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PINTORES CATALANES EN MONTMARTRE (1880-1900)[1]
Jean Moline
Universidad de
Tours (Francia)
En el siglo XIX, desde Goya a Fortuny, la pintura española influyó en la
francesa. La Galería de pintura española
del rey Louis Philippe en el Louvre (1838-1848) permitió dar a conocer la gran
pintura clásica española y descubrir a Zurbarán. Decenas de pintores españoles
llegaron a París en el siglo XIX, entre los cuales se encontraban, al menos, 14
pintores catalanes. Al principio siguen las directrices del arte académico
oficial, pero a partir de 1865 su creación artística queda marcada por el
Impresionismo y las escuelas que lo siguieron.
Ramón Casas llegó a París en 1882 y allí coincidió con Santiago Rusiñol y
Miquel Utrillo, que estaban acompañados por sus amigos Pere Romeu y Zuloaga.
Conocieron y apreciaron los poemas y canciones de Émile Goudeau, Maurice
Donnay, Maurice Mac Nab, Jules Jouy o Aristide Bruand y frecuentaron los mismos
cabarets artísticos como el Auberge du Clou, el Mirliton, el Chat Noir, el Lyon
d'Or y los bailes del Moulin Rouge o del
Moulin de la Galette. Fueron influidos por los pintores impresionistas y
postimpresionistas, por Chéret, Toulouse-Lautrec, Steinlen. Publicaron los
recuerdos de su estancia en la Butte
(colina) de Montmartre en la revista Pèl & Ploma en 1900.
En esa época se dieron a conocer en París Sorolla, Zuloaga, Urrabieta Ortiz
y los catalanes Canals, Nonell, Casas, Rusiñol y Sert. Picasso llegará a París
siguiendo sus pasos.
En 1897, en Barcelona, sobre una idea de Utrillo, Pere
Romeu funda Els IV Gats, primo del Chat Noir.
PALABRAS CLAVE: Pintores catalanes y franceses, Impresionismo, Modernismo, Montmartre,
cabarets artísticos, Le Chat Noir, Els Quatre Gats.
ABSTRACT
Spanish painters, such as Goya or Fortuny, influenced
French painting throughout the 19th century. The great classical Spanish
painting, including Zurbarán, was made known by King Louis Philip's Gallery
of Spanish Painting at the Louvre (1838-1848). Dozens of Spanish painters
settled down in
Ramón Casas arrived in
At that time, painters such as Sorolla, Zuloaga, Urrabieta Ortiz and the
catalan Canals, Nonell, Casas, Rusiñol and Sert were well-known in
In 1897, Pere Romeu opens Els IV Gats, an
establishment quite similar to the Chat Noir inspired by Utrillo.
KEY WORDS: Catalan and French painters, Impressionism,
Modern Style,
Para Sophie Monneret, historiadora del arte, el grupo de
pintores españoles en Montmartre incluye a Casas, Rusiñol, Miquel Utrillo, Zuloaga. Hay que añadir a su amigo Pere Romeu que
los acompañó a París. Louis Gillet, crítico de arte y académico, consideraba que se produjo en el
siglo XIX en París un renacimiento de la pintura española de Fortuny a Zuloaga.
Mariano Fortuny, catalán
nacido en Reus en 1838 es el precursor, pintor académico, llegado a París en
1860. Estudió en
el taller Gérôme, fue amigo de Meissonier, del barón Davillier y trabajó para
Goupil, el marchante de cuadros y editor de reproducciones. Su pintura luminosa fue conocida por los
impresionistas. Muerto en 1874 en Roma, había gozado ya de un éxito considerable
pero apenas fue apreciado por Manet. Docenas de pintores españoles permanecerían
durante mucho tiempo en Francia hasta finales de siglo, e incluso algunos ya no
irían a Roma sino a directamente a París.
A finales de siglo en la capital francesa, vínculos
informales aproximaron a algunos pintores catalanes. Ramón Casas llegó en 1882. Se encontró con Santiago
Rusiñol y Miquel Utrillo varias veces y aprovecharon para compartir taller.
Publicaron los recuerdos de su estancia en Montmartre en la revista Pèl y
Ploma en 1900. Juntos apreciaron igualmente los poemas y las canciones de
Émile Goudeau, Maurice Donnay, Maurice Mac Nab, Jules Jouy, Aristide Bruant y
frecuentaron los mismos “cabarets artísticos”: el Auberge du Clou, el Mirliton,
el Chat Noir, el Lyon d’Or y también el baile del Moulin Rouge o del Moulin de
la Galette. Pablo Ruiz Picasso
llegará a París tras ellos. Más tarde fundarían en Barcelona Els
Quatre Gats, primo hermano del Chat Noir.
1 LOS PINTORES.
Ramón Casas Carbó.
Nacido en el seno de una
familia acomodada en Barcelona en 1866, donde comienza sus estudios de arte, es
pintor y cartelista, entre el academicismo y el impresionismo, representante y
símbolo del Modernismo catalán. Artista muy precoz, ingresó en 1882, con 15
años, en la academia Carolus Duran y después, en 1884, en el taller Gervex, y
sin embargo, a pesar de su éxito, permaneció como una persona normal y
corriente. Expone en París desde 1883 y vivirá a menudo en Montmartre. Pasa
otoños e inviernos en París hasta finales de siglo. En 1889, se encuentra en el
Moulin de la Galette con Utrillo y Canudas. También se relaciona
con Rusiñol. Frecuenta el Chat Noir, los cabarets, a los chansonniers. Retratista de talento,
pinta a Erik Satie, a Picasso y también a Alfonso XII, al que no agradó su
pintura... Gran viajero, fue reconocido por numerosos admiradores extranjeros a
los que proponía escenas de la vida popular, de ciudades españolas y de colorido
paisaje. Es el pintor feminista de la mujer emancipada, con derecho a leer, a
escribir y a hacer deporte y que, al mismo tiempo, sigue siendo seductora.
