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SE
NECESITA LINGÜISTA
http://www.elmundo.es/suplementos/campus/2008/507/1201711608.html
En principio, todo parecen ventajas. La
creación de compañías spin off
es favorable para los empresarios en la misma medida que lo es para la
universidad: se evita la fuga de cerebros, se crea empleo estable y se mejora
la comunicación entre las universidades y el mundo laboral.
Aunque España está muy lejos de llegar a
los niveles de otros países, el crecimiento de este tipo de empresas ha sido
espectacular desde 2001. Según revela un estudio de
Por comunidades, Cataluña, Madrid,
Navarra y Euskadi están a la cabeza de la creación de
estas empresas, y en cuanto a sectores, el informático es el líder, seguido del
I+D, el químico y la biotecnología. ¿Y las Humanidades? Pocos rastros de las
Humanidades, y el rastro lingüístico, si aparece, es
solo ocasional y de carácter secundario. Para la mentalidad de muchas personas,
incluida la de los propios universitarios, humanidades y empresa parecen dos
términos de unión extraña. Por tanto, no se plantea siquiera que pueda existir
una empresa de transferencia tecnológica y resultados del conocimiento que no
esté vinculada a la ciencia experimental o a las ingenierías. La creación de la
empresa Tecnolingüística puede empezar a cambiar esa
mentalidad tanto dentro de las Humanidades como fuera.
Sin duda, la lingüística es hoy más
experimental y aplicada que nunca. Buen ejemplo de ello es la denominada
lingüística forense -del foro-, que así se llama la actividad que realizan los
lingüistas en la identificación del plagio -tan de moda-, de autores en defensa
de la propiedad intelectual, de voces, o en la resolución de ambigüedades en
leyes y normas. Y de la muestra otro botón: la labor del lingüista clínico en
la elaboración de informes relacionados con ciertos trastornos de lenguaje.
Ponga un lingüista en su vida.
En definitiva, el lingüista-profesor deja
paso al lingüista-asesor en el derecho, en medicina, en la identificación y
tratamiento de voz, en la transcripción y
codificación de lo oral, en la comunicación de organismos públicos y privados,
en la negociación empresarial, en política. Y en la imagen lingüística,
personal y corporativa: quien sabe comunicar bien tiene asegurado el éxito
académico, profesional, económico, político y social. «Se busca entrenador
lingüístico». La acción de estos profesionales, analistas y experimentadores
sobre el lenguaje, es ya una necesidad incontestable en todos los ámbitos
mencionados. Ello significa ampliar la áreas de actuación de los filólogos y
lingüistas -lo sean por grado o por posgrado-, esto
es, de sus profesiones, hoy ocupadas por intrusos.
Es estupendo que su labor y su influencia
haya sido reconocida hace unos días por un partido político, el PSOE, al fichar
para su próxima campaña política al insigne lingüista cognitivo G. Lakoff -seguro que no tenía conocimiento de la existencia
de una empresa española-. Con el apoyo de
Antonio Briz es profesor de
El
Mundo. Suplemento Campus,
n.º 507. 28 de enero de 2008.
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