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Articulos de académicos

La hipótesis de la Reina Roja, por el Prof. Dr. D. Ángel Pérez Ruzafa, académico numerario

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Columna de la Academia publicada en el Diario La Verdad el 12 de diciembre de 2015

El mes pasado se cumplió el 150 aniversario de la publicación de Alicia en el País de las maravillas en noviembre de 1865. Cincuenta años antes de la teoría de la relatividad, cuyo centenario también hemos celebrado este año. El libro de Lewis Carroll y su continuación “A través del espejo”  están llenos de situaciones y enunciados sugerentes, con fuertes paralelismos con principios científicos. Uno de ellos, la hipótesis de la Reina Roja, tiene un profundo sentido ecológico y evolutivo y, por tanto, en nuestras vidas. El enunciado deriva del pasaje en el que Alicia, corriendo sin parar, arrastrada de la mano por la Reina Roja, que gritaba “más rápido!¡más rápido!”, pensó “¿me pregunto si las cosas se están moviendo con nosotros? y la Reina, adivinando sus pensamientos, le gritó: ¡Más rápido, no trates de hablar!”… cuando pararon un momento “Alicia, sorprendida, miró a su alrededor:

-¡Creo que hemos estado bajo este árbol todo el tiempo! ¡Todo está igual que estaba!

-¡Por supuesto! -dijo la Reina- ¿cómo iba a estar?

-Bueno, en mi país -dijo Alicia, aun jadeando-, si corres tan rápido durante tanto tiempo, sueles llegar a algún otro sitio…

-¡Un país bastante lento! -replicó la Reina-. Aquí, hay que correr todo lo posible para permanecer en el mismo lugar. Para llegar a otro sitio hay que correr el doble de rápido.”

Van Val en un artículo titulado “Una nueva ley evolutiva” planteó en 1979 la hipótesis de la Reina Roja como principio ecológico y evolutivo, según el cual las especies deben cambiar continuamente para compensar las pérdidas de eficiencia competitiva derivadas de la evolución de las otras especies y así tratar de evitar extinguirse. Cada mejora en un competidor por los recursos, en los mecanismos de ataque del depredador o en los de defensa de una presa tienen que ser compensados inmediatamente por el contrario. Solo evolucionando continuamente las especies pueden retrasar una extinción que, por otro lado, termina siendo inevitable. Podríamos generalizar este principio en términos de la necesidad de los ecosistemas y de los individuos de estar continuamente ofreciendo resistencia al flujo de energía para poder mantener su estructura y no terminar degradándose bajo los efectos de la segunda ley de la termodinámica. El refranero popular, y mi entrenador de natación, lo formulaban como “camarón que se duerme, la corriente se lo lleva”. Por eso “¡corred!, ¡corred más rápido!” si queréis manteneros donde estáis.

Vida con silicio, por el Prof. Dr. D. Mariano Gacto, académico numerario

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Columna de la Academia publicada en el Diario La Verdad el día 5 de diciembre de 2015

El carbono y el silicio están próximos en la Tabla Periódica de los Elementos y presentan similitudes en su organización atómica. La vida en la Tierra se manifiesta en estructuras formadas por compuestos orgánicos que contienen carbono, pero como el silicio y el carbono comparten propiedades comunes (incluyendo la capacidad de originar grandes moléculas), se ha especulado sobre la posibilidad de encontrar formas extraterrestres de vida basadas en el silicio en vez de en el carbono. Sin embargo, el silicio parece presentar problemas de difícil solución para sustentar procesos vitales y, probablemente por eso, la evolución biológica terrestre se ha basado solamente en compuestos carbonados. En primer lugar, se requiere mucha más energía para romper un enlace entre silicio y oxígeno que entre el carbono y oxígeno. Además, el silicio oxidado da lugar a una sustancia insoluble (el dióxido de silicio o sílice), mientras que el carbono origina un gas (dióxido de carbono). La rotura de esos tipos de enlace y las oxidaciones indicadas son procesos comunes en la química del carbono que sostienen la energética de la vida en la Tierra. Por tanto, si existieran organismos con una bioquímica basada en el silicio, tales seres serían anaerobios o, alternativamente, harían frecuentes depósitos sólidos de sílice durante su respiración. Esta posibilidad tan extraña recuerda relatos futuristas de H.G. Wells sobre la llegada del hombre a planetas habitados por seres sorprendentes.

