estudios
EL
TIEMPO Y EL ESPACIO EN EL MAR
Beatriz Sanz Alonso
(Universidad de Valladolid. Facultad de Filosofía y
Letras, Departamento de Lengua española, Valladolid. España)
RESUMEN
A
partir del estudio del Derrotero al
Estrecho de Magallanes de Pedro Suárez de Gamboa y de varios Diarios de navegación, inéditos, se
concluye que este tipo de escritos son la única literatura realista que
tenemos, dado que constituyen un compendio, un registro exhaustivo de vientos,
corrientes, playas, bahías, surgideros, costas, arrecifes, fondeaderos y
cualquier otro accidente geográfico o aviso meteorológico necesario para la
navegación e incluso para el poblamiento. Todos estos
datos van acompañados con un correspondiente estudio lingüístico.
Palabras
clave: bitácora; realismo; literatura; tiempo; espacio.
ABSTRACT
From the study of
Derrotero al Estrecho de Magallanes written by Pedro Suárez de Gamboa and of several
unpublished logbooks, the conclusion is that these kind of writings are the
only realist literature we have, due to that they are a compendium, a
exhaustive register of winds, currents, beaches, bays, coasts, reefs,
anchorages and any other geographic feature or meteorological advise necessary
for the navigation and even for the settlement.
All these dates are accompanied
by the corresponding linguistic study.
La gente de mar ilustrada –capitanes,
almirantes, tenientes de navío, etc.- e incluso algunos frailes, médicos, escribanos
o notarios que los acompañaban en las travesías, descubrimientos y cabotajes lo
escribían todo, describían todo y anotaban todo. De ahí las numerosas crónicas
que nos han llegado con el relato de la aventura del mar; aunque sobre todos
estos escritos destacan, desde mi punto de vista, los derroteros, los cuadernos
de bitácora y los diarios de navegación, por su belleza, su exactitud y la
emoción que transmiten.
Describámoslos: El diario de navegación, en
primer lugar, lo hace el capitán o el teniente. En él se señalan los rumbos,
los vientos, el estado de la mar, la toma de referencias respecto al sol, la
luna, las estrellas y los planetas; indica también el estado del buque
–maquinaria, aparejos, etc.- y todo lo acaecido en la nave durante la travesía.
Este diario lo escribe directamente el capitán o se basa en el cuaderno de
bitácora que hace el piloto.
Un derrotero, por su parte, es el conjunto
de datos, la guía, que un marino aporta de un determinado recorrido –una
derrota- o una determinada costa, estrecho, etc. para uso general. Es, por
tanto, un compendio, un registro exhaustivo de vientos, corrientes, playas,
bahías, surgideros, costas, arrecifes, fondeaderos y cualquier otro accidente
geográfico o aviso meteorológico necesario para la navegación e incluso para el
poblamiento. Es el texto por el que se guiarán todos
los buques que hagan el trayecto así descrito a partir de ese momento.
Las características y los usos de estos
textos obligan a que se caractericen por la exactitud. Una exactitud vital,
pues de ella dependen muchas veces la fortuna o el naufragio de un barco, con
lo que supone de pérdida de vidas y haciendas. Esto significa que estamos ante
una literatura verdaderamente realista. Es, en verdad, el único arte realista
que tenemos. Se llama realismo al uso de ciertos artificios para provocar
ilusión de verosimilitud; pero la realidad no es realista, es real. La novela
no es un reflejo de la realidad como, en realidad, tampoco lo es la fotografía.
De hecho el arte realista no es real, es aproximado[1];
porque en la pintura de un bodegón, de un retrato o de un paisaje no hay peligros
ni consecuencias si no es exactamente igual al original; pero en una
descripción de mares y costas, dicha divergencia con la realidad es un riesgo
de muerte. Por eso, en estos relatos la precisión absoluta es fundamental[2].
Y ésta es la tesis de mi trabajo.
Cuando se trata del realismo, uno de los
arquetipos es
En las obras marineras con las que
trabajamos no aparecen estrategias realistas, como las que encontramos, por
ejemplo, en la mayoría de las novelas dedicadas a periodos históricos como la
guerra civil, la segunda república o la posguerra, etc. [4],
que, en buena parte, son un asalto a la razón histórica, en la que la falsedad
está, precisamente, en lo que callan[5].
