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(Universidad de Dschang. Camerún)
ABSTRACT:
RESUMEN:
Guinea Ecuatorial es el único país de habla española en el sur del
Sahara. Por motivos históricos y lingüísticos, la lengua española en estos
rincones del mundo se ha revestido de unos colores locales muy especiales y
dignos de interés. En este artículo, nos centramos especialmente en la parasíntesis como proceso de creación e
innovación léxica.
PALABRAS CLAVES: Creación léxica, parasíntesis, Guinea Ecuatorial.
La variante ecuatoguineana de la lengua española está
despertando aunque de forma tímida, algún interés entre los filólogos del mundo
en general y entre los hispanistas cameruneses en particular. Como ha sido
demostrado en algunos estudios de referencia como los de Antonio Quilis y Celia
Casado Fresnillo, John Lipsky, Issacar Nguendjo
[1]
,
Sosthène Onomo Abena, Aminou Mohammadou, Germán de Granda y varios autores de
Guinea ecuatorial, la lengua de Cervantes, parte de la herencia histórica y cultural
entre el Reino de España y su ex colonia subsahariana, se ha revestido de unos
colores locales, auténticos matices de alcance antropológico que abren el camino hacia lo que ya podemos llamar el
proceso de guineanización de la lengua castellana.
Frente a esta diversidad enriquecedora del castellano que se traduce en
todos los niveles del análisis lingüístico, queremos centrarnos en la dimensión
lexicogenésica - definida como el conjunto de procedimientos lingüísticos aptos
para la generación y la integración de nuevas voces en el vocabulario de un
idioma - y más precisamente en las derivaciones parasintéticas que en el corpus
que nos interesa, impliquen lexemas, morfemas o afijos españoles en su
creación.
Por
derivación parasintética entendemos el doble proceso lexicogenésico que de
forma simultánea, combina la prefijación y la sufijación alrededor de una raíz,
generando asimismo un neologismo, especialmente cuando consideradas separadamente,
sendas afijaciones ya aparecen como neologismos[2],
por ser voces nuevas (en forma y contenido) o extrañas al conjunto lexicográfico
español establecido, dentro de una determinada consideración sincrónica. La
parasíntesis que otros lingüistas llaman cincunfijación
(cf. Spencer 1991: 12-13), se define según David Serrano Dolader como “un
procedimiento lexicogenético caracterizado por la actualización simultánea y
solidaria de dos procesos lexicogenéticos diferentes, sea prefijación y
sufijación…sea composición y sufijación”[3].
El primero de estos modelos es el que nos llama especialmente la atención en
este trabajo.
Simplificando con una fórmula, diremos que
“para considerar un término como parasintético es condición que no se
hayan documentado en la lengua formas prefijo + lexema ni lexema + sufijo
correspondientes a dicho término. De lo contrario, y si se admite literalmente
la definición de parasintéticos como unión de prefijación y sufijación, sin más
requisitos, se caerá en el error frecuente de confundir parasintéticos con
palabras prefijadas”[4].
El
tratamiento del tema de la parasíntesis es la ocasión por excelencia para reafirmar la tendencia que tiene el hispanohablante
guineano de lograr la mayor expresividad con brevedad mediante secuencias
sintéticas, transmitiendo su pensamiento con la menor cantidad de palabras
posibles. Las palabras de María Luisa Montero Curiel (1999: 76) son sumamente pertinentes
en este caso cuando asegura que “se trata de un mecanismo con una gran riqueza
expresiva, ya que la capacidad condensadora de estas formas permite reunir en
un único vocablo el significado de todo un sintagma, lo que no deja de ser
también un notable ejemplo de economía lingüística”. En el corpus que hemos
manejado, tres categorías gramaticales: los verbos, los adjetivos y los
sustantivos se encuentran implicadas en este fenómeno.
