|
FUENTE BÍBLICA E INVENCIÓN POÉTICA
EN LA HERMOSA ESTER[1]
DE LOPE DE VEGA
Bautista Martínez Iniesta
(Universidad de Málaga GELSO)
Juan B. Martínez Bennecker
(IES “El
Almijar”. Cómpeta. Málaga)
RESUMEN:
En este artículo se realiza un análisis
del texto de Lope que, partiendo de su desarrollo argumental, atiende a la
fuente bíblica utilizada sin perder de vista las aportaciones originales del
poeta.
ABSTRACT:
This article analyses the text written by Lope
which, starting from its plot development, is based on the biblical source
without losing sight of the original contributions of the poet.
KEYWORDS: Lope de Vega, aurea literature, comedy, invention and
source.
El manuscrito de La hermosa Ester,
que se halla en el Museo Británico, fue terminado por Lope el 6 de abril de
1610 y la obra fue representada aquel mismo año por “el famoso Sánchez con
autoridad y acierto”. El autor la incluyó más adelante en
Parece ser que Lope publica
esta tragicomedia en un momento en que pretende congraciarse con personas en el
poder o próximas a él, cuyo origen converso es conocido y nunca negado. El fin
sería obtener un puesto de cronista en
En la tragicomedia el poeta
pretende resaltar el papel de Ester como intermediaria ante su esposo, el rey
Asuero, para salvar al pueblo judío, condenado a muerte por el virrey Amán. Ya
en el primer acto Mardoqueo, tío y tutor de Ester, que había quedado huérfana,
le vaticina que “el cielo/ algo pretende de tu santo celo”, y más adelante le
dice con más claridad que ella será el instrumento de Dios para liberar a su
pueblo. Para lograrlo, a lo largo de la comedia se van incorporando a la vida
de Ester las siguientes circunstancias:
1.
Es elegida esposa del rey Asuero.
Acto I
2.
Sigue practicando en secreto su religión, lo
que confirma su fe judía. Los tres actos.
3.
Intercede directamente ante su esposo
para derogar el edicto de Amán, por el que se condenaba a muerte a todos los
judíos del reino. Acto III.
4.
Solicita la muerte de Amán. Acto III.
5.
Consigue, como consecuencia, la
liberación de su pueblo. Acto III.
El primer acto constituye el
planteamiento de la acción. La obra comienza con la presencia de los criados Bassán y Egeo, que conversan en romance sobre
los fastos de la coronación del rey Asuero de Persia, mediante la cual sitúan
al espectador en el inicio del argumento:
EGEO.- ¿Qué anales, que historias cuentan
desde
que Dios formó a Adán
y a
la hermosísima Eva,
hasta
aquel diluvio insigne
con
que castigó la tierra,
[…]
que haya durado un convite
por
más de ciento y ochenta
días,
donde se ha mostrado
tan
inaudita riqueza…
(p.107a)
En su discurso, Asuero quiere
revelar a sus invitados que su grandeza y felicidad radica, no en joyas y
bienes materiales, sino en su bella esposa Vastí, quien no tiene inconveniente
en dejarlo en ridículo al desobedecer su llamada, pues la quería mostrar a sus
invitados para que contemplaran su belleza. Indignado Asuero, la repudia y
expulsa de palacio:
ASUERO.- ¡Salga de Palacio al punto
(p.
109a)
En un cambio de escenario
Ester lamenta con su tío Mardoqueo el estado de opresión que sufre el pueblo
hebreo en Persia y su situación personal de ser huérfana, hecho que Mardoqueo
rápidamente soluciona convirtiéndose en padre adoptivo:
ESTER.- No siento tanto el duro cautiverio,
amado
tío, aunque sentirle es justo,
ni
el ver a nuestro pueblo en vituperio,
pues
fue a su Dios ingrato por su gusto
[…]
como el ver que me voy quedando sola
entre
enemigos de mi pueblo hebreo.
(p.
110a)
El repudio de Vastí convierte
al rey en una persona triste, por lo que sus consejeros le recomiendan que
escoja nueva esposa entre las jóvenes más bellas del reino. Para ello dicta un
bando por el que se invita a palacio a todas las doncellas hermosas a fin de
que el rey elija a su preferida. Mardoqueo pide a Ester que se presente en
palacio. Entre las doncellas que acuden a la cita está curiosamente la
labradora Sirena, que cuenta con la oposición de su amante Selvagio; éste es un
pasaje, introducido por Lope de su propia invención y tiene el efecto de
aproximar la versión dramática de la historia bíblica a la realidad española,
desde la que Lope compuso la comedia. Ester, que ha ido a palacio con la
recomendación de Mardoqueo de no revelar su condición de judía, es elegida
esposa de Asuero, con lo que finaliza el primer acto:
ASUERO.- ¿Qué
hay, Egeo?
