Temporada 3 – Programa 14 – Entrevista al Dr. Fernando Quesada Sanz con motivo del Seminario de Conflictos Bélicos

 

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 Entrevistador  Jose Javier Martínez.
Documentación y Edición:  Inés Martínez.
Transcripción: I. Mtz & Carlos Bausá.

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FernandoFdoQuesada_Linkedin Quesada Sanz, fue el ponente invitado en el Seminario titulado: “Estados, Mitos, Ciencia y Conflictos Bélicos”, que tuvo lugar en la Universidad de Murcia los días 18 y 19 de febrero de 2016, y que fue organizado por el CEPOAT, Centro de Estudios del Próximo Oriente y la Antigüedad Tardía, dentro de su programación académica anual.

El Dr. Quesada Sanz es Doctor en Prehistoria y Arqueología por la Universidad Autónoma de Madrid. Ejerce como Profesor Titular de Arqueología en dicha Universidad desde 1992 y es catedrático acreditado desde 2010.

Sus principales líneas de investigación son: el Análisis de las Sociedades del Antiguo Mediterráneo, a través del estudio de su armamento y las formas de conflicto bélico y el Estudio de la Cultura Ibérica en sus diferentes facetas.

Tiene en su haber varios centenares de publicaciones de investigación y divulgación, monografías, libros, artículos y trabajos en varios idiomas. Desarrolla también una importantísima proyección internacional como director y colaborador de prestigiosas publicaciones especializadas, sobre los temas centrales de sus investigaciones, pero también sobre Grecia, Roma, Egipto, Próximo Oriente, así como sobre metodología y teoría histórica y arqueológica.

José Javier Martínez fue el encargado de entrevistar personalmente al Dr. D. Fernando Quesada, en el contexto mismo del Seminario CEPOAT, celebrado en la Universidad de Murcia el 18 y 19 de febrero de 2016.

P.- ¿Cuál ha sido el criterio de selección para elegir los temas del Seminario?

R.- Lo que he procurado ha sido, en la primera de las clases, dedicada a la Carrera Naval anglo-alemana, entre 1898 y 1914, un tema aparentemente alejado de mi especialidad, pero al que he dedicado muchísimas horas de lectura y de reflexión, y de tratamiento bibliográfico, tratar la cuestión de la evolución tecnológica y el desarrollo político junto con la voluntad de las personas, que son tres temas aparentemente separados que en el caso de la carrera naval anglo-alemana llevaron a convertir la Guerra Mundial, de una guerra europea a una guerra planetaria. Por tanto Tecnología, Política, Actividad Individual del Poder.

La segunda clase, aparentemente muy distinta, sobre Tecnología y Ciencia en La Antigüedad, aplicada a cuestiones militares enlaza con la primera asociando las cuestiones de tecnología no apolíticas sino a ideología y a control: a poder.

Finalmente, la tercera de las charlas, utilizado el caso de Masadá, profundizo en el tema del poder, pero no en su faceta de poder en el mundo antiguo y asociado al mundo antiguo, sino de la transmisión de conceptos a ideas asociadas con el poder y la ideología en el mundo moderno

De esa manera hemos procurado tocar temas muy distintos atractivos para un público no especializado pero si interesado y enlazados entre sí por este hilo conductor

P.- ¿Por qué es tan importante conocer la Historia Militar de los antiguos pueblos para entenderlos?

R.- Ninguna sociedad urbana organizada, desde el neolítico final se ha sustraído a la violencia organizada. Lo más complejo de la tecnología del mundo antiguo, la inmensa mayoría de los recursos de los grandes estados, la propia orientación de la sociedad en asambleas para las votaciones y para magistraturas y organización militar, eran dos caras de la misma moneda. La actividad militar era la actividad normal del ser humano. En la mayor parte del mundo antiguo no se concibe la paz como una entidad sino como ausencia de guerra. La guerra es asumida como, una calamidad sin duda, pero parte connatural a la sociedad humana y por tanto todos los años los atenienses o prácticamente todos los años, salen a combatir. Augusto se vanagloria de que por una vez a podido cerrar las puertas de Jano, del templo, indicando que Roma está en paz. La guerra es tan connatural a las sociedades humanas organizadas y extrae tanto de los recursos humanos, económicos y psicológicos del ser humano, tiene unos costes tan brutales para las vidas de las personas y de las sociedades que, si no estudiamos la guerra en los términos que hay que estudiarla, es decir, en sí misma, sin juzgar si es éticamente reprobable o no. Si no la comprendemos si no la analizamos en todas sus enormes facetas, desde los tipos de armas hasta las cuestiones más abstractas de carácter simbólico sobre el Derecho de la Guerra, por ejemplo, no podemos entender las sociedades antiguas, por tanto la historia militar es necesariamente, no una rama de la Historia, sino parte nuclear del mismo estudio histórico, nos guste o no la guerra.

P.- En ese sentido, la faceta militar de la Cultura Ibérica, ¿cuáles son sus características definitorias?

R.- Bien. Ese sería tema para no una, sino varias tesis doctorales y muchas horas de seminario, pero no cabe duda que las Sociedades Ibéricas, que variaron a lo largo de sus siglos de existencia, es decir la sociedad ibérica no es la misma en el siglo VI antes de Cristo, que en el siglo II. Estamos pasando de sociedades monárquicas de carácter sacro, a sociedades aristocráticas guerreras, a sociedades urbanas, basadas en aristocracias ciudadanas, pero en todos los periodos, no cabe duda, y lo demuestra la iconografía, los restos las imágenes, esculturas, cerámicas, los ajuares de las tumbas, las fortificaciones de las poblaciones, no cabe duda de que la guerra es un elemento central en el mundo ibérico. Una experiencia casi cotidiana de sus habitantes tanto civiles como militares no hay una distinción; el campesino es un soldado al día siguiente, el civil que está en la granja, corre el peligro de morir en la guerra exactamente igual que el combatiente, y eso permea todos los aspectos de la organización de la sociedad ibérica, de su economía e incluso me atrevería a decir de su fábrica mental, desconocemos al no poder tener textos largos que nos expliquen como pensaban, pero todo lo que sabemos sobre esa cultura, indica que la guerra es parte integral. Por tanto, negar su existencia o pretender una sociedad ibérica idílica y pacífica significa negar la propia posibilidad de conocer históricamente el Mundo Ibérico.

En ese sentido la Cultura Ibérica no es distinta de la Cultura Romana, Cartaginesa, Etrusca o Griega Clásica, donde en todas ellas en distintos niveles, la Guerra era una actividad digamos, si no cotidiana, si relevante. ¿Significa eso que siempre estaban guerreando, siempre estaban luchando? En absoluto. Una sociedad puede tener una mentalidad y unos valores de tipo guerrero, belicoso incluso, pero no necesariamente significa que estén luchando veinticuatro horas al día, trescientos sesenta días al año, no es esa la idea

P.- Respecto a lo que hemos visto un poco en el Seminario, hablando de historia militar e ideología ¿utilizan las sociedades actuales, el pasado para buscar su propia identidad?

