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LAS MOTIVACIONES DEL CAMBIO DE CÓDIGO: DEL ESPAÑOL A
Eva Martínez Díaz
(Universitat de
Barcelona)
Cataluña es el espacio propicio en donde se documenta
cualquier fenómeno lingüístico condicionado por el contacto de lenguas, pues el
español y el catalán están en constante convivencia.
Precisamente este artículo se ocupa de uno de estos
fenómenos: el cambio de código, con el objetivo de intentar clasificar los
motivos y las variables sociales, lingüísticas y psicológicas que impulsan al hablante
en cuya conversación la lengua dominante es el español a cambiar su discurso a
la otra lengua.
Para ello se parte del análisis del Corpus del español conversacional de Barcelona y su Área Metropolitana (Vila,
2001) con el propósito de poder llegar a la conclusión de si el cambio de la
lengua española a la catalana en la conversación está intrínsecamente
relacionado con hablantes bilingües catalanes, o bien con hablantes bilingües
castellanos; o bien, si incluso aparece documentado en los discursos de
hablantes monolingües castellanos.
Palabras clave: Sociolingüística - cambio de
código – contacto de lenguas - bilingüismo – variación – variables lingüísticas
The motivations for Code-switching:
from the Spanish to the Catalan language
Catalonian
is the proper place where any linguistic phenomenon impacted by language
contact can be documented because the Spanish and the Catalan are constantly
coexisting.
This
article studies one of these phenomena: the code-switching, having as an
objective to classify the motivations and the social, linguistic and
psychological variables which make the speaker, whose dominant language is
Spanish during the conversation, change to another language.
Corpus del español conversacional de Barcelona y su
Área Metropolitana (Vila, 2001) is the base for
being able to conclude whether the change from Spanish to Catalan during the
conversation is related either with Catalan bilingual speakers or with Spanish
bilingual speakers, or even if there are any documented oral productions of
Spanish monolingual speakers.
Key words:
Sociolinguistics - code-switching – language contact - bilingualism – variation
– linguistic variables
Introducción
Son
muchos los estudios que se han ocupado del cambio de código, o de la alternancia
lingüística, desde la lengua catalana como lengua dominante en la variedad
conversacional (Casalmiglia - Tusón, 1980) (Woolard, 1986 y 1988). Sin embargo,
son ínfimos aquellos que intentan describir y justificar los cambios de código
a partir de los cuatro enfoques fundamentales: el social, el psicológico, el
lingüístico y el pragmático desde el español; es decir, en aquellos discursos
conversacionales en donde este sistema es la lengua predominante (Vinagre, 2005,
p. 11). Cabe decir que uno de los pioneros ha sido Blas Arroyo a partir de sus
incipientes estudios (1992) desde la lengua española en contacto con el
valenciano, quien ha favorecido que en estudios posteriores exista la
preocupación de lo que sucede en el español peninsular en contacto con el resto
de lenguas oficiales.
Nuestro
estudio, pues, pretende ser una aproximación hacia los condicionamientos que
motivan a un hablante de la comunidad lingüística de Cataluña a cambiar de
código, en este caso de la lengua española a la catalana en discursos
espontáneos coloquiales. Para ello nos servimos a modo de pequeña muestra del Corpus del español conversacional de
Barcelona y su Área Metropolitana (2001)[1].
Este corpus contiene discursos en lengua española producidos por hablantes que
tienen como lengua propia la catalana, la española o bien ambas lenguas. Todos
ellos han nacido en Cataluña o llevan más de quince años en esta comunidad, y
residen en Barcelona o en su Área Metropolitana.
Sin
embargo, antes de pasar a analizar las distintas conversaciones, en este
trabajo partimos de la hipótesis de que el cambio o la alternancia de códigos
se diferencian de otros fenómenos como la interferencia o el préstamo
lingüístico. En lo que se refiere al cambio de código se precisa de un nivel
alto de competencia comunicativa en las lenguas involucradas –aquí el español y
el catalán-, y se produce inconscientemente, sin ningún tipo de esfuerzo o
vacilación. Además, mientras que el préstamo es un término que se integra
fonológica y morfológicamente en la otra lengua y puede ocurrir con cualquier
hablante y en cualquier momento; el cambio de código se produce solo en
situaciones sociales específicas entre hablantes determinados y sin que se
produzca la integración del elemento cuyo código se ha integrado.
