REVISTA ELECTRÓNICA DE ESTUDIOS FILOLÓGICOS


Globalia, Jean-Christophe Rufin

(Barcelona, Círculo de Lectores, 2005)

 

 

         Fraiseur se había empeñado en honrar a su anfitrión haciéndolo compartir el ron en cubitos que aún contenía la mochila de Baikal. La conversación cayó poco a poco en una dulce embriaguez. Baikal ya no intentaba penetrar en el sentido de las palabras. Contemplaba sus colores y formas como si fueran objetos curiosos. También en esto se apreciaba una gran diferencia con Globalia, y el anglobal neutro y empobrecido que se hablaba allí había eliminado todas las demás sonoridades. En las no zonas, por el contrario, coexistían un número increíblemente variado de lenguas. Cada tribu tenía la suya, y, a veces, varias. Mantenerlas vivas era una de las funciones del señor. Más avanzada la noche, cuando, bajo los efectos de la bebida, Fraiseur se tornó menos locuaz y, por así decirlo, casi embotado, el señor amplió la conversación y la extendió al círculo de sus súbditos. Baikal notó claramente la existencia de dos lenguas diferentes en sus frases. Tras comentarlo con Fraiseur, éste tuvo tiempo de decirle que la tribu en que estaban cultivaba el guaraní y una variante del kurdo. Luego lo rindió el sueño, y Baikal aprovechó a su vez para irse a acostar.

(pp. 196-197)