REVISTA ELECTRÓNICA DE ESTUDIOS FILOLÓGICOS


CASAMIENTO Y SUS VOCES RELACIONADAS: UN CAMPO CLAVE EN EL ANÁLISIS SOCIOLINGÜÍSTICO  DEL LÉXICO CORTÉS (SIGLOS XII A XVII)

Mariela E. Rígano

(Universidad Nacional del Sur-CONICET. Argentina)

 

 

1.- Introducción

El presente trabajo forma parte de un estudio más amplio que indaga la conformación del estilo cortés en el español peninsular entre los siglos XII y XVII[1]. En este sentido, es de destacar que la temática del estilo cortés (McIntosh, 1986), enmarcada en la problemática de la cortesía lingüística o comunicativa[2] (Bravo, 2001), ha despertado en las últimas décadas el interés de diferentes disciplinas lingüísticas, tales como la sociolingüística, la pragmática, el análisis del discurso y la lingüística histórica. Esta convergencia de lineamientos revela la riqueza que el tema ofrece para el análisis lingüístico, que se acrecienta en su consideración histórica, dada su estrecha vinculación con variables sociopolíticas, históricas y culturales, que adquieren particular interés en la expresión del estilo cortés.

El estilo cortés ha sido tema de estudio en la historia de otras lenguas, en especial en el siglo XVI francés y en la sociedad inglesa de los siglos XVII y XVIII (véase, Mc.Intosh, 1986).

En relación a este objeto, nos diferenciamos de Carey McIntosh, quien analiza la prosa cortés-gentil en una etapa en que, pasado el proceso de su constitución, ya se encuentra regulada y codificada.

El estilo cortés es, en sus orígenes, un estilo de vida que refleja una ideología y, posteriormente, plasma en un estilo discursivo y una prosa particular. En tal sentido, debemos destacar que este estilo refleja a nivel discursivo tanto unas formas lingüísticas y paralingüísticas que definen lo que se entiende por comportamiento cortés, como así también la ideología de la clase noble que se distingue del resto de los estratos sociales a través de sus pautas de comportamiento.

En nuestros estudios describimos, entonces, los elementos que conforman el estilo discursivo que distingue a la prosa cortés característica del español peninsular en el período comprendido entre los siglos XII a XVII (véase al respecto Rígano, 1998, 1999, 2000, 2003, entre otros). Esta etapa histórica coincide con el proceso de estandarización del castellano en la Península Ibérica, que se da a partir de  Alfonso X el sabio (véase al respecto Lapesa, 1980 y Fontanella de Weinberg, 1984).

         En este artículo pretendemos estudiar la evolución diacrónica del campo léxico de casamiento en el marco del eje amor/cortesía, dada la importancia que reviste a fin de entender la estrecha vinculación existente entre los cambios que afectaron las relaciones de pareja y la evolución de las relaciones feudovasalláticas, representadas en nuestras investigaciones en el eje vasallo/señor.

Como ya hemos señalado, nuestro estudio abarca un corte temporal que va desde el siglo XII al XVII. A los efectos prácticos de nuestro análisis hemos segmentado este espacio temporal en diferentes cortes sincrónicos que se han de confrontar diacrónicamente. Hemos establecido tres períodos en función de las características históricas que pautaron la evolución social, jurídica y económica de la Península Ibérica. Los dos primeros se encuentran comprendidos dentro de la etapa medieval europea, mientras que el tercero se enmarca dentro de la etapa conocida como Edad Moderna.

 En relación al primero de los mismos, es de indicar que abarca la etapa histórica que se extiende entre los siglos XII a XIII y se distingue por el fuerte impulso que adquiere la Reconquista y, en lo lingüístico, por la consolidación de las lenguas romances. El segundo de estos cortes cubre temporalmente los siglos XIV a XV y se halla caracterizado, por un lado, por cierta paralización en el impulso de la Reconquista y, por otro, por el hecho de que el sistema de señorialización alcanza su máxima expresión. La tercera fase comprende el período entre los siglos XVI a XVII, que forma parte de la etapa histórica más amplia denominada Edad Moderna y que se extiende del siglo XVI al XVIII. Este tercer período se halla signado por la decadencia y el debilitamiento de los señoríos y el avance definitivo hacia la integración de todos los territorios bajo un único soberano.

         Respecto de las fuentes empleadas para nuestro trabajo, debemos destacar que el corpus para la investigación se compone íntegramente de fuentes literarias de diferentes géneros.

Consideramos interesante realizar el análisis del discurso cortés basándonos en obras literarias puesto que, tal como señalan Georges Duby (1991) y Ruiz Doménec (1981), los textos literarios fueron empleados por la intelligentsia  para imponer un modelo de comportamiento, a fin de impulsar una ideología.

         En este mismo sentido, James Sullivan (1980) señala que el empleo de obras literarias para investigaciones de este tipo puede constituir, con un cuidadoso escrutinio, una fuente legítima de entrada a situaciones de lengua e historias lingüísticas inaccesibles de otra forma. (Sullivan, 1980:195)

Por otra parte y en lo que respecta al empleo de obras literarias como fuente para la investigación de diversos aspectos vinculados a la interacción verbal, contamos con el antecedente de su utilización por investigadores tales como Paul Friederich, Rafael Lapesa, Roger Brown, Albert Gilman, María Beatriz Fontanella de Weinberg, Elena M. Rojas y Elizabeth M. Rigatuso, realizados con un enfoque de sociolingüística histórica.

1.1.- Marco teórico-metodológico

En cuanto al enfoque utilizado, tal como ya hemos señalado, se trata de un estudio de sociolingüística histórica y se trabaja con un marco sociohistórico y cultural. El trabajo se enmarca así en los lineamientos de Suzanne Romaine y William Labov y el material se analiza, siempre que sea posible,  empleando la metodología propuesta por la etnografía del habla (véase Rigatuso, 1986, 1992 a y b, 1993 y 1996).     

Según este enfoque, en la metodología de trabajo se toman en cuenta las variables extralingüísticas de edad, nivel socioeducacional, sexo, estilo, entre otras, en la medida que las fuentes lo permitan. Asimismo, consideramos también las dimensiones de poder y solidaridad, según lo propuesto por Roger Brown y Albert Gilman para los estudios sobre tratamientos (1960).

Del mismo modo, integramos en el enfoque metodológico lineamientos del análisis crítico del discurso dentro de la línea de Norman Fairclough. Así, siguiendo a este autor, distinguimos, cuando resulta pertinente en el abordaje del material, el valor experiencial, relacional y expresivo de las diferentes voces. Según este investigador, una muestra formal con valor experiencial implica un encuentro y una entrada a la forma en que el productor del texto representa el mundo natural y social, el contenido, los conocimientos y las creencias. El valor expresivo, en cambio, implica una evaluación del productor del momento de realidad que es relatado, se relaciona con los sujetos e identidades sociales. Finalmente, una muestra con valor relacional es aquella en que se eligen palabras que permiten mantener las relaciones sociales que se representan por medio del texto en el discurso (1989). El léxico que analizamos designa las ideas, los valores, conceptos y actitudes vigentes en un determinado momento histórico[3] .

Por otra parte, es importante destacar que subyace a nuestro análisis el concepto de campo léxico de Jean Dubois, dado que consideramos las unidades léxicas en conjuntos relacionales (1962). En este sentido, estudiamos los elementos lexicales en sus redes de oposiciones, identidades y asociaciones. Estas relaciones se verifican mediante el análisis del contexto[4].

1.2.- El matrimonio: algunas consideraciones

         Tal como señala Otis-Cour (2000), la historia de la relación de pareja debe ser estudiada en el contexto de la evolución de las relaciones de parentesco en la Edad Media.

         La mayoría de los historiadores adhiere actualmente a la idea de que las relaciones de parentesco habrían evolucionado desde un sistema de parentesco horizontal (donde el parentesco se calcula a partir del individuo y llega hasta los primos tanto maternos como paternos) hacia un sistema de parentesco vertical (donde lo que importa es el grupo descendente, véase Carlé, 1988 y Otis-Cour, 2000).

         Esta dirección del cambio estaría relacionada con el interés por acumular patrimonios que comienzan a pasar de manera creciente a manos del hijo mayor. Así, hacia la alta Edad Media,  se impone el linaje y la primogenitura.

         La posición de la mujer casada dentro del grupo familiar mejora en tanto se reduce el papel de los parientes colaterales y crece la importancia de la verticalidad en la nobleza.

         La mujer pasa a ocupar un rol fundamental en las alianzas feudales y, tal como señala Otis-Cour:

La importancia del matrimonio y la formación de alianzas acentúa el papel central de la mujer en la sociedad medieval con lealtades a su familia natal, a la familia de su marido, al propio marido y a sus descendientes comunes. (2000:16-17)

 

         Por otra parte, hacia los siglos XII y XIII se produce un cambio importante en la consideración de la figura del matrimonio en el seno de la Iglesia, dado que comienza a ser considerado como un sacramento y, por esto mismo, se vuelve indisoluble.

         Junto con esto, la iglesia impuso fuertemente la prohibición del incesto (prohibición matrimonial entre parientes incluso lejanos), tendencia que apoyó el Estado, en tanto limitaba el matrimonio endogámico y, por esto mismo, la acumulación de cuantiosas riquezas en unas pocas manos.

         Otro cambio fundamental introducido por la iglesia sobre el concepto de matrimonio en el siglo XII lo constituye el hecho de que comienza a considerarse matrimonio aquel que ha sido efectuado con el consentimiento de las dos partes, es decir, el hombre y la mujer que van a unirse. De tal manera, el consentimiento parental perdió fuerza hasta volverse irrelevante. Por esto mismo, Otis-Cour señala que:

Este cambio en la definición del matrimonio fue revolucionario y, junto con el principio de la indisolubilidad, hizo que el matrimonio dejase de ser una institución social que unía temporalmente a dos familias para convertirse en una relación esencialmente íntima que unía a dos personas para siempre. (2000:106)

 

         Se advierte, entonces, el lugar destacado que ocupa el campo léxico de casamiento -objeto de nuestro estudio- en este entramado cultural. Por otra parte, es de señalar que este campo léxical opera como una suerte de nexo entre el eje vasallo/señor y el eje amor/cortesía, alrededor de los cuales se nuclea el surgimiento y consolidación del estilo cortés.

