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EL SALUDO “DIOS TE
SALVE”
(ENSAYO HISTÓRICO-FILOLÓGICO)
Francisco
Gómez Ortín
(Universidad de
Murcia)
Resumen:
El presente artículo completa otro anterior publicado en
la revista Tonos Digital sobre la
traducción española del saludo ‘Dios te salve’. Se fundamentan histórica y
filológicamente las vicisitudes de esta peculiar traducción y se proponen
nuevas soluciones que acaben con este disparate lingüístico y recuperen la
intención y el sentido originario de la fórmula salutatoria.
Abstract:
The present paper complements another
published in the Tonos Digital journal about the Spanish
translation of the greeting '¡Dios te salve!'. The vicissitudes of
this particular translation are historically and philologically explained and
new solutions are proposed in order to finish this linguistic nonsense and to
rescue the original intention and sense of the greeting formula.
Keywords:
History of translation, false friends, translation errors, Catholic formulae
Introducción
¿Quién sería el
primero que tradujo con la peregrina fórmula “Dios te salve” las palabras iniciales
latinas “Ave” y “Salve”, en las oraciones marianas Avemaría y Salve? Estoy seguro de que pretendía saludar a
Con este atrevido
párrafo se abría mi sucinta disertación sobre el “Dios te salve”, la cual,
publicada en la revista Tonos Digital
de
Ante todo, he de
confesar, en honor a la verdad, que alguien se me adelantó asumiendo la misma controvertida
tesis, aunque con escaso bagaje filológico. Por supuesto, yo desconocía tal escrito, del 8-9-2005, de cuya existencia en
Fórmulas de saludo antiguas y modernas
Los griegos
usaban, para el saludo, dos verbos: jáire ‘alégrate’ y hygiáine ‘ten salud’ (la salud produce alegría), los cuales,
desgastado su prístino significado directo, habían quedado reducidos a meras
fórmulas repetitivas de saludo. Los romanos, a su vez, empleaban
indistintamente dos verbos, ave y salve, con valor de “salud, te saludo, sé
salvo o sano, buenos días”. El ave se
usaba ordinariamente por la mañana, y el salve por la tarde. Cicerón usa la expresión: “jubeo
te salvere” (me alegraré de que estés bien). Asimismo,
se utilizaba el verbo vale ‘sé fuerte’
como fórmula de despedida, muy corriente
en las Epístolas de Cicerón. Y Catulo, en un epitafio:
“in perpetuum, frater, ave atque vale” (hermano, te saludo y despido para siempre).
Al ser meras
fórmulas de saludo el jáire griego o el ave latino del texto evangélico lucano, como tales han sido
traducidas en las principales lenguas modernas europeas. La más explícita de
todas es el francés: “Je vous salue,
Marie, pleine de grace” ‘Yo
os saludo, María”. La rara versión alemana también alude a saludo: “Gegrüsst sei Du,
Maria” ‘Saludada eres, Maria”. Por
contra, el inglés no necesita expresar el saludo con un verbo, sino que recurre a una interjección breve y espontánea,
como es hail,
gemela del alemán heil,
equivalentes a hola. Ambos vocablos hail y heil están relacionados
con la salud, pues comparten la misma raíz (heal
‘curar’, healthy ‘sano’). En la zona republicana,
durante la guerra civil de 1936-39, el saludo obligatorio era “¡salud!”, para
evitar la mención explícita o implícita de Dios en las frases hechas: Dios te
guarde, buenos días (nos dé Dios), o adiós. Tanto hola, como sus cognados hello, hallo, hail, heil o el francés holà, son
afines a la interjección latina heus, ‘eh, oye’. Se
trata de una exclamación poligenética, según Corominas, o sea, “de creación expresiva, común a varios
idiomas europeos”.
El ambiente
general de
Documentación diacrónica
de la frase Dios te salve
Yo, por mi
cuenta, había rebuscado tres citas medievales del sintagma “Dios te salve”, todas
referidas a
1. “Dios te
salve, preciosa Reina de gran valía,
esfuerzo e conorte de quien en ti se fía,
a ti viene tu
siervo ofrecerte este día
una pequeña prosa, e
dice Ave María”.
(Pedro López de
Ayala (Vitoria, 1332-1407), Cantiga a la Virgen, en Poesía Mariana Medieval. Antología. Introducción y notas de Joaquín
Benito de Lucas. Madrid, Taurus Ediciones, 1968, 62).
2. “Dios te salve, Reina y Madre
del Hijo de Dios
sagrado”.
(Lucas de Soria,
del siglo XV, Coplas a la Asunción de Nuestra Señora, en Poesía Mariana Medieval, 127)
3. “Placentero
fue el primero
gozo, Señora, que
hubiste;
cuando el vero
mensajero
te salvó tú
respondiste” (nota, te saludó).
(Alfonso Álvarez
de Villasandino (SS. XIV-XV), Cantiga, en Poesía
Mariana Medieval, 69). Texto muy interesante y único en usar el verbo
salvar por saludar.
