización no se limitan a generar simplemente
un movimiento migratorio, sino también un cambio en el estilo de vida de
los individuos afectados que opera muy directamente en sus valores y actitudes
sociales y lingüísticas. Es decir, la industrialización y la urbanización provocan migraciones,
normalmente de áreas rurales a urbanas, que pueden perfectamente alterar los sistemas lingüísticos tanto de los
habitantes del núcleo de destino como de los correspondientes al de procedencia (véase J.M. Hernández-Campoy 1999).
Así, por ejemplo, el
inglés estándar británico es una variedad dialectal similar a cualquier otra de Inglaterra que
descendió de los dialectos ingleses originariamente hablados en Londres y
alrededores (Home Counties), y que, después de haber sido modificada a lo largo
de los siglos por la gente erudita (cortesanos, académicos, escritores,
etc.), vino a ser considerada como el modelo para todos aquellos que quisieran
hablar y escribir bien (Trudgill 1983: 18). Es la variedad de inglés normalmente
utilizada por la gente 'culta', empleada en la prensa y las publicaciones, y la
que normalmente se enseña en las escuelas británicas tanto a los hablantes nativos como a los
extranjeros que van a aprender inglés (English as a Foreign Language,
EFL). Como apunta Barbara Strang (1970: 105), a la generalización del dialecto
londinense como norma escrita representativa de la unidad nacional, y al
consiguiente declive de los dialectos medievales contribuyeron decisivamente
los cambios demográficos habidos en el país como consecuencia de las migraciones producidas durante
el período del Modern English: «Thus a consequence of urbanisation is
subordination of the old local structuring of language-varieties to a new
social structuring until eventually the whole fabric of 'dialects' is altered»
(Barbara Strang 1970: 105).
De hecho, según Martyn F. Wakelin
(1972), en el siglo XV Londres contaba con unos 40.000 habitantes mientras que
a fines del XVI tenía 200.000, lo que representaba el 50% de la población nacional. Con la
Revolución Industrial (siglos XVIII y XIX) el abandono de la vida rural motivado por
la búsqueda de áreas industrializadas y mineras hizo que ascendiera al 75% la cantidad de
población residente en núcleos urbanos, porcentaje que se mantiene actualmente. El 15% restante correspondiente
a la población rural alejada de las grandes áreas metropolitanas como Londres,
Liverpool, Manchester o Birmingham conservan los dialectos tradicionales, o al
menos algunos de los rasgos que han logrado sobrevivir, frente a la fortaleza
de la variedad del inglés británico estándar.
Si a finales del siglo XIX
el fenómeno de la urbanización se constituyó en un factor importante del cambio lingüístico en las ciudades, desde mediados
del siglo XX es el fenómeno de la suburbanización el que se ha alzado como factor determinante en el desarrollo de
variedades no estándares en el seno de las grandes urbes industriales que establecen
diferenciación y estratificación social. En otras palabras, si cuando la mayoría de la población se encontraba
localizada en las áreas rurales, la diferenciación lingüística era fundamentalmente regional,
cuando la mayoría de la población se condensa en los núcleos urbanos, la diferenciación lingüística es
esencialmente social. Numerosos estudios sociolingüísticos conocidos como los de
William Labov (1966, 1972, 1973), Peter Trudgill (1974), Roger Shuy, Walt
Wolfram & William Riley (1967), Walt Wolfram (1969), Euan Reid (1976),
Barbara Horvath (1985), Norbert Dittmar & Peter Schlobinski (1988), y un
largo etcétera, han demostrado
esta realidad: «The trend towards uniformity has accompanied a national trend
to urbanization, but even the cities —given the social conditions productive of
differences— can be the scene of extreme variation» (Joey Lee Dillard 1992:
204).
Otro caso similar es
el estudiado por Peter Trudgill (1996) sobre la desaparición de la terminación de tercera persona
del singular en el sistema verbal del dialecto de East Anglia, por simplificación, a lo que
contribuyó muy directamente la inmigración sufrida por esta región inglesa,
principalmente Norwich, de exiliados holandeses protestantes durante el período de la Inquisición Española.
