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LAS ESCRITORAS DEL RENACIMIENTO LITERARIO
OCCITANO DEL SIGLO
XIX
Anna Mellado García
(I.E.S. Poeta Julián
Andúgar. Santomera)
Resumen: Este
estudio tiene por objeto valorar la contribución de las escritoras del sur de
Francia al renacimiento literario y cultural occitanos durante el siglo XIX. El
análisis se centra en la producción escrita de las mujeres, la aportación que
realizaron a la normalización gráfica de la lengua y su colaboración en la
promoción de la cultura occitana. Como punto de partida se describen los
acontecimientos históricos ocurridos en Francia durante el XIX y las primeras
acciones de los colectivos feministas, responsables del cambio del orden social
y jurídico establecido para la mujer. Utilizando una perspectiva que sitúa el
movimiento literario occitano en relación con su contexto sociopolítico, se
establecen las causas que influyeron directamente en la escritura femenina y
sobre todo en la publicación de sus obras. El estudio de la producción
literaria de las escritoras occitanas está conectado con períodos clave del
renacimiento de las letras en lengua de Oc. Desde los precursores del siglo
XVIII como Fabre d´Olivet, pasando por las diferentes manifestaciones
socio-lingüísticas y literarias del XIX, como los poetas obreros de Marsella o
el Felibrige, el recorrido literario concluye analizando las causas de las
posteriores escisiones de un movimiento literario que tuvo su máxima
representación en la figura de Frederi Mistral.
Palabras clave:
escritoras del siglo XIX-renacimiento occitano-Felibrige-Frederi Mistral
Abstract: This essay stresses the contribution of the
female writers in the South of France to the literary and cultural rebirth in
Occitany in the 19th Century. This analysis focuses on their written
production, their contribution to the graphic normalisation of their language,
as well as the promotion of the Occitan culture. As a starting point, the study
deals with the historical events happening in France in the 19th Century, and
the first actions of the feminist groups, who were responsible for the change
in the social and legal order that had been established for women. By using a
perspective which relates the Occitan literary movement to its socio-political
context, the author establishes the causes that directly influence the female
literature and above all the publication of their works. The study of the
literary production of the Occitan female writers is connected to the key
periods of the rebirth of the arts in the Occitan language. From the first
authors in the 18th Century, such as Fabre d´Olivet, to the different
socio-linguistic and literary manifestations in the 19th Century, as well as
the working-class poets in Marseille, or the Felibrige, the literary journey
ends up by analising the further split of a literary movement which had its
highest representation with Frederi Mistral.
Key words: Female writers in the 19th Century-occitan
renaissance-Felibrige-Frederi Mistral
Índice
1
La condición
de la mujer en el contexto sociopolítico de Francia durante la primera mitad
del siglo XIX.
2.
El contexto sociopolítico y literario en Occitania durante
la primera mitad del siglo XIX.
2.1.
El tratamiento de la diversidad lingüística en Francia.
2.2.
Los precursores de la sociolingüística occitana.
2.3.
El contexto literario provenzal hasta la segunda mitad del siglo XIX.
3.
Las troubarello
precursoras de las felibresso.
3.1.
Leonida Constans de
3.2.
Ourtènsi Rolland.
3.3.
Rèino Garde.
4.
El renacimiento literario provenzal en la segunda mitad del
siglo XIX.
4.1.
La constitución del Felibrige.
4.2.
La nueva identidad de la mujer en el Felibrige.
5.
La contribución de las mujeres al Felibrige.
5.1. La primera Felibresso del Felibrige.
5.2. Las
dinamizadoras del Felibrige. Rose-Anaïs Gras, Marie Mistral y Delphine
Roumieux.
5.3. La figura de
6.
La segunda generación del Felibrige.
6.1.
La reorganización del movimiento en Provenza y Languedoc.
6.2.
7.
El Felibrige
latino.
7.1. Bremoundo de Tarascoun.
8.
El Felibrige
rojo.
8.1.
Na Dulciorella,
9.
El Imperio del Sol.
9.1.
Lazarino de Manosco,
10.
La declaración de los felibres federalistas.
10.1. Filadelfo de Yerdo,
la memoria de Gascuña.
11.
Conclusiones finales.
12.
Bibliografía.
1.
En 1789 la revolución francesa se llevó
a cabo con la participación de miles de hombres y de mujeres. El 26 de agosto
de 1789 se proclamó
“La femme a le
droit de monter sur l´échafaud; elle doit avoir également celui de monter à la
tribune. »[1]
En
1793 Olympe de Gouges fue guillotinada acusada de ser la autora de un cartel
girondino y en el mismo año las mujeres fueron eliminadas de la vida política
por el voto de una ley que les prohibía formar parte de un club o asociación.
Esto afectará también al entorno literario, ya que se le había concedido a la
mujer aristócrata el derecho a difundir y promover el talento masculino por
medio de la animación de salones literarios. Esta fue una importante contribución
femenina de la época, junto a la producción de intensas correspondencias con reconocidos
escritores de la época. Disueltos los salones literarios, la creación
artística, la publicación y promoción parecen desde ahora reservadas en
exclusiva a los hombres. Sin embargo, según Vincent Schonberger, si bien el
flujo de los acontecimientos parece aniquilar la escritura femenina, las
mujeres siguen escribiendo, a pesar de las represalias gubernamentales y
sociales a las que se exponen:
« C'est donc une époque où
Bajo
el Imperio Napoleónico (1804-1814) y la primera Restauración (1814-1830) se
abre un periodo de estancamiento político, económico y social. El 21 de marzo
de 1804, Napoléon I promulga el Código Civil, por el que la esposa pasa a
depender de la tutela del marido, estableciéndose el principio de inferioridad
jurídica de la mujer. Esta ni siquiera puede disponer de su salario en el caso
de que trabaje. La situación de la mujer soltera y de la viuda es menos
denigrante.