I-) Las creaciones verbales parasintéticas
Algunos
estudiosos como María Luisa Montero Curiel (1999: 75) señalan dos esquemas
especialmente prolijos en la neología verbal de tipo parasintético:
I-a) El primero de ellos se logra mediante el prefijo en- antepuesto sea a un sustantivo sea
a un adjetivo y conectado directamente a los sufijos -ar o -ecer:
EN + SUSTANTIVO /
ADJETIVO + -AR / -ECER.
Ejemplos de este
modelo no faltan en el corpus que hemos analizado. Es importante subrayar que
en el par de ejemplos que traemos a modo ilustrativo, los neologismos verbales
resultantes se caracterizan por su pronominalidad, detalle que refuerza la
necesidad sintética del hablante en sus
actos de comunicación.
Enchaquetar:
verbo derivado de “chaqueta”: vestir una chaqueta, un traje; estar bien vestido
¿Si a usted le hubieran dicho […] que hubiera ido enchaquetado en un coche lujoso y
ostentar altas responsabilidades? (La
Gaceta, nº 68, abril de 2003, p. 63)
En navidad, todo el mundo se enchaqueta y se viste de fiesta, las mujeres se hacen coquetas,
todo el mundo disfruta de la fiesta, pero muchos ni siquiera saben lo que se
celebra. (Informante oral 1).
Ser basurero no impide que cuando pueda, que se enchaquete como cualquier señor y salga
a pasarlo bien por allí. (Informante oral 1)
Es
relevante subrayar que la chaqueta,
en el contexto sociocultural que nos interesa, simboliza no solamente la
elegancia y el formalismo como en el resto del mundo, sino también, y esto es
lo más importante, la marca exterior de cierta distinción social, comodidad y
bienestar. Esto puede explicar en parte la motivación de los hispanohablantes
guineanos para crear un verbo, que trasmita esta idea del buen vivir y de la
distinción social por la simple apariencia indumentaria.
Ennegrarse: Verbo derivado de “negro(a)”:
‘acostumbrarse el europeo a los usos indígenas, principalmente conviviendo
con mujeres guineanas’[5]
Me refiero a los españoles ennegrados, que se
merecen ser considerados como guineanos por los años, la integración y la vida
que llevan en Guinea. (Informante oral 2)
Como afirma Soledad Varela y otros (1999), “el sentido locativo está
presente en verbos denominales con el esquema en…ar”, como podemos deducir en ennegrarse, ‘meterse en
la piel de un negro’ o enchaquetarse, ‘meterse dentro de una chaqueta”.
I-b) El segundo esquema señalado por María
Luisa Montero Curiel obedece más bien al esquema siguiente:
A + SUSTANTIVO /
ADJETIVO + AR.
Aculturar: Verbo derivado de “cultura”:
trasmitir un pueblo elementos de su cultura a otro; integrar a un pueblo en un
proceso de aculturación
Después
de las independencias, nuestra Santa Madre iglesia encabezada por sus obispos y
el Concilio Vaticado II intentó aculturar el evangelio a las realidades
socioculturales del país. (www.guineaecuatorial.net/ms/main.asp?cd=ni1133)
Aculturar es de los verbos que todos podemos usar en algún momento, sin dudar
realmente de si existe el verbo o no. En efecto, la palabra aculturación, de la que deriva, tiene un valor
semántico que el hablante quiere transmitir en su discurso mediante un verbo.
Forma parte de las curiosidades que a veces notamos al constatar que algunas
voces bastante usuales en la lengua corriente no aparecen en el diccionario de
A la luz del análisis que precede, y sin perder de
vista la tendencia neológica –señalada río arriba- que caracteriza a nuestros
informantes, podemos opinar que el verbo aculturar del español estándar
sólo coincide formalmente con la voz que presentamos aquí como neologismo, ya
que se ve claramente que la palabra se
forma a partir de unos elementos afijales (a- cultur- ar) y por analogía
a otros verbos de similar construcción: de ahí la parasíntesis.
