Esta intervención pretende reflexionar sobre el famoso tratado de Teodomiro desde su materialidad, es decir, desde las evidencias materiales que la investigación arqueológica ha aportado a una discusión que hasta principios de la década de los 90 del pasado siglo, fue una narrativa exclusivamente textual, basada en noticias transmitidas por escuetas fuentes árabes y latinas, no siempre contemporáneas a los acontecimientos históricos relatados y de difícil confrontación material. La investigación arqueológica sobre el temprano al-Andalus en el sudeste de la Península Ibérica –el territorio que fue conocido desde entonces con el referente nominal del dux visigodo que pactó su capitulación (Theudimer/Tudmīr) en el año 713–, se iniciaron a finales de la década de los años 80 en un contexto de investigación sobre el proceso formativo de al-Andalus, en el que por vez primera intervenía activamente la arqueología y se desarrollaron de forma paralela en el sudeste y en Andalucía oriental, en un contexto histórico comparable en cuanto a formas de poblamiento y cultura material y en un mismo marco conceptual.
Más de dos décadas después, este territorio, con sus zonas de luz y de sombra, constituye un buen ejemplo de las posibilidades de una reflexión histórico-arqueológica. Para ello la intervención se centrará en el siglo VIII, un periodo que en el ámbito del sudeste de Hispania primero y al-Andalus después, está atravesado por la figura de Teodomiro y las implicaciones del famoso pacto de sumisión transmitido por las fuentes escritas. Su objetivo es analizar no sólo la geopolítica del tratado y la realidad urbana tardovisigoda, sino también y sobre todo la construcción de un nuevo paisaje social que, a la vuelta de un proceso convulso, devendrá en un territorio diverso, como distintas serán las formas de poblamiento urbano y rural que en él se implanten. La feliz e inusual concurrencia de testimonios documentales y una abundante investigación arqueológica permiten plantear problemas de gran interés histórico, que trascienden el propio tratado y permiten caracterizar las implicaciones fiscales y agrícolas del asentamiento ŷundí, así como la creación de nuevos modelos de paisaje urbano y rural.
Sonia Gutiérrez
