REVISTA ELECTRÓNICA DE ESTUDIOS FILOLÓGICOS


 

AL INCESANTE PULSO DE LA VIDA

CRÓNICA DE REFLEXIONES VERSALES

(A Don Mariano Baquero, gran Profesor que fue de la Universidad española)

Estanislao Ramón Trives

 

«L’art ne rend pas le visible, il rend visible», Paul Klee

El arte no muestra lo visible, lo ilumina)

 

 

0

 

A MI “LIRA”

 

PREPÁRATE, mi lira;

Prepárate:

Que el público se acerca.

Afina bien tus cuerdas.

 

Da voz a mis palabras;

Prepárate.

Que suenen las ideas

Y todos las comprendan.

 

Que nadie quede fuera.

Prepárate:

No suenes por sonar;

Sé atenta.

Dijon (Francia, Curso 1964-65)


I

 

 TODO

 

AFÁN constante,

Brutal quimera,

Infeliz inocentada

De unas manos que te aprietan

Y no alcanzan de tu ser

Más que efímera

Apariencia.

Monteagudo, 1963.

 

 

II

 

CORTESÍA (O EL MUNDO AL REVÉS)

 

RESPETABLE imperativo

De aquel instintivo orgullo;

Atardecer constante,

Cuando no noche perpetua,

De unos ojos enfermizos

Que no sufren la presencia

De ese Sol de primavera

Que ineducado, crüel,

Acrisola la existencia

De aquello que sólo es piel.

 

Oropel,

Oropel süave

De algunas mentiras

Mías:

Tú eres mi verdad,

La ciencia mía,

Aquella que deja

Intacta

La inmensa Verdad

Divina.

Monteagudo, 1963.


III

 

 DOLOR Y ESPERANZA

 

SI en tu mirada alegre y compasiva

Prende de mi existencia el caminar,

No hallarás más razón a mi llorar

Que el peso de saberte tan esquiva.

 

Vivir sin tu sonrisa es mi dolencia,

Desgracia, sin tu aliento, proyectar

Un tormento que fluye sin cesar,

Porque falta a mi vida tu querencia.

 

Si tu corazón me abre su postigo,

Se inundará de gozo mi existir;

Y sin saber qué hacerme ya contigo,

 

Trocaré mi aflicción en sonreír

Y saltaré radiante como un niño

Gozoso de encontrarme junto a ti.

Murcia, 1959-1964.

 

 

IV

 

A LA UNIVERSIDAD DE MURCIA, DONDE APRENDÍ A HACER PREGUNTAS

(A mis maestros, con gratitud)

AQUÍ,

Muy cerca de ti,

Y quizá nunca más lejos.

Aquí me tienes presente,

Casona de mis ensueños.

 

Cinco años me has robado,

Cinco,

Que tanto siento...

 

Hoy

(Pasados los años,

En la Torre de Babel

De la espiral

De la vida),

A cuestas

Sigo

Con idénticos

Cuestionamientos

 

Y, desde la gratitud

A todos mis maestros,

Me dispongo

A seguir subiendo,

Modesto Sísifo,

Por la espiral

Del andamiaje

De nuevos

Planteamientos:

 

Que no son respuestas,

Sino preguntas,

Lo que llevo dentro.

Murcia, 1964-Barcelona, 2.01.2006.


V

 

A ELLA

 

MI mujer es para mí

Lo que el agua es para el pez;

Lo que el aire es para el ave,

Lo que el sol para la mies.

 

Centro puse yo en mi vida,

Norte di a mi quehacer,

Yo di calor a mi alma

Encontré a mi mujer.

 

Recobré la fe perdida,

Nuevamente yo soñé

En el hijo de una madre

Al que he llamado Daniel.

 

Ya se produjo el milagro,

Nació el hijo que soñé,

Ya no hay nadie que divida

Lo que Dios unió una vez.

Elche, 16.IX.1967.

 

 

VI

 

TRÍPTICO DE LA CIEGUECITA

(José A. Llardent in memoriam)

VI.1

 

LA VERDAD VIVE DE ENTRAÑAS Y DE SANGRE

 

CUANDO tu halo abandone el cuerpo inerte,

El tacto ha de ser tu primer testigo

Que el fruto maduro tenga consigo

Al brotarte el sentido de la muerte.

 

Tu interior puede verdad ofrecerte,

No el ojo que del mundo fuera ombligo,

Antes de convertirse en pan el trigo

Al pasar por la piedra de la suerte.

 

De los ojos al brillo esclavizado

No conviertas el camino en morada

Del contacto solidario privado

 

Al ardor furtivo de una mirada;

Persigue tu destino más dorado

Libre de su crüel inocentada.

Murcia, 9.06.1979.


VI.2

 

¡PIERDAN TUS OJOS LA VISTA, NO EL TACTO!

 

NO dejes que tus ojos deslumbrados

Borren de tus dedos la sutileza:

Que el temblor del Cosmos en su entereza

Alberga los latidos más callados.

 

No pierdan sensibilidad cegados

Ante lo que es sólo banal belleza

Al servicio de la fugaz corteza

De espurios intereses concertados.

 

Sus halagos cegueros a los ojos

Atraen al pobre humano como insecto

Y lo privan del tacto verdadero,

 

Al brillo de sus pérfidos cerrojos;

Y, adormecido de un sopor infecto,

Lo atrapan en la red de lo encimero.

 Murcia (8.06.1979)-La Alcayna (31.03.06)


VI.3

 

A UNOS OJOS QUE NO VEN, PERO SIENTEN

 

SOLA por la calle la cieguecita

Lleva el estandarte de su ceguera,

Ignorando el papel de pregonera

Contra esta civilización cainita.

 

A los ojos de la soberbia grita

Su engañosa esclavitud placentera,

Orgullosa del tacto y lisonjera

De vivir sin cuanto a la vista incita.

 

Tú, que con tiento te acercas al mundo,

Haz que cuantos prosiguen el camino

De señuelos de efímero silbido

 

Vuelvan grupas y gocen lo profundo

Del calor de la vida y su destino

En pro de lo que vive y ha vivido.

Murcia (7.06.1979)-La Alcayna (31.03.06)

 

 

VII

 

POESÍA, NAVIDAD Y EPIFANÍA

(Tras la venida de Luis, 23.12.04)

 

PALABRA manantial, del alma brote,

Plena de esencias, de cosas ingrávida,

Palabra hembra, que oculta más que muestra:

Así es la poesía, la de cualquiera;

Helicoidal vaivén, vital genoma,

Eso es, y todo con ella se nombra;

Semilla eterna que busca su suelo,

En los labios vibra y en todos queda

Destello vivo, prisma de colores,

Flecha audaz de utópico referente,

Significante puro y voz exacta

Que dinamiza todos los contextos

Y los impregna de significancia

Con la pujante desnudez de un Niño,

Monumental promesa de horizonte

Nuevo, intento de la Naturaleza

Para dar futuro a los futuribles

Entre quién sabe, tal vez, por qué no.

Don gozoso y solidario es la vida,

Que en la interlocución se fundamenta

Y para ser, precisa de los otros,

Y en ellos y para ellos es la misma:

Que no es lo uno sin el choque con lo otro.

Murcia, enero de 2005.

 

VIII

 

QUI IN STADIUM CURRIT DEBET ENITI UT UINCAT

 

TODO buen corredor de fondo sabe

Que salir, correr y llegar componen

Los tres pilares de su trayectoria

Y que, aunque con exigencias distintas,

Debe vivirlos con la misma euforia.

 

La vida supera la ejecutoria

De los seres vivos de que se vale,

Representaciones individuales

De la gran operación del vivir

Que a todos nos afecta y nos invade.

 

La grandeza de la vital faena

Consiste en dar protagonismo a todos,

Y nos suministra los elementos

En forma de aire, agua, tierra y fuego,

Combustible esencial de la existencia

 

De cada ser vivo en particular,

Pero con roles siempre subsidiarios,

En dependencia de los elementos,

Responsables y nunca soberanos.

La soberanía es prerrogativa

 

Esencial de la vida en su conjunto

Del que todos somos parte integrante:

Nos sabemos autónomos y libres;

Dejar de respirar en rebeldía

Y seguir vivo, a nadie nos es dado.

Murcia, 11.01.05.

 

IX

 

 

A LOMOS DE LA VIDA

 

DEL hondón de la Vida nuevo brote,

Jinete advenedizo e inexperto,

Obligado a cabalgar con incierto

Destino al lomo de caballo al trote:

 

Secunda a tu corcel y no te agote

El frío de tu caminar sin puerto,

Caparazón de vivo, siendo muerto,

Que la Vida te vive y guarda a flote.

 

Eres timón, bajel y timonero;

Echazón dolorosa de la Vida,

Responsable absoluto del sendero

 

Que de tu pervivencia el derrotero

Deja tras sí en memoria comprimida,

Testigo de tu yo imperecedero.

Campello- La Alcayna, 13.XI.05.


X

 

SECUNDANDO EL CAMINAR DE LA VIDA

 

SE piensa en voz sonora cuando se habla.

Se habla en voz baja cuando se comprende.

A nadie extraña y a nadie sorprende

Cuando con otro el diálogo se entabla.

 

Somos necesarios protagonistas

Cuando en nuestras manos el pensamiento

Discurre y discurre sin desaliento

Y nos lleva a regiones nunca vistas.

 

Nuestro entendimiento como la mano

Modula sensaciones y experiencias

Y las ubica, armónico andamiaje,

 

Que da sentido utópico al humano

Caminar de imágenes y vivencias

Con la ilusión del cercano abordaje.