2.- Análisis

2.1.- Casamiento y sus voces relacionadas (siglos XII-XIII)

         Componen el campo léxico de casamiento su equivalente semántico bodas, los verbos casar, consagrar, pedir, dar y tomar, la frase verbal meter a mano, las voces asociadas honor, honra, su equivalente semántico pro, riqueza, ajuar, marido y sus equivalentes léxicos esposo y novio, viudo, viuda, compañera, maridada, mujer (casada), doncella, doncelleta, la expresión la que non ha esposo, dueña, belleza y el verbo humillarse. Asimismo, integran el campo de manera opositiva las unidades adulterio, desaforar y deshonra.

La voz casamiento y su equivalente bodas aparecen vinculadas asociativamente al verbo casar y a sus equivalentes semánticos consagrar y meter a mano.

Contexto: Se describen los festejos por el matrimonio entre Alejandro y Roxane, la hija de Dario

"Duraron estas bodas quinze días complidos,/ eran todos los días los tablados feridos;/ tenién se los varones de Persia por guaridos,/ tenién que de la guerra non eran mal exidos..." (Libro de Alixandre..., p. 601)

 

Contexto: Los infantes de Carrión le solicitan al rey que les pida en matrimonio a las hijas del Cid.

"-¡Merced vos pedimos    commo a rey e a señor natural!/ Con vuestro consejo   lo queremos fer nós,/ que nos demandedes   fijas del Campeador;/

casar queremos con ellas   a su ondra e a nuestra pro.-" (Cantar..., p.216-217)

 

Contexto: El rey les solicita a Minaya y a Pero Vermúez que le participen al Cid la intención de los infantes de casarse con sus hijas.

"Otros mandados    ha en esta mi cort:/ Diego e Ferrando,    los infantes de Carrión,/ sabor han de casar   con sus fijas amas dos./ Sed buenos mensageros   e ruégovoslo yo/ que ge lo digades   al buen Campeador;/ abrá ý ondra  e creçrá en onor/ por consagrar   con los infantes de Carrión.- (Cantar..., p.218)

 

Contexto: Minaya realiza la ceremonia matrimonial entre los infantes y las hijas del Cid.

"Levántanse derechas   e metiógelas en mano[5],/ a los infantes de Carrión   Minaya va fablando:/ -Afevos delant Minaya,   amos sodes hermanos; / por mano del rey Alfonso,   que a mí lo ovo mandado,/ dovos estas dueñas,    amas son fijasdalgo,/ que las tomássedes por mugieres    a ondra e a recabdo.-" (Cantar..., p.235)

 

         Por otra parte, tal como se advierte en los fragmentos anteriores las voces honra, honor y pro, todas de valor expresivo positivo, aparecen vinculadas asociativamente a este campo léxico. Este vínculo asociativo resulta particularmente interesante puesto que pone de manifiesto la íntima relación que existe entre la relación de pareja y las relaciones que se estructuran en el marco del eje vasallo/señor.

         Asimismo, destacamos la asociación que existe entre el verbo casar y los verbos pedir, dar, tomar, que pueden aparecer también en las expresiones pedir por mujeres, dar por mujeres, tomar por mujeres, como se advierte en los ejemplos anteriores y los que citamos a continuación.

Contexto: Alfonso le pide las hijas en matrimonio al Cid.

"-¡Oídme, las escuelas,   cuendes e ifançones!/ Cometer quiero un ruego   a mio Cid el Campeador,/ assí lo mande Christus   que sea a so pro:/ vuestras fijas vos pido,    don Elvira e doña Sol,/ que las dedes por mugieres    a los ifantes de Carrión./ Seméjam' el casamiento   ondrado e a grant pro,/ ellos vos las piden   e mándovoslo yo..." (Cantar..., p.226-227)

 

Contexto: El mensajero de Darío propone a Alejandro firmar un acuerdo de paz y le ofrece su hija en matrimonio: 

"Quiere te dar su fi[j]a e es buen casamiento;/ deves de tal entregaaver pagamiento;/ dar-t-ha de su inperio cibdades más de ciento,/ d'esto porná contigo stable atenimiento." (Libro de Alixandre..., p.442)

 

         Más arriba señalábamos que la vinculación asociativa entre las voces honra y casamiento señala la relación existente entre el eje amor/cortesía y el eje vasallo/señor. Esto mismo puede advertirse con mayor claridad en el siguiente fragmento.

Contexto: El Cid acaba de ganar la batalla contra los moros que cercaban Valencia y ha recaudado un gran botín. Vuelve, entonces, ante su esposa, sus hijas y las mujeres que le sirven.

"-A vos me omillo, dueñas,   grant prez vos he gañado;/ vós teniendo Valencia   e yo vencí el campo./ Esto Dios se lo quiso    con todos los sos santos,/ cuando en vuestra venida   tal ganacia nos an dado./(...) -Ya mugier doña Ximena,   ¿no.m' lo aviedes rogado?/ Estas dueñas que aduxiestes,   que vos sirven tanto,/ quiérolas casar   con de aquestos mios vassallos;/ a cada una d'ellas   doles dozientos marcos,/ que lo sepan en Castiella   a quién sirvieron tanto./ Lo de vuestras fijas   venirse á más por espacio.-" (Cantar..., p.209-210)

 

         Resulta característico del comportamiento masculino, humillarse ante las mujeres, acción a la que se alude mediante el verbo humillo (omillo) de valoración altamente positiva dentro del sistema. El Cid se humilla tanto ante su mujer como ante el resto de las mujeres que se encuentran en su palacio de Valencia. Es interesante señalar que la cortesía manifestada hacia la mujer amada en el contexto del vínculo amoroso parecería haberse hecho extensiva y habría pautado el trato entre hombres y mujeres hacia otro tipo de relaciones sociales. Hemos subrayado el verso donde se indica la dote que el Cid ofrece a las dueñas del servicio de Ximena para que obtengan un buen matrimonio, dado que el matrimonio anuda en torno a su figura cuestiones vinculadas a lo económico, lo jurídico y lo social que se trasladan a lo lingüístico y se ponen de manifiesto en las relaciones asociativas de voces que estamos destacando.

         En este sentido, es de subrayar que la unidad léxica casamiento se asocia también a los  lexemas riqueza y ajuar.

Contexto: Ximena contempla el sitio de Valencia y le pregunta a su esposo qué son esas tiendas que rodean la ciudad. Este le responde.

"-¡Ya mugier ondrada,   non ayades pesar!/ Riqueza es que nos acrece    maravillosa e grand; / á poco que viniéstes,   presend vos quieren dar,/ por casar son vuestras fijas,   adúzenvos axuvar.- " (Cantar...,p.204-205)

 

         Por otra parte, existe toda una serie de voces vinculadas asociativamente a casamiento que se emplean para definir el estado civil de hombres y mujeres. Así, se emplea con valor expresivo positivo marido y sus equivalentes léxicos esposo, novio[6] (a mediados del siglo XIII, se emplea como 'recién casado', véase Corominas, 1983 y  Segura Munguía, 1985) para aludir al hombre casado. También aparece el lexema viudo que se utiliza para referir al varón que ha perdido a su mujer, tanto si esta ha muerto como si ha sido raptada o lo ha dejado.

Contexto: El narrador señala que las amazonas no viven con sus maridos y que sólo se encuentran con ellos tres veces al año.

"Nunca en essa tierra son varones caídos;/ a[ve]n en las fronteras logares establidos,/ do tres vezes en el año [y]azen con sus maridos;/ assí de tal ma[ner]a son todos avenidos." (Libro de Alixandre..., p.579)

 

Contexto: El narrador señala que París -quien se ha llevado a Helena - y Menelao -el esposo abandonado por Helena- se enfrentan en batalla.

"Paris por demostrarse de quál esfuerço era/ e por far pagamiento a la su compañera/ partió se de los suyos, priso la delantera,/ como si él ovies[s]e a tener la frontera./  Vío-l por aventura -mostró lo el peccado -/ A Menalao el biudo, al que ovo robado;/ Tornó el malastrugo tan fuert escarmentado..." (Libro de Alixandre..., p.263)

 

         Como indicábamos más arriba, el lexema viudo se emplea para aludir a Menelao quien ha perdido a su esposa, dado que esta lo ha abandonado por París. Es interesante destacar también que, en el ejemplo anterior, se emplea la voz compañera para aludir a Helena con quien París convive sin que haya mediado entre ellos matrimonio. En tal sentido, el verbo dormir parece emplearse eufemísticamente para aludir al hecho de tener relaciones sexuales, como vemos en las palabras de Héctor que transcribimos abajo.

Contexto: Héctor reprende a París por el rapto de Helena.

"Non lo querrié nul omne por derecho judgar/ por tú dormir con ella nós aquí lo lidiar,/ mas lidiatlo vós ambos,  pensad de lo livrar./ Ésse lieve la dueña que la debe levar." (Libro de Alixandre...,p.264)

 

Contexto: El narrador señala que prontamente Alejandro abandonó los festejos de las bodas para continuar con la batalla.

"El rey, maguer novio, non quiso grant vagar,/ calçó se las espuelas, pensó de cavalgar;/ des[c]endió pora India..." (Libro de Alixandre..., p.602)

 

Contexto: El narrador señala la época del año en que Alejandro contrajo matrimonio con la hija de Darío.

"El mes era de mayo, un tiempo glorioso, / quando fazen las aves un solaz deleitoso;/ son cubiertos los prados de vestido fermoso,/ da sospiros la dueña, la que non ha esposo./  Tiempo dul[z] e sabroso por bastir casamientos,/ ca lo tempran las flores e los sabrosos vientos;/ cantan las donzelletas sus mayos a convientos,/ fazen unas a otras buenos pronunciamientos." (Libro de Alixandre..., p.598)

 

En relación al estado civil de la mujer se usan las unidades mujer, que también aparece en la construcción mujer casada. Asimismo, para aludir a la mujer joven y soltera se emplea doncella y su alternante doncelleta, como vemos en el último ejemplo citado. De igual forma se ha registrado, en este mismo ejemplo, el empleo de la expresión la que non ha esposo para aludir a la mujer que permanece soltera.

Hemos constatado, por otra parte, el uso de la voz viuda, que remite a quien ha perdido el marido, y los lexemas  maridada[7] y compañera que en estas fuentes se utilizan para señalar a quien convive con un hombre sin estar casada, como veíamos para el caso de Helena en el ejemplo comentado más arriba.

Contexto: El rey Darío señala que nunca cometió falta contra mujeres comprometidas.