Así
pues, teniendo en cuenta el contexto social, por cambio de código debe
entenderse el uso de dos o más lenguas en la misma conversación, sin
asimilación fonológica prominente de una lengua a otra, y relacionado con la
situación y motivación del hablante (Vinagre, 2005).
La comunidad lingüística catalana
Para
poder interpretar los datos recogidos, es necesario, en primer lugar, describir
la situación lingüística actual de Cataluña. A partir del proceso de
Normalización Lingüística, la presencia de la lengua catalana en los diferentes
ámbitos sociales de Cataluña es cada vez mayor, y se verifica que en esta
comunidad el fenómeno del cambio de código ha cambiado lo suficiente como para
necesitar de otros análisis que vayan más allá del trabajo de Casalmiglia y
Tusón del año 1980, donde se argumenta que concretamente en Barcelona el factor
determinante en el cambio de una lengua a otra es la adscripción lingüística
del interlocutor. En la época descrita –en los inicios del proceso de
Normalización- se vivía una situación de diglosia y la alternancia de ambas
lenguas se producía casi unilateralmente en la dirección del catalán al
español. Trabajos posteriores como los de Woolard (1988) o Kerbrat-Orecchioni (1992) ya describen
nuevos cuadros de participación y de recepción, como se podrá confirmar en
nuestro análisis.
Debido
a los cambios sociales, políticos y lingüísticos en la sociedad catalana, la
elección de cualquiera de las dos lenguas es un factor condicionado por
factores psicosociales y pragmáticos, además de factores lingüísticos que
determinan la tipología de la alternancia. En definitiva, se trata de expresar
en términos lingüísticos, y desde la perspectiva del análisis del discurso,
cómo se decide la elección un código y qué sucede cuando los hablantes cambian
en sus intervenciones del español al catalán.
Actualmente
la situación lingüística en Cataluña es el resultado de una Política
Lingüística llevada a cabo a partir de los años 80 con esfuerzo y tesón, y con
resultados previsibles. Es habitual ya en hablantes autóctonos que el cambio de
código del catalán al español no surja precisamente en los mismos contextos de los
años anteriores a la década de los años 80, salvo en aquellos casos en los que
el interlocutor, o receptor, muestre su grado de incomprensión ante la lengua
catalana. Sirva como ejemplo la nueva normativa de los medios de comunicación
de
El análisis
La
muestra analizada, aunque pequeña, es bastante significativa ya que el tipo de
informantes corresponde a hablantes cuya lengua propia es la española, la
catalana o ambas, es decir, lenguas propias que representan a gran parte de la
sociedad catalana. Por otra parte, el tipo de discurso en el que se desarrollan
las intervenciones de estos informantes son conversacionales, cuya variedad
funcional no está planificada, es espontánea y no técnica (Payrató, 1998).
El primer
informante del corpus analizado es un hablante bilingüe y en un momento
determinado de su conversación alterna las dos lenguas. Su lengua primera es el
castellano pero pasa a hablar en catalán cuando reproduce el discurso de otro
hablante no presente en la conversación. Es decir, el estilo directo se identifica
con la lengua catalana a través de una alternancia intraoracional e
interoracional. Cabe subrayar que por alternancia
intraoracional se debe entender la alternancia de lenguas dentro de la
misma oración. En cambio, cuando el hablante alterna oraciones en una lengua y
otra la alternancia es interoracional.