En esta línea de incidencia de
factores económicos y demográficos, si nos remontamos aún más en el tiempo y adoptamos una perspectiva más amplia, desde un macro-nivel de
observación, la diversificación de las lenguas indoeuropeas es el resultado de desplazamientos
migratorios en muchos casos:
La amplia dispersión actual de las lenguas indoeuropeas es el resultado de migraciones pacíficas en unos casos,
violentas en otros, algunas de las cuales están suficientemente documentadas por
haber ocurrido en época histórica; la romanización del área mediterránea en la antigüedad o la germanización de la parte de la Europa occidental, y el paso posterior de estas lenguas
a grandes extensiones de América y Australia, son hechos que ilustran perfectamente
el desplazamiento de las lenguas indoeuropeas.
Salvador Núñez (1993: 93)
La lengua también hay que entenderla
en términos tanto de producción como de consumo. Según Stephen Barbour & Patrick
Stevenson (1990), el entorno lingüístico de cada hablante comprende el
de los otros de la comunidad con los que interactúa directamente, incluyendo los medios
de comunicación y las diversas manifestaciones de cultura popular (música, literatura,
cine, etc.) a los que tiene acceso. De este modo, puede interpretarse el
consumo en términos de disponibilidad y selección, que es lo que nos ofrecen la
variación y el cambio respectivamente:
«These
cultural choices can serve as a rough measure of political/ethnic affiliation
and in as much as reading and listening to a language reinforces the
'consumer's' competence in it, cultural habits can help conform predictions
about linguistic trends»
Stephen
Barbour & Patrick Stevenson (1990: 223)
Joey Lee Dillard (1992) habla de la
movilidad como característica
de la población norteamericana
que se ha reflejado de modo muy palpable en la historia de su lengua: «Many of
the historical phenomena associated with American English had to do with
movement of the population from rural areas to the city» (Dillard 1992: 207). Distingue unos procesos de regionalización y de desregionalización para describir aquellas situaciones producidas en los Estados Unidos y,
aunque en menor medida, Canadá, en las que los hablantes de zonas rurales bien
conservan sus rasgos locales al trasladarse a las zonas urbanas o bien los
pierden, llegando incluso a recuperarlos posteriormente al volver al lugar de
procedencia (re-regionalización). Así, por ejemplo, en períodos de guerra, soldados, navegantes, marines y obreros empleados en las
industrias de armamento tenían que estacionarse en grandes ciudades que desconocían y que
probablemente no hubieran conocido nunca. Estos contingentes de personas, si al
inicio exaltaban la superioridad de sus lugares de procedencia, posteriormente
no deseaban regresar, con lo que se producía una alteración de modelos
prestigiosos que también afectaba a la lengua. Sugiere Dillard, aunque sea de forma intuitiva, que
el proceso predominante en el inglés norteamericano actual es el de la
desregionalización:
Impressionistically,
de-regionalization is the strongest force in American English today. One is not
surprised any more, after speaking to an older man with a strong local dialect
and to a younger man with virtually no trace of one, to be told that latter is
the former's son. My own experiences of this type include a case where the
father had a strong Charleston, SC accent and the son was a virtually perfect Network
Standard speaker, and another in which the father was himself apologetic about
his Georgia/Louisiana background and its effects upon his dialect, the mother
had clearly identifiable east Texas/Louisiana features, and the two sons —who
grew up in the Philippines and Puerto Rico, among other places— were often
asserted to have a New York accent, even though they had not even visited that
city or state.
Joey Lee Dillard (1992: 196-197)
De hecho, según los datos ofrecidos por Blake McKelvey (1969: 50-51), el crecimiento más rápido de las ciudades
estadounidenses se produjo a mitad del siglo XIX, con un aumento del 92.1% en
los años en torno a 1840 y del 75.4% en torno a 1850, lo que representaba más del doble de la
tasa de crecimiento de la nación; la mayoría de esta población nueva era
granjeros de las zonas rurales e inmigrantes de otros países.