La Alcayna, 26.XI.05


XI

 

MÁS ALLÁ DEL AZAR ESTÁ EL DESTINO

 

SEMEJANTES casi en todo a las plantas

Buscamos los arcanos de la Vida

Por debajo del entorno envolvente

Más allá del azar aleatorio:

Por vivir el corazón siempre late

Y no hay azar que pare sus latidos

Sin causa ni suficiente motivo,

Pues han de ser vividos sus vaivenes.

 

Un pequeño porcentaje de azar

Se pone al parecer en nuestras manos,

Pero es la energía que las impregna

La que adviene al yo pensante por dentro

Y le impulsa a seguir nuevos proyectos

Cual si fueran menester solidario.

La energía vital es quien nos mueve,

Cuando quienes andan somos nosotros.

 

A nadie nos es dado lo absoluto,

Como en la flecha no está el objetivo

Al que nunca en su caminar alcanza.

Pero sabemos que está en nuestras manos

Hacer una cosa u otra cualquiera:

El sabor o sinsabor de la vida

Dependen del sentido que les demos

A nuestras más sentidas decisiones.

Murcia, 29.XI.05


XII

 

EL DON DE VIDA IMPULSA EL SEGUIMIENTO

 

SEGUIRÉ cabalgando cuanto pueda

Hasta que se me resista el caballo,

Como a la espiga se le seca el tallo

Cuando la mies hacia el molino rueda.

 

El Cosmos que del pensamiento cuelga

No es extraño al mundo en el que yo me hallo,

Pues soy su fiel guardián cual relicario

Que cifra su armonía en su cabeza

 

Y no deja que el caos le desborde

Entre lo necesario inevitable

Y el mar de dudas con mi barco a flote:

 

Que cierta obligación puede que toque

A quien de su camino es responsable;

Que no hay un puerto previo al que se aborde.

Murcia, 13.XII.05

 

 

XIII

 

LO ENCIMERO NO ANULA LO PROFUNDO

(Desde La Isla sin Aurora, de Azorín)

 

SE prefiere dotar de inteligencia

Al trigo en su afán de saciar la hambruna

Más allá de la creencia importuna,

Dentro de un orden ciego y sin conciencia.

 

No se estudia el porqué de la experiencia:

El Cosmos se equipara a la tontuna;

Saca aceite el Azar de la aceituna;

El hombre sólo es química vigencia.

 

Se oblitera el misterio de la Vida,

Y se cree que nosotros La tenemos,

Cuando es Ella quien por todos envida

 

Terne, para que no La desechemos,

Y nos mantiene siempre a flote y cuida

Que de los sueños diarios despertemos.

La Alcayna, 13.XII.05

 

XIV

 

NAVIDAD, PATRIMONIO COMPARTIDO

 

EL hombre siempre ansió la transcendencia;

Estudió el lenguaje de las estrellas;

Logró saborear las cosas bellas;

Buscó la amistad en la convivencia.

 

Del ensayo y error sacó la ciencia;

Del nacer y morir tomó las huellas:

Aprendió a transcender de todas ellas

Y encontró la Navidad en la esencia

 

Del temblor del vivir en el que estamos

Inmersos como en un Templo sagrado

De Vida que fluye y brota por tramos:

 

El papel de la mente y de las manos,

Aun espontáneo y libre, está ritmado

Desde dentro y sin privilegios vanos.

La Alcayna, 16.XII.05

 

 

XV

 

LOS TEMPLOS NO PROFANAN A LA NATURALEZA

 

LOS templos, como cualquier obra de arte,

Cantan las maravillas naturales

Moldeadas por esquemas vitales

Que la mente con la mano comparte.

 

Lo profano y sagrado, por su parte,

Tienen las mismas fuentes divinales:

Cautivan las auroras boreales

Y alegra la campana al despertarte.

 

Al lugar sagrado el arte embellece

Y se bendice a personas y cosas

Con la liturgia que las enaltece.

 

Pero el Sol que brilla, cuando amanece,

Trae un acopio de formas tan hermosas,

Que, de sagrado, la lengua enmudece.

La Alcayna, 16.XII.05

 

XVI

 

VERDAD DE VIDA

(Vita semper nascitura, non omnis moriar:

Entre Horacio, Unamuno y Einstein)

 

LA vida es, y nosotros no. Duramos en ella,

Por ella y para ella sólo la vida perdura

En mil y una criaturas: vemos que alguien nace,

Se muere luego; y eso pensar nos hace en brotes

De vida que van resurgiendo en escena propia

 

Y ajena, pues con libre papel no diseñado

Por nadie en particular, vamos desarrollando

El guión interminable de la obra pergeñada

Por quien es y de nosotros para estar precisa.

Hay un punto en la insondable energía divina

 

Que brilla con destellos de la humana familia.

Sé que Ortega tenía razón con lo del “vicio

Circular del cuadrado redondo de la Vita

Beata” sin mutación alguna y refulgente,

Siendo energía igual a masa por c al cuadrado

 

En la espiral constante de masas emergentes

Donde todos estamos hermanados por siempre.

Me abrazo con la vida, la de todo ser vivo,

La de nuestros congéneres, que brillan con luz propia

En la noche estrellada del fulgor del vivir.

 

Al ver que relucen en mi cielo las estrellas

Con persistentes destellos de navidad clara,

Diáfana y epifánica, de navidad profunda:

Energía naciente, sin cesar siempre nueva,

Con el fulgor de todos, las veré siempre bellas.

La Alcayna -Barcelona, 19-31.XII.2005.

 

XVII

 

APETITO ESTÉTICO DE VIVIR

(Desde Juan Ramón Jiménez)

 

AL captar en el lienzo del lejano horizonte

Sobre fondo azul una yema enorme de huevo,

Cobra cuerpo en nuestro ánimo un apetito estético

De seguir siempre vivos y poder contemplar

Otro Sol mañanero y su aparente ocaso

Con tanto placer como tenemos ante un cuadro

De cualquiera de los pintores que hoy admiramos.

.

Cual peces en el agua la Vida nos envuelve

Y en Ella nos movemos cual medio necesario,

Gozando siempre de Ella, de su puro sustento.

La Alcayna, -Barcelona, 19-31.XII.2005.


XVIII

 

LA UTOPÍA DE LAS PALABRAS

( Desde La otra voz, de O. Paz)

 

LAS palabras que parecen exactas

Son palabras que afectan a otro lado,

Que es la pendiente de la ladera

Por la que Sísifo nunca caerá

Sino muerto y sin voz para contarlo.

 

Las palabras nacidas del camino,

Sin pensar hechas camino ellas mismas,

Flechas son, que, por serlo, siempre apuntan

Y dejan de serlo sólo al llegar

Para ser otra cosa y quién sabrá

Barcelona, 1.01.06

 

 

XIX

 

CAMBIAR, MUTAR, ES VIVIR

 

LA ilusión de la entidad no es fiable

Si sólo se mira atrás, no adelante,

Donde está el impulso para seguir

Siendo por necesidad siempre otro,

Que uno prosigue desde la mudanza.

 

Caminando a lomos de lo que cambia,

A lomos de la mutación viajando

Va la balanza de nuestra conciencia,

Penélope constante del telar

De vivencias de la energía eterna.

Barcelona, 1.01.06


XX

 

EL PENSAR PARADÓJICO

(De Aristóteles a J. Ortega y Gasset)

 

ENTRE la ortodoxia y la heterodoxia

La tercera vía es la paradoja,

Como respuesta al clinamen del yo

Insobornable que llevamos dentro,

Cual biostato de nuestra trayectoria

 

Personal sin saber cómo ni cuándo.

El pensar, que se aloja en nuestro cuerpo,

Labora con él como con sus manos

Con las que moldea los instrumentos:

Todo el cuerpo es mano del pensamiento.

Barcelona, 1.01.06-24.03.06.

 

 

 XXI

 

INEXHAUSTIBLE AMISTAD

 

LA amistad que el tiempo sella

Como fragancia de flores

Aun sin tocarla se siente

Como la luz de una estrella.

 

De aroma gratificante

Es un vaso singular

Que crece y nunca se colma,

Se esté presente o distante.

 

Tiempo al tiempo venidero:

La amistad crece y más crece

Sin que se pueda acabar

Con su calor verdadero.

Barcelona, 01.01.06.

 

 

XXII

 

PATRIA BELLA

 

MURCIA, Murcia, blanca y rosa,

El río que por ti pasa

No te riega, sólo posa

Para embellecer tu casa:

 

El aguamiel cristalino

Es lo que aporta El Segura;

No tiene mejor destino

Que albergar en su frescura

 

A una tierra más sedienta

De la belleza y la vida

Que del agua que acrecienta

La ribera más crecida.

 

Por eso sus habitantes

Administran bien el agua

Que traen de tierras distantes

Mientras su destino fragua,

 

Y el sol y el agua marina

Hacen el mayor milagro

Que, fuera, nadie imagina:

Sacar tocino del magro.

 

Tiempo ha de haber en que Murcia

Trueque su bello jardín

En vergel, madre nutricia,

Y nos dé frutos sin fin.

Barcelona, 6 de enero de 2006.

 

XXIII

 

NUESTRO VIVIR, NECESARIO ESCAÑO

(Entre Saramago y Wittgenstein. A M.F.Delport)

 

«HA de haber» un más allá más cercano;

Más acá, que se alcance con las manos

Y Sísifo descubra escarmentado

Que lo nuestro no es nada ultramontano,

Sino nubes que anhelan los pantanos

Para saciar la sed de los secanos.

