Casos de éxito

Los resultados, fruto de un proyecto de transferencia con la empresa Avícola Garrido García S.L., estudia la suplementación de la alimentación de las gallinas con butirato cálcico.

La calidad del huevo, como la de otros alimentos de origen animal, se consigue aplicando el principio ‘de la granja a la mesa’, es decir controlando todos aquellos parámetros que afectan a la calidad del producto en origen, para asegurar un producto de la mejor calidad posible cuando llega al consumidor. Por ello, la alimentación de las gallinas es un factor esencial durante la producción de huevos. 

Por otro lado, hoy en día se tiende a alargar los ciclos de puesta de las gallinas por lo que deben ajustarse sus necesidades nutricionales. Los ciclos de puesta más largos producen huevos más grandes, con un mayor contenido en agua, pero a su vez suelen ser más frágiles, lo que hace que se rompan más fácilmente durante la comercialización.

Para abordar ambos retos se puso en marcha un proyecto de investigación aplicada dirigido por la profesora Mª Jesús Periago del grupo de investigación Nutrición y Bromatología de la UMU, y para el que contó con la colaboración de los profesores del área de Producción Animal, Antonio Rouco y Juan Orengo y la participación de la empresa Avícola Garrido García S. L.

La solución propuesta pasó por administrar a las gallinas butirato cálcico, un ácido orgánico que se genera en el propio intestino y que tiene numerosos efectos beneficiosos sobre el mismo, ya que mejora de una forma significativa la funcionalidad intestinal, evita el crecimiento de patógenos, e incide en la calidad nutricional y en la seguridad alimentaria del huevo. Sin embargo, su formación en el intestino depende de la cantidad de compuestos indigestibles presentes en la dieta y del tipo de microbiota, por lo que su utilización como suplemento alimenticio, está autorizada en alimentación animal y humana.

Los resultados obtenidos tras administrar butirato a las gallinas han puesto de manifiesto que su suplementación en la dieta mejora la puesta y reduce el porcentaje de roturas de los huevos. Además, su consumo durante los dos últimos meses de la puesta mejoró la composición de la yema, con un incremento de la calidad nutricional al aumentar la composición de los micronutrientes liposolubles del huevo.

Este efecto se consigue cuando el butirato cálcico se administra de forma encapsulada, ya que esto lo hace resistente a los procesos digestivos en el tracto gastrointestinal superior liberándose gradualmente a lo largo del intestino delgado, lugar en el que desarrolla sus efectos.

El carácter positivo de los resultados derivados del proyecto ha llevado a la empresa a incluir en sus procesos productivos el butirato cálcico como suplemento alimenticio para mejorar la calidad global de los huevos producidos

El proyecto denominado ‘Nuevas estrategias de alimentación en gallinas ponedoras para la mejora de la calidad externa e interna del huevo y de sus propiedades nutricionales, seguridad alimentaria y eficiencia productiva’, ha sido financiado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI).