REVISTA ELECTRÓNICA DE ESTUDIOS FILOLÓGICOS




Internautas que tejen una red sobre la red

Xavier Laborda Gil

(Universidad de Barcelona)

xlaborda@ub.edu

 

Hubert L. Dreyfus

Acerca de Internet

Traducción de Cristian P. Hormazábal

Barcelona, UOC, 2003; 117 páginas

Colección Nuevas tecnologías y sociedad

www.uoc.edu

 

 

Tres acontecimientos

 

¿Qué hacemos en Internet? ¿Qué nos sucede en Internet? ¿Cómo usamos y construimos la red? Son éstas algunas de las preguntas que busca responder el libro de Hubert L. Dreyfus, Acerca de Internet. Fue publicado originalmente en 2001 por Routledge en inglés, y ahora aparece en versión castellana bajo los auspicios de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). El libro brinda una brillante reflexión sobre los efectos psicológicos e interpersonales de la conexión a la red de los internautas.

 

Esta obra es el primer título de la colección “Nuevas tecnologías y sociedad”. Para su presentación se escogió un estrado singular, las Primeras Jornadas Tejer la Red, celebradas en Barcelona en junio de 2003. Las Jornadas llevaban el subtítulo de “Internet y vida cotidiana”.

 

Reivindicación del cuerpo

 

Hubert L. Dreyfus es profesor de filosofía en la Universidad de California. Como escritor ha publicado obras sobre tecnología y cultura, elaboradas a partir de una perspicaz crítica de carácter antropológico y filosófico. En Acerca de Internet relaciona con sencillez y precisión admirables el pensamiento de autores de la tradición con las prácticas de consulta de información y de navegación por la red. Para Dreyfus la intensa defensa del cuerpo hecha por Nietzsche es la piedra de toque de que se vale para advertir sobre las consecuencias de la desaparición del cuerpo y de la relación sensorial entre los sujetos. Conviene aclarar que la posición de Dreyfus no es apocalíptica o maniquea. Reconoce con agrado sus actividades docentes con recursos en la red, como archivos de audio en formato MP3 de sus clases y también de vídeo. Su experiencia concuerda con la tesis crítica de la enseñanza a distancia. Y añade que ha observado dos hechos. El primero es que sus alumnos prefieren consultar los documentos sonoros, porque les resultan más útiles y formativos que los vídeos; por esta razón ha optado por sustituir los vídeos por imágenes digitales de los esquemas o notas que realiza en la pizarra. Y el segundo hecho es que los alumnos aprenden especialmente de esos documentos de la red porque ya han estado en las clases y han vivido la relación de tiempo y espacio que se establece. De ahí concluye que el cuerpo es fundamental para el aprendizaje, entendiendo por cuerpo la totalidad de las capacidades personales de la persona, entre las cuales se hallan las relaciones interpersonales.

 

El trasfondo de Acerca de Internet es la incorporeidad en la red y las limitaciones del ciberespacio. La ironía, si es que puede presentarse de este modo, está en que su autor es un usuario cualificado de la red y que la editorial de la versión en castellano es la UOC o universidad a distancia de Catalunya. Por lo tanto, es indudable que se difunde a conciencia el mensaje de Acerca de Internet y que su validez parece avalada por estas referencias. El libro examina en su parte central las condiciones culturales del aprendizaje a distancia (capítulo 2) y la paradoja de la telepresencia y su efecto en la distancia de lo real (capítulo 3). Ello viene acompañado de una crítica acerba de los hipervínculos (capítulo 1) y de una extrapolación sobre el nihilismo y su antagonismo con el compromiso social del individuo (capítulo 4). Un breve capítulo de conclusiones cierra un libro conciso, claro y muy sugestivo, que dialoga con la historia de la filosofía y con la actualidad de la tecnología de la información.