"Nunca fiz adulterio con mugieres casadas,/ nunca desaforé biudas nin maridadas;..." (Libro de Alixandre..., p.541)

 

Hemos destacado las voces adulterio y desaforar que poseen valor expresivo negativo y se vincula asociativamente con el campo léxico de deshonra (véase Rígano, 2006).

         Por otra parte, el lexema dueña, como decíamos más arriba, se emplea en un sentido más general para aludir a la mujer que posee cierto estatus social - de la misma forma que siglos más tarde se empleará dama -, tanto si está casada como si permanece soltera, como hemos visto en ejemplos anteriores y tal como se advierte a continuación.

Contexto: El narrador señala que París había oído sobre la belleza de Helena.

"Avié oído Paris d'una dueña famada,/ mugier de Menelao en fuerte punto nada;/ era por tod el mundo la su beldat contada;..." (Libro de Alixandre..., p.245)

 

         La voz belleza tiene un alto índice de frecuencia de aparición en vinculación con los vocablos que se emplean para describir a las mujeres, en general y a la amada en particular.

Contexto: El clérigo describe a la dueña del huerto en el que se encuentra.

Mas vi venir una doncela;/Pues naçí no vi tan bella..." (Razón..., p.55)

 

         Previamente el mismo joven había aludido a esta doncella con la voz dueña[8] (Una duena lo y eva puesto,/ que era senora del uerto).

 

2.2.- Casamiento y sus voces relacionadas (siglos XIV-XV)

La voz casamiento y su equivalente semántico bodas suelen aparecer vinculadas asociativamente a los items lexicales honra, sus equivalentes semánticos pro, virtud (limpia) fama, honestidad y virginidad, discreción, defendimiento 'defensa', casar, querer bien, su equivalente léxico amar (de corazón), dar/demandar por mujer, hacer bodas, desposada 'comprometida', hacienda, haberes, riqueza, mujer, su equivalente casada, soltera, su sustituto léxico moza, amigada 'concubina', viuda, lozana 'elegante, hermosa', doñeguil 'propio de señora', dueña, placentera, hermosa, cortés, mesurada, cuerda, falaguera 'amorosa', graciosa, linaje, nobleza, dinero, matrimonio, fe, libre promesa, sacramento  y se opone a las palabras guerrero, error, malcasada, enamorada, sus equivalentes semánticos amiga y ramera, vileza, pobreza, fuerza y pecado.

Contexto: La señora de la villa y el señor de la hueste sellan la paz con un pacto matrimonial.

"...traemos aseguramiento del tio de la señora de la villa, que quando vos vierdes con ella, que se faga el casamiento de vuestro fijo e della, cunpliendo vos aquello que le enbiastes prometer que le dariedes con vuestro fijo [= dos villas y ocho castillos] ... [el señor de la hueste señala, entonces] enbiat dezir a la señora de la villa que el domingo de grant mañaña, a ora prima, sere con ella, sy Dios quisiere, e non commo guerrero, mas commo buen amigo de su onrra e de su pro.» E luego mando que toda la gente otro dia en la mañaña que desçercasen la villa e se fuesen todos para sus lugares. E retovo en sy dos cavalleros de la mejor cavalleria e mandoles... que retoviesen consigo los sus paños de vestir, que el domingo cuydavan fazer bodas a su fijo... E todos los de la hueste fueron muy alegres e gradesçieronlo mucho a Dios, ca tenian que salie de yerro e de pecado." (Caballero Zifar..., pp.77-78)

 

         Como se advierte, este fragmento responde a la ideología que considera al matrimonio como un instrumento de alianzas y que en este período comienza a ser cuestionada.

         El matrimonio juega un rol muy importante en las relaciones de poder y, en tal sentido, la voz casamiento aparece relacionada de manera asociativa a las unidades defendimiento, honra y su equivalente semántico pro.

Contexto: El conde Ruben, habiendo observado señales de amor entre Roboan y Seringa, le indica a la infanta la conveniencia de un matrimonio con el joven.

"Sseñora, non podria estar que non vos dixiese aquello que pienso, ca sera vuestra onrra, e es esto: tengo, sy vos quisierdes e el ynfante quisiere buen casamiento, serie a honrra de vos e defendimiento del vuestro reyno que vos casassedes con el, ca çiertamente uno es de los mejores cavalleros deste mundo, e pues fijo es de rey e assy lo semeja en todos los sus fechos, non le avedes que dezir." (Caballero Zifar..., p.411)

 

         Hemos destacado en el fragmento la frase sy vos quisierdes e el ynfante quisiere que alude directamente a la posibilidad de elección matrimonial, aunque esta conformidad de los posibles contrayentes se subordina a otros intereses, como la defensa del reino. En función de estos intereses y del incremento de la honra personal se califica al matrimonio de buen casamiento.

         Los textos, particularmente los del siglo XIV, conjugan estos dos puntos de vista sobre el matrimonio como alianza política y familiar y como elección de los contrayentes, lo cual se advierte a nivel léxico en relación a la serie de voces que se vinculan asociativamente al lexema casamiento. Así, se relacionan en constelación en torno a este ítem lexical los sintagmas querer casar, querer bien, amar de corazón, dar por mujer, como puede verse en el ejemplo que sigue.

Contexto: El rey Alfonso desea casar a su hermana Leonor con don Juan, un vasallo rebelde, a fin de garantizar la paz entre ambos. Los hombres de don Juan le señalan.

"Sseñor, andar,/ vos ssodes muy bienandante,/ el buen rey vos quiere cassar/ con ssu hermana, la infante/ doña Leonor, que bien quier/ e vos ama de coraçón;/ e dánvosla por muger/ con la ley de bendeçion." (Poema de Alfonso XI, p.59)

 

         Como sustituto semántico de casamiento encontramos la voz bodas, que suele aparecer en la expresión hacer bodas y se vincula asociativamente con los verbos dar y demandar que remiten al momento en que se acuerda el pacto matrimonial.

Contexto: El rey Alfonso envia sus mensajareso a Portugal con la intención de acordar su matrimonio con doña María, hija del rey de Portugal.

"...agora podedes cassar/ e sser desde oy más temido./ ... vuestro recabdo enbiat/ a aquel rey de Portogal/ e fazedle atal ruego/ - a él mucho plazería - que ssu fija vos luego,/ la infante doña María./ Con ella bodas faredes/ en la ley de bendeçión/ e reína la faredes de Castilla e de Leon.../ Por Portogal luego entraron/...La infante demandaron/ e el rey fue muy pagado./ Los mensajeros tornaron/ apriessa con el mandado." (Poema de Alfonso XI, pp.73-75)

 

         Respecto del contenido de la voz desposada es de señalar que en los textos aparece empleada en el sentido de comprometida, como puede verse.

Contexto: El rey Alfonso considera que ha llegado el momento de efectuar el matrimonio entre su hijo y la hija de don Juan, doña Costança.

"...e él tenga por bien, deán,/ de me enviar doña Costança,/ la fija de don Juan./ Con mi fijo la casaré/ con quien está desposada..." (Poema de Alfonso XI, p.287)

 

         La sociedad que estamos describiendo pone especial énfasis en el valor de la honra, lo que se advierte a nivel lingüístico en la fuerte presencia de este lexema en los textos analizados y en la amplitud de las redes semánticas que se construyen en torno a esta unidad lexical. En tal sentido, podemos advertir cambios importantes sobre la carga semántica que adquiere este vocablo tanto en los diferentes ejes, si lo observamos sincrónicamente, como así también en su evolución diacrónica dentro de un mismo eje.

         En tal sentido, podemos indicar que la honra femenina se vincula con la honestidad, la castidad y la fidelidad al esposo. Por otra parte, la honra masculina aparecía en el período anterior vinculada al valor - que se evidencia en las acciones guerreras y heroicas - y la lealtad. En los textos que hemos seleccionado para caracterizar  este período que estamos analizando la voz honra conserva esta carga semántica pero su contenido no es ya sólo ético sino económico y social, puesto que se establecen nuevas asociaciones léxicas que ponen de relevancia la vinculación de la honra con aspectos económicos[9]. Así, la voz honra se asocia a casamiento, hacienda, renta, haberes y riqueza.

Contexto: Pleberio conversa con su esposa sobre la avanzada edad de ambos y la consecuente necesidad de dejar casada a su hija. En tal sentido, señala que Melibea, su hija, posee todas las virtudes que debe tener una joven para conseguir un buen matrimonio.

"... Demos nuestra hacienda a dulce sucesor, acompañemos nuestra única hija con marido, cual nuestro estado requiere, porque vamos descansados y sin dolor deste mundo. (...) Quitarla hemos de lenguas del vulgo, porque ninguna virtud hay tan perfecta que no tenga vituperadores y maldicientes. No hay cosa con que mejor se conserve la limpia fama en las vírgenes, que con temprano casamiento. ¿Quién rehuirá nuestro parentesco en toda la ciudad? ¿Quién no se hallará gozoso de tomar tal joya en su compañía? En quien caben las cuatro principales cosas que en los casamientos se demandan, conviene a saber: lo primero, discreción, honestidad y virginidad; segundo, hermosura; lo tercero, el alto origen y parientes; lo final, riqueza. De todo esto la dotó natura. Cualquiera cosa que nos pidan hallarán bien cumplida." (Celestina..., p.312)

 

Contexto: Leriano les señala, a Tefeo y a todos los que hablan mal de las mujeres, veinte razones por las cuales se debe amar y loar a las damas.

"La onzena es porque nos hazen honrrados; con ellas se alcançan grandes casamientos con muchas haziendas y rentas, y porque alguno podría responderme que la honrra está en la virtud y no en la riqueza, digo que tan bien causan lo uno como lo otro; pónennos presunciones tan virtuosas que sacamos dellas las grandes honrras y alabanças que deseamos (...) La trezena es porque acrecientan y guardan nuestros averes y rentas, las cuales alcançan los honbres por ventura y consérvanlas ellas con diligencia." (Cárcel..., pp.163-164)

 

         Es de señalar en el primer fragmento el empleo de los items léxicos virtud y limpia fama como equivalentes semánticos de honra. Asimismo, estos dos pasajes resultan muy interesantes pues contraponen estos dos contenidos semánticos de la honra, es decir, la carga semántica que vincula este lexema con las unidades virtud y, para el caso de las mujeres en particular, honestidad, discreción y virginidad - y que constituye la acepción más tradicional de la voz - y la asociación con riqueza y el resto de las unidades relacionadas con aspectos económicos - en cuanto a la relación de honra con un cierto nivel social-, que implica una ampliación semántica de honra.

