Casos de éxito

La Universidad de Murcia ha utilizado por primera vez el calostro de cabra para suplementar a los lechones recién nacidos con bajo peso, con la finalidad de estudiar su comportamiento durante la etapa de lactación. El trabajo se ha realizado gracias a un proyecto de investigación aplicada en el que han participado la empresa murciana KPRA, leche y genética S.L. y Piensos Garla S.A. (Almería) junto con el grupo de investigación Nutrición y Alimentación Animal de la UMU, liderado por la profesora Fuensanta Hernández Ruiperez.

Esta colaboración surgió para tratar de dar respuesta a una necesidad actual del sector porcino y es que desde que aparecieron las cerdas hiperprolíficas (aquellas cerdas capaces de parir más de 15 lechones por parto), el número de lechones nacidos por cerda se ha incrementado de forma significativa, pero las camadas son más heterogéneas y tienen  más lechones de bajo peso al nacimiento. Estos lechones tienen que competir con sus hermanos por el calostro de la cerda y, al ser más débiles muchas veces no toman la cantidad necesaria, lo que pone en peligro su supervivencia. Por otro lado, “la producción de calostro de la cerda no se ha desarrollado de forma paralela al incremento de la prolificidad”, señala la profesora Hernández Ruipérez, para ilustrar la necesidad identificada.

Para dar respuesta a esta problemática surgió la idea de administrar el calostro caprino a lechones recién nacidos, apoyándose en el hecho de que la cabra produce mayor cantidad de calostro que las necesidades de sus cabritos y con la hipótesis de que el suministro de este producto aportaría a los lechones un suplemento energético de buena calidad además de una ayuda para la maduración de su sistema digestivo. Dado que es la primera vez que se realizaba esta experiencia entre ambas especies, el proyecto ha tenido como uno de sus cometidos principales optimizar la conservación y manejo del calostro de cabra y la forma de administrarlo a los lechones, para analizar su tolerancia y efectividad en  los recién nacidos.

Aunque en el mercado existen diferentes suplementos para lechones recién nacidos basados en derivados lácteos y grasas fácilmente digestibles, hasta la fecha su eficacia no ha sido todo lo buen a que se hubiera deseado. En este sentido, el calostro de cabra se ha mostrado como un producto que ofrece grandes ventajas y beneficios, entre los que cabe citar su mayor cantidad de ácidos grasos poliinsaturados y de cadena media, lo que constituye una fuente energética de fácil asimilación; una excelente fuente de proteínas muy digestibles, incluso la presencia de ciertos factores propios del calostro, que podrían ser beneficiosos para el lechón recién nacido.

Los resultados obtenidos han sido muy alentadores, de modo que se está ampliando el estudio a otras granjas porcinas, optimizando el procesado y manejo del calostro caprino, con el objetivo de poder comercializarlo como producto en un futuro próximo.

Para las empresas del sector caprino como KPRA, los resultados del proyecto ofrecen una alternativa para revalorizar un producto hasta ahora poco aprovechado, paliando un problema tanto económico como medioambiental, mientras que para las empresas del sector porcino aporta una posible solución a uno de sus principales problemas actuales.

Este proyecto titulado ‘Utilización del calostro de cerdas y cabras para el encalostrado artificial de lechones de cerdas hiperprolíficas’ ha sido financiado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI) dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación.