Número Actual - Números Anteriores - TonosDigital en OJS - Acerca de Tonos
Revista de estudios filológicos
Nº26 Enero 2014 - ISSN 1577-6921
<Portada
<Volver al índice de recortes  

recortes

"Felicitaría a quien no haya leído el 'Quijote', le diría que aún le queda el placer de leerlo". Entrevista: Martín de Riquer: 400 años de una novela moderna, de Winston Manrique Sabogal. EL PAÍS, Babelia, sábado, 6 de noviembre de 2004.

 

http://elpais.com/diario/2004/11/06/babelia/1099702247_850215.html

 

Este escritor y académico es uno de los que más saben sobre el Quijote, Cervantes y la literatura medieval. Es reconocido como maestro de los expertos contemporáneos del tema. Con sus ediciones y estudios sobre el ingenioso hidalgo han crecido las actuales generaciones. Desde su casa evoca su primera lectura, analiza la obra y se dirige a quienes aún no la han leído.

 

Aunque nunca ha estado en la Mancha literaria conoce mejor que nadie esas tierras de viñedos y olivares cubiertas por azules intensos pero también con soles que bien podrían derretir el cerebro de algún caballero andariego. La ha recorrido desde pequeño siguiendo los pasos de Alonso Quijano y Sancho Panza al adentrarse en la lectura de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. "Es el que más sabe", "conoce el Quijote línea a línea", "es el maestro de todos", "es un erudito cervantino", "gracias a él sabemos más del Quijote", y así una retahíla de frases elogiosas para un mismo destinatario: Martín de Riquer Morera (Barcelona, 1914), cuya edición de la novela de Cervantes ha leído la mitad de los españoles del siglo XX. Son casi ochenta años con el caballero y su escudero a los que se refiere aún con admiración y familiaridad, y de quienes ha heredado el espíritu jocundo del mundo al cual pertenecen.

 

PREGUNTA. ¿Qué le diría a alguien que no ha leído el Quijote?

RESPUESTA. ¡Felicitarlo! Lo felicitaría porque le diría que aún le queda en esta vida el placer de leer el Quijote. Y añadiría que luego, cada determinado tiempo, se lee una o dos veces. Después se hojea, se va en busca de aquellos pasajes que más nos gustaron. Hasta que se llega a sentir muy familiar. Con el tiempo me he dado cuenta de que muchos cuando llegan a la parte de El curioso impertinente se la saltan, y esto dice mucho a favor del Quijote, demuestra que la gente está interesada en las aventuras, y de repente aquella historia tan larga, que no tiene nada que ver con el argumento central uno quiere pasarla de largo, para volver a la esencia del libro.

P. ¿Lo ha leído recientemente?

R. Siempre hay momentos en que lo leo porque he dirigido varias ediciones. Pero lo que suelo hacer es abrirlo al azar y siempre se sale ganando, da buen resultado.

P. ¿Recuerda a qué edad leyó por primera vez la novela?

R. Era pequeño... Recuerdo que la leí en una edición muy grande que había en casa. La tuve que leer echado en el suelo para poder pasar las páginas.

P. ¿Era una edición resumida o completa?

R. ¡No, no, era completa! Lo que pasa es que era de folios grandes. La leía poco a poco, y me surgían cosas que no entendía. Además, un día caí en la cuenta de que estaba leyendo un libro que se burla de otros libros, los de caballería, y pensé: "O sea que me estoy leyendo la burla y no conozco la verdad". Pero seguí con la lectura hasta que me pregunté: "¿Cuáles son los libros de los que se burla Cervantes?". Así es que después me puse a averiguar por los libros de caballería y di con títulos como el Tirant lo Blanc, que es muy bueno, aunque es uno de los que precisamente no se burla Cervantes.

P. ¿Cuáles son los mejores recuerdos de esa primera lectura del Quijote?

R. Me divertía mucho cuando no pasaba nada y hablaban y hablaban. Esos pasajes en los que don Quijote y Sancho Panza van por los campos hablando. Es que tienen mucha gracia cuando comentan una aventura, o cualquier cosa. Me gustaban mucho esos diálogos. La manera en que Cervantes usaba el lenguaje popular en Sancho sin llegar nunca a rústico, sin llegar a ser nunca una paparruchada. Es un campesino que habla bien, pero como campesino. Don Quijote, en cambio, habla como un hombre con muchas lecturas, así que el contraste es muy bonito.