R.- Bueno, desde siempre. Todas las sociedades desde la Edad del Bronce, se ha buceado en hazañas y recuerdos, heroicos del pasado, por tanto muchas veces de carácter militar, y digo heroico entre comillas, para justificar acciones, justificar derechos, justificar territorios y para anclar ideológicamente el derecho de una nación a gobernar un territorio, de una dinastía a gobernar una nación. En ese sentido hay muchos ejemplos. Por ejemplo: el mundo europeo del siglo XIX, de la segunda mitad del siglo XIX, de la configuración del Imperialismo Mundial, muestra como Gran Bretaña busca en la Reina Boadicea y en los Britones sus raíces nacionales, falsas evidentemente; el mundo francés en Vercingétoris y Alesia; los alemanes, el Reich, en Arminio y la Batalla de Teotoburgo; la pobre España en las supuestas hazañas de Numancia, Viriato y Sagunto y así sucesivamente. Hay además casos particulares posteriores, como el propio del Estado de Israel, donde arqueología, mito e historia se entremezclan de manera muy, muy densa, para justificar, no solamente el propio derecho a la existencia de un Estado de Israel, sino a su existencia en un lugar concreto y con una voluntad de resistencia frente a un enemigo universal, real o percibido. Por tanto, sí. En la utilización de la historia militar como herramienta ideológica para el mundo moderno, es algo bien conocido desde hace mucho tiempo y extremadamente peligroso para la caracterización de la disciplina como algo riguroso, no objetivo, porque nunca existe la objetividad en estos temas, pero si con voluntad de raciocinio y de análisis crítico en lo más frío posible.

P.- Hasta el punto de, como hemos podido ver en el caso de Masada, de manipulación o interpretación específica de los hallazgos arqueológicos y tendencia a la mitificación de todo…

R.- En efecto. Es muy difícil y delicado distinguir entre dejarse llevar por y manipular los datos. Un arqueólogo que está escavando un yacimiento históricamente muy significativo, como puede ser Masada, con unas fuentes literarias que aluden al sacrificio supuestamente heroico y posiblemente falso de su guarnición, antes que rendirse a los imperialistas romanos, tiene en la cabeza la guerra del 56 unos años antes y va a tener inmediatamente después en el año 67 otra guerra. Es un entorno social, cultural, tenso muy delicado y cabe comprender que cuando uno está queriendo buscar algo que está en las fuentes y encuentra lo que se ajuste, pues las discordancias que puedan aparecer en el registro arqueológico sean orilladas para pretender que se ha conseguido documentar exactamente la que en este caso por ejemplo, dice Josefo. Los análisis más fríos posteriores incluso por el propio Establishment Académico Israelí, han demostrado que en el caso de Masada, por ejemplo, esa búsqueda de intentar demostrar lo que decía Flabio Josefo en los restos arqueológicos llevó a la distorsión, sin duda de los datos, a una visión quizá excesivamente cerrada, con anteojeras e incluso en algunos casos en la propia Academia Israelí se ha acusado a Yigael Yadin de manipular la información. Yo no me atrevería a llegar a eso, pero si es cierto que cuando hay una presión política e incluso militar sobre la investigación es fácil dejarse llevar, a un nivel quizás menos extremo es natural que, si una persona está excavando un yacimiento arqueológico sobre el que hay información literaria antigua que alude a algún hecho relevante del pasado, el fenómeno Anthony Snodgrass caracterizaba como la Falacia Positivista, tendamos a asociar esa información histórica a los datos arqueológicos, lo cual siempre es delicado, sin duda, pero ahí está la buena praxis del arqueólogo y del historiador en procurar no dejarse arrastrar por la emociones o por las interpretaciones, al menos orientadas y en el peor de los casos sesgadas.

P.- Está claro que sigue creciendo el interés social y académico por estos temas de Historia Bélica Antigua, Armamento, Conflictos, Comportamientos de Diferentes Pueblos Antiguos en General, ¿a qué cree que es debido este interés?

R.- La Fascinación por los temas militares es una cuestión digna de estudio y reflexión. Por un lado, lamentablemente, entre determinados sectores del público, sobre todo público relativamente joven, la violencia, la idea de que cualquier joven es inmortal, lleva a pensar que la guerra es un objeto fascinante de estudio. Quizá porque se nos ha educado desde siglos, desde la tradición clásica, desde la propia Ilíada de Homero, en la idea de que los valores de fuerza física, de agresividad, de carácter varonil, van asociados a rasgos propios de esculturas violentas. Y no hay duda que la violencia tanto individual como organizada saca lo peor y lo mejor, en ocasiones del ser humano. Como decía Arnold Toynbee, el gran historiador, no por ser militares son las virtudes militares tales, el valor, la camaradería, el sacrificio, pero su valor reside en las joyas mismas, en las virtudes y no en la montura que su renda, la montura de la guerra.

Bien. Pues en ese sentido, la violencia organizada, la guerra, es percibida por todos como un motor de la historia. Como académico, sí me atrevería a decir que la guerra es una de las formas más expresivas, más acabadas, más constantes de la civilización humana, desde que existe civilización organizada existe la guerra. No podemos comprender esa civilización a lo largo de la historia sin entender uno de los mecanismos básicos de acción cultural, en el sentido más amplio de cualquier sociedad humana, incluyendo la mayoría de los primitivos actuales y etnográficos.

P.- En esta línea ¿cómo cree que están considerados en estos momentos, a día de hoy, los estudios sobre arqueología e historia militar antigua en España a un nivel académico?

R.- Durante mucho tiempo, la Arqueología Militar, no solamente en España sino en toda Europa ha sido considerada una disciplina sospechosa. La Historia Militar en general, con su variante arqueológica, por ejemplo Schulten en los años veinte, fue una disciplina enormemente respetada, pero muy asociada a los militares profesionales a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y hasta la II Guerra Mundial. Las carnicerías espantosas que se llevaron a cabo en todo el mundo durante la I y la II Guerra Mundial, llevaron después de la guerra, sobre todo entre la juventud universitaria, entre la juventud culta, a un rechazo de todos esos valores tradicionales de militarismo, de sacrificio, de patriotismo y todo aquello relacionado con la guerra. Como resultado de ello, en los años 50 – 60, la Historia Militar se convirtió en toda Europa, en un reducto de militares profesionales y cualquier académico que pretendiera dedicarse a ello resultaba automáticamente sospechoso de actitudes filofascistas o filoestalinistas, en este sentido los extremos se tocan. La Escuela de Arqueología y de Historia Militar Soviética es una escuela enormemente importante.