Casas fue el jefe de filas
de los bohemios modernistas, artistas con tendencia simbolista,
neoimpresionista y a veces expresionista. Tenía ideas anarquizantes y de
progreso social que iban contra el gusto de la época y el pensamiento
dominante. Casas, pintor y dibujante notable, quedó, sin embargo, fuera de las
grandes corrientes sucesivas del arte moderno: fauvismo, cubismo, surrealismo.
Después de haberse alejado del Modernismo, muere famoso en 1932 y entra en un
relativo olvido durante la República y la Guerra civil. Representa un siglo XIX
que se acaba. Su carrera se vuelve más discreta tras la primera guerra mundial.
Desde luego, no es olvidado en Barcelona aunque sí algo descuidado en París y
Madrid. No figura en la exposición de los grandes maestros españoles de la
colección Pérez Simón presentada en París mientras que se incluyen en ella Julio Romero de Torres, Buñol y Sorolla.
Postales
de Casas: mujeres emancipadas
Automovilista |
Soñadora con libro |
Santiago Rusiñol Prats.
Nacido en 1861 en Barcelona, en una rica familia
catalana. Estudia en Barcelona y después en París en 1887, en donde frecuenta
la academia Gervex y es corregido por Eugène Carrière y Puvis de Chavannes. Vive cerca del Moulin de la Galette, donde
recibe e incluso aloja a sus amigos catalanes. El vasco Zuloaga se une al grupo
en 1890. Desde
1889 hasta 1892, Rusiñol permanece en París. Corresponsal de La Vanguardia, viaja entre París,
Barcelona y Sitges. Escribe y
pinta. Es un habitual del Chat Noir y del café Weber. Frecuenta los medios
artísticos y literarios y se encuentra así con Toulet, Curnonsky, Satie, Léon
Daudet y con algunos pintores. Pinta un retrato de Utrillo ante el Moulin de la
Galette y otro de Sarah Bernhardt. Elige temas simples o próximos,
impresionistas, antes de evolucionar hacia el simbolismo, el cartel y la
decoración. Figura central del Modernismo y mecenas, acogía a artistas y
escritores en su propiedad de Sitges, el “Cau Ferrat”. Fue el fundador de las
Fiestas Modernistas de Sitges y de la “taverna Els Quatre Gats”. Su viaje a
Granada en 1892 le permite descubrir los jardines de España y los parques, que
van a ocupar un lugar especial en su obra, con luces de anochecer y rica
vegetación. Es también el
pintor del agua. Expone con Bing en la Galérie de l´Art Nouveau una serie de telas de los Jardines
de España.
Miquel Utrillo Morlius.
Nacido en 1863 e instruido en Barcelona y en Francia por sus padres
emigrantes, termina los estudios en el Instituto Nacional Agronómico de París.
Vuelve a Barcelona en 1887 para la Exposición
Universal de 1888 y regresa a París en 1889 para la Exposición Universal. Posee múltiples talentos. Es arquitecto,
escritor, crítico de arte, periodista y también pintor y viajero. Vive algún
tiempo en la Butte (colina)
Montmartre. Se relaciona con Zuloaga. En esa época, Suzanne Valadon es su amante y él se convierte
en padre adoptivo de su hijo Maurice, nacido en 1883. Es amigo de Satie, al que
había conocido en los cabarets artísticos, que lo sucederá en los favores de
Suzanne, pintora y, a la vez, modelo de pintores. Vuelve entonces a Barcelona. En 1893 Utrillo fracasa con un espectáculo en
la Exposición de Chicago. Miquel Utrillo tuvo un taller en el boulevard de Clichy.
Ramón Canudas Serra.
Pintor, y más tarde grabador, nació en 1858 en Barcelona. En 1877 se marcha
a París para trabajar con Daniel Urrabieta i Vierge (en Francia, Daniel
Vierge), ilustrador, dibujante y acuarelista, nacido en Madrid en 1851 e hizo
su carrera en París. Canudas tuvo que dejar Parỉs y abandonar a Daniel
Vierge en 1878. En 1885,
Utrillo presenta Canudas a Rusiñol en Barcelona. En aquel momento Utrillo, Rusiñol, Canudas, junto
con el escultor Enric Clarasó Daudi y Casas forman el grupo de cinco amigos de
los “Lleones i Cendrosos”. En 1889, en París, Canudas se pone enfermo y es
cuidado por Rusiñol y Casas. De
1890 a 1892 Canudas se encuentra en Montmartre ayudado por Rusiñol. Muere en
1892 de tuberculosis y es enterrado en Sitges. Fue pintado varias veces por Rusiñol, en
particular antes de su muerte.
Joan González Pellicer y Julio
González Pellicer.
Joan, pintor, nació en Barcelona en 1868. Frecuentó Els Quatre Gats, amigo
de Picasso, y se reúne con su hermano Julio en París en 1899 para instalarse en
Montparnasse. Frecuenta a Max
Jacob. Muere joven. Su hermano Julio, nacido en 1876 en Barcelona, pintor y
después escultor, hará carrera en Francia. Una exposición consagrada a Julio
González y a su familia fue presentada en el Centro Pompidou en 2007 y en el
Castillo de Tours en 2008.
Isidro Nonell Monturiol.
