Primeros auxilios y tratamiento de lesiones

Son numerosas las causas que predisponen a posibles lesiones y accidentes en el ámbito de la actividad física. Conocerlas permitirá adelantarse a ellas y adoptar medidas preventivas. Latorre y Herrador (2003) indican una serie de factores de riesgo a tener en cuenta:

- Falta de conocimientos técnicos básicos.

- Una preparación física deficiente o inadecuada.

- Desigualdad corporal y de edad entre los participantes.

- Sobrepasar los límites biológicos del esfuerzo.

- Aspectos psicológicos (época de exámenes, desequilibrios afectivos, falta de concentración).

- Reingreso del alumno a la práctica activa en la clases de Educación Física sin estar completamente recuperado de una lesión o enfermedad. Hasta no haber recuperado el nivel de fuerza que corresponda a la edad del niño, o al menos, al nivel anterior a la lesión, así como un grado normal de movilidad articular, no debe permitirse la vuelta a la práctica de actividad física. El reposo y un adecuado tratamiento devuelve al niño y adolescente a su actividad en un tiempo extraordinariamente rápido, siempre que se respeten unas adecuadas medidas. Entre éstas, destacan una correcta alimentación y descanso, inicio precoz del proceso rehabilitador, reincorporación progresiva al entrenamiento y el respeto escrupuloso de las indicaciones del médico deportivo.

- No respetar las reglas del juego.

- Factores climáticos.

- Menospreciar el calentamiento y la vuelta a la calma.

- Negligencia en la aplicación de los primeros auxilios.

- Programación y ejecución de ejercicios y actividades sin tener en cuenta enfermedades, anomalías ortopédicas, trastornos estructurales del individuo. Para evitarlo es conveniente realizar un adecuado reconocimiento médico.

- Uso inadecuado de instalaciones, espacios físico-recreativos, material e indumentaria.

 

Para aquellos niños y adolescentes que realizan una actividad físico-deportiva sistematizada, Delgado y cols. (1997) plantean una serie de recomendaciones para prevenir la aparición de lesiones:

1) Dejar un tiempo de recuperación suficiente después de un entrenamiento intenso, sobre todo si se ha trabajado la fuerza muscular.

2) No realizar jamás alternancias bruscas de carga, sobre todo en un organismo que no ha tenido una adaptación previa, progresiva y reciente.

3) Descartar el entrenamiento con pesos y halteras en niños y, de manera general, eliminar el trabajo con peso por encima de la cabeza antes o durante la fase de crecimiento puberal, ya que podría producir efectos negativos en la columna vertebral. El trabajo con el propio peso (autocargas) es suficiente para el desarrollo y la tonificación muscular a estas edades.

4) Evitar cargas estereotipadas, rechazando fundamentalmente el trabajo asimétrico y unilateral, pues se afectaría el valor funcional del sistema en su conjunto.

5) No trabajar con cargas estáticas de duración relativamente prolongada. Las cargas alternas son más apropiadas para el cartílago articular hialino y el cartílago fibroso de los discos ligamentosos. Las cargas estáticas dañan la irrigación sanguínea, mientras las dinámicas o activas la mejoran.

Hay que destacar que los períodos de crecimiento rápido pueden elevar la susceptibilidad a la lesión, ya que se incrementa la rigidez del tendón alrededor de las articulaciones, con la consiguiente pérdida de flexibilidad. El hueso de los niños y adolescentes en razón de la mayor proporción de materiales orgánicos relativamente blandos, es más flexible, pero su resistencia a la flexión y a la presión está disminuida, lo que provoca una capacidad de carga inferior del conjunto del sistema esquelético. Por otra parte, los tejidos tendinosos y ligamentosos, al no estar finalizado el desarrollado de su estructura reticular no es lo bastante resistente a la tracción.

Delgado y cols. (1997) detallan una serie de circunstancias que desaconsejan la práctica de ejercicio físico, al menos intenso, por la mayor posibilidad de padecer accidentes o malestar:

- Durante la digestión, porque la sangre está concentrada en el aparato digestivo (hiperemia esplácnica).

- Cuando se han sufrido una lesión deportiva: modificar o suspender la actividad.

- Un estilo de vida sedentario: evitar actividades físicas intensas o mantenidas en el tiempo y respetar los principios de adaptación y progresión.

- Tras el consumo de tabaco, ya que disminuye la capacidad de realizar esfuerzo físico, sobre todo en actividades aeróbicas, como consecuencia de la broncoconstricción que producen algunos componentes del mismo.