Apoliticar (se): Verbo derivado de “política”: hacer o
dedicarse a la política
Una forma rápida de llamar la atención de los gobernantes
y ser nombrado a altos puestos de responsabilidad es apoliticarse y mejor a favor del régimen en el poder. (Informante
oral 2)
El error irremediable de este músico popular y tan querido
fue apoliticarse, y desgraciadamente
se puso en contra de los que siempre le habían apoyado, por algo de dinero.
(www.guinea-ecuatorial.net/ms/main.asp?cd=ni1286)
El neologismo apoliticar es un caso expresivo de formación
parasintética en el que tanto la prefijación como la sufijación se dan
simultáneamente, o sea sin etapas sucesivas. No hay una base prefijada a la que
se puedan añadir sufijos, ni una base sufijada a la que se pueda añadir
prefijos. En cuanto al prefijo a-, que en principio aporta el valor
semántico de ‘privación’ o de ‘negación’ a la base a la que se adjunta, podemos
observar que no actúa así en este caso; todo lo contrario. Parece no transmitir
ningún valor negativo al verbo *politicar. Si el adjetivo apolítico
(a) remite a aquel o aquello ‘que manifiesta clara indiferencia o
desinterés hacia a la política’, el nuevo verbo apoliticar que se usa aquí pretende traducir
todo lo contrario, o sea ‘hacer política, dedicarse a ella’. Maria Luisa
Montero Curiel (1999; 113) llama la atención sobre la existencia de dos
partículas a- diferentes, y distingue entre “el prefijo de origen latino
a-, diferente del negativo y sólo coincidente con él desde el punto de
vista formal. El prefijo a-, procedente del latin AD-, ha creado en español un gran número de palabras en las que
este elemento añade a la base un valor difícil de concretar. Se trata de un
prefijo sin significación precisa”. Esta afirmación refuerza nuestra hipótesis
según la cual se trata en nuestra ocurrencia ilustrativa se trate de dicha
variante del prefijo -a.
Por otra parte, cierta prudencia
no invita a no descartar la hipótesis de que se tratara de una simple vocal
protética[8], rasgo
fonético de las lenguas locales guineanas cuya influencia traspasa los límites
de las mismas, para reflejarse tanto en el español como en las demás lenguas
que hablan; así ocurre en muchos términos como aguiñar
< guiñar, atienda < tienda, etc. Documentadas por Antonio Quilis (1995:
350 y 357).
Sin
embargo, a la luz de nuestro corpus, añadiremos a estos esquemas anteriores un
tercero, que en el contexto guineano se genera bajo la fórmula siguiente:
I-c) PREFIJOS NEGATIVOS + SUSTANTIVO /
ADJETIVO + -AR / -EAR/ -IZAR
Desboscar: Verbo derivado de “bosque”:
desbrozar
A los
hombres se les encomienda […] desboscar y preparar los terrenos para
construir el poblado. (Fernando
García Gimeno, Fernando el africano,
Colección Narrativa, ed. Arco- Press, S.L, 2004, p. 152)
Desbosquear: Verbo derivado de “bosque”:
desbrozar
Son
campesinos que cobran por desbosquear o cultivar fincas ajenas. (Informante oral 4)
Desbosque: sustantivo derivado de “*desboscar”: acción y
efecto de *desboscar
Se hizo el desbosque
del sitio a instalar el campamento. […] Y las culebras, ¿faltan? Ni hablar:
durante el desbosque se mataron más
de diez. (Leoncio Evita Enoy; 1996:105, 106)
Podemos
argumentar sólidamente la génesis parasintética del nuevo sustantivo,
basándonos en que una vez creado el verbo desboscar[9] (primer neologismo), es cuando se ha
podido formar sobre él el sustantivo deverbal desbosque, que obviamente, y a pesar de la apariencia formal, no
está formado directamente sobre bosque.