Coincidiendo con la fuerza que iba adquiriendo la idea de libre elección de los contrayentes en la selección de la pareja conyugal, aparece en las fuentes correspondientes a este período, específicamente, en las del siglo XV, la voz malcasada.

Contexto: Melibea ha escuchado que sus padres desean buscarle marido. La joven se resiste y defiende su amor por Calisto.

"...Calisto es mi ánima, mi vida, mi señor, en quien yo tengo toda esperanza. Conozco de él que no vivo engañada. Pues él me ama, ¿con qué otra cosa le puedo pagar? Todas las deudas del mundo reciben compensación en diverso género; el amor no admite sino sólo amor por paga. (...) Déjenme mis padres gozar de él, si ellos quieren gozar de mí. No piensen en estas vanidades ni en estos casamientos, que más vale ser buena amiga que mala casada. (...) No quiero marido, no quiero ensuciar los ñudos del matrimonio, ni las maritales pisadas de ajeno hombre pisar..." (Celestina..., pp.313-314)

 

Es interesante destacar el empleo de la voz amiga en el sentido actual de amante en contraposición con la unidad casada. Este matiz de la voz amiga podría ser un índice que permitiría explicar el proceso de especialización semántica que habría sufrido el lexema señora en el sentido de amada y que habría vuelto a la primera más frecuente en el uso para aludir a la mujer con quien se mantienen relaciones lícitas.

En relación a la mujer se pueden constatar en las fuentes una serie de voces que definen su estado civil. En tal sentido, para aludir a la mujer desposada se emplean los vocablos mujer  y casada. Por otra parte, a la mujer que aún no ha contraído matrimonio se alude por medio de las unidades soltera o moça, según la edad. Asimismo, la palabra amigada -como ocurría con maridada en el período anterior- se utiliza para referirse a las mujeres que viven en concubinato, mientras que viuda refiere a la que ha perdido al esposo por muerte del mismo, según advertimos en el siguiente pasaje.

Contexto: el arcipreste de Talavera critica el comportamiento de las mujeres bajo los efectos del vino.

"Dime, pues, la más loçana que sea, de que está puesta en esta vil contemplación de vino e adelante byen cargada - ora sea casada, monja, moça, bibda, soltera, o amigada -... ¿vedaríe su cuerpo a quien tomarlo quisyese? Non por cierto (...)

... sy es muger, madre, fija, o tal que la non conviene dexar, ...apareja la mortaja ante que la pienses castigar, nin por mal enmendar." (Corbacho..., pp.167-168)

 

         Asimismo, como hemos señalado anteriormente la voz enamorada se emplea en muchas ocasiones para designar a la prostituta que ejerce en casas privadas a diferencia de aquellas que lo hacen en lugares públicos (respecto de la prostitución  y temas afines puede verse Madero, 1992 y Otis-Cour, 2000, en cuanto a la voz enamorada en este sentido véase Corominas, 1986))

Contexto: Celestina describe otros tiempos en los cuales regenteaba muchas chicas y todas le obedecían. Señala cuántos hombres visitaban su casa y la dignidad que esto le daba.

"...Uno a uno [y] dos a dos venían a donde yo estaba a ver si mandaba algo, apreguntarme cada uno por la suya... Unos me llamaban señora, otros tía, otros enamorada, otros vieja honrada. Allí se concertaban sus venidas a mi casa, allí las idas a la suya, allí se me ofrecían dineros, allí promesas, allí otras dádivas..." (Celestina..., p.243)

 

Contexto: Sosía, criado de Calisto, describe para Tristán a Elicia y a Areúsa.

"Llégate acá y verla has antes que trasponga. ...Aquella es Elicia, criada de Celestina y amiga de Sempronio. Una muy bonita moza, aunque queda agora perdida la pecadora, porque tenía a Celestina por madre y a Sempronio por el principal de sus amigos. Y aquella casa donde entre, allí mora una hermosa mujer, muy graciosa y fresca, enamorada, medio ramera; pero no se tiene por dichoso quien la alcanza tener por amiga sin grande escote, y llámase Areúsa..." (Celestina..., pp.301-302)

 

Tal como se advierte, las voces enamorada y ramera se aplican a quien vive de la prostitución. Asimismo, los lexemas amigo y amiga se emplean en el sentido de 'amantes'. En tal sentido, amiga se diferencia de amigada, dado que esta última se utiliza para aludir a la mujer que convive con un hombre de manera estable sin que exista lazo matrimonial, mientras que amiga se usa para referir a la mujer que ejerce la prostitución o que tiene relaciones ocasionales con un hombre sin que haya convivencia. Todas estas voces reciben una connotación fuertemente negativa.

Es de destacar que en algunas estrofas del Libro... se señala que las maneras características del estilo cortés también pueden emplearse para conquistar otro tipo de mujeres, más allá de las damas nobles (...Si quieres amar dueña o otra qualquier mujer, muchas cosas avrás primero a deprender...).

         En el ejemplo que citamos a continuación vemos que el Arcipreste alaba en la dueña 'dama' a la que ama las mismas características que Amor le ha señalado: lozana, doñeguil, placentera, hermosa, cortés, mesurada, cuerda, falaguera ‘amorosa’, graciosa. Por otra parte, observamos que estas voces se oponen a vileza, tal como ocurre en el caso de los vocablos que definen las características apreciables en el joven enamorado, como veremos más adelante.

Contexto: El Arcipreste describe la mujer de la cual se ha enamorado.

dueña de buen linaje   e de mucha nobleza,/ todo saber de dueña   sabe con sotileza,/ cuerda ë de buen seso,   non sabe de vileza,/ muchas dueñas e otras,   de buen saber las veza;/ de talla, muy apuesta,   e de gesto, amorosa;/ loçana, doñeguil,   plazentera, fermosa,/ cortés e mesurada,   falaguera, donosa,/ graciosa ë donable:   amor en toda cosa.” (Libro ..., estrofa 168 a 169)

 

         Otras de las voces que aparecen asociadas a dueña son linaje, nobleza y riqueza, como se observa en los ejemplos que citamos más abajo. El linaje, la riqueza y la nobleza son valores fundamentales dentro del sistema de la cortesía puesto que definen y caracterizan a la clase social que ha pautado este tipo de normas y conductas, (al respecto también puede consultarse Ruiz Doménec, 1980).

Contexto: El Arcipreste describe a doña Endrina, de quien está enamorado.

“... la más noble figura    de quantas veer put,/ biuda, rica es mucho e moça de juventut/ (...) fija de algö en todo    e alto linaje...” (Libro..., estrofa 582 a y b y 583 a)

 

Contexto: El Arcipreste describe a su amada, doña Endrina.

“A persona del mundo   yo non la oso fablar,/ porque es de grand lináje    é dueña de buen solar/ (...) Con arras e con algos    ruéganle casamientos,/ menos los precia a todos que a dos viles sarmientos;/ es el grand linaje  son los desdeñamientos,/ la grand riqueza faze grandes ensalçamientos:/ rica mujer e fija   de un porquerizo vil/ escogerá marido qual quesier de dos mil...” (Libro..., estrofa 598 a y b, 599 y 600 a y b)

 

Contexto: El Arcipreste describe la mujer de la cual se ha enamorado.

dueña de buen linaje   e de mucha nobleza,/ todo saber de dueña   sabe con sotileza,...” (Libro..., estrofa 168 a y b)

 

Contexto: Don Amor señala al Arcipreste la relación que existe entre el dinero y el amor.

Toda mujer del mundo   e dueña alteza/ págase del dinero   e de mucha riqueza:/ yo nunca vi fermosa   que quisiese pobreza;/ do son muchos dineros,   ý [=allí] es mucha nobleza./(...) En suma te lo digo,   tómalo tú mijor:/ El dinero, del mundo   es grand rebolvedor:/ Señor faze del siervo;   de señor, servidor;/ Toda cosa del siglo   se faze por su amor.” (Libro..., estrofa 508 y 510)

 

         Tal como vemos, en estos fragmentos mujer y dueña se asocian a los vocablos riqueza, dinero y nobleza, mientras que se oponen a pobreza, lo cual implica cierta crítica de parte del narrador, tal como se advierte en la estrofa 508 y en los versos a y b de la estrofa 510: El dinero, del mundo es grand rebolvedor... y Toda cosa del siglo se faze por su amor.

Por otra parte y en relación con las dos ideologías que contraponen los textos sobre el matrimonio (libre elección de los novios/ elección familiar del cónyuge), aparecen vinculadas asociativamente a la voz matrimonio los lexemas fe, libre promesa y sacramento, que se asocian a la idea del matrimonio por libre elección de los enamorados. En tal sentido, estas voces citadas anteriormente se oponen a la unidad léxica fuerza que aparece en los documentos con valoración negativa y se relaciona con la tradición matrimonial más antigua en la que se da primacía  a la voluntad de la familia.

Contexto: Madreselva, reina de Caledonia a quien su tío le ha usurpado el trono, escribe a  Mauseol, hijo del rey Anteón, con quien estaba comprometida. Mauseol ha sido salvado de la muerte a la que el tío de Madreselva lo había condenado por Artemisa. Esta joven había sido rechazada en varias oportunidades por Mauseol. Para lograr un matrimonio con el muchacho, Artemisa finge haber sido violada por este y pide la reparación de la honra por el matrimonio. Madreselva - que conoce la farsa de Artemisa - le reprocha a Mauseol su casamiento con esta última.