En los derroteros y en los diarios de navegación, en cambio, se codifica artísticamente
la realidad. En ellos se toma una realidad real como materia prima de la
literatura; es más, quienes los escriben en ningún caso pretenden hacer
literatura. Por eso aquí se convierte en concepto el principio de Guillevic de que “escribir es inscribirse en el mundo”.
Cuando Zola en Le roman expérimental
de 1880 –año de la aparición del naturalismo- dice “yo sólo traduzco en
palabras lo que veo”, está teorizando el concepto artístico del naturalismo
apoyándose en las teorías sobre la evolución de las especies de Ch. Darwin –que
publicó El origen de las especies en
1859-, en la fundación de las ciencias experimentales por Claude Bernard –que
publicó
En este trabajo apuntaremos brevemente algunas
noticias relativas al tiempo y el espacio en el Derrotero al Estrecho de Magallanes de Pedro Sarmiento de Gamboa,[6]
y en varios Diarios de Navegación,
manuscritos, custodiados en el Archivo del Museo Naval de Madrid: los
manuscritos 143, 201 y 941. He basado la selección de textos en su posibilidad
de análisis, dado que el derrotero es un texto en el que hay minuciosas
descripciones de la costa y de la tierra, pero en los diarios de navegación se
detallan más los vientos, el cielo y las corrientes.
Los relatos de estas obras debían hacerse
con todo preciosismo, minucia y detalle; porque, como mandaba el rey, “no
habéis de perder el cuidado (...) de ir echando vuestros puntos y mirando con
cuidado las derrotas, corrientes y aguages que hallaredes, y los vientos que en los tiempos de vuestra
navegación os corrieron, y los baxos y arrecifes,
islas, ríos, puertos, ensenadas, ancones, y bahías que hallaredes
y toparedes” (P.S.G., 37)[7],
“sin dejar muestra ni particularidad por apuntar”. (P.S.G.,
38).
Además, hay que describir tanto los
trabajos y azares de la navegación, por los que “los marineros siempre tienen
el credo en la boca”, como cuantos
sucesos se consideren necesarios o útiles.
En cuanto a las sensaciones de los marinos
de frío, agotamiento, calor o hambre las descripciones alcanzan una realidad
extrema:
. Lo que aquí se debió sentir júzguelo quien en otras
semejantes se ha visto; pero no por esto los pilotos y gente de mar y tierra
desanimaron, antes con gran ánimo y llamando á Dios y a su benditísima
Madre dieron con grandísima diligencia fondo a otra ancla que iba entalingada y
quiso Dios que tomó fondo y aferró, y con mucha presteza se abitó
(...). La mar y el viento no abonanzaba; y estar aquí era estar arriscados a la
perdición cierta; y salir á fuera no podíamos; y pararnos y desamarrarnos no
nos convenía, so pena que haciendo qualquiera destas tres cosas éramos perdidos, y conveníamos irnos de
allí al Puerto. (P.S.G, 66)
. Marisco, vimos grandísima abundancia de mijillones, y en los que están en las peñas fuera del agua hai muchas perlas menudas, y muchas dellas
son pardas, y tambien las hai
blancas, y en algunas partes hallamos tantas perlas en los mijillones,
que nos pesaba porque no las podíamos comer, porque era como comer
guijarrillos; porque quando ibamos
á descubrir, mucho más deseábamos comer que riquezas, porque muchas veces nos
faltaba, porque por aprovechar el tiempo, y por descubrir una punta y otra
punta, tasábamos la comida de quatro días para diez
días; y entonces procurábamos suplillo con marisco, y las perlas nos lo
impedían. Aquí se veía bien en quan poco se estiman
las riquezas que no son manjar quando hai hambre, y quan poco son de
provecho, y quanto fueron mas cuerdos los antiguos,
que las riquezas que por tales estimaban eran ganados mansos y mieses
cultivadas. (P.S.G., 79)
. Y porque la comida nos faltaba ya, y no podíamos ir á
vela, como á la venida, por ser el viento contrario, se animaron los marineros,
y con tanto ánimo bogaron que caminaron á fuerza de brazos tres días otro tanto
como habíamos navegado á la vela en otros tres días. Pasaron y sufrieron mucho
trabajo, porque tras poco comer, todos los días había tempestad de viento y
agua y se mojaban y calaban muchas veces, y se les enjugaba la ropa en el
cuerpo porque no tenían que mudarse, porque no se sufría ni podía llevarse;