Bajo
En
el mundo rural, desde
La
situación de la mujer en las ciudades no es tampoco mejor. A principios del XIX
se inició un proceso de desarrollo industrial en el sector del textil y del
carbón. Para ello, se tuvo que emplear mano de obra femenina, ya que la
masculina había quedado esquilmada por tantas guerras y revoluciones. También
en esta ocasión se diferenciaron los sexos por las desigualdades de salarios.
Se podría decir que a partir de aquí se inicia la corriente de reivindicaciones
femeninas colectivas denominada feminismo, así como una concienciación común de
hombres y mujeres sobre la precariedad laboral obrera. En 1831 tuvo lugar la
revuelta de los Canuts, es decir, de los tejedores y de las tejedoras de seda
de Lyon, que se rebelaban contra el salario mínimo y las terribles condiciones
laborales. Tras una huelga general y revueltas de los obreros y obreras en
todos los barrios de Lyon, el general Roguet, que gobernaba la ciudad, abandonó
la misma a su suerte, y Louis-Philippe de Orleáns, que acababa de suceder a
Charles X, reprimió salvajemente la revuelta.
Sin
embargo, bajo
La
revolución de 1848, por la que Louis-Philippe abandona la regencia, hizo nacer
grandes esperanzas en el medio feminista y también en el mundo obrero. Comienza
la corriente del movimiento feminista organizado, que reclama libertades
políticas y civiles como el derecho al voto de la mujer. Según un artículo
publicado por
Louis-Napoléon
Bonaparte, elegido presidente de
En
1851, Pierre Leroux propuso un proyecto de ley sobre el derecho de voto de las
mujeres, demandando para ellas el derecho a participar en las elecciones
municipales. La propuesta fue violentamente rechazada.
En
el ámbito de la instrucción, sin embargo, se consiguieron algunas mejoras promovidas
por el sector protestante, principal soporte republicano. En marzo de 1850, se
había aprobado la ley Falloux, para que toda comuna de más de 800 personas
fuera obligada a abrir una escuela primaria para niñas. Y es que la enseñanza
pública de las niñas hasta entonces era extraordinariamente precaria, tanto
para las alumnas como para sus maestras, también tratadas en inferioridad de
condiciones con respecto a sus colegas masculinos. Albert Thomas[5] , resume en pocas líneas esta situación:
“Des milliers de
communes sans écoles de filles…5.000 institutrices recevant moins de 400 francs
par an ; il y en avait dont le traitement était de 65 francs; pas une
n´avait droit à la retraite.”
El
advenimiento del Segundo Imperio, en 1852, tras el golpe de estado de Louis
Napoleón Bonaparte no ayudó a mejorar la situación. Para empezar, este desleal
y conspirador monarca que reinstauró el Imperio bajo el nombre de Napoleón III
ordenó la censura de la prensa. Ningún debate parlamentario pudo hacerse
público, y las reivindicaciones sociales o feministas fueron paralizadas por un
tiempo. Pero las causas sociales emprendidas siguieron su curso a pesar de
todos los obstáculos. Bajo el Segundo Imperio se pudieron conseguir mejoras sociales
como la creación de cajas de ahorros y mutualidades, reglamentaciones laborales
o la continuidad del desarrollo de la instrucción primaria y técnica.
Según Jules Tixerand en su artículo Le mouvement féministe sous le Second Empire[6],
la ley del 10 de abril de 1867, promovida por Duruy vino a mejorar las
condiciones laborales de las maestras, estableciendo además la obligatoriedad
de la apertura de la escuela pública primaria para niñas, en núcleos de
población de
En
este agitado contexto sociopolítico de la primera mitad del siglo XIX, el
acceso a la escritura por parte de la mujer ya no puede ser evitado, pero sigue
siendo objeto de muchos enfrentamientos y controversias. Surgen escritoras en
toda Francia y de diversas clases sociales: la obrera Élise Mercoeur, las
burguesas Marceline Desbordes-Valmort y
Louise Colet, y las aristócratas Delphine de Girardin (vicomte Charles de Launey)
o Marie d´Agoult (Daniel Stern), que se esconden bajo un pseudónimo masculino
para no ser vilipendiadas. Se intenta canalizar la escritura femenina hacia
formas de expresión mantenidas en la intimidad, como la correspondencia
familiar. En la esfera pública, se le permiten obras de tipo didáctico o
moralistas, que se ajusten al encorsetamiento de los valores femeninos sujetos
a la dependencia masculina.
Según Michelle Perrot[8],
en su artículo Pouvoir des hommes,
puissance des femmes? L´exemple du XIXe siècle, es difícil que la
mujer publique libremente, y cuando lo hace, debe enfrentarse al rechazo
social:
“La femme
auteur”, ce “bas bleu” honni s´attire tous les sarcasmes. Une femme qui écrit
et surtout qui publie est une femme dénaturée qui préfère s´abriter sous un pseudonyme
masculin. Son succès fait scandale: on le ravale. Voyez George Sand et ses «romans
rustiques », relégués au rayon de
De
hecho, habrá que esperar al final del siglo XX para que la obra literaria de George
Sand, mujer progresista y escritora de talento, sea estudiada bajo una nueva
óptica carente de discriminación sexista y para que su personalidad literaria y
humana sea rehabilitada.
2. EL CONTEXTO SOCIOPOLÍTICO
Y LITERARIO EN OCCITANIA DURANTE
2.1. El tratamiento de la diversidad
lingüística en Francia.