"E tú que vengar solías las offendidas donas, aún a ti por conoçer, no quieres vengar la devida vengança a mí pues conoçes por ti offendida, abiva tus fuerças contra el tirano poder de Ardeteo, ocupador de mi grand señoría, condenador injusto de mí. Delibra la cativa reina, tu propia muger, aún no conoçida, e toma la conquista del forçado yerro que a ti perteneçe. No temas del matrimonio ni de la fe segura. La primera a mí la diste. Aquella es la que vençe; la libre promesa priva la forçada. No vale el matrimonio por fuerça otorgado. El sacramento de otra no amar, que a mi primeramente por Palas y Juno feziste sin premia, deves mantener aquel solo, e lo guardar sobre todos." (Epístolas..., pp.361-362)

 

2.3.- Casamiento y sus voces relacionadas (siglos XVI-XVII)

         Las voces, que integran este campo léxico como voces asociadas a casamiento, son: bodas -equivalente léxico de casamiento-, marido, sus equivalentes esposo y dueño, esposa, pedir por esposa, dar palabra de casamiento, fe, casar, desposar, poner en estado, tomar por marido, dar/cumplir palabra de esposo, dar mano de esposo, pedir por mujer, casta, linaje, señorío, grandeza, fe, voluntad, cuerda, rica, su pariente léxico riqueza, generosa, honesta, perpetuo, amoroso, sabroso, legítimo esposo, igualdad, estado, sangre, honra, los verbos ser y parecer, fama, bien casada, ser todos uno, grande, su derivado grandeza, alto, caballero, conde, doncella, dueña, noble, su equivalente generoso, ilustre, honesto, su derivado honestidad, su equivalente virginidad, buena, gozar, amiga, su derivado amigada, barragana, su derivado abarraganada. Asimismo, en relación opositiva aparecen forzoso, súbito, secreto, desamor, contienda, pleito, pundonor, escándalo, dueño injusto, tirano, cárcel, disconformidad, desigual, deshonra, infamia, villano, labrador, humilde, grosero, ingrato, ofensa, agravio y engaño.

         Se asocian a este campo léxico voces y expresiones como marido, esposa, pedir por esposa, dar palabra de casamiento, fe, casar, entre otras.

         Los lexemas esposo y marido funcionan, en algunos contextos, como equivalentes semánticos según podemos observar en los fragmentos siguientes.

Contexto: La reina Calafia, infiel, se ha enamorado del emperador Esplendian. Al presenciar las bodas de este con la infanta Leonorina, comprende la imposibilidad de sus aspiraciones y decide tomar otro marido.

"Despues que la reina Calafia aquellas bodas fueron vistas, sin tener esperanza de aquel que tanto amaba, por muy poco el anima se le saliera; y venida delante del nuevo emperador y de aquellos grandes señores, dijo estas palabras: «Yo soy una reina de gran señorío, donde en muy gran abundancia es aquello que de todo el mundo es mas preciado, que es el oro y piedras preciosas; mi linaje es muy alto, que, sin haber memoria del principio, vengo de sangre real; y mi bondad es tan crecida en ser casta, como lo fue en la honra de mi nacimiento; la fortuna me trajo a estas partes, donde pensé en llevar muchos captivos, y soy captivada, no digo desta prision en que me veis, que según las grandes cosas por mí han pasado, adversas y favorables, bien tenia creido que no era bastante para desarmar los juegos de la fortuna; mas entiéndese por la prision de mi corazon muy cuitado y atribulado, en que la gran hermosura deste nuevo emperador, en el momento en que mis ojos lo miraron, me puso. Esperanza tenia, según mi grandeza y sobrada riqueza, que á muchos turba y enlaza, que tornándome a la vuestra ley le pudiera por marido ganar (...) yo, poniendo todas mis fuerza en su olvido, como en las cosas que remedio no tienen los cuerdos deben hacer, quiero, si os placiere, tomar otro por marido...»" (Las sergas..., p.555)

 

Contexto: Rosaura, disfrazada de pastora, ha buscado por valles y campos a su amado Grisaldo. Al encontrarlo, le pide que le cumpla la promesa matrimonial que le ha dado y le recrimina porque sabe que, faltando a su promesa, al día siguiente se casa con Leopersia. Grisaldo le responde lo siguiente:

"[Dice que es verdad que le ha propuesto matrimonio, pero agrega:]... que puedo pagarte como quieres, es imposible, porque el mandamiento de mi padre lo ha prohibido y tu riguroso desdén imposibilitado; y no quiero en esta verdad poner otro testigo que a ti misma, como a quien tan bien sabe cuántas veces y con cuántas lágrimas rogué que me aceptases por esposo, y que fueses servida que yo cumpliese la palabra que de serlo te había dado (...) También sabes, Rosaura, el deseo que mi padre tenía de ponerme en estado, y la prisa que daba a ello, trayendo los ricos y honrosos casamientos que tú sabes, y como yo con mil excusas me apartaba de sus importunaciones (...); y que, al cabo de todo esto, te dije un día que la voluntad de mi padre era que yo con Leopersia me casase; y tú, en oyendo el nombre de Leopersia, con una furia desesperada me dijiste que más no te hablase, y que me casase norabuena con Leopersia o con quien más gusto me diese.  (...) Yo hice lo que me mandaste, y por no tener ocasión de quebrar tu mandamiento, viendo también que cumplía a mi padre, determiné desposarme con Leopersia, o a lo menos desposaréme mañana..." (La Galatea, p.95)

 

         Tal como podemos advertir en los ejemplos precedentes, casamientos y bodas funcionan como equivalentes semánticos. Asimismo, el verbo casarse y sus equivalentes semánticos desposar, poner en estado y tomar por marido se asocian a la voz casamiento. Por otra parte, también se relacionan asociativamente a este campo léxico, la expresión cumplir/dar palabra de esposo, el adjetivo casta y las voces linaje, señorío, grandeza y riqueza. Estas últimas se relacionan con las características que debía reunir un individuo para aspirar a un buen matrimonio.

         Queremos destacar las expresiones soy cautiva, corazón cuitado 'apenado', corazón atribulado y prisión de mi corazón del primer fragmento, que se emplean para aludir a los sentimientos amorosos que siente la reina por el emperador, dado que - aunque no es tema de este trabajo- es interesante resaltar que el enamorado suele emplear el tratamiento de autorreferencia cautivo para señalarse como enamorado ante su amada.

         Es de resaltar que la expresión cumplir/dar palabra de esposo se asocia a las expresiones pedir por mujer, y dar la mano de esposo, que remite al gesto que acompaña y da cuenta de la promesa realizada.

Contexto: Salucio, criado de Octavio, habla mal de Belisa, prima y amada del joven, y de Teodora, su tía.

"Octavio: ...toma resolución/ de no hablar en esto mal,/ que es mujer muy principal [=Teodora],/ y, en fin, mis parientes son./ Fuera de que por mujer/ quiero pedir a Belisa.

Salucio: ¿Tan a prisa?

Octavio: No te quiero responder." (El acero..., p.184)

 

Contexto: Grisaldo, reconciliado con Rosaura, le hace la promesa de ser su esposo ante testigos.

"...porque Rosaura quede libre de sospecha, y no la pueda tener jamás de la fe de mi pensamiento, con voluntad considerada mía, siendo vosotras testigos de ella [=Leonarda, Teolinda, Galatea y Florisa], le doy la mano de ser su verdadero esposo." (La Galatea, p.97)

 

         Tal como podemos ver, a las expresiones de promesa matrimonial se asocian voces como fe y voluntad, que remiten a los conceptos que se consideran claves en la realización y validación de dicha promesa. Por otra parte, hemos destacado la referencia a los testigos que garantizan la validez del pacto realizado y que tendrán un rol importante en el caso de que algunas de las partes o un tercero pusiera en duda su legitimidad.

         Debemos indicar que los textos didácticos aconsejan a los padres respecto de respetar la voluntad de los cónyuges, al momento de concertar matrimonio, tal como se advierte en el siguiente pasaje.

Contexto: Fray Antonio de Guevara aconseja a los padres y a los jóvenes sobre diversas cuestiones para obtener un buen matrimonio.

"Para que los casamientos sean perpetuos, sean amorosos y sean sabrosos, primero entre él y ella se han de añudar los corazones que no se tomen las manos. Bien es que el padre aconseje a su hijo que se case con quien él quiere; mas guárdese no le haga fuerza, si él no quiere, porque todo casamiento forzoso engendra desamor en los mozos, contiendas entre los suegros, escándalo entre los vecinos, pleitos con los parientes y pundonores entre los cuñados. No es tampoco mi intención que nadie se case de súbito y secreto, como mozo vano y liviano, porque todo casamiento hecho por amores, las más veces para en dolores. (...) Es también de advertir que el consejo que doy al padre a que no haga casamiento sin voluntad de su hijo, el mesmo doy al hijo para que no se case contra la voluntad de su padre, ... Los mozos, con la mocedad, no miran más de su placer, cuando se casan, y conténtanse con sólo que su muger sea hermosa; mas al padre y a la madre, como les va la honra y la hacienda, búscanle muger que sea cuerda, rica, generosa, honesta y casta, y lo postrero que miran es si es hermosa." (Epístolas..., I, pp. 368-369)

 

         Tal como se advierte, las voces que definen el modelo de mujer apropiada son cuerda, rica, generosa, honesta y casta, tal como señalábamos más arriba al considerar el ejemplo donde la reina Calafia enumera las características que la definían y le permitían aspirar a un buen matrimonio. En este mismo sentido, observamos que las voces perpetuo, amoroso y sabroso que se relacionan asociativamente a casamiento en este fragmento, definen lo que se considera un buen matrimonio. Estas, asimismo, se oponen a los lexemas forzoso, súbito y secreto que expresan valores expresivos negativos asociados  a casamiento, en el sentido de mal casamiento. De tal manera también se asocian a este grupo de voces los lexemas desamor, contienda, pleito, pundonor y escándalo, todos  connotados negativamente dentro de este sistema. En tal sentido, debemos indicar  que el buen matrimonio - en tanto evita pleitos de diversa índole - parece contribuir, en la mentalidad de la época, a que el hombre sostenga mejores relaciones sociales y sea, en definitiva, un miembro mejor de la sociedad (véase a este respecto Otis-Cour, 2000).

         Ya hemos señalado con anterioridad, la vinculación asociativa del item léxico voluntad a la voz casamiento. En relación a esto, es pertinente recordar aquí, tal como ya lo hemos hecho, que el interés puesto de manifiesto en los textos por aunar voluntad paterna y voluntad de los novios al momento de tratar el tema matrimonial se vincula con ciertos cambios que estaba experimentando esta institución en la sociedad de la época. Previamente hemos indicado que, si bien la Iglesia estableció un nuevo derecho canónico del matrimonio basado en el libre consentimiento de la pareja a partir del siglo XII, habría que esperar hasta el siglo XV para que esto comenzase a tener tibios ecos en la sociedad de la época, sobre todo en la nobleza, para transformarse en una temática recurrente y candente en los dos siglos posteriores, es decir, los siglos XVI y XVII. De allí el interés puesto de manifiesto tanto en los textos didácticos - que aconsejan respetar la voluntad de la pareja y atender los consejos paternos y amonestan las intenciones de contraer matrimonios secretos - como en las historias ficcionales, plagadas de matrimonios y compromisos secretos que buscan imponer la voluntad de la pareja a la de los padres (véase al respecto Otis Cour, 2000).