 

 

Sísifo ha de comprender que lo suyo

Ni siquiera es caer al otro lado,

Sino subir sin descanso, empujado

Por el hechizo del juego, embrujado

Y apoyado en quien juega a nuestro lado

Al margen del destino al que confluyo

 

Por el impulso de cada peldaño

Que todos al jugar representamos,

Preocupados por ganar la jugada,

Al tiempo que progresa la escalada,

A la que sin saberlo le prestamos

Nuestro vivir cual necesario escaño.

La Alcayna, 18.01.06.

 

XXIV

 

TIEMPO AL TIEMPO VENIDERO

(De A. Machado a J. Saramago)

 

TIEMPO llegará en que se le dé la vuelta a todo,

En que todos nos sintamos instrumentos útiles.

Tiempo ha de llegar en que el eslabón compruebe

Que se sustenta en otro anterior y, a su vez,

 

Sostiene al ulterior, con menester análogo:

Que no se da lo uno sin concurrir lo otro.

Tiempo llegará en que se sepa que lo encimero

Es la faz soportable del núcleo deslumbrante

 

De la energía pura que en nada se condensa

Y a todo, contenida, consigue dar la vida.

Habrá tiempo en que quepa la lúdica dialéctica,

Tiempo llegará para el solo choque de fuerzas limpias.

 

Tiempo habrá en que el mal físico sea desterrado junto

Con el mal moral ante la convicción del lado

Adulto de la vida, donde todos a una

Obviemos la pobreza como si peste fuera.

 

No puede la pobreza pasar por maldición

Que afecte al ser humano, siendo un reto asequible

A todos los humanos tratar de conseguir

Lograr lo necesario a la humana condición

La Alcayna, 21.01.06.

XXV

 

DIOS NO ACABARÁ DE EXISTIR DEL TODO

(Lectura de J. Ramón Jiménez y J. Saramago)

 

INUSUAL que la mano sorprenda al pensamiento

Y extraño que la flecha cuentas pida al arquero:

La mente necesita del cuerpo para ser

Conciencia experiencial y vivo timonero.

 

¿Quién no podrá pensar que aún no exista del Todo

La infinita mudanza, pese a que cada día

Exista más y más, se sea o no consciente

De la malla envolvente de constante energía?

 

Palabra que nos une, sangre, agua y rojo fuego,

No es nada sin el aura en la que nos movemos:

Todo exige energía, de todos y de nadie,

Hasta que se nos va, y al punto fenecemos.

 

En ti, en mí, en todo, en nada y aun en nadie

El pulso vital deja de ser devenir bello,

Que es fugaz y no cansa, impelido a lo nuevo

Con raíces profundas, en pertinaz destello.

La Alcayna, 21.01.06-31.03.06.


XXVI

 

SENTIDO RELIGIOSO

(Lectura de J. Ortega y Gasset)

 

TODOS nacemos con el sentido religioso

De la vida, que a todos nos une y nos hermana

En el común lenguaje de sentidos que emana

Del patrimonio humano, que ningún poderoso

 

Suplantar nunca puede, por ser común legado

Natural o ilustrado, sin nada que motive

El monopolio de unos sobre el sentir que vive

En la mente de todos, por todos heredado.

 

La genética enseña el proceso evolutivo,

Tronco común de todos, que a todos nos ahorma

Y se condensa en lengua, que a los hombres conforma

Y es fuente de opiniones, motor intelectivo.

 

Sin tener nada en contra de religión ninguna,

Las iglesias históricas de cualquier grupo humano

No dan sino ilustrado sentido parroquiano

Al sentir religioso, que, personal fortuna,

 

Es intransferible e íntimo, al margen del soborno

De voluntad ajena a la propia conciencia,

Que tiene la virtud de devenir sapiencia,

Ajena a la impostura como el mayor bochorno.

 

El diálogo sincero de religiones nace

Del sentir transcendente que está cual filigrana,

De modo intransferible, en la conciencia humana,

Contraria al monopolio que el sentir recto trace.

 

Religión positiva e ilustrado sentido

Transcendente no encajan con guerra sin cuartel:

Es una sinrazón, y nunca es guerra fiel

Al fondo insobornable de todo bien nacido.

La Alcayna, 21.01.-11.02.06.


XXVII

 

SOCIALISMO UTÓPICO

 

HUNDE sus raíces en lo profundo

Del ser humano, que en sociedad nace,

En familia crece y se desarrolla.

En el fondo, todo en sociedad se hace:

 

No es cosa de izquierdas ni de derechas,

Que nadie nace a extremidad alguna

Condicionado y menos sometido

A la utopía moral que se le una.

 

Lo social penetra en el ser humano

Con carácter previo a la ideología,

Pues, como con razón decía Ortega,

Es posible cualquier mitología

 

Social, que es arbitraria y hacedera,

Siempre que se sepa interpartidaria

De la opción política de cualquiera,

Que, aunque cabal, nunca es la verdadera.

La Alcayna, 24.01.06.

 

 

XXVIII

 

 COSTUMBRE

 

COMO estar yo contigo es mi costumbre;

Verte y hablarte, saberte conmigo,

Deviene de mi vida no testigo,

Sino de mi alma atmósfera de cumbre,

 

De mi echazón vital firme techumbre,

Alimento constante, pan bodigo

Y todo cuanto el vivir trae consigo,

Señas de infinitud, faro que alumbre,

 

Con la brasa y calor de Tu ternura,

El lejano horizonte de armonía,

Para mi soledad, pura negrura.

 

Estar contigo llenó de frescura

El erial baldío que me afligía

Privado de tu exacta arquitectura.

La Alcayna, 9.02.06.

 

 

XXIX

 

SUUM CUIQUE

 

EL sentido del sentido transciende

La virtualidad significativa

De palabras, manos, tu cuerpo todo;

Y es tu yo insobornable quien enciende

 

La luminaria de lo perseguible,

Cuya raíz intrínseca se esconde

Bajo la epidermis de cualquier medio:

Lo realmente importante es invisible.

La Alcayna, 9.02.06.

 

 XXX

 

SEGUIR

 

NO te importe secundar el impulso

Que te inició en la vida y te mantiene.

El caudal que en tu cuerpo se retiene.

Busca, audaz, dar encuadre a su convulso

 

Reclamo, que te incita con su peso

Y promete su alivio en recompensa

Por seguir el clinamen que se adensa

En tu ánimo, biostato del suceso,

 

Nunca ajeno a la acción de cualquier mano,

Palanca del dinámico intelecto,

Que visiona el derrotero futuro,

 

A despecho del interés mundano;

Y en todo instante dicta lo correcto

Al servicio de tu interior más puro.

La Alcayna, 9.02.06.


XXXI

 

DIÁLOGO

 

HOY que se ha puesto de moda,

Nunca estuvo más ausente.

Es un insulto a la mente

Que se le invoque de coda

 

De cualquier planteamiento,

Y en vano se inculque el diálogo

Como si fuera el decálogo

De cualquier razonamiento,

 

Mientras imponer se intente

Un contumaz recetario,

Negándole al adversario

Cualquier debate prudente.

La Alcayna, 9.02.06


XXXII

 

UNA MUJER TENÍA UN CÁNCER

 

«UNA mujer tenía un cáncer

En el centro de sus entrañas.

¿Sabéis quién es esa mujer?

Esa mujer sólo es España».

 

Así, más o menos, cantaba

Aquel lotero deambulante

Que en los cuarenta visitaba

La Granja con su simple cante.

 

En mi memoria reverbera

La melodía de aquel planto

Con su diagnosis lastimera

Colmatada de desencanto.

 

Hoy, ya ciudadano del mundo,

Aquella canción callejera

Conservo cual clavo profundo

Y temo por España entera.

 

Hay una ventana segura

Que da al verdadero universo

De integrada Nación futura:

Salvar lo uno en lo diverso.

La Alcayna, 9.02.06-30.03.06


XXXIII

 

CONVERSAR

 

CONVERSAR es tejer un telar fónico,

Donde cada conversador enlaza

Con las palabras del otro, a la caza

Del más añorado saber utópico.

 

El diálogo aviva la convivencia

De lo afín y lo dispar en el marco

Vocal que nuestros proyectos en el arco

Mental tensa, flecha en busca de ciencia.

La Alcayna, 9.02.06.

 

 

XXXIV

 

EL INCESANTE PULSO DE LA VIDA

(Desde Miguel Hernández a Stephen Hawking)

 

SIENDO como somos de vida brotes,

Como ríos desde su nacimiento,

No se entiende la falta de cordura

De quien con parva libertad procura

De su origen no dudar ni un momento.

 

Quien presume de su incredulidad,

Y atribuye su ser al puro azar,

Sin dar pábulo alguno al pensamiento

Que postula un origen más vivo que quien vive,

Incurre en la abducción del flujo de la nada.

 

Que el chorro que discurre no sepa de su fuente,

No impide que en un punto, equidistante de ambos,

La conclusión se abduzca del rol de la energía,

Que cimente el origen de la masa energética

Que por doquier alienta, y todo lo transciende.

 

El rayo que no cesa del don de la existencia

En mi vivir se aquieta, cual la cometa al viento:

Que la Vida, solícita, corre, corre y más corre,

Como viento insistente, por miedo a que, al frenar,

Del sueño de la vida a la muerte despertemos.

La Alcayna, 9.02.06-19.05.06.

 

 

XXXV

 

POESÍA

 

ES un hecho que surge y que se impone,

A veces en directo, y otras a empujones.

Como el Sol que atraviesa nubarrones,

Oculta el misterio de cuanto expone.

 

Como mujer de exacta arquitectura

Se impone como un todo indescifrable;

No tolera percepción fragmentable,

Visión total reclama su figura.

