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POESIA SAHARAUI EN CASTELLANO
“Mírame siempre
Trata de entenderme,
Ver mi destino como el tuyo.
Nunca dejes de observarme,
Si lo haces, habremos desaparecido…”
Ali Salem Iselmu
LOS ESPACIOS DE LA POESÍA
Universidad Autónoma de Madrid
Miércoles, 2 de abril de 2003
Si de repente se le preguntase a un saharaui de poesía lo más seguro es que a su mente no acudirá ni el título de un libro de versos ni el título de un poema. Sin embargo es muy probable que pueda citar los nombres de los poetas más conocidos e incluso podría recitar varios versos de memoria. Y es que la poesía tradicional saharaui en hassania, lengua de los saharauis, sigue siendo oral, a pesar de que en los últimos años se haya intentado escribir y archivar y así evitar que algún día desaparezca con sus propios autores. Durante el colonialismo España se mantuvo al margen, sin importarle la poesía, y de forma general sin preocuparse por la cultura saharaui. La poesía, ajena a cualquier influencia externa, continuó su viaje en su tradicional vehículo, es decir, de boca en boca y anidando en la prodigiosa memoria de bates, cantores y de los amantes de la poesía. Aún hoy la poesía saharaui mantiene su forma clásica, no ha variado a lo largo de los años, la rima y la métrica no han sufrido cambio alguno y el contenido sigue siendo prácticamente el mismo, poesía religiosa, didáctica y educativa, poesía romántica, poesía de la tierra o de la nación, sólo hay que añadir la poesía patriótica o revolucionaria que se incorpora a estos temas con el comienzo de la lucha de los saharauis por la independencia. Creo que lo más positivo que nos ha legado España en casi un siglo de colonialismo ha sido la lengua que para gran parte de los saharauis constituye su primera lengua incluso por encima del árabe.
Cuando España abandona el territorio y Marruecos entra ocupándolo, el castellano se convierte, junto a muchos otros factores de índole social y cultural, en un carácter de identidad para los saharauis. La lengua española se convierte entonces en un distintivo saharaui en una región con tendencia francófona. Esa importancia que adquirió la lengua española hizo que los saharauis decidieran desde el principio mantenerla y enseñarla en las escuelas como lengua oficial saharaui. Ello también podría ser el incentivo que llevó a algunos saharauis, jóvenes sobre todo, a escribir sus primeros versos en esta lengua. Lo que constituye además una acción en contra de la ocupación del Sahara y una manera de dar a conocer al mundo las atrocidades de la guerra impuesta por el régimen de Marruecos, así como los sufrimientos, las heridas, las desgracias en fin, de un pueblo inocente abandonado a su suerte y como no, daba igualmente a conocer las esperanzas de los saharauis en un futuro mejor y su constante fe en la victoria. Era, y de algún modo lo sigue siendo, una poesía rebelde y reivindicativa, que quizá se podría enmarcar dentro de lo que se conoce como poesía social. Sin embargo, no deja de ser una mezcla de manifestaciones, estilos y movimientos poéticos, con una tendencia claramente vanguardista, tanto en la forma como en el contenido. Rompe totalmente con la poesía en hassania en cuanto a la forma, sin olvidar por supuesto la fusión de la tradición de una cultura nómada, beduina en todas sus facetas y con toda su riqueza con la modernidad de la poesía actual universal y sobre todo con la poesía hispanoamericana.
La poesía saharaui en castellano canta en primer lugar a la patria, la añoranza de la tierra y el hogar perdido, extraviado o incluso desconocido. Esto evidentemente está justificado por las circunstancias del éxodo, la guerra, el exilio y los últimos años de paz sin paz que comenzaron con el cese del fuego del año 1991 y que hasta este momento no ha servido de nada. La poesía saharaui también recrea temas tan universales como el amor, las relaciones sociales, la naturaleza. Los saharauis suelen decir que la mejor manera de conocer la geografía de territorio es a través de la poesía, me refiero a poesía en hassania. Prácticamente no existe ni el más remoto accidente holográfico que no haya sido nombrado en un poema. Temas como la convivencia, la tolerancia, temas desgraciadamente actuales como la guerra, la inmigración, la explotación de los seres humanos, las miserias, las hambrunas, son parte de los temas que aborda la poesía saharaui. Sin ser “un bello producto ni un fruto perfecto”, como decía el poeta, la poesía saharaui en lengua española va abriéndose camino, aún es muy joven, necesita darse a conocer, consolidarse y demostrar su valía. Poco se ha publicado de la poesía y de forma general de la literatura. Muchos poetas y narradores escriben en esta lengua pero pocos tienen la esperanza de ver sus obras publicadas algún día. Ojalá estén equivocados.
Mohamed Salem Abdelfatah, “Ebnu”
Estos poemas escritos en castellano han sido escritos por una generación de chicos de mi edad, digamos de los treinta a los treinta y cinco años. Todos han cursado estudios en Cuba. Hay algunos también que han estudiado en España, y dominan el idioma castellano, dominan la gramática, la redacción, la estilística, les gusta mucho la poesía tanto la producida en España como en Latinoamérica. Lo que quiero decir es que esta poesía ha sido escrita en unas condiciones bastante limitadas, con una escasez notable y además junto a eso una de las cosas que se reflejan sobre todo es el sufrimiento del pueblo saharaui, y su larga lucha. Ha sido una inagotable inspiración para cualquier poeta porque el estar dentro de los campamentos, el vivir veinticinco o treinta años de exilio es prácticamente dejar que muchos sueños se conviertan en espejismos. Prácticamente, cada poema en esas circunstancias es un espejismo. Por lo tanto la poesía, en el marco actual del pueblo saharaui, es una gran esperanza porque es una oración de canto a la libertad, es una oración de canto a la paz y es una oración de canto a la identidad. Esta poesía tiene un significado especial en el sentido en que expresa la angustia de todo un pueblo, es una oración a la lucha de un pueblo, que es el pueblo saharaui y además es el sueño de nuestra generación y de muchas generaciones, de ciudades abortadas, de aquel océano Atlántico, ya que nacimos a su lado y hasta hoy no hemos vuelto a verlo, de aquellas ciudades en las que hemos crecido. Esa poesía expresa eso y expresa también el sentimiento del pueblo saharaui por alcanzar algún día la libertad y su propio país, y disfrutar de su propia identidad, de su propio idioma y de su propia poesía.
