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EL ESPAÑOL JOVEN... ¿'MOLA MAZO'?
El
cambio idiomático surgido del 'sms' y el 'chat', a debate en San Millán de
MIGUEL
ÁNGEL VILLENA - San Millán de
Una frase del estilo de "es un mojón hacer una
operación gamba con esa churri" resulta absolutamente ininteligible para
cualquier persona de más de 25 años e incluso para muchos jóvenes si se
pronuncia fuera de un ámbito de ocio y diversión. La traducción de la expresión
(sería algo así como "es una tontería intentar ligar con esa chica que
está muy buena pero es fea de cara") la ofreció ayer Ana Vigara, profesora de Lengua de
Una veintena de filólogos, escritores y guionistas
debaten durante tres días sobre los rasgos de las jergas juveniles, sobre todo
a partir de la irrupción de nuevas tecnologías como Internet y los teléfonos
móviles. Casi todos ellos parecen estar de acuerdo en que el crecimiento de
estos lenguajes de jóvenes resulta un fenómeno imparable y vertiginoso, pero
también coinciden en subrayar una fugacidad que rara vez prolonga las modas
lingüísticas más allá de una generación.
El novelista José Ángel Mañas (Madrid, 1971), que
alcanzó fama y reconocimiento con su novela Historias del Kronen, publicada en 1994, un retrato de la llamada
generación X de los noventa, fue el encargado de pronunciar la conferencia
inaugural en presencia de la princesa de Asturias, doña Letizia
Ortiz, y de los patronos de las fundaciones San Millán y Fundeu
BBVA.
Situado en un término medio entre los alarmistas que
opinan que el idioma camina hacia su descomposición y los defensores a ultranza
de la heterodoxia, Mañas señala que "algunos lenguajes juveniles de hoy
pueden convertirse en clásicos en el futuro o los buenos grafiteros
pueden terminar en los museos". Ahora bien, el escritor admite que
"las nuevas formas de ocio y de comunicación roban espacio y prestigio a
la literatura en una época de una enorme eclosión de la tecnología". Mañas
propone, en definitiva, un diálogo abierto y sin prejuicios entre la gente
madura, con más cultura clásica, y los jóvenes, con más ansias de libertad y
renovación. "El papel más determinante", explica, "lo juegan los
profesores, que están en la frontera entre los dos mundos". Y cuando se le
pregunta qué ha permanecido del lenguaje de la generación Kronen
14 años después, Mañas responde: "Queda el testimonio lingüístico de
aquella época y algunas expresiones o giros".
Algunos de esos profesores ubicados en la frontera, a
fuego cruzado entre las normas rígidas o las rupturas totales, se han dedicado
a estudiar el lenguaje de los SMS o de los chats
fascinados por la revolución de las comunicaciones que se ha vivido en la
última década. Carmen Galán, profesora de Lingüística en
No cabe duda, pues, de que los lenguajes juveniles
abren una brecha cada vez más amplia entre generaciones hasta el punto de que
las formas de hablar de un anciano y de un veinteañero
se diferencian hoy muchísimo más que hace 20, 30 o 50 años. "No sólo entre
un jubilado y un joven la distancia es grande. También lo es entre una persona
de mediana edad y un adolescente", comenta Félix Rodríguez, catedrático de
Inglés de
Ni bárbaros ni clásicos, vienen a decir los expertos
en sintonía con el discurso de José Ángel Mañas y con una filosofía de evitar
los prejuicios frente a los cambios constantes del idioma. "Las normas de
la lengua las fijan los hablantes, y los académicos nos limitamos a actuar como
notarios o registradores del idioma", llegó a decir ayer el director de
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