Esa caracterización de la Historia Militar como algo ideológicamente sospechoso y filobelicista o filomilitarista a perdurado hasta finales quizá de los 70, cuando las tornas han empezado a cambiar. Nuevas formas de analizar la historia militar, desde el punto de vista ideológico, simbólico, ritual, económico, social, mucho más allá del análisis de la historia-batalla, que es la historia militar tradicional del siglo XIX, de la Escuela Alemana o de la Escuela Francesa, han llevado a comprender que es imposible comprender el mundo antiguo, el mundo medieval o el mundo moderno, sin analizar uno de los elementos más constantes de la Historia Humana que es La Guerra. Y por tanto la Historia Militar poco a poco ha ido ganando respetabilidad académica.

Yo me atrevería a decir que hoy en día, incluso La Historia Militar y La Arqueología Militar, goza de una aceptación natural por parte del mundo académico oficial en España, superior incluso a lo que, pese a lo que pueda parecer ocurre en el mundo británico, donde todavía el mundo de la historia militar amateur es muy popular, pero en el mundo universitario, sigue siendo un reducto quizá en mayor medida que en España. Colegas británicos que se dedican a la historia o la arqueología militar, me dicen, con envidia, que en España, hoy en día, hemos alcanzado una respetabilidad institucional y académica superior incluso a algunos sectores del mundo anglosajón

P.- …De alguna manera se ha perdido el rechazo existente hacia estos estudios…

R.- No cabe duda que en ciertos sectores ha habido y sigue habiendo un rechazo a los estudios militares, pero sobre todo derivan de aquellos estudios militares más ingenuos, me atrevería a decir, siguen pensando que en la historia militar es el estudio del mejor tanque, del mejor cañón o del submarino que mejor hunde barcos.

Hoy en día la historia militar no es eso, abarca todas las facetas de la actividad humana, desde las tecnológicas más estrictas a las simbólicas más abstractas y por tanto, no me cabe duda de que hay sectores de la población que de manera desinformada, piensan que la historia militar sigue siendo una historia filobelicista y mecanicista, pero quienes empiezan a conocer, sobre todo en el mundo de la divulgación moderna, que empieza a haber en España, cosas muy atractivas y muy interesantes, lo que hoy en día se puede hacer, no genera ya, o genera de manera cada vez menor ese rechazo.

Si es cierto, y a mí me preocupa, sobre todo entre gente muy joven, estudiantes de primer año de carrera, que no saben lo que es realmente la guerra, lo que hace que los seres humanos, como destroza los cuerpos y las almas, una cierta fascinación que roza lo morboso. Ese es el peligro de la Historia Militar y es tarea de los investigadores y de los divulgadores, hacer ver que la guerra no tiene nada de hermoso, no tiene nada de fascinante y que si en algún caso brillan virtudes en ella, no es por la guerra, sino por las virtudes en sí mismas, que son propias del ser humano y no de la actividad bélica.

P.- ¿Qué diferencias existen, a grandes rasgos, entre la investigación y la divulgación?

R.- A mi juicio, investigación y divulgación son dos caras necesarias de la misma moneda. Académicamente investigación supone realizar un estudio que implique una aportación original al conocimiento humano en cualquier rama de la ciencia o de las artes; implica aportar cosas nuevas.

Normalmente la investigación se sostiene con fondos públicos, en ocasiones también privados, e implica una responsabilidad social. La investigación no es algo para que un grupo de académicos, en sus torres de marfil, disfruten, con el estudio, en este caso, del pasado, sino que debe tener un retorno, un retorno a la sociedad, que justifique la inversión económica realizada y que justifique la difusión del conocimiento alcanzado mediante la investigación, bien, pues, … la divulgación, que debe ser siempre alta divulgación, divulgación de calidad, implica trasladar a la sociedad, lo que esa sociedad ha trasladado en forma de fondos para la investigación.

P.- ¿Qué características definen a un buen divulgador histórico?

R.- A mi juicio, un buen divulgador histórico no puede divulgar bien, si no es un profundo conocedor del tema que trata. No se debe confundir la divulgación con el periodismo. El periodismo tiene un carácter inmediato; tiene un carácter de urgencia y, a menudo, exige unos reflejos que pueden ocasionar una falta de profundidad o de rigor en el análisis, no necesariamente, pero a veces sí. La divulgación no es periodismo.

La divulgación, partiendo de un conocimiento profundo de la materia en cuestión, implica hacerla accesible. Casi cualquier concepto complejo puede explicarse de manera sistemática, clara y ordenada, de manera que sea comprensible para un público “no especialista”.

Por tanto, a mi juicio, la divulgación debe ser realizada por los mismos especialistas que realizan la investigación y que deben estar formados en técnicas oratorias, en el caso de la divulgación oral, o en técnicas de divulgación escrita, apoyándose en todos los recursos de la técnica, recursos gráficos, recursos informáticos – de los cuales ahora hay una enorme y riquísima variedad-,   para conseguir que la investigación se traslade al público de manera clara, accesible, concisa – porque el tiempo es oro hoy en día- , pero sobre todo rigurosa y para ello, el divulgador debe ser, no un paracaidista desconocedor del tema sino, alguien que ha dedicado mucho tiempo, o bien a investigar o bien que, al menos, ha tenido el tiempo suficiente para realizar una profunda lectura de las materias sobre las cuales pretende divulgar.

P.- Respecto a lo que has comentado de la divulgación… ¿Crees que se mantiene el rigor histórico en sus diferentes modalidades, como prensa, radio, revistas especializadas?

R.- Bien, ciñéndome al caso español, porque si no sería complicadísimo, la divulgación de temas militares abarca una gama muy amplia, un espectro muy amplio, hoy en día hay divulgadores científicos y revistas de divulgación que se venden en quioscos, que se venden en tiendas, extremadamente rigurosas, donde se combinan profesionales acreditados con jóvenes investigadores con aficionados de buen nivel, y que publican por escrito una divulgación de la historia militar excelente.

Hay otro tipo de publicaciones similares en apariencia, y el aficionado a veces, tiene dificultades, para distinguir el grano y la paja, hay revistas que siendo parecidas, con maquetas, dioramas, figuras de plomo… sin embargo tienen un rigor mucho menor y caen, oscilan entre la falta absoluta de rigor y la ingenuidad. ¡Hay una enorme variedad!

Eso que ocurre en la divulgación escrita, ocurre también en la divulgación periodística en los reportajes en la prensa, que oscila entre grandes periodistas que conocen muy bien su historia y que se documentan bien y otros que, lamentablemente, pues no alcanzan unos estándares mínimos de calidad. No me atrevería a dar nombres, no voy a hacerlo, aunque quisiera o pudiera. Pero, en general, yo creo que en los últimos seis o siete años, gracias a iniciativas como por ejemplo una – que alabo especialmente y de la que soy, además, en cierta medida, parte, como asesor -, la revista Desperta Ferro y sus diferentes cabeceras, ha elevado la divulgación de Historia Militar a unos estándares, superiores, incluso, a los del mundo anglosajón.