Luego, acudí al CORDE,
siglas del Corpus Referencial Diacrónico del Español, el cual me ha henchido la medida. Abruma el ingente
cúmulo de registros que nos proporciona
este banco de datos de
Trascribo aquí los
textos que mencionan la consabida expresión y que juzgo más significativos por
su especial contexto. Obsérvese cómo, en
los textos que a continuación ponemos, el empleo de la fórmula “Dios te salve”
es normalmente profano, o sea, no dirigido a
1. “Descendió la
Gloriosa, vino a la posada
do orava el monge, la capiella colgada;
díxoli: “¡Dios te salve!”, la mi alma laçdrada
por a ti dar confuerto he fecha grant llamada”
“Dueña”, dixo el monge, “si tú eres María,
la que de las tus tetas mamantest’ a Messía,
yo a ti demandava...”
(Gonzalo de
Berceo, El duelo de la Virgen
(1236-1246), ed. de Germán Orduna,
Madrid, Espasa-Calpe, 1992,
p. 807). No es el monje el que saluda a la Virgen, sino la Virgen al monje.
2. “Dixo la
paloma: -El alcaraván me lo dixo. Et la raposa fue a
buscarlo, et fallólo parado en pies, et díxole: - Dios te salve, amigo, ¿qué fazes
aquí?”
(Anónimo, Calila e Dimna
(1251), ed. de Juan Manuel Cacho Blecua
y María Jesús Lacarra, Madrid, Castalia, 1993, p.
353). La raposa saluda al alcaraván.
3. “E non lo faría, si non porque sé, que aína
avré de ser con él. Pues, ¡Dios te salve, fijo, bivo e muerto! Ca buen bivo fuste e buen muerto
eres” .
(Anónimo, Bocados de oro (1250), ed. de Mechthild Crombach, Bonn, Seminar der Universität
Bonn, 1971, p. 132). Saluda la madre de Alejandro
Magno a su hijo muerto.
4. “La virgen Calisto, cual ora vio a Jupiter crovo que verdaderamientre era Diana, e levantós
luego de la yerva en que yazié,
e recibióla como a señora, e díxol:
Dios te salve, deidad mayor que Jupiter mismo, siquier aun óyalo él”.
(Alfonso X, General Estoria, Primera Parte (c. 1275), ed.
de Pedro Sánchez Prieto-Borja, Alcalá de Henares, Universidad de Alcalá de
Henares, 2002, fº 268 V). La doncella Calisto saluda a la diosa Juno.
Júpiter convirtió a Calisto en la Osa Mayor.
5. “Respuso el dito Juan, cuydando que el judio non diría
otras maleças ni blasfemias ni denuestos de sancta Maria,e dixo
al judio: El angel entró o
ella era, e saludola e dixo:
Dios te salve, plena de gracia. El seynor es con tu. Bendeyta serás sobre todas las muyleres”
(Anónimo: Documentos judíos notariales (1305), ed. de Fritz Baer,
Berlin, Akademie Verlag, 1929, p. 185). El ángel la saludó, diciendo el
saludo corriente.
6. “Encontré una
serrana
vestida de buen bermejo
e buena çinta de lana;
díxele yo ansí: “Dios
te salve, hermana”.
Diz: “¿Qué buscas
por esta tierra?””.
(Juan Ruiz,
Arcipreste de Hita, Libro de Buen Amor
(1330-1343), ed. de Alberto Blecua.
Madrid, Cátedra, 1992, p. 246). El arcipreste saluda a una serrana.
7. “Le veya sano de los ojos, e tan bien andante. E fue a su
posada e díxole: Dios te salve, amigo. E díxole Buena Verdad: “Amigo, bien seas venido”.
(Anónimo, Libro de los gatos (c. 1400), ed. de Bernard Darbord, París, 1984, p. 100).
Un interlocutor
saluda a su amigo.
8. “Su madre, que
era llamada Carmente, era adevina...
E quando Evandrus oyó la
respuesta que desto le fizo Ercules,
luego le saludó e le dixo estas palavras:
“Dios te salve, Ercules, fijo de Júpiter””.
(Pero López de
Ayala: traducción de las Décadas de Tito Livio (c. 1400), ed. de Curt J. Wittlin. Barcelona, Puvill, 1982, p. 257). Evandrus
saluda a Hércules.
9. “En las vidas
de los Santos Padres se leye que un discipulo de Sant Machario, yendo delante del por un camino, encontró a un saçerdote de los ydolos que llevava un gran madero a cuestas. E díxole
el discipulo: - ¿Onde vas,
diablo? El saçerdote
con gran saña diole de palancadas que le dexo por muerto. E despues encontrole Sant Machario e dixole - Dios te salve, labrador. E el dixole: -¿Qué bien viste en mí que asi
me saludaste? E rrespondio el viejo Sant Machario: - Vi que trabajavas e non estavas ociosso. E dixo el sacerdote: - En tu salutacion
entendi que eras
siervo de Dios poderoso; mas el monje saludome
mal, e yo dile feridas”.
(Clemente Sánchez
de Vercial, Libro
de los exemplos por A.B.C.
(1400-1421), ed. de John Esten Keller. Madrid, CSIS, 1961,
p. 173). San Macario saluda a un labrador. Nótese cómo se habla de “salutación”
‘saludo’, “el monje saludome mal”.
10. “Ninguno non est digno en la tierra de saludar a
(Anónimo, Un sermonario castellano medieval, (1400
– 1500), ed. de Manuel Ambrosio Sánchez, Salamanca,
Universidad de Salamanca, 1999, p. fº 17 R).