EGEO.- Deseo
de servirte y de curarte,
porque
ninguno iguala mi deseo,
y
así traigo, señor, que presentarte
la
bella Ester, cuya hermosura creo
que
será poderosa a consolarte
del
amor de Vastí, porque es tan bella,
que
tiene el mismo sol envidia della.
ASUERO.- Tanta belleza,
monstruo
será de
En
mi trono real recibir quiero
tan
hermosa mujer;
(p.
115b)
El
segundo acto, en el que se pone en marcha la tensión de la acción, se
abre con la comunicación de un sueño de Mardoqueo a Isaac, que considera
premonitorio de lo que ocurrirá más adelante al pueblo hebreo acosado por Amán.
A continuación la escena nos muestra a un Amán, despectivo, soberbio y autoritario:
AMÁN.- ¿Quién sois vos?
PORTERO.- Yo soy, señor,
de
hacedme
aqueste favor.
AMÁN.- Ni agora
puedo ni quiero
servir.
(p.
117a)
Para
justificar la actitud favorable del rey hacia Mardoqueo y los judíos, Lope
introduce un pasaje de su propia invención, que consiste en el descubrimiento
que hace Mardoqueo de la conspiración de los cortesanos Bagatán y Tares para
matar al rey, del que es informado puntualmente por Ester. Esta oportuna
delación moverá la voluntad del rey para revocar el edicto de condena a los
judíos, que llevará aparejado la caída y muerte de Amán, caracterizado como un
príncipe prepotente y soberbio. Efectivamente, Mardoqueo queda solo en escena y
tiene la oportunidad de conocer un plan criminal para asesinar al rey. Asuero,
cuando tiene confirmado este plan, manda matar a sus promotores y toma nota del
descubridor de la conjura para poder compensarlo debidamente:
ASUERO.- ¿Quién te
contó
de
apuestos el mal deseo?
ESTER.- Un hebreo
me avisó.
ASUERO.- ¿Y es su
nombre?
ESTER.- ¡Mardoqueo!
(p.
119a)
Amán se irrita por la actitud
de Mardoqueo, que, fiel a su religión, no se arrodilla a su paso como hacen
todos, y sintiendo odio contra los hebreos, informa al rey de que éstos no
cumplen las leyes del reino y, además de adorar a sus propios dioses, conspiran
para asesinarlo, causas estas por las que merecen la muerte. Convencido Asuero,
firma un decreto de exterminio de todos los judíos:
AMÁN.- Viven menospreciando tus decretos,
tus
virreyes, tus cónsules y príncipes;
destrúyelos,
señor: manda que mueran,
y
daréte de plata diez talentos,
que
tu tesoro y arcas enriquezcan.
ASUERO.- Escribe
provisiones luego al punto
a todas las ciudades de mis reinos,
para
que mueran todos en un día;
mi
anillo es este, toma, y los talentos
cóbralos
para ti; que no los quiero.
(p.
120b)
Una segunda aparición de
Selvagio y Sirena, en la que el villano rechaza a la labradora, que no fue
escogida como esposa del rey, nos acerca al final del acto:
SELVAGIO.- Sirena, no cantes más,
porque
tengo condición
que
no ha de haber posesión
en
mi esperanza jamás;
dueño
tuviste, y es sueño
pensar
que me has de agradar;
que
basta para olvidar
imaginar
otro dueño.
(p.
122a)
Éste tiene lugar cuando Ester llega a saber el decreto de exterminio de los
judíos y dispone una comida con su esposo a la que también asistirá Amán, que
prepara por su cuenta la horca para Mardoqueo frente al palacio, para que
puedan verlo colgado mientras comen.
El tercer acto, en el que se resuelve el conflicto
planteado, comienza con la lectura que hace Egeo al rey de los servicios
prestados por algunos de sus súbditos. En ella constata que a todos se les ha
retribuido, excepto a Mardoqueo, que descubrió precisamente la conspiración
para asesinarlo. Con el fin de compensarlo, el rey le pide a Amán consejo
acerca de la forma adecuada de honrar a un noble varón al que tiene gran
aprecio. Amán, creyendo que se trata de él, le dice el protocolo:
AMÁN.- He
pensado
que
si el Rey le quiere hacer
honra,
le mande vestir
sus
vestiduras reales,
piedras
y joyas iguales,
y
que le mande salir
con
su cetro y su corona
a
pasear la ciudad,
y
por más autoridad
acompañe
su persona
un
príncipe que el caballo
lleve
de rienda…
(p.
128ab)
Pero se lleva una desagradable sorpresa al saber que se trata de Mardoqueo.
A partir de este momento Amán presiente su caída. Mientras Mardoqueo da gracias
a Dios por haberle ayudado. Por su parte, Zares, la esposa de Amán, y el
cortesano Marsanes especulan, ignorantes de la realidad, sobre la muerte del
judío en la horca, hasta que Amán les informa de su triste situación:
MARSANES.- ¡Que un hombre que aún no es vasallo
le
cause tanta pasión!
