Un espacio patrimonial

Los avatares históricos del cerro del Molinete en cierto modo han sido un reflejo de la evolución de la arqueología de Cartagena: indiferencia y olvido, desprecio y admiración, censura y elogio, son algunas de las situaciones enfrentadas que durante siglos han distinguido este escenario.

1

A finales del siglo XIX, después de un período de letargo y de quebranto bélico, y al amparo de una actividad minera rediviva, la ciudad cobró ímpetus pretéritos que se tradujeron en una vasta metamorfosis urbana. Hasta poco después de mediados del siglo XX y bajo los auspicios de flamantes programas urbanos, Cartagena vivió un intenso y prolongado debate colectivo sobre el aprovechamiento del cerro del Molinete, espacio pícaro en el corazón del casco antiguo. De manera periódica se meditó la conveniencia de su demolición y arrasamiento para conectar la ciudad con el nuevo proyecto de Ensanche o la ejecución de pretenciosos planes para su reurbanización. Anteproyectos que no fraguaron y donde en ningún caso el patrimonio arqueológico tuvo cabida.

4

Fue sólo a partir de la década de los años sesenta, tras las primeras demoliciones de viviendas del cerro, cuando se afianzaron las bases del futuro del Molinete ya como un claro referente de la arqueología de Cartagena. Entre los años 1977 y 1978, la ciudad fue testigo entonces de las primeras actuaciones arqueológicas realizadas a gran escala en Cartagena.

2

La conciencia popular e institucional, se fue impregnando de una creciente sensibilidad por nuestro fecundo legado histórico, de donde nacieron las primeras disposiciones de protección arqueológica en la normativa urbana. De manera que ya a comienzos del nuevo siglo XXI, en los nuevos planes urbanísticos sobre el Molinete se fue priorizando la intervención arqueológica. Así desde casi dos décadas, este espacio ha sido objeto de una incesante actividad investigadora, al tiempo que se ha ido avanzando tanto en una meritoria recuperación de sus valores patrimoniales como en una eficaz gestión para su musealización.

(Miguel Martín Camino)