Se traduce el Ave
evangélico por el saludo Dios te salve.
11. “(Acathes) el primero que vido la
deseada tierra, e non pudo contener con plazer de la
vista de la divulgar en bozes de todos oídas:
¡Italia, Italia!, geminándola por afecçion. E fizo
advertir a los otros que la mirasen e viesen e plazenteramente
la saludasen, diziendo palabras gaudiosas,
ansí como “¡Dios te salve, tierra deseada, tierra de
nuestros padres e lugar de nuestra folgura!”. Ansí festivaron aquella vision”.
(Enrique de
Villena, traducción y glosas de la Eneida, libros I-III (1427-1428), ed.
de Pedro M. Cátedra, Madrid, Turner Libros, 1994, p.
815). Véase cómo se habla de saludo; “plazenteramente
la saludasen, diziendo palabras gaudiosas,
ansí como ¡Dios te salve, tierra deseada!”. Se trata
aquí de la figura retórica apóstrofe.
12. “Dixe: “Dios te salve, hermana;
aunque vengas d’Aragón,
desta serás castellana”.
Respondióme: “Cavallero,
non penséis que me tenedes””.
(Marqués de Santillana, Íñigo López de
Mendoza: Serranillas (1429-1440), ed. de A. Gómez Moreno; Maximilian
P. Kerkhof, Barcelona, Planeta, 1988, p. 5). El
caballero saluda a una serrana, dándole el tratamiento de hermana, que
empleaban los rústicos.
13. “Ansi como fue delante del Rey fincó las rodillas delante
del, e díxole: - Señor, Dios te salve, así como Rey a
que dan todo buen loor del mundo”
(Pedro de Corral,
Crónica del rey don Rodrigo, postrimero
rey de los godos (Cronica sarracina) (c. 1430), ed. de James Donal Fogelquist, Madrid, Castalia, 2001, p. I, 205).
Un vasallo saluda
al Rey. El mismo saludo se emplea para
reyes y súbditos.
14. “E como
Sócrates le mirasse, díxole:
“Tú assimesmo esfuérçate, e
Dios te salve, que nos assimesmo faremos”.
E Sócrates, buelto a nos, dixo:
“¡Cómo es cortés aqueste honbre!”
(Pero Díaz de
Toledo, traducción del Libro llamado Fedrón (sic), de Platón (1445-1447), ed. de Nicholas G. Round, Londres, Támesis, 1993. La
expresión aquí podría significar Dios te guarde, más que mero saludo.
15. “Mudó el nonbre de Eva como el angel le dixo: “Ave que es Dios te salve sin macula ninguna””.
(Antonio de
Villalpando, Razonamiento de las Reales
Armas de los Católicos Reyes don Fernando e doña Isabel (c. 1474-1500), ed. de María Teresa Herrera y María Nieves Sánchez,
Salamanca, Universidad de Salamanca, 2000, fº 129 R).
Aquí Dios te
salve podría connotar Dios te proteja o guarde.
16. “Entró en la
tienda y mandó que le diessen apriessa
las armas y el cavallo, porque pensó que otro alguno
de los suyos saldría a ensayarse con el cavallero y
quería él aver antes la honra que otro la oviesse. Y fue muy aína armado. Y
desque estovo encima de su cavallo,
fuesse muy aína fazia él y dixo: - Cavallero, assí Dios te salve.
Apartémonos yo y tú y si vienes a demandar justa, yo te la daré de grado”.
(Anónimo, Historia de Enrique, fijo de doña Oliva, rey
de Jerusalem y emperador de Constantinopla (1498),
ed. de Nieves Baranda, Madrid, Turner
Libros, 1995). La expresión aquí tiene el sentido de Dios te guarde
17. “Esta es de
amar porque es Madre de Dios; esta es de
maravillar, porque es arca e sacrario del Spiritu Santo. Por lo primero dize:
Dios te salve, Rreyna de los çielos;
por lo 2º dize: “Dios te salve, Alegría de los
ángeles; por lo IIIº dize:
“Dios te salve, Esperança e Amparo de los pecadores”.
(Anónimo, Sermones de la Real Colegiata de San Isidoro
de León (1500), ed. de Pedro Cátedra, Salamanca, Semyr, 2002, p. 154).
Los tres saludos
se dirigen a María, connotando admiración y alabanza.
“E saludóla omildosamente como a
madre de su Señor, e dixole esta palabra: “Ave María,
Dios te salve, Virgen María, llena eres de gracia”” (O. c., p. 166).
El saludo Dios te
salve quedaría como fórmula estereotipada
de la traducción Ave.
18. “Entrando el
ángel a la Virgen dixo: “Ave, gracia plena etc.”
‘Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo’ ”.
(Anónimo, Sermones de Epístolas y Evangelios por todo
el año de Fray Ambrosio Montesino (1506- c.
1514), ed. electrónica de María Matesanz
del Barrio, Madrid, 1995, p. fº 202 V).
“Llegó a ella el angel Gabriel, el qual, con el
gesto y reverencia que a tan escogida Madre convenía, le dixo.
‘Dios te salve, llena de gracia. Nuestro Señor es contigo’ “.
(O. c., distinción III.).
La fórmula Dios te salve queda ya consolidada como traducción del Ave latino en
el evangelio de Lucas.
