Mitos sobre la conducta suicida

ALGUNOS MITOS SOBRE LA CONDUCTA SUICIDA

 

Quienes hablan de suicidio no tienen la intención de cometerlo.

FALSO

  • Quienes hablan de suicidio pueden estar pidiendo así ayuda o apoyo. Un número significativo de personas que contemplan el suicidio presentan ansiedad, depresión y desesperanza y pueden considerar que carecen de otra opción.

La mayoría de los suicidios suceden repentinamente, sin advertencia previa.

FALSO

  • La mayoría de los suicidios han ido precedidos de signos de advertencia verbal o conductual. Desde luego, algunos suicidios se cometen si advertencia previa. Pero es importante conocer los signos de advertencia y tenerlos presente.

El suicida está decidido a morir.

FALSO

  • Por el contrario, los suicidas suelen ser ambivalentes acerca de la vida o la muerte. Alguien puede actuar impulsivamente al beber plaguicidas, por ejemplo, y morir unos pocos días después, aunque hubiera preferido seguir viviendo. El acceso al apoyo emocional en el momento propicio puede prevenir el suicidio.

Quien haya realizado un acto suicida alguna vez, nunca dejará de serlo.

FALSO.

  • El mayor riesgo de suicidio suele ser de corto plazo y específico según la situación. Aunque los pensamientos suicidas pueden regresar, no son permanentes, y quien haya tenido pensamientos e intentos suicidas puede llevar después una larga vida.

Solo las personas con trastornos mentales son suicidas.

FALSO

  • El comportamiento suicida indica una infelicidad profunda, pero no necesariamente un trastorno mental. Muchas personas que viven con trastornos mentales no son afectadas por el comportamiento suicida, y no todas las personas que se quitan la vida tienen un trastorno mental.

Hablar del suicidio es una mala idea y puede interpretarse como estímulo.

FALSO

  • Dado el estigma generalizado alrededor del suicidio, la mayoría de las personas que contemplan el suicidio no saben con quién hablar. En lugar de fomentar el comportamiento suicida, hablar abiertamente puede dar a una persona otras opciones o tiempo para reflexionar sobre su decisión, previniendo así el suicidio.

El suicidio se hereda

FALSO

  • No está demostrado que el suicidio se herede, aunque se puedan encontrar varios miembros de una misma familia que hayan terminado sus vidas por suicidio. En estos casos, lo heredado podría ser la predisposición a padecer determinada enfermedad mental.

El suicidio no puede ser prevenido, pues ocurre por impulso

FALSO

  • Antes de intentar suicidarse, toda persona evidencia varios síntomas que se han definido como señales de alerta, consistentes en constricción de los sentimientos y el intelecto, inhibición de la agresividad (la cual ya no es dirigida hacia otras personas y se reserva para sí) y existencia de ideas suicidas, todo lo cual se puede detectar a su debido tiempo, a fin de evitar que esta persona lleve a cabo sus propósitos.

El que intenta el suicidio es un cobarde/valiente

FALSO

  • Se pretende equiparar el suicidio con una cualidad negativa o positiva de la personalidad. Los que intentan suicidarse son personas que sufren. Entorpece su prevención al hacerlo sinónimo de un atributo imitable como es el valor.

Si se reta un suicida, éste no lo intenta.

FALSO

  • Pretende probar fuerzas con el sujeto en crisis suicida y desconoce el peligro que significa su vulnerabilidad. Retar al suicida es un acto irresponsable, ya que se está ante una persona donde sus mecanismos ante el dolor han fracasado y predominan los pensamientos de autodestrucción.

Los medios de comunicación no pueden prevenir la conducta suicida.

FALSO

  • Los medios de comunicación pueden convertirse en un poderoso aliado en la prevención del suicidio. Poner noticias sensacionalistas para ganar audiencia o vender, puede acarrear consecuencias devastadoras por imitación “efecto Werther”.