 

Lesiones más frecuentes relacionadas con el sistema locomotor: primeros auxilios.

El elemento clave para evitar la puesta en marcha de los primeros auxilios es el conocimiento de las causas de aparición de un accidente. El profesor debe conocer las causas fundamentales de accidentes en el ámbito escolar y fuera del mismo, para prevenir su aparición o actuar con adecuación si se produce alguno de ellos. No obstante, aunque se pueda reducir el riesgo, siempre se producirá un pequeño porcentaje de accidentes y lesiones, que requerirán de primeros auxilios.

Las lesiones se pueden clasificar en agudas y por sobrecarga. Las lesiones agudas se originan generalmente por grandes traumatismos o eventos puntuales, que incluyen, entre otros, fracturas, desgarros ligamentosos, distensiones musculo-tendinosas, heridas y contusión de tejidos blandos.

 

Childhood injuries in sport
Roach R, Maffulli N

Physical Therapy in Sport, 4, 2003, pp. 58–66

 

Por su parte, las lesiones por sobrecarga son debidas a los microtraumatismos repetitivos sobre una estructura anatómica concreta, asociados a un entrenamiento deportivo intensivo y precoz sin un adecuado control.

Efectuar la misma actividad una y otra vez puede hacer que cierta parte del cuerpo experimente fricción contra otra (condromalacia), se produzca una tracción repetitiva sobre un ligamento o un tendón, etc. El resultado de estas fuerzas de fricción, tracción o carga cíclica, es la inflamación de la parte afectada, lo que provoca dolor, hipersensibilidad, tumefacción e incluso podría derivar en impotencia funcional.

Las lesiones por sobrecarga no pueden generarse en la clase de educación física, puesto que en dos sesiones semanales de actividad motriz no hay tiempo suficiente para producir este tipo de lesiones. Sin embargo, niños y adolescentes que practican ejercicio físico o deporte de forma sistemática y con volúmenes importantes, pueden sufrir este tipo de lesiones.

Actuación práctica ante lesiones cerradas (sin herida)

- Retirar inmediatamente al niño o adolescente de la sesión de clase y del espacio donde se esté desarrollando la práctica de actividad física.

- Aplicar frío local mediante compresas húmedas frías, bolsas de gel o silicona extraídas de un congelador, o bien hielo picado envuelto en tela o plástico. Si no se dispone de estos elementos, al menos introducir la zona afectada en agua fría por espacio de 15 a 20 minutos. En caso de aplicación de frío intenso, hacerlo a través de una toalla o ropa, nunca directamente sobre la piel. Nunca aplicar calor. Posteriormente se retira por espacio de 10 a 15 minutos y se repite de nuevo.

- Elevar la zona afectada y mantenerla en reposo absoluto inicialmente. Si se trata de una lesión leve o grave, no se produce ningún trastorno añadido por el hecho de no moverla o aplicar frío. Sin embargo, ante una lesión, si se incita a seguir o simplemente se le permite continuar por la propia insistencia del alumno, el maestro será responsable de un empeoramiento evitable de una lesión de la que es, en primera instancia, responsable de auxiliar.

- Realizar un vendaje compresivo, no adhesivo y centrípeto de la zona afectada.

- En caso necesario se podrá administrar un analgésico suave, tipo paracetamol o aspirina, y trasladar al niño o adolescente a un centro hospitalario donde le realizarán un estudio con mayor profundidad.

- En caso de luxaciones, dada la imposibilidad de reducción sin la certeza de que no existe una fractura, hay que dejar esta operación en manos de un médico. Éste ha de acudir lo antes posible al lugar del accidente o, lo que es más usual, se ha de trasladar al accidentado, inmovilizado y aplicando frío, a un centro médico. El traslado hay que realizarlo en las mejores condiciones posibles.

- Es importante disponer en el centro escolar de un botiquín de primeros auxilios que incluya, además de los componentes habituales, férulas rígidas, semirígidas o hinchables para casos de emergencia, vendas, esparadrapo, un sistema de frío local, etc. Asimismo, resulta apropiado ubicar en lugares visibles de las instalaciones deportivas, las normas básicas de tratamiento de una lesión, por si durante la práctica de actividad física (dirigida y autónoma) ocurre un accidente, y seguir una indicaciones mínimas para, al menos, no agravar la misma.

- El maestro debe revisar periódicamente el botiquín para asegurarse de que contiene los elementos necesarios. Sería conveniente que cuando un maestro usa un material del mismo solicite inmediatamente su reposición, informando al resto de compañeros.