P.- Respecto a la difusión que se da por Internet, por ejemplo, ¿Qué cosas debemos tener en cuenta cuando navegamos por la red en buscad de información sobre mundo antiguo, armamento o batallas?

R.- No cabe duda de que Internet, ha supuesto y está suponiendo una revolución copernicana en la difusión, conservación, almacenamiento, de la información. Y en ese sentido se ha convertido en una herramienta poderosísima.

No creo que los libros vayan a desaparecer en un plazo corto e inmediato, pero el 90% de la población menor de 35 años, hoy en día – antes que en una biblioteca, usar un libro, un papel -, se sienta delante de Google o de Bing o de cualquier buscador y teclea, pues… cualquier información sobre la batalla de los “Lagos Masurianos” en la Primera Guerra Mundial; o sobre los calibres de la artillería naval japonesa en la Armada Combinada – la Flota Combinada -.

Eso significa que la persona que hace la búsqueda, a menudo tiene que tener un buen criterio, porque Internet está lleno de páginas atractivas, bien diseñadas, hermosas de apariencia, pero de contenidos que oscilan entre – digamos- lo impreciso, hasta los que están llenos de errores; hasta los que son ideológicamente reprobables en el sentido que antes hablábamos.

Evidentemente, eso es ya un criterio de formación del lector.

Las páginas de tipo edu., – es decir las páginas de instituciones universitarias educativas -, son en general fiables; otras no lo son. De nuevo, – separar el grano de la paja-, separar las páginas o los portales de acceso a información, rigurosos o no, es muy difícil. Porque yo conozco numerosas páginas creadas por aficionados a la Historia Militar que recogen información primaria en grandes cantidades, grabados antiguos, mapas, información archivada, que a un investigador le resulta muy útil, por tanto, no basta decir las páginas institucionales van a ser buenas las páginas de aficionados no lo son, porque no es en absoluto cierto.

Hay, hoy en día, además, – y eso es el siguiente nivel- , FOROS de Internet, FOROS de discusión, donde es posible encontrar a jóvenes y a mayores, supuestamente aficionados al tema, que demuestran un nivel de conocimiento y de detalle, ¡enorme!

Es cierto que el aficionado a menudo conoce los detalles, te puede decir todos los calibres de los tanques alemanes de la Segunda Guerra Mundial o la capacidad del radio de acción de cualquier bombardero cuatrimotor de la Fuerza Aérea Británica pero, no conoce los contextos logísticos, económicos, sociales, políticos, que permiten esa fabricación de aviones. La cuestión ahí es, básicamente, de formación y de discriminar. Lo que pasa es que – hay que decirlo – todavía no es fácil hacer esa discriminación.

Pero ya digo… No debemos hacer la distinción entre profesionales y aficionados porque hoy en día hay muchos entornos supuestamente aficionados que muestran un nivel de conocimientos sorprendentemente alto.

P.- Este tipo de revistas especializadas ¿generan suficiente industria como para que quien se dedica a ello, de alguna manera, pueda vivir de esas publicaciones?

R.- En el mundo anglosajón hay una enorme industria especializada en armas, en todas las variantes, desde las réplicas para los que juegan a Airsoft (Juegos de Guerra), a los Game Works, los que hacen juego de recreación sobre tablero, los recreacionistas, ¡hay un público enorme!

Y… en el mundo anglosajón en especial, en el mundo francés en menor medida, hay una verdadera industria editorial, a caballo entre la especialización y la divulgación de buen nivel, que sostiene editoriales completas especializadas.

Ese fenómeno se ha trasladado a España, en los últimos años. Editoriales potentes como Planeta, editoriales más jóvenes como Tempus, como Platea, editoriales, casi artesanales, al principio, como la propia Desperta Ferro, han encontrado que hay un hueco de mercado significativo, que permite sostener editoriales, prácticamente especializadas, en temas de historia y… bueno, de Historia Militar de Arqueología Militar, a un nivel de divulgación medio.

Lo que si es cierto es que, si en el campo de las revistas tenemos editoriales como la propia Desperta Ferro, homologable o superiores a cualquier cosa que se produzca en el mundo francés o en el mundo anglosajón, en el caso de la industria editorial, todavía estamos por detrás.

Los plazos de edición y de encargos de libros en las editoriales españolas, son plazos cortos de uno, dos años y se tiende a publicar obras muy generales, pensando que las obras más específicas no van a tener mercado suficiente, no van a tener una masa crítica suficiente.

Eso hace que llega el Centenario de la Gran Guerra y las editoriales españolas publican, quince libros distintos en quince editoriales, todos de la Primera Guerra Mundial, mientras que en el mundo anglo sajón se han producido trabajos mucho más específicos y especializados, – sobre la Campaña de Verdún; sobre Galípoli; sobre el papel de los ferrocarriles en la movilización; la tecnología aérea y el desarrollo de la aviación -, que resultan mucho más atractivos, una vez que el aficionado ha pasado de un nivel de información muy básico a querer profundizar.

Esa es, yo creo, la asignatura pendiente de las editoriales españolas de libros. Publicar libros más especializados encargados a los autores españoles, que hay muchos, perfectamente capacitados y con plazos de edición más largos que los que habitualmente se conceden en la industria editorial española.

Ya hay, en ese sentido, indicios prometedores, yo mismo tengo, ahora mismo, trabajos en curso, con un margen adecuado para poder desarrollarlo al nivel que nos gustaría y que a veces envidiamos en publicaciones británicas, por ejemplo.

P.- Sobre sus últimas publicaciones… ¿Cuál es la última que ha realizado? Y… ¿En qué proyectos está trabajando?

R.- Desde el punto de vista de las publicaciones, si hablamos de obras divulgativas, soy un colaborador habitual de revistas como Desperta Ferro, La Aventura de la Historia, con la cual he trabajado más de una década casi continuamente.

Pero el último libro de divulgación, yo creo que ha sido: ARMAS DE LA ANTIGUA IBERIA. Además ha sido recientemente traducido al inglés – lo cual debo decir que, es “poner una pica en Flandes” que los anglosajones traduzcan un libro de un autor español -, va a salir ahora, en verano creo. Un libro editado por la Esfera de los Libros, que recoge casi 20 años de investigación de manera muy atractiva visualmente y creo que rigurosa. Eso ya tiene algún año de edición, ahora estaban preparando la edición inglesa.