En este período de agitaciones
sociopolíticas tan violentas, el recurso al dialecto
para movilizar las masas, ausente desde hacía tantas generaciones, reaparece
entre 1788 y 1792. En 1791, por ejemplo, se realiza una traducción de
“Il en va de même
de l´idiome signal du parler naturel des femmes, dont l´intrusion (la politique
est l´affaire des hommes, elle se dit en français) peut accompagner, voire
exalter, l´action de leurs compagnons. Ainsi de ce surprenant texte en parler
de Grenoble, qu´un curé patriote fait insérer dans le journal jacobin de la
ville ; la marge linguistique du dialecte, signe de la marge sociopolitique
des femmes, le temps d´un cri galvanise les énergies: la patrie est en danger,
il faut que les hommes combattent et la sauvent !”[9]
De
manera paralela a la política de aniquilación de las lenguas de Francia, se
realizan estudios de investigación lexicográfica, sobre todo centrados en la
elaboración de diccionarios bilingües que tratan de relacionar la lengua
francesa con los idiomas natales. En concreto en Provenza, se establecen dos
tentativas simétricas. Por una parte, el estudioso Achard, aplica al provenzal
las normas del francés, respetando su estructura gramatical y su etimología,
apoyándose en el habla de los gavots,
o locutores alpinos provenzales. Achard publica entre 1787 y 1789 su Dictionnaire de
2.2. Los precursores de la
sociolingüística occitana
Durante el último cuarto del siglo
XVIII, en los círculos de investigación se manifiesta un interés creciente por
el estudio de
“Il n´écrit point
des poésies patoises mais des poésies occitaniques, et déclare en note que «occitanique»
est un mot nouveau adopté pour exprimer à la fois le provençal et le
languedocien, et généralement tous les dialectes dérivés de l´ancienne langue
d´oc . Il a le sens de la communauté occitane et définira avant Mistral,
le domaine de la langue d´oc «des Alpes aux Pyrénées», dans «ce qu´on
appelait autrefois Occitanie»”[10]
Poco
antes de morir, Fabre d´Olivet concluyó un manuscrito conservado en la biblioteca
de la ciudad de Hyères, La langue d´oc
rétablie dans ses principes constitutifs
théoriques et pratiques, vasto compendio gramatical y léxico, prefacio de una selección de poesías occitanas antiguas y
modernas.
Los
estudios de François Raynouard completan la labor de Fabre d´Olivet, en tanto
en cuanto propone en 1818 unas normas gráficas rigurosas para el provenzal:
anotación de los signos gramaticales no pronunciados en Provenza, conservando
las marcas etimológicas, la –s como
marca del plural, la –r de los infinitivos, o la –t de los participios
pasados. Por otra parte, es importante citar la publicación entre 1816 y 1821
de su Choix de poésies originales des
troubadours, ya que su exhaustivo y riguroso estudio acerca de la
producción poética trovadoresca conservada en los manuscritos medievales
conocerá un éxito sin igual entre los románticos franceses como Charles Nodier
o Stendhal.
Citemos
también la aportación de Mary-Lafon en 1841 con su Histoire politique, religieuse et littéraire du Midi de
La
contribución de Honnorat es muy importante, ya que retoma de Achard sus
principios lexicográficos, gramaticales y ortográficos. Reconstituye una
normativa gráfica clásica actualizada, por medio de la rigurosa notación etimológica
de marcas gramaticales, por las que se asegura la comprensión entre las variantes
dialectales del vasto territorio lingüístico de Oc. Su sistema gráfico será
oficialmente adoptado en 1853 por el Roumavagi
dei Troubaires, Congreso poético que pretende agrupar poetas meridionales
diseminados por todo el sur de Francia, básicamente languedocianos y
provenzales.
2.3. El contexto literario provenzal hasta la segunda mitad
del siglo XIX
Según René Merle[11],
ante las esperanzas frustradas de la república democrática, la bòna, la sociala, como la llamaba el pueblo, se inicia en 1849 un proceso de
radicalización. Confluyen los movimientos republicanos y las primeras manifestaciones
autónomas de sectores populares, por las que algunos periodistas proponen un
debate sobre la necesidad de una intervención política que respete la
diversidad socio-cultural del pueblo meridional. De manera que se relanza en
Provenza un ciclo de lucha por medio de una escritura política muy activa en
Marsella, en la región del Var y en la de Vaucluse. El objetivo es el de seguir
formando a las masas en el republicanismo social, por lo que se retoma la
lengua del pueblo, el provenzal, para la escritura de una prosa política
argumentativa, difundida en numerosos periódicos y revistas.
En
el reflujo político que sigue al golpe de estado de 1851, se abre un nuevo
ciclo de escritura, apareado a un renacimiento de la lengua occitana,
principalmente en Provenza, extendiéndose rápidamente a las demás regiones del
sur de Francia. Este renacimiento literario se inicia fomentado por dos
corrientes divergentes, la una funcional y psicológica, que pretendía comunicar
con el pueblo y rehabilitar su dignidad humana elevando su lengua, y la otra
estética, que pretendía reanudar con una brillante literatura trovadoresca.
Ambas corrientes coinciden en la estimulación de un sentimiento de pertenencia
e identidad territorial distinta a la del norte de Francia, en un siglo en el
que el devenir político de la nación francesa está continuamente amenazado por guerras, golpes de estado, insurrecciones y rebeliones.
En
consonancia con el flujo de las dos tendencias antes mencionadas, los poetas
obreros se agrupan en el Athénée ouvrier
de Marseille, en el que escritores y compositores, obreros y artesanos, animan
al pueblo con obras poéticas o musicales. Si bien en 1846 la lengua utilizada
en las publicaciones de este ateneo es el francés, poco a poco se van
incluyendo producciones en provenzal, pasando a una publicación bilingüe, que
finalmente será únicamente provenzal. La restauración de la dignidad del obrero
y de la obrera, tenía que pasar también por la restauración de la dignidad de
su lengua. Este movimiento tiene numerosos representantes en Marsella, desde
Pierre Bellot, poeta aclamado entre 1830 y 1850, hasta Benedit, que inmortalizó
con su famoso Chichois el tipo del
pícaro nervi marsellés. Sin embargo, para
estos autores, el objetivo no es político ni de rehabilitación social sino más
bien de divertimento popular.