porque ni convenía ni cabía en el batel mas que la gente y comidilla. Y padeciose mucho frío que se tullía la gente, y para remedio
no se tenía otro sino remar con gran furia y fuerza: y el que no remaba padecía
trabajo. (P.S.G., 80)
Otra muestra de realismo acendrado se
recoge en la descripción geográfica. Dicha exposición prolija se refiere tanto al
mar como, lógicamente, a la tierra, a las islas, bajíos, costas, etc. Porque
las referencias los marinos deben darlas respecto a la costa y a las
corrientes. Las descripciones meticulosas de los accidentes geográficos se hacen
a partir de un reconocimiento visual, en primer lugar, y de la toma de medidas continuas con los aparatos más
precisos que en cada época haya:
. Y para que mejor haya (...) conocimiento y
descripción de la mar y tierra iréis (...) tomando las alturas, así por el sol
como por la estrella en todas las más partes que pudiéredes
y os pareciere, comunicándolas y concordándolas entre todos. (P.S.G., 42)
. Ese día pedí el punto al piloto de
Advertencias
para inteligencia del trabajo meridiano: la corredera está arreglada a
. Durante nuestra residencia en Nutka
fue muy vario el tiempo. Todavía se dexaban venir los
vientos del sur con agua y cerrazones, como aún no acabado del todo el
invierno. Por esto no se pudo observar la emersión del primer satélite de
Júpiter la noche del 16[8].
Y, aunque se proporcionó la del 18, no se le pudo señalar toda la confianza,
por tener el sol sólo siete grados de depresión. Sucedió a las 8h
Las observaciones de los reparos, acantilados,
fondos, etc. se desgranan también en cientos de observaciones geográficas, como
se ve en los siguientes textos:
. Desde el puerto, ó surgidero del Morro, vuelve la
costa al Lesueste un tercio de legua hasta un morro gordo. (P.S.G.,
73)
. Tiene á la boca veinte y dos brazas, caxcajal: Puédese surgir junto a una isleta redonda á la
banda del Noroeste della, que está acopada de
árboles. Es menester aforrar quatro o cinco brazas de
cable. Y a la entrada deste brazo, sobre la mano
derecha, está una caldereta de mar muerto donde puede estar un Navío surto á quatro amarras, la proa en tierra. (...) Y el Piloto Anton
Pablos guió a la caldereta, adonde por ser ya noche hicimos dormida, y llamamos
. Sondose la primera vez en
diez brazas medio cable de tierra; y un cable mas adelante hai
treinta brazas un ahuste de tierra, estando
Nornoroeste-susueste con el morro alto. Prois en tierra, porque va creciendo el fondo de golpe. (P.S.G., 75)
. Es reparo, aunque acantilado, de mucho fondo. (P.S.G., 75)
. Pero no te fíes de entrar con navío grande por allí,
porque es angosta la entrada y sale mucho un placel de la isleta montosa, y
dentro está seguro de todos los vientos. (...). Desde este puerto pareció un
torno de mar escombrado. (P.S.G.,76)
. Resolviéronse todos que entrásemos en esta bahía a
tentar la tierra. Y el general, viendo que estaban en buen parage
para descubrir el Estrecho y que aquella bahía, conforme á su traza que el
General tenía descrita, había de responder á la mar por otra boca cerca del
Estrecho, mandó gobernar allá. Y así entramos dentro como á las dos del día de
la tarde con la sonda en la mano. Y aunque entramos tres y quatro
leguas la canal adentro, no se halló fondo con muchas brazas hasta que nos
arrimamos á la tierra y sondamos en treinta brazas. Y allí surgimos la primera
vez, cinco leguas
. Salimos de la caldereta jueves 26 de noviembre y
fuimos á reconocer
Al Leste media legua entre las isletas se tomó fondo 15
brazas. Comedero. Aforra el cable y puedes surgir á necesidad de una isletilla destas, la de más al Leste. A la tierra alta sale una
restinga que corre Norte-sur. Parecen sobre agua tres puntas de arrecifes della; y en la canal, que está dos ahustes
del arrecife, hai quarto
brazas de agua: Norte-sur con el Arrecife. La salida es de Leste-oeste, y por
la canal de sotavento de la parte del Sur, arrimado á la isla por media canal, hai doce brazas. Es roca. (P.S.G.,
74)
Son impresionantes y de un realismo extremo
también las descripciones de la tierra, las referencias oronímicas:
. Y acercándonos a tierra, descubrimos una grande bahía
y ensenada que entraba mucho la tierra adentro hasta unas cordilleras nevadas.