Desde el punto de vista de la investigación, pues no paro de sacar artículos de investigación, pero desde el punto de vista de libros, lo más reciente ha sido una coautoría con Alberto Lorrio y Raimon Graells, sobre unos nuevos tipos de cascos, los llamados CASCOS HISPANO CALCÍDICOS, que hemos estudiado a partir de una serie de restos arqueológicos y de colecciones privadas, que han definido un nuevo tipo de arma en la Protohistoria peninsular y que ha sido publicado por una prestigiosísima editorial alemana, es un libro extremadamente denso de investigación.

Por lo que se refiere, no tanto a publicaciones, sino a… – me decías, creo recordar -, proyectos de investigación…

¡Bien!

Tengo siempre en la tartera, muchos trabajos en curso, pero si tuviera que destacar ahora mismo el más importante que estamos haciendo, es un proyecto de investigación de excelencia, un proyecto de I+D+I, de la categoría de excelencia, financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia, en colaboración con un convenio con dos ayuntamientos de la provincia de Córdoba: el Ayuntamiento de Almedinilla y el Ayuntamiento de Cabra.

Llevamos bastantes años excavando dos yacimientos, que además son yacimientos ibéricos asociados a la conquista romana y a su destrucción violenta o abandono, precisamente como resultado del choque cultural, que supone lo que llamamos romanización, que es un fenómeno mucho más violento – muchas veces – , de lo que hemos querido creer.

Hasta recibir los beneficios de la PAX ROMANA, la violencia fue atroz, en el caso de Almedinilla hemos encontrado una verdadera masacre, con cadáveres mutilados, tirados por las calles. Esqueletos que estamos estudiando y publicando.

Y… en los últimos cuatro años estamos excavando en el Cerro de la Merced, también asociado a este proyecto de investigación de excelencia, que es un complejo aristocrático ibérico, del siglo II o I a.C.,, abandonado precisamente y destruido, desmontado, demolido, posiblemente por imposición romana.

No es historia militar, pero si lo es. No es arqueología militar pero si lo es. Porque al no ser la Arqueología Militar la historia de las armas de las batallas, sino de todo aquello que relaciona la violencia aplicada sobre los seres humanos, en contextos civiles o en contextos puramente militares, de alguna manera, también este proyecto, curiosamente, – aunque no empezó así -, se ha convertido en un proyecto asociado a cuestiones de arqueología militar.

También acabamos de publicar… He colaborado con mucho gusto con la Universidad de Jaén, en la publicación del Campo de Batalla de Baécula. Ese Campo de Batalla de la II Guerra Púnica en la provincia de Jaén donde se han desarrollado, a un nivel altísimo de metodología nueva, técnicas para el estudio de un tipo de yacimiento hasta ahora muy poco conocido, que son los “Campos de Batalla Antiguos”. Y creemos haber identificado uno de la batalla de la Segunda Guerra Púnica en la que el hermano de Anibal, Asdrubal, combatió con el gran Escipión “El Africano”.

P.- Despedida: ¡Bien! Pues muchas gracias Profesor Quesada, por su tiempo y por acceder a esta entrevista.

R.- Ha sido un verdadero placer y espero que disfruten de ella, muchas gracias.

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Últimas publicaciones de Fernando Quesada Sanz

  • Raimon Graells i Fabregat, Alberto J. Lorrio, Fernando Quesada. Cascos Hispanos – Calcídicos. Símbolo de las élites guerreras celtibéricas. Catálogos Prehistoria histórico antigüedades, volumen 46, 2014 . ISBN 978-3-88467-230-3.  En: http://shop.rgzm.de/de/cascos-hispano-calcidicos

Recensión del libro:

Cascos Hispanos – Calcídicos. Símbolo de las élites guerreras celtibéricas de Raimon Graells i Fabregat, Alberto J. Lorrio, Fernando Quesada. (Baja directamente al pinchar la dirección en Revistas Científicas Complutenses, en: revistas.ucm.es/index.php/CMPL/article/download/49471/46053

Noticias sobre la aparición del libro y la temática que aborda:

El origen del libro : Noticia del Períodico El Pais . Marzo de 2013.

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José Javier Martínez García

Arqueólogo – Técnico en SIG y Fotogrametría
Profesor de Egiptología en el CEPOAT

 Para Radio CEPOAT: El Canal de la Historia

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Temporada 3 – Programa 6 – El arte de los antiguos griegos

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En la introducción del libro EL ARTE GRIEGO,  Antonio Blanco Freijeiro, su autor, nos cuenta que el arte de los antiguos griegos tuvo una duración  aproximada de unos mil años y que en todo ese tiempo siempre se mantuvo fiel a los principios iniciales con los que nació, unos principios matemáticos que se hallaban sintetizados en el lema  inscrito sobre la puerta de la Academia de Platón en el que se podía leer: “No entre aquí quien no sepa geometría”. Para los pensadores griegos, en efecto, el universo poseía una estructura geométrica, matemática. Y el arte, para mantenerse fiel a esta estructura, debía atenerse a requisitos de proporción, de simetría y de otros conceptos afines.

-“La perfección, solo se alcanza a través de una serie de muchos números”- Polícleto, escultor griego del siglo V a.C.

Redactado y presentado por Inés Martínez
Grabación y Postproducción: Inés Martínez

 

 

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EL ARTE GRIEGO

Introducción del  libro de  Antonio Blanco Freijeiro. EL ARTE GRIEGO. Biblioteca Básica del Arte Editorial Anaya. Madrid 1990.

El ARTE de los antiguos griegos, que nació inspirado por el afán natural de comunicación del hombre con sus semejantes, con sus dioses y  con sus muertos, abarca un período histórico de unos mil años de duración. Sin embargo, ni tan largo espacio de tiempo ni tal cantidad de destinatarios impidieron que siguiese una trayectoria rectilínea, como si desde sus mismos orígenes hubiera sido consciente de adonde quería llegar. Así los diferentes períodos de su desarrollo se mantienen fieles a las premisas formuladas desde el principio, cuyo enunciado coincidía con el lema que, según se cuenta, aparecía inscrito en la puerta de la Academia de Platón: “No entre aquí quien no sepa geometría”.

(…)

Para los pensadores griegos, en efecto, el universo poseía una estructura geométrica, matemática. Y el arte, para mantenerse fiel a esa estructura, debía atenerse a requisitos de proporción, de simetría y de otros conceptos afines.

El secreto de la belleza radicaba, según los griegos, en la relación numérica de cada parte de la obra con la parte vecina.  “La perfección – afirmaba Polícleto, el más riguroso de los escultores – solo se alcanza a través de una serie de muchos números”.

Y es que en el particular mundo de los griegos, resultaba preceptivo que cualquier objeto estético – un vaso de cerámica o de metal, una estatua, un edificio – tuviera bien delimitada sus partes integrantes, que éstas estuvieran relacionadas unas con otras mediante una lógica articulación y que finalmente, se encontrasen integradas en un conjunto armónico. Es esta en definitiva, la línea esencial que se advierte en el arte griego desde sus orígenes y en todas sus distintas fases de evolución.

