CRISPR-Cas…Y la revolución comenzó en Santa Pola, por el Prof. Dr. D. Juan Carmelo Gómez Fernández, académico numerario

Juan Carmelo ficha

Un resumen de este artículo se ha publicado como Columna de la Academia, en el Diario la Verdad del23 de enero de 2016

El 31 de mayo de 2014 ya escribió este autor una columna de la Academia en este Diario La Verdad, titulada “Edición génica por CRISPR-Cas, una herramienta multiusos”. En esa columna exponíamos que se estaba desarrollando una nueva tecnología destinada a revolucionar la ingeniería genética y que tendría con el paso de no mucho tiempo unas grandes implicaciones. Eso está ya meridianamente claro en este momento, con el desarrollo de una industria más que millonaria y con el otorgamiento de muchos premios a sus desarrolladores- Para empezar se ha concedido el Princesa de Asturias de 2015 a Charpentier y Doudna. No tardará en seguir el Premio Nobel, a estas autoras o a un grupo más amplio. No creo exagerar si afirmo que este descubrimiento es de los más importantes realizados en Ciencia en las últimas décadas y sus consecuencias se están notado ya en prácticamente todos los laboratorios del mundo. El último número de la revista Cell (una de las tres más prestigiosas, junto con Nature  y Science), publica un artículo en el que revisa quiénes son los descubridores y desarrolladores de estos conocimientos, llamándoles héroes. Los primeros en observar que existían unas secuencias repetitivas en la bacteria E. coli fueron el grupo de Nakata en Japón, pero le prestaron poca atención. Posteriormente, en 1995, estas secuencias fueron observadas en bacterias que crecen en las salinas de Santa Pola por un grupo de microbiólogos de la Universidad de Alicante, entre los que estaban Francisco Mójica y Francisco Rodríguez-Valera. Estos investigadores las denominaron como SRSR (short regularly spaced repeats). Mójica fue quien prosiguió con estos estudios y observó que estas repeticiones en los DNAs de bacterias se encontraban en otras especies bacterianas e incluso en mitocondrias. Estas observaciones fueron corroboradas por otros grupos y se les cambió el nombre por CRISPR (clustered regularly interspaced short palindromic repeats). Posteriormente, en 2005 se observó que estas secuencias provienen de fagos que infectan a las bacterias y fue Koonin y colaboradores y también Mójica y colaboradores quienes propusieron que estas secuencias formarían parte de una especie de sistema inmunitario adaptativo de las bacterias y sugirieron que estas bacterias producirían un RNA similar al RNA de interferencia. Por cierto, Mójica se las vio y se las deseó para publicar este trabajo que fue rechazado sin revisión por varias prestigiosas revistas como Nature y PNAS USA.

En los años siguientes diversos autores, especialmente Charpentier y Siknys que descubrieron el mecanismo por el que el sistema opera, produciendo un RNA corto y con la ayuda del sistema proteico Cas9 y las bacterias usan estas secuencias para producir el RNA a partir de estas secuencias que se une a un grupo de proteínas (las CAS) que lo procesan y cortan en trozos para posteriormente inactivar el DNA de los virus invasores (complementario con el RNA procesado).. Inmediatamente, en forma casi simultánea, tanto Charpentier y Doudna como Siknys publicaron artículos en los que caracterizaban los sistemas in vitro, proponiendo su uso biotecnológico para editar y silenciar genes. Basándose en estos resultados Zhang diseñó un robusto sistema para editar genes eucarióticos en 2012 y, casi al mismo tiempo, Church diseñó otro sistema con el que modificó genes en células humanas. Muchos investigadores se lanzaron a principios de 2013 sobre este campo, y el fenómeno se convirtió en viral. Hoy día centenares de empresas de todo el mundo se han lanzado sobre esta tecnología y las perspectivas de poder corregir el genoma humano en su estructura y/o su expresión a voluntad, así como el de animales y plantas de forma fácil, modificando los embriones y diseñando seres vivos se ha hecho asequible. Ya se han realizado diversos experimentos para modificar genes causantes de enfermedades hereditarias o para mejorar ciertas plantas cultivadas, estamos por tanto ante una gran revolución, en la que se ha establecido una batalla por las as patentes, entre los diferentes grupos implicados.

Por último señalar varias importantes observaciones. Primera, que científicos que trabajan en sitios marginales pueden realizar importantes descubrimientos, como es el caso de Francisco Mójica, pero también Siknis en Lituania y otros. Segunda, que el descubrimiento fue gestándose durante más de veinte años en manos de científicos básicos, que para nada pensaban que fuera a tener las aplicaciones que hoy se están alcanzando y las que se vislumbran. Ningún descubrimiento surge de la noche a la mañana y se requiere el esfuerzo de cientos de investigadores que van aportando sus granitos de arena para que finalmente se llegue al perfeccionamiento del descubrimiento. Obsérvese en consecuencia lo injusto que es que critique y desprecie a universidades como la de Alicante (o la de Murcia y tantas otras “de provincias”) porque no figuren entre las primeras cien o primeras doscientas del mundo. Tercera, que muchas revistas importantes (y hoy en día, ya incluso las menos importantes) no analizan cuidadosamente los artículos que les llegan lo que supone un importante obstáculo para el progreso científico. Por último, podríamos preguntarnos por qué Mójica no estuvo en el sprint final de esta revolución. Este investigador reconoce (El Confidencial del 16 de enero de 2016) que se quedó sin financiación y ello debido a los recortes que surgieron desde 2008, probablemente porque su trabajo no era aplicado. En muchas ocasiones se oye el comentario de personas, que incluso tienen educación superior, abogando por que la investigación la financien las empresas y no los organismos públicos. De ser así hallazgos como este no hubieran aflorado nunca. La comunidad investigadora es como un ecosistema, donde si se eliminan especies aparentemente insignificantes las que aparecen como más importantes sufren las consecuencias. Que reflexionen los políticos responsables de mantener la investigación tanto básica como aplicada.

 

Para saber más:

– El español olvidado que vislumbró la técnica genética más importante del siglo

http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2016-01-16/crispr-francis-mojica-charpentier-doudna-edicion-genomica_1136337/

-The heroes of CRISPR. Lander ES1. Cell. 2016 Jan 14;164(1-2):18-28. doi: 10.1016/j.cell.2015.12.041. The Heroes of CRISPR.

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26771483

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