En esta misma tendencia, y
por la misma inercia, Dillard (1992) apunta la existencia de un proceso de desruralización de todo 'lo rural' que va muy estrechamente ligado a los procesos de urbanización y adquisición de los valores de la sociedad de consumo, lo que, en tanto que cambio,
afecta muy de lleno al léxico del inglés norteamericano1:
The
processes which tend to eliminate or reduce the use of blinky and blue-john
and to replace clabber with the more modish yogurt have developed
away from the rural areas where the terms of the farm and simple home life were
appropriate. The regional patterns most easily demonstrated by rural
terminology have become a lesser factor in American English. If the relative
urbanization cannot be identified with certainty as the cause, it is quite
clearly a correlate.
Joey Lee Dillard (1992: 206)
Una consecuencia de la desruralización y la urbanización es el aumento de
la parodia de todo lo relacionado con el entorno rural y los pueblos en los
medios de radio y televisión: «Trading, probably unconsciously, on this national
attitude, the media used accents and dialects for effective comedy purposes,
especially in the period just before World War II» (Dillard 1992: 209). Pero la
posterior promoción de todo 'lo local' como lo genuino y auténtico en los medios de comunicación, principalmente en
la publicidad, provocaba reacciones de sentimentalismo y nostalgia que conducían a la re-regionalización y la preferencia
por las variedades lingüísticas rurales: «Since the montainous region is outstandingly recognizable,
and since there is solidarity —kind of defence against the outside world— among
the most 'typical' inhabitants, there is a strong tendency to recognize and
defend 'mountain talk' [...] as a legitimate variety» (Dillard 1992: 188).
Incluso, la potenciación de las áreas rurales para vacaciones por las agencias viene dada por el valor nostálgico de la vida
natural y el aire puro que nunca puede ofrecer la urbe industrial: «Sentimental
representations of the small town and of the farm remained, but the United
States came more and more to visualize itself as urban for work and suburban
for residence» (Dillard 1992: 210). Esta situación no se produce únicamente en los
Estados Unidos, sino que también ha sido observada en países del continente europeo como Gran
Bretaña, especialmente cuando se estudian actitudes sociales ante las variedades
lingüísticas regionales basadas en asociaciones y connotaciones:
...
the preference for rural over urban accents has to do with the associations
people have with these varieties. Urban accents are disliked because they have
connotations —for the overwhelmingly urban British population— of smoke, grime,
heavy industry and work, while rural accents are associated with clean air and
holidays. The BBC accent is considered the nicest because it is associated with
education, wealth, power, status and prestige.
Lars Andersson & Peter Trudgill (1990: 134)
Con el análisis sociolingüístico del discurso
ecologista actual y su repercusión en la configuración espacial
(contextos lingüísticos), José María Jiménez-Cano (1992, 1999) ha demostrado que este discurso puede, o está llamado a cambiar,
la uniformización o urbanización de lo rural que han dado por sentado los dialectólogos tradicionales
y la sociología urbana en España. El respeto del ecologismo por el mantenimiento de las diferencias entre
lo rural y lo urbano ha provocado un fenómeno de ida y vuelta entre ambos
medios que repercute en la entrada y salida de elementos lingüísticos procedentes
bien de la ciudad o bien del campo. Es decir, al proceso de penetración de fenómenos urbanos en los
rurales, o exurbanización lingüística del medio rural —urbanización de lo rural—, sigue otro opuesto de
vuelta consistente en la rurbanización lingüística folclórica o folclorización estereotipada del medio urbano —ruralización de lo urbano:
El ecologismo, el de grupos rurales, aunque pueda parecer una manifestación más de esta
rurbanización folclórica, es un mecanismo integrado de enriquecimiento de los ámbitos urbanos y
rurales unificados por la naturaleza ecosistemática; y ese mecanismo de equilibrio
integrado contribuye, de una parte, a la urbanización de las zonas
rurales y, de otra, a la ruralización de las zonas urbanas.