La Alcayna, 10.02.06.

 

 

XXXVI

 

USUFRUCTUARIOS

 

USUFRUCTUAMOS todo del legado

Universal con sus constantes cósmicas.

Nuestras voces, andares y ademanes

Son llevados por la Naturaleza,

 

Que es Fuerza provisora y previsora,

Que nos dota del marco necesario

Para el juego de azar inevitable

Que en más o en menos lo vivo aflora.

La Alcayna, 10.02.06.


XXXVII

 

ANTROPOMORFIZACIÓN EXORBITADA

religiosidad, núcleo trascientífico de las cosas», J. Ortega, 1:431)

 

MUCHOS antepasados vieron el sacrificio

Como medio propicio de agradar a su Dios:

Ciego antropocentrismo que vio lo humano en todo:

Se reputó simétrico lo que sólo era armónico,

Singular y diverso, sin sacrificios mutuos:

Que todo es necesario al cósmico equilibrio:

Que Todo vive en todo y nada se confunde.

 

Cuando la ciencia cesa sin acabar la cosa,

Su núcleo trascientífico pide lo religioso,

Que conviene podar de rasgos engañosos:

Me extasío pensando qué son los arquetipos,

Por qué están en las rosas y son siempre la rosa.

El afán religioso reclama esfuerzos nuevos,

Que se plasman en ciencia, que se abre a otras cuestiones

 

Que a sus contradicciones siguen las religiones:

Se ligan los contrarios en busca de sentido

Armónico y constante, siempre en el horizonte

De quien, pensando en todo, conjunto evolutivo,

Sólo es parte viviente que disfruta y labora

Desde el sentido armónico, que busca y nunca agota

La huidiza razón última del universo cósmico.

La Alcayna, 14.02.06.

 

 

XXXVIII

 

ARMONÍA CÓSMICA

 

El antropocentrismo hace barbaridades,

No por pensar la Vida con perspectiva humana,

Sólo al no ver que un lado no da cuenta del Todo

 

Del que formamos parte, y no se cifra en nada

Existente, porque es contradicción de todo

Y ligazón armónica de una y otra morada.

 

Está en el horizonte de todo cuanto vive:

En forma de sentidos, centinelas constantes;

Y al modo de la mente cuyo trabajo es libre.

 

Por necesario azar, globo que al aire flota,

En armonía estamos con la viva Energía,

Que en todos se condensa y en ninguno se agota.

La Alcayna, 14.02.06.

 

XXXIX

 

AZAR CIEGO

 

SÓLO un azar muy ciego tu muñeca

Se atrevió a lastimar. La Providencia,

Siempre necesaria, tendrá clemencia

Y robustecerá la parte enteca.

 

Si no regamos un árbol, se seca:

Sea debido al azar o a inadvertencia.

De todo cuanto se hace no hay conciencia

Completa de si se cumple o se peca.

 

Nuestros tropiezos son mero accidente

Con peligro de nuestra arquitectura,

Pero la ciencia, con su mano queda,

 

Conseguirá superar, providente,

Las secuelas de la azarosa usura,Y todo quedará como una seda.

La Alcayna, 10.02.06.

 

 

 XL

 

CUANDO VIVÍAMOS TODOS JUNTOS

(Desde V. Hugo)

 

CUANDO vivíamos todos juntos,

Todo era vida, era gozar, era

Límbico y terrenal paraíso.

El encanto del juego en pandilla

Se repartía entre la familia,

La escuela primaria con hermanos

Y amigos, y la huerta y el campo:

Gozo intenso daba estar con todos.

Eran años de alegría inmensa;

De mutua confianza en plenitud.

Dejarse llevar era la clave

De aquellos años, que fueron olas

De un bonancible mar familiar.

La Alcayna, 12.02.06.

 

XLI

 

«HACER EL BIEN NI AUN EN SUEÑOS SE PIERDE»

 

 

TENÍA razón don Miguel de Unamuno

Cuando en su argumentario, no prolijo,

De San Manuel, Bueno, Mártir nos dijo

Que la bonhomía es de consuno

 

El modo de existir más oportuno

Del nacido, seguro azar, como hijo,

Y mantenga el trato familiar fijo

De tratar a todos cual se trata uno.

 

No es beneficencia, no; es tarea

Que agrada y colma nuestros sentimientos,

Que gozan procurando el bien ajeno.

 

Nuestro barco al flotar contra marea

Necesita seguir los buenos vientos

Y a la bondad no puede echarle el freno.

La Alcayna, 16.02.06-26.03.06.

 

XLII

 

VIDA

 

LA vida del ser vivo surge como una llama.

Es sutil energía que en el viviente amaga

Y se nutre de oxígeno y ya sin él se apaga.

La vida no es la llama, ni el aire que reclama,

 

Cual pez que se alimenta del agua que es su cama,

Cual planta que se nutre del aire que ella traga

Y pasa a puro oxígeno para que satisfaga

Al flujo sanguíneo, a la flor de la rama,

 

A cuanto, para ser, oxígeno consume.

Nunca saber podremos la verdad de la vida:

¿Por qué la mies nos nutre? ¿Quién da vida a los sotos?

 

¿Por qué ocurre la rosa? ¿Por qué se da el perfume?

¿Por qué en verdad pensamos? ¿Quién de nosotros cuida?

¿Quién el cosmos mantiene con cuerpos tan remotos!...

La Alcayna, 14.02.06.

 

XLIII

 

NUBES

(Desde un anónimo francés)

 

-¿Adónde vas, nubecilla? Dímelo.

-No sé adónde me irá a llevar el viento:

No está en mi mano hablar de mi futuro;

No tengo en mi conciencia más proyecto

 

Que ser nube. Pero el agua que llevo

Hará algún bien a quien mi agua llegue:

Ése es mi pequeño orgullo, perdona,

De ser nube, que es oficio modesto,

 

Si se entra en odiosas comparaciones;

Pero ser lo que se es ya es suficiente:

Me basta con haber nacido flecha;

Al maestro arquero las reclamaciones.

Murcia, 17.02.06

 

 

XLIV

 

 TIMBALES

(De Benjamín Jarnés al matemático Francisco Ros, con gratitud)

 

MUCHO ruido y poca música,

Podrá del timbal decirse;

Pero, mirando al conjunto

De toda la sinfonía,

 

Que configura el sonido

Que no nace de instrumento

Particular y es de todos,

Se percibe su armonía.

 

Si simetría es refugio

De armonía fracasada,

Hay que mantener el timbre

Del más modesto artilugio.

La Alcayna, 22.02.06

 

 

XLV

 

CORAZÓN

(Lectura de J. L. Borges)

 

PESE al parecido con el barquero,

Que tiende y distiende su envergadura

Muscular, al tiempo que la bravura

De su barca va marcando el sendero

 

De su azaroso navegar certero;

Así nuestro corazón nos procura

La sangre necesaria que nos cura

Cualquier dolencia y lleva al cuerpo entero

 

La savia necesaria al crecimiento

De cualquier segmento del esqueleto,

De cualquier músculo y partes vitales,

 

A impulsos del motor del pensamiento,

Que se sirve del movimiento escueto

De quien cifra en remar sus ideales.

La Alcayna, 23.02.06.

 

 

 XLVI

 

QUIEN NACIÓ REY NO PUEDE SER ESCLAVO DE NADIE

 

QUIEN nació rey no puede ser esclavo de nada;

Sólo sigue dictados de su yo insobornable.

Quien sigue el recto impulso no manda sobre nadie,

Manda sobre sí mismo en lo ético y estético.

 

Y se niega a sí mismo quien de hacer el bien huye:

Sale del grupo humano y engrosa la manada,

Donde, sin norma alguna, destroza su humanismo

Y se esclaviza al bruto, y servil egoísmo.

La Alcayna, 24.0206.

 

 XLVII

 

 VOCACIÓN DE LA PALABRA POÉTICA

(A María Luisa Broseta Martí)

 

QUE la densidad cálida del pensamiento vivo

Acelere, cual flecha, tu ingrávida palabra

En penetrante búsqueda del sentido añorado,

Como reja de arado que busca sementera.

 

Nuestro mundo son nombres que buscan lo nombrado,

Y se pierde el sendero fuera de la atalaya

Que encarnan las palabras y a mirar les impulsa

Los moldes de la vida que enmarca nuestro verbo,

 

Cual lo otro inevitable que a lo otro siempre mira

En permanente búsqueda del fondo a su figura;

Que la insignificancia proporcionar no puede

Alas a las palabras, en vuelo permanente.

La Alcayna, 24.02.06-26.03.06.

 

XLVIII

 

 NORIA DE LAS REFLEXIONES VERSALES

(A Jean-Claude Chevalier)

 

CUAL noria que corriente constante mueve y mueve,

Así van las palabras al salir y al entrar

En el fluir discursivo, tenaz carga y descarga

De tantos cangilones como vocablos hablan,

 

Que, apenas entrar, fluyen en otras expresiones,

Pues nunca la misma agua da forma al mismo río:

Que lo suyo es pasar hacia horizontes nuevos,

De su mitad en busca, con voluntad de acero.

 

Espectáculo activo es el comportamiento

De los nombres que surgen en el carrusel vivo

De sintagmas versales que entran y dan entrada,

En un afán constante por dar a lo otro alcance.

 

Fraguada en la conciencia del hablante nativo

Es la palabra, al fondo de la voz repentina

Que nada representa, la que siempre ilumina

La diversa armonía del cosmos intuitivo.

La Alcayna, 24.02.06-22.03.06.