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El AUTOR Y SU OBRA

Antonio Blanco Freijeiro. EL ARTE GRIEGO. Biblioteca Básica del Arte Editorial Anaya. Madrid 1990.

  AblancoFreijeiro_retrato_g                           Arte GriegoAntonio Blanco Freijeiro. EL ARTE GRIEGO. Biblioteca Básica del Arte Editorial Anaya. Madrid 1990
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Antonio Blanco Freijeiro (Marín, Pontevedra, 6 de septiembre de 1923 – Las Rozas de Madrid, Madrid, 6 de enero de 1991) fue un historiador y arqueólogo español. Catedrático de “Arqueología, Epigrafía y Numismática” de la Universidad de Sevilla (1959-1974), más tarde de “Arqueología Clásica” en la Universidad Complutense de Madrid (1974-1988), y Académico Bibliotecario de la Real Academia de la Historia (1977-1991).

 

FUENTES WEB

Sobre la bibliografía citada:

BIO de Antonio blanco Freijeiro:

Recopilación de trabajos de Antonio Blanco Freijeiro:

Descargas del libro:

Sobre la Academia de Platón:

Sobre el Arte Griego

 

Antonio Blanco Freijeiro. EL ARTE GRIEGO. Biblioteca Básica del Arte Editorial Anaya. Madrid 1990. 
Inés Martínez para RADIO CEPOAT: El Canal de la Historia. 12/02/2016

Temporada 3 – Programa 5 – La batalla de Cannas

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El programa versa a cerca de la batalla de Cannas, acontecida en el 216, fue un enfrentamiento entre los cónsules romanos Lucio Emilio Paulo y Cayo Terrencio Varrón contra el general cartaginés Aníbal Barca. Desarrollada en el sureste de la península itálica, supuso un duro golpe para Roma, ya que esta batalla ha sido considerada una de las mayores masacres de la Antigüedad.

Redactado y presentado por Alberto Canales Solé
Grabación y Postproducción: Inés Martínez

La Batalla de Cannas

 

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Figura 1: Aníbal se encuentra contando los anillos de los enemigos vencidos tras la batalla de Cannas y con el águila, que representa a tanto al poder como a Roma a sus pies. Obra esculpida por Sebastien Slodtz en 1722 y que actualmente se encuentra en el museo del Louvre, pero que tradicionalmente estaría destinado para los jardines del palacio de Versalles.

 

El día dos de Agosto del año 216 Antes de Cristo presenciamos una de las mayores batallas de la Antigüedad, no puede ser otra que la Batalla de Cannas, nombre dado debido a un  pueblo cercano.

Mapa de las campañas de Aníbal y de Escipión

Mapa de las campañas de Aníbal y de Escipión, en el escenario de la II Guerra Púnica.

Esta Batalla se desarrolla en una llanura al sudeste de la península Itálica, que se encontraba dominado por Roma.  En estos momentos el general púnico Aníbal había realizado una muy provechosa campaña contra los romanos en su territorio.

Tras las victorias de Tesino, Trebia y Trasimeno se disponía a confrontarse con los romanos una vez más. El mayor ejército nunca reclutado por Roma, parte de la ciudad eterna a fin de dar caza al general púnico y acabar su aventura en tierras itálicas.

El día dos de agosto del año 216 se encuentran los dos ejércitos frente a frente, dispuestos en línea ambos con la intención de que solo saliera uno de esta llanura, Vencer o Morir.

El cónsul romano Terrencio Varrón ordena a los legionarios dejar menor espacio en la formación dando así una mayor sensación de profundidad.

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La formación inicial de la batalla de Cannas, en Rojo las fuerzas púnicas, en azul las romanas

Los primeros movimientos son una carga del centro de la formación púnica, conformado por los bravos galos y mercenarios iberos; al mismo tiempo la caballería situada a las alas se lanza contra la romana.

Las fuerzas romanas resisten fieramente la carga gala y comienzan a hacerlos retroceder, tal como Aníbal había previsto sus tropas más veteranas estaban envolviendo a la formación romana que al tratar de romper el centro de la formación estaba metiéndose en plena boca del lobo.

Cuando la caballería púnica derrota en ambos flancos a la romana el cerco ya está completado. Los legionarios no pudieron escapar, pues no tenían punto alguno de fuga y estar tan juntos les hacía no poder maniobrar. Sin duda una situación de lo más desesperante.

16 legiones habían quedado destruidas, no había ningún ejército que pudiera hacerle sombra, la península itálica era suya. Aníbal se encontraba ad portas y decidió no asaltar Roma, el motivo de esta decisión es un debate que los historiadores, a lo largo de los siglos nos hemos hecho y aún a día de hoy no tenemos clara esta decisión. ¿ Aníbal por qué no destruiste Roma?

BIBLIOGRAFÍA y FUENTES utilizadas:

  • Tito Livio, Ad urbe Condita,22
  • Polibio, Historias, Tomo I, Libro III, Cap XXXII
  • Barceló, P.(2001): Aníbal de Cartago, Madrid, ed: Alianza.
  • Fields, N.(2007): Roma contra Cartago, Barcelona, Ed: Rba Coleccionables.
  • Bendala Galán, Manuel (2013). Aníbal y los Barca. El proyecto político Cartaginés de Hispania. Fragor Hannibalis: Aníbal en Hispania, pgs: 46-81.
  • BBC, y Edward Bazalgette. (2006). Hannibal (Hannibal: Rome’s Worst Nightmare). Reino Unido.
  • Rodríguez, J. M. M. G. O. (2007). La segunda guerra romano-púnica y el gran Aníbal Barca. Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, (195), 51-120.
  • García-Osuna, J. M. M. (2013). Aníbal Barca y la batalla de Cannas. Consultado en: http://www.aglutinaeditores.com/media/resources/public/63/6385/6385aebd056e49099d3cc93f90c77c3c.pdf 10-2-2016

Alberto Canales Solé

 Alumno de Tercero del Grado de Historia de la Universidad de Murcia. 
Para Radio CEPOAT, el Canal de la Historia.

Temporada 3 – Programa 4 – Las Vírgenes Vestales

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Estas sacerdotisas romanas, a pesar de ser mujeres, llegaron a ocupar un puesto esencial en la  sociedad romana ya que se encargaban de salvaguardar el destino de Roma, siendo su tarea principal el cuidado del fuego romano, ya que en el momento de su extinción se daba por hecho que un suceso trágico inminente iba a ocurrir.

