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Revista de estudios filológicos
Nº34 Enero 2018 - ISSN 1577-6921
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reseñas

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ Y LA MODERNIDAD

 

Francisco Javier Díez de Revenga

(Universidad de Murcia)

revenga@um.es

 

Juan José Lanz: Juan Ramón Jiménez y el legado de la Modernidad, Barcelona, Anthropos (Autores, Textos y Temas. Literatura, 47), 2017, 272 págs., ISBN: 978-84-16421-53-4

 

 

 

 


 

Una nueva aportación global sobre la obra de Juan Ramón Jiménez de excelente calidad supone el libro que acaba de publicar Juan José Lanz en Barcelona con el título de Juan Ramón Jiménez y el legado de la Modernidad, porque, en efecto, se trata d una aproximación muy completa a diferentes facetas de la obra de nuestro Premio Nobel de Literatura de 1956. Y no es de extrañar que así sea ya que su autor, Juan José Lanz (Bilbao, 1963) es profesor titular de Literatura Española en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), y ha publicado con anterioridad algunos estudios que son de referencia obligada  en el campo de la literatura española del siglo XX, y especialmente en el estudio de la poesía, como en efecto sucede con Alas de cadenas. Estudios sobre Blas de Otero (2008), Las palabras gastadas. Poesía y poetas del medio siglo (2009), Nuevos y novísimos poetas. En la estela del 68 (2011) y La Musa Metafísica. Estudios sobre la poesía de Guillermo Carnero (2016), entre otros ensayos que demuestran su dedicación intensa a esta época, evidenciada también en sus ediciones críticas de obras del propio Juan Ramón Jiménez, así como de Miguel Mihura, de Diego Jesús Jiménez y de Luis Alberto de Cuenca.

Se reúnen en este volumen un conjunto d estudios realizados por su autor a lo largo de los últimos quince años y referidos todos ellos a la obra de Juan Ramón Jiménez. Son, desde luego, aproximaciones parciales a diversos aspectos de la obra, pero el conjunto ofrece una apreciación global de lo que la obra de Juan Ramón ha significado para la Modernidad, de manera que ha sido la consideración de la obra de Juan Ramón como exponente de la Modernidad literaria occidental el eje fundamental de este conjunto de ensayos, que en todo momento ha perseguido ofrecer una visión global de las más representativas facetas de la obra del poeta, atendiendo al mismo tiempo al análisis del texto, a su hermenéutica y al diálogo que este establece con la historia literaria y general del momento.

Partiendo del empleo sistemático de una metodología histórico-crítica que marca y garantiza la cohesión estructural y metodológica del libro, desde el momento en que se concibe el texto literario como un documento histórico, el volumen recorre los principales aspectos de la obra de Juan Ramón Jiménez, desde los planteamientos más generales, hasta el análisis concreto de algunos de los textos más representativos del poeta, porque lo interesante es lograr, como así lo ha conseguido nuestro estudioso, que la obra de Juan Ramón es y sea una parte sustancial del legado de la Modernidad a las generaciones siguientes.

Lo cierto es que nuestra autor concibe la Modernidad literaria como una categoría histórico-estética y cosmovisionaria única, cuyos elementos se analizan en este libro en la obra de Juan Ramón. Y en las páginas introductorias del volumen se esfuerza el profesor Lanz, por demostrar que sus análisis son distintos, porque aportan una metodología diferente, a las aportaciones más recientes que, sobre la obra de Juan Ramón, han venido apareciendo en la primera década del siglo XXI y que enumera y analiza de forma sucinta aunque detalladamente en cada uno de los casos. De lo que se trata es de mostrar la trascendencia de Juan Ramón que él advierte en las consecuencias que su poesía ha tenido en la posteridad, sobre todo desde que Juan Ramón lleva a cabo, en su propia trayectoria, las innovaciones que lo convertirán en el gran innovador de la lírica contemporánea a partir de Estío (1915) y de Diario de un poeta recién casado (1917), innovaciones que lo convertirían en el maestro indiscutible, aunque muchas veces discutido, de los poetas de los años veinte y treinta en España, la llamada generación del 27, y en las generaciones posteriores, como en este libro se analiza, hasta llegar a José Hierro, Blas de Otero, Ángel González, Francisco Brines, José Manuel Caballero Bonald o Antonio Gamoneda.