Y á la banda del Sur tenía una tierra alta amogotada con un monte de tres
puntas, por lo cual Pedro Sarmiento nombró á esta bahía Golfo de
. Desde
Hai un buen surgidero: 12 brazas, arena. Y al Norte de
Hocico de caimán hai un puerto, razonable fondo
(...). Tiene esta punta una baxa cerca de tierra, que
revienta el mar en ella. (P.S.G., 76)
. Y al Noroeste della hace un
puerto que tiene una playa bermeja de arena, buen fondo de arena. (P.S.G., 76)
. Tiene este puerto un arroyato
grande de buena agua dulce, que sale á la mar deste puerto.
(P.S.G., 77)
. La masa de la tierra, lo que vimos, no nos pareció
bien cerca de la mar; porque no hai migajón de terrial, sino de la demasiada humidad
hai sobre las peñas un moho tan grueso y corpulento
que es bastante a criar en sí y sustentar los árboles que se crían en aquellas
montañas. Y estos céspedes deste moho es esponjoso
que, pisando sobre él, se hunde pie y pierna, y algunas [veces] el hombre hasta
la cinta, y hombre hubo que se hundió hasta los brazos, y por esta causa son trabajosísimas de andar estas montañas. (P.S.G., 78)
. Al Oessudueste de
. Y se llaman agora San Felix
y San Ambón. Son pequeñas, tres cuerpos de tierra, despobladas, sin agua. Tienen
mucha paxarería y lobos marinos y mucha pesquería. (P.S.G., 56)
En cuanto a los avisos meteorológicos, son
de una belleza indescriptible las explicaciones del estado del cielo y de los
vientos, donde abundan –sobre cualquier otro campo- las metáforas. Los más
interesantes son siempre los escritos de los capitanes de navíos que hacen
rutas largas –del puerto de Cavite, en Manila, al de Acapulco, por ejemplo- y
los diarios de los navíos que hacen cabotaje por las costas africanas. Estas
referencias al cielo son los datos primordiales de los diarios de navegación y
de los libros de bitácora. Por ejemplo:
. Quedamos con las mayores y la gavia en dos rizos,
cielo claro, horizonte con arrumazón gruesa, viento fresco a ráfagas, y con
turbonadas y mares gruesas de él, del O y SO. En algunas turbonadas se arrió la
gavia, hizándola luego que el tiempo lo permitía.
Anocheció estando el semblante como al mediodía, y las mismas mares con otra
del sur, y más viento. Éste afloxó desde que la luna
se acercó al horizonte, y a las seys de la mañana,
viendo el comandante que nada adelantábamos para el sur, y que en este paraje
conviene estar siempre muy a la mar, para precaber la
deriba que ocasionan los continuos vientos del SO, y
que según la vista de los chorlitos (marca muy apreciable para situarse los que
vienen de Europa) debemos estar, cuando más 130 leguas de
. Permaneciendo el viento variable y calmoso al E,
ceñíamos por estribor con fuerza de vela, la qual no
podía ser igual por la continua mudanzas (sic) de carises
que nos obligavan acortar la vela. Al anocheser estávamos cubiertos de celaxería densa senicienta y al
SE fosco. Por lo que tomando a las 9 peor semblante, tomamos el 2º rizo a las
gavias, y a las 12 se presentaron dos turbonadas al S y E y el viento fue
creciendo del SE al E, obligándonos disminuir de vela. A la 1 ya estava frescachón al SE y aferramos las gavias, echamos
abajo las vergas de juanetes, quedando con solo el trinquete. El viento
despidió fuertes ráfagas y sólo al S el carís fue
adelgazando; y haviendo llamado el viento al SO largamos
toda vela en buelta del ESE. Y desde las 22 horas el
viento fue rolando al 2º quadrante hasta las 23, que
con un chubasco llamó al SO calmoso y variable. (AMN, ms. 201, fl. 49 r)
. Quedamos a medio día con toda vela, tiempo claro, mar
llana y viento bonancible. A las tres de la tarde nos aprovechamos de la