 

XLIX

 

«QUE POR UN LADITO NO SE VE EL TODO DE LO QUE SE MIRA»

(El Quijote, II)

 

LA palabra no muestra, aunque ilumina

La más íntima experiencia del mundo;

La luminaria verbal, hecha nombre,

Transforma al mundo en hablante profundo

 

Y de ese dialéctico enfrentamiento

Surgen nuevas luces, nuevas palabras,

Que ensanchan horizontes, nuestro cosmos

Condensado en galaxias de sintagmas,

 

Morada de singular convivencia

Que habitamos, legado compartido

Por nuestras palabras, las escrituras

Nominales que avistan lo vivido.

La Alcayna, 5.03.06-22.03.06.


L

 

«LLANEZA, MUCHACHO; NO TE ENCUMBRES»

 (El Quijote, II; a don Amancio Marín de Cuenca, con gratitud)

 

QUIEN todo lo ha heredado, aun el vigor del cuerpo,

Y mueve el patrimonio a impulsos de la mente,

No se dé a vanagloria, y sí a satisfacción,

Que entraña gratitud y reconocimiento.

 

Nuestro cerebro piensa, y en él el Universo,

Galaxia de cerebros, a sí mismo se piensa.

Pulso del Macrocosmos es la mente consciente,

Que siendo como es nuestra, está en la Vida inmersa.

 

Cuanto atañe a la vida y al trabajo bien hecho

La Sociedad lo premia y al protagonista honra,

Pero sólo es lisonja el mérito absoluto:

Que todo es relativo; también lo meritorio.

 La Alcayna, 5.03.06-16.11.06

 

 LI

 

 VERDAD

 

LA verdad respectiva en la conciencia habita

Y se abandona al hombre, abeja libadora,

Que interioriza datos cuya figura aflora

En forma de palabra que la voz explicita.

 

Los esquemas mentales que la frase concita

Almacenan, crisoles, la esencia seductora

Que palpita en las cosas, del ocaso a la aurora,

Y dialoga, constante, con la mente y la incita

 

A nuevas experiencias con lo que son las cosas,

Al son de otras palabras, memorial de vivencias,

Que siendo formas puras, de arquetipos las glosas

 

Del vergel de la vida, condensan experiencias,

Espiriformes perlas, estrellas luminosas

Que iluminan la mente, tejedora de esencias.

.

La Alcayna, 5.03.06-24.03.06.

 
 LII

 

 AMANECER

 

CUANDO amanece el día, somos nosotros quienes

Con el día amanecemos, al ritmo de la Tierra,

En su rotación propia, que se encarga de darnos

La luz por las mañanas, que nos quita de noche.

 

No hay madre más solícita que la constante Tierra,

Que en torno al Sol da vueltas, dándose volteretas,

Para que sus terrícolas tengan solar sustento

Y gocen de energía, necesario alimento.

La Alcayna, 5.03.06.

 

 

LIII

 

CONTRADESESPERANZA

 

NO es normal tu vanagloria:

Si estás sano, si lo gozas,

Si progresas y lo bordas,

La fragancia de tus obras

¿Qué más tiene que las rosas?

 

No vale desesperanza

Si piensas en lo que has sido:

Quien te puso todo en marcha

Ha de seguir ya contigo.

Campello, 4.03.06.

 

LIV

 

MÁS ALLÁ DE LA ACEDÍA, LA NÁUSEA, LA DESGANA, LA TRISTEZA,

LA DESESPERANZA Y EL DESÁNIMO

 

EL gozo del aire puro,

Como el placer de un manjar,

No está en nosotros tan sólo,

No podemos descartar

El papel de los dos polos,

Que los dos en uno dan,

El que estuvo allí primero

Y el que a lo postrero va.

 

Al saludar a la vida

Hay que echarle más salero,

Cuando con ella topamos

No vale ningún canguelo.

Huelgan las desesperanzas

En quien la vida ha vivido:

Que el árbol frutal es árbol

Por el fruto producido.

Campello, 4.03.06.

 

 

LV

 

 CONFIANZA EN LA VIDA

 

ESTAMOS vivos, pero apenas somos

En un espacio y tiempo por la vida otorgados,

Respetemos la vida que todos disfrutamos,

Saludemos el brote que en nosotros se ha dado;

 

Lo que la vida aporta, desde sus elementos

A las constantes cósmicas de ritmo tan certero.

Desde cuando nacemos, de la vida gozamos:

Todo es vital apoyo del vivir placentero.

Campello, 4.03.06.

 

LVI

 

 EL DON DE LA VIDA

(Leyendo a F.Brines)

 

Mi vida se fue conmigo,

Nunca se quedó sin mí:

Como me fue bien con ella,

La seguiré hasta morir.

 

Del camino que seguí

Nunca tuve itinerario.

El caminar de mi vida

Tiene un punto necesario:

 

Mi decisión de seguir

Paso a paso mi camino,

Contemplando que la vida

Tiene al azar por destino.

 

Y en cada cara del Dado

Infinito del vivir

Se perfila otra jugada,

Mientras me acompaña a mí.

 

Somos la azarosa faz

Del Gran Dado de la Vida

Que armoniza sus mil caras

En cuantos brotes anida.

 

Con la Vida vine al Mundo,

Con ella estoy hoy aquí,

Como me fue bien con ella,

Iré con ella hasta el fin.

Campello- La Alcayna, 5.03.06.


LVII

 

VIVIR ES UNA HERIDA POR DONDE DIOS SE ESCAPA

(Lectura de José Luis Hidalgo con la vista puesta en Paul Valéry)

 

Y, no obstante, quien vive la secreta mudanza

En Dios prosigue y funde, dejando en Dios su traza:

Que el perfume que brota del cuerpo de las rosas

No es sino el aliento que a la flor reconforta

Mientras mantiene vivo el color de sus hojas

En la espiral sin fin que da a la Vida aroma.

La vida es sin porqué cual sin porqué es la rosa.

¿La vida no da saltos...?

 No hace más que saltar.

No huye Dios del vivir; su temblor es vital:

Como aire de la llama la masa se mantiene.

La energía rebota de masa en masa y flota

Cual llama necesaria del vivir permanente.

La Alcayna, 15.03.06-22.03.06.

 

LVIII

 

 

LAS PALABRAS, COMO LOS CUADROS, NO SON LAS COSAS

(A Ramón Trujillo)

 

LA palabra es el cuadro cuyos lejos

Configuran y no tocan las cosas,

En íntimo contacto con el hombre,

 

Al sí y al no en dubitación constante,

Infatigable pintor de palabras

En el envés de su yo insobornable:

 

Siervo fiel al clinamen que le lleva

A un zigzag de pasos titubeantes

En afán de tensar el curvilíneo

 

Y espiriforme caminar del cosmos

Por cuya joroba se desliza una y

Mil veces el dado de las palabras.

La Alcayna, 24.03.06.

 

 

LIX

 

 ANOCHECER

 

El Sol se nos oculta, a espaldas de la Tierra,

Que se ocupa, solícita, de dar pausa al trabajo

Que activa la energía que el Sol da por el día

En un temblor constante que impulsa al seguimiento

De otros esfuerzos nuevos que animan todo intento,

Sometido al zigzag de la pura energía

Que anima la vigilia y sostiene el descanso

Que la puesta del Sol propicia sin desmayo

Y somete al viviente a tranquilo remanso,

Reparador momento que la noche nos trae

Al caer de las luces en su silencio opaco.

La Alcayna, 16.03.06.

 

 

LX

 

A LA ESCRITURA DE PASCUAL FOLLANA RAMÓN

 

PALABRA-asombro, pulso de vida recidivo,

Destello ilusionante de osado fuego inédito:

La palabra en tus versos su vigor recupera,

Germen de sementera que busca otro sustento

Y se hace voz amiga, eco de los adentros

Que gritan en nuestra alma, y se oyen en tus versos.

 

Gracias por tu poesía, tan sugestiva y bella.

La Alcayna, 12.XI.06

 

 

 

 

 

 

 

ÍNDICE

 

 

0. A MI “LIRA”

I. TODO

II. CORTESÍA (O EL MUNDO AL REVÉS)

III. DOLOR Y ESPERANZA

IV. A LA UNIVERSIDAD DE MURCIA, DONDE APRENDÍ A HACER PREGUNTAS

V. A ELLA

VI. TRÍPTICO DE LA CIEGUECITA

VI.1. LA VERDAD VIVE DE ENTRAÑAS Y DE SANGRE

VI.2. ¡PIERDAN TUS OJOS LA VISTA, NO EL TACTO!