Se inicia la obra con un primer capítulo introductorio dedicado al análisis de «El legado poético de Juan Ramón Jiménez y la Modernidad», en el que sitúa previamente los presupuestos teóricos sobre los que se va a basar toda la investigación contenida en los capítulos siguientes hasta llegar a la conclusión previa de la solidez de ese legado, sobre todo teniendo en cuenta el proceso evolutivo de la creación juanramoniana a través de las etapas señaladas por los estudiosos, fundamentalmente las dos en que la obra se suele dividir teniendo como eje la escritura y publicación de Diario de un poetas recién casado, entre 1916 y 1917. Se dilucida con claridad en este capítulo cuál es el concepto de la poesía, del poema y el sentido de la palabra poética desde el propio Juan Ramón Jiménez, en tanto que  producto de esencialidad que define una creación muy personal hacia ese interior que el poeta protagonizó y profundizó a lo largo de su obra en su camino para obtener la obra total, la totalidad de una palabra poética metafísica y cognitiva, signos que sin duda constituyen el máximo legado de Modernidad de toda su poesía.

Para comprobarlo se constituyen en el libro los restantes capítulos. Partiendo en el segundo del estudio de la «Intimidad y discurso en la poesía primera de Juan Ramón», con un planteamiento previo teórico muy lúcido en torno a la intimidad y la ficción del discurso lírico, analiza el profesor Lanz el primer Juan Ramón y la representación de la intimidad, y llega a la conclusión de que el complejo mundo del Juan Ramón inicial reviste perfiles en torno a lo autobiográfico, la intromisión en la intimidad personal, el autorretrato lírico y la propia omnipresencia del yo creador que el autor analiza con solvencia y detenimiento basándose en los textos oportunos que manifiestan y confirman las hipótesis establecidas. Porque, junto a ese yo autobiográfico del autor creador y narrador, se desarrolla un segundo yo, el otro yo, que define toda la etapa creadora de Juan Ramón hasta 1916, cuando, con las nuevas experiencias de Diario de un poeta recién casado y otros libros inmediatos de aquellos años, se camine hacia un nuevo objetivo: la construcción consciente de la intimidad  en el lenguaje: «Inteligencia dame el nombre exacto de las cosas…»

El capítulo dedicado a «Platero y yo y la pedagogía nacional» es también un capítulo absolutamente innovador, ya que otorga al célebre libro de Juan Ramón, y a su autor en ese momento, un papel fundamental de trascendencia en la historia que hasta ahora no se le había atribuido. Sobre todo porque se trata de un análisis en profundidad de una obra que aparece en España en un momento en que los prosistas, los pensadores, andaban muy inquietos con las cuestiones pedagógicas desde La voluntad, de Azorín; Amor y pedagogía, de Unamuno; Camino de perfección, de Baroja, las de 1902, entre otras muchas de los años posteriores. Y precisamente Platero y yo contiene reflexiones relacionables con el mundo de la educación que Lanz pone de relieve en este capítulo, cuando destaca en este sentido también la importancia y el magisterio de Juan Ramón, como también lo resalta en el campo de la prosa literaria, de la prosa poética, que surge de este libro como del Diario de un poeta recién casado. Destaca que todo lo que se escribió en prosa lírica después de Platero y yo tiene que ver con las innovaciones de Juan Ramón, sobre todo si nos detenemos en Víspera del gozo de Salinas, Ocnos de Luis Cernuda, Industrias y andanzas de Alfanhui de Rafael Sánchez Ferlosio, e incluso Historias fingidas y verdaderas de Blas de Otero. La conclusión una vez más está clara, como afirma el propio Lanz: «No cabe duda de que si Juan Ramón fue guía de los poetas del 27, también lo fue de los prosistas más destacados. Su herencia permanece más de cien años después».

A la segunda época poética y a Belleza (en verso) 1917-1923 dedica el capítulo cuarto el autor del libro, en que da cumplida y detallada cuenta de la evolución de Juan Ramón en los años siguientes a Diario de un poeta recién casado, cuando el poeta tenía muy claro el sentido del desarrollo innovador de su trayectoria poética. Naturalmente lo que se analiza en el capítulo es una época crucial en la estética de Juan Ramón, años madrileños de reconcentración y de renovación de la palabra poética, de vacilaciones y de búsquedas, de pruebas y de ensayos que han complicado mucho la fijación textual de los textos de toda una época, por lo que no es extraño que Lanz cierre el capítulo con algunas acertadas y oportunas consideraciones sobre la edición de este libro tan trascendental de la historia literaria y textual de Juan Ramón. Lógicamente todas las afirmaciones del profesor Lanz se basan en textos del poeta, y sus opiniones son contrastadas con las de los críticos más prestigiosos que a este momento juanramoniano se han aproximado. Los ideales de belleza y plenitud, de esencialidad y de desnudez que informan todos estos años juanramonianos son examinados con detenimiento y los resultados son muy alentadores para entender una época muy difícil y, como hemos adelantado, sumamente compleja alimentada por la inevitable sensación de incomprensión que  rodeaba su proceso creativo, revelado en la indeleble y no poco célebre dedicatoria «A la inmensa minoría».