Esta poesía escrita en castellano significa que ese idioma que en su momento se coló por esa ventana en África se ha quedado para siempre y no se ha ido, porque ha habido gente emprendedora y gente que ha querido que ese idioma realmente siga existiendo y ha querido que no desaparezca. Gente que le gusta cantar en ese idioma, escribir en ese idioma y no sólo poemas, a pesar de todas las limitaciones y de los pocos medios de los que se disponen.
Ali Salem Iselmu
MOHAMED SALEM ABDELFATAH, “Ebnu”
El poder
Hijos del sol y el viento
Hijos del sol y el viento
SALEH ABDALAHI HAMUDI
Ven
Sed
Madre
Nosotros
Mujer en el exilio
En las grietas
Me iré
Cuna de mi infancia
LIMAM BOISAH BUHA
Yo bebí los versos de la madera
La quinta estación
La hoja verde
Dos manos
Ramos de tempestad
Los caminos del sur
Missing (más de 24 años en Umdraiga)
Caravana
MOHAMED SIDATI
Sahara mío te quiero
Noche y Patria
FATMA GALIA
FATMA AHAMED ABDESALAM
ALI SALEM ISELMU
María
La guerra
Abuelo
Mi despertar
Canto al amor
La sequía
Vigilante
El desafío
Reflexión
La pasión de los olvidados
El espejo
TAUFIK SALAMA
Sukeina
Recordando las raíces
LUALI
Déjame
Un tumulto de voces
AHMED ULD SEMAMIT
MOH. ALI-ALI SALEM
SAS NAH LAROSI
A La Libertad
MOHAMED SALEM ABDELFATAH “Ebnu”
I
G
L
E
S
I
A
S
MEZQUITASINAGOGAS
PAGODAS
Hermosas formas y alturas
se alzan en nombre de Dios
desafiando la miseria de los pobres
de los eternos vagabundos del señor
que pululan por las callejuelas de la vida
implorando al todopoderoso
un simple cobijo
donde abrigar su hambre de mañana.
El poder
Hoy es día de fiesta
los poderosos mostrarán orgullosos
sus fastos al poder.
Los otros sacrificarán sus sueños
y la sumisión de sus antepasados.
Los pobres ¿Qué sacrificarán?
lo más seguro
es que devolverán al señor
la única riqueza que les regaló
le ofrecerán sus hijos
pero antes
esperarán hasta que el sol
se eleve dos palmeras sobre el horizonte
por si el arcángel quiere aparecer.
¿Quién sabe si no se repite el milagro?
y además
¡Dios es tan poderoso!
Esta es la era
de la soledad y el silencio
los amantes son desconocidos
que vagan tomados de las manos
por aceras distintas
en las interminables calles
de ciudades perdidas.
Los transeúntes cabizbajos
van tropezando con
la podredumbre del futuro
que anuncian los lumínicos
de rascacielos invisibles.
Los niños se arrastran
mudos y descalzos
cargando sus penas
en busca del presente.
Mientras
el mundo va nadando
en aguas turbias
de ríos hediondos
que desembocan en el umbral
del nuevo milenio.
En esta edad
de hambrunas y guerras
en esta era
en que a nadie
se le ocurre pedir
una palanca para mover el mundo.
Hijos del sol y el viento
Aún vivimos en las esquinas
de la nada
entre el norte y el sur de las estaciones.
Seguimos durmiendo
abrazando almohadas de piedra
como nuestros padres.
Perseguimos las mismas nubes
y reposamos bajo la sombra de las acacias desnudas.
Nos bebemos el té a sorbos de fuego
caminamos descalzos para no espantar el silencio.
Y a lo lejos
en las laderas del espejismo
todavía miramos, como cada tarde
las puestas de sol en el mar.
Y la misma mujer que se detiene
sobre las atalayas del crepúsculo
en el centro del mapa nos saluda.
Nos saluda y se pierde
en los ojos de un niño que sonríe
desde el regazo de la eternidad.
Aún esperamos la aurora siguiente
para volver a comenzar.
Era un día romántico
solitario y gris
como estas colinas.
Todo era escaso
melancólico y triste.
--Excepto nosotros—
que, en la abundancia
y la gracia del señor,
el pan y las heridas
compartíamos con las moscas.
Ausencia
Desde los escombros de mi cuerpo
azotado por el viento y la lluvia
renacen las ganas
de tiempos ya casi inmemoriales
cuando aquella noche
escribí mi vida sobre tu vientre
con espermas celestes.
Desde los restos de mi osamenta
busco tus manos
para rascarme la sed
del último suspiro
que ahogué entre tus piernas.
Desde esta celda
reclamo mi soledad
que una noche huyó contigo
dejándome solo
entre tus fantasmas y mis verdugos.
Si mañana desapareciera
en el infinito de la gruta del olvido
mi galaxia
yo podría reír o llorar
-- Eso depende—
pero me gustaría más reír
y no darle el último adiós a mi vida.
Si llorara
mi llanto sería silencio
porque no solamente pierdo
mi galaxia
también pierdo la tuya.
Si mañana
súbitamente desapareciera
el dolor que deforma mis piernas
ofreceré a los senderos mis pasos
con amor
y repartiré mi corazón y mis manos
entre aquellos que son humanos
sólo porque aún pueden sentir
el dolor.
Ven a sentir la paz de la distancia
a contar las horas del exilio silencioso.
Ven a meditar sobre la gramática
de las hierbas secas de primavera.
Ven a sentir las caricias del siroco
en tu piel muerta.
Ven a besar el excitante polvo
de los caminos del viento.
Ven a escuchar los ecos del tiempo
en los ojos plateados de la memoria.
Ven a recordar juntos
el olor de la última lluvia.
Ven a sobar el vientre
de una cascabel grávida de palomas.
Ven a perseguir los espejismos
para saciar tu sed de vergüenza.
Ven a devorar las nuevas flores
que parió la ingratitud de las estaciones.
Ven a roer los huesos
que sobraron del banquete de la guerra.
Ven a beber el último vaso
del primer té de tu infancia.
Ven a escalar las alturas
de la añoranza perdida.
Ven a permutar tus dientes de leche
por los colmillos de la serpiente noctámbula.
Ven a mirarte el triste rostro
en el espejo de una mañana olvidada.
Ven con tus penas
Ven, incluso, con tus glorias.