P. ¿A parte del diálogo y el lenguaje que menciona, cuáles son los principales aciertos de la novela?

R. Tengamos en cuenta que es una novela sin argumento o que por lo menos su argumento se puede resumir en dos palabras: un caballero se vuelve loco por los libros de caballerías, quiere imitarlos y queda desengañado. No hay trama; no hay misterio. Además es una de esas novelas que nunca vuelven hacia atrás. Es una novela itinerante, de camino, como la picaresca, donde lo que se mueve es el paisaje.

P. ¿Y en qué radica el gran hallazgo del libro y el éxito de entonces y de ahora?

R. ¡La invención! El ocurrírsele hacer una novela de un chiflado por la literatura. No se puede pedir novela más literaria. Todo el Quijote está empedrado de alusiones literarias, la mayor parte malévolas. Es un libro para gente que conoce la literatura. Por esto sorprende mucho su éxito popular y de manera tan inmediata. Pensar que en un año se hicieron tres ediciones, y dos clandestinas. El éxito, de entrada, es la novedad. En aquel momento es el hecho de encontrarse con una parodia exagerando las cosas. Imaginemos que hoy día un escritor hiciera una novela en la cual se burlara de las obras de ciencia-ficción, pero contada con tanta tanta gracia que desde entonces la gente dejara de leer novelas de ciencia-ficción.

P. ¿Con qué personaje se quedaría?

R. Es muy difícil... Aunque hay personajes que pasan inadvertidos pero que son geniales. Como el Primo, que aparece en la segunda parte, pero que nunca se sabe de quién es primo; aunque todos le dicen "primo, primo". Es aquel chiflado por las humanidades, quiere hacer obras humanísticas, comentar a Ovidio y demás; está chiflado, chiflado, chiflado. Así que aquellos diálogos entre el Primo y don Quijote son una delicia. Pasan cosas, del mismo modo que cuando uno lee una novela y entiende a un personaje cuando aparece su padre o alguien allegado. En el Quijote pasa igual, que entiendes a Sancho cuando aparece su mujer con sus refranes, y es cuando dices: "Tal para cual. Ahora los entiendo, son el complemento".

P. ¿Y qué se puede decir de don Quijote, resultado de lecturas de libros de caballería?

R. Es muy difícil, porque todos estos personajes literarios como él o Hamlet admiten toda clase de interpretaciones y todas son verdaderas y todas son falsas.

P. Pero Cervantes aclara en el prólogo que sólo busca entretener y burlarse de los libros de caballería. ¿Por qué entonces tantas interpretaciones?

R. Él deja claro que su pretensión es entretener, y es un libro que entró en España como libro divertido. Tanto que se habla de aquella famosa anécdota en la que un estudiante estaba en los jardines de palacio riéndose solo y el rey dijo: "O está loco o leyendo el Quijote". Esto quiere decir que la gente entendió el mensaje de Cervantes y lo interpretó como una novela para reír. Él busca el entretenimiento, sin duda. Y la verdad es que no podía imaginarse que iban a surgir múltiples interpretaciones, como la del romanticismo, por ejemplo, que vería el libro como la lucha del idealismo ante el fracaso. Nunca se le ocurrió presentar esa interpretación romántica, pero por otra parte siempre admisible como todas las interpretaciones. Lo curioso es que en ninguna época se ha tenido que reivindicar la novela. No ha pasado ningún momento en que no se haya editado. Por eso, cuando hay gente que dice que se lee poco, yo contesto: "En la actualidad, cada año se publican cuatro o cinco ediciones y no hay ningún editor que tenga un Quijote pudriéndose en bodegas. ¡No se ha agotado el comprador del Quijote!".

P. ¿Son necesarias tantas interpretaciones cuando años después de aparecida la novela pasaron de moda los libros de caballería y con ello el objeto y motivos de burla de Cervantes?

R. Lo que es interesante es la interpretación académica universitaria. Fíjese usted que el gran prestigio de Shakespeare es que todos los ingleses constantemente están explicándose a Shakespeare, y los italianos, a Dante. Ha pasado siempre. En toda la cultura griega Homero era básico y la gente lo comentaba en las conversaciones y mezclaba versos; como pueden hacer los italianos con Dante o los ingleses con Shakespeare, recitando frases y acogiendo pensamientos.

P. ¿Por aquello de que la obra de arte la completa el lector o el espectador?

R. Y porque la asimila la cultura... En España no pasa tanto. El Quijote no hace interpretaciones, ni siquiera la más famosa y popular, que señala "con la iglesia hemos topado", cuando lo que él dice es "hemos dado"; pero quien quiera dar interpretaciones anticlericales, que las haga, aunque Cervantes no las da. Él no tiene dobles intenciones. En la segunda parte sí está más comprometido con España, pero sin dobleces, es directo y sencillo en lo que piensa.

