REVISTA ELECTRÓNICA DE ESTUDIOS FILOLÓGICOS


UNA LUZ TAN DIFERENTE. PÁGINAS ESCOGIDAS DEL LIBRO DE LA VIDA

María José Pérez

(Carmelitas Descalzas de Puzol. Valencia)

 

Una luz tan diferente. Páginas escogidas del Libro de la Vida, Editorial de Espiritualidad, Madrid, 2010, 176 págs.

ISBN: 978-84-7068-361-9

 

Celebrar leyendo. Esa fue la decisión tomada por la Orden del Carmelo Descalzo, reunida en Capítulo General, en la primavera del 2009. Se trataba de organizar el próximo V Centenario del nacimiento de su fundadora, Teresa de Jesús (1515-2015), y no pudo hallarse mejor modo de festejar a quien dice de sí misma que era “amiguísima de leer buenos libros” (Vida, 6,4). Aunque aún faltan cinco años para este acontecimiento, la familia carmelitana ha comenzado ya la tarea de reflexionar y dar a conocer su legado. El plan de lectura elaborado comienza por el Libro de la Vida, primera obra de la Santa de Ávila.

En este marco aparece Una luz tan diferente. Páginas escogidas del Libro de la Vida. “Un libro sobre una mujer, escrito por mujeres. Un libro sobre una carmelita, escrito también por carmelitas”. Se trata de una obra realizada por una comunidad de monjas que comparten el estilo de vida diseñado por Teresa de Jesús. Con ello, se parte ya de una familiaridad con la Santa. No es una obra escrita desde fuera, sino desde el interior mismo del carisma que esta mujer puso en marcha en el siglo XVI.

Esta antología va precedida de una introducción al Libro de la Vida. En ella se abordan cuestiones aún no resueltas por la crítica, como la naturaleza de este libro “poliédrico”, su intención y destinatarios, la actitud de aparente indiferencia de la autora hacia su obra o la razón de un estilo espontáneo y casi descuidado, pero que responde más bien a lo que la crítica reciente ha dado en llamar “retórica de la feminidad” (Alison Weber). Se abordan también cuestiones relacionadas con el contexto histórico en el que aparece, y que Teresa acuñó como “tiempos recios” (Vida, 33,5). Dos notas serán especialmente significativas: el antifeminismo y el acecho de la Inquisición. Necesariamente condicionan el modo de escribir de quien contaba con un triple estigma: ser mujer, mística y descendiente de judíos. Precisamente el Libro de la Vida será requisado por el Santo Oficio y aun sin encontrar en él ningún aspecto herético, permanecerá en sus dominios durante casi 12 años, hasta que fue reclamado para la primera edición de las obras de Santa Teresa, a cargo de Fray Luis de León (1588).

No se han limitado las autoras a ofrecer una antología de textos desnudos, sino que aparecen enmarcados en una estructura que los arropa y cuyo hilo conductor es la persona de Teresa de Jesús. Esta se nos presenta con una serie de rostros cuidadosamente seleccionados y que ocupan los primeros siete capítulos: Teresa buscadora,  humana, atrevida, creyente, apasionada, orante, incómoda. Los dos últimos capítulos varían: Teresa y su reforma (capítulo 8) recoge los hitos de la fundación del primer monasterio reformado (S. José de Ávila). El último capítulo lleva por título “Orar con Teresa”, y es un elenco de oraciones que aparecen insertas en la narración, cuando ella cambia el hilo del discurso y de pronto se dirige a Dios para suplicar, alabar o simplemente para desahogarse con Él.

Las introducciones a los textos seleccionados buscan ser una ayuda para contextualizar la palabra teresiana dentro de su aventura personal, humana y creyente.

Se ha tratado de presentar con mucha fuerza el lado humano de esta mujer (capítulos 1-3), con el que todos, creyentes y no creyentes pueden sentirse identificados. No por contemporizar, sino porque ella misma lo subraya continuamente a lo largo del libro. De ahí los apartados dedicados a la verdad, a la honra, a la libertad… En el aspecto religioso, se subraya el rostro del Dios con el que Teresa se encontró, derrochador de paciencia y misericordia con ella. El encuentro definitivo, después de muchas batallas, produjo en Teresa de Jesús un  nuevo nacimiento: «Es otro libro nuevo de aquí adelante, digo otra vida nueva. La de hasta aquí era mía; la que he vivido desde que comencé a declarar estas cosas de oración, es que vivía Dios en mí» (Vida 23, 1).

Especial relieve cobra también el concepto teresiano de oración como relación de amistad con Dios (Vida 8, 5). En ese trato y comunicación, la persona de Jesucristo será determinante. Los relatos de sus encuentros místicos tienen como protagonista fundamental a Cristo Hombre. Hubo un tiempo en el que Teresa buscó otras vías, influida por corrientes neoplatónicas que buscaban desentenderse del cuerpo. Pero no iba eso con su estilo, ni con su propia experiencia. Por eso, se nos presenta aquí como una convencida defensora del cristocentrismo en la oración. Precisamente el  capítulo 7 de Una luz tan diferente está dedicado a algunos aspectos que al lector de hoy le resultan más o menos incómodos: los fenómenos extraordinarios, el demonio, el infierno. Tres temas que conviene leer en su contexto para no malinterpretarlos, y convertir a Teresa de Jesús en una monja visionaria o histérica.

Quinientos años después de su nacimiento, esta cuidada antología es una ocasión propicia para volver a saborear el arte literario de esta mujer, su palabra increíblemente cercana y viva, que Fray Luis calificara como «la misma elegancia».