 

Educación a distancia y fugacidad de la realidad

 

La educación a distancia debe ser examinada a la luz de los estadios del aprendizaje. Según la pedagogía, el estudiante puede recorrer diversas etapas de aprendizaje y madurez, que arrancan en la de principiante, pasan por la intermedia, la avanzada, la de especialista y concluyen en la de magisterio. Destaca el autor que en ese proceso el estudiante se inicia con una gran dependencia del contexto y con la incapacidad de discernir las preguntas y las respuestas al problema. La maduración plena permite al estudiante formarse en un conocimiento abstracto que le faculta para comunicarlo y para aplicarlo de un modo práctico.

 

La tesis de Dreyfus es que este tipo de educación no presencial tiene una utilidad cierta, y una carencia evidente, que es la negación de la corporeidad en el aprendizaje compartido que podría darse en el aula. Entre otros muchos argumentos, señala que la mirada del profesor anima y estimula el trabajo de los aprendices; éstos pueden hallar una motivación en su trabajo en el fenómeno, aparentemente elemental, de la mirada evaluadora y cómplice del maestro. De igual o mayor peso es la capacidad que tiene el sujeto de aprender con todas las potencias del cuerpo, sensitivas y temporales.

 

Para Dreyfus, el aprendizaje a distancia es eficiente, pero no eficaz. Desde un punto de vista administrativo, resulta recomendable porque los recursos que se invierten aportan unos resultados satisfactorios. En ello consiste la eficiencia: una buena relación entre recursos y resultados. Y los resultados es que la educación a distancia es apta para satisfacer los tres primeros niveles de aprendizaje, esto es, los más elementales. Sin embargo, desde el punto de vista del profesor y del alumno, la enseñanza a distancia no resulta eficaz porque no alcanza o resulta idónea para formar en los niveles de especialización y de magisterio.

 

La paradoja a la que alude Dreyfus en un capítulo específico, el tercero, relativo a la telepresencia y la distancia de lo real, es que la comunicación telemática supone una pérdida de aspectos fundamentales para el aprendizaje. La múltiple ubicuidad que sugiere el uso de la red implica una carencia determinante, la del cuerpo, en un lugar, un tiempo y un entorno físico y personal concretos. Con ello el sujeto queda privado de una experiencia óptima del mundo. El sentido de la realidad, concebido como una sutil percepción de lo que es relevante en cada caso, se nutre de lo que el autor define como la interactividad de nuestros cuerpos, tal como podemos leer en este fragmento.

 

La habilidad del cuerpo para absorber lo que es importante y luego preservarlo como parte de un trasfondo general nos permite percibir situaciones cada vez más refinadas y responder con mayor destreza. Nuestra sensibilidad corporal al estado de ánimo es la que posibilita la participación en situaciones sociales compartidas (…). La tendencia a responder positivamente a situaciones de interacción con otros cuerpos, además, sustenta nuestra capacidad para confiar, de modo que da bases a nuestro mundo interpersonal. Todo esto lo hace el cuerpo con tal facilidad, extensión y efectividad que prácticamente no se nota; por eso nos parece tan fácil pensar que podríamos vivir sin cuerpos en el ciberespacio. Y, por eso, también, tal cosa resulta imposible. (p. 83)

 

La cita resume con elocuencia el sentido del libro. La referencia al cuerpo puede entenderse como una metonimia. Según la figura, el cuerpo es más que la materia completa del individuo. Aquí se ha de entender como un continente de muchas facultades o como el sistema que permite no sólo percibir la realidad sino también pensarla mejor. Parafraseando a Pascal, diríamos que el cuerpo entiende razones que la mente desconoce. Dreyfus no menciona a Pascal, pero sí a otros filósofos: Nietzsche en un lugar destacado; también Platón, Descartes, Kirkegaard y Merlau-Ponty. De Platón recuerda el mito de Fedro y la repulsa de la escritura como olvido de su sentido. De Descartes expone el dualismo entre mente y cuerpo. Dreyfus no comparte el pensamiento formalista de Platón y Descartes, porque bebe de corrientes retóricas y existencialistas. En éstas tiene un papel central la interpretación del contexto y de la fília de las relaciones humanas. La fília es esa vinculación de las personas, que trasciende las situaciones materiales y establece vínculos de amistad y cooperación.