Nacido en Barcelona en 1873, este pintor llega a París en 1897 con su amigo
Ricardo Canals y permanecerá allí poco tiempo. Expone en París con Toulouse-Lautrec y Gauguin. Vive en Montmartre. Muestra
sus cuadros en la Exposición de los pintores impresionistas en Le Barc de
Bouteville. Trabajó para el marchante Ambroise Vollard (expone sus acuarelas en
1899 con él). En 1900, abandona su taller parisino que deja a Picasso al que
habría influido en su período azul. Se une al grupo de Montmartre en Els Quatre
Gats, donde expone en 1898. Alterna
estancias en París y Barcelona. Entre Impresionismo y Expresionismo, pinta
sobriamente escenas populares, mendigos y gitanos de forma realista. Su carrera fue muy corta pues
falleció a los 38 años.
Ricardo Canals Llambí.
Nació en Barcelona en 1876. Presentó dibujos en la primera exposición de Els
Quatre Gats en 1897. Pintor y grabador impresionista, ligado al galerista
Durand-Ruel, residió en París de 1897 a 1907 y colgó sus cuadros en la XVª
exposición de pintores impresionistas en Le Barc de Boutteville. Expuso en el Bellas Artes y en el Salon de
Otoño. Amigo de Picasso, termina su estancia parisina con él. Recibió
influencias de Toulouse-Lautrec, Degas y Renoir.
Joaquim Sunyer Miró.
Nacido en Sitges en 1875, se marcha a París
después de 1896 y permanecerá allí hasta 1908, donde se vincula con los
catalanes y con Steinlen. En 1897 ilustra con ocho litografías en color la
edición original de los Soliloques du pauvre de Jehan Rictus (Gabriel
Randon) que se representaban en los cabarets de Montmartre y tuvo la ocasión de
recitar sus poemas en el Chat Noir. Picasso se unirá a él en el Bateau
Lavoir. Expondrá en París, en Barcelona, en Alemania. Realizará numerosas
estancias en Francia, en particular en el sur, en Céret, en Banyuls con
Maillol. Será influido por Degas, Monet y Sisley y después por Cézanne y
evolucionará hacia el Cubismo. No estará muy próximo a Els Quatre Gats.
Ramón Antonio Pichot Gironés.
Nacido en Barcelona en 1872, es pintor grabador formado en Barcelona y
Madrid. Expone en 1899 en Els
Quatre Gats. Llega en 1900 a París, después de Picasso. Vivió en Montmartre, en la
Maison Rose que sigue existiendo en la actualidad. Se convirtió en montmartrense, amigo de Braque y de
Picasso, reconocido por la crítica a partir de 1902 en el Salón de los
Independientes, pintor fauvista, expone en París. Pichot, primer tránsfuga con
Picasso, dejó España y permaneció en Francia.
Francisco-Xavier Gosé.
Nacido en Lérida en 1876, este ilustrador y caricaturista comenzó su
carrera y se formó en Barcelona. Expone con éxito en 1899 en Els Quatre Gats. Sigue a Picasso a París en
1900. Es también
un tránsfuga que llevará su actividad, acuarelas y dibujos de temas mundanos
parisinos o de sociedad a las revistas de París, entre las cuales se encuentra l’ Assiette au Beurre, durante toda su
carrera en Francia.
Hermen Anglada-Camarasa.
Nacido en 1871 en Mallorca, realiza sus estudios de arte en Barcelona.
Permanece entre 1898 y 1910 en París, donde es influido por Toulouse-Lautrec. En
1894 frecuenta la academia Julian. Expone en París en 1898 y en 1902. Se
instala en Montmartre en 1904. El folklore español es para él una importante
fuente de inspiración. Participa en numerosas exposiciones. Es muy apreciado en
Rusia.
José María Sert Badía.
Nacido en Barcelona en 1876, viaja a Italia y después se marcha a París
donde vive a partir de 1900. Amigo de Paul Claudel y de los hermanos Natanson,
se casa con Misia, seductora de artistas y ex-esposa de uno de los hermanos. Se
relacionó con Forain y Émile Bernard y trabajó para Samuel Bing durante la
Exposición Universal de 1900. Es también un tránsfuga. Inspirado por Berruguete
y Tiépolo, decora edificios, monumentos, residencias y trabaja durante veinte
años en la catedral de Vich. No tiene relación con el Modernismo. Está muy
próximo a los artistas y escritores de La
Revue Blanche de los hermanos Natanson.
Eliseo Meifrén Roig.
Nació en Barcelona en 1859. Pintor impresionista y gran viajero, frecuentó
Els Quatre Gats y expuso en París en 1900 en la galería Georges Petit. Fue
amigo de Rusiñol y Casas. Pintó paisajes en Europa y en América.
Otros pintores catalanes o españoles frecuentaron o
expusieron en Els Quatre Gats y viajaron a París: el poeta y artista Carlos
Casagemas Coll, nacido en 1880, que expuso allí en 1900. Se suicidó en París en
1901 a causa de Germaine, una bailarina del Moulin Rouge, lo que marcará a
Picasso que fue también amante de ella. El mismo Picasso representó a su amigo
muerto en un cuadro famoso; Enric Casanovas Roy, escultor, nacido en 1882 en
Barcelona, que llega a París en 1900; el aragonés Pablo Gargallo, nacido en
1881, escultor en Els Quatre Gats en 1900 y en París en 1904; Manuel Martínez
Hugue, llamado Manolo, escultor, nacido en Barcelona en 1872, presente en Els
Quatre Gats y después en París en 1901, cerca de Picasso en el Bateau Savoir y
en Céret en 1909; Evelio Torrent Marsans, nacido en 1876, modernista e
impresionista, que estuvo en Els Quatre Gats en 1897 y se marcha a París en
1901; Joan Brull Vinyoles, simbolista y modernista, pintor y crítico de arte,
nacido en Barcelona en 1863 y estuvo en París hacia 1886-1888.