19. “Sagrada
virgen preciosa,
Dios te salve,
templo suyo,
¡o virgen maravillosa,
en cuyo vientre
reposa
el hijo de Dios y
tuyo”.
(Fray Íñigo de Mendoza, Cancionero (1507), ed.
Julio Rodríguez Puértolas. Madrid, Espasa-Calpe, 1968, p. 302). El
saludo Dios te salve queda consagrado ya a María.
20. “De Lope de
Sosa porque tañendo el Ave-María, se arrodilló cabe una esclava, que hedía a
ajos:
Es la salsa tanto
fina
que a todos nos da
gran pena,
Dios te salve,
Catalina,
de ajos llena:
Y es tu ayre tan corruto,
que diré, pues me
hirió,
malaventurado el fruto,
que de tu vientre salió”.
(Anónimo, Cancionero de obras de burlas provocantes a
risa (c. 1445-1519), ed. Luis
Sánchez. Londres, 1841-1843, p. 131). Lope de Sosa saluda de burlas a
Catalina parodiando el avemaría, y
usando el saludo que ya casi solo se aplicaba a María.
21. “Algunos
hombres son enojosos y burladores, assí como un asno
que encontró con un león, y díxole burlándose d’él: ¡Dios te salve, hermano! E rióse
d´el”.
(Anónimo, Vida de Ysopo
(c. 1520), ed.
de Diego Romero Lucas. Valencia, Universidad de Valencia, 2001, p. fol. XIXV).
El asno saluda al león.
“Assí dixo el philósopho:
- Sepamos d’él qué sabe fazer. Y vuelto al Ysopo díxole: - Dios te salve, moço. Respondióle Ysopo”.
(O. c., ibid.). El filósofo saluda a Esopo.
22. “Los soldados
hicieron una corona de espinas y pusiéronla sobre su cabeça, y venían a Él y dezían:
“Dios te salve, Rey de los judíos”, y dávanle
bofetadas”.
(Francisco de
Osuna, Primera parte del Abecedario
espiritual (1528), ed. de José Juan Morcillo
Pérez. Madrid, Cisneros, 2004, p. CXLIX R). Los soldados saludan a Jesús.
“Judas Escariote venía delante como adalid, y llegóse
a Jesú (sic), y besólo diziendo:”Dios te salve, Maestro”. E Jesús díxole: “Amigo, ¿a qué veniste?””
(O. c., p. CXLVII R).
Judas saluda a Jesús.
23. “Pandulfo.- Tía señora, Dios te salve.
Celestina.- Hijo,
¿qué buena venida es ésta?
Pandulfo.- Señora, Felides, mi señor, te embía este
manto”.
(Feliciano de
Silva, Segunda Celestina (1534), ed. de Consolación Baranda. Madrid, Cátedra, 1988, p. 301).
Pandulfo, criado, saluda a la Celestina.
“Polandria.- Ora déxate desas burlas, y en despertando mi señora llámanos al
jardín; y anda acá, Poncia. Dios te salve, amigo Filínides.
Filínides.- Assí haga a ti, señora Acais”.
(O. c., p. 291). Poliandra, criada de Celestina, saluda a Filínides. “Así haga a ti, señora Acais”;
aquí “Dios te salve” quiere decir “Dios
te guarde”.
“Pandulfo.- Allí veo venir a Zambrán;
quiero alaballe la carta para estar bien con él, que
no será poco buena granjería para esta noche. Dios te salve, hermano Zambrán.
Zambrán.- Vexacá la mano de voxa merxé, xeñor Pandulfox”.
(O. c, p. 165). Pandulfo saluda a Zambrán, ambos criados de Celestina.
24. “Aquiles
cuando vió a Héctor
d’esta manera ha hablado:
- Dios te salve,
fuerte Héctor,
buen caballero
esforzado”.
(Pedro de Luján, Coloquios matrimoniales (1550), ed. Asunción Rallo Gruss, Madrid,
R. Academia
Española, 1990, p. I, 317). Aquiles saluda a Héctor.
“Fulgencio.-
Paréceme que él forcejea por levantarse a hablarme. Dios te salve, señor Lauream, y te dé próspera vejez.
Lauream.- Ansí haga a ti, señor Fulgencio”. (O. c.,
p. 269). Fulgencio saluda a Lauream. Se ve cómo Dios
te salve se refiere a la salud física, al añadir “te dé próspera vejez”. Lo
mismo te dé Dios a ti.
“Julio.- Dios te
salve, mi hermano Hipólito.
Hipólito.- Salvo
seas, hermano Julio” (O. c., p. 243).
Julio saluda a su hermano Hipólito. El saludo es Dios te salve. Al responder
Salvo seas, otra fórmula de saludo se está aludiendo al sentido etimológico de
salvar ‘tener salud’.
25. “Doroctea, casada y Eulalia, doncella.
Dor.- Dios te salve,
hermana Eulalia, y te deje gozar tu fresca y moza y hermosa juventud.
Eul.- Ese mismo te guarde y prospere, hermana Doroctea”.
(Pedro Hernández
de Villaumbrales, Peregrinación
de la vida del hombre (1552), ed. Biblioteca
Virtual Cervantes. Alicante, Universidad
de Alicante, 2003, p. 67). Se ve clara la sinonimia entre “salve” de Dios te salve y “guarde” (ese mismo te guarde).
