Cómo combatir el paludismo mediante mosquitos modificados genéticamente, por el Prof. Dr. Juan Carmelo Gómez Fernández, académico numerario

Juan Carmelo ficha

El paludismo es una grave enfermedad que amenaza a la mitad de la población mundial y para la que todavía no existe una vacuna realmente efectiva. La enfermedad requiere de la colaboración de mosquitos que transmiten el protista Plasmodium, parásito que causa la enfermedad. Se conocen muchas especies de este género Plasmodium, algunas de ellas causantes del paludismo, de las que la más peligrosa por ser la más virulenta y causar más muertes es P. falciparum. Esta enfermedad fue endémica en casi toda España. Personajes históricos tan importantes como el emperador Carlos V y su esposa Isabel de Portugal se cree que murieron de esta enfermedad. El paludismo estaba muy extendido, en concreto, en las huertas del Levante español como las de Murcia y Orihuela. El último caso con origen totalmente local, se dió en España en 1964. La especie que causaba el mayor número de casos de esta enfermedad en España era, no obstante el Anopheles atroparvus, que transmite el P.vivax que no es tan virulento como el P.falciparum. Pero existe la preocupación de que el cambio climático podría traernos nuevamente la enfermedad, con especies de mosquitos capaces de transmitir parásitos más virulentos. No se olvide que aunque en España no pervive el Plasmodium, sí que siguen existiendo los mosquitos capaces de transmitir la enfermedad. Por ello se han dado algunos casos de transmisión originada por enfermo que habían contraído la enfermedad en otros países y a los que picaron mosquitos españoles que transmitieron el parásito a personas locales.

Para combatir esta enfermedad se usan habitualmente insecticidas, repelentes de mosquitos y camas protegidas por redes y sustancias profilácticas como la quinina. A este respecto se inventó el agua tónica en la India (por los británicos) o los vinos quinados en España. Pero todos estos medios no son suficientes para detener la enfermedad.

Por ello resulta muy interesante el trabajo que publica la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy de los Estados Unidos de América. Anthony James y su grupo de la Universidad de California han demostrado que es posible cambiar el código genético de larvas de mosquitos de forma que sean un mal huésped para el parásito.

Para ello han utilizado la ingeniería genética colocando un nuevo gen en los mosquitos que les conferiría resistencia a la infección parasitaria. Ello ha sido posible gracias a la nueva técnica de ingeniería genética llamada CRISPR-Cas9, que permite modificar genes de una célula, produciendo un anticuerpo que combate al parásito. De esta forma, cuando estos mosquitos modificados genéticamente se crucen con otros les transmitirán la resistencia bloqueando la transmisión de la enfermedad. Así se comprobó con un mosquito que transmite la enfermedad en la India, como es el Anopheles stephensi. De hecho, el DNA que codifica el anticuerpo que combate al parásito fue heredado por casi el 100% de la progenie a través de tres generaciones. Los autores del trabajo confían en que esta técnica se pueda emplear para modificar otras especies de mosquito. Aunque este avance no sea la solución final sí que puede ser una ayuda más para erradicar la enfermedad. Nótese que en el pasado se ha tratado de extinguir los mosquitos haciéndolos estériles, pero ello podría tener consecuencias inesperadas sobre el ecosistema. Por ello esta solución podría ser mejor.

Para saber más:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26598698