Ven a llorar
sobre la tumba de una madre
que llora eternamente
para que tú derrames una lágrima.
Las olas del tiempo rompen
contra los muros de la memoria
erosionando las huellas
de mi infancia lejana.
La distancia,
engulle los indefensos recuerdos
que vagan dispersos a la deriva.
--El almuédano despierta la mañana—
y yo me acuerdo de ti, Amgala.
Bajo las estrellas
recito el nombre de Alá…
las suras del Corán,
esquivo la extraña mirada
y las lágrimas se derraman
sobre el cuaderno de lengua castellana.
De la aburrida escuela
me iba al encuentro con el mar
mi seco río de orillas blancas y tibias
collar dorado que acaricia
las sombras de las montañas y los pastores
riberas donde jugaba al escondite
con las olas y las flores.
--El almuédano perdió la voz
y el maestro cruzó la frontera—
Sola te quedaste, Amgala
sin vientre y sin senos
sin brazos y sin ojos
sin padre y sin mí.
Al duende parlanchín,
esclavo de tus pozos y alturas
se le ahogó la voz en la distancia.
--Ya no me responde—
¿Acaso murió de soledad…
o lo desterró la tormenta
que arrasó tus polvorientas calles
donde aún ruedan
mis sueños y mis canicas?
La tormenta,
arrancó la acacia
de los huesos colgantes
y secó el huerto
de los higos verdes y sandías.
Las mariposas
se quedaron sin niños
y se alejaron persiguiendo sonrisas
entre los proyectiles de la guerra.
--Tras los barrotes del invierno
espera, pacientemente, la primavera—
Esperas tú.
Espero yo.
Espera la mujer
que grita su último dolor
destrozando el silencio
y el niño que llega de madrugada.
Esperamos todos
en esta estéril inmensidad
que se extiende entre el cielo y la nada.
Amgala, sin mí te quedaste
pero quedaste conmigo
abrazada a mis venas
alimentando mi corazón
de caravanas de sal y de miel
de gacelas paleolíticas y golondrinas
de odres de leche y palmeras.
Sin mí te quedaste
pero conmigo volverás
para encontrarnos y pernoctar
bajo la sombra de tu aliento
en el interior de tu extraviada muralla
y quedarnos a solas
contigo y tus reliquias de barro y piedra.
Tiempo de escombros
que se derrama
sobre la miseria infantil.
El pan se fosiliza
en un horno fantasma
y la leche se evapora
en los pechos secos del espejismo.
El agua emigra hacia el norte
y un niño pregunta por el mar.
Las lágrimas de arena
surcan el rostro del viento.
Una madre sin esperanza
comienza a llorar
y un padre de impotencia
vuelve los ojos hacia La Meca
y se pone a rezar.
Aún vivimos en las esquinas
de la nada
entre el norte y el sur de las estaciones.
Seguimos durmiendo
abrazando almohadas de piedra
como nuestros padres.
Perseguimos las mismas nubes
y reposamos bajo la sombra de las acacias desnudas.
Nos bebemos el té a sorbos de fuego
caminamos descalzos para no espantar el silencio.
Y a lo lejos
en las laderas del espejismo
todavía miramos, como cada tarde
las puestas de sol en el mar.
Y la misma mujer que se detiene
sobre las atalayas del crepúsculo
en el centro del mapa nos saluda.
Nos saluda y se pierde
en los ojos de un niño que sonríe
desde el regazo de la eternidad.
Aún esperamos la aurora siguiente
para volver a comenzar.
Sueña el niño algún día
poder en el cielo batir su ala.
Sueña el cosmonauta poder
tener en sus manos, su propio planeta.
Todos sueñan allá arriba.
Sueña el astronauta,
abandonar su telescopio
y acercarse algún día a los astros
galopando en su adorada cometa,
sueñan incluso los enamorados
vivir una eterna luna.
Todos sueñan allá arriba,
y yo, tan solo sueño poder en mi tierra
algún día, alzar al cielo mi bandera
Ven
Ven con tu condición de humano
para sentirte mas humano,
a sentir la ausencia de la cuna
en la distancia del olvido,
a sentir la erosión del tiempo
que oxidó nuestros huesos
sin nombre.
Ven a vivir mi paciencia incierta
que descansa sobre las secuelas
de la guerra,
a esquivar la guadaña que arrastra
mi suerte,
a secar las calladas lágrimas que
ahogan nuestras almas.
Ven a salvar la inocencia que se pierde
entre el polvo y la pólvora,
y esperar en mis horas de exilio,
la última vuelta de mis plegarias.
Ven, y cuando hayas vuelto no dejes
de ser el eco de mi humana voz
que reclama con boca seca la LIBERTAD
Las piedras se descomponen bajo el sol
para más arena.
Los caminos se pulverizan en la contienda
hacia una paz que por herida no llega.
El silencio se remonta bajo el peso
de un gigante monte que se encierra
la clave de una serpiente negra,
y aquí en esta contienda donde el lagarto
se deseca bajo la sombra de un verano caliente
y el camello atontado por tanto espejismo,
tengo más sed de paz que de agua.
Madre sé que sufres,
sé que el dolor te hace llorar
y que tus lágrimas son de cera y calor.
Madre sé que te han cegado los ojos
y te han ahogado la voz
para no cantar al mundo tu libertad
Madre sé que de tus brazos
te han arrancado los hijos
que tus senos deseaban
con amor alimentar
y más que tus senos
tu historia y cultura enseñar.
Madre sé que tu llanto,
tu llanto mudo aún está
e hizo a todo el mundo escuchar.
Madre sabré también que vas a cantar,
a cantar con una voz que llegará al mas allá
y cuando amanece, tus brazos se abrirán
para tus hijos que están aquí y allá.
Madre sabré que tu alborada va a alumbrar
los puntos cardinales y mas allá
de la frontera y de la mar.
¿Y tus lágrimas Madre?
¡oh! tus lágrimas esta vez serán de júbilo y felicidad
y cuando todo sucede
cuando la corona solo reina en su lugar
tú, tú, Madre Patria, seguro, seguro que vas a olvidar
porque tu corazón es todo AMOR Y PAN.
En esta intemperie seguimos estando
nosotros, los de antes,
los que luchan con sus desnudos cuerpos,
contra las desgarradas muelas abrasivas del tiempo.
Los que apagaron sus agujereados
pechos y ataron sus manos
sobre el vuelo blanco de palomas.