El
representante máximo del realismo poético en Marsella es Victor Gelu, que
triunfó de
En
otra zona del sur de Francia, Aquitania, es interesante detenerse en la figura de Jacques Boé, un peluquero de Agen,
que escribió bajo el pseudónimo de Jasmin. Entre 1825 y 1835 publicó sus
poesías Las Papillotas, y fue
premiado por
De
forma paralela al Athénée ouvrier de
Marseille, el Athénée de Provence
también se abre a la poesía en Oc, pero ya no es «obrera». Para este sector,
cuyos participantes provienen de clases acomodadas, la rehabilitación de la
lengua debe obviar un presente inestable y oscuro y volver su mirada a otra
época caracterizada por una brillante producción poética y más afín a su
ideario monárquico. Los precursores renacentistas referentes del Athénée de Provence corresponden a los
anteriores estudios lexicográficos, gramaticales e históricos de escritores ya
citados: Achard, Féraud, Fabre d´Olivet, Raynouard, Mary-Lafon, Honnorat.
En
1850, Joseph Roumanille, funda un periódico conservador en Aviñón,
3.
LAS TROUBARELLO[12] PRECURSORAS DE LAS FELIBRESSO.
3.1. Leonida
Constans de
En 1852, el
infatigable escritor y provenzalista Jean-Baptiste Gaut, apoyado por Josèp
Roumanille, reagrupa autores y autoras occitanas en el Roumavagi dei Troubaires[13]
o Congreso de Trovadores que tuvo lugar el 29 de agosto en Arles. Frederi
Mistral tenía veintidós años y participó con
su poesía I Troubaire, cuya segunda estrofa iba dirigida a Leonida Constans, una
poetisa que también declamó sus versos en aquel evento literario.
Leonida
Constans, conocida también como de
La
temática principal de los poemas de Leonida Constans es el ensalzamiento de una
Provenza anclada en el pasado, revitalizada con todo tipo de simbología
regionalista. Leonida Constans condena el progreso que pone en peligro los
valores tradicionales sólidamente asentados en la sociedad provenzal. Por otra
parte, la poetisa manifiesta su preocupación por dignificar la lengua provenzal
tratando de revalorizarla por medio de la expresión poética. Glaudi Barsotti[17]
apunta además, que en sus poemas, Leonida Cosntans transmite ya un sentimiento
de unidad occitana estableciendo una delimitación territorial del ámbito
lingüístico occitano. Joseph Roumanille la invitará a participar en la obra
colectiva de autores provenzales que publicaría en 1851 en Aviñón, bajo el
título de Li Prouvençalo. Leonida
entregó para la publicación un poema fechado el 29 de septiembre del mismo año
en Toulon, L´adiou dóu cassaire a la
bastido[18].
En 1852, Leonida publicó en Toulon unos versos en el dialecto de Brignoles
seguidos de otros en francés sobre la ciudad de Vienne, bajo el título A soun Altesso Imperialo Mounseignour lou
Prince Louis Napoléon Bonaparte. Existe otra obra suya en provenzal, dedicada
a François d´Orléans, legítimo sucesor del trono según la línea monárquica francesa
exiliada desde
El
respeto que el joven Mistral le profesa a la poetisa le lleva pues, a dedicarle
una estrofa de versos durante el primer Congreso de Trovadores de 1852. Tras su
celebración, J. B. Gaut se propuso recopilar todas las poesías del Roumavagi para realizar una publicación
colectiva. Mistral le dirige una carta el 24 de febrero de 1854, desde
Mailllane, comunicándole su preocupación por la supresión de la estrofa que le había dedicada
la troubarello Leonida Cosntans:
“Il y avait une
strophe consacrée à Léonide Constant: j´avais envoyé mes vers à cette
Troubarello qui m´en avait remercié. Que va-t-elle dire de moi quand elle ne
verra plus dans mes vers livrés à la publicité ceux que je lui avais
dédiés ? «Ce Monsieur a rougi de mon nom!». Voilà ce qu´à coup sûr
s´imaginera Léonide.”[19]
El
21 de agosto de 1853, tuvo lugar el segundo Roumavagi
dei Troubaires en Aix-en-Provence, siempre a cargo del ferviente Gaut. Este
mejoró la organización del segundo Congreso con respecto al primero. Fruto de
la difusión del primer Roumavagi, la
participación de poetas meridionales en el segundo aumentó considerablemente. En
Memòri e raconte[20],
Mistral recuerda parte de los asistentes y finaliza la enumeración con las tres
participantes femeninas:
“Outro aquéli qu´ai di coume figurant
en Arle, veici li noum nouveu que pounchejèron au Coungrès d´Ais: Alègre,
l´abat Aubert, Autheman, Bellot, Brunet, Chalvet, l´abat Eméry, Laidet, Mathiéu
Lacroix, l´abat Lambert, Lejourdan, Peyrottes, Ricard-Bérard, Tavan,
Vidal,etc.., emé tres troubarello, midamisello Rèino Garde, Leounido Constans e
Ourtènsi Rolland.”[21]
Tras
este segundo Congreso de poetas y poetisas provenzales, en diciembre de 1853 Leonida
Constans es solicitada por J. B. Gaut para colaborar en su periódico de
literatura y poesía provenzal Le Gay
saber, cuyo último número fue publicado en 1855. Según Glaudi Barsotti,
esta troubarello seguirá escribiendo,
ya que se conservan noticias de su colaboración con versos en provenzal y en
francés en 1862 en el Almanach Historique
Littéraire et Biologique de Provence y en el Le Propagateur du Var, de Draguignan.