Pablo Ruiz Picasso, asiduo de Els Quatre Gats, pertenecerá a la pintura del
siglo siguiente y será español, parisino y provenzal, aunque nació en Málaga en
1881 y se convertirá en catalán, representando siempre a Cataluña… Muy joven,
fascinado por París, entre 1900 y 1907, se marcha a la conquista de la capital,
donde se instala completamente en 1907. En 1901, Pere Mañach, un industrial
catalán que se había convertido en marchante de arte moderno en París y que conoció
a Picasso a través de Nonell, se lo presenta a su vez a Ambroise Vollard. Desde
1901 a 1904 es el período azul de Picasso. Picasso expone con Vollard en 1905.
Otros pintores catalanes siguieron a Picasso a París.
¿Se trata de una fuga de catalanes? Estos artistas viajeros se marchan a
Francia y a otros países del extranjero y vuelven difícilmente a España. En
1906, Alfonso XIII escapa a un atentado. Las condiciones sociopolíticas de la
época en Cataluña quizás pudieron inducir a algunos artistas de opiniones
avanzadas a abandonar Barcelona, que sufre una huelga de marinos en 1904 y
estallidos de motines en 1909. El pensamiento anarquista y la reivindicación
identitaria, la miseria de los suburbios obreros y campesinos provocan grandes revueltas.
Para los historiadores, Cataluña, al igual que el País Vasco o Asturias, es en
ese momento un polvorín. Andalucía conoce la sequía, el hambre y la violencia
en 1905. La pérdida de las colonias insulares fue minando el poder madrileño (no
olvidemos la pérdida de Cuba en 1898). Los mendigos de las calles o del campo,
la ida o la vuelta de los soldados de Cuba o de Filipinas son los temas
elegidos por ciertos pintores como Nonell. Los colores luminosos y las estampas
de bañistas mundanas de Sorolla no son del gusto de todos los pintores.
Ignacio Zuloaga Zabaleta.
Vasco, nacido en Eibar en 1870, de una familia de artesanos, se forma en
Madrid, Roma y París, ciudad donde permanece durante 25 años a partir de 1889.
Sigue los cursos de Gervex y de Eugène Carrière. Montmartre es su barrio
predilecto: este vasco se une a la “banda catalana” y expone en París desde
1891 en la galería Le Barc de Boutteville. En 1893, participa en el Salón de los
Independientes. En 1896 se encuentra con E. Bernard en Sevilla. Degas, Gauguin forman parte de
su círculo de amigos. Descubre el Greco a Maurice Barrès del que hizo a
continuación un retrato con el paisaje de Toledo al fondo.
Zuloaga retrata una España del Norte sombría y severa, vasca y castellana,
tradicional, realista, con sus ciudades y sus campos, con cierto folklore, los
gitanos, el mundo de los toros y las corridas. Los escritores de la generación
de 1898 serán los amigos y los modelos del pintor (Unamuno, Azorín, Baroja).
Conoce el éxito desde 1895. Es reconocido y expone en el mundo entero. A partir
de 1991 se realizan distintas retrospectivas de su obra.
Denise Bonnaffoux ha señalado la influencia, a su vez, de
los artistas españoles, pintores y escultores, en particular vascos y catalanes
sobre los artistas franceses de finales de siglo. “Las imágenes de España en
Francia” a lo largo del siglo pudieron influenciar a los pintores franceses que
vieron sucesivamente en el siglo XIX a Goya, Pérez Villaamil, Fortuny, Regoyos,
Sorolla, Casas, Rusiñol, Nonell o Zuloaga. El rey Louis-Philippe había
coleccionado a los pintores españoles (Galería española del Louvre 1838-1848:
la colección comprendía numerosas pinturas de Zurbarán, desconocido en Francia
en aquel momento).
Oferta de suscripción en
Francia a Pèl & Ploma. Esta
postal de Casas, enviada desde España a
París en 1899, está dirigida a Arsène Alexandre, ilustrador y crítico de arte
famoso, director de revista, que vivía en la place Ravignan (hoy place Emile
Goudeau) en Montmartre. Defendía a Toulouse-Lautrec, Renoir, Monet, Raffaelli,
Gauguin y publicó sobre ellos. Escribió el prólogo del libro de Henri Rivière Les Trente-six vues de la Tour Eiffel.
No hay que olvidar al compañero de ruta de los pintores catalanes: Pere Romeu Borràs.
Nacido en Torredembarra (Tarragona) en 1862, es un bohemio excéntrico, del
tipo artista, camarero y animador en el Chat Noir de Rodolphe Salis, donde
imitaba a Aristide Bruant. También trabajó en el Auberge du Clou. Forma parte
del grupo de catalanes “modernistas” en Montmartre. Tanto él como sus seres más
cercanos, mujer e hijo, fueron representados, pintados, dibujados por Casas y
también por Picasso. Casas aparece junto a Romeu en el célebre cuadro del
cabaret Els Quatre Gats (donde se exhibe una copia, puesto que el original se
encuentra en el Museo Nacional d’ Art de Catalunya), en el que figuran montados
en un tándem. En 1897, abre esta brasserie-cabaret
en Barcelona, en la planta baja de la Casa Marti, a semejanza del Chat Noir
parisino. Creó también un periódico con el mismo nombre, que será seguido por Pèl & Ploma. Utrillo, Romeu, Casas,
Rusiñol son ayudados financieramente por
Manuel Girona, Presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona. Romeu presenta
las obras de numerosos pintores, entre ellos sus amigos, en varias exposiciones
así como espectáculos de sombras y marionetas de diversos poetas catalanes como
Joan Maragall, pues las marionetas de tradición catalana tienen un gran éxito
en la época. Romeu pasó de la bohemia de Montmartre, del Chat Noir y del
Auberge du Clou, donde había montado ya un espectáculo de sombras, a la bohemia
catalana, donde permanecerá en la dirección de su establecimiento hasta el
cierre en 1903. Muere en 1908, relativamente joven, como muchos de sus colegas encargados
de cervecerías, como Salis: dar de beber, hace beber…
2 CABARETS Y CAFÉS DE MONTMARTRE.
El Auberge du Clou.