(Vinagre, 2005)
Es
interesante destacar que para la introducción de esa segunda voz no siempre se
emplea el verbo de lengua o de pensamiento decir/dir,
y cuando el informante en cuestión así lo hace, alterna las dos lenguas
indistintamente, a pesar de que introduce el discurso en catalán. Además, el mismo informante también emplea
la lengua catalana para ubicar el marco narrativo en el que se sitúa la segunda
voz simultáneamente a su reproducción.[2]
Pasemos, pues, a su trascripción, cuya intervención conversacional se refiere
al intento del hablante y de otros individuos de entrar en las huertas para
robar, y el encuentro por sorpresa de un payés
‘campesino’, dueño de una de las huertas.
Informante 30: son propiedades a mí no me
gusta mucho porque puede salir un tío mala leche que allí hay payeses que
tienen mala leche un payés dijo
fuimo a un huerto quee lo conoce que pasa una riera que no cabía nadie este era
el huerto de allí del (( )) entonces el tío sale cagu’n Déu! què foteu aquí? (risas) (( )) cagu’n cony! si m’agafeu algo us tallo
les mans! diu váyase sius plau que yo no...
bueno bueno bueno pero cagu’n Déu!
yo (( )) (risas) ¡qué tío que tío barrudo aquel ¡eh! y estaba a la muntanya aquella veía com m’ agafaven totes les ametlles de
terra totes vai baixar al camp alto! però què foteu que...? oh! si estan a terra! ¿què no ho sabeu que
no es poden agafar tampoc les de terra? (risas)
(...)
Informante 30: oh y nos llevó al huerto y
nos enseñó el huerto y dice mireu mireu mireu aquí ha estat aquesta
aquesta tomaquera té deu tomàquets a la los pebrots hi ha en té per dotze hi ha
a l’altre hi han sis l’altre hi han quatre hi ha l’altre hi han dos lo
tenía to contao el tío ¡eh! y las matas ¡eh! hay que ver ¡eh! y a última hora
cogió y (risas) le dio a mi hermano le dio u- un pimie- un pimiento pequeño una
berenjena una un poc i diu dice
bueno bueno y dejó la moto dice bueno bueno jo me’n vaig eh! bueno bueno
adéu adéu nosaltres anirem poc a poc pel camí y el tío fíjate si son
desconfiaos nos espero en la carretera en la carretera arriba esperando hasta
que nosotros habíamos salido son desconfiaos ¡eh!
En el
cambio de código del español al catalán tampoco falta la alternancia de
coletillas (Poplack, 1980; Appel & Muysken, 1996) –alternancia emblemática– en el que se incluyen exclamaciones,
coletillas o paréntesis de una lengua diferente de la del resto de la oración,
funcionan como emblemas del carácter bilingüe de una oración completamente
bilingüe. Además, debe tenerse en cuenta que se pueden documentar
-como en la intervención del informante anterior- en estructuras de discurso
diferido.
Analicemos
otro informante en cuya intervención también se documentan alternancias de
código, identificadas todas ellas con el tipo de alternancia emblemática. En la
primera muestra, esta alternancia se identifica con el adverbio temporal ‘ara’, y en el segundo caso con el verbo
locutivo ‘dir’. Los distintos
fragmentos, que se corresponden con el informante 59, el hablante comenta su
papel como entrenador de un equipo femenino de baloncesto y su reacción ante la
poca responsabilidad de algunas jugadoras.
Informante 59: no no por eso hoy hoy claro pero hoy mismo
o sea si a mí por ejemplo la gente que no que no me vino el miércoles a
entrenar hoy viene y me dice mira Juan no vine por esto o por lo otro o porque
me encontraba mal o porque tenía un examen o porque salí tarde de trabajar yo
lo entiendo pero ¡hostias! llego hoy ha habido gente que no vino el viernes y
vienen con la bolsa y se me suben al vestuario yo es que si voy a subir arriba
yo cuando estoy arriba digo bueno y ¿ara
qué? O sea y ¿y ar- ara qué hago? Pues muy fácil eeh ¿tenéis todas teléfono? Sí
¿sabéis mi teléfono? Sí ¿qué pasa contigo que no viniste? ¡ooh! Es que tal pues
venga fuera del vestuario que hay otra que está en tu lugar hoy (...)