VI.3. A UNOS OJOS QUE NO VEN, PERO SIENTEN

VII. POESÍA, NAVIDAD Y EPIFANÍA

VIII. QUI IN STADIUM CURRIT DEBET ENITI UT UINCAT

IX. A LOMOS DE LA VIDA

X. SECUNDANDO EL CAMINAR DE LA VIDA

XI. MÁS ALLÁ DEL AZAR ESTÁ EL DESTINO

XII. EL DON DE VIDA IMPULSA EL SEGUIMIENTO

XIII. LO ENCIMERO NO ANULA LO PROFUNDO

XIV. NAVIDAD, PATRIMONIO COMPARTIDO

XV. LOS TEMPLOS CANTAN LA NATURALEZA

XVI. DEL SENTIMIENTO A LA VERDAD DE VIDA

XVII. APETITO ESTÉTICO DE VIVIR

XVIII. LA UTOPÍA DE LAS PALABRAS

XIX. CAMBIAR, MUTAR, ES VIVIR

XX. EL PENSAR PARADÓJICO

XXI. INEXHAUSTIBLE AMISTAD

XXII. PATRIA BELLA

XXIII. NUESTRO VIVIR, NECESARIO ESCAÑO

XXIV. TIEMPO AL TIEMPO

XXV. DIOS NO ACABARÁ DE EXISTIR DEL TODO

XXVI. SENTIDO RELIGIOSO

XXVII. SOCIALISMO UTÓPICO

XXVIII. COSTUMBRE

XXIX. SUUM CUIQUE

XXX. MEJOR, SEGUIR

XXXI. DIÁLOGO

XXXII. UNA MUJER TENÍA UN CÁNCER7

XXXIII. CONVERSAR

XXXIV. EL INCESANTE PULSO DE LA VID

XXXV. POESÍA

XXXVI. USUFRUCTUARIOS

XXXVII. ANTROPOMORFIZACIÓN EXORBITADA

XXXVIII. ARMONÍA CÓSMICA

XXXIX. AZAR CIEGO

XL. CUANDO VIVÍAMOS TODOS JUNTOS

XLI. «HACER EL BIEN NI AUN EN SUEÑOS SE PIERDE»

XLII. VIDA

XLIII. NUBES

XLIV. TIMBALES

XLV. CORAZÓN

XLVI. QUIEN NACIÓ REY NO PUEDE SER ESCLAVO DE NADIE

XLVII. VOCACIÓN DE LA PALABRA POÉTICA

XLVIII. NORIA DE LAS REFLEXIONES VERSALES

XLIX. «QUE POR UN LADITO NO SE VE EL TODO DE LO QUE SE MIRA»

L. «LLANEZA, MUCHACHO; NO TE ENCUMBRES»

LI. VERDAD

LII. AMANECER.

LIII. CONTRADESESPERANZA

LIV. MÁS ALLÁ DE LA ACEDÍA, LA NÁUSEA, LA DESGANA, LA TRISTEZA, LA DESESPERANZA Y EL DESÁNIMO

LV. CONFIANZA EN LA VIDA

LVI. EL DON DE LA VIDA

LVII. VIVIR ES UNA HERIDA POR DONDE DIOS SE ESCAPA.

LVIII. LAS PALABRAS, COMO LOS CUADROS, NO SON LAS COSAS.

LIX. ANOCHECER.

LX. A LA ESCRITURA DE PASCUAL FOLLANA RAMÓN

 

 

 

EPÍLOGO ANAFÓRICO

 

Juan Pedro Gómez

Abril, 2006

 

La auténtica religiosidad va contra los hábitos, contra el rito huero y la vana repetición. La religiosidad es devocionaria, admirativa, respetuosa y venerable; conlleva recogimiento con uno mismo, para derramarse después, de forma centrífuga y desbordante, en todos los semejantes. La augusta disponibilidad, la ecce ancilla domini cristiana o la alegría servicial de Rabindranath Tagore, es consecuencia inevitable, resultado transcendente que supera los muros de los templos, las tapias protocolarias, los baluartes oscurantistas, los valladares dogmáticos. La auténtica religiosidad es social, armonizadora de caras, sentimientos y pulsiones, amorosa de la vida, confiada y gozosa.

 

Nos dice Zhuangzi:

 

su nombre es Tao. El vacío, la quietud, el despego, la insipidez, el silencio, el no actuar, son el nivel del equilibrio del universo, la perfección de la vía y de la virtud. Por ello, el soberano y el santo permanecen siempre en reposo. Este reposo conduce al vacío, el vacío que es plenitud, la plenitud que es totalidad. Este vacío confiere al alma una disponibilidad que hace que toda acción cumplida sea eficaz.

 

Pero la abstracción necesita de una cierta corporeidad para ser asumible, se hace necesaria una plasmación relativamente sensitiva y ha sido en el seno de las culturas medio orientales en donde la serenidad, la mansedumbre y la expectativa despojada de toda vanidad, se han diseñado como joyas exquisitas y cualidades distinguidas, las condiciones más cantadas por sentencias, aforismos y máximas, siendo éste el caso de los Salmos, del Eclesiástico y del Eclesiastés. Y todo ello inscrito en un ambiente propicio, en un marco especialmente adecuado para la reflexión y la degustación del equilibrio. Por eso, aquel beatus ille de Horacio, que lanza su prédica con apóstrofe amable y lleno de sabiduría, se aúna también a una delicada Arcadia feliz, a un hortus amoenus, que se deleita en su puesta en escena para centrar la atención en la metáfora de sus más idílicos atractivos.

 

Aquí y ahora, bajo el auspicio icónico de Klee y el sabio pragmatismo de Dijon, la lira de Trives afina en estos textos poéticos sus cuerdas, y lo hace al mismo tiempo que entona con la comprometida emoción del rey David, con el sentimiento dolorido de Garcilaso y el lirismo viril y al mismo tiempo ilusionado de Gustavo Adolfo Bécquer, deseando siempre la mostración de lo invisible, la justeza de la valoración, la proporción de lo sentido, la armónica disposición de los contrarios. Y desde aquellos años promocionales del 59 al 64, como lanzadera de vida y esperanza, hasta el año 2006 del nuevo siglo XXI, la poética de Trives se perfila, se diseña y corporiza, investida de una intensa y auténtica religiosidad.

 

Estanislao Ramón Trives no es un poeta supracarnal, ni un docto curricular ni un erudito al uso, se trata de un hombre de carne y hueso, de un ser humano comprometido con su humanidad, atado a la falacia de sus inocentes mentiras, oropel suave que deja intacta la inmensa verdad divina. Trives llora, se alegra, goza y espera expectante la emoción que le haga sentir en plenitud. Y pasado el mezzo del cammin della vita, inmerso en gratitud y reconocimiento, constata en su quehacer cotidiano la enjundia de la vida y del pensamiento, el don de la sapiencia, la quale unisce le altissime idee, corrisponde alla carità, la quale unisce altamente gli spiriti. Sapiencia máxima, ajena al conocimiento propio, que se escapa a toda aprehensión intelectual y que sólo se manifiesta cautiva en la disposición amable, en la pregunta modesta, en la unión indivisible que, más allá del control propio, inundada de emociones y sentidos, se engrandece, se transforma y multiplica en realidades milagrosas, convirtiéndose, al margen de proyectos y querencias, en un inmediato hijo Daniel o en un más lejano nieto Luis.

 

La sabiduría de Trives, pues Trives es un “sabio que hace poesía”, radica en su humilde comprensión del entorno, en su adecuada corresponsabilidad con el abstracto de la vida, en su disposición social, abierta y nítida. Porque admite de principio el don y así lo escribe con pericia:

 

Don gozoso y solidario es la vida,

Que en la interlocución se fundamenta

Y para ser, precisa de los otros,

Y en ellos y para ellos es la misma:

Que no es lo uno sin el choque con lo otro.

 

 

Y es que la vida supera la acción los seres vivos de los que se vale, va más allá de la intervención individual y somete de derecho al dominio, a la autoridad y a la prepotencia. La diversificación resta arrogancia y codicia para otorgar a todos un sano y vigoroso protagonismo en el gran teatro del mundo.

 

La grandeza de la vital faena

Consiste en dar protagonismo a todos

[.]

La soberanía es prerrogativa

Esencial de la vida en su conjunto

Del que todos somos parte integrante:

Nos sabemos autónomos y libres;

Dejar de respirar en rebeldía

Y seguir vivo, a nadie nos es dado.

 

 

La religiosidad que se manifiesta en hechos reales es exigentemente social. No existe armonía interna que no esté en perfecta adecuación con la externa. Así, la ambición o el ansia de poder, anuladores de la comprensión, de la condescendencia y de la compasión, requieren deseo, aspiración, succión y absorción, mientras que la auténtica religiosidad se manifiesta del interior hacia afuera, indulgente, participativa y compasiva. Y, es evidente que en el extremo ejemplificador de las religiones oficiales, el religioso auténtico, aunque quede en entredicho, aunque quede degradado y olvidado, no sólo no se extingue sino que reverdece como paradigma. Un santo desplazado, como Camoirán, personaje marginado en y por la Vetusta de Clarín, es la manifestación patente de la resistencia contra las intrigas, las complacencias y las ambiciones: un canto al hombre íntegro y humilde que sabe conocerse y reconocerse en los demás.

Echazón de la vida, inexperto jinete de los diarios e inesperados senderos, el ser humano monta a la vida que lo vive, conduce con impericia su trote ligero y tira de las bridas sin saber muy bien qué camino tomar. En el soneto A lomos de la vida, el autor pide al jinete que secunde al corcel y lo responsabiliza de la pervivencia del yo en el derrotero. Jorge Manrique y Calderón se dan aquí la mano para sacralizar la memoria, para dotar de reconocimiento ejemplarizante a la pervivencia de la excelencia, y para, admitiendo la realidad de un azar aleatorio, otorgar sentido al destino controlado. Muy ligado a este poema está el denominado Más allá del azar está el destino, que aporta consistencia teórica y reflexiva a la metáfora del primero. Pero, en todo caso, es en sus versos finales en donde se encierra el más rentable consejo, la sabrosa afirmación cargada de sapiencia religiosa:

 

El sabor o sinsabor de la vida

Dependen del sentido que les demos

A nuestras decisiones más sentidas.