         En relación a esto mismo, conviene señalar que la expresión legítimo esposo se relaciona asociativamente a voluntad y opositivamente a las expresiones dueño injusto, tirano y cárcel, que remiten al esposo impuesto por los padres contra la voluntad de la muchacha y se utilizaría como una variante léxica de marido, tal como se advierte seguidamente.

Contexto: El narrador resume los sentimientos de Belisarda por Anfriso, a quien la joven ama, y por Salicio, el esposo que los padres pretenden imponerle.

"...Belisarda, amava castamente a Anfriso, pareciendole que para la verdad de su alma, era su esposo legitimo: y que Salicio, que ansi se llamava, el que pretendian darle sus padres por injusto dueño, era tirano de su libertad, y carcel de su hermosura: y ansi aguardava, que esta discordia sentêciase a favor de su causa..." (Arcadia..., p.11)

 

Contexto: Belisarda le señala a Olimpio la castidad de su amor por Anfriso. Le indica que la pureza es tal que no ofende a Salicio, que espera ser su esposo.

"... y es esta fe tan limpia, y este amor tan casto, que ni los dioses se ofenden, ni el mismo que espera ser mi dueño, pierde nada..." (Arcadia..., p.79)

 

         Como se observa, dueño se emplea como sustituto semántico de marido, aunque implica cierto matiz negativo, puesto que se emplea para aludir al marido impuesto contra la voluntad de la novia.

         Otra de las voces que aparece con frecuencia ligada a casamiento y matrimonio es igualdad, en tal sentido los fragmentos que vemos a continuación resultan muy ilustrativos.

Contexto: Antonio de Guevara aconseja sobre cómo elegir pareja para vivir contento.

"...Es, pues, el primero saludable consejo; es a saber: que la mujer elija tal hombre y el hombre elija tal mujer que sean ambos iguales en sangre y en estado; es a saber: el caballero con caballero, mercader con mercader, escudero con escudero y labrador con labrador; porque si en esto hay desconformidad, el que es menos vivirá descontento, y el que es más vivirá desesperado. La muger del mercader que casa a su hija con caballero, y el rico labrador que se consuegra con algún hijodalgo, digo y afirmo que ellos metieron en su casa un pregonero de su infamia, una polilla para su hacienda, un atormentador de su fama y aun un [fol.83] abreviador de su vida. En mal punto casó a su hija o hijo el que tal yerno o nuera metió en su casa, que ha vergüenza de tener al suegro por padre, y de llamar a la suegra señora." (Epístolas..., I, p.367)

 

Contexto: Sancho le anuncia a su esposa que saldrá con don Quijote nuevamente de aventuras. Su esposa le pide que si se hace con alguna gobernación no se olvide de ella y de sus hijos. En tal sentido, le señala la necesidad de casar a Mari Sancha, la hija.

"-A buena fe - respondió Sancho - que si Dios me llega a tener algo qué de gobierno, que tengo de casar , mujer mía, a Mari Sancha tan altamente, que no la alcancen sino con llamarla señora.

-Eso no, Sancho - respondió Teresa -; casadla con su igual, que es lo más acertado, que si de los zuecos la sacáis a chapines, y de saya parda de catorceno [= paño ordinario] a verdugo [=falda muy fina] y saboyanas de seda, y de una Marica y un tú a una doña tal y señoría, no se ha de hallar la mochacha, y a cada paso ha de caer en mil faltas, descubriendo la hilaza de su tela basta y grosera. (...) Medíos, Sancho, con vuestro estado...; no os queráis alzar a mayores, y advertid al refrán que dice: "Al hijo de tu vecino, límpiale las narices y métele en tu casa." Por cierto que sería gentil cosa casar a nuestra María con un condazo, o con un caballerote que cuando se le antojase la pusiera como nueva, llamándola de villana, hija del destripaterrones y de la pelarruecas. ¡No en mis días, marido! ¿Para eso, por cierto, he criado yo a mi hija? Traed vos dineros, Sancho, y el casarla dejadlo a mi cargo; que ahí está Lope Tocho, el hijo de Juan Tocho, mozo rollizo y sano, y que le conocemos, y sé que no mira con mal ojo a la mochacha; y con este que es nuestro igual estará bien casada, y le tendremos siempre a nuestros ojos, y seremos todos unos, padres e hijos, nietos y yernos, y andará la paz y la bendición de Dios entre todos nosotros; y no casármela vos ahora en esas cortes y en esos palacios grandes donde ni a ella la entiendan ni ella se entienda." (Quijote...,II, pp. 467-468)

 

Contexto: Dorotea, una labradora que ha sido engañada por don Fernando, cuenta por qué creyó en su promesa matrimonial y por qué se entregó a él.

"...Yo, a esta sazón, hice un breve discurso conmigo, y me dije a mí mesma: "Sí, que no seré yo la primera que por vía de matrimonio haya subido de humilde a grende estado, ni será don Fernando el primero a quien hermosura, o ciega afición (que es lo más cierto), haya hecho tomar compañía desigual a su grandeza. Pues si no hago ni mundo ni uso nuevo, bien es acudir a esta honra que la suerte me ofrece, puesto que en éste no dure más la voluntad que me muestra de cuanto dure el cumplimiento de su deseo; que, en fin, para con Dios seré su esposa. Y si quiero con desdenes despedille, en término le veo que, no usando el que debe, usará el de la fuerza, y vendré a quedar deshonrada y sin disculpa de la culpa que me podía dar el que no supiere cuán sin ella he venido a este punto. Porque ¿qué razones serán bastantes para persuadir a mis padres y a otros que este caballero entró en mi aposento sin consentimiento mío?" Todas estas demandas y respuestas revolví en un instante en la imaginación y, sobre todo, me comenzaron a hacer fuerza y a inclinarme a lo que fue, sin yo pensarlo, mi perdición, los juramentos de don Fernando, los testigos que ponía, las lágrimas que derramaba y, finalmente, su dispusición y gentileza que, acompañada con tantas muestras de verdadero amor, pudieran rendir a otro tan libre y recatado corazón como el mío. Llamé a mi criada, para que en la tierra acompañase a los testigos del cielo; tornó don Fernando a reiterar y confirmar sus juramentos [=las promesas matrimoniales hechas anteriormente] (...) apretóme más entre sus brazos, de los cuales jamás me había dejado, y con esto, y con volverse a salir del aposento mi doncella, yo dejé de serlo y él acabó de ser traidor y fementido." (Quijote..., I, pp. 223-224)

 

         Se asocian a las voces igualdad e igual los lexemas estado, sangre, honra, fama y las expresiones bien casada y ser todos uno, que remite a la comunidad y conformidad que se crea entre suegros y yernos que pertenecen al mismo estamento social, a diferencia de lo que ocurriría - según vaticinan los textos - en los matrimonios desiguales. Asimismo, estas voces anteriores se oponen a los items léxicos disconformidad y desigual, a los que se asocian voces como deshonra e infamia.

         Es de señalar que a estado, que remite al estamento social, aparecen asociadas las voces grandeza, grande, alto, caballero y conde, por una parte, y, por otra, villano, labrador, humilde y los adjetivos basto y grosero, que ponen de relevancia la estratificación social existente en la época.

         Deseamos destacar particularmente las diferencias indicadas en el segundo ejemplo en relación a los usos lingüísticos que caracterizan a las distintas clases sociales (que si ... la sacáis ... de una Marica y un a una doña tal y señoría, no se ha de hallar la mochacha, y a cada paso ha de caer en mil faltas, descubriendo la hilaza de su tela basta y grosera.). El fragmento es indicativo de la conciencia lingüística que se tenía en la época respecto de la variación lingüística existente entre los distintos grupos sociales. Por otra parte, también se observa que las clases sociales más bajas se caracterizaban por usos más simétricos y menos formales, mientras que las clases altas parecen distinguirse por el empleo de formas más formales, deferentes y respetuosas.

         En relación al último fragmento citado, queremos indicar que Cervantes juega con la doble acepción de la palabra doncella, 'criada' y 'mujer virgen'. En relación a esto, debemos indicar que la oposición doncella/dueña no se basa en el estado civil de la muchacha sino en la posesión o no de su virginidad, tal como atestigua el siguiente fragmento.

Contexto: Trineo y Agriola se desposaron en secreto y pasaron juntos la noche, pero no tuvieron relaciones íntimas.

Palmerín los desposó luego, e de allí adelante Trineo complió sus desseos mas no de tal manera qu’ella fuese dueña, qu’esto no lo quiso ella consentir.” (Palmerín..., p.249)

 

         En relación a las diferentes voces que se emplean para aludir a los distintos vínculos que ligan a una pareja, es de destacar que la voz amiga se emplea para referirse a la amante y su derivado léxico amigado/a se utiliza para señalar a aquel o aquella que tiene un amante, como vemos a continuación.

Contexto: Fray Antonio de Guevara le escribe a Francisco Manrique recriminándole la conducta que tiene con su mujer. Titula la carta de la siguiente manera.

"Letra para don Francisco Manrique, en la cual el auctor toca por delicado estilo de cuán peligrosa cosa es osar el hombre casado ser amigado." (Epístolas..., II, p.285)

 

Contexto: Fray Antonio de Guevara le indica a Manrique que deje a su amante.

"Si no quiseiéredes ser bueno por lo que toca a vuestra ánima y a vuestra honrra y a vuestra hacienda, sedlo siquiera por tener paz con vuestra muger y familia; porque yo os doy mi fe que todos los placeres que tomárades con vuestra amiga los paguéis con las septena de que tornéis a casa." (Epístolas..., II, p.292)

 

         Como vemos las voces amiga y mujer resultan lexemas opuestos, siendo de valor expresivo negativo, la primera, y positivo, la segunda. Por otra parte, la voz barragana  y su derivado léxico abarraganada se usan para hacer mención a la mujer que vive en concubinato.

Contexto: Teresa  Panza le indica a su esposo que ya es tiempo de pensar en ir casando a su hija.