Los que mueren, nacen, sueñan
y, sobre todo, esperan arrancar
de las cenizas la identidad
de un corazón hecho ya fuego.
Después de la tormenta de arena
te levantas, bajo el alba del desierto,
y te vas, cargando a lomo el peso del exilio,
sacudiendo el polvo, que niebla con catarata
tu nostálgica mirada.
Allí estás tú mujer, contra el viento y su
desaliento,
mazando con amor la gracia de nuestra
vitalidad.
Al atardecer, ya fatigada pero a la vez
gentil y gallarda, te vas,
dejando huellas de sonámbula,
hundiéndote en la arena,
para encontrarte con el ocaso,
Y con alivio, te sientas a evocar
tu horizonte.
El ocaso está gris, está amarillo, está rojo,
allá todo está mezclado, acribillado por el
siroco
de sangre,
por tormentas de polvo y pólvora.
Y tú, mujer, percibes que tu ayer y tu presente
será igual que mañana.
Y te vas, de vuelta
dejando estelas de sueños
y sombras agitadas junto al viento.
Mientras, despiertan tus huellas
para encarar la próxima tormenta
que a tus ojos se aproxima.
Mira como sopla el viento,
arrastrando las hojas que alimentan
mi esperanza,
como el polvo en su regazo,
nos cubre con su túnica
para que la arena nos entierre
poco a poco en esta inmensidad
de la nada.
Él, salió de los suyos
para llenarse de sí mismo,
se encontró sentado en una inmensa
sábana de blanca arena.
Y en su infinita soledad,
vació el cofre de sus recuerdos
buscando sin cesar,
como se busca a un tesoro
sin mapa
su lejana infancia.
No, solo encontró arena y viento,
huellas borradas y piernas fatigadas
noches de ensueño sin almohada,
pastoreando su existencia.
¿Acaso nací sin infancia o mi infancia, nació con
arrugas en la frente?
Ahora un soplo de arena
le dio en la cara
y al abrir los cansados ojos
se quedó consternado ante
el ocaso del sol.
Lo vio con toda su fuerza,
trató con toda su fuerza de esquiva
a su imaginación,
y solo vio sangre, ceniza y negras tostadas
de nubes, dispersas en el fuego del crepúsculo,
y le ahogó el mismo apocalipsis
que estrangula el sueño, de sus escasas noches.
Terminó la guerra
y allí va un hombre sin pierna y con muleta.
En las grietas
En las grietas de mi corazón roto
emanan dos ríos bajo el puente
que te lleva a la ciudad
de mi alma
para llegar es preciso meterse
en un túnel con los ojos cerrados
o a abiertos porque en realidad
da igual
irás entre las adversidades esquivando
tormentas de arena y quimeras de fuego
bajo las sombras agujereadas de verano
irás en esta inmensidad donde
una caravana puede ser un
hormiguero
y un hormiguero puede ser una
caravana
donde el espejismo es un mar
y un mar no es nada
y en las noches es preciso ser
marinero
porque vivo en un mar de arena
con ríos de mucha sed y una escasa vegetación
con mucha espina
irás persiguiendo las nubes
preguntando a cada cual donde cayó
la ultima lluvia
y allí me encontrarás sentado en la rivera
con la paciencia de las dunas entre mi rebaño
preparando un té y un pan en la arena
mientras pasara un río, sí pasara.
Me iré
Dónde vas a ir, sin saber a donde
- Aunque no lo sé, déjame solo ir
me iré con el viento y no importa no
dejar huellas
me iré de nube a nube aunque no llueve
me iré con las estrellas aunque no brillan
me iré descalzo y no solo por ir
las guerras, las indiferencias, el hambre
el odio que se esconde en las venas,
las amenazas y las venganzas que calculan
las espaldas
yo soy nómada, nací en la arena bajo el sol
como los animales
soy libre como el viento, como las caravanas
que rompen las inmensidades, soy libre, hijo de la tierra y de su grandeza
tengo muchos hermanos que quiero conocer
que quiero abrazar
y sobre todo los que luchan por la libertad
a dónde vas a ir, sin saber a donde
- El dónde no importa, solo déjame ir
y no quiero que me enseñes el este o el oeste
ni el norte o el sur, solo déjame ir a enseñar
este corazón libre que se encarcela en mi
para desafiar la barrera del color y la religión
a dónde vas a ir si no sabes como ir
el cómo no importa
porque tengo en la frente un sol
y en la voz un clamor
me iré de palmada a palmada de abrazo en abrazo
porque soy de todas las sangres y de todas
las creencias soy
me iré aunque tú no lo quieras a romper
las fronteras y mezclar las razas
me iré aunque tú no lo quieras a construir a cielo abierto
un lugar sin nombre
donde los hombres bajo el sol se funden en abrazos y perdón
ya que todos tenemos la misma sangre y bajo el sol
la misma sombra.
Cuna de mi infancia
ven a mí,
ilumina mi frente,
guía mis pensamientos
no dejes que la luna abandone mis noches,
y yo con los ojos cansados, contemplando
las huellas que va dejando
mi dedo en la arena.
Mis huellas son rayitas
sin significado y sin sentido
pero mi mente arde,
arde como brasa
como hierro fundido
por tanta arena.
Sí, porque ya me cansa la arena,
la piedra, el barro, el clima,
me cansa esta "paz" donde
uno olvida lo que espera.
Ya me canso de escribir
siempre sobre la arena,
sobre el niño que llora,
sobre el espejo y su rotura,
sobre la viuda que perdió
su amor en la guerra,
sobre este dolor inmenso y triste
de un pueblo que solo espera.
luz de un día, ilumina mi frente
y hazme vivir mi soberanía.
Haz apagar este apocalipsis
de mi poesía.
Yo quiero escribir hogar, calles semáforos,
fábricas, puertos,
escribir ciudad.
Escribir el verso su aroma
y del aroma mi poesía.
Pero mientras tanto y mientras
está la luna,
seguiré haciendo estelas con mi índice en la arena,
mañana es otro día.
En mi infancia yo bebí
los versos de la madera.
Un almurabit me enseñó
a fundirlos en el alma.
En su mano colocó
una lisa madera,
castaño de rostro bello.
Con tinta de carbón
empapaba su fina pluma.
Escribía versos
en la memoria de la madera.
Después de las lecciones
vertía agua en la poesía.
Un caudal de versos descendía.
