tritonos
EL QUIJOTE EN LAS AULAS: ¿NECESIDAD DE ADAPTACIÓN
O CONSERVACIÓN DE IDENTIDAD?
María del Mar Jiménez Mañas
(Universidad de Granada)
RESUMEN:
Los planteamientos de este
artículo son a nuestro juicio fundamentales si bien pueden resultar algo
polémicos. La cuestión es si la literatura clásica en general y la obra “El Ingenioso
Hidalgo Don Quijote de
Alertamos además sobre el hecho que en ocasiones
se produce y es la confusión de una adaptación de la obra con la propia obra,
desechando cualquier posibilidad de valorar la original en su más amplio
sentido.
En el desarrollo de la competencia literaria, es
primordial la figura del docente- mediador, que genere el gusto por las obras y
sus autores considerando el nivel evolutivo y académico de los aprendices y la
dificultad de la obra que se pretende sea objeto de estudio.
Desde esta perspectiva consideramos
imprescindible ser especialmente meticuloso con las adaptaciones que se realicen
y valorar siempre la posibilidad de ofrecer la obra en su forma original,
escogiendo fragmentos adecuados a la edad del escolar.
Palabras clave: Adaptación
literaria, Literatura para niños, El Quijote.
ABSTRACT:
This article approaches are vital in
our view but it can be somewhat controversial.The question is whether the
classicliterature in general and the work "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote
de
We also alerted about the fact that
sometimes occurs and is the confusion of an adaptation of the work with the
work itself, discarding any possibility of assessing the original in its
broadest sense.
In the development of the literary
competition, it is essential to the figure of the teacher-mediator, that
generates the taste for the works and their authors considering the
evolutionary and academic level of trainees and the difficulty of the work to
be is the subject of study.
From this perspective we consider
essential be especially careful with the adaptations that occur and always
assess the possibility of offering the work in its original form, choosing
fragments suitable to the age of the children.
Key words: Literary adaptation, Literature for children, Don
Quixote.
INTRODUCCIÓN:
Tras la lectura de varias adaptaciones de
literatura clásica para niños de diferentes edades, nos asalta la duda de si
realmente es necesario este esfuerzo, o por el contrario asistimos a la
intención mercantil de las editoriales por aumentar sus ingresos, bajo la
excusa de una mejor didáctica de la lengua y la literatura en las aulas.
Las dudas planteadas no son una cuestión baladí,
pues estamos asistiendo a un profundo desinterés lector, precisamente cuando
más posibilidades se nos ofrecen en esta era de las tecnologías y el
conocimiento. El acceso a la literatura es factible y las actividades en torno
a ella cada vez más creativas y variadas.
En este sentido consideramos esencial la lectura
de literatura en las aulas, y el papel del profesor como mediador del proceso
de iniciación lectora. Pero la cuestión es si será necesaria la adaptación de
determinados libros entendida esta como reducción de la extensión del libro y
como proceso por el cual se procura que mediante un lenguaje más asequible, que
la obra llegue a mayor cantidad de público infantil y juvenil.
Existen opiniones en torno a las dos teorías y
numerosos trabajos de adaptación con tal éxito comercial que echarían por
tierra la teoría de la originalidad de la obra. Sin embargo no nos cabe duda
que la educación literaria en la actualidad es escasa, salvo en lo que respecta
a las novedosas sagas de novelas llevadas a las pantallas y que triunfan por
doquier. En este sentido intentaremos analizar los argumentos referentes a
ambas opciones sin perder de vista el objetivo principal. Se trata de
reflexionar sobre la elección más efectiva en el desarrollo de la competencia
literaria en nuestras aulas.
OPINIONES
A FAVOR Y EN CONTRA DE LAS ADAPTACIONES.
Este planeamiento surge de la experiencia de la
lectura profunda de obras clásicas y sus correspondientes adaptaciones para
niños. Una vez han perdido su original forma literaria, creemos que pierden
también la intencionalidad del autor en cuanto a la estética y el contenido del
texto y la esencia misma de la obra literaria, diseñada a imagen y semejanza de
la sensibilidad artística del creador.