Redactado y presentado por María Estrella Vizuete
Grabación y Postproducción: Inés Martínez

 

 

VÍRGENES VESTALES

 

Vesta, era la diosa virgen del hogar,y la chimenea familiar, cuyo calor unía a toda la familia. Era una de las divinidades más importantes del panteón romano. Era también la diosa consagrada a los fuegos rituales. Gradualmente, se fue convirtiendo en la diosa protectora de Roma cuyo fuego representaba el bien del Estado, es decir, la res publica.  Esta importancia que fue adquiriendo tuvo como consecuencia la creación de un grupo de sacerdotisas sagradas encargadas de salvaguardar esta llama del hogar de la ciudad.

La chimenea familiar para los romanos fue adquiriendo connotaciones rituales y sagradas, donde ofrecían sus sacrificios y oraciones. El fuego sagrado también estaba considerado como el fuego de la vida que ardía en el pecho del pueblo romano gracias a Vesta.

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Diosa del hogar llamada Hestia en Grecia y Vesta en Roma
Fuente imagen: Globedia: Hestia, vesta: Diosa del hogar y de los templos

Sus orígenes se remontarían a la necesidad antigua del fuego comunal que tenía raíces muy profundas en la cultura y que se trasladaron a las costumbres posteriores. Junto al mal presagio de que se apagara el fuego existía, como consecuencia, una necesidad latente de mantenerlo avivado. De esta función se encargaban las mujeres de la aldea, que normalmente eran jóvenes que aún no se habían casado y por tanto no tenían que atender las tareas del hogar.

La leyenda cuenta que las primeras Vestales fueron elegidas por el héroe troyano Eneas, según la leyenda, el progenitor del pueblo romano, siendo de la misma familia que Rómulo y Remo, fundadores de Roma. En los tiempos de la Monarquía, los reyes eran quienes elegían a las Vestales y también los que impusieron los castigos en caso de incumplimiento por parte de estas vírgenes.  Los votos que debían seguir era permanecer virgen, como la misma diosa,  y el de mantener vivo el fuego sagrado. Si se apagaba era símbolo de que una tragedia se avecinaba para Roma.

Las vírgenes vestales gozaban de un gran prestigio en la sociedad. Eran respetadas por todo el pueblo romano.  Su sola presencia en el camino de una persona que estaba siendo condenada a muerte era suficiente para que le fuera perdonada la vida.

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Vírgenes Vestales cuidando el fuego sagrado
Fuente imagen: La Romapedia: Vesta y Vestales; de ellas dependía Roma

 

Hablemos ahora de los privilegios que tenían estas mujeres: Podían ser escoltadas por los lictores que eran funcionarios públicos que escoltaban a los magistrados, igualmente podían tener un sitio preferencial en los espectáculos y juegos o también ser invitadas a suntuosos banquetes donde solo podían asistir los ciudadanos más ricos de la ciudad.

Otros privilegios dignos de ser mencionados son:

-Que “todos los magistrados debían cederles el paso

-En asuntos de justicia, su palabra era por sí sola digna de tener en cuenta

-Las vestales, estaban consideradas sui iuris, es decir, con pleno derecho y poderes, como hijas del Estado y hermanas de todos los ciudadanos.

– Eran las únicas mujeres que podían hacer testamento desde los primeros tiempos de Roma en virtud de la ley Horacia, además de salvaguardar los testamentos de los ciudadanos, y por la misma ley intervenían como testigos en los juicios.

– Y además, podían administrar su hacienda y realizar operaciones financieras sin necesidad de tutores.

La vestimenta de una vestal también reflejaba su rango elevado en la sociedad y a la vez su pureza y castidad. Las túnicas que utilizaban eran de lino de color blanco y estaban adornadas con una orla púrpura. Dentro de los distintivos que llevaban encontramos uno que es de suma importancia, la vitta. La vida, que era comúnmente utilizada como adorno por las mujeres, pero que en el caso de las vestales, identificaba su posición sagrada en la sociedad. Es por esto, que lo primero que se le hacía a una Vestal que rompía sus votos, era el despojarla de esta vitta.

El número de vestales se fue incrementando a lo largo del tiempo. En un principio fueron dos, luego cuatro y posteriormente seis sacerdotisas. Así mismo como toda hermandad siempre hay una persona que oficia de líder y representante. En este caso, la Vestal de mayor importancia era la Vestalis Maxima, o Virgo Maxima, al menos eso sabemos por Ovidio y Suetonio. Y su principal tarea era la de presenciar en el Colegio de Pontífices y participar de este.

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Virgen Vestal con su vestimenta característica
Fuente imagen: Imperio Romano: ¿Quiénes eran las vestales?

 

Las Vestales servían durante 30 años. De estos 30 años:

– 10 eran como estudiante – o Discipula en Latín-; en esos años aprendían multitud de significados religiosos y cómo cumplir sus tareas en el templo.

-Los segundos 10 años se dedicaban al servicio, donde cuidaban la llama y también participaban en ceremonias de gran importancia

– Y los últimos 10 años trabajaban como maestras de las jóvenes discípulas.

Pasados estos 30 años de servicio, las vestales podían dejar el templo y casarse si lo deseaban. Sin embargo, la gran mayoría decidía quedarse ya que podían vivir rodeadas de todo lujo y comodidad.

 

Los requisitos para llegar a ser vestales eran:

Tener entre seis y diez años — que vivieran su padre y su madre; — que no tuviesen defecto físico como ser tartamuda o sorda; — que ni ella ni su padre hubieran sido emancipados aunque estuviesen bajo la patria potestad de su abuelo; — que ni su padre ni su madre hubieran vivido en esclavitud, ni ejercido un negocio sórdido. Y por último, y lo más importante, tenían que ser vírgenes.

La orden de las Vestales se mantuvo vigente hasta el año 391 DC cuando el Emperador Teodosio decretara por ley, que todo culto y rituales paganos en público quedaran prohibidos y se negara su práctica.  Tras este decreto, el templo de Vesta fue cerrado, y la llama sagrada extinta -muchos dicen que por el mismo Teodosio-.

Las vestales que ocupaban el puesto en ese momento, fueron desligadas de sus tareas, y la orden se desvaneció para ocupar su lugar en la Historia, como recuerdo de una de las más grandes y hermosas tradiciones de la edad dorada de Roma. Y tal vez, quién sabe, casualidad del destino o justicia poética hacia un Emperador incrédulo, pocos años después de haber sido apagada la llama protectora, cayó el Imperio Romano Occidental a manos de las tribus bárbaras que invadieron la península.

Es importante mencionar que las vestales fueron las únicas que tenían pleno derecho y poderes, ya que el resto de las mujeres romanas, por el simple hecho de serlo, no tenían esa potestad y siempre dependían de un varón.

Las sacerdotisas, a pesar de estar vigiladas por el Pontífice Máximo, estaban encargadas de uno de los aspectos más influyentes en el devenir de Roma, el fuego sagrado, y por tanto fueron mujeres respetadas por todo el pueblo romano.