3.2.
Ourtènsi Rolland.
La abundante correspondencia de Gaut,
reunida por Marie-Thérèse y René Jouveau, es una fuente de información
interesante para conocer varios detalles de la participación de las Troubarello
en el Congreso de Arles en 1853. En esta ocasión, nos referiremos a una carta
enviada por Roumanille a Gaut en agosto del mismo año, citando a Ourtènsi Rolland:
“L´autre jour,
Mademoiselle Hortense Rolland me fit le plaisir et l´honneur de me communiquer
sur place la pièce qu´elle est dans l´intention de lire. Je lui répondis,
courrier par courrier, et lui suggérai la bonne pensée d´aller vous trouver […]
Avez-vous vu
Queda
claro que la participación de esta troubarello es admitida por la nota picante
y de color que supondría en este entrono esencialmente masculino. Roumanille no
muestra interés en valorar la producción poética en provenzal de una persona
que ya ha publicado en lengua francesa, pero si en incluirla para estimular el
entorno masculino. Se le permite participar en una puesta en escena inspirada
de la tradición trovadoresca medieval en su vertiente más legendaria y a contribuir
a la promoción del evento haciendo revivir el recuerdo de Stéphanette de Gantelme.[23]
“On
en écrirait” precisa
Roumanille. Y
es de lo que se trata, de dar el mayor alcance publicitario posible a este agrupamiento
de poetas meridionales.
Días
más tarde, Gaut recibe otra carta, esta vez de Frederi Mistral, fechada el 7 de
agosto, quien le informa de la recepción de un volumen de poesías (los Essais poétiques) y de “un petit roman intitulé Marguerite Lambert”[24].
Le solicita la dirección de Melle Rolland a Gaut, quien le contesta un día
después:
“Adounc, arribi a la bravo pichouno
Hortenso que vous a fach tastar seis poulits pecats mignouns. Aquelo jouino Muso d´à-z-Ais, que mette tant ben la man à la pasto
pouetiquo, es filho d´un boulangier de la carriero Vanloo, à
En
efecto, esta autora de origen humilde que habitaba en la periferia de
Aix-en-Provence, ya había publicado en 1853 antes del Roumavagi sus Essais poétiques en Paris (ed.Garnier). También
será publicada por la casa editorial Garnier aunque veinte años después en
1873, la novela que recibió Mistral,
Marguerite Lambert.
El
29 de agosto de 1853 tuvo lugar el Roumavagi deis Troubaires y algo
desagradable le ocurrió a Mademoiselle Hortense Rolland durante el evento.
Mistral, en otra carta enviada a Gaut desde Maillane el 2 de septiembre de 1853[26],
agradece al organizador del Roumavagi de
Arles la defensa de Melle Rolland, que aparentemente había sido insultada:
“Mais ce qui m´a
le plus vivement touché, cher ami, c´est cette sortie vigoureuse contre les insulteurs
de Melle Rolland […] Encore une fois bravo! Car vous êtes à mes yeux le vrai
Troubadour, le troubadour chevalier, chantant le beau et vengeant l´honneur des
dames”
No
sabemos si este incidente o la dificultad de publicar en provenzal, o ambos hechos,
llevaron a Hortense Rolland a partir de entonces a publicar solo en lengua
francesa. En el mismo año, según Henriette Spanjaard, esta poetisa se dedicó al
periodismo en la capital francesa y siguió escribiendo. En 1855, publica Mariette ou l´oiseau prend l´oiseleur, un
vaudeville, comedia popular ligera muy en boga en los teatros parisinos. En
1881, siempre en Paris, Hortense Rolland publica su última obra en lengua
francesa Moines et comédiennes, étude de
moeurs comtemporaines. Sorprende la diversidad de géneros literarios abordados
por esta autora, declarada troubarello en
1853. Hubo que esperar a 1882, para que Ourtènsi Rollando publicara su primera
y única obra en provenzal, Reinié de Lar,
lou viscomte de Bezié, en la imprenta Pust fiou de Aix-en-Provence. Su
contribución al renacimiento literario provenzal es altruista. La edición lleva
la anotación siguiente:
“S´atrovo pas dins lou coumerço: se douno”[27]
3.3.
Rèino Garde.
Algo similar ocurrió con otra de las supuestas
participantes femeninas del Roumavagi de
1853, Reino Garde, que publicó varias obras en francés, y solo incluyó sus
versos en provenzal en una última obra de poesía francesa en 1864.
La
historia de Reine Garde es muy interesante, porque va unida al nombre de
Lamartine y porque es el ejemplo de una humilde persona luchadora y
autodidacta. Nacida en Nîmes alrededor de 1810, fue abandonada por sus padres.
Siendo muy joven aún, entró a servir a una importante familia de Aix, los de
Saporta. Logró instruirse escuchando las clases que recibían las hijas de la
familia de Saporta y leyendo aquellos libros que éstas le iban dejando. Así fue
como cayó en sus manos Jocelyn de
Lamartine, cuya lectura la conmovió
tanto, que se puso a escribir versos en francés. Tras la muerte de Madame de Saporta,
logró establecerse en Aix como costurera y ganarse la vida sin tener que
depender de nadie. Nunca se casó, ni tuvo hijos. Su escaso tiempo de ocio
estaba dedicado a la lectura y a la escritura. En 1846, supo que Lamartine
pasaría unos días en Marsella y armándose de valor fue a visitarle para
presentarle sus versos.[28]
En esta entrevista el nombre de Reine Garde pasaría a la posteridad, ya que el
propio Lamartine la describió detalladamente en el prefacio de unas treinta
páginas de su novela Geneviève, histoire
d´une servante[29],
donde además consta la dedicatoria “À
mademoiselle Reine Garde, couturière, autrefois servante à Aix-en-Provence”.
