teselas
Sumisión, Michel Houellebecq
(Anagrama, Barcelona, 2015)
Poco después recibí el Dictionnaire d’argot moderne de Rigaud, publicado por Ollendorff en 1881, que había encargado mucho tiempo atrás, y que me permitió aclarar algunas dudas. Como sospechaba, el claquedent no era una invención de Huysmans, sino que designaba un lupanar; y el clapier, más generalmente, un lugar de prostitución. Casi todas las relaciones sexuales de Huysmans tuvieron lugar con prostitutas y su correspondencia con Arij Prins era muy detallada acerca de los burdeles europeos. Revisando esa correspondencia, tuve de repente la sensación de que debía ir a Bruselas. No tenía para ello una razón evidente. Por supuesto, Huysmans fue publicado en Bruselas, pero, a decir verdad, casi todos los autores importantes de la segunda mitad del siglo XIX tuvieron que recurrir en algún momento a un editor belga para evitar la censura, Huysmans igual que los demás, y mientras redactaba mi tesis ese viaje no me pareció indispensable; fui allí unos años más tarde, sobre todo por Baudelaire; lo que más me impresionó fue la suciedad y la tristeza de la ciudad, así como el odio palpable, más aún que en París o en Londres, entre las comunidades: en Bruselas uno se sentía, más que en cualquier otra capital europea, al borde de la guerra civil.
(pp. 261-262)