Hay suficientes argumentos a favor de esta derivación parasintética: por
ejemplo, se ha constatado que “el prefijo des-
favorece este tipo de derivados (Malkiel 1945: 233), así como el lenguaje
familiar y coloquial, y el hecho de que los derivados pertenezcan al léxico de
la agricultura, la minería y los oficios manuales”[10].
Opera
en este caso el sufijo nominal -e
generalmente poco tratado, a pesar del considerado número de derivaciones
regresivas que genera, como precisamente en: desbosque < *desboscar, análogo a corte < cortar, avance
< avanzar, o toque < tocar.
Considerado como de origen incierto[11],
David Pharies (2002:29) asocia sin embargo el sufijo -e con los sufijos -a y -o, todos procedentes del latín. Define
el sufijo -a como “sufijo átono
español paralelo a -o y -e, cuya función principal es la de
derivar, casi siempre a base de verbos de la primera conjugación, sustantivos
que designan, entre otras cosas, el nombre de una acción y/o su efecto o
resultado, el agente de la acción, o el momento en que tiene lugar.” Sobre la
derivación regresiva, también conocida como sufijación
cero, Mervyn Lang (1990; 20) aseguraba años atrás que “back formation in -e shows a strong preference for first
conjugation bases. This represents the most
dynamic type of back formation at the present time, apearing in a wealth of
neologistic and humourous derivations.”[12]
Destribalizar: Verbo derivado de “tribal”: combatir el
tribalismo, luchar contra el favoritismo tribal
Obasanjo es hombre destribalizado,
dispuesto a gobernar a favor de todos. (El
Patio nº 63, mayo de 1999, p. 36)
En un
país como Guinea Ecuatorial donde las diferencias étnicas y tribales son
múltiples y evidentes, suele ocurrir que el tribalismo sea de las principales gangrenas al desarrollo de la sociedad. Las etnias y
las tribus en general se distinguen por determinados rasgos físicos, o por la
lengua, vínculo de la literatura, de la cultura y de la filosofía tribal. Ahora
bien, dicho tribalismo es una lacra
que tiende a reunir alrededor del poder de un país multiétnico los únicos
nativos de una etnia determinada. El verdadero sentido contextual del tribalismo es pues el favoritismo exclusivo a algunos en detrimento del
resto. Todo esto viene para resaltar la importancia que tienen algunas
palabras, (las derivadas de tribu
por ejemplo) en nuestro contexto. Asimismo, tribalizar, tribalista, tribalizacion, y las demás formas
derivadas son términos que se usan aquí con total naturalidad, y con un sentido
que el común de los hablantes entiende sin ninguna dificultad. El verbo destribalizar viene entonces a nutrir
esta familia de palabras, con su prefijación (mediante des-) que pretende quitar
o anular el antedicho favoritismo tribal de la sociedad; mientras que el destribalizado remite a aquel que no
participa en esta lacra, pero la combate.
Coguionizar: sustantivo derivado de “guión”: hacer un
guión entre más de un guionista
Y en cuanto al inventado golpe de estado de marzo, el guionizado por O.N. y coguionizado por Mister H.P.
(www.guineaecuatorial.net/ms/main.asp?cd=ni3654)
La doble
derivación la constituyen en este caso los dos neologismos verbales guionizar de una parte (mediante el
sufijo -izar), y coguionizar, (mediante el prefijo co-), del latín cum, y que indica la ‘compañía, reunión, unión’. Este ejemplo es
bastante ilustrativo porque participa por sí mismo en la explicación y el
entendimiento de la nueva voz, así que de la lógica de su creación.
El
prefijo ex-, que significa ‘fuera’ o
‘más allá’ con relación al espacio y al tiempo”[13],
participa también en la creación de nuevos verbos parasintéticos en el contexto
que nos interesa. En efecto, “en la lengua actual, el prefijo ex- con el significado de “fuera” forma
verbos parasintéticos sobre base nominal o adjetival”[14].