 

FUENTES CONSULTADAS 

  • http://www.vestal.es/
  • http://www.imperivm.org/articulos/vestales.html

 

OTRAS FUENTES

 

 

 

 

María Estrella Vizuete

 Alumna de 3º de Grado de Historia de la Universidad de Murcia.
Para Radio CEPOAT: El Canal de la Historia.

 

 

Temporada 3 – Programa 3 – Los fenicios pioneros mediterráneos en el Atlántico

 

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Los fenicios fueron los primeros en navegar fuera de las aguas del Mediterraneo debido a varios motivos que les llevaron a desarrollar la tecnología de sus naves, convirtiéndose gracias a ello en uno de los mejores navegantes de su época.

Redactado y presentado por Patricia Sangil
Grabación y Postproducción: Inés Martínez

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Los fenicios pioneros mediterráneos en el Atlántico.

En la Antigüedad sus viajes fueron los más largos jamás realizados; sus fundaciones coloniales, causa y consecuencia de aquellos, las más lejanas. Hablamos de los fenicios un pueblo originario del actual territorio de Israel, Siria y Líbano.

Los fenicios se convirtieron en el primer pueblo de origen mediterráneo en un inundar el Atlántico con sus naves. Fueron comerciantes y colonos que se abrieron paso a través de las aguas del Estrecho de Gibraltar. Este pueblo amaba el mar y de entre todas sus ciudades amaba Tiro, que gracias a su posición geográfica fue la más marinera y con mayor potencial comercial.

Pero la ciudad de Tiro tuvo que hacer frente a dos graves problemas, a parte de la gran amenaza asiria: el grave deficit alimentario y la escasez de metales.

Este último punto les obligó a una salida hacia rutas más lejanas y peligrosas, fundando así entre finales del siglo IX y la segunda mitad del siglo VIII a.C varias colonias en las costas de Huelva, iniciando así la explotación minera de plata en lugares como Riotinto o Áznalcollar.

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Mapa de la colonización fenicia.Fuente: http://bit.ly/1pBcC1I

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Aunque sin lugar a dudas, una de las más importantes fundaciones coloniales fenicias en suelo ibérico fue Gadir. Este lugar en la Antigüedad era un archipiélago rico en oro, plata y cobre que rápidamente se convirtió en un enclave crucial para el desarrollo económico fenicio.

Sin embargo lo que el pueblo fenicio buscaba era estaño. El estaño que gracias a su aleación con el cobre les permitió la obtención de bronce. La búsqueda de este preciado metal fue la causa de este cambio en sus rutas hacia lugares aún más alejados, alcanzando hacia el norte incluso las misteriosas islas Casitérides.

Decimos misteriosas, debido a que todavía hoy día su ubicación continúa siendo un misterio sin resolver por los historiadores, quienes ofrecen opiniones diversas: unos las sitúan frente a las costas gallegas, mientras que otros creen que se sitúan frente a las costas de la Bretaña francesa y sin embargo otro tercer grupo de especialistas afirma que las ” Islas del Estaño” son las actuales Islas Británicas.

Sea como fuere lo cierto es que los fenicios llegaron a ellas e hicieron suyo el control de las rutas del estaño, dando un gran paso al frente desde el punto de vista económico y comercial.

Avezados marineros los fenicios también se dirigieron hacia el sur, bordeando la costa africana donde fundaron varias colonias como las de Mogador y Lixus en las costas de Marruecos.

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Imagen de un birreme.Fuente :bit.ly/1QMdCu7

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Estas pretensiones marineras requerían de unas naves a la altura de las circunstancias . Como consecuencia, los fenicios fueron mejorando progresivamente sus embarcaciones buscando lograr unas naves lo más rápidas y espaciosas posibles. Para ello reforzaron el casco de sus barcos de tal modo que fueran mas resistentes a las aguas del Atlántico. Para conseguir una mayor velocidad en la navegación dotaron a sus embarcaciones de vela, con ello consiguieron liberar más espacio en las naves, un espacio que después destinaron a sus mercancías, ya que la vela reducía el número de remeros necesarios para el avance de la embarcación. Así las naves fenicias presentaban un aspecto redondeado, con altos costados, pensadas para almacenar un gran número de mercancías. Estas fueron conocidas como gaulós.

Tal era la fama de los fenicios y sus navíos que entre sus propios contemporáneos, los egipcios a la hora de tener que realizar importantes y largos viajes por mar, preferían emplear naves y marineros extranjeros, de entre los que salían efectivamente nuestros protagonistas. Un ejemplo mencionado por Herodoto de Halicarnaso puede ser el del faraón Necao II, quién logró, gracias a las naves fenicias, circunnavegar África de este a oeste, adelantándose con este viaje a los viajeros de los siglos XV y XVI.

El protagonismo fenicio en el mar tuvo sus ecos en la Lex Rhodia, en la cual se dejaba constancia de los derechos y las obligaciones a las que estaba sujeto todo aquel que tuviera bajo su dominio una embarcación, todo pasajero e incluso las autoridades portuarias. Esta ley que que regulab uno de los aspectos mas importantes de la vida de este pueblo, fue posteriormente adoptada y adaptada por los romanos. Sin embargo, la influencia fenicia no se quedó en Grecia y Roma sino que continuó avanzando a través de los siglos, constantándose su influencia incluso posteriormente, pues tal y como afirmó Donald S. Johnson : ” Gran parte de la legislación marítima internacional de hoy en día se nutre directamente de la lex Rhodia”. Tal fue la importancia de los fenicios como navegantes y su flota comercial que su legado es parte primordial de la navegación occidental.

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FUENTES

BIBLIOGRAFÍA

Aubet,M.E. Tiro y las colonias fenicias de Occidente. Ed Bellaterra. Barcelona. 2009.

WEBGRAFÍA

Otras fuentes para ampliar la información:

Pappa, E.( 2013). Early Iron Age Exchange in the West. Phoenicians in the Mediterranean and the Atlantic (Ancient Near Eastern Studies Supplement Series 43). Leuven: Peeters.

Prados,F. (2007). Los fenicios: del monte Líbano a las columnas de Hércules. Marcial Pons

Chiara Mauro. (2014). Las rutas fenicias por el Mediterráneo en el periodo a rcaico (IX – VII siglo a .C.). ArqueoWeb, 15, 33-55.

González Antón, R.,López Pardo, F. Y Paña Romo, V. (eds.), Actas del IV Coloquio del CEFYPL: Los fenicios y el Atlántico, Madrid.

María Eugenia Aubet. (2001). The phoenicians and the West: politics, colonies and trade.Cambridge: Cambridge University Press.

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Patricia Sangil Álvarez

Alumna de 4º curso del Grado de Historia de la Universidad de Murcia

Para Radio CEPOAT: El Canal de la Historia.