En cualquier caso queremos hacernos eco de la
opinión de diferentes autores que se han cuestionado este mismo tema para
llegar a conclusiones que se declinen por la adaptación de estos textos y en
concreto de nuestro “El Ingenioso
Hidalgo/Caballero[1]
Don Quijote de
Entre los autores que defienden la lectura del Quijote
tal y como salió de la pluma de Cervantes se encuentra el profesor Helmut Hake
quien se confiesa totalmente contrario a estas manipulaciones textuales para
niños, pues en su opinión destruyen la calidad original del texto[2].
. Y esta línea es la que aquí se defiende, pues aunque confiemos la buena
intención que impulsa dicha adaptación,
siempre va a estar sujeta a la mirada crítica y los criterios del propio autor
o de la editorial en cuestión por no hablar de los destinatarios y otra serie
de factores que condicionarán dicha adaptación.
En el polo opuesto se encuentra la opinión de académicos como Navarro
Durán (2006):
Como es
lógico, ni la capacidad lectora de los niños ni de los adolescentes, ni sus
conocimientos de la lengua, les permiten leer, ni con gusto, ni con
aprovechamiento, buena parte de nuestros clásicos, porque muchos están escritos
en una lengua que no es exactamente igual a la que ahora usamos, al tener
variantes léxicas o sintácticas propias de su época; o simplemente, por su
misma condición de obra de arte, que nos habla de su belleza estilística, de su
complejidad; y así, gozar de ella supone un lector ya formado[3].
Y considera que la única vía de acercamiento a
los clásicos son las adaptaciones, siempre que se mantenga la unidad de la
obra. En su adaptación de la obra de Cervantes, la autora considera que hay
capítulos que no puede abandonar puesto que revelan valores que son muy
actuales.
Pero nuestro
planteamiento es: ¿sólo debemos ofrecer aquello que es actual o que estamos
seguros despertará el interés de los educandos? ¿O por el contrario sería
conveniente abrir nuevas oportunidades estéticas a los jóvenes para que la
novedad de un relato diferente en composición y forma abra puertas a sus
iniciativas creadoras?
En este sentido, haciendo referencia a un
acontecimiento actual como fue el XII Congreso Internacional de
De ser cierto que a
elección de capítulos concretos está sujeta a los actuales intereses,
acabaría, a nuestro juicio, con la
mayoría de las materias que se imparten hoy día, pues más de un alumno no está
muy interesado por lo que pasó en la historia de la antigua Grecia o por el
resultado de la simbiosis de dos moléculas, y sin embargo, consideramos
necesario su aprendizaje.
Además la
lectura te transporta a mundos anteriores que por desconocidos, resultan tan
fantásticos como interesantes a los ojos
ávidos de aventuras de un discente curioso.
José María Plaza autor de Mi primer Quijote consideraba
que el escolar se perderá ante la dificultad de algunos párrafos[5].
Nosotros no pretendemos negar estas afirmaciones de expertos en la materia si
bien es probable que se plantee cual es el mejor momento para la lectura de
estas obras magnas y la posibilidad de que cuando el alumno se acerque a ellas
ya posea unos conocimientos previos que se habrán facilitado en el aula mediante
la lectura de pasajes breves y fáciles de asimilar que despierten el interés
hacia su posterior lectura. Para ello, el trabajo de los docentes es de mayor
grado de implicación que el de cumplir los objetivos establecidos por ley. Los
profesionales de la educación, habrán de abonar un terreno virgen para que la
lectura de nuestros grandes autores se convierta en un foco de curiosidad y
deseo literario.
Según Laparra,profesor de la Universidad de Metz,
muchos adultos creen haber leído obras originales cuando en realidad han
leído adaptaciones[6]
y este creemos que es el peligro de estas adaptaciones, una vez leídas en la
infancia o juventud, en una forma asequible, difícilmente van a
<<releer>> la obra puesto que tienen la conciencia equivocada de
conocerla, cuando en realidad lo que se pretendía era un primer acercamiento.