Lamartine leyó los versos que la poetisa le había llevado, Vers à mon chardonneret, que incluso incluyó en el prefacio de su
libro y así calificó la pluma de Reine Garde:
“Cela n´était ni
déchirant, ni métallique, comme les vers de Reboul ; ni épique, ni
étincelant tour-à-tour de paillettes et de larmes comme Jasmin; ni mignardé
comme les strophes de quelques jeunes filles, prodiges gâtés en germe par
l´imitation […] C´était elle: c´était l´air monotone et plaintif qu´une pauvre
ouvrière se chante à demi-voix à elle-même en travaillant des doigts auprès de
sa fenêtre pour s´encourager à l´aiguille et au fil […]. C´était la poésie à
l´état de premier instinct, la poésie populaire telle qu´elle est partout où
elle commence dans le peuple, même quand on ne lui prête pas encore la voix de
l´art. Une monotonie triste, une romance à trois notes, sept ou huit images
pour exprimer l´infini.”[30]
Con
estas palabras, Lamartine sitúa a la poetisa dentro del movimiento de poetas
obreros meridionales como Jean Reboul,
el poeta panadero de Nîmes o el celebrado Jasmin, poeta peluquero de Agen. El
resto del prefacio es una larga digresión de Lamartine a veces monologada, a
veces dialogada con Reine Garde, sobre la necesidad de instrucción del pueblo.
El gran poeta romántico realiza un repaso de los géneros que las clases
populares tienen a su alcance, de las lecturas que habría que facilitarles y de
la propuesta de enseñarles una cultura general por medio de obras
enciclopédicas.
Esta
entrevista le valió a la poetisa en 1847 la publicación de sus Essais poétiques en la imprenta Noyer de
Aix-en-Provence y el prefacio de Lamartine en la reedición de sus versos en
1851, esta vez en Paris, en la casa editorial de los hermanos Garnier[31].
De
manera que cuando se convocó el primer Roumavagi
dei Troubaires en Arles, en 1852,
Reine Garde era una celebridad local, a pesar de que seguía llevando una humilde
vida de obrera. No habiendo perdido el gusto por su lengua natal, empezó a
escribir versos en provenzal. Henriette-Louise Spanjaard[32]
ha publicado una carta de Reine Garde a Pierre Bellot, el celebrado poeta
marsellés, fechada el 18 de agosto de 1852. En ella, la poetisa le solicita una
revisión de la grafía de sus versos en provenzal, ya que Reine solo había
aprendido a escribir en francés. Parece ser que la ortografía de la poetisa refleja
la variante dialectal de Aix-en-Provence y que es muy vacilante, por lo que
Pierre Bellot le sugiere que no desperdicie su talento escribiendo en su lengua
materna y le aconseja hacerlo en francés. Esto fue lo que hizo Reine Garde y
posiblemente por lo que no participó en el Roumavagi
de 1853. El Congreso además, reunía la élite acomodada de toda la ciudad,
representada por el público asistente y por la mayor parte de los poetas
participantes. Reine Garde, humilde obrera, debió sentirse desplazada y poco
segura de la calidad de su expresión poética en provenzal. Renunció a
participar y envió una carta disculpando su presencia. Según René Merle, C. Bousquet
escribió un artículo en
“Ainsi que nous
l´avions annoncé, le deuxième congrès des poètes provençaux a été tenu à Aix, dimanche 21 août, sous la présidence de
M. le docteur d´Astros père, qui a prononcé en langue provençale un discours
d´ouverture plein d´esprit et d´à propos. Un public nombreux et choisi, composé
en grande partie de dames élégantes, se pressait dans la grande salle de
l´Hôtel de Ville, qui avait été mise à la disposition des troubadours, et
décorée avec goût.[…] Le beau sexe était représenté à ce tournoi littéraire par
Melle. Hortense Rolland. Melle. Reine Garde s´était excusée par une lettre lue
en séance.”[33]
Es una lástima que Bellot desviara a Reine
Garde de la expresión poética en provenzal. También es una lástima que ésta le
hiciera caso a Bellot, ya que según André Berry en La renaissance post-révolutionnaire et le regroupement provençal[34],
el poeta marsellés no era un gran dominador de la lengua provenzal ni de su
grafía:
“Hormis un petit
nombre de pages purement marseillaises, sa poésie desservie par la langue et
l´orthographe est d´une médiocrité déconcertante.”
Durante los años siguientes, Reine Garde también se
dedicará a otro género, la novela, y publicará dos en francés: Marie-Rose, histoire de deux jeunes
orphelines en 1855 y Hélène ou l´Ange du dévouement en 1869.
En
1861, la casa editorial E. Guiraud publica en Paris sus Nouvelles Poésies. Charles Nisard[35]
escribió el prefacio y una noticia bibliográfica para esta obra. Por fin en
1864, en la misma editorial, se hace una reedición des Nouvelles poésies, pero esta vez se incluyen sus versos
provenzales. Rèino Garde, al igual que Ourtènsi Rolland, ni olvidó ni renunció
a su lengua materna. Después de una producción bibliográfica consolidada en
lengua francesa, ambas escritoras rindieron con la publicación de su última
obra en provenzal un homenaje a su lengua natural.