Sin embargo, existen en la Tierra organismos que hacen buen uso del silicio como sustituto del carbono. El silicio es la base de dispositivos de inteligencia artificial desarrollados por el hombre y uno de los elementos más abundantes del planeta. Bajo forma de sílice, el silicio representa el principal componente de los cristales de nuestras ventanas y de cada grano de arena de los desiertos. Pero es también un material estructural de protección en algunos seres vivos microscópicos, como las diatomeas, que son microorganismos unicelulares frecuentes en ambientes acuáticos y que forman parte del plancton. Las diatomeas se encierran entre dos valvas silíceas como sistema mecánico de defensa. Estos seres fotosintéticos son un eslabón importante de la cadena alimenticia en la naturaleza y los responsables de la cuarta parte del carbono fijado en el planeta. Aunque invisibles a simple vista, resultan organismos fascinantes bajo el microscopio por la belleza de las variadas formas de su elaborada envoltura silícea.

POLVO DE ESTRELLAS, por la Prof. Dra. Dª María de los Ángeles Molina Gómez. académica numeraria

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Columna de la Academia, publicada en el Diario La Verdad, el 28 de noviembre de 2015

Como es bien conocido, hasta ahora, la Teoría del Big Bang explica las características observables más significativas del Universo actual, si bien las leyes físicas convencionales no son capaces de explicar cómo éste podía ser tan denso y tan caliente (su temperatura era de unos 1027 ºC) en los primeros instantes. Unos pocos segundos después, algunas partículas subatómicas como protones y neutrones, se condensaron para formar núcleos, sobre todo de hidrógeno y también de helio y litio, que son los elementos químicos más ligeros, mediante reacciones de fusión nuclear. Después, con la disminución de la temperatura, al continuar la expansión, los electrones se unieron a los núcleos y los iones y los átomos comenzaron a formarse.

La aparición de los elementos de los que se componen los seres vivos, como nitrógeno, oxígeno y carbono, no tuvo lugar hasta centenas de millones de años después, cuando se formaron las estrellas. Dentro de ellas, la temperatura es lo suficientemente elevada para permitir su formación a partir de colisiones nucleares entre núcleos de helio y de hidrógeno. Las estrellas son por lo tanto, los únicos lugares en los que las reacciones nucleares se dan constantemente y de forma natural.

En general, la vida de una estrella es inversamente proporcional a su masa clasificándose éstas por su masa y su color. Las estrellas jóvenes (más calientes) dan una luz azul-violeta pasando con la edad al amarillo (como nuestro sol) y finalmente a rojas. Esto podemos entenderlo fácilmente si comparamos la estrella con una pieza de metal: Si la calentamos primero se pone roja, después naranja y luego azul, conforme aumenta su temperatura.

En el último estadio, el destino de una estrella depende mucho de su masa: si es muy pesada, cuando se le acaba el combustible, se dilata hasta convertirse en una supergigante roja que, después de unos cuantos millones de años, terminará explotando a una supernova que brillará durante algunos meses con gran intensidad, transformándose después en una estrella de neutrones o en un agujero negro, es decir: se condensará tanto que ya no tendrán lugar en ella reacciones nucleares y la única fuerza que prevalece es la de la gravedad. Si su masa no es muy grande, una vez que ha terminado su vida activa y ha consumido todo su hidrógeno, se convertirá en una enana blanca. Ese parece ser el destino de nuestro sol.

