reseñas
DE ANILLOS, DRAGONES, MAGIA E ILUSIÓN. INTRODUCCIÓN AL MUNDO DE LAS SAGAS, DE
ALBERTO E. MARTOS GARCÍA
José María García Linares
(IES Güímar. Tenerife)
Martos
García, A. E. (2009). Introducción al
mundo de las sagas. Badajoz: Universidad de Extremadura.
Decía Carmen Martín Gaite en El
cuento de nunca acabar que el tiempo que se vive al leer una novela puede
sacarnos de nuestro tiempo histórico y sumergirnos en otro que es como un
desahogo, un tiempo sin esquinas ni obligaciones que agudiza nuestras dotes de
percepción. Así, el hombre es capaz de aprender por la vía de la literatura
muchas cosas que le conciernen y que iluminan parcelas confusas de su propia
vida. Y una afirmación como esta sigue siendo válida aunque se hable hoy de un
tiempo-otro, de una novela nueva e, incluso, de una nueva literatura
condicionada, entre otros aspectos, por la irrupción de las tecnologías de la
información y la comunicación.
Posiblemente estemos viviendo una etapa de transición en la que, como
dice Gramsci, lo nuevo no termina de nacer y lo viejo no acaba de morir, lo que
provoca una tensión dialéctica en la que no existen ni límites, ni
pronunciamientos, ni posturas claras. Se habla cada vez más de literatura
hipertextual pero se sigue comprando literatura, digamos, analógica; se
ensalzan las virtudes de los textos digitales pero lo que se lee en los e-readers no son más que versiones
digitalizadas (“traducidas” al nuevo medio); se apuesta, además, por esa figura
híbrida del escri-lector o lector que a la vez es autor cuando hoy la autoría
es más importante que nunca, convertidos como son los autores en marcas
comerciales, algunos, poderosísimas.
A todo lo anterior puede añadirse la paradoja de que, seguramente,
estemos ante la generación de jóvenes que más lee y más escribe de las últimas
décadas, y sin embargo los resultados de los continuos pisas son cada vez más catastróficos en cuanto a los resultados de
expresión y compresión lectora. El discurso oficialista, educativo, en un afán
por esconder su ya endémica incompetencia, ha adoptado etiquetas como
‘competencia lingüística’, ‘plan lector’, ‘animación lectora’, etc., que no
están sirviendo, a la vista de los últimos estudios, para paliar el déficit
lecto-escritor que se sufre hoy en día en las aulas, posiblemente porque
quienes desarrollan estas leyes y estos planes son los primeros en desconocer
lo que significa leer y escribir.
Quizás habría que hablar no de ‘lectura’ en sí, sino de prácticas de
lectura, de ciertas prácticas literarias que hoy son muy populares entre los
jóvenes, gracias, entre otros factores, a las nuevas tecnologías, y que no
tienen el suficiente espacio (ninguno, para ser más precisos) en los planes de
estudio. Prácticas que, además, están rellenando el hueco que deja la
desaparición de la enseñanza de la literatura (conviene aclarar, para quienes
se sorprenden desde los despachos de las consejerías de educación, que desde la
implantación de
Productos de la cultura
participativa y de convergencia, Martos García aborda las llamadas fan-fics o ficción-manía, una
lectura-escritura libre y colaborativa que, gracias a portales como www.fanfic.es o www.fanfiction.net, está
generando no solo re-lecturas y re-escrituras de ya mitos de la ficción
contemporánea como Matrix o Star Trek, sino expandiendo sus límites
a partir de la apropiación (construcción de sentidos de la que habla Chartier)
que los jóvenes han hecho de estos universos y mundos ficcionales. Estos
portales dan la posibilidad, entre otras opciones, de seguir escribiendo y
leyendo historias ambientadas en esos universos o tramas protagonizadas por
personajes que no fueron lo suficientemente desarrollados por sus creadores
originales. Estas nuevas ficciones, además, beben de distintas fuentes, son
enormemente porosas, y se convierten en conjuntos híbridos, transficcionales,
desde el momento en que integran tramas o materiales de formatos muy diversos,
como las películas, los videojuegos, las guías de lecturas, los mapas, etc.
