El óxido nítrico ¿una molécula amiga o enemiga? , por la Prof. Dra. Dª Francisca Sevilla Valenzuela, académica numeraria

Paca Sevilla 697

Columna de la Academia, publicada en el Diario La Verdad el 19 de diciembre de 2015

Mientras se debaten los compromisos asumibles por los países asistentes a la cumbre sobre cambio climático, dirigidos a detener la emisión de gases contaminantes, lo cierto es que la concentración de estos en la atmósfera, entre ellos los óxidos de nitrógeno (óxido nítrico, NO y dióxidos de nitrógeno, NO2), aumenta y ocasionalmente supera los límites permitidos por la normativa Europea, especialmente en zonas urbanas. Estos compuestos, generados en la combustión del petróleo, carbón o gas natural, contribuyen a la lluvia ácida y a la destrucción de la capa de ozono. Concentraciones de NO2 ≥400 µ/m3 dependiendo del tiempo de exposición, pueden provocar especialmente en personas con enfermedades respiratorias preexistentes, la aparición de diversos síntomas, dañando, además, a los cultivos vegetales. Sin embargo, como se describió en un artículo por Fewson y Nicholas en 1960, el NO podía ser utilizado por los microorganismos y las plantas como un intermediario del metabolismo. Posteriormente se identificó en sistemas animales como el compuesto previamente designado como factor de relajación endotelial, lo que supuso a los investigadores involucrados el reconocimiento internacional, al ser galardonados bien con el Premio Príncipe de Asturias a la Investigación Científica (Salvador Moncada, en 1990) o el Premio Nobel de Fisiología y Medicina (Robert F. Furchgott, Louis J. Ignarro y Ferid Murad, en 1998). A partir de estas investigaciones, este gas incoloro y difusible, fue calificado en 1992 como “molécula del año” en la revista Science, y hasta el día de hoy se han publicado decenas de miles de artículos sobre su importancia en la biología humana y vegetal. Dependiendo de su concentración en la célula, órganos y tejidos, como ocurre con su nivel en la atmósfera, de su oxidación a dióxidos y- trióxidos de nitrógeno y de su compartimentación, actúa de una forma u otra. Como molécula beneficiosa, actúa como antioxidante, en desarrollo, reproducción y defensa frente a patógenos, sequía o salinidad en plantas; actuando en humanos, como neurotransmisor, en la relajación del endotelio vascular, en la producción de energía o regulando el sistema inmune, entre otras funciones. También puede ser pro-oxidante inductor de estrés y generar especies reactivas de nitrógeno, modulando la expresión de genes y la actividad de proteínas, o participar en senescencia y en muerte celular. Por tanto es importante que sus niveles estén perfectamente controlados, en las células y a nivel global.   Esto lleva a considerar seriamente el estudio de su función biológica y no menos importante, el control de su emisión a la atmósfera.