Exposición "Médicos Murcianos. Discípulos de la Escuela Histológica Española"

Exposición Médicos Murcianos

Exposición "Médicos Murcianos. Discípulos de la Escuela Histológica Española" Del 4 de abril al 2 de mayo de 2008.

La aportación más relevante de la ciencia española a la ciencia internacional ha sido la de la Escuela Histológica Española, la obra sobre el sistema nervioso de Santiago Ramón y Cajal y su escuela, al zanjar definitivamente la polémica sobre la naturaleza de dicho sistema nervioso, asentado la teoría celular, neuronal, en el mismo.

Esta gesta no fue ni azar, ni casualidad, ni providencia, sino fruto de una labor continuada, de generaciones de científicos que conectaron con la ciencia experimental y positivista de la segunda mitad del siglo XIX y que con la recuperación de la institucionalización de la ciencia, en concreto, la Junta para la Ampliación de Estudios, le dieron a la ciencia española de la II República su máximo esplendor.

Cuatro médicos murcianos colaboraron en esta tarea como discípulos ya de Ramón y Cajal o de Pío del Río Hortega: Luis Calandre Ibáñez en el campo de la histología del corazón e introductor de la electrocardiografía en España, Román Alberca Lorente, estudioso de la histopatología de las enfermedades del cerebro, posteriormente psiquiatra, Luis Valenciano Gayá, discípulo de Gonzalo Rodríguez Lafora, y a su través de Pío del Río Hortega, aunque su dedicación fue enteramente a la psiquiatría, Antonio Pedro Rodríguez Pérez, el más joven de ellos, trabajando desde estudiante de medicina en el laboratorio de Cajal, regido en ese momento por su discípulo, el profesor Tello.

Todos ellos se convierten en adelantados en sus respectivos campos, con estancias de perfeccionamiento en los centros más prestigiosos de Europa, excepto el más joven que se estaba formando en Madrid todos ellos comprometidos con la defensa de la democracia, la libertad y la República, todos ellos sufren en mayor o menor grado la injusticia de la dictadura al truncar su trayectoria científica y profesional, frustrando no sólo sus biografías sino además la expresión madura de su creatividad científica, y todos ellos reciben el merecido homenaje con la recuperación de la democracia.