"Mirad también que Mari Sancha, vuestra hija, no se morirá si la casamos, que me va dando barruntos que desea tanto tener marido como vos deseáis veros con gobierno; y en fin en fin, mejor parece la hija mal casada que bien abarraganada." (Quijote..., II, p.467)

 

         El fragmento anterior permite advertir la censura social que pesaba sobre el concubinato y, en consecuencia, el valor expresivo negativo que poseen las palabras barragana ‘concubina, amancebada’ y abarraganada[10].

         Por otra parte y tal como se puede observar en algunos de los fragmentos anteriores, a la voz casamiento aparecen asociadas las palabras honra y honestidad. Circulaban en la época diversos abecé (abecedarios normativos) que describían al perfecto enamorado, al perfecto amigo y a los perfectos esposos. Estas voces que estamos tratando se incluyen como virtudes centrales que deben acompañar a los esposos, tal como vemos a continuación.

Contexto: Casilda y Peribáñez, recién casados, se recitan mutuamente dos abecé que resumen las virtudes de la esposa y del esposo que garantizarán un feliz matrimonio.

"Casilda: ¿Qué ha de tener para buena/ una mujer?

Peribáñez: Oye.

Casilda: Di.

Peribáñez: Amar y honrar su marido/ es letra deste abecé,/ siendo buena por la B, (...) y para honrada/ la H, que con la I/ te hará illustre, si de ti/ queda mi casa illustrada (...) Aprende este canto llano/ que, con aquesta cartilla,/ tú serás flor de la villa,/ y yo el más noble villano.

Casilda: Estudiaré, por servirte/ las letras de esse abecé;/ pero dime si podré/ otro, mi Pedro, dezirte,/ si no es acaso licencia.

Peribáñez: Antes yo me huelgo. Di;/ que quiero aprender de ti.

Casilda: Pues escucha, y ten paciencia./ La primera letra es A,/ que altanero no has de ser (...) la H, honesto, y la I,/ sin pensamiento de ingrato (...) por la O sólo conmigo/ todas las horas tendrás..." (Peribáñez..., pp. 77-80)

 

         Como puede advertirse en el primer abecé, la voz honra se asocia a los adjetivos noble ilustre y buena, mientras que en el segundo, honesto se opone a ingrato, de connotación negativa.  Por otra parte, en los textos de la época la unidad decoro se emplea como equivalente semántico de honra, tal como se advierte seguidamente.

Contexto: Mendo y Llorente, dos segadores que trabajan para Peribáñez, advierten la presencia del Comendador en casa del labrador durante su ausencia y, creyendo que Casilda es cómplice en el engaño, murmuran.

"Llorente: En casa anda gente.

Mendo: ¿Gente?/ que lo temí lo confiesso./ ¿Assí se guarda el decoro/ a Peribáñez?

Llorente: No sé." (Peribáñez..., p.125)

 

         Es de indicar que la deshonra del marido se asocia a la idea del adulterio, puesto que el individuo pierde el honor y su honra queda manchada, tanto si el adulterio se concreta como si sólo ha habido intención de cometerlo. En tal sentido, resulta muy esclarecedor el siguiente pasaje:

Contexto: Peribáñez ha descubierto que el comendador ha mandado pintar un retrato con el rostro de su esposa.

"...Basta  que el Comendador/ a mi mujer solicita;/ basta que el honor me quita, debiéndome dar honor./ Soy vassallo, es mi señor,/ vivo a su amparo y defensa;/ si en quitarme el honor piensa/ quitaréle yo la vida: que la ofensa cometida [= retratar a su esposa]/ ya tiene fuerça de ofensa. (...) Si pintada me maltrata/ la honra, es cosa forçosa/ que venga a estar peligrosa/ la verdadera [= Casilda] también." (Peribáñez..., p.137)

 

         Es de señalar que en este fragmento, Peribáñez pasa revista a los deberes incumplidos del comendador (el honor me quita, debiéndome dar honor./ Soy vassallo, es mi señor,/ vivo a su amparo y defensa;), versos que ponen en evidencia que aquel que opera en oposición al comportamiento promovido por las leyes de la cortesía, se muestra contrario al sistema y merece ser castigado. Por otra parte, las ofensas al honor y la honra se lavan matando al o los causantes del agravio. Por esto mismo, a honor y honra, que se vinculan estrechamente con casamiento, se asocian voces y expresiones como venganza, dar satisfacción y quitar la vida y se oponen a ofensa, agravio y engaño, como vemos seguidamente.

Contexto: Camila, a fin de engañar a su esposo, finge querer vengarse de su amante.

"...¿Cuándo tus amorosas palabras no fueron deshechas y reprehendidas de las mías con rigor y con aspereza? ¿Cuándo tus muchas promesas y mayores dádivas fueron de mí creídas ni admitidas? Pero, por parecerme que alguno no puede perseverar en el intento amoroso luengo tiempo, si no es sustentado de alguna esperanza, quiero atribuirme a mí la culpa de tu impertinencia, pues sin duda algún descuido mío ha sustentado tanto tiempo tu cuidado; y así, quiero castigarme y darme la pena que tu culpa merece. Y porque vieses que siendo conmigo tan inhumana, no era posible dejar de serlo contigo, quise traerte a ser testigo del sacrificio que pienso hacer a la ofendida honra de mi tan honrado marido, agraviado de ti (...) Torno a decir que la sospecha que tengo que algún descuido mío engendró en ti tan desvariados pensamientos es la que más me fatiga, y la que yo más deseo castigar con mis propias manos, porque castigándome otro verdugo, quizá sería más pública mi culpa; pero antes que esto haga, quiero matar muriendo, y llevar conmigo quien me acabe de satisfacer el deseo de la venganza ..." (Quijote..., p. 282)

 

Contexto: Prudencio reclama por su honor perdido a Lisardo, el enamorado de su hija. Lisardo y Belisa han estado viéndose furtivamente a espaldas del padre y ella se ha entragado al joven. Prudencio ha sabido de este engaño y del embarazo de su hija.

"Lisardo: ¿Qué te hice yo en mi vida?

Prudencio: ¿Parécete poco agravio?/ Después de haber a mi hija/ como a ignorante engañado,/ y con el fingido acero,/ en las mañanas de mayo,/ puesto mi honor por el suelo,/ como salteador de campo (...) yo no he de traer justicia;/ la que tengo, son mis manos./ (...)

Lisardo: Si en servirla os hice agravio,/ por la parte de ser pobre,/ que en las demás os igualo,/ yo os daré satisfacción/ dando a Belisa la mano." (El acero..., p.208)

 

         En relación al último ejemplo, es conveniente recordar que el agravio cometido sobre la honra de una mujer soltera podía ser reparado bien con la muerte del agresor o con el casamiento entre la joven y aquel que la hubiese deshonrado.

         En relación a esto, debemos señalar que honor y honra se emplean como equivalentes semánticos de carácter eufemístico de la voz virginidad en el caso de las mujeres y el verbo gozar se emplea también eufemísticamente para aludir a las relaciones sexuales, tal como puede advertirse seguidamente.

Contexto: Don Juan, a fin de conseguir a Aminta, engaña a Batricio su reciente marido, indicándole que mediaba entre él y la joven un matrimonio secreto que ya había sido consumado.

"Don Juan: Batricio

Batricio: Su señoría/ ¿qué manda?

Don Juan: Haceros saber (...)/ Que ha muchos días Batricio,/ que a Aminta el alma le di/ y he gozado...

Batricio: ¿Su honor?

Don Juan: Sí." (El burlador..., p.94)

 

         Deseamos, también, señalar que las voces honra, fama, bondad y mujer buena se vinculan asociativamente a casamiento, tal como vemos.

Contexto: Don Quijote aconseja sobre las características de la mujer que debe atender el que desea casarse.

"...Yo no soy casado, ni hasta agora me ha venido en pensamiento serlo; y, con todo esto, me atrevería a dar consejo al que me lo pidiese, del modo que había de buscar la mujer con quien se quisiese casar. Lo primero, le aconsejaría que mirase más a la fama que a la hacienda, porque la buena mujer no alcanza la buena fama solamente con ser buena, sino con parecerlo; que mucho más dañan a las honras de las mujeres las desenvolturas y libertades públicas que las maldades secretas. Si traes buena mujer a tu casa, fácil cosa sería conservarla, y aun mejorarla, en aquella bondad; pero si la traes mala, en trabajo te pondrá enmendarla, que no es muy hacedero pasar de un estremo a otro. Yo no digo que sea imposible, pero téngolo por dificultoso." (Quijote...,II, p.567)

 

         La dicotomía ser/parecer, que se relaciona asociativamente a las voces honra y fama en relación a la reputación femenina, alcanza especial referencia y desarrollo en los textos didácticos. En tal sentido, los siguientes pasajes resultan muy ilustrativos al respecto.

Contexto: El texto de El Cortesano respecto del cuidado de la honra, dice lo siguiente:

“Debe también ser muy recelosa que no el hombre en lo que toca a su honra, y tener mayor cautela en no dar ocasión que se pueda decir mal della, y regirse de tal manera que no solamente sea libre de culpa, más áun de sospecha;...” (El Cortesano, pp.293-4)

 

Contexto: Antonio de Guevara aconseja a las damas sobre el cuidado de la honra.

"Aviso y torno a avisar a cualquiera señora generosa, o plebeya que sea, no ose con primo, ni con sobrino, ni con otro cualquier deudo apartarse, ni fiarse, porque si con el estraño, apartándose, teme lo que puede ser, con el primo o sobrino tema lo que dél y della se puede decir. No se fíe ninguna muger de bien en decir que siendo el deudo entre ellos tan estrecho, que es imposible los traiga ninguno sobre ojo, porque si la malicia humana se atreve a juzgar los pensamientos, no es de creer que perdonará a lo que vee con los ojos. Las señoras que oyeren, o leyeren esta mi escriptura, quiero que noten esta palabra, y es: que el hombre, por ser hombre, abástale que sea bueno, aunque no lo parezca; mas la muger, por ser muger, no abasta que lo sea, sino que lo parezca. Nota, nota, nota, que así como la provisión de la casa depende de sólo el marido, así la honrra de todos ellos depende de sola la muger..." (Epístolas..., I, p.373)

 

         Resulta interesante destacar, en los últimos fragmentos, la relación que se establece entre la honra y la opinión pública (fama) por la cual la dama estaría libre o bajo sospecha, redundando, esto último, en perjuicio de su honra. En tal sentido, deseamos resaltar el empleo de bueno/a como equivalente semántico de honrado/a. Por otra parte, es de destacar la diferencia que se establece en cuanto al tema de la honra entre hombres y mujeres, estando únicamente esta última implicada en la dicotomía ser/parecer que antes señalábamos. Asimismo, debemos resaltar el rol que le cabe a la mujer como depositaria de la honra de todos los hombres de su casa (así la honrra de todos ellos depende de sola la muger).