Tal y como refleja en su artículo Sotomayor Sáez,
aunque lo que se pretende es adaptar la obra a unos destinatarios concretos,
otras características como el contexto son también determinantes.
Nos planteamos entonces si para cada uno de los
ciclos educativos habría que publicar una adaptación diferente de la obra a la
que aquí nos referimos. Normalmente nos encontramos con títulos como El
Quijote cabalga entre versos: selección de Antonio A. Gómez Yebra;
ilustrado por Juan Ramón Alonso;El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la
Mancha versión dramática libre de Eladio de Pablo ; ilustrado por José
Pérez Montero; Don Quijote de la Mancha Miguel de Cervantes ; adaptación
de Paula López Hortas ; ilustraciones de José Luis Zazo;El Quijote para
niños; Don Quijote para niños, ayer y hoy; Aventuras y desventuras de
Don Quijote de la Mancha; Primeras aventuras de Don Quijote de la Mancha[7]
y un largo etcéteraque no tendrían cabida en esta reflexión pero en realidad ¿a
qué niños va dirigido? Es evidente que no tiene la misma capacidad cognoscitiva
uno de seis años que otro de doce años, que a su vez ya debe haber adquirido
ciertas competencias a nivel lector.
Por todo ello no es fácil decantarse por una u
otra postura, puesto que es cierto que si se eligen criterios estrictos de
adaptación de la obra, si se pretende que esta sea válida, estos criterios no
son universales y el texto poco a poco va sufriendo una conversión peligrosa,
sobre todo si el receptor entiende que con esta lectura ya conoce la obra.
COMPETENCIA LITERARIA.
Según
Lomas (1999), es preciso que las personas empecemos a darnos cuenta de que
manejar el lenguaje, las palabras, no es algo mecánico sino un proceso de toma
de conciencia y elaboración tanto colectiva como personal.[8]
Se considera además la didáctica de la Lengua y
Literatura como:
Disciplina
que tiene por objeto revisar los planteamientos teóricos, seleccionar y
organizar contenidos, establecer objetivos con relación a unos métodos y a unas
orientaciones técnico-teóricas sobre la singularidad del aprendizaje de Lengua
y Literatura y, consecuentemente, proceder a la distribución y secuenciación de
la materia en bloques o unidades que sean asimilables por el alumno, para lo
que también se habrá de ocupar de cómo elaborar y valorar las actividades
previstas para el logro de objetivos generales y parciales.[9]
(Mendoza, López Valero y Martos, 1996, p. 35).
De
estas aportaciones podemos extraer la necesidad de una toma de conciencia por
parte del alumnado, en lo que se refiere al manejo de la palabra, para que el
lector sea capaz de dar sentido a los textos, reconozca sus diversos aspectos y
extraiga sus propias reflexiones a nivel estético, ideológico, histórico,
formal etc.
Para
conseguir estos aspectos de la competencia literaria, es necesario que sus
mediadores, se trate de la familia o los docentes, entrenen a los jóvenes en el
gusto por lo estético, por la comunicación desde diferentes perspectivas y
estilos lingüísticos, en la apreciación de diferentes contextos lingüísticos,
etc. El entrenamiento de esta competencia es multidisciplinar, pues requiere
conocimientos no solo literarios, sino también históricos, y son conocimientos
que se deben producir de forma transversal, ya que en ellos subyacen valores de
todas las épocas que hay que ir afianzando.
La
literatura asume muchos saberes. En una novela como Robinson Crusoe hay un
saber histórico, geográfico, social (colonial), técnico, botánico,
antropológico (Robinson pasa de la naturaleza a la cultura). Si, por no sé qué
exceso de socialismo o de barbarie, todas nuestras disciplinas debieran ser
expulsadas de la enseñanza, excepto una, sería la disciplina literaria la que
debería ser salvada, porque todas las ciencias están presentes en el monumento
literario (Barthes, 1978).[10]
Si
la formación en la competencia literaria pasa por todas estas apreciaciones a
las que nos referimos, el papel del adulto es esencial, y de su forma
intrínseca, de enseñanza, de su
entusiasmo docente, dependerá en buena medida, la creación de lectores que
sepan apreciar obras como la de Cervantes, sea cual sea su estilo literario o
su lenguaje específico. Consideramos que el gusto por las obras a las que
aludimos será el resultado de un entrenamiento consciente, dirigido a la
formación del gusto literario.