"Tómatelo todo-dijo-
para que fecunde tu mente".
En mi infancia yo bebí
los versos de la madera.
Un almurabit me enseñó
a fundirlos en el alma.
Mi ciudad está sin localizar
en la geografía del desamparo,
aúlla bajo los escombros
de castigados valles,
sus ecos estallan
contra las murallas del silencio
contra la impunidad de los televisores.
Mi ciudad tiene castillos de adobe
y vestigios de palacios
y vasijas de Cluster Bombs
y semáforos de proyectiles
y carpas con las manos alzadas
rogando justicia al más allá.
Mi ciudad, mi casta ciudad,
en su sueño fue violada,
sus aves emigraron
confundidas de estación.
En su constante penar
algunas palomas se quedaron
durmiendo la eterna siesta.
En el calendario llovió
abundancia del hambre,
el frío, desesperanza, calor.
Mi ciudad se carcome
impregnada de miedo,
huérfana de legitimidad.
En sus estériles avenidas
deambulan militares y rebaño
de mercaderes, usureros y ojeadores
aparatos de escucha y sospecha.
Mi ciudad cuenta en su pellejo
más de veinte cicatrices,
cuenta nostalgias guardadas
en las gavetas de la memoria
esperando el divino soplo
que las desempolve.
Mi ciudad será localizada,
cuando reine
su implacable fragancia
y los cartógrafos
se acuerdan de la otra
propiedad del zumo de limón.
La hoja verde
Hay un silencio
que quiebra la palabra.
Y la palabra quiebra
el silencio transparente
en la inmensidad del Sáhara.
En las mañanas despiertas
entre las estrofas de un poema
se filtra
el amargo vaso de la vida.
Desde el fondo de una tetera
suavemente galopa,
respira el sonido
al ritmo de un tabal de agua.
Cuando las hojas se abren
lo artificial se rompe
y se ahogan los vasos
en el jugoso manantial
engendrando dulce amor.
Cuando brota la espuma
el alma dialoga.
Los vasos con su dialecto
aportan el sensual suspiro
entre dos distintas manos
para derretirse en mensaje explosivo.
La muerte de un vaso
es un instinto de la vida.
La luz verde se entrega
al ritmo del misterio encantador,
al dulce sueño de las noches dormidas,
a las deseadas citas
en la callada esquina.
La hoja
es por fin libre y ardiente
cuando rompe la sed
en tus labios de esmeralda.
Dos manos
Sobre las finas dunas
se dibujan dos manos.
Cuánta leyenda se arruga
en la línea de la vida.
Cuántas espinas duermen
como el niño en la cuna.
Cuántas manos aplauden
con la ausencia de otras páginas gitanas.
Cuántas manos se estampan para
despistar a los cardenales de la profecía.
Cuántos senos se acarician antes de
escuchar el primer grito de la misericordia.
Cuántos corazones esperan la vuelta para
beber en los pezones de la auténtica frontera.
Cuántos dedos separan
la verdad de la mentira.
El niño ofrece
con sus ojos,
con el triste brillo
de su rostro,
lo único que tiene.
El niño no tiene nada,
y en medio de la nada
hay un árbol de duna,
el Dios del viento estornuda
y el niño ofrece
a su amigo
de otra cultura
un ramo de tempestad,
lo único que tiene
en esta dura vida.
A mis amigos Isabel y Gonzalo
Me pregunta un viajero
qué significa un galb.
Digo yo, por ejemplo,
que Miyek es un lunar
en el vientre de esta tierra.
que Ziza, por ejemplo,
es pecho en lengua bereber,
y que el ala de una duna
puede tocar el mar del cielo.
Digo yo, por ejemplo,
que en los altos picos
de prismáticos amaneceres
- frotando su piel-
hay mucha vida dormida.
Que en la piedra pasajera
hay platillos estacionados,
islas que emergen
desde el océano de la nada.
Un galb puede ser, por ejemplo,
el nombre de una muchacha esculpida
entre las pestañas de una cueva.
Como Tiris es el ombligo del Sáhara,
galb es un corazón,
corazón de piedra.
No olvides decir
los nombres de Dios
si vas por los caminos del Sur.
En las llanuras de Tiris
el polvo está de fiesta
después de las bendiciones.
Un brindis rompe la nostálgica canción
desde el Valle de la Tristeza
hasta el Corazón de los Escorpiones.
Cuando la luna se abriga
la anciana noche se asila
en la silueta de una hoguera.
Una nave de ardiente ceniza
embriagada de ansiedad
toma tierra en la bahía.
Entre los pasajeros
está ella desnuda,
con su pelo negro, liso,
que al muslo le llega.
Anda esposada de vendas y henna
entre las piedras sin edad
y las regiones sin lagos.
Entre besos y tempestades,
entre abrazos y promesas,
hay olor a contrabando.
No olvides decir
los nombres de Dios
si vas por los caminos del Sur.
Missing (más de 24 años en Umdraiga)
A Abidin Buzaid y otros
Pronunció con sus hijos
los versos de una última oración.
Y un amanecer de escarlata
trajo enjambres
de oscuras abejas atroces
cargadas de atolondradas astillas.
Y en Umdraiga
llegó el aviso,
para escampar la amenaza,
para ladrar
a los invisibles perros
que defecan estrépitos patíbulos
sobre nómadas
que no buscan
precisamente
el rastro de la lluvia.
¿Quién sigue las huellas
de sus mitigados pasos ?
¿Quién talará la interrogante
que aloja la anhelada novedad ?.
De la esperanza noticia
que nunca muere
a las veinte y cuatro horas
Donde se encomienda al Altísimo
la dicción de la ruta,
y se derriten ilegibles principios
sobre el crepúsculo,
y se penetra el vientre de la patria,
y se come en la unión
del estrecho territorio del cuenco,
y se camina,
y se desviste el camello de la sal,
y se duerme con el denso color
de la hipótesis del peligro,
y se murmura el hambre de la jaima,
y se vislumbra
...
y se llega.
MOHAMED SIDATI
Sáhara mío, te quiero
Dura es la vida.
Sol ardiente.
Sol deslumbrador,
Sol inclemente.
Esto es el Sahara.
Agua, ¿dónde estás?
Espejismos, engaños,
solo espejismos.
Tierra sedienta.
Cielo duro de piedra turquesa,
Cielo sordo a mis lamentos,
Dame por lo menos una lágrima de lluvia.