“Luego llegó Pelio Roseo y con debido catamiento
començó de hablar de esta manera contra el juez que
en el trono sentado estaba: - Dios te salve, en tu compañía. Porque yo no
hierre contra tu merecer, te pido me digas qué oficio ejercitas en este
apartado lugar.
Tornándole el
juez las saludes, así dijo: - Yo soy juez y hago justicia” (O. c., sin pág.). Pelio saluda al juez.
“Pues como ya Pelio Roseo por verdadero hombre le hubiese reconocido, en
esta forma le començó de decir: - Di, hombre, que
Dios te salve, desigual y más estraño que los otros
hombres en los pensamientos, soledad y hábito, si a ti place, ¿qué haces en
este tan apartado y secreto lugar?” (O. c., sin pág.). Mero saludo.
26. “Saluda
también esa dulce patria; y como peregrino que la ve aún desde lejos, envíale
con los ojos el corazón, diciendo: Dios te salve, dulce patria, tierra de
promisión... Dios te salve, madre nuestra, esperanza nuestra, por quien sospiramos”.
(Fray Luis de Granada, Libro de la oración y meditación (1554),
ed. Álvaro Huerga. Madrid,
Fundación Universitaria Española – Dominicos de Andalucía, 1994, p. 213).
Saludo a la
patria, como apóstrofe.
“¡Oh puerta del cielo... lecho florido de la esposa de
Salomón! ¡Dios te salve, llaga del costado precioso, que llagas los devotos
corazones!” (O. c., p. 99).
Saludo a la llaga
del costado.
“Judas dióles esta señal: A cualquiera que yo besare, prendedle
vosotros, y luego llegándose Jesú, dijo: Dios te salve, Maestro. Y dióle
paz en el rostro” (O. c., sin pág.).
Judas saluda a
Jesús.
“Hincadas las
rodillas burlaban de él diciendo: ¡Dios te salve, rey de los judíos! Y
escupiendo en él, tomaban la caña , y heríanle con ella en la cabeza” (O. c., p. 77)
Saludo burlesco de los soldados a Jesús.
27. “Ave María.-
Dios te salve, María, llena de gracia. El Señor es contigo. Bendita tú entre
las mujeres, y bendito el fructo de tu vientre,
Jesús.
Dios te salve.
Esta palabra es la primera que el ángel san Gabriel dixo
a la Virgen María cuando le vino con la embaxada, que
había de parir al Hijo de Dios, como lo cuenta el evangelista san Lucas. Es
modo de saludar”; el cual entre muchas veces que los ángeles aparescieron a los hombres, nunca se halla
haberle usado ellos sino sola ésta. No
sin misterio, según ponderan los doctores, pues nunca hubo embaxada
tan alta ni de tan gran hecho; y había de quedar después a los hombres por
costumbre para honrar a la Madre de Dios. Para que haciéndole esta salutación
le pongamos delante aquella primera vez que le fue hecha”.
(Felipe de
Meneses, Luz del alma cristiana
(1555), ed. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Alicante, Universidad de
Alicante, 2003, sin pág.). Para esta fecha, el texto del Avemaría se encuentra
perfectamente fijado. El autor ignora el uso antiguo vulgar del saludo Dios te
salve.
28. “Dios te
salve, excelentísima Señora y después de Dios entre los sanctos
sanctísima María. Dios te salve, benignísima Madre de
misericordia, Dios te salve, reparadora de la gracia y del perdón” (p. 159).
“Dios te salve, magnífica sala y resplandesciente
palacio del Emperador eterno” (p. 160).
(Fr. Luis de Granada, Manual
de diversas oraciones y espirituales ejercicios (ed.
ampliada, 1559), publicada por Fr. Justo Cuervo, Madrid, Imp. Hija de Gómez Fuentenebro, 1906). El saludo Dios te salve se usa aquí
como apóstrofe a María.
29. “¡Oh puerta del cielo, ventana del paraíso...
¡Dios te salve, llaga del costado precioso, que llagas los devotos corazones!”
(San Pedro de
Alcántara, Tratado de la oración y
meditación (c. 1560), ed. de Eduardo Bustamante.
Madrid, Rialp, 1999, p. 99). Apóstrofe a la llaga del
costado.
30. “Tomándole la
caña de las manos, heríanle con ella en la cabeza,
diciendo: Dios te salve, Rey de los judíos”.
(Fray Luis de Granada, Vita Christi
(1561), ed. de Fr. Justo Cuervo. Madrid, Imp. de la Hija de Gómez Fuentenebro,
1906, p. 386). El Salve latino se traduce por Dios te salve.
31. “Nunca jamás
en toda la vida caya de tu memoria aquel gran siervo
de Dios (el gran Casiano), que en todos deciocho años
nunca con las orejas exteriores oyó de su maestro esta palabra, Dios te salve:
el cual con las interiores cada día oía del Señor, no Dios te salve (que es
palabra incierta y de futuro), sino, ya
eres salvo”.
(Fray Luis de Granada, traducción de la Escala Espiritual de S.
Juan Clímaco (1562), ed. de Fr. Justo Cuervo.
Madrid, Imp. de la Hija de Gómez Fuentenebro, 1906,
p. 218).
El autor da a
entender que Dios te salve, además de saludo, contiene un deseo futuro en el
sentido de salvación espiritual.