Estamos
de acuerdo con Mendoza Fillola en la complejidad del proceso de educación
literaria, por lo que solo un verdadero profesional podrá canalizar esta
formación satisfactoriamente:
La educación
literaria (educación en y para la lectura literaria) es la preparación para
saber participar con efectividad en el proceso de recepción y de actualización
interpretativa del discurso literario, teniendo en cuenta que: a) la literatura
es un conjunto de producciones artísticas que se definen por convencionalismos
estético-culturales y que, en ocasiones es un reflejo del devenir del grupo
cultural; b) las producciones literarias también se definen por la presencia
acumulada de determinados (aunque no siempre exclusivos ni específicos) usos y
recursos de expresión propios del sistema lingüístico y por su organización
según estructuras de géneros; y c) el proceso de percepción del significado de
un texto literario no es una actividad espontánea, ni el significado es el
resultado automático de una lectura de cariz denotativo[11].
Esto,
por supuesto es un proceso largo y de evolución continua que de no ser bien
tratado, puede destrozar el gusto por la lectura pero que si se produce de
forma efectiva, estará abriendo las puertas a todo un universo creativo que le
aporte no solo conocimientos sino también grandes placeres.
Muchas
veces apresuramos esas lecturas y lo que logramos es el efecto inverso al
buscado, es decir conseguimos que los lectores los rechacen, y estos rechazos
pueden durar años o toda la vida.[12]
Consideramos El Ingenioso Hidalgo Don Quijote
de la Mancha, como texto fundamental, en el recorrido literario que todo
alumno debe realizar en su paso por las aulas, sin embargo, defendemos también
el desarrollo de la competencia literaria, es decir, la preparación crítica,
reflexiva y la motivación que previamente se ha debido generar en las clases
para que la lectura resulte un gran placer y no una tarea tediosa. Cerrillo
Torremocha defiende esta idea con las siguientes palabras:
La
mejora de los hábitos lectores de una población empieza con la formación de sus
ciudadanos como lectores literarios ya en las primeras edades, en las que los
mediadores seleccionarán las lecturas sin caer en la fácil tentación de
elegirlas por sus valores externos, sin considerar la historia que contienen o
la manera en que está contada esa historia: para que el camino recién iniciado
en los nuevos lectores no se vea interrumpido es imprescindible que no les
contemos historias aburridas, que no les impongamos las lecturas, que no
frenemos sus motivaciones lectoras y que no les coartemos su capacidad para
creer en cosas increíbles, para imaginar mundos maravillosos o para sentirse
muy cerca de los más fantásticos personajes. Pero en ese camino es necesaria la
buena convivencia de las lecturas escolares y de las lecturas voluntarias. La
suma de las experiencias que se derivan de ambas lecturas ayudará a la
formación del espíritu crítico del nuevo lector, que será capaz de entender y
explicar lo que es y lo que siente, lo que sucedió en otro tiempo y lo que le
hubiera gustado que nunca sucediera. Se sentirá, de algún modo, con capacidad
para ejercer el juicio crítico con libertad”.(Pedro César Cerrillo
Torremocha)
Pero para que el alumnado llegue a apreciar los
textos literarios, es preciso como precisan los autores Pedro Cerrillo, Elisa
Larrañaga y Santiago Yubero (2002:17), que exista un contacto directo con el
texto, que sea gratificante en sí mismo.[13]
EL QUIJOTE: ¿UN TEXTO PARA TODAS LAS EDADES?