El verde es sol un sueño,
Ni un solo hilo de hierba,
Ni el fresco reparo de una sombra.
Tierra sé tu generosa,
Dame una primavera,
Dame por lo menos una flor.
Tierra mía,
A pesar de los sufrimientos que me das,
Yo te quiero.
Desierto mío te defiendo,
Te defendí,
y te defenderé siempre.
No tienes sombra
y mis enemigos te violan.
No tienes dulces frutos
y los insaciables te invaden
Tierra árida y herida.
Patria pobre.y violada.
Sangre y sangre.
País de mis sueños
de mis pesadillas.
Prisión y tortura,
Tus hijos en las manos del verdugo.
Patria pobre,
Patria extremada
Te armaste.
Patria que no puedo besar
cuanto te deseo ...
Sahara mío,
Yo te quiero
y te defiendo.
Te prometo,
Te daré tu primavera.
NOCHE Y PATRIA
Inmensa, es tu más oscura noche
se extinguen las estrellas noctámbulas
y se mueren el sueño y el canto,
la extrañeza de la noche
se extiende en la inmensidad del infinito
espaciosidades cenicientas
grisáceas, negruzcas,
envolviendo su opacidad
Patria!
Tus fuentes
tus raíces
embeben mis venas paulatinas
esquivando
la noche y el alba fulguroso se armonizan
como entonaciones de tus sienes
Patria!
Tu fuego, brasa íntima,
se consume en tus palmas
ya pesar de las marejadas de pasiones
y nostalgias extremas
esquivo
me sumerjo perdido en tus locuras
Patria!
El amor embriaga mi alma
con unas entonaciones apasionadas
de las cuales descuelgan dos astros
y un sol tras la oscuridad
un brote bondadoso
de tu generosidad
don de mi Patria
Patria!
Desearía conquistarte, Patria
poseer tus sombras
tus valles
y cada uno de tus rincones
penetrar tu intimidad
desentrañar tus secretos
saboreando el sorbo de añoranza
cobijándome en tu cariño
en paz, en quietud
sobre tus tierras
haciendo cúmulos de reminiscencias
Patria!
¿Cuándo retornarás?
volviéndome a ti,
rezar bajo tu firmamento
rogando desde tus colinas,
atendiendo a tus magnas palabras,
cargándolas con mil cariños,
mil pasiones y símbolos
crecidos en locuras
y abnegaciones de tus ojos
tú vuelves a mí y por mí
Te veo
recurro a tus entrañas
para reposar mi cabeza cansina,
y mi alma fatigada
sufrida de destierro
sintiendo yo sosiego
y me reviste tranquilidad,
inhumándome en ti
bañado en tu amor,
Patria!
FATMA GALIA
Lágrimas, lágrimas,
lágrimas de un pueblo herido por
caravanas de tanques y cañones que
sembraron un bosque de bombas y
muertes.
Gritos de senderos ensangrentados
mujeres aterradas y sin el ayer.
mezquitas derrumbadas por peregrinos sin
piedad.
Lágrimas de un pueblo herido por pajares de fuego
y balas de veneno.
Palomas mensajeras de paz que vuelan
sobre el desierto deprimidas y sin silbido
en duelo al mártir caído.
Llantos de niños huérfanos y madres viudas
que perdieron al ser querido.
Lágrimas de un pueblo herido derramadas
en tierras extrañas.
Almas inocentes sufridas por el destierro
y la guerra del olvido.
Héroes, héroes invictos con sólo su voluntad
y esperanza han sobrevivido.
Lágrimas, lágrimas.
Lágrimas de un pueblo herido.
Eres la cuna feliz de mis abuelos,
santa entre las santas, Smara.
Caduca está tu gloria
pero no de mis sueños alejada.
Tus piedras, vieja señal
de esplendor en otros tiempos,
están viejas y altaneras
resistiendo el embate de los tiempos.
Dime por qué, triste desierto,
no ayudaste a triunfar
el gracioso verdor de sus palmeras.
Canto la gloria inmensa que se encierra
en tus minas llorosas, desoladas
prendas de otro tiempo de añoranza.
Una luz ilumina tu rostro,
dibuja tus labios y se apaga,
intentando volverte
mi símbolo de creación.
Yo desesperado te imaginé dentro
y a la vez distante del universo.
Ya no queda nada,
sólo ruinas
detrás de tu devastador rastro.
Ya no queda nada,
sólo lamentos y lágrimas
después de tu cruel aparición.
Ya no queda nada,
ni antes ni después,
ni ahora,
que sigues siendo
el refugio del poder.
El ardor del pasado expresa tu nombre,
rescata tu historia,
antepone tus pensamientos
y enaltece tu largo transcurrir.
La memoria de la historia
te ofrece su homenaje,
te corona en el exilio.
El largo pasar de los años
te va llevando, abuelo, hacia
el futuro impredecible,
te recuerda las viejas epopeyas
llevándote de su mano,
incluso abrazándote.
La presencia de tu andar
cada día entre nosotros
y tu inagotable recuerdo
te llevan hacia la fuente de la gloria
en la que hallarás el sublime descanso de tu obra.
Volcado en la profundidad de un mar sin límites
pretendí observar el sol desde las alturas
imaginarias de mis huellas.
Abierto al falso universo de mis pasos
se me olvidó recordar la decadencia
de mis emociones.
Veo traspasar los años, las gentes, y por fin
aparecen algunas historias inéditas de mi memoria.
Surge ya la nube cargada de fuego que apunta
hacia la mar queriendo hundir mi único velero.
Entonces me levanto con el afán de perdonar
y querer el perdón, cuando en realidad la aurora
está apagada hace ya tiempo.
El amor navega sobre las olas del tiempo
y navega sobre el olimpo de nuestras vivencias.
El amor se transforma en ese efímero instante
que penetra en el tic-tac de los segundos.
El amor no es ocurrente ni pasajero,
es audaz en su supervivencia.
El amor surge de sus aplastantes reveses
desafiando sus propias contradicciones.
El amor no se apaga como una luz,
brilla como un astro en el centro de la existencia.
El amor es la fiebre espiritual sin medicinas
ni diagnósticos.
El amor es eterno en su procreación
abriendo todas las páginas.
El amor es entonces la cárcel de nuestros
deseos, la libertad de nuestra imaginación,
es toda nuestra gloria resumida en un acto,
es ya el momento cumbre de la vida hecha
resignación detrás de su eco.