J.M. Jiménez-Cano (1992)
Este fenómeno ha tenido sus manifestaciones lingüísticas concretas en i) los nombres de
los grupos ecologistas, normalmente referido a algún elemento
significativo local, ii) las diversas nomenclaturas de animales y flores que
elaboran estos grupos, y iii) la aceptación y, fundamentalmente, uso de las
variedades dialectales tradicionales, la preferencia por todo lo vernáculo. Esto ha
supuesto, pues, y en último término, la recuperación y conservación del léxico tradicional local, rural, principalmente relacionado con la flora y
fauna, mediante la moda por 'lo ecológico', lo genuino y puro, lo que de
algún modo rompe con la idea generalizada de la tendencia a la desaparición de los dialectos
tradicionales y altera o provoca los procesos de un cambio lingüístico.
I. NUEVA YORK Y LA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
Indudablemente, la ciudad de Nueva York constituye el centro de negocios,
finanzas, comunicaciones, arte, cultura, entretenimiento y moda de los Estados
Unidos, además de ser uno de los más importantes a nivel mundial. Cuenta con tres aeropuertos internacionales
(Kennedy, La Guardia y Newark) y su puerto, que encauza más de1 10% de las
importaciones estadounidenses, es el mayor del país.
Sin embargo, hasta el siglo
XIX, la ciudad de Nueva York era una simple factoría mercantil desde el
siglo XVII (1640 aproximadamente) que experimentó un crecimiento más lento que los
puertos situados en las costas del sur de los Estados Unidos por ser una ruta
marítima incómoda para la navegación a vela, al depender muy estrechamente de los vientos: los navíos procedentes de
Europa no podían dirigirse directamente hacia el oeste, en el sentido inverso a los
vientos dominantes, con lo que tenían que navegar hacia el sudeste,
llegar a los puertos del sur (Nueva Orleans o Charleston), remontar hacia el
norte bordeando la costa y pasando por las ciudades de Baltimore y Filadelfia,
para finalmente alcanzar el puerto de Nueva York (Gráfico 1).
Gráfico 1: A latitudes tropicales los vientos soplan
fundamentalmente de este a oeste y remontan después hacia el norte a
lo largo de la costa americana, mientras que al norte del paralelo 40o
soplan en sentido contrario, de oeste a este, gracias a los
grandes vientos del oeste de las latitudes más templadas.
La Primera Revolución Industrial vino en
la segunda mitad del siglo XVIII de la mano fundamentalmente del descubrimiento
de la máquina de vapor en 1769 por el escocés James Watt y su aplicación a la maquinaria
industrial, lo que tendría una repercusión mundial no sólo técnica sino también a nivel cultural y social. A partir de 1840, ya inmersos en la Segunda
Revolución Industrial, con la ‘Cunard Line’ británica, empezó a utilizarse el
barco de vapor —los famosos steamers—, en lugar de los veleros, de forma
regular para el transporte marítimo entre Inglaterra y los Estados Unidos, y, a partir
de 1947, los americanos Hermann y Washington empezaron a ofrecer
servicio con Europa.
Con el desarrollo de la
navegación a vapor tras la Segunda Revolución Industrial, ese hándicap para Nueva
York en la ruta marítima Europa-América desapareció al poder dirigirse directamente hacia el oeste siguiendo la más corta desde
Europa. De este modo, como puede observarse en el Gráfico 1, esta ciudad
dejó de ser puerto a fondear en la travesía del Atlántico y pasó a convertirse en el
primero, con lo que tuvo que recibir y, aún más importante, acoger las grandes
migraciones hacia los Estados Unidos producidas durante la segunda mitad del
siglo XIX (véase Lacoste & Ghirardi 1983: 164).
Tabla
1
DESARROLLO DEMOGRÁFICO DEL ESTADO
DE NUEVA YORK |
|||||||||||||||
1650 |
1700 |
1750 |
1770 |
1790 |
1800 |
1820 |
1840 |
1860 |
1880 |
1900 |
1920 |
1940 |
1960 |
1980 |
1990 |
4.116 |
19.107 |
76.696 |
162.920 |
340.120 |
589.051 |
1.372.812 |
2.428.921 |
3.880.735 |
5.082.871 |
7.268.894 |
10.385.227 |
13.479.142 |
16.782.304 |
17.558.072 |
18.044.505 |
-- |
364% |
301% |
112% |
108% |
73% |
133% |
76% |
59% |
30% |
43% |
42% |
29% |
24% |
4% |
2% |
fuente:
McNally (1993: págs.
