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15.11.2007
Las direcciones
ubicadas en España ahora pueden incluir la Ñ. Pero falta que esa posibilidad se
extienda a otros países. Cómo fue el origen de esta letra, exclusiva de un
idioma que usan 500 millones de personas.
Por: Susana Anaine
A fines de 2006 se dio a conocer en España un anteproyecto de ley
dentro del área informática, impulsado por el Ministerio de Industria, Turismo
y Comercio (MITyC). Su objetivo: incluir en Internet
algunos caracteres castellanos, portugueses, valencianos, vascos o catalanes,
entre ellos nuestra emblemática ñ.
La propuesta apuntaba a que esos caracteres aparecieran en nuevos
dominios, con la extensión ".es". Finalmente, se aprobó el proyecto
de Ley de
No existe ningún acuerdo internacional para que caracteres como la Ñ
pudieran incluirse con las extensiones propias de todos los países de habla
hispana, como ".mx", para México, ".ar", para
El 5 de noviembre, en
Tras el acto, el presidente de
Los signos gráficos que se incluyen no se habían utilizado hasta el
momento, según García de
No todo el mundo se queda tranquilo con esta explicación. Dice el
dramaturgo Rafael Spregelburd: "Desconozco los
motivos por los cuales no hay eñe en Internet, pero sospecho que no deben ser
totalmente técnicos. La gran red de democratización de la información sigue
sólo el modelo de democratización norteamericana: es decir, representa sólo a
una parte de todos los hablantes del mundo. No me sorprende: Internet fue
pensada en inglés. Pero ya es hora de que se la piense de nuevo, ¿no? La
pesadilla anticipada por Zamenhof, quien diseñó una
lengua universal, el esperanto, se cumple al pie de la ley: el idioma universal
no es el más sencillo, ni mucho menos el más perfecto, sino sencillamente el
idioma del Imperio".
El idioma latino no poseía inicialmente un sonido eñe, explica el
lingüista José Luis Moure,
titular de Historia de
¿Cómo respondió el alfabeto latino a esas modificaciones si no tenía
un signo para representarlas? Moure explica que
durante siglos se escribió vinea aunque se
pronunciase viña. Pero a medida que las regiones del antiguo imperio romano se
conformaron como dominios diferenciados, necesitaron reformular el código
gráfico y adecuarlo a sus novedades fonológicas. Por eso, cada ortografía
"nacional" escogió una determinada modalidad. En el caso de la eñe,
otros idiomas latinos optaron por representarla mediante dos caracteres: en
portugués lo hacen con nh (Espanha),
en francés e italiano, con gn (Espagne,
Spagna); en catalán, con ny
(Espanya).
¿Y de dónde salió esa extraña virgulilla -la ondita- de la Ñ? Esa
virgulilla es una "n" abreviada. "Los antiguos copistas -dice Moure- habían desarrollado una serie de signos que hacían
menos gravosa la tarea de escribir. Los escribas castellanos superponían las
enes finales como tildes horizontales sobre la letra precedente. Para escribir
"nn" con el sonido de la actual eñe (Espanna), se consolidó este uso. La primera ene se escribía en su forma habitual y la segunda arriba,
con un rasgo horizontal recto u ondulado".
Bienvenida a Internet, claro, ¿cómo va a seguir ausente esta letra del
sombrero enrulado, del firulete, que es casi un emblema de nuestro idioma?
Tanto lo es que la novelista y autora teatral Claudia Piñeiro
tematizó en una obra las omisiones reiteradas de la
eñe en su propio apellido como metáfora de la privación de la identidad.
"El problema que le aqueja a esta protagonista", dice Piñeiro, "es que la compañía eléctrica, con una suba
de tensión, le quemó la heladera. Cuando va a hacer el reclamo no se lo aceptan
porque en el DNI dice Piñeiro y en la factura Pineiro, entonces no puede demostrar ser quién es. A partir
de allí se interna en una serie de laberintos kafkianos".
http://www.clarin.com/notas/2007/11/15/01541403.html
Condensa una
lengua y una cultura
Carmen Cafarell
La eñe es la
decimoséptima letra del abecedario español. Su peculiaridad reside en que no
existe en el orden latino internacional y esa peculiaridad se entiende al
adentrarnos en su origen. Esta letra nació de la necesidad de representar
gráficamente un nuevo sonido, inexistente en latín. La eñe surgió, por lo
tanto, al tiempo que surgía el castellano medieval en su forma escrita.
La eñe fue tomada
del castellano por otros idiomas como el aymara, el
bubi, el guaraní, el quechua o el tagalo; y con ellos y con el castellano y su
expansión geográfica la eñe fue entrando en la comunicación escrita de millones
de hablantes. La última de sus conquistas se ha forjado en Internet. Su
reconocimiento internacional ha llegado a los dominios virtuales, de los que
había estado excluida sin más motivo que la inercia impuesta desde ámbitos informáticos
anglohablantes.
Con ñ escribimos
en español desde el siglo IX y hoy la ñ está presente en los dominios de
Internet, el medio de comunicación escrita del siglo XXI. La ñ preside el
logotipo del Instituto Cervantes por una razón: es una de las representaciones
gráficas más breves y poderosas, en una única letra se condensan la lengua y la
cultura hispana. La eñe simboliza el idioma en el que se comunican hoy cerca de
500 millones de personas: el español.
Ingreso al país,
prohibido
Miguel Wiñazki
Cuenta Cervantes,
en la primera página del Quijote que el caballero de la triste figura
"tenía 50 años" al comenzar sus desventuras, o sus aventuras. Si
alguien en Argentina quisiera hoy instalar ese dato cronológico como nombre de
una dirección de Internet, por ejemplo www.DonQuijote50años.com, no podría hacerlo. Debería inscribirlo como www.DonQuijote50anios.com, o lo
que es mucho gravoso por sus connotaciones en la lengua castellana: www.DonQuijote50anos.com.
El abecedario es
patrimonio de los que hablan y escriben y es asombrosa esta suerte de zona de
exclusión para la Ñ: los portentosos dominios de Internet. Esto implica un
monolingüismo, una declaración fáctica de supremacía tipográfica anglosajona
que relega al español a un segundo plano. Se preferiría, desde ese orden geolingüístico, que se denominara "espanol"
a nuestra lengua.
Mientras que en
España, (hasta muy poco 'Espana' en los dominios
virtuales), se ha liberado ya a la Ñ de su confinamiento fuera del
ciberespacio, aquí prevalecen la morosidad y la burocracia. La Ñ quedó atrapada
entre la papelería dormida, que obtura su utilización autorizada en los
dominios.
En Chile por
ejemplo, no se rinden ni se duermen y ya hay un site que se llama Ñandú.com.cl; en México tampoco y ya existe sucompañía.com.
La Ñ ausente es una Ñ presente y agigantada desde su falta. Es extraño que no
esté y por no estar se extraña su entrañable unicidad. A pesar de todo, la Ñ
resiste desde su belleza y desde esa virgulilla superior que la vuelve
entrañable y necesaria para colorear fonéticamente la cuadriculada barbarie de
la lingüística ciberespacial argentina, aún unidimensional.
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