Estas
troubarello, de distintos orígenes
sociales y recorridos literarios, tuvieron en común el gusto por la creación
literaria y el haberlo intentado en su lengua materna. Lamentablemente, la dificultad
de publicar en una lengua relegada en la época a patois o francés deformado, hizo desistir a dos de ellas. El caso
de Leonida Constans es distinto, porque desde el principio pudo publicar en
provenzal, aunque siempre en edición bilingüe. Esto es debido a que esta troubarello provenía de una clase más
acomodada y era recibida en círculos literarios burgueses que propiciaron la
publicación de sus versos.
Estas
tres autoras meridionales representan las primeras escritoras que participaron
en el renacimiento de la lengua provenzal y por ello deben ser reconocidas como
las precursoras del Felibrige.
4. EL RENACIMIENTO LITERARIO PROVENZAL EN
4.1. La constitución del Felibrige.
Como hemos visto hasta ahora, en el sur
de Francia se agrupan cada vez con más fuerza escritores y escritoras en lengua
de Oc, ya sea por medio de congresos literarios, contribuciones en periódicos y
revistas literarias o de publicaciones colectivas. Frente a la expansión de la
lengua francesa, cada vez más rápida, propiciada por la instrucción y la
administración públicas, se reivindica un sentimiento de comunidad occitana y
de revalorización de la lengua occitana. El complejo de inferioridad del
locutor occitano, al menos entre las clases sociales más acomodadas, disminuye
y da paso a un sentimiento de orgullo y de distinción del locutor de lengua
francesa.
Tras
el Roumavagi de Aix en 1853, Gaut
propuso organizar otro al año siguiente, pero nunca se llegó a celebrar. Y a
partir de aquí se inicia un conflicto en Occitania que dura hasta nuestros
días. Este conflicto fue iniciado por el portavoz del acérrimo clero católico
de Aviñón, Joseph Roumanille, que no comulgaba con las ideas políticas del
democrático Jean-Baptiste Gaut. Roumanille era un monárquico legitimista y
centralista, mucho más afrancesado de
lo que podía parecer cuando inició su actividad por la restitución de la lengua
provenzal. En el Roumavagi de Arles
de 1853, todos los poetas meridionales que habían participado adoptaron unánimemente
el acuerdo de emplear la grafía etimológica propuesta por Honnorat y se
comprometieron a seguir utilizándola en lo sucesivo.
Roumanille,
en un reduccionismo localista poco preocupado por el devenir de Oc, se negó a
aceptar el acuerdo y eligió la grafía fonética francesa heredada de la
propuesta de Féraud. Prosiguió en solitario su actividad provenzalista,
logrando convencer finalmente a unos cuantos jóvenes poetas participantes de
aquel Roumavagi de que eran los
elegidos para renovar la lengua provenzal, a la manera del magnífico compromiso
poético que habían desarrollado los poetas de
De
manera que Roumanille embarcó a Frederi Mistral, Teodor Aubanel, Jean Brunet,
Anselme Mathieu, Alphonse Tavan y Paul Giéra en su ambición por la
revalorización de la lengua materna de todos ellos y del pueblo provenzal. Charles
Camproux en De Mistral à nos jours, ofrece
un esquemático pero completo programa de la razón de ser de esta nueva
formación literaria:
“La fondation du
Félibrige était bien l´aboutissement de ce foisonnement de vie qui anima les
Lettres d´oc de 1789 à 1850. Mais, dès le jour de sa création, il affirma des ambitions
plus nettes: restaurer l´orthographe, la grammaire, faire de la langue un outil
neuf; grâce à cette rénovation, écrire des chefs-d´œuvre; par là, redonner au
peuple d´oc sa conscience de peuple; obtenir l´enseignement de la langue d´oc
afin d´arriver à un relèvement complet du peuple provençal.”[37]
La
creación del Felibrige fue el detonante de un renacimiento literario occitano
cuya repercusión fue internacional, pero cuyo reduccionismo local y cuya
intransigencia provocaron múltiples disensiones que aún perduran en la
actualidad. No queriendo ser asociados a poetas del floreciente movimiento
literario urbano u obrero de Marsella, establecieron una especie de simbólica
capital en Aviñón, de un feudo que no comprende más que Arles y el Comtat
Vénaissin. Se declararon los poetas de la ruralidad, de un pueblo por el que y
para el que versificaron, aunque éste nunca se dio por aludido porque en
realidad nunca contaron con él. A pesar de que uno de los objetivos
prioritarios del grupo de poetas era elevar la clase popular por medio de la
revalorización de su lengua, ésta acabó siendo únicamente un ente de ficción
literaria representado por una galería de personajes poco realista, pero que
serviría para propagar un mensaje de sumisión y obediencia al poder establecido.
Los
poetas del Felibrige configuraron para la nueva escuela literaria un sistema de
organización jerarquizado y a causa de una visión idealizada heredada del
Romanticismo, difundieron sus actividades literarias en un marco de símbolos y
rituales que según Robert Lafont basculan entre la francmasonería, los ritos
iniciáticos orientales difundidos por los Templarios y un misticismo redentor
de doctrina católica. Las reuniones del Felibrige y sus eventos literarios son
bien conocidos por el eco de la prensa de entonces y porque aún se celebran en
la actualidad las famosas reuniones anuales en mayo de
En
1855, un año después de la constitución del Felibrige, Roumanille crea el
órgano difusor del movimiento, el Armana
Prouvençau, que publica los textos recibidos siempre y cuando estén
escritos con la grafía heredada de Féraud, llamada a partir de entonces grafía felibrenca.
Posteriormente, debido a la gloria acuñada por Mistral, ésta también se denominaría
grafía mistraliana. En 1859, la casa editorial Seguin de Aviñón publicó Mirèio y a falta de entorno social que
apoyara y difundiera el Felibrige, el espaldarazo a esta excelente obra escrita
en provenzal se consiguió curiosamente en Paris. Fue debido a la intercesión de
Jean Reboul desde Nîmes y a la del provenzal
Alphonse Daudet desde la capital francesa, confluyendo ambos en el
entorno de Lamartine, garante del éxito de esta obra en Paris y por ende en
toda Francia.