Este
informante también tiene como lengua propia tanto el español como el catalán, a
su vez en su alternancia de códigos también hay una muestra en donde la lengua
catalana se identifica con otra voz, pues se reproduce el discurso de un
hablante no presente en la conversación. Para introducir esta alternancia el
hablante lo hace con el verbo dice que
parece indicar el momento de transición entre el uso de una lengua y otra, ya
que lo que introduce este verbo locutivo en castellano es su nombre de pila en
español, teniendo en cuenta que seguidamente para la reproducción de las
distintas voces discursivas emplea el verbo locutivo dic, que introduce el discurso ya en lengua catalana.
Informante 59: quedamos a las diez en el local me llega la
Vito a las diez menos cinco y me dice
¡Juan! Dic què? que m’ha passat
una cosa que tal dic què passa? Diu noo que no he portat la bossa ¡hottia! I
què? noo aviam si algú em pot acompanyar a casa a buscar- la i tal digue-li tu
noo i tal luego viene hoy (...) y me dice es que el domingo no jugué
tampoco tampoco digo ya digo hoy no has jugado por tu culpa porque no viniste
el miércoles a entrenar porque no llamaste y el lunes viniste pero hiciste la
paparina (...)
Por
otra parte, en este corpus también aparece documentado el verbo en catalán diu, sin que por ello se introduzca el
discurso polifónico en catalán (I61)[3],
aunque sabemos que esa voz, no presente en el mismo momento del acto de habla,
se dirige a este informante 61 en catalán. De hecho, es un caso más de
alternancia emblemática. Veamos el fragmento en cuestión que trata de una
tercera persona no presente en la conversación y del alquiler de una máquina
fotocopiadora, producido por el informante 61, cuya lengua propia es el catalán.
Informante 61: y diu
claro diu yo ahora diu no lo voy a controlar dice porque
la máquina me la traerán ahora y hasta enero no he de pagar la primera vez.
(...)
Dice entonces (...) dice sí pero los de la máquina ha
venido una tía con una BMW toda así extremada que digo ¿y esta dónde va con
uno? Y era la de la fotocopiadora ¿sabes? Llevaba una BMW la tía digo mítala.
Algo
parecido sucede con el verbo locutivo dir
y el informante 64, también catalanohablante; en el que se documenta como
cambio de código intraoracional sin llegar a introducir un discurso diferido.
(Informante 64, hablando del actor Woody
Allen)
Informante 64: o sea es una superficialidad aparente
¿sabes? Porque cuandoo porque claro yo siempre a ese actor lo que me gusta es
su sutilidad
A: ya
Informante 64: sutilidad ironía no sé algo así no sabría dir más sinónimos
Es
evidente que en los fragmentos seleccionados hasta el momento los hablantes
dominan las dos lenguas en la variedad funcional comentada, si bien al
referirse a otras voces el hablante está predispuesto psicológicamente a emplear
el catalán como lengua de comunicación habitual con interlocutores
determinados. Ello se constata, por ejemplo, en la última intervención del
informante 61: “Llevaba una BMW la tía digo mítala”.
Además, el cambio de código permite, para algunos hablantes, aclarar la
información, explicarse con mayor claridad, reafirmar el argumento del
interlocutor, o bien introducir alguna consecuencia.
Informante 61: no pero sabes qué pasa ahora se lo
explicará (...) a su madre como es
normal vui dir como piensa como
nosotros le dice que no y entonces se empiezan a pelear que no veas
A: y
entonces dice que su madre no le deja hacer las cosas que él quiere
Informante 61: clar i llavorans le coge el ataque y
mira y ya es- y se pone enfermo
(...)