48-59)
Como puede apreciarse en la Tabla 1, aunque desde el propio periodo
colonial la mayor parte del crecimiento demográfico de Nueva York ha tenido lugar
como consecuencia de la elevada inmigración, el hecho de convertirse esta
ciudad en la puerta de entrada a América para los europeos le hizo crecer
considerable y desproporcionadamente mucho más que las otras ciudades portuarias
norteamericanas. También hay que tener en cuenta, con respecto a la tabla de estadística demográfica anterior, que,
si hasta mediados del siglo XIX la mayor parte de la inmigración sufrida por Nueva
York afectaba a todo el Estado, la habida después de ese referente temporal afectó fundamentalmente a
la ciudad. De hecho, un cuarto de la población neoyorquina de la segunda mitad del
XIX eran irlandeses, mayoritariamente católicos, que inmigraron entre 1847 y
1854, aunque continuarían hasta la década de 1890.
II. EL FENÓMENO DEL ROTACISMO
Un ejemplo de arbitrariedad y subjetividad total en las actitudes sociales
frente al prestigio de las variedades lingüísticas es el fenómeno del rotacismo
(rhoticism) en inglés. Según John Wells (1982: 212), hay ciertos desarrollos fonológicos que ocurrieron
en las Islas Británicas y que no se difundieron por todos los diferentes acentos, aunque sí por la mayoría. Estos rasgos
caracterizan a los acentos británicos como innovadores o conservadores según el grado de
aceptación o rechazo de las tendencias fonológicas surgidas en la lengua hablada.
Una de estas innovaciones es R-Dropping, que surgió en el siglo XVIII y
que supone la eliminación en la pronunciación de una /r/ histórica grafémica en posición postvocálica, seguida de consonante o en final de palabra, pero no en posición inicial ni
intervocálica. De este modo, palabras como car, card o four empezaron
a pronunciarse como /kɑ:/, /kɑ:d/ y /fɔ:/ en lugar de como tradicionalmente había sido: /kɑ:r/, /kɑ:rd/ y /fɔ:r/ respectivamente. No afecta,
sin embargo, a la /r/ en posición inicial de palabra o intervocálica en casos como rate
o story (véase J.M. Hernández-Campoy 1999: págs. 243-246).
Además, el fenómeno de r-dropping
tuvo lugar después del Great Divide, en torno a 1750, cuando el General American y British
English dejaron de compartir los desarrollos lingüísticos habidos y terminaron por
seguir caminos evolutivos distintos, y constituye una innovación prestigiosa en el
inglés British English.
III. CONSECUENCIAS LINGÜÍSTICAS
El hecho de alzarse como la principal puerta de entrada a Estados Unidos
desde Europa hizo que Nueva York creciera mucho más que el resto de ciudades
norteamericanas y tuvo también unas consecuencias lingüísticas. Es de dominio común que en Nueva York
son los acentos que mantienen la /r/ postvocálica los que tienen más prestigio y los
considerados más 'correctos' frente a aquéllos que suprimen este rasgo rótico, aunque esta
situación no ha sido siempre la misma, ya que se sabe que ésta había sido una región que pronunciaba la
<r> en el siglo XVIII pero pasó a omitirse completamente desde el
XIX hasta la Segunda Guerra Mundial (véanse Wells 1982: 501-508; Trudgill 1983:
21-23; Leith 1983: 192; Dillard 1992; o Wolfram & Schilling-Estes 1998:
94-97).
Originariamente, el Estado
de Nueva York era un acento rótico, según Wolfram & Schilling-Estes (1998: 95), i) porque los
asentamientos fueron realizados por colonos procedentes de áreas róticas de las Islas
Británicas (norte y sudoeste de Inglaterra, además de Escocia e Irlanda del Norte),
ii) por la reducción de diferencias dialectales provocada por el contacto y mezcla de
dialectos y lenguas, y iii) por su relativamente escaso contacto con Londres
(no rótico), a diferencia de otras regiones como la Virginia costera (no rótica), Jamestown
concretamente, cuya riqueza por las plantaciones y fuerte estructura social
aristócrata permitía la educación en colegios londinenses.