Son, por tanto, el continuum, la
expansión, el desarrollo de las sagas contemporáneas (por ejemplo de Crepúsculo, El Señor de los Anillos, Dragon
Ball, Memorias de Idhún, etc.).
El capítulo dedicado al Concepto
de Imaginación y sus referentes psicológicos, folklóricos y
artístico-mediáticos resulta de gran interés por el análisis que hace el
autor sobre el concepto de ‘paracosmos’ y por la defensa de la imaginación
infantil como territorio de creatividad y sustrato literario en la edad adulta.
La noción de paracosmos tiene su origen en lo que se llamó desde la psicología
cognitiva “mundos privados de la infancia” y que hoy no se consideran residuos,
sino piezas básicas en el desarrollo intelectual y psicoafectivo de los niños.
Los paracosmos son “formas de fantasía elaborada que se orientan a construir mundos
completos posibles” tales como
El siguiente capítulo, Presupuestos analíticos (II): Teoría y
análisis de sagas fantásticas, abunda en algunas cuestiones planteadas en
apartados anteriores con el fin de llegar a la definición y descripción
completas de las sagas fantásticas: los componentes nórdicos y germánicos como
referentes históricos; la formación y tipología de las sagas fundamentadas en
el patrón bíblico del que hablara H. Gunkel; las necesarias matizaciones entre
conceptos parecidos como ciclo, serie y saga; las diferencias entre narración
fantástica y novela, según Walter Benjamin; el parentesco de las sagas con la
novela-río, hoy tan de moda gracias a obras como Juego de Tronos, de George R. R. Martin, o la relación de las sagas
con los videojuegos. Martos García va materializando todo el aparato teórico no
solo con numerosas ejemplificaciones de sagas consideradas hoy como completos
sistemas literarios (El Señor de los
Anillos, Dragon Lance,
La última parte del estudio se centra en las Repercusiones para el mundo de la educación, la cultura y la juventud.
Es evidente que hoy se lee mucho pero que no se lee lo que la institución
educativa quiere que se lea. La generalización de Internet y del hipertexto han
traído prácticas letradas diferentes que escapan a la canonización y a la
inflexibilidad de los curricula. La alfabetización es hoy un concepto más
amplio de lo que fue en décadas anteriores, puesto que en la actualidad enseñar
a escribir y a leer va más allá de hacerlo con un papel y un lápiz. Martos
García indaga, en este sentido, en el concepto de literacy de la mano de Daniel Cassany y otros especialistas porque
su significado incorpora una serie de matizaciones necesarias para desarrollar
la competencia lecto-escritora en la sociedad contemporánea. Es este, el de las
competencias básicas, uno de los núcleos fundamentales de este último capítulo.
La lectura hoy se realiza en contextos muy distintos y, por tanto, es necesario
formar lectores competentes que puedan acceder a todos los sentidos de los
textos. Finalmente, antes de concluir, el autor nos ofrece una visión actual
sobre el género de la fantasía y cómo a partir de las sagas los jóvenes pueden
empezar a construir no solo su propio yo, sino también la figura del otro y
cómo gracias a la lectura de estos textos y a las escrituras o reescrituras
basadas en dichas temáticas el joven lector puede adquirir valores como el
respeto, la tolerancia o la paciencia.
La cultura juvenil se mueve hoy en unos parámetros distintos a los de
la cultura académica, escolar. La llamada ‘cultura letrada’, la del libro de
texto o manual, está siendo reemplazada por la cultura digital. Acercarse,
pues, desde la Didáctica a estas nuevas prácticas de lectura y escritura
empieza a ser un imperativo. Es necesario establecer puentes
intergeneracionales que reduzcan la distancia entre quienes hoy enseñan y
quienes, también hoy, están aprendiendo en las aulas. No es imposible conciliar
las nuevas inquietudes y los nuevos intereses de los más jóvenes con la
enseñanza de la literatura. Simplemente hay que saber lo que están leyendo y
para partir desde ahí. Qué mejor que la ficción manía (fanfics) y el fantástico mundo de las sagas para conseguirlo.