32. “Catilina huyó temiendo tu ingenio y tú pusiste en destierro
y condenaste a Marco Antonio. Dios te salve, el primero llamado padre de la
patria” (habla de Cicerón).
(Jerónimo de
Huerta, traducción de los libros de
Historia natural de los animales de Plinio
(1599), ed. de R. Academia Española. Madrid, CORDE,
2004, p. fol. 71 V).
El Dios te salve
equivale al Salve español, que se usa literariamente como interjección de
saludo admirativo o enfático, a veces incluso en tono humorístico.
33. “Galalón.- Sálveos Dios, copia
dichosa,
tan bella como
valiente.
Bernardo.- Dios
te salve y te contente.
Marfisa.- ¡Salutación
enfadosa!
Sálveme mi brazo
a mí,
y conténteme mi
fuerza”.
(Miguel de
Cervantes Saavedra, Comedia famosa de la
casa de los celos y selvas de Ardenia [Ocho comedias
y ocho entremeses nuevos] (1615), ed. Florencio
Sevilla Arroyo; Antonio Rey Hazas, Alcalá de Henares,
Centro de Estudios Cervantinos, 1995, p. 224). Obligado por la medida del
verso, el poeta pone “sálveos Dios”, equivalente a
“Dios te salve”. Juega aquí el autor irónicamente
con el doble sentido de la frase, el de saludo, ya casi obsoleto, y el de
salvación física.
34. “Glosa al Ave
María.
Ya que con
acuerdo santo
vas castigando
ladrones
hasta apurar sus
bolsones,
de su hechizo o de
su encanto
Dios te salve.
Mil castigos
intentar
puedes, Felipe divino,
que ya te enseña el
camino
y siempre te ha de
ayudar
María”.
(Conde Villamediana, Juan de Tassis y
Peralta, Poesías (1599-1622), ed. José Francisco Ruiz Casanova, Madrid, Cátedra, 1990, p.
1044). El valor de saludo se va diluyendo , teniendo aquí
tiene el sentido figurado de librar de un peligro. Se dirige a Felipe III.
35. “La salutación
que hizo el ángel San Gabriel a la Virgen Santísima, diciendo: Dios te salve,
María. Y la que hace la Iglesia: Dios te salve, Reina y Madre, Dios te salve. Y
Juan Yagües, en sus Amantes de Teruel:
Salve, tierra
dichosa, do Dios hombre
nació muerto de frío
entre animales.
Y Lope de Vega,
en el canto quinto de su poema castellana:
Salve, Belén
soberana,
casa de pan, en la
cual
nació aquel pan
celestial
con que el hombre
enfermo sana
de la culpa
original.
Salve, mil veces
dichosa”.
(Bartolomé
Jiménez Patón, Elocuencia española en
arte (1604-1621), ed. Francisco J. Martín,
Barcelona, Puvill, 1993, p. 389). Nótese cómo a
principios del siglo XVII la fórmula Dios te salve se aplica ya exclusivamente
a María, a diferencia de Salve, que puede emplearse cuando se saluda a otras
personas o cosas, a modo de apóstrofe.
36. “Dios te
salve, María. - ¿Ké haze mi
tía?
Nota al ke no atiende al rrezado.
Dios te salve, Mendo. – No a mí, ke estoi komiendo.
No kiere ke el otro se le pege i le aiude a komer, ke pareze
se ofreze a ke le konbide.”
(Gonzalo Correas,
Vocabulario de refranes y frases
proverbiales (1627), ed. Louis Combet, Institut d’Études Ibériques de l’Université de Bordeaux, 1967,
p. 396).
La frase
proverbial primera alude a las frecuentes distracciones del que está rezando
avemarías, y a la vez está pensando en
otra cosa.
37. “Y entrando
el Ángel díxola: Dios te salve, llena de gracia, el
Señor es contigo”.
(Francisco de
Quevedo y Villegas, Política de Dios,
gobierno de Cristo (1626-1635), ed. James O.
Crosby, Madrid, Castalia, 1966, p. 208).
El saludo Dios te
salve, a estas alturas, en las primerías del siglo
XVII, ya se ha sacralizado, reservándose su uso exclusivo para María.
38. “- Dios te
salve, Beatriz amiga” (la Virgen María la saluda).
(María de Zayas y Sotomayor, Desengaños
amorosos. Parte segunda del Sarao y Entretenimiento honesto (1647-1649), ed. Agustín G. de Amezúa. Madrid,
R. Academia Española, 1950, p. 397). La Virgen María saluda a la devota
Beatriz.
Damos el recuento
final de los textos suministrados por el CORDE: De los 38 lugares aquí
trascritos, el sintagma “Dios te salve” tiene uso profano o secularizado en 23
textos (números 1, 2, 3, 4, 6, 7, 8, 9, 11, 12, 13, 14, 16, 20, 21, 22, 23, 24,
25, 26, 30, 32 y 38), frente a los 13
restantes, que entrañan valor religioso,
aplicado a
El corpus
diacrónico CORDE no contiene ningún texto con “Dios te salve” desde 1664 hasta
1849. Este vacío o laguna viene a confirmar el desuso general en que cayó este
saludo desde mediados del siglo XVII, conservando sólo el valor religioso
mariano. Avala esta opinión la extraña ausencia total de la frase en el Diccionario de Autoridades, que registra
numerosas frases en la voz Dios. A su vez, el saludo “Dios te salve” suena a
postizo o arcaico en escritores del siglo XIX. En la novela histórica romántica
se vuelve a usar la expresión “Dios te salve”, imitando el lenguaje medieval;
tal en la novela Doña Urraca de Castilla
(1849), de Navarro Villoslada. Igualmente, durante los
siglos XX y XXI, los literatos emplean a veces la frase Dios te salve con un
tono poético o metafórico, o como saludo solemne, enfático o irónico, pero sin
correspondencia alguna con el lenguaje moderno en ningún nivel de habla.