 

Como semantólogo profesional, mucho sabe el profesor Trives de significados y sentidos, pero no es en la lingüística académica sino en su experiencia de la vida donde se vuelca el Trives poeta para recuperar los sentidos. Y es a través de las decisiones más sentidas, importantes, valoradas, comprometidas y sinceras, que el auténtico experimentador de la vida adquiere una sabiduría alimentada en la armónica disposición de prudencia y juicio. Porque, como recuerda Gracián, es gran arte saber lograr todo lo bueno. “Y pues le hizo la Naturaleza al hombre un compendio de todo lo natural, por su eminencia hágale el arte un universo por ejercicio y cultura del gusto y del entendimiento”. Sí; entienda el hombre de elección y sepa otorgar sentido a cada uno de sus actos. Con la edad y la experiencia se suele sazonar del todo la razón y se llega a un juicio templado al mismo tiempo que se abomina del capricho necio. Saber renegar de la ruindad y necedad, prevenir la imprudencia y afectación, darle su punto a las cosas, favorece la alteza de ánimo, que es requisito esencial para tomar decisiones con magnanimidad y generosidad. Que, como promulga Madame de Sablé, “Il n’y a rien qui n’ait quelque perfection. C’est le bonheur du bon goût de la trouver en chaque chose”. Así se podrá aspirar, con Lucrecio, a salir de esta vida como sale de un banquete el convidado satisfecho.

 

Secundar el caminar de la vida, su devenir impredecible e inevitable, es una muestra de compromiso vital al mismo tiempo que de sabio y armónico acomodo.

 

Se piensa en voz sonora cuando se habla.

Se habla en voz baja cuando se comprende.

A nadie extraña y a nadie sorprende

Cuando con otro el diálogo se entabla.

 

El humano y utópico caminar ”virtual” se le llamaría hoy adquiere sentido con la modulación del entendimiento, que ubica y armoniza, en consonancia comprensiva con el otro. El rapport se vitaliza en el amor y en la conversación. En ésta se reconoce al discreto y él mismo se enriquece en lo sustancial, ya sea por propio descubrimiento o por comprensión de lo ajeno. No se puede hablar en voz baja y comprender en el barullo ni en el escándalo ni en el tumulto, que el ruido engendra ruido, y sólo ruido hay en una mente llena de ruido. El silencio es necesario al pensamiento, a la reflexión, al estudio y a la oración. Dichoso aquel que puede retirarse, sea a la finca de La Flecha o a La Alcayna, pero siempre es necesario un retiro en cualquier clase de introspección; un retiro físico-psíquico, un aislarse consigo mismo en consonancia con la naturaleza mater y nutricia.

 

El pensamiento sereno, lejos del mundanal ruido, y el diálogo en voz baja con uno mismo, son condiciones previas al arte de la relación compartida. Curiosamente, la oración, que es plegaria y es lenguaje, es también religiosa pieza de comunicación personal y de transcendencia. Con el verso de Machado, quien habla solo espera hablar a Dios un día, se reconoce la noble práctica del soliloquio, una práctica que adquiere su máxima representación en la oración, ese cántico hecho de alabanza gratuita, de petición solícita, de reconocido agradecimiento o de místico reverbero en el templo de la vida. Se trata de la oración sin rótulo ni mantra, la oración limpia a la que hace referencia Gandhi al reconocerse humildemente hombre que no es de ciencias ni es de letras sino sólo hombre de oración. Esa oración tan necesaria que, confiesa Gandhi, sin ella hace tiempo que hubiera perdido la cabeza y la paz del alma, porque se puede vivir un tiempo sin comer ni beber, pero no sin orar. Es la oración, como sagrada alianza, una experiencia que no tiene equivalente en nada y en ningún otro lugar.

 

No cabe duda que, para Trives, los templos de mármol, los de oro, plata y malaquita, embellecidos por el arte de la mano sabia y enaltecidos sin reparo por la liturgia, no pueden competir con esos otros templos que la naturaleza pone a disposición de los humanos.

 

Pero el Sol que brilla, cuando amanece,

Trae un acopio de formas tan hermosas,

Que, de sagrado, la lengua enmudece.

 

Y en el templo de la vida, el hombre aprende del ensayo, del error, del nacer y del morir, y, aunque tembloroso, libre y espontáneo, su quehacer está ritmado desde lo más profundo. Para este sabio poeta,

 

La vida es, y nosotros no. Duramos en ella,

Por ella y para ella sólo la vida perdura

 

Vida y programa, templo y rito, hermanamiento para siempre en el vértigo de las estrellas y una chispa de divinidad impenetrable aleada al destino de la humana arquitectura:

 

Hay un punto en la insondable energía divina

Que brilla con destellos de la humana familia.

 

Mientras tanto, el sustento de la vida alimenta la naturaleza humana, con un ánimo placentero, de forma simple, recurrente e incansable, como canta en su Apetito estético del vivir. Tal vez el darle tiempo al tiempo sea la única llave que pueda liberar los lastres permanentes de la maraña vital. Un tiempo circular, una llave periódica en la que todas las posibilidades concurran. Lugar habrá en ese tiempo para el juego dialéctico, para el destierro del mal físico, pero será el logro supremo la exclusión de la pobreza, pues nada justifica su presencia pertinaz en la maraña: Obviemos la pobreza como si peste fuera, nos dice Trives, lamentemos el consuelo del rico en la abundancia de sus bienes y sean “bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es el reino de los cielos”.

 

En modo alguno podríamos tachar de laxo el concepto de religiosidad que se manifiesta en la poética de Trives que, superando el indefinido atractivo del misterio, la magia de la pulsión hacia lo absoluto, y sin renunciar al planteamiento ilustrado que reconoce un deísmo basado en la bondad innata de las personas, sacraliza el concepto de energía participativa y su equilibrado reparto. Porque es natural en el autor, como en todo bien nacido, el reconocimiento nada relativista del bien y del mal. Zoroastro, en los Gatha, ya quería la reforma de la religión tradicional para devolverle su pureza primitiva, de forma que el dualismo representado por Ormuz y Ahrimán no era otra cosa que una sabia subversión, un salto a los orígenes, que permitía el desbroce y el reconocimiento del sentir transcendente, ajeno a cualquier impostura, marcado en la conciencia humana.

 

La admisión patrimonial del sentimiento religioso, personal, intransferible y único, no es contraria a la reflexión intelectual ni ésta es opuesta a la religión positiva:

 

Religión positiva e ilustrado sentido

Transcendente no encajan con guerra sin cuartel:

Es una sinrazón, y nunca es guerra fiel

Al fondo insobornable de todo bien nacido.

 

Cuestión que no puede ser de otra manera en el sentir del poeta que, como Georges Bataille, entiende la religiosidad auténtica como algo inherente al ser humano, un referente de intimidad profunda que poco tiene que ver con la institución de la religión. La espiritualidad es fruto de una experiencia religiosa, un estado de conciencia que nos remite al origen, a ese origen prístino que nos marca con la impronta igualitaria y nos recuerda que nadie puede ser excluido del desarrollo y del bienestar social.

 

En sociedad sufre y se alegra el individuo. Hogar, familia, barrio, ciudad o nación, congregan, acogen, amparan y favorecen, con perfiles más o menos difusos, pero en todo caso reales, a sus integrantes naturales, a sus asimilados y afiliados, atravesándolos con el hálito diferencial de la comunidad, sea éste fruto de la camaradería, de la hermandad, de la afinidad, del entendimiento o del parentesco.

 

Lo social penetra en el ser humano

Con carácter previo a la ideología

 

Y esta socialización, configurada utópica, en el poema Socialismo utópico, enhebra individuos y destinos, lanzándolos a la diana inalcanzable mucho antes de que el pensamiento libre y vago devenga en ideología sumisa o cautiva. En el poema Una mujer tenía un cáncer, que supone la materialización de una carnalidad matricial y nacional, se pasa de lo concreto a lo abstracto de la experiencia al concepto, con el cierre de un eneasílabo integrador, fruto de socialización perfecta:

 

Hay una ventana segura

Que da al verdadero universo

De integrada Nación futura:

Salvar lo uno en lo diverso.

 

A fin de cuentas, la actualización del uno en los demás produce un alejamiento de la soledad absoluta, de esa triste e inevitable soledad a la que se ve abocado quien conscientemente se aparta del fluir colectivo de la vida. El templo vital, jardín de la naturaleza humana, acoge los brotes de todas las existencias individuales y a todas transciende por igual. Y es que Trives siente, sin ningún tipo de reparo, la autenticidad de la fuente originaria, que siendo para él real certidumbre y evidencia incuestionable, es percibida por algunos como ficción inexistente.

 

Quien presume de su incredulidad,

Y atribuye su ser al puro azar,

Sin dar pábulo alguno al pensamiento

Que postula un origen más vivo que quien vive,

Incurre en la abducción del flujo de la nada.

 

Que el chorro que discurre no sepa de su fuente,

No impide que en un punto, equidistante de ambos,

La conclusión se abduzca del rol de la energía,

Que cimente el origen de la masa energética

Que por doquier alienta, y todo lo transciende.

 

Energético, orteguiano y valiente, el sabio poeta sabe que es factible cualquier mitología, y es consciente de que en el interior de cada persona está la fuente inagotable del bien, esa fuente que requiere para ser encontrada el esfuerzo permanente del que habla Marco Aurelio. La fuente mana con espléndida generosidad, haciendo al ser humano usufructuario en lo privado, en el seno íntimo de la conciencia, y beneficiario en lo natural y en lo social, al amparo de esa mano amiga que nos echa la naturaleza.

 

Pero, una vez percibido el sentido de la fuente y abandonado a su discurrir, es en la conducción del corcel y en el compartir con el otro en donde pierde aristas la soledad del jinete y en donde la entrega inmotivada se convierte en sagrada inmolación. Por ello, en el estar contigo, en el diálogo y en la conversación, es donde se persigue el logro del saber utópico, meta ritual de la convivencia que tantas veces fracasa en el humillante desprecio de lo no entendido, en la torpeza de cualquier tipo de soberbia, en la obstinación de la ignorancia más recalcitrante.