A: no
porque se enfada de que de que él tanga que ir al banco a hacer cosas y la
gente le vaya a comprar pues es normal porque si la gente a las diez de la
mañana va a buscar el periódico o a las once es lo normal
Informante
61: perquè no està bé perquè no està bé
En
esta última intervención “perquè no està
bé perquè no està bé” la información
causal y remática -en este caso, además, reiterada dos veces- se identifica con
la lengua propia del informante, el catalán, cuya lengua se muestra aquí como
el código que se emplea para interiorizar pensamientos, para dar mayor énfasis
a sus argumentos. El uso de la lengua catalana en este hablante, aunque sea el
uso de alguna palabra esporádica, debe justificarse, por un lado, porque es la
lengua empleada con el otro interlocutor no presente en la conversación; y, por
otro lado, porque con ello el hablante muestra que, efectivamente, el catalán
es su lengua habitual, su lengua propia; representativa, por cierto, para la expresión de afectividad.
Informante 61: ¡ah! Me dice ayer tarde dice mañana le
hacen al ra- al Daniel la revisión médica y yo di- sí digo ¿qué pasa? Digo al
Daniel digo y ¿por qué dejas que te hagan la revisión médica? Dic si es un digo si es un crío que pobret sol- solo hace que ir la
hospital y aun con el problema que él tiene dic
a ver si encara lo lo tocan o algo y
y encara a- al pobre lo fastidian digo oye digo di- digo ¿y es obligatoria
la revisión médica? Dice no no no dice aquí pagan
El
cambio de código en el mismo informante se emplea de nuevo para la repetición
de un discurso diferido cuya función es la de realzar la fuerza eufemística de
ciertas palabras referidas a los órganos genitales masculinos (Blas Arroyo,
1999: 87).
Informante 61: dice no di- digo ¿y qué les miran? Dice les
miran la los dientes los oídos la...
A: vista
Informante
61: sí la vista diu i la dellonsis
En
este mismo hablante, cuya lengua propia es -recordemos- el catalán, de nuevo se
repite la alternancia emblemática del conector clar que permite orientar el discurso anterior hacia una misma
dirección.
B: solo falta que le encuentren mal la vista
Informante 61: clar no pero es verdad yo no sé es que lo
veo engorroso para e- para él pobre i
tot de de de no sé
B: claro
Informante 61: la
gent es la hostia
De
hecho, este es el informante que alterna del español al catalán con mayor frecuencia
que el resto de informantes anteriores, pues se documentan otros casos de
alternancia -aparte de la reproducción de discursos diferidos o de la alternancia
de coletillas- como es la alternancia intraoracional.
Este
mismo tipo de alternancia se documenta en el informante 63, cuya lengua propia
también es el catalán y que, además, junto con el anterior hablante es el
informante con mayor número de interferencias documentadas. El cambio de código
en este caso particular se debe a factores discursivos y psicológicos, pues el
hablante se dirige a ciertos interlocutores en catalán a pesar de que algunos
de estos empleen con él el español. Por ejemplo, el informante va en coche y
alguien le pregunta por la dirección que debe tomar:
A:
¿tiro todo recto ahora?
Informante
63: sí sí tira tira no passa res no no
tira
(...)
Informante
63: ya te indico
B: un
poco
A: ¡la madre!
Informante 63: sí
Déu n’hi do dame dame ¡ostras! Estoy un poco incluso mareao ¡eh!
C: Y jo si fa calor
Informante
63: ten Montse aguanta-m’ho sí sí
Algo
similar sucede con el informante 70, en cuya conversación emplea el castellano
hasta que en un momento determinado se dirige en catalán hacia uno de los
interlocutores, sin que ello suponga ningún cambio de tema. Además, sus
interlocutores se dirigen hacia el informante en castellano; no obstante, el
I70 tiene como lengua propia el catalán, lengua con la que se siente más cómodo
y parece ser consciente de que uno de sus interlocutores la conoce y es capaz también
de emplearla. El fragmento de esta intervención conversacional versa sobre una
embarcación que el informante está arreglando. Toda la conversación se sitúa en
el entorno de una comida familiar.
I70: aún aún nos queda pintar la barca ¡hostia! Mucha tela
mucha tela aún dos al mes este mes este mes quieroo ponerla a l’agua ya
A: ¿síi? ¡ostras!
C: ponerla ¿al agua?
¿sin motor?