Un ejemplo de estas características es el verbo expolvar, que Antonio Quilis (1995: 396) documenta también como espolvar, y que se entiende aquí como
‘limpiar del polvo’, o sea, sinónimos de desempolvar,
despolvorear.
Expolvar o espolvar: verbo derivado de
“polvo”: quitar el polvo, desempolvar
Durante la estación seca, mejor no expolvar tanto la casa, por que lo haces y en seguida la tienes
llena de polvo levantado por los coches y el viento. (Informante oral 4)
De todas estas
estructuras destacamos que los neologismos verbales mediante el recurso
parasintético suelen tener como raíces lexemáticas las categorías de sustantivo
y de adjetivo.
II-) Las creaciones adjetivales parasintéticas
Pese a lo observado anteriormente, los
neologismos parasintéticos no son exclusivos de la categoría del verbo. Sin ser
de los más copiosos, registramos también casos de creaciones parasintéticas
catalogadas en la clase de los adjetivos. A modo de ejemplo, podemos citar la
voz inacostumbrable, construida
sobre una raíz verbal:
Inacostumbrable:
adjetivo derivado de “acostumbrar”: extraño(a)
a las costumbres.
Pues de verdad ya
nos acostumbramos en este pedacito de paraíso con sucesos inacostumbrables, por no decir extraños. (La Gaceta, nº 105, julio de 2006, p. 25)
El neologismo
parasintético inacostumbrable
obedece a una analogía formal con adjetivos como irrentable, basada en la combinabilidad de los prefijos y de los
sufijos que se implican en su construcción respectiva.
III-) Las creaciones nominales parasintéticas
La
categoría gramatical de los sustantivos no se queda al margen de las
innovaciones de tipo parasintético. Los casos encontrados obedecen curiosamente
a la misma estructura formal.
Indoctrinación: sustantivo derivado de “doctrinar”:
adoctrinamiento
La Indoctrinacion de los Estudiantes mediante La
Formación Política Revolucionaria Anticolonialista y el Uso Intensivo y
Extensivo de 'Slogans'[…]
(http://es.groups.yahoo.com/group/guinea/message/33043)
Lo primero que se
destaca en esta palabra, después de la consulta de los diccionarios generales
de la lengua es la afijación “incorrecta” de la palabra primitiva. Excepto el Diccionario del Español Actual, que
recoge el verbo indoctrinar y el
CREA que presenta una decena de ocurrencias de la voz indoctrinamiento[15],
no hay otro testimonio oficial del lexema doctrina
ligado con uno u otro de los afijos mencionados río arriba. Con lo cual, la voz
indoctrinación recogida en el español de Guinea Ecuatorial es una creación
paralela a la regular adoctrinamiento,
‘acción y efecto de adoctrinar’.
Invisibilización: sustantivo derivado de “visibilizar”:
acción y efecto de hacer invisible
La invisibilización de estas estructuras y el
énfasis de la ruptura social sirven para legitimar determinadas acciones y
reconstruir Estados.
(http://www.guineaecuatorial.net/ms/main.asp?cd=ni3654)
Invisibilización, se construye a base del verbo visibilizar, ‘hacer visible artificialmente lo que no es visible a simple
vista’. Es otra construcción por analogía a un término parecido y de la misma
estructura como inmovilización, con el prefijo in- que evidentemente marca la negación de la acción contenida en
el verbo primario.
En suma, los derivados parasintéticos se caracterizan
desde el punto de vista de la denominación terminológica por la relativa unanimidad entre los
estudiosos que los llaman parasíntesis
o circunfijación. Sin embargo, el
fenómeno en sí esconde cierta complejidad: la simultaneidad de dos pares de
procesos diferentes que son prefijación y sufijación de una parte, o composición
y afijación por otra.
