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Revista de estudios filológicos
Nº33 Junio 2017 - ISSN 1577-6921
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reseñas

LA SÉPTIMA FUNCIÓN DEL LENGUAJE

Xavier Laborda

(Universidad de Barcelona)

 

Laurent Binet: La séptima función del lenguaje    la setena funció del llenguatge-laurent binet-9788415835943

Laurent Binet. La séptima función del lenguaje. / La setena funció del llenguatge.

Barcelona, Seix Barral, 2016, 448 págs. / Barcelona, Edicions de 1984, 2016, 480 págs.

ISBN: 9788432229619 / ISBN: 9788415835943

 

La lingüística en la narrativa

La lingüística es la clave de un grave conflicto y los lingüistas son los protagonistas de una novela de Laurent Binot, La séptima función del lenguaje (2015), que se ha publicado en español (Seix Barral) y catalán (Edicions de 1984) a finales de 2016 con un notable éxito de crítica (Arjona 2016, Estévez 2016, Saladrigas 2016, Serra 2017). Esta obra narrativa se suma a un elenco de títulos de notable calidad cuyos autores han realizado un homenaje a la lingüística como ciencia de las ciencias o paradigma reinante durante los años setenta y ochenta del siglo XX. Le precedió M/F (1971), la novela en que Anthony Burgess desarrolla una trama intrincada y formalmente estructuralista, forjada con  oposiciones binarias de personajes  y otros elementos narrativos (Burgess 1990: 287-89, 318). A su vez, bajo el signo del generativismo y la antropología aparece la novela de Ian Watson, The Embedding (1973), en que combina las exploraciones etnológicas en una comunidad amazónica con experimentos lingüísticos entre los nativos, bajo el signo de los efectos de drogas e intervenciones cerebrales. Si se amplía el campo de la teoría hasta el análisis del discurso y la crítica literaria, hallamos la divertida novela de campus universitario de David Lodge, El mundo es un pañuelo (Small World: An Academic Romance, 1984).

La séptima función del lenguaje comparte con la novela del escritor y profesor D. Lodge el tono satírico con que escarnece y enaltece el mundo académico. Su autor, Laurent Binet (Paris, 1972) también es profesor universitario y ha merecido el premio Goncourt de 2010 como novelista primerizo por su obra HHhH, en la que combinaba relato y ensayo de investigación a propósito de un hecho histórico en la Praga invadida por los nazis. Su dominio de la metaliteratura aparece también en La séptima función del lenguaje, cuando el autor inserta breves comentarios a su trabajo como fabulador. “¿Qué haría yo si estuviera dentro de una novela?”, se pregunta en diversos pasajes Simon, un lingüista protagonista (Binet 2015: 160, 436), para superar un dilema o incluso hacer frente a un peligro mortal.

 

Barthes, epítome de la lingüística

En la historia hay veracidad histórica y ficción, humor y dramatismo, exposición de la teoría jakobsoniana de las funciones del lenguaje y aventuras de servicios secretos, mafiosos y académicos de mal fondo. La novela arranca con un hecho real en que perdió la vida el lingüista francés Roland Barthes (1915-1980). El 25 de marzo de 1980, al salir de un almuerzo con François Miterrand, entonces candidato socialista al gobierno de su país, Barthes fue atropellado mortalmente por una camioneta.

El fin de Roland Barthes supone el de una figura de la semiótica y de la crítica literaria que ha ejercido su magisterio en las aulas y en la prensa con claridad conceptual, brillante clarividencia para tratar de la cultura de su tiempo y una sobria elocuencia. Estos factores le convirtieron en un intelectual particularmente dotado para proyectar a la realidad cotidiana el estructuralismo y para divulgar sus principios con envidiable equilibrio.

En Roland Barthes se cifra la representación de la intelectualidad de su tiempo (Barthes 1993); también el ejemplo de su intimidad entrevista a través de sus anotaciones personales (Barthes 1975, 1987: 27-70, 79-124). Esa es la razón de que sea el personaje en torno al que gira la historia, necesariamente en ausencia por su muerte al inicio de la novela, al que invocan decenas de personajes históricos, primeras figuras de la filosofía, la literatura, la psicología y, por supuesto, la lingüística. Son Foucault, Althusser, Lacan, Kristeva, Sollers, Beauvoir, Sartre, Jakobson, Todorov, Chomsky, Searle, Paul, Deleuze, Derrida, y así muchos otros más, sin olvidar a Eco, una referencia apropiada para cerrar la lista con énfasis además de comportarse en la novela como era, un personaje locuaz, simpático y ubicuo.

Al saber de ese recurso, gratuito por lo común, que consiste en sembrar una novela de nombres ilustres –denominado “name-dropping” en inglés–, como si su presencia fuera garantía de lúcidas revelaciones, se podría alumbrar un juicio negativo de la novela, pero sucede que no hay razón alguna para esgrimirlo contra Binet. La aparición de esos personajes fascinantes, perfilados con rasgos reales, enmarcados en hechos históricos, pero proyectados con imaginación a una trama delirante, da pie a que expliquen algo de sus ideas, debatan sobre las posturas enfrentadas, muestren los celos profesionales y dejen huella de manías personales.