“Toma en sus
brazos a una niña de mes y medio, va a la cárcel entre seis y siete de la
noche, y al hallarse con su marido, cambiaron de traje, a lo que prestaba la
estatura de ambos, y le dijo: “Anda, Dios te salve con mi hija, que yo sufriré
gustosa cualquier pena, aunque sea la muerte, con tal que viváis tú y ella””.
(Antonio Pirala, Historia de
la guerra civil y de los partidos liberal y carlista. Tomo VI. (1868).
Madrid, Turner, 1984). El sentido está claro; se
trata de la acepción normal de salvar la vida, no de fórmula de saludo.
Interpretación alternativa de Dios te salve
No es creíble que
De igual modo, en
castellano, “Dios te salve” querría decir “Dios te guarde y proteja” de
cualquier mal, no única y precisamente en el sentido soteriológico de que salve
tu alma del pecado, y te lleve a la gloria eterna.
La clave de la confusa
frase “Dios te salve” radica en la disemia del verbo salvar (librar de males el
cuerpo, y salvar de la condenación el alma). Pero la evolución semántica lo
alteró todo, haciendo que la voz salvar, al aplicarse a
Textos catequéticos y
sinodales
No fue, por
supuesto S. Juan de Ávila, el Apóstol de Andalucía, el inventor de la
traducción “Dios te salve”; pero, por ahora, es el más antiguo autor que la
trae en un catecismo: “Doctrina christiana que se
canta” (Valencia 1554). Allí siempre aparece “Dios te salve, María”, y “Dios te salve, Reina y Madre”. Este texto
de
Últimamente, he
encontrado dos textos paralelos con el “Dios te salve”, anteriores en un año al
catecismo de Juan de Ávila. Se hallan en las actas de los sínodos diocesanos de
Oviedo y Astorga, celebrados ambos en 1553. De aquí infiero que la expresión
“Dios te salve”, aunque se adelante un año, en realidad debió de gestarse en
las postrimerías del siglo XV o en las primerías del
XVI, pues la fórmula ya aparece fijada e inmutable, lo que presupone largo
espacio de tiempo. Esta hipótesis queda corroborada afortunadamente con mi
ultimísimo hallazgo. En las actas del sínodo de Tuy de 1528, aparece también el
consabido “Dios te salve”. Por ende, el texto del Ave María hemos de
retrotraerlo, necesariamente, un cuarto de siglo al menos, lo que nos acercaría
ya al intervalo de tiempo en el que se introdujo “Dios te salve” como fórmula
oficial en el Ave María, entre el término a quo (1496) y el término ad quem (1528). Al enderezar mis pesquisas al campo de los
sínodos diocesanos, creo haber dado con una pista segura para dilucidar el
origen de la rara versión “Dios te salve”. Las Actas de los sínodos son una
fuente muy acertada, pues su carácter jurídico hace que recoja las oraciones del
catecismo, aprobadas en su forma oficial. Si el sintagma “Dios te salve” se
localiza en un lugar tan lejano del noroeste de España, situado en la raya de
Portugal, con más razón ha de existir en otras diócesis, cuyas actas sinodales
no conocemos. Desgraciadamente, hasta la fecha sólo se han publicado nueve
volúmenes de Actas de sínodos españoles, todos los cuales he revisado
minuciosamente.
He aquí el texto
íntegro del Avemaría y de la Salve, tal como lo recogen las Actas del sínodo
del obispado de Tuy (Pontevedra), celebrado en 26-28 de junio de 1528, y
presidido por el obispo Diego de Avellaneda: “El Ave María en romance.- Dios te
salve, Virgen Santa María, llena de gracia. El Señor es contigo. Bendita eres
tú entre las mugeres, y bendicto
es el fructo de tu vientre, Jesus.
Virgen y madre de Dios, ruega por nos pecadores. Amén” (p. 399). “La Salve en
romance.- Dios te salve, Reyna, madre de
misericordia: vida, dulçedumbre y esperanza
nuestra...” (p. 400) ( Synodicon Hispanum, I. Galicia, preparado por la U. P. de
Salamanca. Madrid, BAC., 1981).
El P. Gaspar Astete, SJ. (1537-1601) publica su Catecismo en 1599. Se popularizó en la mitad
norte de España. A su vez, el P. Jerónimo Martínez de Ripalda
SJ. (1535-1618) edita su Catecismo en
1618, difundido por la mitad sur. Estos catecismos pasaron asimismo a
Hispanoamérica, donde también arraigó el sintagma “Dios te salve”.