Convendrá recordar, como cuestión
previa, que el Quijote es un libro hoy no fácil de leer, a causa del paso del
tiempo sobre su lenguaje. Ello no impide que, cuando se logra entrar en él, sea
también uno de los textos más divertidos y jugosos con los que puede uno
toparse, también hoy.[14]
Es esta reflexión de Rodríguez Almodóvar con la que coincidimos,
la que pone de manifiesto las grandes ventajas e inconvenientes de la obra. De
un lado es cierto que su lenguaje pertenece a otra época y esta es la principal
dificultad que entraña, pero no es menos cierto que la diversión y posibilidad de reflexión, está
garantizada. Por su contenido, pues consideramos que es una obra apta para
pequeños lectores pero siempre que hayan adquirido una serie de conocimientos y
experiencias previas que le lleven a su comprensión. Enfatizamos además aquí,
el papel del adulto como mediador, encargado de iniciar el gusto por la obra de
Cervantes y su progresivo acercamiento mediante capítulos que no entrañen dificultad
excesiva y que supongan una fuente indiscutible de diversión. Sólo así, se
producirá este gusto por su lectura sin necesidad de adaptar el texto a
lenguajes facilones, poco enriquecedores y que siempre conllevan una
simplificación de su estética. Entendemos que el adulto es quien realmente
juega un papel fundamental en la adquisición de dichos hábitos lectores.
Más parece que falta la necesaria
convicción entre los adultos de que el Quijote es un libro perfectamente capaz
de encandilar a los peques y a los cadetes, sin necesidad de sucedáneos ni
purpurinas. Y me sigue pareciendo que a lo mejor tendríamos que hacer campaña
para que los adultos, incluidos los maestros, se volvieran a enamorar de la
novela de Cervantes.[15]
Tal y como se dice en la Segunda parte, en boca de Sansón
Carrasco:
Los niños la manosean, los mozos la leen, los hombres la entienden y
los viejos la celebran ; y finalmente, es tan trillada y tan leída y tan sabida
de todo género de gentes que apenas han visto algún rocín flaco, cuando dicen:
<<allí va Rocinante>>.[16] (Don Quijote de la Mancha, II,3)
Es de este modo como se adquiere el gusto por determinadas
obras en la infancia. De todos es sabido que pequeños poemas, retahílas y
adivinanzas de tradición oral y aveces con extraños giros, son aprendidos de
memoria por los niños, entre “tropiezos” lingüísticos propios de sus tempranas
edades y que poco a poco se convierten día y noche en sus discursos preferidos
con los que se exhiben y se divierten.
Creemos que es la extensión y no el contenido la que debe ir
adaptándose a la edad del lector, por lo tanto la propuesta es mantener de
forma íntegra el texto e ir ofreciendo desde el ciclo infantil, pequeños
fragmentos según las pretensiones del momento, puesto que en él se nos ofrecen
pasajes de humor, humanidad y valores, acción, etc. que unas veces servirán de
apoyo a las enseñanzas y otras de otras de entretenimiento en sí mismos.
Recordemos que el propio Pérez Galdós realizó un manuscrito
donde se suprimían episodios de sus Episodios Nacionales, es esta la intención didáctica que aquí se defiende,
llevar los clásicos al aula en función de los ritmos evolutivos, apoyándonos en
actividades que motiven la lectura sin modificación textual.
Si aún no están preparados para “deglutir”, los formamos para ello, pero sin cambiar toda
la “receta” literaria.
CONCLUSIONES
El tema de la afirmación o negación de las adaptaciones de
los clásicos para niños, es y será muy debatido por su complejidad didáctica.
Si se los ofrecemos tal y como fueron gestados, caemos en el peligro de que
aparezcan distantes e incomprensibles a los ojos de los lectores principiantes.
Por el contrario si se realizan las adaptaciones oportunas de lenguaje para su
comprensión y de extensión de las obras, podemos caer en el peligro de que
crean conocer estos textos, cuando en realidad, esto es del todo incierto, pues
la obra se valora por su momento histórico, los elementos empleados en esa
etapa, las relaciones sociales, su lenguaje específico y un sinfín de elementos
que componen su magnitud y belleza.