Abrió en
1883, en la esquina de la rue des Martyrs y de l´avenue Trudaine, ubicación muy
solicitada. Allí
se sirve de comer y de beber. Los clientes del Chat Noir van también al Auberge
du Clou, donde se encuentran con Georges Courteline, que lo frecuenta asiduamente.
La ropa de los clientes se cuelga en grandes clavos. Es un albergue de estilo
campesino con muebles rústicos, vigas vistas, y pinturas y dibujos decorando
sus paredes. Entre las pinturas se encuentran nueve grandes cuadros de
Willette. Erik Satie y Claude Debussy se conocen allí en 1891-1892. En el
sótano del Auberge du Clou, decorado por Rivière, Somm y Willette, se encuentra
un teatro de sombras, en el que se representan dos obras, ambas con decorados
de Miquel Utrillo: La Styliste de
Henri Weindel y Noël de Vincent
Hyspa, con música de Erik Satie, que a menudo toca allí el piano. Pere Romeu
participa en la creación de estos espectáculos. El establecimiento es vendido
en 1896. La clientela se va.
El Chat Noir.
Es el cabaret “artístico” fundado en noviembre de 1881, en el boulevard
Rochechuart, por Rodolphe Salis que lo llena de muebles, baratijas y distintos
baratillos de un supuesto gusto Luis XIII: jarros, cacharros, armas, platos.
Salis increpa al público de forma irónica y enfática, gasta bromas. Los amigos,
los visitantes y los clientes son de lo más variado. Entre los primeros están León Bloy, Jules Vallès,
Alphonse Allais, Georges Courteline. En el Chat Noir, Aristide Bruant comienza a darse a
conocer. Salis es algo charlatán y buen hablador: hace participar a poetas, chansonniers y monologuistas, como los Hydropathes
y los Hirsutes, procedentes del Barrio Latino y dirigidos por Émile Godeau. Y
la clientela acaba llegando. En 1882, Salis crea el Chat Noir, periódico más o menos semanal, en el que Félix Fénéon
publicará artículos sobre el arte contemporáneo, Allais numerosos cuentos y
Verlaine algunos poemas. En 1885, Salis desplaza su cabaret a la rue de Laval
(hoy rue Victor Massé), en la ladera sur de la Butte, nuevo establecimiento más amplio y con pisos, decorado por Willette,
Grasset, Rivière. El Chat Noir recibe las visitas de Paul Verlaine o Charles
Gros, que son habituales. Los chansonniers Mac Nab, Donnay, Xanrof,
Jules Jouy se hacen oir allí. Los músicos de Sivry, Satie, Debussy tocan el
piano. Henri Rivière acondiciona en el segundo piso del edificio un teatro de
sombras donde fueron creados, a partir de
1886 y durante 10 años, numerosos espectáculos de Somm, Caran d´Ache,
Henri Rivière, Willette, Donnay, Jouy, Fau, Fragerolle, con músicas de Charles
de Sivry y Albert Tinchant. El tono social o libertario de algunos huéspedes
del Chat Noir, al principio con Vallès o Gill, después con Allais, Boukay,
Jouy, Tailhade, Fénéon, o Bruant a su manera, y su libertad de trazo o color,
como la de Chéret, Steinlen, d´Auriol, Grasset, Léandre, Rivière, no podían más
que atraer a Casas y sus compañeros. El todo París, artístico, literario y
mundano, se precipitó al Chat Noir durante casi quince años. El cabaret cierra a finales de 1896. Salis
muere en 1897. Todo
será vendido. Hoy no queda nada del Chat Noir excepto una placa sobre un
inmueble y reliquias en los museos.
El Mirliton.
Aristide Bruant, en 1885, retoma el primer Chat Noir que se convierte en el
Mirliton. Henri de Toulouse-Lautrec, convertido en su amigo, hará célebre su
silueta gracias a sus carteles. Bruant provoca al público de forma argótica y
populachera: lo insulta. Las canciones de Bruant oscilan entre el realismo y lo
sentimental y patriótico: su posición política es ambigua pero muestra piedad y
ternura por los desgraciados y los
excluidos de la sociedad. Es generoso. Y sin embargo es conservador y un propietario
muy burgués, que quiere tener jardín y animales. Sus canciones, ilustradas por
Steinlen, tendrán un éxito considerable que todavía perdura. El Todo París irá
también con Bruant. Courteline describió las veladas en el Mirliton. El
Mirliton desapareció.
El Lyon d’Or.
Este cabaret-brasserie, situado
en la rue du Helder, creado por François Trombert, un chansonnier, aparece en 1892 para hacer competencia al Chat Noir.
No sobrevivirá más que algunos meses tras los culaes Trombert y sus chansonniers saldrán de gira bajo el
nombre de Théâtre d’Ombres Lyriques. En estas fechas tiene lugar precisamente
una estancia de pintores catalanes en París, a comienzos del año 1892.
El Moulin Rouge.