El verano termina,
El otoño no llega
Y el invierno está por venir.
Todas las estaciones
Giran sin flores
Y sin aliento
Hacia un destino desconocido,
Pero hay una que llega con más fuerza
Y arrasa al camello,
Así deja al desierto
Sin héroe y sin gloria.
Nos vuelve mudos y nos convierte
En los eternos vigilantes
De la próxima primavera.
Si un día nuestro amor desapareciera
Recuerda que estoy en el más allá
Entre las estrellas.
Mi estrella brillará
Para que mi amor
Se entremezcle con tu rabia y mi odio,
Así sólo me convertiré
En tu eterna reliquia navegando por el cielo.
Los rostros cambian,
Por los años,
Por el tiempo,
Incluso terminan
Y quedan para siempre
Inexpresivos.
Lejos palpitan los corazones
Desnudos de esperanza,
Ahogados en las penurias de la civilización,
Se consolidan países,
Nacen otros,
Pero hay algunos que se mantienen en pie
Esperando al naciente sol.
Crecen los desvelos,
Y ya no existen lámparas mágicas,
Todos entramos en la desafortunada profesión de la tecnología,
Lejos de defender nuestro lecho.
Humanidad que sin rumbo vas,
A algún lugar irás,
Donde no reine
la globalización incierta de nuestro andar.
El tiempo se impacienta de agonía y dolor
mientras las frías noches se conservan en cada esquina.
La larga peregrinación penetra en el nuevo milenio.
Nuestras almas se alimentan lentamente de hermosas visiones.
Quiero contener la calma sobre ese olvidado pecho
dibujar sus encantos para deshacerme de la desdicha
empujar con fuerza para alcanzarte y nunca volver los ojos hacia atrás
Vivir la evasión de los días en busca de la bondad de los recuerdos
para contemplar mi arraigada memoria.
Pero no levantar las montañas para ver las infinitas estrellas
si no recordar, porque en cada recuerdo
hay un sueño sobre el cual descansa mi alma.
Enlazar la fuerza para alcanzar la inseparable línea
del camino iniciático de la vida.
No ver más pastos hasta darme cuenta de cómo fue la última lluvia
que quiso remediar la existencia de un desierto
convertido en una hermosa sabana.
Saber que la alegría es un remedio de cada instante,
es un escape y no una delegación de cada sonrisa
percibida después de una profunda lágrima
La pasión de los olvidados
Las paredes de adobe se reflejan
en la inmensidad del desierto.
Ellas cubren y guardan por mucho tiempo
el deseo reprimido de los muertos y vivos.
Se alzan en la memoria de los olvidados
que se enfilan hacia la razón,
en el tren de cada vuelta que da la vida.
Huelen con pasión el perfume
del último vaso de agua.
Buscan en el brillo de cada estrella
el inicio y el fin de cada esperanza.
El espejo
Mirarte desde lejos, mirarte de cerca
y volver hacia la inquietante mirada,
es verte en el espejo de la esperanza
porque vos no estas perdida.
Estás perdida porque te han robado
el espejismo de la virtud
para condecorarte con la perdición.
Yaces entre el látigo de las auroras
que te consumen impacientemente.
No mueres porque el rostro de aquella mirada
existe en el más allá,
fuera de ese enajenado abismo.
La cercanía del bravo rostro hace de ellos
una cruel mano manchada de sangre.
Pero no te vengarás porque no hay mayor venganza
que caer de rodillas y pedir el perdón.
TAUFIK SALAMA
Si en cada paso y paso
Ahogo mis garras,
En tu cálido horizonte.
Si en cada gota de sudor y el silencio
Oigo tu jeroglífico,
Y sigo la faraónica belleza.
Si en cada oscura noche,
Deslizo mis manos
Por tu llano vientre.
Ay, si esa musical anatomía,
Tuviera batutas,
Guardara partituras,
Olvidaré en bandadas mis penas,
Y aguanto el graznido de las vergüenzas
Para sencillamente,
Sumergirme en tu aliento
Cuando las alas de la nostalgia,
Rozan con su hálito
Ese meollo de memoria.
El primer vaso,
Ese sutil maná,
Esculpe el recuerdo
En la lontananza de
Un cerebro sin su sarao.
Cuando esta gracia imposible,
Gatea en la cascada de un labio,
Guarda para mañana
Ese sabor a desierto,
A mujer,
A lo sublime.
Mientras las entrañas festejan
Ese segundo delirio de la ronda.
Cuando lejos, está la idiosincrasia,
No puede la memoria
Vanagloriarse de quedar en blanco.
El haul influye
El galb se presenta.
La jaima y una madre y un niño,
Sin apretujarse todos llegan.
Disfruto el final de mi ronda,
que me deje un sirimiri,
para que florezca la señal
de un camino hacia la raíz.
La basura sigue llenando
El contenedor que esta,
A la curvatura de la manzana.
El amuleto del policía,
Y una mujer con su insigne
Señoría,
Ordene a las nubes,
Que no atavíen con esponjas,
El sol.
Y mientras la perfecta ironía
Se pudre con su carpeta
En las oraciones de cada
Atardecer.
La humilde LAYUAD
Espera con sus lobos,
El ritual noctámbulo
De tambores y miedos.
Los pastores,
-diminutas y hasta kilométricas
edades-
buscan sin iconos
una gota extraviada
y sin pozo.
Y la rueda del LAND-ROVER
Se pincha,
Encima de gaseoductos
De la mentira.
Umdraiga
Estática esta la verdad,
Como una espátula
Que enyesa el tiempo,
Mientras el viento,
Azota los restos de un fusil,
Y allí a lo lejos,
Nace la acacia desde el pecho
Del desierto,
Alimentando con su sombra,
Alguna historia de amor,
Mientras las penas
Destrozan la prehistórica rosa.
Umdraiga,
Antaño cuando eras una fiesta,
Que vuela embrujando el alma.
Ayer te mataron,
Ya lo se,
Aunque ayer también renaciste.
Con tus lágrimas,
Tus abrazos,
Y este pan desterrado,
Que necesita una vuelta.
Umdraiga.
Me vine con mi infancia,
Para conocer tu rostro,
Y una mujer sin brazo,
Sana tus heridas,
Y un anciano narra su historia,
Negligente al dolor,
Mientras los nublados ojos de un niño,
Llueven calmando tu desértica soledad,
Y nadie, a tu dolor
Puede estar ajeno.
