|
PRAXIS Y TEORÍA.
VANGUARDIA ARTÍSTICA Y REFLEXIÓN CRÍTICA EN EL FUTURISMO Y EL FORMALISMO RUSOS
(A propósito del libro de Pau Sanmartín Ortí: Otra historia del formalismo ruso. VI Premio de Ensayo Caja Madrid.
Lengua de Trapo. 2008
Francisco Vicente Gómez
(Universidad de Murcia)
Anima el libro de Pau Sanmartín el propósito de dar cuenta pormenorizada
de la complicidad histórica que el desarrollo teórico del formalismo ruso
mantuvo a lo largo de su existencia con la praxis artística y política de su
tiempo, en concreto con la vanguardia artística que representa el Futurismo, y
con el nuevo orden socio-político y cultural que a partir de 1917 se instaura
en Rusia. En definitiva, indagar en el relato de la ‘intrahistoria’ del par
‘praxis - teoría’, no siempre tenida lo suficientemente presente. Esta es la
gran novedad de este ensayo, que hace del mismo un trabajo meritorio en el
panorama bibliográfico disponible en español.
Para llevar a cabo con
esmero este relato historiado de la aportación formalista el autor distribuye
el libro tras la Introducción en dos grandes bloques, el primero recorre la
Historia jalonada en etapas de la referida complicidad entre futurismo y
formalismo; el segundo hace lo propio con la Teoría formalista, ordenando su
aportación teórico-crítica de a acuerdo con su implicación histórica.
Inmersos ya en
La revolución de octubre
de 1917 y la nueva situación política de Rusia provocan la dispersión del Grupo
y la polémica en su interior sobre el nuevo papel que ha de jugar el arte y la
cultura, sobre todo entre 1917 y 1918. Este hecho marca la segunda etapa de la
evolución del Formalismo ruso. Lo cierto es que ‘con los futuristas afincados
en Moscú’, tratando de articular su espíritu innovador con la utopía de
1919 señala un momento de gran relación entre la
OPOJAZ y el MLK. Agrupación esta última que en Moscú ha ido desarrollando una
actividad más centrada en las cuestiones del lenguaje poético y la métrica,
pero que con la marcha de su presidente, R. Jakobson, en 1920 a Praga verá
mermada, y por su academicismo cada vez más alejada de los trabajos del Grupo
de San Petersburgo, hasta su ruptura definitiva en 1927 (pp.92-93). También los
nuevos escenarios que a partir de esa fecha se abren para los miembros de la
OPOJAZ harán que sus miembros intensifiquen su labor docente, difusora e
investigadora, como reflejará la cuarta Recopilación de 1921.
Los años duros del grupo formalista, 1922-1924,
ocupan el siguiente apartado en este recorrido por su Historia, que da cuenta
de la dificultad de su labor en el nuevo modelo cultural que se está gestando
en Rusia. Primero el exilio de Slovski (1922-1923), que marca el límite entre
la Segunda OPOJAZ y la desestructurada Tercera OPOJAZ, que nunca logrará
recomponerse (p.96); luego los ataques que desde la crítica marxista y otros
fuentes se recrudecen entre 1922 y 1924.
La definitiva crisis del grupo formalista, años
La segunda parte del libro de Pau Sanmartín Ortí
ordena el relato cronológico de la crítica y la teoría formalistas, demorándose
en cada una de las principales etapas históricas de su desarrollo
conceptual, y dentro de cada una de
ellas en lo que cada autor aporta. Parte el autor del ensayo de V. Sklovski “La
resurrección de la palabra”, de 1914, y lo señala como el texto pionero sobre
las preocupaciones estéticas que ponía al descubierto la poesía futurista de
Maiakovski, Jlébnikov y Krochanoj, entre otros: “la dificultad de la poesía
futurista… es un requisito necesario para lograr producir un efecto estético
perceptible” (p.164).
Al efecto considerable de este ensayo de Sklovski
le seguirá la primera publicación colectiva de trabajos de
La segunda Recopilación
que da a la luz
La tercera Recopilación,
se publica en 1919 en dos partes; la primera recoge las anteriores
publicaciones, y la segunda contiene ensayos que extienden los postulados
formalistas a otros ámbitos, en concreto a la narrativa, en la que a partir del
concepto de ‘trama’ (siuzhet)
proyecta las mismas leyes de ralentización perceptiva del verso. Nuevas
aportaciones de V. Sklovski, y las primeras de R. Jakobson, sobre la poesía del
futurista Jlébnikov (p.210) y de I. Tinianov (p.215), de sesgo
histórico-literario.
La primera mitad de los años 20 (1920-1925)
propicia la cuidada exposición de la cuarta Recopilación
de trabajos de los miembros de
Además
de destacar en B. Eichenbaum la defensa que hace de las ideas formalistas en
los años 20 (pp.250-251 y 262-263), fija su aportación en la incorporación del
concepto de ‘skaz’, de la presencia de la palabra dicha, de esquemas orales, a
la teoría de la prosa formalista (p.254). Y en la reflexión que hace en torno
al término de ‘dominante’, como ‘principio estructurador que cohesiona el
poema’ (p.264).
El dinamismo del también concepto de ‘factor
constructivo’ (pp.272-273) con su acción estructurante (subordinante) aplicable
por igual a las obras individuales y a los grandes sistemas literarios (p.279),
entre ellos los géneros literarios y la misma historia literaria en los que se
reviste de invariante del cambio (p.293) gradúan el recorrido por la aportación
de Iuri Tiniánov. Para quien ‘la evolución literaria es transformación, paso de
una forma a otra’ (p.295); y la literatura misma un ‘hecho literario’, por este
motivo.
Unas puntuales aportaciones de Roman Jakobson sobre
el verso checo y otras publicadas en Moscú y en Praga sobre Dadá (pp. 304-305),
sobre el ‘realismo artístico’, etc. reclama brevemente la atención de las
últimas páginas de este apartado. Junto al número que la OPOJAZ dedica en la
revista Lef a la figura de Lenin
(p.307).
Con el mismo detalle y querencia por datar con
precisión histórica y crítica llega Pau Sanmartín Ortí a la última etapa
(1925-1930) del desarrollo conceptual del formalismo ruso. Etapa mostrada como
el esfuerzo que emprende cada uno de los formalistas por escapar de la
persecución creciente a que son sometidos a partir de 1924, pero también por
superarse a sí mismos y responder a los retos de los nuevos tiempos. Es el caso
de la ‘literatura del hecho’ formulada por V. Sklovski (pp.314-315), de la
reivindicación de la libertad del escritor y de su trabajo con el material
(p.322), así como sus objeciones al simplismo de la relación causa-efecto
(p.330). Es también el caso de la síntesis que indaga B. Eichenbaum entre los
problemas de la génesis de una obra y la dinámica de la evolución literaria a
partir de la incorporación de la idea de ‘ambiente social (p.338). Y la
elaboración que Iuri Tinianov realiza desde su concepción sistémico-funcional
de las relaciones entre la serie extraliteraria y la serie sociológica en la explicación
que propone de la ‘evolución literaria’, como sistema de sistemas (p.361).
Perspectiva que en forma de problemas enunciará junto a Roman Jakobson en el
célebre ensayo de 1928 (p.363).
Para finalizar, no defrauda lo que anuncia el autor
en el título de este audaz libro, pues se trata de otra auténtica historia del
formalismo ruso, hecha desde el relato de su vicisitud histórica, desde la
complicidad de sus conceptos, teorías y reflexiones con
|