|
Xavier Laborda Gil
(Universidad de Barcelona)
Antonio Saldívar, editor; José Antonio Rodríguez,
dibujante.
San Cristóbal de las Casas (México), Ecosur y Casa de la
Ciencia, 2006; 91 páginas
isbn 970-9712-31-4
Podemos pensar en
la comunicación a ras de tierra, como un conjunto de prácticas y estrategias.
También cabe considerar la comunicación desde las alturas de la teoría y el
metalenguaje. Cada una de estas perspectivas conduce a un camino ancho y
prometedor en los estudios sobre comunicación. Pero también se nos ofrecen
opciones de síntesis. Ene efecto, hay formas de relacionar estos extremos, de
modo que lo práctico se acoja a un modelo teorético y, a su vez, que lo
abstracto ilumine situaciones concretas. De ese diálogo entre lo específico y
lo genérico, entre lo aplicado y lo abstracto, trata el libro Técnicas y
dinámicas para la educación intercultural.
Es un diálogo
ameno y afortunado que plantea actividades y estrategias de comunicación grupal
con una finalidad de renovación social. Los autores son un colectivo de
pedagogos y educadores sociales que trabajan en el estado mexicano de Chiapas.
La coordinación ha corrido a cargo de Antonio Saldívar. El objetivo de la obra
es atender y promover la educación intercultural. El interés actual por la
interculturalidad impone una aclaración. Como apuntan los autores, no se trata
de un “simple rescate cultural” sino de la renovación en un doble frente, el de
la educación y de las relaciones entre culturas. Así pues, “la
interculturalidad aparece como un nuevo paradigma de la educación y como una
necesidad de dinamizar y hacer explícito las relaciones entre las diferentes
culturas en un marco de diálogo constructivo y de aprendizaje mutuo”. Lo que
sigue a esta propuesta clara y ambiciosa es el propósito de arrinconar ideas
folclóricas y ferias étnicas, para edificar la premisa mayor, que es hacer
visibles y comprensibles las relaciones entre culturas, para cuestionarlas en
aquello que sea impugnable. El contexto en que trabajan los autores es el de
las culturas y lenguas indígenas de México y Centro América, las cuales se
hallan en una situación de precariedad y agonía. Y una forma de tender puentes
constructivos es poner en relación a los diferentes colectivos, con técnicas y
dinámicas de comunicación y negociación.
El libro Técnicas
y dinámicas para la educación intercultural consta de dos partes. La
primera es de naturaleza teórica. En ella se exponen los conceptos que acabamos
de resumir. Diversos epígrafes desgranan con una concisión y claridad
admirables los principios fundamentales de la educación intercultural y los
criterios metodológicos. Esta parte teórica se completa con un cuadro comparativo
de las características de la educación tradicional y la educación
intercultural.
En la propuesta
de este equipo de pedagogos queda claramente reflejado el influjo del modelo
constructivista de educación. Se hace referencia a sus principios, bajo el lema
del aprendizaje significativo. Junto a esta fuente psicologicista también late
el impulso de una pedagogía social, enraizada en su medio y atenta a los
colectivos a los que se dirige la acción educativa. Todos estos elementos
quedan escuetamente referidos en la parte teórica, que orienta y a la vez
advierte contra algo fundamental. Se trata del error que consiste en aplicar de
un modo mecánico o simplista las técnicas de comunicación que se describen en
la segunda parte.
Esa segunda parte
constituye la parte central del libro. Tiene un contenido práctico y consta de
veinte técnicas o actividades de dinamización y comunicación grupales. Los
elementos de cada actividad están recogidos en forma de ficha. Así, se informa
sobre los objetivos, el tiempo estimado para su realización, los materiales
necesarios y el lugar idóneo para la acción. También es objeto de la ficha el
tipo de grupo que puede participar, es decir, el número de componentes, sus
características y la forma en que se realizan distribuciones en grupos más
pequeños para ciertas tareas. Por supuesto, no es ello todo, pues la sección
más extensa se refiere a la descripción de la actividad propiamente dicha. Se
cierra la ficha con una información sobre el creador o la fuente de
inspiración. Una ilustración de José Antonio Rodríguez completa el contenido de
cada capítulo o ficha.
Las técnicas que
se recogen el libro utilizan todo tipo de habilidades comunicativas, sean
verbales, escritas, gráficas, plásticas, proxémicas o mímicas. Destaca el uso
de la oralidad, junto con breves
registros escritos en algunos casos, para transitar por la calle central de
comunicación. Es una comunicación que da lugar al debate, la reflexión y la
puesta en común de las ideas y los sentimientos de los participantes. Además de
la oralidad, otro rasgo de las actividades es su carácter progresivo, a partir
de una cadena de pequeños actos que permite engarzarlos en un acto comunicativo
más amplio. Y no menos importante es el modo cooperativo en que se plantea el
trabajo de los participantes.
En numerosas
ocasiones se promueve la curiosidad y la búsqueda de información sobre los
propios miembros del grupo, de modo que se hacen aportaciones referentes a sus
hábitos culturales, su lengua o los referentes del imaginario de su comunidad.
Las actividades de Técnicas y dinámicas para la educación intercultural
promueven una atención y aprecio especial a esos trazos personales y
comunitarios, El propósito de todo ello es poner de manifiesto la diversidad
cultural y la riqueza que procede del hecho de compartir ese patrimonio
simbólico. Se propicia el intercambio de conocimientos y experiencias sobre
tradiciones, gastronomía, idioma o leyendas, por ejemplo, en cuanto a
contenidos temáticos. No obstante, lo más atractivo de estas dinámicas es la
aplicación de técnicas de rol, teatrales y corporales. La idea del juego planea
en estas actividades, con la intención de dar lugar a la sorpresa, al goce y a
la experimentación de sentimientos. Las actividades no son un juego, pero se
pueden vivir de un modo placentero, pues en esencia cuentan como una búsqueda
de motivos para el conocimiento intercultural y el respeto de las comunidades.
Para concluir
este comentario no parece útil situar esta publicación en su rico contexto. La
edición de Técnicas y dinámicas para la educación intercultural se
relaciona con varias iniciativas en el estado mejicano de Chiapas. Este libro
forma parte de una colección sobre educación y metodologías participativas.
Tanto en la colección como esta obra han colaborado instituciones y entidades
que desarrollan tareas relevantes en la zona sobre desarrollo sostenible,
formación de formadores y educación social. Son el Colegio de la Frontera Sur,
el Instituto Austríaco de Cooperación, Educreando y la Casa de la Ciencia. Afín
a estas instituciones y tareas editoriales es un libro primoroso de Emilio
Lome, Pintando con palabras nuestra herencia cultural (ediciones
Atrapasueños, 2006), que recoge los trabajos plásticos y poéticos en una
escuela de primaria de San Cristóbal de las Casas sobre los temas de identidad
cultural de Chiapas.
Tiene el libro Técnicas
y dinámicas para la educación intercultural un interés claro en sí mismo,
por la riqueza de técnicas y fuentes que aporta. También, por los valores que
promueve, así como por los efectos comunicativos que se logra con sus
propuestas. Y desde un punto de vista académico, resulta especialmente
prometedora la firme unión entre actividades y los principios del aprendizaje
significativo. Además de todo ello, hay que considerar un hecho doblemente
afortunado. En efecto, conviene reconocer y elogiar que esta obra sea el
resultado una red de educación y de desarrollo social y, que a la vea, sirva
como un buen recurso para perseverar en su finalidad, la promoción de la
educación intercultural.
|