 

Debilidad de los hipervínculos

 

El hipervínculo es el emblema de Internet. Sin estos enlaces entre documentos y enunciados la red resultaría inútil e insufrible. Su aplicación es conveniente por dos motivos. Por un lado, permite hallar información en una maraña exuberante de sitios web, que se expande a un ritmo superior al de un millón de páginas por día. Por el otro, es un dispositivo que se vale de la rapidez de los ordenadores para manejar gran cantidad de datos sin necesidad de que sus contenidos estén organizados.

 

Pero esta indudable utilidad del hipervínculo proclama también su debilidad. Sostiene Dreyfus que la fascinación del hipervínculo es producto de un mito. Confronta la organización de los documentos según el protocolo de biblioteca con la búsqueda y recuperación de datos con motores en ciberia. E indica que el primer modelo parte de una organización semántica o de contenidos de los documentos; ese modelo opera sobre informaciones. En cambio, el segundo modelo, el de los buscadores y sus resultados en forma de hipervínculos, opera de modo sintáctico, esto es con similitudes o coincidencias formales; ello significa que no utiliza categorías sino segmentos o sintagmas. La diferencia entre un modelo y otro estriba en que el de clasificación bibliotecaria trabaja con documentos y con información relevante, mientras que el modelo de la búsqueda automática opera con datos.

 

Poco importa el procedimiento de trabajo si el resultado es provechoso. Pero, como ha demostrado la historia de las investigaciones en inteligencia artificial, no hay nada tan escurridizo para los algoritmos de las máquinas que el sentido común. Y afecta al sentido común se halla la relevancia. Para hallar los datos que se necesitan, hay máquinas denominadas de “popularidad” que tienen referencias sobre los sitios más frecuentados de Internet, con datos sobre el número de usuarios y de tiempo de consulta. Esta es, por ejemplo, una fuente de orientación sobre la relevancia de las páginas web. No basta con que los buscadores hallen afinidades, sino que organicen los resultados de un modo relevante. Esa es una tarea en la se puede apreciar progresos. Pero, insiste Dreyfus, el hipervínculo proclama que se ha hecho de la necesidad virtud y de la ceguera semántica leyenda heroica. “Una cosa es segura –concluye Dreyfus–, los internautas que cambian el mundo del cuerpo por el lenguaje sintáctico de la web y sus máquinas de búsqueda, tendrán que resignarse a escarbar entre montañas de documentos con la esperanza de encontrar, a veces, la información que desean”. Remata así su argumentación en favor del cuerpo y de una formación que incluya las actividades presenciales y el uso de información organizada y no simplemente amontonada.

 

Colección de nuevos títulos

 

Sorprende y estimula que la editorial de la UOC (www.editorialuoc.com), universidad a distancia que aplica la formación en red, lance con la obra Acerca de Internet su nueva colección “Nuevas tecnologías y sociedad”. Como se ha visto, el contenido de la obra es profundamente filosófico y su intención resulta muy crítica con unas apreciaciones elogiosas de la telemática. El mérito de Dreyfus está en su ágil y polémica capacidad de argumentar. Con ello la colección arranca enérgicamente, pues plantea una visión que suele ir a contracorriente de los usos actuales y, además, mantiene una razonable distancia de las interpretaciones apocalípticas o integradas de la tecnología. Un examen de los recursos documentales y formativos de la red como el que se expone tiene un calado hondo, pues considera las prácticas con una perspectiva cultural, una perspectiva de antropología cultural.

 

El comité editorial de la colección “Nuevas tecnologías y sociedad” está formado por los profesores de la UOC Agnès Vayreda y Josep Vidal, así como por Francesc Xavier Tirado, de la Universidad Autónoma de Barcelona, y Martín Mora, de la Universidad mexicana de Guadalajara. Este grupo de personas está asesorado por un comité de casi treinta miembros más de la comunidad científica española y latinoamericana.

