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null La UMU contribuye al desarrollo de nuevas terapias contra enfermedades cardiovasculares.

Fuente: La Verdad

investigadorasNo existe ninguna dolencia, a día de hoy, capaz de una escabechina tan mayúscula como la que producen las enfermedades cardiovasculares. La ciencia estima que cada año fallecen 17 millones de personas por su culpa. Y no lleva camino de frenarse, porque el incremento de la esperanza de vida equivale también a una mayor población afectada por unas dolencias de las que en el pasado muchos se libraban porque no llegaban a tiempo de padecerlas. «Su incidencia aumenta drásticamente en la población mayor de 65 años», explica la doctora Sonia Águila Martínez, del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB), que encabeza un proyecto específico con el expresivo título de 'En busca de un envejecimiento saludable: nuevas aproximaciones terapéuticas para combatir la tromboinflamación'.

Con el envejecimiento se produce un desbalance entre dos sistemas íntimamente conectados, el hemostático y el inmune, lo que da lugar, en palabras de la especialista, «a un estado tromboinflamatorio». A partir de ahí se desencadenan unos procesos que aún resultan en gran medida desconocidos, y que son los que el proyecto de Águila Martínez trata de desentrañar. Su propósito incluye «profundizar en los mecanismos moleculares que desencadenan estas alteraciones», con especial atención a las plaquetas, concreta. Ellas son principalmente las células responsables de la formación del trombo y «actúan de puente entre la hemostasia y la inmunidad».

Las claves

Más achaques: El incremento de la esperanza de vida va acompañado por afecciones propias de la avanzada edad.

Más saludable: La investigación pretende combatir la tromboinflamación para un mejor envejecimiento.

Nuevas terapias: Se trata de favorecer nuevos tratamientos que prevengan, en último término, los eventos isquémicos fatales.

Jóvenes y de avanzada edad

La ambición última es contribuir a «desarrollar nuevas terapias que sean capaces de prevenir este estado tromboinflamatorio y, finalmente, los eventos isquémicos fatales». ¿Cómo piensan lograrlo? La solución pasa por el empleo de un modelo animal de ratones envejecidos, que permita comprobar la evolución y los resultados, «además de muestras de voluntarios sanos, jóvenes y de edad avanzada».

A pesar de que los adelantos en medicina ya permiten «diversos tratamientos anti trombóticos y anti plaquetarios para prevenir la incidencia de estos eventos, el incremento de la esperanza de vida está suponiendo todo un reto a nivel sanitario y de investigación», afirma la especialista. De ahí la oportunidad y el gran potencial del proyecto, financiado por la Fundación Séneca-Agencia de Ciencia y Tecnología de la Región de Murcia.

El interés por estudiar los procesos que atañen a la población avanzada lleva tiempo en boga, «ya que no para de incrementar la esperanza de vida y, con ello, la prevalencia de enfermedades crónicas». En este contexto, la investigación encabezada por la doctora Águila Martínez se enmarca en una corriente en pleno desarrollo. Sin embargo, mientras que ya existen numerosas líneas de estudio enfocadas hacia el retraso del envejecimiento, el que nos ocupa es un planteamiento alejado de esa premisa.

Menos dolencias

«En nuestro caso, lo que tratamos es elucidar los mecanismos implicados en la tromboinflamación para poder diseñar nuevos fármacos que puedan evitar o disminuir las subsecuentes alteraciones y finalmente, la aparición de eventos trombóticos, uno de los eventos más comunes en población envejecida». El objetivo último, apostilla, es «así poder mejorar la calidad de vida». Dicho de otra manera: al tiempo que otros científicos luchan por alargar la existencia, aquí de lo que se trata es de ensanchar también esos años de más para que las dolencias propias de la edad limiten lo menos posible. Una cuestión tan importante no puede ceñirse al proyecto de un único ámbito de investigación. «Siempre hay algún laboratorio en algún lugar del mundo trabajando en temas muy similares al tuyo, y este caso no es una excepción», aclara la doctora. Si bien sí «cambian el modo y las aproximaciones utilizadas para abordar los estudios y siempre se puede aportar algo nuevo, hay espacio para todos».

El enfoque en este proyecto, a nivel del estudio energético de la célula (metabolismo) y de elementos reguladores pequeños (mi-ARN), «es muy novedoso y nos ofrece nuestro propio espacio en este campo de investigación».

Formación de jóvenes para dar aliento a los más mayores

Los trabajos todavía no han cumplido un año desde que arrancaron, a principios de 2023, y en total contemplan tres años, «aunque en ciencia nunca se cierra una investigación por completo, siempre quedan cosas por descubrir», explica su investigadora principal, la doctora Sonia Águila Martínez. De momento, afirma, «ya tenemos resultados muy interesantes en el modelo de ratón que nos indican que hay diferencias claras en la respuesta plaquetaria con la edad, y que nos animan a continuar con este trabajo». Estos primeros indicios, que ya atisban una contribución del equipo de investigadores al noble propósito de añadirle más vida a unos años que la ciencia ya lleva tiempo alargando, les dan fuerza para continuar. «Estamos muy contentos», confiesa la especialista. En este equipo se encuentran profesionales del grupo de investigación de Hematología y Oncología Clínico Experimental de la Universidad de Murcia (UMU), ubicado en el Centro Regional de Hemodonación, que a su vez se encuentra dentro del Servicio de Hematología del Hospital Morales Meseguer y del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB). Entre ellos figuran biólogos, químicos y técnicos en anatomía patológica, y también colaboradores externos de otros grupos de investigación en EEUU y en España.

El trabajo que desempeñan, gracias a la financiación de la Fundación Séneca, «no solo ayudará a resolver incógnitas sobre el envejecimiento y la trombosis, que esperamos que tengan repercusiones en la calidad de vida de los pacientes; sino que también tendrá un impacto en el establecimiento de esta línea de investigación en la Región de Murcia», aboga Águila Martínez. Al tiempo, añade, que contribuirá «a la formación de los miembros más jóvenes del grupo».

Pie de foto: Investigadoras del proyecto murciano 'En busca de un envejecimiento saludable'. UMU