Después del análisis realizado, resulta que cerca del 70%
de las ocurrencias son neologismos verbales semánticamente matizados por medio
de la prefijación, mientras que un 23% se constituye de los sustantivos verbales terminados en -ción, que significan
‘acción y efecto de…’. La categoría de los adjetivos no se queda al margen del
fenómeno y no da un 23% de creaciones parasintéticas. Los verbos afectados
pertenecen todos a la primera conjugación (en -ar y sus variantes)
mientras que desde el punto de vista de los prefijos usados, predominan una vez
más los que marcan la negación o privación (des-, in-).
Dichos prefijos no siempre contienen este valor negativo, aunque sí, en
general, transmiten “connotaciones que no son positivas en los contextos en los
que se insertan, y en la mayoría de los casos, es posible encontrar su antónimo
positivo”[16].
Estas consideraciones son valiosas tanto para la prefijación como para la parasíntesis.
El sufijo -e (que actúa en las
derivaciones regresivas) también se usa en un verbo de la primera conjugación.
Son construcciones que dan un paso más en la tendencia a la aglomeración de
elementos significativos como morfemas, lexemas, prefijos etc. en el mismo
término. En el contexto guineano, se puede notar que todas las creaciones de
esta familia se distinguen por la relación de transparencia entre sus componentes,
es decir, que cualquier hablante “puede reconocer en ella, sin dificultad, una
unidad de base que le es, asimismo, conocida. [Aunque] el uso del concepto de
transparencia no implica afirmar que la existencia de una relación de
transparencia entre dos unidades léxicas obligue a etiquetar a una como
derivada de otra.”[17]
Con todo lo que precede, llegamos a la conclusión de que las creaciones
parasintéticas constituyen uno de los procesos populares de los que nuestros
hispanohablantes ecuatoguineanos se sirven para dar un toque particular a su
vocabulario. Es sin duda una de las características especiales del español en
este país africano.
BIBLIOGRAFIA
Corpus
La Gaceta, nº 68, abril de 2003, p. 63
La Gaceta, nº 105, julio de 2006, p. 25
Fernando
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Madrid.
[2] Esta hipótesis descubre el conocido binarismo en
lexicogénesis del que trata David Serrano Dolader (1995: 32-35) que es el de
las palabras posibles frente a las palabras existentes. Y evidentemente, se
pueden discutir los ejemplos que aparecen en esta sección sobre la base de
dicho binarismo.
[3] David Serrano-Dolader
(1995: 8).
[4] María Luisa Montero Curiel (1999); La prefijación negativa en español,
Cáceres, Universidad de Extremadura, p. 74.
[5] C. González Echegaray (1951: 111).
[6] Seco, M., Andrés,
O. y Ramos, G. (1999); Diccionario del español actual, Madrid, Aguilar
Lexicografía.
[7] Corpus de Referencia del Español Actual (Real
Academia Española.)
[8] El fenómeno se da también en las variedades
dialectales en
[9] Algunos estudiosos como González Ollé y Casado
Velarde (1992: 101-3), (Cf. David Pharies (2002: 30)) “hacen hincapié en el
hecho de que en derivados de este tipo, la base no sea el infinitivo, sino la
forma rizotónica del verbo”.
[10] Ramón Santiago Lacuesta (1999: 4550).
[11] “Puesto que ninguna de las hipótesis que se han
planteado para explicar el origen de -e
es plenamente convincente, el sufijo debe considerarse de origen incierto”. Cf.
David Pharies (2002: 181).
[13] Diccionario
de la lengua española (2005); Madrid, Espasa-Calpe S.A.
[14] Soledad Varela y otros (1999: 5018).
[15] Todas repartidas entre la prensa guatemalteca,
mejicana, venezolana, estadounidense, y en una publicación del sociólogo
puertorriqueño Héctor Meléndez entre 1996 y el año 2000.
[16] Maria Luisa Montero Curiel (1999: 194).
[17] David Serrano-Dolader (1995: 17).
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