Actuación práctica ante lesiones abiertas (heridas).

- Limpiar y desinfectar adecuadamente con el medio más apropiado del que se disponga. En ausencia de otro medio más efectivo, se procederá al lavado abundante de la herida con agua y jabón; a continuación se aplicará un desinfectante, como puede ser agua oxigenada, añadiendo después betadine u otro antiséptico similar.

- La herida puede ser cubierta preferiblemente con gasas cicatrizantes impregnadas en vaselina. No se deberán utilizar otro tipo de pomadas.

- Si existe una hemorragia importante, se aplicará una presión sobre el punto de sangrado con un paño o gasa estéril, se realizará un vendaje compresivo y se trasladará al niño o adolescente a un centro médico.

 

LESIONES MÁS FRECUENTES

NOMBRE

¿QUÉ ES?

SÍNTOMAS

¿QUÉ HACER?

FRACTURAS

Cuando se rompe un hueso por cualquier tipo de traumatismo.

Dolor intenso.

Inflamación.

Imposibilidad de mover la zona afectada.

Inmovilizar el miembro afectado y sus articulaciones.

Traslado rápido a un centro médico.

ESGUINCES

Distensión de las partes blandas de una articulación (por ejemplo, ligamentos).

Dolor.

Hematoma.

Aplicar frío y vendaje compresivo.

Reposo de la articulación.

Visitar al médico.

LUXACIONES

Cuando un hueso se sale o se desplaza de su posición habitual en una articulación

Dolor al mover.

Hinchazón y deformación.

Desplazamiento de los huesos.

Inmovilizar.

No intentar reducir la luxación.

Traslado a un centro médico.

CONTUSIONES

Lesiones musculares por golpes violentos en los que la piel se mantiene intacta.

Dolor.

Hematoma.

Reposo.

Aplicar frío.

Visitar al médico si es grave (grado 3).

CALAMBRES

Es una contracción muscular mantenida (tetánica) producida por agotamiento

Dolor al contraerse el músculo.

Estiramiento del músculo afectado.

Reposo.

ROTURA MUSCULAR

Cuando un conjunto de fibras musculares pierden su integridad longilínea.



AMPOLLAS




OTRAS LESIONES MENOS FRECUENTES

NOMBRE

¿QUÉ ES?

SÍNTOMAS

¿QUÉ HACER?

MAREOS

Alteración generalizada que puede ir acompañada de pérdida de conciencia

Palidez.

Angustia.

Sudor frío.

Pulso débil y acelerado.

Acostar al herido.

Si hay palidez, colocarlo con los pies en alto.

Si hay congestión colocarlo con la cabeza alta.

INSOLACIÓN

Se produce por una exposición prolongada al sol

Sed, cansancio.

Respiración fatigosa.

Pulso alterado.

Vómitos y mareos.

Aflojar la ropa.

Poner compresas frías.

Administrar agua con sal.

PICADURAS

En el caso de insectos, es la introducción en el organismo de una sustancia tóxica.

Enrojecimiento de la zona.

Hinchazón.

Dolor.

Lavar la zona.

Aplicar una pomada de la piel para picaduras.

Aplicar frío.

HERIDAS

Erosión de la piel y, en casos graves, de venas y masa muscular

Dolor.

Pérdida de sangre.

Separación de los bordes.

Limpieza de la zona herida.

Aplicar un antiséptico.

En caso grave acudir al hospital.


El objetivo final que se debe plantear el educador es enseñar a sus alumnos las competencias mínimas sobre las causas de accidentes y lesión deportiva, así como en la aplicación de los primeros auxilios más básicos. El primero debe ser desarrollado en las propias sesiones de trabajo, introduciendo consignas o reglas para evitar la aparición de los mismos.
El cuaderno del alumno puede ser una buena herramienta para ir constatando los conocimientos que van adquiriendo y, por tanto, reforzar aquellos que necesitan de más cantidad de información, sin tener porque llegar a dar clases teóricas en el aula. En cuanto a la aplicación de primeros auxilios, se deberán dar unas normas básicas, que incluso podrán ser puesta en práctica en dos situaciones diferentes: la primera sería simulada dentro del contenido de una o varias sesiones de clase, mientras que la segunda se haría en una situación real que acontezca.

 

GENERALIDADES SOBRE PRIMEROS AUXILIOS
ACTITUD ANTE LA URGENCIA VITAL

Ignacio Martínez González-Moro

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