Por ello nuestra propuesta opta por una formulación en la
que los adultos sean mediadores expertos que con su didáctica sepan generar
interés y comprensión por estos textos y en este caso concreto, por la obra
cervantina, ya que consideramos que está repleta de humor, ingenio, valor,
acción, sentimiento, y un sinfín de cualidades aptas para los pequeños, si se
sabe administrar en pequeñas dosis, bien elegidas y trabajadas.
Y, para no pecar de excesivos, en caso de tener que utilizar este método para el
acercamiento a la literatura por motivos extraordinarios, el profesional de la
enseñanza ha de tener muy claro cuáles son los elementos de una buena
adaptación y actuar en consecuencia. De lo contrario estaremos limitando la
creatividad estética de las obras
artísticas en lugar de procurar el crecimiento intelectual de nuestro alumnado
para que a través de una verdadera formación en la competencia literaria, se
desarrollen y sepan apreciar la lectura como inigualable medio de disfrute y
aprendizaje.
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[1] Aludimos en esta forma de expresar el título a la primera y segunda parte de la obra, puesto que consideramos que aunque los niños no la leerán por completo, en según qué edades y desde la infancia, se puede tomar textos de uno u otro libro dependiendo de los intereses que motiven la lectura.
[2]Lucía Mejías,J.M. y Sánchez Mendieta, N.(2007) También los niños leen el Quijote localizado en http//www.centroestudioscervantinos.es consultado el día 8/01/2012.
[3] Navarro Durán, R., (2006) Los clásicos al alcance de los niños.CLIJ (Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil) nº 193, Mayo 2006.
[4]XII Congreso Internacional de la SEDLL. La investigación en didáctica de la lengua y la literatura. Diciembre 2011, Granada. http://www.sedllxii.com.
[5] En: LucíaMejías,J.M., Sánchez Mendieta, N.(2007) También los niños leen el Quijote localizado en http//www.centroestudioscervantinos.es consultado el día 8/01/2012.
[6]Citado por Sotomayor Sáez, M.V., (2005), Literatura, Sociedad, Educación: Las Adaptaciones Literarias,Revista de Educación vol. extra: 217-238.
[7] Muchos de estos
títulos se pueden encontrar en la Biblioteca de la Facultad de Ciencias de la
Educación de la ugr.
[8] Torres, R.M., (1999), Dime cómo te relacionas con el lenguaje y te diré como enseñas- En: la formación de docentes, Memorias del 4º Congreso Colombianoy 5º Congreso Latinoamericano de Lectura y Escritura, Bogotá: FUNDALECTURA 1999.
[9] En: LópezValero, A., Veas Iniesta, F., López López,
M., (2005) La Didáctica De La Lengua
Y La Literatura Orientada A La Inclusión: El Desarrollo De Una Prueba De
Evaluación De La Disfemia.
[10] Mendoza Fillola, A., La educación literaria: bases para la formación de la competencia lecto-literaria. Localizado en: 201.147.150.252:8080/jspui/.../1/La%20educación%20literaria.pdf consultado el 10/01/2012.
[11] Mendoza Fillola, A., (2004) La Educación Literaria. Bases Para La Formación De La Competencia Lecto-Literaria. Ediciones ALJIBE. Archidona (Málaga).
[12]Sillvera, C., Los clásicos a su debido tiempo.Publicado en: Servicio de Orientación de Lectura. Portal: Biblioteca de literatura infantil y juvenil. www.cervantesvirtual.com/descargaPdf/puertas-a-la-lectura
[13] Cerrillo, C.; Larrañaga, E.; Yubero, S.(2002): Libros, lectores y mediadores, Cuenca, Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha.
[14]RodríguezAlmodóvar, A., (2005) Cuidado con el Quijote Portales: Biblioteca de literatura infantil y juvenilMiguel de Cervantes.
[15]Rodríguez Almodóvar, A.,(2004) Don Quijote y los niños , Biblioteca virtual Miguel de Cervantes .
[16] Miguel de Cervantes,(2005) Don Quijote de la Mancha II,
Colección Clásicos Edebé: EDEBÉ. Barcelona.
Capítulo tercero de la segunda parte.pg 65.