I70: no no amb
motor
C: ¡ah! amb motor
I70: a provar-la ja
C: mhm
I70: quieroo quiero ponerlaa a ver si esta esta semana
esta semana pasarla ponerle el mo- ¡eh! El motor el motor es que
B: si queréis uva ¿te
guta la uva?
I70: resulta qu’el
qu’el motor
C: Síi ayer me la
comí prefiero un melocotón
A: yo un yogur
I70: eh! si poses
el motor que si poses el motor bé tens que engalgar
En
este fragmento es interesante subrayar que el interlocutor C también alterne su
código motivado principalmente por el principio de negociación (Grice, 1975).
Este hablante se acomoda a la lengua de su interlocutor. Por otra parte, en
esta comunidad lingüística está extendido el uso de la lengua catalana para
referirse a los nombres propios; por ejemplo, en el corpus se documentan el
nombre propio de un canal de televisión autonómico o el de un programa
televisivo emitido en lengua catalana, cuyo hablante, por cierto, tiene como
lengua propia esa misma.
I69: y yo luego las películas de pasárselo bien también
¿eh? Y las que no hagan pensar también o sea pero en definitiva yo ¿qué quieres
que te diga? Últimamente me estoy decantando más por los documentales.
A: ¿síii?
I69: los del nácional
geográfic[4]
me encantan
A: son muy impactantes esta noche hacen uno que dieron en Tevetrés bueno que ya han hecho sobre
los orfanatos en China
I69: calla la vi e- en el canal Trenta-tres Trenta minuts
o para el nombre
catalán de unas paradas de metro en Barcelona: Ciutadella, Vila Olímpica.
I78: síii hombre está bien porque sea no es el centro o
sea que está alejado y el espacio o sea más abierto ¿sabes? yy bien o sea es en
plan lo rodea un patio interior los edificios y está bien porque está todo
nuevo y bien bien no sé se estará tranquilo allá pasa que claro eee no hay ni
bares claro fuera casi porque es que es todoo no hay nada por allí entonces claro es pasado la está al lado de Ciutadella pero tirando más para Mapfre
las torres Mapfre ¿sabes?
I83: sí
I78: o sea antes hemos ido dirección ¿te acuerdas a ver
aquel día eee no no no no no? bueno está en dirección para torres Mapfre
siguiendo la el bordeando Ciutadella digamos
I83: o sea Vila
Olímpica ¿no?
I78: sí
I83: prácticamente
I78: hombreee ee la parada del metro más cerca es Ciutadella
I83: mmm
Ciertamente,
este tipo de cambio se puede documentar en la sociedad catalana actual no solo
en hablantes bilingües catalanes, y no solo en nombres propios como los
referidos anteriormente; sino también en bilingües castellanos o monolingües
castellanos que, incluso, para despedirse, por ejemplo, emplean (a)déu, o bien emplean la expresión
lexicalizada Déu n’hi do![5],
documentado, por cierto, en este corpus en el informante 78, cuya lengua propia
es, precisamente, el castellano. En este caso el cambio se debe a la
inexistencia de estas expresiones en español que puedan expresar la idea del
hablante en el momento de su producción, o que no dispone de ellas en ese
momento porque el equivalente le parece insuficiente.
I83: tío pues ya ya te explicaré después te contaré lo que
pasó ayer ¿eh?
I78: ¿qué pasó ayer?
I83: nada na- na- nada malo o sea un cachondeo un cirio
tío vaya resaca que me he levantado hoy
I78: Déu n’hi do!
increíble porque ¿el Luis también?
I83: Luis también sí es que resulta que...
(...)
I78: sí
I83: bueno pues te esperamos allí entonces ¿eh?
I78: vale
I83: ¿vale?
I78: pues venga
I83: muy bien
I78: hasta luego
I83: hasta luego
I78: Déu
(...)