PLAGIO (II), por el Prof. Dr. D. Alberto Tárraga Tomás, académico numerario

Alberto Tárraga ficha

Artículo publicado como La Columna de la Academia en el Diario La Verdad, el 21 de noviembre de 2015

En la columna anterior se hacía referencia a la creciente preocupación de la comunidad científica por los casos de plagio ocurridos en su entorno. En este contexto resulta pertinente subrayar que, por respeto a la ciencia y a la sociedad, la lucha contra la falta de ética científica, en general, es una cuestión en la que todos debemos implicarnos. Y el mejor modo de hacerlo es empezar por la programación, dentro de las instituciones académicas, de actividades formativas dirigidas a los alumnos matriculados en cursos de máster y doctorado, primer contacto serio del alumno con el mundo de la investigación, donde se les transmitan los valores éticos que el desarrollo honesto de la actividad científica exige y se les inste a abandonar el uso indiscriminado e inaceptable del “copia-pega” de información contenida en trabajos ya publicados, tan detectado en los trabajos presentados por los alumnos, tanto durante su formación en enseñanza secundaria como universitaria. En este contexto, no sería descabellado exigir un documento, previo a la presentación y defensa de la tesis, donde el alumno manifestase la total originalidad de su contenido.

Es cierto que el transcurrir de los años ha llevado consigo un aumento de la presión para desarrollar investigación de alta calidad que permita publicar los resultados en las denominadas revistas de elevado impacto científico y, como consecuencia, competir, con garantía de éxito, por la financiación necesaria para conseguir los objetivos científicos marcados. Esto puede provocar el desarrollo de conductas inapropiadas como es el uso no autorizado de ideas ajenas, obtenidas a través de la revisión del trabajo de otros, sin que se cite la referencia obligada de los mismos, o el aumentar el número de publicaciones mediante el envío de manuscritos de contenido análogo sin citación recíproca.

Puesto que el plagio erosiona no sólo el prestigio del autor sino, también, la credibilidad de la revista científica donde se ha publicado el trabajo plagiado, los grupos editoriales científicos más prestigiosos ya disponen de los softwares adecuados para la prevención contra el plagio, y garantizar así la originalidad de los trabajos publicados en sus revistas.

Independientemente de que exista o no una legislación que sancione este tipo de conductas, lo que resulta evidente es que sólo desaparecerán cuando aquellos que la practican adquieran conciencia de que esta falta de respeto al trabajo e ideas ajenas, puede socavar la confianza y valoración de la sociedad hacia la inmensa mayoría de los investigadores, de intachable honestidad.

¿Se podrán curar las cataratas con un colirio?, por el académico numerario Prof. Dr. D. Juan Carmelo Gómez Fernández

Juan Carmelo ficha

Las cataratas son una enfermedad ocular que afecta a muchos millones de personas en todo el mundo, sobre todo a personas de edad avanzada, y dado el aumento de la esperanza de vida cada vez son más los casos que se presentan. Aunque la cirugía permite obtener buenos resultados, no deja de ser un proceso con sus riesgos y que en muchos países del tercer mundo no están al alcance de todo el mundo. Por ello sería muy conveniente el encontrar tratamientos farmacológicos para esta patología. El número de la revista Science aparecido el pasado 6 de noviembre de 2015, publica un muy interesante trabajo de Makley y colaboradores de varias universidades norteamericanas que trabajan en departamentos clínicos, bioquímicos y farmacológicos que presentan un muy interesante avance a este respecto.

Las cataratas surgen porque las proteínas del cristalino cambian de conformación con el tiempo y adoptan una estructura agregada que hace perder transparencia a la lente. Ello sucede porque existe una conforrnación de estas proteínas que está más favorecida termodinámicamente que la nativa, conformación amiloide. Nótese que el proceso degenerativo que se da en otras patologías, como la enfermedad de Alzheimer, también implica la adopción de estructura agregada de tipo amiloide. El problema es que las células fibrosas del ojo, de las que estas proteínas son el principal componente, no pueden renovar estas proteínas que han de durar toda la vida y además estas células no pueden eliminar las proteínas degeneradas.

El que esté más favorecida no quiere decir que se vaya a adoptar por la proteína inmediatamente, pues durante el proceso de plegamiento son dirigidas por chaperoninas que les indican el camino correcto y que les protegen para que se conserven permitiendo la flexibilidad de estas células para adaptarse a las necesidades de la visión. Sin embargo el proceso degenerativo se da aunque de forma muy lenta y dura más en unas personas que en otras.