P. Entre las diferentes versiones sobre la inspiración de Cervantes del lugar y el personaje, ¿con cuál se queda?

R. Parece que es evidente que es Argamasilla de Alba el "lugar de la Mancha" del cual no quiere acordarse. Allí, en la iglesia, hay un cuadro de Rodrigo Pacheco, un personaje del pueblo en quien estaría inspirado el Quijote. Lo que Cervantes deja claro es que es en una cárcel donde tuvo la idea.

P. ¿Ha estado usted en Argamasilla?

R. No, no, la ruta del Quijote no la he hecho...

[Y Martín de Riquer guarda silencio para encender su pipa mientras sigue sentado en un sofá del gran salón de su casa de paredes cubiertas de libros. Está de espaldas al ventanal del jardín por donde se cuela el sol que se abre paso entre las nubes otoñales de Barcelona. Se recuesta y, tras un soplo de humo, su voz retorna suave y pausada].

...Además creo que ya no voy a hacer la ruta. La he visitado en las páginas.

P. ¿Algún consejo para los próximos primeros lectores del Quijote?

R. Para la gente de lengua española es el patrimonio. Es inimaginable un inglés culto que no conozca a Shakespeare o un italiano a Dante. Ésa es la más espectacular expresión de una lengua. Es un libro al que toda mi vida le he dedicado muchas clases. Lo he leído en múltiples ediciones que he dirigido o asesorado. Así es que les diría que sólo empiecen, porque estoy seguro de que luego les va a encantar. Es que el Quijote es un veneno porque cuando lo cogen ya no lo sueltan. Lo que no se debe hacer es imponerlo.

P. ¿Está de acuerdo con las ediciones breves o resumidas para los niños?

R. Están bien. Es un primer acercamiento. Hay que reconocer que para un niño es un libro grueso. Por eso está bien hacer esas ediciones, pero manteniendo el lenguaje siempre. Conservar, por ejemplo, el hablar espontáneo de Sancho, sin ser palurdo, ese lenguaje de pueblo que no dice tonterías.

P. ¿Se puede hablar de valores del Quijote hoy?

R. Es muy difícil de enunciar. Cervantes mezcló ahí todos los géneros, incluso tiene apartados autobiográficos.

P. Realidad y ficción en un solo mundo.

R. Pero yo creo que él ni se lo planteaba. Simplemente recordaba unas cosas y se inventaba otras. La primera parte es más vaga y atemporal. En cambio en la segunda ya hay un itinerario, una pequeñísima intriga con el Bachiller Carrasco. Cervantes lo basa todo en un estudio de una anormalidad mental. Por eso, cuando uno lee aquello de ingenioso hidalgo, piensa: "El Quijote de ingenioso no tiene nada. ¿Acaso el ingenio es la locura? Es ingenioso en el sentido de desequilibrado". ¡Está chiflado! No olvidemos que es un loco. Esto lo olvida mucha gente, por eso la novela se acababa cuando él recurre a la razón.

P. Un chiflado culto que hoy nos recuerda la belleza de un castellano antiguo.

R. Porque él se cree un caballero. Con los arcaísmos lo que busca es una imitación del estilo de esos libros de los cuales se burla. Esto hacía gracia en su época porque se daban cuenta de que era una burla, una parodia. En cambio hoy ha dejado de hacer gracia, la gente no entiende que se está burlando de un castellano antiguo. Es un libro curioso, la parodia es de una literatura que no hemos leído. Hay que leer primero la parodia y luego lo parodiado para entenderlo en su idea genuina. Leer alguna novela de caballería disparatada, y hacerlo como quien lee prehistoria.

P. ¿Con qué literatura de hoy podría uno enloquecer?

R. Con la de detectives. Y es natural que la gente se apasione porque el buen libro de detectives es un reto. Lo importante es que el autor no haga trampa. Además, estoy seguro de que más de uno se habrá hecho detective por leer esos libros, o se creerá detective en determinadas circunstancias de la vida real y cotidiana. Un pequeño chiflado.

 

BIBLIOGRAFÍA.

Don Quijote de la Mancha. Ilustraciones de Salvador Dalí. Edición, introducción y notas de Martín de Riquer. Planeta.

Vidas y amores de los trovadores y sus damas. Acantilado.

Para leer a Cervantes. Acantilado.

Chanson de Roland: Cantar de Roldán y el Roncesvalles Navarro. Acantilado.

Vidas y retratos de trovadores: textos y miniaturas del siglo XIII. Galaxia Gutenberg.

Tirant lo Blanc: novela de historia y ficción. Acantilado.

Estudios sobre el Amadís de Gaula. Acantilado.

Caballeros andantes españoles. Espasa.