I83: muy bien muy bien muy bien
I78: pues venga
I83: pues nada tío
I78: pues nada hasta mañana adéu
I83: Déu
En
estos últimos ejemplos estamos delante del fenómeno
de aproximación. Existe un acercamiento a la identidad bilingüe de la
sociedad, que en el caso de Cataluña va en aumento como lo demuestran las
últimas encuestas realizadas por el Institut
d’estudis metropolitans de Barcelona. Asimismo, la teoría de la acomodación (Giles & Smith, 1979) también acaba de justificar este tipo de
alternancia lingüística: entre los interlocutores se dan procesos de ajuste en
sus diversas interacciones orales, aunque no por ello siempre desemboque en el
bilingüismo del individuo. No obstante, es necesario repetir que entre la
comunidad lingüística apenas existen monolingües castellanos, ya que es a
través de las diferentes variedades de bilingüismo la manera en que se
distingue la mayoría de sus hablantes.
El cambio
de turno, indudablemente, también justifica la alternancia de código. Ello se
documenta en la conversación mantenida por uno de los informantes -el I83-,
cuya lengua propia considera que es tanto la catalana como la castellana. Todas
sus intervenciones lingüísticas, con el I78 –hablante, recordemos, cuya lengua
propia es el castellano— se dan por vía telefónica, y en una de ellas el
auricular lo descuelga un familiar del informante 78, que es quien inicia la
conversación y lo hace en lengua catalana (A:
digui’m? ‘¿dígame?’). El informante 83, en este caso, inicia también su
conversación en lengua catalana, hasta que empieza a hablar con el informante
78 con quien cambia su código al castellano.
A: digui’m?
I83: que hi és l’Albert si us plau?
A: com diu?
I83: l’Albert hi és?
A: l’Albert de part de qui?
I83: del Jordi
A: ah! hola
Jordi! El el està aquí esmorzant sopant un momentet
I83: val gràcies cierra la puerta mama
I78: ¿síi?
I83: ¡hey!
I78: ¡hombreee! ¿Qué tal?
I83: ¿Qué hay? ¿Cómo estamos?
I78: mira tío por aquí
viendo viendo el Barça
I83: ¿Qué hay? ¿Qué me explicas tío? digo voy a llamar a
ver qué hace
En
este ejemplo el factor psicosocial es fundamental. El hablante I83 domina ambas
lenguas por igual y las utiliza en función de la lengua de su interlocutor. Por
ejemplo, cuando se dirige a su madre lo hace en castellano, al igual que con su
amigo, pero no tiene ningún inconveniente en cambiar de código si el
interlocutor que descuelga el teléfono emplea el catalán, pues se adapta
lingüísticamente a él. Veamos el ejemplo en el que la alternancia en una misma
intervención varía de código según su interlocutor: “I83: val gràcies cierra la puerta mama”. Es decir, existen reajustes en
función de la lengua empleada por los distintos interlocutores: muestra más de
cortesía estratégica.
Conclusiones
Con
este somero análisis que se acaba de realizar podemos afirmar que el cambio de
código entre el castellano y el catalán en la comunidad lingüística catalana
está relacionado con factores sociolingüísticos, es decir, el tipo de
alternancia documentada en cada uno de los informantes presentados está
relacionado con la información recogida en sus respectivas fichas
sociolingüísticas. Así pues, las etiquetas, o la alternancia emblemática, son
comunes en cualquier hablante de la comunidad lingüística catalana, aunque
tenga como lengua propia el castellano. Ello se comprueba en la presentación de
datos; sin embargo, aquellos hablantes en cuyas intervenciones alternan ambas
lenguas en contextos ya sean intraoracionales o interoracionales son los que
consideran que tienen como lengua propia la catalana; o bien ambas y que,
además, en su formación escolar han tenido ambas lenguas como lenguas
vehiculares y como materias de aprendizaje; es decir, en este tipo de hablante influye
sistemáticamente la variable sociolingüística edad. Por ejemplo, el informante 83 se sitúa en la franja de
hablantes inferiores a los 26 años, sus lenguas propias son tanto el castellano
como el catalán, y además su escolarización fue en catalán. Ya se ha observado
que a este informante no le supone ningún obstáculo alternar de código según su
interlocutor, al igual que el informante 63, también perteneciente a la franja
de edad de los menores de 26 años, catalanohablante, y cuya formación también
ha sido en catalán.