Una forma de contrarrestar el cambio conformacional sería el encontrar fármacos que se asocien a la estructura nativa. Los autores del trabajo han usado una técnica de barrido extensivo de posibles compuestos, mediante la medida por fluorescencia de la fusión de las proteínas, teniendo en cuenta que la conformación amiloide, al ser más estable, tiene un punto de fusión más alto. Se trata, por tanto, de encontrar compuestos que disminuyan el punto de fusión de las proteínas del cristalino.

Realizado el ensayo masivo se llegó a la conclusión de que hay un par de compuestos con estructura de esteroles que cumplen esta función, cuando el ensayo se hizo in vitro: el 28, 5a-colestan-3b-ol-6-ona y el 29, 5-colesten-3b, 25-diol. A continuación probaron estos compuestos con ratones que desarrollan cataratas, debido a una mutación, comprobando que al emplear estos compuestos en un colirio suministrado como gotas, se observaba una sensible mejoría en la transparencia de las lentes de los ojos de los ratones, cuando se midió mediante la lámpara que utilizan los oftalmólogos para detectar la cataratas. También se observó un aumento de transparencia en tejidos humanos que se habían extraído de ojos afectados por la patología.

Todo esto es muy prometedor, pero los autores tiene la precaución de advertir que para las medidas realizadas se han empleado las lámparas de hendidura oftalmológicas y que hace falta experimentar con estos compuestos en ojos humanos, de forma que los individuos puedan comprobar si realmente estamos ante el avance enorme que se vislumbra.

Para saber más:

Makley LN1, McMenimen KA1, DeVree BT2, Goldman JW3, McGlasson BN3, Rajagopal P4, Dunyak BM1, McQuade TJ5, Thompson AD1, Sunahara R2, Klevit RE4, Andley UP6, Gestwicki JE7.

Science. 2015 Nov 6;350(6261):674-7. doi: 10.1126/science.aac9145.

Pharmacological chaperone for α-crystallin partially restores transparency in cataract models.

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=cataracts+Makley+McMenimen

Plagio, por el Prof. Dr. D. Alberto Tárraga Tomás, académico numerario

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Columna de la Academia publicada en el Diario La Verdad el 14 de noviembre de 2015

Hace unos meses leía en la edición internacional de la revista Andgewandte Chemie un interesante artículo del Prof. W. F: van Gunsteren (Swiss Federal Institute of Technology) titulado “The Seven Sins in Academic Behavior in the Natural Sciences”, donde describía, por orden de gravedad, lo que él consideraba los “siete pecados capitales”, o violaciones de los principios básicos, que nunca se han de cometer cuando se trabaja en investigación. Y entre ellos destacaba el plagio.

De esta conducta incorrecta, tan habitual en el mundo de la literatura, la música e incluso en medios de comunicación, como la radio, no es ajena el mundo académico y de la investigación donde las acusaciones de plagio han existido a lo largo de la historia. Son famosos los casos de C. Darwin frente a A. Russell Wallace, sobre el descubrimiento de la selección natural de las especies; de Newton frente a G. W: Leibniz, sobre el del cálculo infinitesimal; o, más recientemente, de L. Montagnier frente a R. Gallo, sobre el del virus del sida. Sin embargo, en los últimos años, estos casos han ocupado, desgraciadamente, numerosas páginas de periódicos y de espacios de televisión, como consecuencia de los escándalos ligados a determinados miembros del gobierno alemán, al primer ministro de Rumanía (Victor Ponta), a la vicepresidenta del Parlamento Europeo (Silvana Koch-Mehrin), al presidente de Hungría (Pál Schmitt), etc., acusados todos ellos de plagiar parte del contenido de sus correspondientes tesis doctorales.