bonanza para tesar los emberques de las mayores y
coser una faja a la sobremesana. Y a las tres y media se volvieron a marear
estas velas. Al ponerse el sol, estaba el viento muy flojo, la mar llana y el
cielo y horizontes clarísimos, por lo que conseguimos observación de la
variación de la ahuja a satisfacción. A las 9 ½ se
aferró la cebadera y sobrecebadera, se cargaron las
mayores y se arriaron los juanetes por la calma. Pero a las 11 entró algún
viento sur y se mareó toda vela. A las 6 de la mañana se viró en redondo, por
convenir aquella bordada. Y viendo el comandante que el semblante prometía
calma todo el día, quiso aprovecharla; para cuyo efecto nos quedamos a las 8
con solas las dos gavias arriadas, una en contra de otra, y se empezaron a
tesar las jarcias del bauprés y mayores, para seguir después con las de las
gavias. Se echó el serení a el agua para reconocer en lo posible la línea de
agua del nabío; y se alló
estar en
. La calma nos dio lugar para acabar de tesar las
jarcias, empezando por los barbiquejos, y acabando por las de juanetes, cuya
faena se concluyó a las 5 ½ de la tarde, a cuyo tiempo se metió dentro el
serení, y en el mismo instante nos dio un chubasquillo de algún viento por el
ESE, y con él mareamos toda vela. Anocheció toldado el cielo y achubascados los
horizontes. Pero sin embargo la noche fue muy clara y el viento fue entrando
con ella. Al amanecer estaba claro el cielo y los horizontes con celajería
suelta y arrumazón llana la mar y el viento bonancible.
Se han pasado cinquenta
zurrones de cacao de proa a el pañol de santa Bárbara, para suspender más la
proa del navío. Faltaron dos planichuelas de la tabla
de jarcia de gavia y se pusieron otras. (AMN, ms. 941, fl. 4 r)
En cuanto a los rasgos lingüísticos,
destacaremos la abundancia de adjetivos, sobre todo referidos al espacio.
Prácticamente todos son calificativos y pospuestos, explicativos por tanto.
Tanto los sintagmas nominales como los verbales son en su mayoría analíticos; lo
que es lógico en un tipo de literatura donde la precisión debe ser absoluta y es
garantía de supervivencia de los navíos y de sus tripulaciones. Presentaré aquí
sólo un mínimo ejemplario:
. El viento reventó otro cable que se cortó en una roca
porque el fondo allí era sucio.
. Y por ser el fondo acantilado garraron las anclas y
perdieron fondo.
. Las gotas de agua que caen vienen redondas y corpulentas
como granizo frigidísimo.
. Tenía una tierra alta amogotada con un monte de tres
puntas.
. Esta tierra es pelada y a la mar tierra baxa y de mucha reventazón y baxos
sobre agua.
. El fondo de este surgidero es peñascoso y costa
brava, acantilado.
. Es tierra amogotada y alta a la redonda, tiene un
morro alto.
. Una isleta redonda que está acopada de árboles.
En cuanto a los verbos, lo más
interesante es el uso constante de términos marineros, muchos de los cuales o
no están recogidos en los diccionarios, o no en la época en que nosotros los
documentamos o no con el significado con que se usa en nuestra documentación.
Podemos ver la belleza de estos verbos en algunos ejemplos como:
. Vuelve la costa al lesueste.
. Estábamos ensenados.
. Fue garrando sobre tierra.
. Ayudaron a amarrar y ancorar seguramente la nao.
. Huyendo los mares salimos dentre
los baxos y nos abrigamos detrás de otras peñas.
Los deícticos locativos aluden, en
gran parte, a los puntos cardinales; información importantísima en la
navegación. Por ejemplo:
. Desde
Llegados a este punto del artículo, se
habrán podido concebir – o al menos intuir- las enormes posiblidades
de estudio y tratamiento lingüístico y literario del material que proporciono.