         Finalmente, deseamos señalar el empleo de la voz generosa como equivalente léxico de noble, tal como se puede observar en la oposición señora generosa/plebeya con que se inician los consejos de Guevara.

 

3.- Conclusiones

         Nos parece interesante iniciar estas conclusiones resaltando el hecho de que en el primer período considerado, siglos XII a XIII, las relaciones asociativas que se comprueban entre las voces que componen este campo, tales como riqueza, ajuar y ganancia entre otras, ponen de relevancia el hecho de que en torno al matrimonio se anudan cuestiones vinculadas a lo económico, lo jurídico y lo social. Hacia el segundo período, particularmente en los textos correspondientes al siglo XIV, se advierte el esfuerzo por aunar dos visiones sobre la institución del matrimonio, dado que se lo sigue percibiendo como un instrumento de alianza política y familiar y, al mismo tiempo, se intenta hacer lugar a la voluntad de los contrayentes. En tal sentido, vemos a nivel lingüístico que se asocian a casamiento tanto los items léxicos honra, defendimiento del reino, como así también querer bien y amar de corazón.

         En relación a esta confrontación ideológica que existe en torno a la figura del matrimonio, es interesante destacar que aparece en este segundo período relacionada a este campo la voz malcasada, que se transforma en un índice de la fuerza que iba adquiriendo la idea de la libre elección entre los contrayentes en la selección de la pareja conyugal.

         En el tercer período -siglos XVI a XVII-, en cambio, se acentúan las críticas a la imposición familiar y, en consecuencia, las voces asociadas a casamiento, tales como perpetuo, amoroso y sabroso, definen lo que se entiende por un buen matrimonio, distinguiéndolo del matrimonio mal habido a través de las voces a las cuales se opone discursivamente, a saber, forzoso, súbito y secreto. Esta última resalta la desconfianza y la censura que existía sobre el matrimonio secreto.

         Los textos de este período confrontan estas dos visiones del matrimonio y esto se advierte tanto en la connotación altamente positiva que poseen algunas voces asociadas, tales como voluntad y el sintagma legítimo esposo como así también en la connotación fuertemente negativa que reciben algunas voces que aparecen en oposición, como por ejemplo dueño, tirano y cárcel que funcionan como variantes léxicas de marido en aquellos casos en que la novia ha sido casada contra su voluntad.

En tal sentido, sería conveniente destacar que Otis-Cour señala que, en este contexto de época, se pensaba que la cualidad ennoblecedora del amor, expresada en el matrimonio, convertía a la persona en un individuo mejor y en un miembro mejor de la sociedad. Así, amor, matrimonio, justicia y paz eran los lemas de una sociedad mejor. La autora indica que el amor y el matrimonio estaban estrechamente vinculados a la sociedad y su gobierno y, en tal sentido, no resulta asombroso que la preocupación por el buen matrimonio sea más o menos contemporáneo a la preocupación intelectual por el buen gobierno.(Otis- Cour,2000, también puede verse Rígano, 2004 sobre las voces vinculadas al modelo de buen gobernante en el contexto del discurso cortés hegemónico).

         En relación a esto sería interesante señalar que las historias amorosas que pueblan las novelas de caballería culminan con el matrimonio o la toma de estado público del matrimonio secreto de los protagonistas y la asunción del gobierno de parte del protagonista, ya se trate de Amadís, Palmerín o Esplendian. Por esto mismo y tal como ya hemos indicado en este trabajo, consideramos que el buen matrimonio - al evitar pleitos en distintos contextos- pareciera coadyuvar, en la mentalidad de la época, a que el hombre desarrolle mejores vínculos en toda la red de lazos sociales y sea, en definitiva, un miembro mejor de la sociedad.

Por otra parte y en correlación con las dos ideologías que contraponen los textos sobre el matrimonio, a saber, libre elección de los novios/ elección familiar del cónyuge, a partir del siglo XIV se observa que se asocian a la voz matrimonio lexemas tales como fe, libre promesa y sacramento, que se vinculan a la idea del matrimonio por libre elección de los enamorados. Asimismo, estas voces se relacionan opositivamente a la unidad léxica fuerza que conlleva valoración negativa y se relaciona con la tradición matrimonial en la que se da primacía  a la voluntad de la familia.

En cuanto a la evolución de algunas voces, resulta interesante destacar los cambios de sentido que habrían afectado con el correr de los siglos a las voces dueña y doncella. En tal sentido, conviene recordar que - hacia el siglo XIII - doncella se empleaba para aludir a la mujer joven y soltera, mientras que dueña se utilizaba para referirse a la mujer que detenta cierto rango social independientemente de su estado civil. En cambio, hacia el último período considerado -siglos XVI a XVII- la oposición doncella/dueña parece haber experimentado un proceso de especialización léxica dado que ya no se basa en el estado civil de la muchacha sino en la posesión o no de su virginidad. Así, doncella se emplea para aludir a la mujer que conserva su virginidad, mientras que dueña se utiliza para referirse a aquella que la ha perdido. En este mismo sentido, conviene recordar que hacia el último período, dentro del eje amor/cortesía, la dupla conceptual honor-honra es utilizada como equivalente de carácter eufemístico de la voz virginidad, otorgando un sentido específico y restringido a lo que se entiende por honra en el caso concreto de las mujeres. Por esto mismo, queremos destacar que en esta sociedad la virginidad constituye un valor relevante y se relaciona íntimamente con la honra y el honor de la familia.

         Para concluir, indicamos que la honra femenina se vincula con la honestidad, la castidad y la fidelidad al esposo. Por otra parte, la honra masculina aparecía, en los textos correspondientes al período que abarcan los siglos XII y XIII, vinculada al valor y la lealtad. En cambio, a partir de los siglos XIV y XV la voz honra conserva en los textos esta carga semántica de contenido ético pero, a través de nuevas asociaciones léxicas, destaca particularmente el contenido económico y social que posee el matrimonio. Así, la voz honra se asocia a casamiento, hacienda, renta, haberes y riqueza. Estas redes de sentido, permiten observar la estrecha relación que existe entre el eje vasallo/señor y el eje amor/cortesía y, al mismo tiempo, la importancia que adquiere en ambos el concepto complementario de honor-honra, voces centrales en el léxico de la cortesía.

 

 



[1] En nuestra tesis de doctorado sobre el Análisis sociolingüístico del estilo cortés en el español peninsular (siglos XII a XVII), investigación en la que se enmarca este trabajo, analizamos los elementos lingüísticos y paralingüísticos, que resultan dinamizantes del estilo cortés, en el contexto de tres ejes alrededor de los cuales se orienta el surgimiento y la consolidación de este estilo discursivo. Estos ejes resultan representativos de los vínculos sociales en los que se manifiesta particularmente la cortesía. Los ejes considerados son:

1. Eje Vasallo/Señor

2. Eje Amor/Cortesía

3. Eje Amistad-Compañerismo/Cortesía

El primero, vasallo/señor, es el eje inicial desde el cual surge este estilo que intentamos describir y que luego se expande hacia los otros dos. En cuanto a los dos últimos, debemos señalar que el segundo, eje amor/cortesía, reúne distintas instancias en la relación de pareja, a saber, la etapa previa a la declaración amorosa, el vínculo luego de la declaración y, en tercer término, la relación durante el matrimonio, en tanto que el tercer eje, amistad-compañerismo/cortesía, es el más amplio pues implica distintas relaciones sociales de mayor o menor intimidad.

 

[2] Diana Bravo en sus estudios sobre esta temática prefiere la noción de cortesía lingüística o comunicativa a la más corriente de cortesía verbal, a fin de destacar que no sólo el aspecto verbal de los enunciados debe ser tenido en cuenta en un análisis de la cortesía, sino también el comportamiento no verbal. En virtud de lo señalado, queremos subrayar que, en nuestro trabajo, el análisis de los elementos paralingüísticos ocupa un papel muy relevante, dado que los gestos, la distancia y los cambios de posición en el contexto comunicativo en muchos casos reemplazan o afirman las manifestaciones de cortesía realizadas a nivel verbal.

 

[3] Esto es lo que Pedro Álvarez de Miranda denomina “vocabulario ideológico” (1979).

 

[4] Entendemos por contexto tanto el co-texto como el contexto situacional.

 

[5] La traditio in manu o entrega de la novia, ceremonia entonces esencialmente civil, precede al rito religioso, (véase al respecto Montaner, 1993).

 

[6] La voz novio también se usa con el sentido de 'prometido' en instancias previas al matrimonio (Corominas, 1986)

 

[7] Respecto de la voz maridada, Corominas indica que deriva de marido, que es de uso general en todas las épocas  y común a todos los romances, salvo el rumano. Este autor destaca que desde antiguo se abusó de este vocablo, aplicándolo al concubino, por lo cual J. Ruiz se siente obligado a precisar marido velado 'legítimo' 1327b.

 

[8] La voz dueña también se emplea en el sentido de "dueña de servicio". Así, las mujeres que sirven a Ximena son denominadas dueñas en el Cantar...

 

[9] Sobre el contenido de la honra en función de la figura femenina puede verse Carlé, 1988.

 

[10] En relación a estas voces, deseamos señalar que el lexema enamorada y rameras se emplean como equivalentes semánticos para referirse a la mujer que ejerce la prostitución. Este mismo empleo ha sido constatado en el período comprendido entre los siglos XIV y XV, tal como señalábamos en el apartado anterior.

Contexto: Guevara reprende a don Francisco Manrique por la vida que le da a su sobrina, Epístolas..., II, p.290

"Declarándome más, digo que se me ha quexado mucho doña Teresa, mi sobrina, diciendo que andáis, señor, de noche, dormís fuera de casa, visitáis enamoradas, tactáis con alcahuetas, ruáis calles, ogeáis ventanas, dais músicas y, lo que es peor de todo, que gastáis mal la hacienda y traéis en peligro vuestra persona. (...) Andar en los pasos que andáis e ir a las romerías, o ramerías, que is, no puede redundar sino en daño de vuestra honrra..."

 

 

 

 

 

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