Como consecuencia de esta preocupación de la comunidad científica, son numerosos los artículos publicados recientemente en los que se aborda el plagio en sus diferentes formas, incluido el denominado autoplagio, junto a otras violaciones de los códigos éticos que deben presidir la actividad investigadora. En este contexto merecen destacarse las definiciones para la mala conducta científica propuestas por la Office of Research Integrity (ORI) de los EEUU.

En estos trabajos se hace una clara distinción entre el plagio intencionado y el cometido de forma accidental como consecuencia de la citación incorrecta de la bibliografía utilizada, y se intenta delimitar lo que, en esencia, constituye el verdadero autoplagio, destacando que el hecho de que un autor reproduzca un párrafo de cualquiera de sus artículos publicados o un procedimiento experimental desarrollado por él, en una nueva publicación, no constituye ninguna violación de la originalidad de esta, en tanto que solo evita el esfuerzo de redactar, de forma distinta, algo que ya describió con suficiente claridad.

Emmy Noether y la Geometría del Universo, por el Prof. Dr. D. Ángel Ferrández Izquierdo, académico numerario

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Columna de la Academia, publicada en el Diario La Verdad, el 7 de noviembre de 2015

Hay autores que sostienen un cierto desprecio de Einstein por la Matemática, ante cuyas herramientas tuvo que finalmente claudicar. De hecho, según el propio Einstein, ‘la Geometría no resulta tan importante como muchos nos intentan hacer creer’. En la antigua Grecia, la Ciencia era sinónimo de Geometría y esta era la base para organizar, conocer y comprender la naturaleza. Es una delicia recordar el diálogo de Il Saggiatore, cuando en 1623 Galileo Galilei explica ‘in quale lingua sia scritto il libro della natura: Signor Sarsi, la filosofia è scritta in questo grandissimo libro che continuamente ci sta aperto innanzi a gli occhi (io dico l’universo), ma non si può intendere se prima non s’impara a intender la lingua, e conoscer i caratteri, ne’ quali è scritto. Egli è scritto in lingua matematica, e i caratteri son triangoli, cerchi, ed altre figure geometriche, senza i quali mezi è impossibile a intenderne umanamente parola; senza questi è un aggirarsi vanamente per un oscuro laberinto’.

Para Galileo y Newton, Geometría y Física eran complementarias, en el sentido de que hay leyes físicas que rigen el movimiento de los cuerpos, pero siempre en un contexto geométrico. De ahí la Geometría del tiempo absoluto y del espacio descrito por Newton. Fue Einstein quien afirmó que las leyes de la Geometría y la Física, tal como se habían entendido hasta entonces, a veces se contradicen y, cuando eso ocurre, la Física prevalece.

Fue la matemática alemana Emmy Noether (1882-1935) quien rehabilitó la Geometría como un principio organizador de la naturaleza. Veamos cómo. Cuando Einstein propuso por primera vez sus ideas sobre la relatividad, algunos científicos se preguntaban si aquellas ecuaciones conservaban la energía. Hilbert, que estaba muy interesado en la relatividad, ante la imposibilidad de resolver la cuestión, le pasó el encargo a Noether, quien no tardó en responder que cada ley de conservación se corresponde con un tipo de simetría. En particular, afirmar que la energía se conserva equivale a decir que existe simetría con respecto al tiempo.

Las simetrías y las leyes de la naturaleza no entran en competencia. La verdad de las leyes depende de la validez de las simetrías y la validez de estas asegura la verdad de aquellas. Por tales descubrimientos, Einstein le dedicó estas hermosas palabras: ‘In the judgment of the most competent living mathematicians, Fraulein Noether was the most significant creative mathematical genius since the higher education of women began’.