Sin
embargo, los informantes 30 y 59 –quienes consideran que tienen como lengua
propia tanto el español como el catalán- corresponden a otras franjas de edad.
El primero está situado en la franja de los mayores de 55 años; y el segundo,
en la comprendida entre los 26 y los 55 años. El informante 30 nunca ha
estudiado catalán en la escuela; al igual que el informante 59; es más, ante la
pregunta ‘¿Cuál considera que es su lengua habitual?’, este responde que es el
catalán, pero siempre según el contexto. De hecho se da la coincidencia de que
ambos solo usan el catalán para reproducir conversaciones.
En
cuanto a los hablantes que tienen como lengua propia el catalán, el cambio de
código no solo lo emplean para discursos referidos, sino que dicha lengua surge
de modo espontáneo y expresivo. Esto mismo sucede en los informantes 70 y 69.
El primero pertenece a la franja de edad mayor de 55 años; y el segundo, al
intervalo de los 26 a los 55 años. Ambos individuos no se han formado en la escuela
en lengua catalana y tienen como lengua propia el catalán. En cambio, el
informante 78, cuya lengua propia considera que es el castellano, a pesar de
pertenecer a la franja de edad inferior a los 26 años y de haber estudiado en
la escuela en ambas lenguas, por ser materias de lenguas obligatorias, solo
cambia de código para ciertas muletillas, o etiquetas, bastante extendidas ya,
por cierto, entre la comunidad de castellanohablantes, o monolingües
castellanos. Esta tesis se corrobora en los cambios código documentados en los
informantes 61 y 64. Ambos son catalanohablantes, pertenecientes a la franja de
edad de entre los 26 y 55 años. En el caso del primer informante su formación
escolar fue en lengua castellana, y en el segundo, en catalán. Pues bien, en
los dos informantes la alternancia de código deja de ser emblemático. Más aun,
en el informante 61, cuya lengua vehicular en la escuela fue el catalán, se
documenta mayor alternancia. En definitiva, el mayor condicionamiento
sociolingüístico para la documentación de una amplia variedad de alternancia de
código en un hablante de esta comunidad es el hecho de tener como lengua propia
la legua catalana.
Es
verdad que con lo escasamente analizado no podemos extraer ninguna
generalización sociolingüística, sin embargo, existe un matiz de confirmación
en lo que en las últimas encuestas y estudios se ha recogido: la sociedad
catalana tiende a ser bilingüe, pero no por ello estamos delante de una
sociedad cuyos hablantes son bilingües activos, a pesar, incluso, de haberse
formado en la etapa escolar en ambas lenguas. Por otra parte, se observa que
ninguno de los dos sistemas empleados en este corpus supone una alternancia
vinculada al cambio de código como una secuencia de elecciones marcadas (Teoría
de
Bibliografía
APPEL, R. - MUYSKEN,
P. Bilingüismo y contacto de lenguas. Barcelona: Ariel, 1996.
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Identitat i contacte de llengües a Barcelona. Barcelona:
[1] Dirigido por
[2] Se ha copiado la trascripción de manera que sea
fácil para su lectura, es decir, hemos prescindido de algunos signos que para
nuestro estudio de cambio de código no nos interesa y que, además, dificulta la
lectura, como son los signos para marcar la entonación, las pausas o los
solapamientos, entre otros.
[3] A partir de ahora I se referirá a la abreviatura
de informante.
[4] En este caso deberíamos hablar de cambio de código
al inglés, pues la fonética que se emplea es propia de tal lengua.
[5] Según el Diccionari de l’Institut
d’Estudis Catalans (1995), también Deú li’n do! Expresión usada para manifestar
la conformidad, la suficiencia, etc. Esta expresión equivale en este contexto a
la expresión de sorpresa ‘¡hábrase visto!’, ‘¡hay que ver!’
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