 

Seis nuevos títulos ha anunciado el comité editorial para la colección. Entre ellos, está el texto sobre la aparición de comunidades virtuales de Steven G Jones, Cibersociedad 2.0, o el de Christine Hine, La etnografía virtual, que indaga sobre aspectos sociales de Internet. También figura en la lista una obra de Donna J. Haraway, con un título que llama la atención, Testigo_Modesto@Segundo_Milenium.Hombrehembr@conoce_ancorratón®. Lo que parece poesía experimental es una exploración radical de la tecnociencia. Y otro título más, a cargo de Don Ihde, El cuerpo y su tecnología, que como se lee en el avance se trata del ensayo de un filósofo de la ciencia que explora el significado del cuerpo con la tecnología.

 

A fin de cuentas, el bucle se cierra y recomienza. El pensamiento de Don Ihde debe de estar en perfecta sintonía con el de Hubert L. Dreyfus; es muy ilustrativo este énfasis en el cuerpo y en cómo proclama sus razones. La colección promete retornar y ahondar en las inquietudes del primer libro publicado con tanto acierto. Y, a modo de comentario general, queda claro que la colección ofrece una mirada crítica que alterna las perspectivas sociológica, filosófica y antropológica. Ojalá sea en todos los casos una mirada acerada, cortante, como la de Dreyfus.

 

Jornadas de trabajo sobre la red

 

El ámbito social en que se ha presentado las publicaciones reseñadas fue el de las Primeras Jornadas Tejer la Red, celebradas en Barcelona el 12 y 13 de junio de 2003. Las Jornadas, que llevaban el subtítulo de “Internet y vida cotidiana”, han pretendido sentar las bases para crear y coordinar grupos de investigadores sobre recursos y usos de Internet. La organización ha corrido a cargo de la Cátedra Telefónica en Comunidades Virtuales, de la Universitat Oberta de Catalunya. También han colaborado GIRCOM (grupo interdisciplinario de estudios de comunidades virtuales), Enxarxa.net, GESCIT (grupo de estudios sociales de la ciencia y la tecnología), en.red.ando (empresa especializada en la gestión del conocimiento en la red) y el doctorado de Psicología social de la Universitat Autònoma de Barcelona. Y los participantes que han acudido al encuentro pertenecen a catorce universidades, buena parte de ellas españolas, que representan a otros tantos grupos de trabajo en investigación, producción cultural o edición electrónica.

 

En las sesiones de las Jornadas se ha debatido en formato de taller sobre aspectos que afectan a la creación de un foro sobre la red. Son aspectos tales como las formas organizativas, las afinidades temáticas de los participantes, el plan de actuación y las estrategias de difusión y de financiación. Los objetivos propuestos son la creación de un foro de expertos sobre Internet y vida cotidiana; la aspiración es reunir a los investigadores y a sus grupos de trabajo, en una comunicación interdisciplinar y crítica. Su campo común puede ser explorar la promesa de transformación y de cambio social en la vida cotidiana que se asocia con Internet. Una condición relevante de este proyecto de foro es prestar una especial atención a las aportaciones de los estudiosos que se expresan y trabajan en ámbito culturales no anglosajones.

 

Los talleres de las sesiones han permitido debatir muchos de estos aspectos. Y han revelado muchos puntos en común entre los participantes. Las conclusiones de las sesiones y de la síntesis general están en la página web de la UOC (www.uoc.edu/in3/gircom/). Y el propósito de la organización es impulsar esta iniciativa tan estimulante, para que tome cuerpo como foro telemático y como plataforma de encuentros como los realizados en esta ocasión.

 

Acabemos con las palabras de Dreyfus. “En 1922, Thomas Edison predijo que ‘el cine está destinado a revolucionar nuestro sistema educativo y... en pocos años sustituirá en su mayoría, cuando no totalmente, los libros’.” Pero ello no fue así. En 1945 otro visionario anunció un nuevo ciclo educativo con la radio, pero no ocurrió así (salvo por la Universidad a Distancia hasta hace poco). En los años ochenta se produjo un revuelo inenarrable con los ordenadores (con la ayuda de algunos de nosotros para alcanzar mayor contaminación acústica, dicho sea modestamente), a los cuales se auguraba una función revolucionaria. Como ello no ha sido así, afortunadamente ha llegado Internet para impulsar de nuevo las ilusiones o las fantasías tecno-culturales. Lo que haya de ser no está escrito. La red se está tejiendo. Y su estudio es tentador.