El mosquito tigre: un invasor genéticamente armado hasta los dientes, por el Prof. Dr. D. Juan Carmelo Gómez Fernández, académico numerario

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La prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Science de los Estados Unidos de América (PNAS USA), va a publicar próximamente (lo ha hecho ya en su versión online), un artículo sobre este mosquito obtenido en sus países asiáticos de origen, basado en la secuenciación de su genoma, del que son autores grupos de China, varios países europeos y USA. Este estudio se suma a otro previamente realizado en Italia con la variedad Fellini, que es la que ha invadido esa península. Las conclusiones son de especial interés en Murcia, dada la llegada reciente de este invasor a nuestra tierra. Aedes albopictus es peligroso, no solo por sus molestas picaduras, sino también por ser un potencial transmisor de graves enfermedades. Se sabe que transmite más de veinte arbovirus, entre los que están los causantes del dengue y la fiebre Chikungunya. También es un vector de nematodos de interés veterinario. Ahora, gracias a la secuenciación de su genoma y transcriptoma, podemos darnos cuenta de su amenazador potencial. Este mosquito ha sido ya capaz de expandirse desde sus orígenes asiáticos a todos los contienentes, excepto la Antártica, y de colonizar todas las zonas de clima tropical o templado. Cuando se examina su genoma llama la atención su gran tamaño (1,967 Mb), lo que le convierte en el mosquito con un mayor genoma. Por ejemplo, Anopheles darlingi (vector del paludismo en América del Sur) tan solo tiene 174 Mb, Culex quinquefasciatus (vector de la filariasis en regiones tropicales) 540 Mb, o su primo Aedes aegypti (vector de dengue y fiebre amarilla) 1376 Mb. Este amplio genoma del mosquito tigre comprende numerosas repeticiones de DNA, que codifica y que no codifica, y expansiones de genes implicados en su resistencia a insecticidas, diapausa, determinación de sexo, inmunidad y sentido del olfato. Es este amplio genoma lo que le equipa para ser un invasor con gran plasticidad y abundantes herramientas para adaptarse e imponerse al medio.

Para saber más:

-Genome sequence of the Asian Tiger mosquito, Aedes albopictus, reveals insights into its biology, genetics, and evolution. Chen XG, Jiang X, Gu J, Xu M, Wu Y, Deng Y, Zhang C, Bonizzoni M, Dermauw W, Vontas J, Armbruster P, Huang X, Yang Y, Zhang H, He W, Peng H, Liu Y, Wu K, Chen J, Lirakis M, Topalis P, Van Leeuwen T, Hall AB, Jiang X, Thorpe C, Mueller RL, Sun C, Waterhouse RM, Yan G, Tu ZJ, Fang X, James AA. Proc Natl Acad Sci U S A. 2015 Oct 19. pii: 201516410. [Epub ahead of print]

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=chen+asian+tiger

-Pathog Glob Health. 2015 Jul;109(5):207-20. doi: 10.1179/2047773215Y.0000000031. Epub 2015 Sep 14. A draft genome sequence of an invasive mosquito: an Italian Aedes albopictus.

Dritsou V, Topalis P, Windbichler N, Simoni A, Hall A, Lawson D, Hinsley M, Hughes D, Napolioni V, Crucianelli F, Deligianni E, Gasperi G, Gomulski LM, Savini G, Manni M, Scolari F, Malacrida AR, Arcà B, Ribeiro JM, Lombardo F, Saccone G, Salvemini M, Moretti R, Aprea G, Calvitti M, Picciolini M, Papathanos PA, Spaccapelo R, Favia G, Crisanti A, Louis C.

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=Dritsou+v+albopictus

Innovación deseable, por el académico numerario, Prof. Dr. D. Alberto Requena

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Columna de la Academia, publicada en el Diario La Verdad, el día 31 de octubre de 2015

Vivimos una época realmente nefasta para la investigación, y por ende para el futuro como sociedad, especialmente en nuestro país y en nuestra Región. A la crisis de financiación, se suma el ansia por los resultados y esa especie de conciencia colectiva que confunde investigación con desarrollo, ocurrencia con invento y Ciencia y Tecnología con superchería, al fin y al cabo. Eso que ha dado en denominarse, por los poco o nada versados, como Ciencia Aplicada, solamente oculta ignorancia. No hay Tecnología sin Ciencia que desentrañe tras descubrir, ni desarrollo sin soporte científico y tecnológico que lo sustente, ni innovación que no se base en descubrimiento, Ciencia y Tecnología y desarrollo y que sea capaz de aportar algo que mejore el bienestar de la Sociedad. No innova quien quiere, solo quien puede. No siempre un invento es una innovación. Como no lo es una ocurrencia. Ni tampoco lo es una nueva propuesta. Solamente después del filtro de la Sociedad, de sus intereses, de su capacidad de asimilación y de la oferta de mejora que trae de la mano un nuevo desarrollo, es posible que, finalmente, tengamos una innovación.