No es un café ni un cabaret ni un bar sino un nuevo híbrido ligado al mundo
del espectáculo: es a la vez un baile y un music-hall pero también una brasserie. El establecimiento es abierto
el 6 de octubre de 1889 por Ollier y Zidler con el apoyo artístico de Willette
y con la colaboración del chansonnier Marcel
Legay, que se da a conocer también en los cabarets artísticos. El Cancan del
Moulin Rouge con las bailarinas Jane Avril, La Goulue, Grille d’Egout, Nini
Patte en l’Air, Valentin le Désossé y le Bal se hará famoso gracias a Toulouse-Lautrec
que retratará también a Yvette Guilbert, a la clientela, a sus amigos y al Todo
París. Junto a Toulouse-Lautrec, otros pintores, incluidos los catalanes, irán
al Moulin para inmortalizarlo. La actividad del Moulin Rouge se repartirá entre
veladas, revistas, cortejos… Yvette Guilbert debutará allí en 1890. El
establecimiento actual tiene muy poco en común con el de origen y, sin embargo,
los provincianos y los turistas se precipitan para asistir a sus espectáculos
cuando visitan París.
El Moulin de La Galette.
Montmartre tuvo desde 1622 numerosos molinos y molineros. El Moulin de la
Galette, situado entre l’avenue Junot y la rue Lepic, es una especie de
estandarte, perteneciente a los Debray, familia de molineros, que aúna un
merendero, en el que se comían galettes,
y un baile, todo cerca de un molino. El lugar tenía mala fama. La historia del
establecimiento comienza en 1834, pero en 1855 tras el reparto de una herencia,
queda como local independiente. Pertenecerá a la familia Debray hasta 1940.
Hacia 1895, sigue siendo baile y merendero. Este local fue pintado o dibujado
por Willette, Renoir, Toulouse-Lautrec, Casas, Picasso, siendo frecuentado por
pintores catalanes. Hoy queda un restaurante al pie del molino restaurado. Un
recuerdo de su origen. Los arquitectos y constructores trabajaron demasiado
en los alrededores.
3 LOS ENCUENTROS.
En los lugares frecuentados como cabarets, cafés y brasseries de Montmartre, los pintores fueron multiplicando sus
encuentros que después evocan en los relatos publicados en Pèl & Ploma. En el Chat Noir de Salis, se encontraron con Émile
Goudeau, autor de Fleurs de bitume y
de Chansons de Paris et d’ailleurs, animador
de esos lugares durante algunos años, poeta y chansonnier. A veces Erik Satie, músico, autor de Gymnopédies, tocaba el piano. Claude Debussy tuvo también esta tarea. Compuso,
inspirado por Mallarmé el Prélude à
l’après-midi d’un faune y La Mer.
En el Mirliton, su establecimiento, escucharon a Aristide Bruant y sus
canciones: A la Bastille, Belleville-Ménilmontant, Rose Blanche, Les Petits Joyeux (reunidas en las compilaciones Dans la Rue ilustradas por Steinlen).
Tuvieron la suerte de oir sus obras a Maurice Mac Nab, poco antes de morir,
mientras recitaba, más que cantaba, sus Poèmes
mobiles o sus Poèmes incongrus: Le Pendu, Le Bal de l’Hôtel de Ville, L’Omnibus
de la Préfecture… Pudieron escuchar a Jules Jouy, chansonnier defensor de los pobres y de los obreros y
revolucionario cercano a los anarquistas, sus Chansons de l’année o sus
Chansons de bataille. Frecuentaron igualmente a Donnay, autor de obras de
teatro de sombras como Phryné y Ailleurs y futuro académico. El Chat Noir recibía también a los
poetas simbolistas y a otros como Cros, Rollinat, Moréas, Samain y Verlaine.
Los catalanes iban a oir a Yvette Guilbert al Moulin Rouge o a los cabarets o
salas de espectáculo donde interpretaba Le
fiacre, L’Hôtel du N°3, un ramillete de las Chansons à rire, de las
Chansons sans gêne o de las Chansons
à Madame de Xanrof.
4 LAS INFLUENCIAS ARTÍSTICAS.
Cataluña era ya un lugar conquistado para el Impresionismo con los pintores
de la generación precedente. Las influencias se reparten entre los pintores
impresionistas y neoimpresionistas, el Japonismo, la escuela de Pont-Aven y los
ilustradores cartelistas con sus obras en blanco y negro y en color. Jules
Chéret y Toulouse-Lautrec aportan el color; Steinlen, Foran e incluso Willette
y Caran d’ Ache, el negro. Rivière proporciona paisajes y la perspectiva del
teatro. Steinlen y Forain muestran los aspectos realistas de la sociedad:
popular en Steinlen, mundana o burguesa en Forain. Chéret y Toulouse-Lautrec
hacen carteles de bailarinas, escenas de baile, espectáculos. Chéret precede a
Toulouse-Lautrec, que firma su primer cartel en 1891, aporta una nueva vivacidad
realista y hace un reportaje sin piedad para con las modelos. Forain, como Toulouse-Lautrec,
aporta también la mirada y el trazo del caricaturista. El panel pintado por Casas
para la cervecería Els Quatre Gats representando a Casas y Romeu sobre un tándem
se parece al cartel de Toulouse-Lautrec para La Chaîne Simpson de 1896. Las mujeres de Casas, en dibujos,
acuarelas o pinturas, son mujeres modernas, mujeres de letras, mujeres
deportivas, ciclistas o automovilistas, y en blanco y negro o colores, en
pequeño o gran formato, son muy similares a las parisinas. La seducción de las
mujeres de Casas procede de las de Chéret y de los pintores parisinos
impresionistas o mundanos. Santiago Rusiñol está próximo a los neoimpresionistas
a su manera. Nonell comparte cierto parentesco con Steinlen por la elección de
los temas y la forma de tratarlos. Los catalanes tuvieron la ocasión de
frecuentar a muchos de los grandes pintores de la época como Degas. Estuvieron
marcados por Monet, Sisley y Pissarro. A estas influencias se añaden los
encuentros en el taller, en las academias de pintura, la vecindad durante las
exposiciones, y en el espíritu de la época, el realismo, las festividades
académicas. Hay que señalar así las obras de: Jean-François Raffaelli, cercano
a Degas, de múltiples talentos, pintor naturalista parisino y de Montmartre, quien
poco alejado de los impresionistas, expone con ellos; Guiseppe de Nittis,
pintor de las elegantes asistentes a las veladas parisinas, japonizante,
paisajista y retratista; Jean Béraud, académico y, sin embargo, próximo a los impresionistas, autor
de escenas de Montmartre o del Folies-Bergère, de paisajes parisinos desde los
Campos Elíseos a los bulevares, siguiendo los pasos de Manet, Degas, Renoir o
Toulouse-Lautrec; James Whistler, con frecuencia parisino y de gran elegancia,
cercano a Monet, paisajista y retratista de mujeres japonizantes; Eugène Carrière,
retratista sensible, “Velázquez crepuscular” según E. de Goncourt, que tuvo
ilustres alumnos como Matisse o Derain; Carolus Duran, académico sin orejeras,
y su entorno.