La época del exilio del poeta tiene en el capítulo siguiente una extensa e intensa revisión cuando se enfrenta el autor a Romances de Coral Gables como representación del primer exilio. Sin duda, la poesía escrita en ese momento por Juan Ramón reviste una serie de novedades fundamentales en la trayectoria de su obra literaria y así lo constituyen solo por estar rodeadas de una circunstancia especial, la del destierro, la de la vida en unos espacios diferentes, sino también porque otros aspectos  penetran en la obra juanramoniana, entre los que mucho tiene que ver el paso del tiempo y la influencia de la edad. Y precisamente espacio y tiempo son analizados con todo detalle por el profesor Lanz en el libro, que se detiene especialmente en los romances y vuelve en esta obra a plantear cuestiones textuales, siempre tan complicadas en Juan Ramón, cuya resolución propone en la conclusión de este interesante capítulo. La sencillez sintética que caracteriza la escritura del poeta en esta etapa, la transparencia expresiva y la desnudez formal, la ausencia de artificios definen al Juan Ramón del destierro, de la soledad y del desamparo de la distancia.

El cronotopo de dos grandes poemas de esta época Espacio y Tiempo en relación con Albert Einstein es el argumento del capítulo siguiente, el sexto, en el que se aportan ideas muy acertadas para entender estos poetas teniendo en cuenta, como señala Lanz, que Espacio es un «poema de espacio», «un poema seguido», «en el que se expresan los espacios del tiempo, y en el que, en su concepción, sucesiva, se expone de manera contemplativa; en él, el tiempo se anula en los espacios, que se yuxtaponen para expresar ese momento único, de contemplación, de fusión absoluta, Ante el misterio de la eternidad». Mientras que Tiempo, por el contrario es una «escritura del tiempo», una escritura de la memoria, que busca en la evocación temporal «la fusión memorial de ideología y anécdota». Para Juan Ramón el tiempo es espacio y el espacio solo puede medirse en la temporalidad. La novedad mayor de este capítulo, insólita en los estudios literarios españoles, es la relación establecida con la filosofía del tiempo y del especio nada menos que de Albert Einstein, lo que dota a este capítulo de una amenidad añadida sorprendente hasta el asombro.

La enorme influencia de Juan Ramón Jiménez en la poesía española de posguerra, como ya hemos advertido anteriormente, será el argumento del capítulo final del libro, que ofrece multitud de documentos y referencias textuales que así lo confirman, y que al provenir de un experto reconocido en el hispanismo internacional en la poesía nacional de los años  posteriores a la Guerra de España, quedan garantizados en su severidad documental y exigencia informativa. El período temporal examinado es muy amplio ya que abarca desde 1939 a 1960, es decir años cruciales en el desarrollo de la poesía española tras la contienda bélica. No se trata de descubrir huellas y seguidores sino de captar en los poetas de las generaciones más jóvenes un espíritu de renovación que nace justamente de la poesía de Juan Ramón y de su ejemplo. Y el profesor Lanz así lo demuestra a lo largo de este capítulo.

Para cerrar este interesante libro, se ha incluido un apéndice con una serie de comentarios de textos muy bien confeccionados sobre trece poemas procedentes de Belleza y Romances de Coral Gables, es decir surgidos de los dos polos que han constituido los ejes de reflexión de este libro en torno a dos fechas, 1923 y 1948. Una amplia y completísima bibliografía corona esta obra excepcional.

Nos hallamos, habida cuenta de todo lo señalado, ante una aportación de referencia para el conocimiento de la poesía de Juan Ramón Jiménez, porque Juan José Lanz no solo ha planteado una serie de cuestiones generales que definen la trayectoria del poeta sino , en los diferentes capítulos, ha descendido al detalle del examen de algunos de los libros más significativos que jalonan la historia literaria de Juan Ramón y que en  definitiva demuestran la importancia y significación del legado del poeta a las generaciones siguientes, de su legado de la Modernidad.