 

Fascinación por el discurso

Las seis funciones del lenguaje de Roman Jakobosn, el venerable profesor ruso cuya sombra planea como la de Barthes sobre la novela, son la antesala de un conflicto político que se cierne sobre la humanidad, porque preceden a la fabulosa y séptima función, que sería la más poderosa y, tal vez, fatídica en manos de desaprensivos. La posible invención de una séptima función, capaz de producir efectos inmediatos sobre la realidad, a la manera de los realizativos descritos por Austin y Searle, o de los imaginados por tradiciones mágicas como la Cábala, es un arma de efectos inimaginables. A este estado de cosas nuevo se añade el suspense en la búsqueda de la fórmula o enunciado de la séptima función, con muertes de por medio, como la del atropello homicida de Barthes.

La novela de Binet tiene elementos detectivescos de las historias de Sherlock Holmes, con dos investigadores que remedan a los personajes de Conan Doyle, el semiólogo Simon Herzog en el rol de Holmes y el inspector Bayard en el de Watson. La mirada atónita del policía ante los discursos radicales y crípticos de intelectuales como Michel Foucault o Umberto Eco refleja su desprecio y alarma ante lo que concibe como un mundo a la deriva y enloquecido. Este punto de vista permite satirizar la petulancia teorética de la semiótica, a la vez que le reconoce una capacidad notable para impregnar la interpretación de la realidad en la vida social, algo que efectivamente sucedió.

La crítica ha elogiado con prodigalidad la novela de Laurent Binet. Esa acogida es una noticia grata para los lingüistas, quienes, además del placer que produce leer una novela entretenida, pueden compartir con el público los remedos de lo que en los años setenta fue piedra filosofal de la ciencia y la cultura. El interés profesional no acaba ahí, puesto que Binet siembra la trama con elementos de la lingüística que procede de la antigüedad clásica y que trascienden la etapa de los hechos narrados, para llegar a nuestros días, enlazan con el pragmatismo. De ello hay pistas en los acontecimientos que suceden en el Logos Club que aparece en la novela, una organización secreta de prácticas oratorias con competiciones cruentas dirigidas por un estamento jerárquico y sombrío. Los guiños del narrador a la retórica y las referencias a la corriente pragmática del lenguaje establecen esa continuidad temporal en la que aparece la trama de la séptima función del lenguaje.

A Binet le agrada que le relacionen con el empirismo del signo lingüístico y la capacidad narrativa de El nombre de la rosa de Eco (1980), otra novela que utiliza los principios de la semiología para crear una aventura aclamada por lectores y espectadores. Quizá haya otra razón, más poderosa, para asociar a Binet con Eco. La búsqueda del secreto de la séptima función del lenguaje es una verdad a gritos, porque se trata de un objetivo de gobiernos, organismos y personajes poderosos, pero también de personas anónimas, de adultos y de niños, de artistas y gente de oficios corrientes, de todas, porque es el afán por ser uno más que influyente, determinante. Eco escribió sobre una búsqueda similar, la de la lengua perfecta en el mundo de Babel o en la Comunidad Europea, por citar una organización política a la que le afecta mucho la cuestión. La respuesta de Eco a esa investigación en La búsqueda de la lengua perfecta (1993) fue indirecta, historiográfica, mediante un recuento de los pasajes de la historia de las ideas sobre el lenguaje, comenzando por la Biblia y acabando con la programación informática. Por esas coincidencias novelescas que a veces produce la realidad, la respuesta a la búsqueda del la lengua perfecta es precisamente la misma que a la de la función perfecta –la séptima– del lenguaje.

 

Referencias

Arjona, Daniel (2016): “¿El hombre más peligroso del mundo? Barthes, el arma secreta de Laurent Binet”, El Confidencial, 19-10-2016, Url http://www.elconfidencial.com/cultura/2016-10-19/binet-la-septima-funcion-del-lenguaje-barthes_1276598/

Barthes, Roland (1975): Roland Barthes por Roland Barthes, Barcelona, Paidós, 2002.

Barthes, Roland (1987): Incidentes, Baarcelona, Empúries, 1987.

Barthes, Roland (1993): Variaciones sobre la literature, Barcelona, Paidós, 2002.

Burgess, Anthony (1973): M/F. Harmondsworth: Penguin Books.

Burgess, Anthony (1990): Ya viviste lo tuyo, Barcelona, Mondadori, 1993.

Eco, Umberto (1980): El nombre de la rosa, Barcelona, Lumen, 1982.

Eco, Umberto (1993): La búsqueda de la lengua perfecta, Barcelona, Crítica, 1994.

Estévez, Francisco (2016): “Reseña de La séptima función del lenguaje”, El Imparcial, 23-10-2016. Url http://www.elimparcial.es/noticia/170895/los-lunes-de-el-imparcial/laurent-binet:-la-septima-funcion-del-lenguaje.html http://www.academia.edu/29376040/Visi%C3%B3n_de_La_septima_funci%C3%B3n_del_lenguaje_de_Laurent_Binet

Lodge, David (1984): El mundo es un pañuelo, Barcelona, Versal, 1989.

Saladrigas, Robert (2016): “La muerte de Barthes”, La Vanguardia, 21-10-2016, Suplemento Culturas, pág. 6-7.

Serra, Màrius (2017): “La función performativa”, La Vanguardia, 21-01-2017, pág. 41.

Watson, Ian (1973): Empotrados, Barcelona, Ed. Martínez Roca, 1977; Barcelona, Ediciones Orbis, 1986.