¡Un
esclavo, un vil cautivo,
mísero
pez del Jordán,
a la
alta nave de Amán
se
quiere oponer altivo!
Mas
hoy acaba con él,
y en
la horca fabricada,
lo
que es indigno a su espada,
hará
un infame cordel;
en
quitándole la vida,
cesará
tan triste enojo.
(p.
130a)
Amán teme su muerte, cuando falta poco para la comida con Asuero y Ester.
En ella Ester informa a su esposo de que Amán quiere exterminar a los hebreos.
El rey, lleno de ira, suspende la comida y se siente traicionado. Amán, al ver
lo sucedido, se teme lo peor:
AMÁN.- ¡Cielos! ¿Qué será de mí?
que
en aquesta confusión,
bien
me dijo el corazón
lo
que al principio temí.
Y
todos se van de aquí;
como
que ya visto han
que
el basilisco de Amán
ha
dado ponzoña al Rey.
¿Qué
amor, qué exención, qué ley
darme
la vida podrán?
(p.
133a)
Mientras tanto Mardoqueo valora la
intervención de Ester para redimir a los
judíos. Amán, lleno de temor, pide perdón a Ester, pero ella lo rechaza.
Desesperado, la agarra contra su voluntad exigiéndole perdón, momento en que
llega el rey, el cual se indigna al ver la escena y manda que cubran a Amán. El
cerco de Amán se va cerrando: un colaborador del rey le informa de la horca que
había levantado para matar a Mardoqueo, horca que el rey destina precisamente
para Amán en agradecimiento a su esposa y a los hebreos:
ASUERO.- ¡Hay tal maldad! Pues, amigos,
pase
por la misma ley;
haya
menos enemigos,
que
iguales tocan al Rey
los
premios que los castigos.
Si
tuvo ese mal deseo,
hoy
los de Susa verán
que
es de la humildad trofeo
ocupar
la horca Amán
que
esperaba a Mardoqueo.
(p.
134a)
A modo de catarsis, Ester
confiesa a su esposo que es hebrea, que sus padres murieron en cautiverio y que
Mardoqueo es tío suyo. Le pide después que revoque el decreto de exterminio de
los judíos, accediendo el rey a través de Mardoqueo, a quien da poderes para
ello. Los músicos cantan una canción de alabanza a Ester y la oportuna
intervención de Asuero pone fin a la comedia:
ASUERO.- La casa y huertas de Amán,
y
sus tesoros entrego
a
Mardoqueo y Ester,
porque
demos fin con esto
a
la soberbia de Amán
y
humildad de Mardoqueo.
(p.
135b)
A juicio de M. Pelayo, La hermosa Ester “merece la palma entre
todas las comedias bíblicas de Lope” (1949, p.190). Su única fuente de
inspiración es el bíblico Libro de Ester,
que Lope sigue con fidelidad, por lo que el drama “respira, además de
entusiasmo por
Los temas del Antiguo
Testamento en la literatura áurea han sido relativamente poco estudiados, y casi
siempre lo han sido como prefiguraciones del Nuevo Testamento. En el caso de
Ester, reina judía persa y esposa del rey Asuero, los exégetas del Nuevo
Testamento han entendido que es una prefiguración de
Por lo que respecta a la
versificación, hay que decir que se nota la mano de Lope en el cuidado con que
elige el tipo de metro y adapta la estrofa al decir de los personajes. Hasta
once estrofas distintas podemos encontrar en La hermosa Ester: romance, romancillo hexasílabo, silvas,
redondillas, tercetos encadenados, quintillas, endecasílabos sueltos, soneto,
sexteto-lira, décimas y canción, que hacen de la tragicomedia un bello
muestrario de la capacidad de versificación del Fénix y denota la alta estima
que Lope tenía de su teatro, pues en una pieza menor como ésta no escatima los
recursos poéticos.
BIBLIOGRAFÍA
MENÉNDEZ PELAYO, M. Estudios sobre el
teatro de Lope de Vega, Santander: CSIC, 1949.
SICROFF, Albert A., “Notas equívocas en dos dramatizaciones de Lope del
problema judaico: El niño inocente de la
guardia y La hermosa Ester”, Actas del VI Congreso Internacional de
Hispanistas, 1977, p. 701-705.
VEGA CARPIO, Lope de. Obras escogidas,
Madrid: Aguilar, 1967, vol. III, edición de Federico Carlos Sainz de Robles.
WEINER, Jack, “Lope de Vega, un puesto de cronista y La hermosa Ester (1610-1621)”, Actas
VIII Congreso de
[1] Para
la realización de este trabajo nos hemos servido de la edición de Federico
Carlos Sainz de Robles, Lope de Vega Carpio, Obras escogidas, Madrid, Aguilar, 1967, vol. III.
|