Traducciones bíblicas
En la Biblia protestante de Casiodoro de Reina (1569), revisada por Cipriano de Valera
(1602): Ave, gratia plena (Lucas), ‘Salve, muy
favorecida’; y Ave, Rabbí (Mateo), ‘Salve, Maestro’.
Constantin Rosch, ofmcap. : Ave, gratia plena (Luc), ‘Sei gegrüsst, du
Gnaden volle’; Ave, Rabbí (Mt), ‘Sei gegrüsst,
Meister’ (Das
Neue Testament, Paderborn 1938).
Louis Segond : Ave, gratia
plena (Luc), ‘Je te salue, pleine de grâce’ ;
Ave, Rabbí (Mt), ‘Salut, Rabbí’
(Le Nouveau Testament, Paris 1959).
L. A. Schökel y J. Mateos: Ave, gratia
plena (Luc), ‘Alégrate, favorecida’; Ave, Rabbi, (Mt), ‘Salud, Maestro’ (Mt) (Nueva
Biblia Española, Madrid 1975).
Traducción del Nuevo Mundo: Ave, gratia plena (Luc), ‘Buenos días,
altamente favorecida’; Ave, Rabbi (Mt), ‘Buenos días, Rabbí’. Aunque
la versión de los Testigos de Jehová carece de valor científico, sin embargo,
nos sirve para probar que el saludo correspondiente al jaire o ave sería hoy el ordinario Buenos días, tardes, noches. Por
supuesto, en Mt. debería ser lógicamente Buenas
noches, no Buenos días.
Repárese en que
las versiones modernas de
Ya antes de que
se introdujera la fórmula “Dios te salve, María” o “Dios te salve, Reina y
Madre”, el nombre de ambas oraciones era, y sigue siéndolo, el respectivo vocablo inicial latino Ave y
Salve. Así el confesor dice al penitente: “Rece tres Avemarías y una Salve”.
Téngase en cuenta que, en
Por su parte, en
las lenguas hispánicas, el gallego y portugués conservan la forma más arrimada
al latín. Gallego: “Ave Maria, chea de gracia”, y
“Salve, Raiña”. Portugués: “Ave Maria, cheia de graça”, y “Salve, Rainha”. En cambio, la frase “Deu
vos salve, Maria”, en catalán y valenciano, tal vez dependa del castellano
“Dios te salve”.
Texto capital e independiente
Damos aquí la más
antigua o primera traducción completa del Ave María y de
“Ave María, llena
de gracia. El señor contigo. Bendicta tú en las mugeres. Y bendicta tu madre. Y
bendito el fruto de tu vientre Iesu”; y “Salve, Reyna de misericordia. Dulçor de
vida. Esperanza nuestra, Salve”. Este interesantísimo texto demuestra que,
aunque la oración del Avemaría estaba ya muy difundida con el inicio “Dios te
salve, María”, no debería tener todavía un carácter oficial unánime, pues de lo
contrario la habría puesto tal cual el sabio
fraile jerónimo Fr. Hernando de Talavera (1428-1507).
Es sumamente
llamativa esta versión innovadora del Ave María, que parece ignorar (lo que es
inverosímil) o contradecir (lo que sería inconcebible) la expresión ya adoptada general u oficiosamente en España como
inicio de la oración avemariana. Yo me alineo con la
fórmula del gran arzobispo de Granada, la que abrazo como favorita.
Recapitulación
En la evolución
semántica del saludo “Dios te salve” hallamos aspectos negativos y positivos.
Hay dos puntos negativos, de imposible solución: a) el origen o principio de tal
expresión, que puede remontarse a las primerías del
romance, y b) la datación de tal saludo como cabeza del texto oficial avemariano. A su
vez, los puntos positivos indagados y documentados son: a) el empleo normal y corriente
del saludo “Dios te salve”, aplicado a todo tipo de personas o cosas, desde el
siglo XIII ininterrumpidamente hasta promediado el siglo XVII; b) la
lexicalización del sintagma “Dios te salve”, cuyo valor era el de una
interjección, al estilo de hola; y c) la sacralización del saludo, cuyo uso
quedó constreñido a la traducción del texto lucano y al inicio de las oraciones
marianas Avemaría y Salve, incluídas en los
catecismos, como nos revela la historia de tal saludo. De todo lo cual se
desprende que la fórmula “Dios te salve” no tuvo, en un principio, valor
sagrado, sino que era un saludo común y generalizado, aplicable a toda clase de
personas o cosas, y por ende, a María; tal como se emplean hoy la interjección
hola o los saludos ordinarios buenos días o noches. Por último, dentro del siglo
XXI, perdido absolutamente el sentido de saludo en la frase “Dios te salve” (que
quería simplemente decir Dios te guarde de todo mal), hoy día si se analiza el verbo salve en tal expresión, ésta se
presta a confusión y suena casi a herejía, pues sólo se piensa en la salvación
espiritual del alma, lo que aplicado a
¿Tendrá arrestos
Post Scriptum.- Cuando
se publicó, meses ha, el somero embrión de este ensayo, llegó hasta mí el
runrún sardónico de que me había pasado no sé cuantos pueblos. ¡Tate, tate, folloncicos!,
¿conque me pasé veinte pueblos, eh? Y, ¿no se habrán pasado de listos, no ya
pueblos, sino regiones enteras, los ignaros zoilos que ni han saludado el CORDE?
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