En realidad, ésta es la intención que mueve el trabajo: ser un punto de
partida, o un punto de apoyo, para el estudio de la lengua del mar. Por ello
aporto aquí un elenco, un repertorio léxico que sirva de base de estudio e
investigación, crisol de futuros proyectos interdisciplinares:
a)
Léxico referido a vientos:
. El día 13 de marzo, a alas 5 ¼ de la tarde, estando
el viento bonancible al S ¼ SE, llegaron los pliegos de la correspondencia, e
inmediatamente nos hicimos a la vela.
. “Continuó la brisa bonancible, y nosotros con toda
vela, Luego que salió la luna aclaró la noche y aflojó el viento.”.
. A poco rato hicimos lo mismo con las gavias, pero
viendo que continuaba ventando fresco, las tomamos el velamen rizo.
. Anocheció estando el horizonte y cielo cargado,
viento bonancible y poca mar de él.
. Seguimos con toda vela de viento largo y éste muy
bonancible por el NNE hasta la 6 de la tarde, que llamó al E algo más teso, la
mar algo gruesa; por lo que se le dan 6 cuartas de abatimiento a las dos horas
que por la calma nos quedamos sobre las gavias arriadas.
. A las 4 viramos en redondo, y a la oración
estaba el viento casi calmo y el tiempo y mares como al mediodía.
b)
Léxico referido al cielo y a los horizontes:
. Seguimos con toda vela, estando la brisa fresquita,
el cielo y horizontes con alguna celajería y la mar llana.
. Seguimos con toda vela, menos el rizo de la
sobremesana, estando fresquita la brisa y pardo el cielo”.
. Amaneció el cielo claro, los horizontes con celajería
calimosa y la mar sorda del SE.
. Viento fresco, cielo claro y horizontes con arrumazón
y celajería gruesa. (...) Anocheció claro el cielo, los horizontes con
apariencias de viento; éste fresco por el OSO y mares gruesas de él y del NO.
c)
Léxico referido al estado de la mar
. La mar del SO ha estado menos gruesa, hemos mantenido
toda vela.
. Seguimos con toda vela, estando la brisa fresquita,
el cielo y horizontes con alguna celajería y la mar llana.
. Quedamos a medio día con toda vela, y viento
fresquito, mar algo picada y horizontes con celajería gruesa.
. Quedamos a medio día con toda vela, tiempo claro, mar
llana y viento bonancible.
. Amaneció el cielo claro, los horizontes con celajería
calimosa y la mar sorda del SE.
. Amaneció el cielo toldado, los horizontes muy
cargados, el viento fresco y gruesas las mares del NNO y O. Tomamos a esta hora
dos rizos a el velacho, otros tantos a la vela mesana y uno a la gavia, y
amuramos el trinquete a las suyas y cazando las tres gavias y el estay de
gavia, arribamos en derrota.
d)
Palabras que describen los cielos
. La brisa ha estado fresquita todas 24 horas, y en
especial de las
. A las 8 se aferraron los juanetes y estays por una fogadilla con no
buen cariz.
. Pero sin embargo la noche fue muy clara y el viento
fue entrando con ella.
. A las 6 de la mañana se viró en redondo, por convenir
aquella bordada. Y viendo el comandante que el semblante prometía calma todo el
día, quiso aprovecharla.
. Anocheció el tiempo en la misma disposición, y
nosotros mantuvimos toda vela hasta las 6 de la mañana, que una turbonada de viento
ENE nos hizo quedar con las tres gavias a medio mastelero.
. Luego que pasó, largamos los estays
porque empezó a sentirse mar de proa.
. El tiempo y viento estaban del mismo modo al
amanecer; pero éste fue llamando en la noche a popa y así largamos alas y
rastrera.
Tras esta exhibición de realidades,
metáforas, de belleza del espacio y de preponderancia del tiempo, espero haber
documentado la afirmación de partida de que no hay realismo ni verdadera y
propia literatura realista fuera de los libros de derrota y los libros de
navegación, en los que realidad y supervivencia siempre van unidas.
BIBLIOGRAFÍA
Archivo
Museo Naval: Ms. 941: Diario del
teniente de navío Dn. Ygnacio
María de Álava desde el puerto de El Callao de Lima a el de Cádiz. Año de 1778.
Ms. 201: Diario de la navegación que
ba a hacer el teniente de navío de
Escalera
Cordero, Matías (coord.) (2007). La
(re)conquista de la realidad: la novela, la poesía y el arte, Madrid:
Tierra de nadie.