 

Hoy, por contra, todo se presenta como innovación. Una libreta con colores diferentes a los usuales se considera por algunos innovación. Pocas cosas, pocos inventos, pocas realizaciones, pocos desarrollos sustentados en Ciencia y Tecnología de nuevo cuño, han sido capaces de suponer una innovación. El automóvil no fue innovación hasta que tuvo personalidad. Primeramente imitó al carro. Servía para desplazarse, un poco más ligero que su predecesor, el carro. Hacia lo mismo, solo eso. Conforme se perfeccionó, se fue adoptando por la sociedad como un elemento que alteraba sensiblemente muchos conceptos: distancia, tiempo, ubicación de la vivienda, del trabajo… Aportó sensibles mejoras a nuestro bienestar (perjuicios también, claro está, pero muchas ventajas) y cambió nuestra forma de vida. Esto es una innovación. El teléfono, basado en un hecho científico que es el concepto de onda electromagnética, su producción, transporte y detección (para lo que los humanos no disponemos de sensores), pero una vez asimilado por la sociedad, ha supuesto una innovación que ha alterado la forma, frecuencia, comodidad, etc., con que nos desempeñamos los ciudadanos en todas nuestras facetas, profesionales, personales, etc. No es sólo una novedad, que lo fue en su momento, hoy es una innovación. Hubo Ciencia, invento, desarrollo tecnológico y finalmente surgió la innovación. Si repasan las hoy llamadas innovaciones, verán que pocas cumplen. Ojalá fueran más. Sería señal de que hay más Ciencia y más Tecnología. Eso es deseable.

Nuevo grupo de antibióticos organometálicos, por el Prof. Dr. Juan Carmelo Gómez Fernández, académico numerario

Juan Carmelo ficha

El descubrimiento de los antibióticos es probablemente uno de los mayores hitos de la Ciencia de todos los tiempos, llevado a cabo por el médico microbiólogo Alexander Fleming. Sin duda que estos medicamentos han sido fundamentales para aumentar la esperanza de vida de la humanidad. Sin embargo muchos microorganismos son capaces de desarrollar resistencia a estos compuestos y por ello es necesario el continuo desarrollo de nuevos antibióticos que nos permitan seguir combatiendo las infecciones. Es por tanto muy positivo que se esté desarrollando un nuevo grupo de estos medicamentos. Se basa este nuevo grupo de medicamentos en la asociación de metale de transición con compuestos orgánicos. Así, por ejemplo, alfa-aminoácidos se asocian con iridio, rodio o paladio, produciendo antibióticos activos contra Mycobacterium spp. Incluyendo a Mycobacterium bovis, Mycobacterium abscessus y Mycobacterium chelonae. Más recientemente se han sintetizado complejos de y cobalto con 1,2-diaminas que han resultado muy activos contra la bacteria Staphylococcus aureus que puede ocasionar enfermedades muy graves como neumonía, sepsis o neumonía. El problema que ocasiona esta bacteria es que se han desarrollado cepas resistentes a a antibióticos conocidas como MRSA (S. aureus resistente a la meticilina). Pues bien estos nuevos antibióticos son activos contra estas cepas. Los metales de transición son muy resistentes, lo que facilita su papel de combatiente de las infecciones en el organismo. Además estos compuestos atacan muy específicamente a las bacterias pero son inofensivos para las células de mamífero.

Para saber más:

http://www.vtnews.vt.edu/articles/2015/09/091415-fralin-mrsa.html

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=merola+falkinham.

http://pubs.rsc.org/en/content/articlepdf/2015/md/c5md00228airidio