Pero el proceso de
r-dropping se fue extendiendo con fuerza, dado su carácter de prestigio
procedente de la cuna cultural de Inglaterra (Londres) —en tanto que moda como
‘proper British speech’—, desde Nueva Inglaterra hasta que se estableció el cambio lingüístico en la ciudad
de Nueva York a mitad del siglo XIX, lo que hizo a esta urbe caracterizarse
como no rótica, aunque con prácticamente un siglo de retraso con respecto a la innovación producida y
difundida en las Islas Británicas (siglo XVIII).
Gráfico 2: Procedencia de la población inmigrante en los Estados Unidos entre 1870 y 1910. Fuente:
U.S. Bureau of the Census, Department of Commerce, Historical Statistics of
the United States, 2 vols. (Washington, DC: U.S. Government Printing
Office, 1975), Series A-58, A-59, A-69, A-119. En Berkin, Miller, Cherny &
Gormly (1995: 555
Si la Segunda Revolución Industrial, con el
desarrollo del barco de vapor, convirtió a Nueva York en la entrada americana
de los europeos, a su vez, este nuevo estatus de la ciudad, junto con la masiva
inmigración que acogió, le proporcionó una autonomía y personalidad propia2 en lo referente a su comportamiento
sociolingüístico que le hizo divergente con respecto a los patrones de prestigio
propios de las variedades dialectales de la costa este estadounidense, donde
predomina la pronunciación no rótica. La inmigración irlandesa, fundamentalmente, y escocesa, con acento rótico, sufrida entre
1847 y 1900, junto con la inmigración de distintos países cuya lengua
materna no es el inglés (Alemania, Noruega, Suecia, Dinamarca, Islandia, Polonia, Austria, Hungría, Rusia, Italia,
etc., según el Gráfico 2), y la posterior inmigración procedente de las regiones del
interior (con acentos róticos) de los Estados Unidos por la demanda de mano de obra para la
industria armamentística neoyorkina en el contexto de las guerras mundiales proporcionaron
unas condiciones de contacto y mezcla lingüísticos (lenguas y dialectos) cuya
consecuencia fue, en la línea de la tendencia general apuntada por Labov (1998), favorecer el
re-surgimiento de la /r/ postvocálica, ya presente en la ortografía, propia de las
características más genuinamente regionales de EE.UU.: regionalización en términos de Dillard
(1992) o rurbanización de la ciudad, en terminología de Jiménez-Cano (1992,
1999). De este modo, el rasgo rótico pasa a ser nuevamente un rasgo de prestigio que
empezó a ser fácilmente detectable a partir de las generaciones en torno a la Segunda
Guerra Mundial, siendo no ya un indicador (sujeto a variación social aunque no
estilística) sino un marcador, al estar sujeto a variación tanto social como
estilística en la ciudad de Nueva York.
Desde la Segunda Guerra
Mundial, la pronunciación de la <r> fue adquiriendo nuevamente una valoración prestigiosa, y el
cambio en la frecuencia de uso de la /r/ postvocálica aumentó en el habla de la
clase media alta, probablemente como consecuencia de la afluencia a la ciudad
de hablantes procedentes de áreas donde la /r/ postvocálica era un rasgo estándar o de prestigio y
también probablemente como consecuencia de un cambio en las actitudes subjetivas
de los neoyorquinos frente a este tipo de pronunciación —de una clara
indiferencia a un deseo general por adoptar tal pronunciación. Este fenómeno puede
observarse en una investigación llevada a cabo por William Labov (1966) sobre las
actitudes subjetivas de los informantes para comprobar cómo evaluaban la
pronunciación de la <r>.
Tabla 2
Edad |
Porcentaje
de Informantes de /r/ positiva |
Porcentaje de /r/
Usada |
8-19 20-39 40+ |
100% 100% 62% |
48 34 9 |
Fuente:
Trudgill (1983: 22)
El estudio reflejó, tal y como nos ofrece la Tabla 2, que hay un brusco aumento en la
evaluación favorable de la pronunciación de la <r> entre los hablantes
menores de cuarenta años, y que cuanto más jóvenes son los hablantes más emplean la /r/ postvocálica. La Tabla 3 resume la cronología del comportamiento
del fenómeno del rotacismo en la ciudad de Nueva York contextualizada históricamente.
Tabla 3
EL FENÓMENO DEL ROTACISMO EN NUEVA
YORK |
|||
periodo |
UK |
USA |
contexto histórico |
hasta 1750 |
/r/ |
/r/ |
Great Divide |
1750-1850 |
Ø |
/r/ |
Barco de
vela: último
puerto a fondear |
1850-1930 |
Ø |
Ø |
Segunda
Revolución
Industrial y el barco de vapor: primer puerto a fondear |
1930— |
Ø |
/r/ |
Guerras Mundiales |
¿Por
qué no sigue la ciudad de Nueva York el modelo
acentual del este de los Estados Unidos, que es predominantemente no rótico pues hay r-dropping? ¿Si no se hubiera
convertido en la entrada a Norteamérica para los Europeos gracias a la Segunda
Revolución Industrial y al barco de vapor ni,
consiguientemente, en el centro de negocios, finanzas, comunicaciones, arte,
cultura, entretenimiento y moda para los estadounidenses, habría cambiado sus patrones de prestigio,
manteniendo entonces el modelo acentual de propio de la costa este? Es decir:
¿Qué ocurriría a nivel de comportamiento sociolingüístico de la /r/ postvocálica si no se hubiera inventado el barco de
vapor y se siguiera con el tráfico marítimo
a vela? Los primeros datos obtenidos para este estudio en proceso apuntan a que
el desarrollo del barco de vapor en la Segunda Revolución Industrial fue fundamental para alterar los
patrones de comportamiento sociolingüístico de la ciudad de Nueva York en lo que se
refiere a la supresión y/o
mantenimiento de la /r/ postvocálica, al haber cambiado también las condiciones y características propias (servicios, emplazamiento,
estatus, demografía,
etc.) de esa ciudad.
CONCLUSIÓN
Factores socio-económicos como la industrialización y los consiguientes procesos de urbanización no se limitan a generar simplemente un
movimiento migratorio, sino también un cambio en el estilo de vida de los
individuos afectados que opera muy directamente en sus valores y actitudes
sociales y lingüísticas.
La industrialización y
la urbanización provocan
migraciones, normalmente de áreas rurales a urbanas, que pueden perfectamente alterar los sistemas
lingüísticos tanto de los habitantes del núcleo de destino como de los correspondientes al
de procedencia. El análisis
de la posible relación
causa-efecto entre el desarrollo del barco de vapor en la Segunda Revolución Industrial y el comportamiento del fenómeno del rotacismo y la pérdida de la /r/ postvocálica en distintos momentos de la historia lingüística de la ciudad de Nueva York es un ejemplo
de la incidencia de los elementos extralingüísticos sobre los intralingüísticos, concretamente de la historia externa
sobre la historia interna de la lengua inglesa.
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1 «The wars only intensified and sped
up processes of urbanization which had begun during the latter part of the
nineteenth century. Urbanization during the late nineteenth and the twentieth
centuries was perhaps the greatest factor of all in vocabulary change (Wood
1971: 47), and the generally slower elimination of rural-associated
phonological and grammatical patterns was certainly not unaffected» (Joey Lee
Dillard 1992: 207).
2 Aunque también hay que reconocer que la ciudad de Nueva York sobresalía cada vez más del mosaico
urbano norteamericano, pues recordemos que jugó un papel fundamental en la Guerra de la Independencia Norteamericana
(1775-1783), siendo donde se reunió el Congreso
Norteamericano durante el período de 1785 a
1790 para que George Washington se erigiera como primer Presidente de los
Estados Unidos (en 1789), y que, consiguientemente, había llegado a ser, si bien brevemente (de 1789 a 1790),
capital de los Estados Unidos.
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