5 LOS SALONES Y LOS MARCHANTES.
Los pintores españoles no van a París solamente para aprender y ver. Van
también para ser vistos, conocidos, para atraer a críticos de arte y marchantes
de cuadros y vender sus obras, manteniendo a la vez un pie en Barcelona. Van a
París a participar en el mercado del arte.
Los marchantes.
Las galerías parisinas situadas al principio en la rue Laffitte, en el
distrito 9º y en Montmartre, en el 18º, emigran enseguida hacia el 8º para
seguir a una clientela más chic, más rica y, a veces, especuladora. Estas
galerías organizan exposiciones y apoyan a algunos pintores modernos. G. Petit,
Durand-Ruel, Bernheim y sus hijos, después Le Barc de Boutteville, Ambroise
Vollard, y también Daniel Henri Kahnweiler contribuyen a la venta en Francia y
a la difusión en Europa y en América de los nuevos pintores, impresionistas o
postimpresionistas. Pero los pintores académicos, como Meissonier, Cabanel,
Bouguereau, Rochegrosse o Gérôme, se seguían vendiendo y mucho más caros, y las
reproducciones de sus obras adornaban las páginas fuera de texto del Petit Larousse ilustrado. Félix Fénéon, procedente
del Chat Noir de Salis y de La Revue
Blanche de los hermanos Natanson, dirigió la galería Bernheim.
Los Salones y las
Exposiciones.
El Salón o los salones conocen en esta época una gran
actividad pero también fuertes querellas entre clásicos académicos y pintores
modernos. Exponer varios millares de pinturas al año no basta y es necesario
seleccionar y rechazar a algunos candidatos. Además, las obras de los pintores
extranjeros son también expuestas.
Los conflictos son violentos a partir de 1865 y el gusto
del gran público es muy mediocre. El Salón o Salón de los artistas franceses
existe desde 1667; en 1855 la “Exposición pública de las obras de artistas
vivos” tiene lugar en el Palacio de la Industria, hoy desaparecido. Este salón
es de periodicidad variable y con un jurado cambiante que representa sobre todo
el juicio de la Academia y de la Escuela de Bellas Artes. El jurado rechazó
muchas pinturas de grandes artistas y aceptó otras tantas de mediocres. Un inventario
lamentable sobre el período 1870-1900 de los que fueron animados o despreciados
fue redactado por Francis Jourdain. Las recompensas, las medallas del Salón y el
Premio de Roma, van en general a artistas olvidados o que es mejor olvidar.
Cualquier pintura nueva era rechazada. En 1870, Lematte recibe el premio de
Roma y no Degas. Gérôme lleva la guerra contra Caillebotte y los
impresionistas.
Por esa razón, en 1863, fue creado un Salón
de los Rechazados. La primera exposición de los impresionistas, en competencia con
el Salón de los Artistas franceses tuvo lugar en 1874 en los antiguos salones
Nadar y habrá ocho hasta 1886 en diversos lugares de exposición. Entre 1879 y 1880,
el Impresionismo progresó. La importante exposición de los impresionistas de
1886, en pleno apogeo del movimiento, marca también el comienzo del Postimpresionismo,
lo que fue observado con perspicacia por Fénéon. En 1884, se celebrará el Salón
de los Independientes. En 1890, el Salón de la Sociedad Nacional de Bellas
Artes hace competencia al Salón de los Artistas franceses. Hay que recordar
también el Salón de los Incoherentes en 1882 y sobre todo el de La Rose+Croix
en 1892, manifestaciones que duraron algunos años. Los pintores exponen también
en las Exposiciones Universales, en París, en 1867, 1878, y, sobre todo, en
1889, año en el que los impresionistas cuentan con un espacio.
La prensa parisina se hace amplio eco de estas
manifestaciones y de los escándalos o polémicas que arrastran. Los diarios y
los pequeños periódicos ilustrados secundan el mal gusto del gran público y vociferan
contra la nueva pintura pero las revistas la observan y comentan más justamente,
con mayor interés. Los escritores, críticos y coleccionistas como Albert
Aurier, Philippe Burty, Théodore Duret, Edmond
Duranty, Jules Laforgue, Emile Zola, Joris-Karl Huysmans, Octave
Mirbeau, Félix Fénéon, hacen justicia a los pintores innovadores y explican la
mirada impresionista y el papel de la luz. Gustave Caillebotte, coleccionista e
incluso buen pintor, fue defensor del Impresionismo y un generoso donante. Henry Fèvre escribirá en junio
de 1886 en La revue de demain: «On
sort du Salon comme d’une cave, pour entrer dans le coup de soleil des
impressionnistes, un coup de soleil en coup de poing…». De manera que, existían en París numerosas ocasiones
para un artista de dar a conocer su obra, de encontrar un marchante y amateurs
o coleccionistas.