Pérez
Millán, Juan Antonio, (2002). La memoria
de los sentimientos. Basilio Martín Patino y su obra audiovisual,
Valladolid, SEMINCI.
Pieper, J. (1974). El descubrimiento de la realidad,
Madrid, RIALP.
Sarmiento
de Gamboa, Pedro (1987). Derrotero al
Estrecho de Magallanes, Madrid. El derrotero de Sarmiento es de 1582.
[1] . Al término realidad, según el filósofo Pieper
(1974,???) corresponden las palabras latinas realis y actualis. Realis, derivado de res ‘cosa’, es todo lo que se ofrece al
conocimiento sensitivo e intelectivo. Real, en este sentido, es ‘lo que está
enfrente’, lo que Bühler llamaba deixis ad oculos; irreal, en cambio, es lo meramente pensado; aunque,
por el hecho de ser pensado sea ya algo real. O sea, lo que
[2]. No me interesa incluir en este trabajo las ideas de Whyte, por ejemplo, que sostiene que no se puede distinguir
entre relato histórico y relato de ficción, basándose en el criterio de que
relatan, respectivamente, acontecimientos reales o imaginarios y de que los
mecanismos poéticos que determinan la producción de relatos históricos son los
mismos que determinan los relatos de ficción.
[3] . Aunque no incumba para este trabajo, es muy interesante comparar un
cuadro realista y descubrir en él lo que es real y lo que es aproximado.
Incluso tomar La celosía y ver las
diferencias entre este texto u otros similares con la realidad; porque en
muchas de las obras del realismo –sobre todo francés- (igual que en las
películas de Antonioni) predomina el desánimo. Dado que la gente no puede
comunicarse, Robe Grillet describe por ellos. Dicho
autor encarna el perspectivismo, el extremo del
realismo; pero a pesar de que él crea que describe científicamente la realidad,
el hecho es que, al leer sus obras, un lector no sabe verdaderamente cómo es
esa realidad que se presenta. Asimismo, se podría comprobar cómo la realidad de Pereda o de Galdós es una realidad subjetiva. O podríamos, por ejemplo,
exponer el vacío de la generación del 20, muchos de cuyos individuos no sabían
qué hacer, se aburrían a pesar de tener todos los medios y compararlo con la
necesidad fotográfica de los derroteros.
[4] . Para este punto de vista cf., entre otros,
Escalera Cordero, M., (2007).
[5]. El cine documental que aparece en toda Europa a partir de los años 60
intentó aproximarse a la realidad desde todos los ojos. Son muy interesantes,
por ejemplo, las dos realidades que presenta Basilio Martín Patino en la
película Canciones para después de una
guerra. Como dice el propio narrador en la película “Eran canciones para
sobrevivir, canciones con calor, con ilusiones, con historia. Canciones para
sobreponerse a la oscuridad, al vacío, al miedo. Canciones para tiempos de
soledad, si escuchábamos una y mil veces de los mismos labios las sabíamos, las
vivíamos, las cantábamos. Eran canciones para ser cantadas directamente,
canciones para ayudarnos en la necesidad de soñar, en el esfuerzo de vivir”.
Documenta el
hecho de que en el momento de plomo, que es el franquismo, la gente salga
adelante por la imaginación; y esto lo hacían con cantos de resistencia y con
frases con influencia para la resistencia
Pero Basilio
Martín Patino prueba con una óptica contraria: no mira las canciones como algo lamigoso, tipo Corín Tellado,
sino como una forma de subsistir. De hecho, la película es una homenaje a la
canción puramente urbana potenciada por la radio de la época. Martín Patino
busca en su obra la historia común, pero no con el manto sagrado de la supuesta
veracidad de los hechos, sino acercándose discretamente a ellos para dejar
constancia de los sentimientos, individuales y colectivos, que producen en
quienes los padecemos. De todos los procedimientos de la película, los que
llamaron más la atención en su momento y los que se recuerdan con más facilidad
son los más sencillos. Aquellos en los que Patino lleva la confrontación al
límite de lo directo. (Cf. Pérez Millán, 2002).
[6] . En adelante P.S.G.
[7]. Actualizamos solo
acentuación y puntuación. No modificamos grafías ni cambios fonéticos como el
ceceo, seseo, etc.
[8] . de mayo de 1792.
[9]. AMN: Archivo de
Museo Naval. Madrid.