 

Es cierto que hay poetas de muchas clases, como artistas, pensadores y funcionarios, y la diversidad, ya sea personal o tipológica, no tiene por qué poner en entredicho la valía de cada uno de estos especímenes ni de su clase correspondiente. Hay quien defiende su simplicidad poética, su directa y cotidiana referencia, quien justifica la compleja arquitectura de sus obras, y quien, como en el caso que nos ocupa, ni defiende ni justifica su técnica, pues ésta es sólo un soporte circunstancial de una exigencia surgida desde dentro. Para Trives, la poesía es

 

Es un hecho que surge y que se impone,

A veces en directo, y otras a empujones.

Como el Sol que atraviesa nubarrones,

Oculta el misterio de cuanto expone.

 

Siente Trives el lastre de sus palabras al mismo tiempo que las respeta y valora. Las palabras son instrumentos de relación, vivos eslabones del diálogo, son “flechas que siempre apuntan y que dejan de serlo sólo al llegar para ser otra cosa”. Vate es el poeta en su predicación aventajada, juglar del pasado y profeta del porvenir, sacerdote que transforma en mágica sustancia el latido oculto de la naturaleza. Aunque reconocerá en el poema Que por un ladito no se ve todo lo que se mira la limitación de la palabra, que “la palabra no muestra aunque ilumina”, también nos dirá que de las palabras surgen nuevas palabras, que las palabras son morada de convivencia, patrimonio del bien común y archivo de la experiencia. En definitiva son para el poeta las palabras no sólo instrumento de su limitado ejercicio, de su ardor y sudor inmediato, sino soportes sagrados del mútuo intercambio, reflejos lejanos de arcanos deseos, memorial impreciso de privadas vivencias.

 

También la religiosidad, núcleo transcientífico de las cosas, se aleja por ciencia y por buen sentido del fárrago engañoso, de la mixtificación y de la supersticiosa o crédula herencia.

 

Cuando la ciencia cesa sin acabar la cosa,

El núcleo trascientífico pide lo religioso,

Que conviene podar de rasgos engañosos.

 

Es la autoexigencia un complemento necesario, satisfactorio y al mismo tiempo huidizo, que incide una y otra vez en ese referente, santificado de manera continua por la poética de Trives, que es la armonía. Afán religioso y afán científico se esperan mutuamente a lo largo de la vía, en los márgenes del camino, como esperanzada fuente que alimenta a su contrario en las fallas de equilibrio. Es la hambruna de sentido lo que motiva la cacería indiscriminada de orden, constancia y armonía, siendo la viva Energía, “que en todos se condensa y en ninguno se agota”, el todo inaprensible que una contingencia pura armoniza con las consciencias individuales. Estamos aquí con Wagensberg al plantear que no es posible confusión alguna entre azares de tan distinto calibre: un azar epistemológico que se resuelve en contingencia, error, ruido e ignorancia y un azar ontológico hecho de contingencia pura, de intuición e inconmensurabilidad.

 

Y a vueltas con el bien, no es extraño que Trives haga referencia a Miguel de Unamuno en su poema Hacer el bien ni en sueños se pierde, cuando dice que la bonhomía es el modo de existir más oportuno del nacido, lo que debe llevar a tratar a todos cual se trata uno. Que, “aunque la vida sea un sueño”, en Calderón caemos al pensar que ni en sueños podemos dejar que nos avasalle la coacción perversa. Concluye el último terceto diciendo que en nuestro navegar por la vida no podemos echar el freno a la bondad. Y aquí se redondea la importancia, por una parte, y lo inevitable, por otra, de este antónimo elemento provocador de chanzas, generador de envidias, valiente otorgador de armonías incomprendidas. Si, como dice Nietzsche, la verdad surge entre dos, es también entre dos, mínimo símbolo del social sentido, cómo el bien adquiere su valor real.

 

La ocultación de la espina en la rosa no justifica ingenua postura, pues no hay bien que por antonimia no disponga de mal en la otra orilla, ni alegría sin acedía, ni bienestar sin dolor, ni felicidad sin tristeza. Es normal la correspondencia de la oferta natural que fuerza al mantenimiento de tensiones por lograr preponderancias. Y así, por motivos circunstanciales, sobreimpuestos a los planteamientos éticos, se disponen caminos distintos, se inician marchas complicadas y se emprenden aventuras de dudosos resultados, porque la curiosidad, la aventura y el desafío son atractores aleatorios de la humana condición.

 

Huelgan las desesperanzas

En quien la vida ha vivido:

Que el árbol frutal es árbol

Por el fruto producido.

 

Sin duda ni desazón, Angelus Silesius corrobora que “la rosa sin porqué florece porque florece”, y Trives, en Vivir es una herida por donde Dios se escapa, nos dice que “la vida es sin porqué cual sin porqué es la rosa”. Y quien vive deja en Dios su traza, pues Dios tiembla en la vida, sin huir de la vida y viviendo en el viviente. No importa tanto aquí el desafío a una aquilatada reflexión científica cuanto el sentir de la palabra que se revuelve una otra vez para repetirse atractiva en ese “vivir es una herida por donde Dios se escapa”. Reconocimiento, fatiga, aceptación de transido, fatiga de amor, agobio de energía sublimada.

 

Así, la batalla personal de Estanislao Ramón Trives, respetuosa con templos, capillas y oratorios, es batalla de armonías, de esperanzas y de serenas asunciones. El ascenso y la exaltación es parte del concierto que, con bombo y platillo, se desarrolla. Como canta en el poema Timbales, la existencia da cabida a la más minúscula o extraña de las representaciones:

 

Si simetría es refugio

De armonía fracasada,

Hay que mantener el timbre

Del más modesto artilugio.

 

El ruido de lo exaltado, por propia constitución o por frenesí momentáneo, es parte inevitable del triunfal concierto. Y en la audición creída, aceptada y positivamente valorada, radica la médula del concepto. Se trata obviamente de concierto, no de desconcierto, confusión o enredo.

 

Con tildes confucionistas, esencias taoístas y aromas de zen, la aceptación inteligente de los dones y de los inesperados saltos de un destino inescrutable, se van trabando en las palabras del poeta; expresiones que revelan y conducen, a pesar de la humana limitación, a una textura de acordes en la que el hombre ejecuta con la estimación del sentido.

 

En el Zhongyong, o Libro del justo medio, se puede leer: “Sólo el hombre perfectamente acorde consigo mismo, perfectamente sincero, puede llegar al cabo de su naturaleza. y llegar al cabo de la naturaleza de los seres y de las cosas es unirse de tercero a la acción creadora y transformadora del cielo y de la tierra”.

 

La religiosidad de Trives, puesta en las virtudes de los cielos y las tierras, en la totalidad del hombre y del universo, en la solidaridad y fraternidad continuas, siendo en verdad una sola cosa, se expande y justifica hasta ese anochecer reparador que acoge amorosamente a las sombras, porque “sine religione vitae, vita est quasi mortis imago”.

 

 

 

 

AGRADECIMIENTO

 

Agradezco una vez más al generoso, entusiasta y emprendedor Director de Tonos Digital, José María Jiménez Cano, la acogida que otorga a estas demasiado frágiles criaturas que buscan realizarse en el diálogo permanente de doctos e indoctos, creyentes y no creyentes, teístas y agnósticos, religiosos y no religiosos, humanos todos con los que estas palabras mías quieren hablar de tú a tú, más allá de coercimiento canónico estético ni monopensante de ningún tipo, y más acá del dictado del pensamiento en libertad, que vive de sus propias inquietudes, en estado de búsqueda permanente, insobornable e insobornante.

 

No lo excluyen, pero no van dirigidas a los críticos de oficio, sino a cualquier interesado en conocer y en gozar del pensamiento, que entiendo siempre vivo, siempre por hacer, en necesaria homeóstasis, no necesariamente heterodoxo, pero siempre paradójico, en plena creatividad, en plena búsqueda. Son más producto de la duda, que del saber concluso. Respetan la ciencia, pero no la sacralizan. Respetan la religión, pero tampoco la magnifican. Sienten debilidad por la religión humanista, la religión de la humanidad, pero por encima de todo entronizan la VIDA, la que sentimos cada uno y la que nos envuelve, y eso sin carné de afiliación o de asociación, pues que a todos nos pertenece y a todos nos integra por la derecha y por la izquierda, habiendo nacido íntegros. Admiten los partidos, pero no el partidismo cainita. Están por el pensamiento, y desconfían del que falaz se autoproclama, sin fundamento alguno, de derechas o de izquierdas, progresista o conservador, pues si se está por el pensamiento, no puede ser imposible el diálogo leal entre partidos que se dicen representativos o democráticos.

 

Gracias a Juan Pedro Gómez Sánchez por su espléndido prólogo (epílogo anafórico en esta edición electrónica), más allá de los entusiasmos verbales que desde su amistad me dedica. Convendrán conmigo en que estas crónicas versales son del Prólogo, y no el Prólogo de las crónicas versales. Gracias. Quiero manifestar aquí mi gratitud a Manuel Martínez Arnaldos, a Jean-Claude Chevalier, a Marie-France Delport, a Maria Luisa Broseta, a Georg Bossong, a Ramón Trujillo, a Marcial Morera, a Josefina Correa, mi mujer, a mis hijas y a mis hermanos. Por ellos no he querido que se queden sin voz en el baúl de los olvidos.

 

Por eso, gracias nuevamente a Tonos Digital, por su hospitalaria acogida a estas particulares crónicas versales, y gracias a quienes piensen, distinta e indistintamente, y, tal vez, sientan con ellas.