Los pintores
españoles en la Exposición Universal de 1900.
Los pintores españoles ya eran conocidos desde los
Salones de 1899 y son reconocidos en la Exposición Universal de 1900, en la que
unos sesenta pintores y dibujantes cuelgan sus cuadros. Pero si Sorolla triunfa
en ella, recibiendo el gran Premio y la Legión de Honor, y Madrazo queda en
segundo lugar, Zuolaga fue rechazado por el jurado de forma sorprendente y
escandalosa, lo que provocó una fuerte reacción de los críticos. Otros pintores
atrajeron igualmente la atención de estos críticos: gracias a Arsène Alexandre
fueron conocidos Zuloaga, Canals, Nonell, y otros fueron distinguidos en la Exposición como Casas,
Rusiñol y Urrabieta Ortiz (Vierge), ya muy parisino. La postal de Pèl & Ploma dirigida a Arsène
Alexandre en 1899 prueba un probable interés de la crítica por los artistas que
exponían en Els Quatre Gats, que no podía ignorar ni a Casas ni a Utrillo.
6 LA HERENCIA.
La herencia del Chat Noir en
Barcelona: “Nomès
som quatre gats” *
El Chat de París se multiplica por cuatro en
Barcelona con el fin de imponer la modernidad catalana. Los gatos de Barcelona se diferencian del
gato único de Montmartre. La Casa Martí, 3 bis carrer de Montsió, acoge Els Quatre Gats desde el 1 de junio de
1897: “Es serveix beure y menjar a totes hores”, como aparece escrito en un
dibujo, proyecto de cartel de Picasso. Los catalanes ambiciosos están de
vuelta. Sobre una idea de Utrillo, Pere Romeu, que llega del Chat Noir, va a
crear una brasserie, a la vez cabaret
artístico y literario, reunión de amigos poetas, galería de arte. Se apoyará en
la ayuda financiera de Girona, la aportación artística de Casas y la colaboración
literaria y artística de Rusiñol. El exterior del establecimiento es de Josep
Puig i Cadafalch, neogótico, modernista; el interior es de Casas y está
decorado con las pinturas y dibujos de los huéspedes y de sus amigos; la casa
acoge a artistas y escritores. Son representadas sombras chinescas y, sobre
todo, marionetas catalanas, cuyos personajes proceden del repertorio
tradicional. También se ofrecen exposiciones de pinturas y grabados, con Casas,
Utrillo, Rusiñol, I. Nonell, J. Mir, R. Pichot, F-X Gosé. Picasso llega en 1899
y expone en 1900. A principios de siglo, Barcelona es la capital de la
vanguardia. La brasserie de los
catalanes de París dura hasta 1903. El establecimiento, con su decorado, sigue
existiendo en Barcelona. La clientela va todavía a comer cocina catalana
tradicional (esqueixada, botifarra i mangetes) en un restaurante
cargado de historia, con una decoración modernista repleta de recuerdos.
Esta postal fue enviada desde
Barcelona a París el 4 de abril de 1903, por una francesa a una amiga.
Interior de Els Quatre Gats
con el tándem montado por Casas y Romeu en la pared. Los muebles y el decorado
son un equivalente original del Chat Noir y del Auberge du Clou, pero no una
copia. Els Quatre Gats es modernista, los cabarets parisinos hacen alarde de
falsas antigüedades.
La continuación parisina.
Tuvo lugar en el Lapin Agile, rue des Saules. Se trata de un muy antiguo
cabaret en las afueras de París que antes de 1886 se llamó el Cabaret de los
Asesinos y después el Cabaret del Lapin à Gill pues su letrero había sido
pintado por André Gill (una copia quedó puesta en la fachada y el original está
en el Museo de Montmartre, en la rue Cortot). En el cartel del cabaret aparece
pintado un conejo que sale, saltando, de un puchero. Por eso se llama Lapin
Agile. En 1903, el establecimiento es adquirido por Bruant para Frédéric
Gérard, llamado Frédé. Este café-cabaret había acogido ya a los habituales del
Chat Noir que subían a pie al Lapin Agile, situado en la ladera norte, bajo la
cumbre de la Butte, cerca de las
viñas de Montmartre. La clientela iba a comer y a beber, a pasar la velada, a cantar.
El barrio tenía mala fama. Este cabaret recibió a la generación de André
Salmon, Guillaume Apollinaire, Roland Dorgelès, Pierre Mac Orlan. Pablo
Picasso, Juan Gris. Suzanne Valadon y Maurice Utrillo, hijo adoptivo de Miquel,
frecuentaron el viejo cabaret. Entre 1906 y 1907 se desarrolló la actividad
literaria y artística más importante con Modigliani y los pintores cubistas. El
Lapin Agile sigue existiendo y se cantan todavía viejas canciones durante las
veladas, se recitan poemas ante turistas asombrados que no entienden nada…
La importancia de la presencia de Casas y de los
modernistas catalanes es hoy reafirmada por estudios y exposiciones con sus
catálogos como Les Noces catalanes de
1985 en Paris y El modernismo de 2011
en Lausanne. Las postales de fin de siglo ilustradas por Ramón Casas, con
reproducciones de sus obras u obritas, dibujos a carboncillo o acuarelas,
encargadas por los editores de postales como J. Thomas en Barcelona, se han
convertido en objetos de colección. El Cercle Cartòfil de Catalunya desde 1980
contribuye a darlas a conocer con su Revista
Cartòfila (1984). En Francia, retrospectivas consagradas a estos artistas
que vivieron y pintaron durante mucho tiempo en París, serían muy bien recibidas.
* “Nomès som quatre gats”:
Somos solamente cuatro gatos. Los
creadores fueron cuatro.
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