LUALI
Déjame creer en ti
para seguir atado a algo.
quiero volver a ver tu rostro,
en este minuto de paz,
entre este siroco que se va
y el próximo que llegue.
asomarme a mirar este atardecer
desde el apacible amanecer de tus ojos.
Déjame pensar que
el aire de tu aliento
es el aliento de mi aire,
que la noche es un estigma
de nuestros cuerpos,
la mañana un descenso de tus brazos
y el crepúsculo, solo,
un capricho de tus besos
déjame seguir atado
al silencio de tu amor
para seguir amando
el dolor de tu silencio
Quiebra el silencio de la noche
Mientras la ciudad duerme
ajena a las garras de la sombra,
que en la sombra,
arañan sus paredes,
desfiguran su rostro
Cuando estoy solo
solo estoy rumiando los recuerdos
que llenaron mis brazos con tu cuerpo.
Las migajas de amor que dejó desparramada
Tu ausencia en mi alma.
Cuando estoy solo.
Solo repaso los rincones
Donde nuestra imaginación
Retozó en el polvo de la noche
Con la cómplice discreción de una duna
Cuando estoy solo.
Espero, solo, que el siroco me devuelva
La duna a esta desolada estación
Donde reconstruyo tu imagen sobre
El silencio de las piedras
Cuando estábamos juntos
estábamos, juntos, rompiendo las
Fronteras con las consignas
De nuestros besos.
Las miserias del mundo
yacen olvidadas bajo
el escombro de los metalenguajes.
El lenguaje con que chillan
Los intestinos del sur
Es un enigma en los oídos
Del norte.
El monstruo de la ciudad
Se comió nuestra inocencia.
La fe se estrella contra los gigantes
Que rascan un cielo que no pica.
Los pequeños dioses agonizan
Ante el vacío de los verbos
Politizados.
Y la guerra es una proyección
Del diablo que deambula como
Una posibilidad en las desoladas
Praderas de nuestra esperanza.
Cuando esquivo las espinas
del tiempo y me refugio en el
silencio de tu cuerpo.
Solo estoy buscando paz.
Cuando le viro el rostro
A la incertidumbre de esta
Rutina, y sucumbo ante
El encanto de la memoria
De tu imagen.
Solo estoy buscando paz.
Incluso,
Cuando maldigo el peso de tu nombre
sobre mis vértebras, la recurrencia
de tus horizontes en mi mirada,
el ardor de tus lágrimas sobre mis mejillas
sólo estoy buscando paz.
Pero cuando te mires en el
Espejo del recuerdo y solo
Encuentres el jeroglífico
De mis besos en tu cuerpo.
Es que me he ido,
Me he ido a componer
Los cristales rotos de otra
causa de amor.
para la paz
AHMED ULD SEMAMIT
Desteje la tarde las luces rendidas
que componen este último adiós.
Sé que ya no palparé nuestro mar, esas alas
de bronce tibio que en la noche separaban
tus músculos del tiempo, esa pieza de barro
que un sueño acercó al envés de mis labios,
esta mano ciega, ahora casi fría,
buscando garabatos en el aire alelado
de un cuerpo engañoso y tan dulce.
Inevitablemente, lo dice la traición,
vuelven las viejas conversaciones.
Aquel barco en Argel, atrás Europa,
las canciones llenando los poros
sublevados de las armas,
las interminables avenidas del desierto,
la primera vez que vi la sangre,
tu entrevista -imaginada-,
bajo el toldo hirsuto del adobe
cuando regresaba fugitivo de la muerte,
harapiento y lacerado hasta ti;
no me dolía entonces morir enjabelgado
entre tus brazos, como una nota en la flauta
como un atributo en el nombre.
Inevitablemente, cuando ya nada importa,
y un silencio delicado bordea y apremia la trama del lápiz,
vuelven -fieles. las viejas conversaciones.
MOHAMED ALI-ALI SALEM
Al abrazamos, al besamos.
El alba, querida, cunde en nosotros y sentimos la muerte.
Como sentimos la vida.
El alba, querida, existe
Como existe tu herida sonrisa,
Tu angelical voz,
Tus tiernas manos.
Tu melancólica mirada.
Tu leve y risueño caminar.
De alba: sólo de alba.
El alba descansa en tu regazo.
En mis manos descansa.
y en nuestras bocas repite:
Sólo la huella de los besos
Lleva a la felicidad.
Mientras cabalga el alba.
Va llegando el amanecer,
Cubierta de ternura.
En su umbral.
Porque el amanecer es suyo
Es tuyo y mío todo el amanecer
SAS NAH LAROSI
Llega otro día
y ya no sé qué hacer
se envuelve en tu recuerdo idolatrado Sáhara
Mi dolor con los resacos golpes del ayer
y vienen a mi mente, los mas terribles años de guerra.
Aquellos en los que me arrancaron de entre tus brazos
a fuerza de fósforo y napalm
y fue por tu amor que sobreviví
cuando todo estaba en contra y la suerte echada
Si no era el frío, era el calor
si no era el hambre era la sed
Si no era la fiebre era el cólera
Si no eran las minas eran las bombas radiactivas
Si no eran las torturas eran los desaparecidos
si no era mal era peor.
En fin: la exterminación
y todo por culpa de un maldito sueño expansionista
del más malvado rey y su traicionera manera de ver el mundo a su alrededor.
Y tu amor, solo tu amor era el remedio
El milagro, que lo curaba todo.
Que va creciendo más y más.
Hoy lo sentí más fuerte que nunca.
Me han hablado las aguas de tus ríos y tus mares, y por ellas lo sentí.
Me han hablado tus árboles y tus datileras, y por ellos lo sentí.
Entonces me dijiste idolatrado Sáhara:
¡¡Pronto!!!: pronto habrá un nuevo amanecer
y aquella luz crecerá y lo aclarará todo
después de tantos siglos de oscuridad
Y para entonces cantaremos los cantos más felices
Cantaremos al amor y a la amistad.
Cantaremos a los amigos y a la hermandad.
Y cantaremos todos juntos:
VIVA EL SAHARA LIBRE...VIVA LA LIBERTAD.
Smara 5-Enero-1998
Sas Nah Larosi
Daira Mahbes
Barrio 4
Smara (R.A.S.D)
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