“-Iéu,
diguè Aubanèu, dedique lou nom de felibresso
i dono que cantaran en lengo de Prouvènço.”[38]
De
los siete de Font-Ségugne, no podía ser otro más que Teodor Aubanèu (Théodore
Aubanel) el que eligiera el adjetivo de felibresso
para aquella dama que deseara expresarse líricamente en provenzal. De la
primera agrupación de felibres fue el único en alzar un canto de admiración
auténtica por la mujer, emanando de sus textos un lirismo caracterizado por la
sensibilidad y la sinceridad. Frederi Mistral y Aubanèu, representan el
auténtico talento literario del grupo de poetas que estableció en 1854 las
bases del Felibrige en Font-Ségugne, propiedad territorial de Paul Giéra. En
1860, Aubanèu publicó La miougrano
entre-duberto. Al sensible Aubanel, desde el propio entorno felibre de
estrecha moral, capitaneado por Roumanille y por la católica sociedad burguesa
de Aviñón, le hicieron la vida imposible. Este republicano creyente que se
debatía entre su moral católica y la expresión de una sensualidad pagana, trató
siempre de pacificar las posteriores querellas del Felibrige con el resto de grupos
poéticos. Finalmente tuvo que abandonar este sectario círculo del Felibrige,
incomprendido y menospreciado. Afortunadamente encontró calor y reconocimiento
entre otros autores y autoras como veremos más adelante, fuera de las inquinas
y envidias de la hipócrita y cruel sociedad aviñonesa de la época. En La miougrano entre-duberto, Teodor canta
desoladamente a su amor perdido, una joven amiga de las piadosas hijas de Paul
Giéra, que ingresa en un convento. Esta obra portadora de un sentimiento
trágico expresado con hondura, tuvo mucho éxito entre las lectoras provenzales.
4.2. La nueva identidad de la mujer en el Felibrige
La revitalización de las legendarias
Cortes de amor de la tradición trovadoresca fue un aporte fundamental para el
entorno femenino meridional del siglo XIX, ya que permitió la participación de
la mujer en la producción poética en lengua de Oc. En la segunda mitad del
siglo XIX, a la mujer del sur de Francia se le asigna una función en la
contribución al renacimiento occitano: rememorar el bello sexo femenino que
tomaba parte activa en en los intercambios dialéctico-líricos de las
tradicionales Cortes de Amor medievales. Por lo que desde el Athénée de Provence y sobre todo a
partir de 1854 con la formación del Felibrige, se animó tibiamente la
publicación de escritos femeninos, con la única finalidad estética de
reproducir con la mayor verosimilitud posible este ritual cortesano medieval.
Eso si, eliminando la nota de sensualidad predominante del discurso de la trobairitz o poetisa medieval para
conducirlo a una expresión que se ajustara a la identidad social burguesa de la
mujer en la segunda mitad del siglo XIX. Los primeros hombres del Felibrige diseñan
una nueva identidad femenina que difunden por medio de sus personajes
literarios. El modelo es esencialmente burgués y católico, la dama es dulce y
sumisa y se idealiza su belleza con tópicos más relacionados con la tradición
mariana que con los de la cortesana, sentidos como transgresores. De manera que
la visión poética de la mujer se limitaría a la percepción de una realidad cuya
existencia transcurre entre la reflexión y la contemplación de una vida de
interior, la asistencia a actos sociales siempre como acompañante de un varón
de la familia (esposo-padre-hermano…) y vigilada por la estricta moral católica
difundida en los hogares burgueses. El confinamiento forzoso en el hogar y la
negación de sus derechos civiles y sociales, justificados por una moral
católica discriminadora, no serán desde luego temas reivindicativos en las producciones
poéticas de las primeras poetisas del Felibrige.
En
cuanto a la mujer trabajadora no tiene ni tiempo ni instrucción para componer y
en caso de hacerlo, no será en el entorno del Felibrige provenzal donde
encontrará apoyo, sino más bien en entornos republicanos y socialistas, que
cada vez pugnan más por ayudar a la mujer a conseguir la liberación de las
ataduras que le imponen su inferioridad jurídica, social y familiar.
A
partir de 1878, la figura femenina será refinada para consagrar a la mujer durante
la celebración de las reuniones septenarias del Felibrige. Se crea otra representación
femenina desde del ámbito de la escuela provenzal: la reina del Felibrige. Los
hombres del Consistòri eligen una joven
y exquisita reina del entorno familiar o social de los felibres por siete años,
en actos que reproducen una puesta en escena barroca, elitista y clasista. La
figura de la reina del Felibrige es un remanente del ideario monárquico de
ciertos sectores burgueses de la
sociedad de la mitad de la segunda mitad del siglo XIX.
Para
conferir un colorido provenzal localista, a la mujer del Felibrige se la atilda
con un traje folklórico, el vestido y la cofia de Arles, tradición que aún
tiene su continuidad en las actuales festividades de esta ciudad. La expresión
poética de las Felibresso promocionadas
por Mistral y sus colaboradores reflejará como un espejo la nueva identidad de
mujer provenzal creada para el elenco femenino burgués.
Más
adelante, como fruto de la intensa actividad regionalista que Mistral llevó a
cabo con el fin de difundir el conservadurismo tradicional, creó en 1904 en
Arles
El
ideal de belleza y de bienséance
femenina diseñados por el Felibrige solo se consolidará en algunas áreas muy
determinadas de Provenza y otras de Occitania como Limousin o Périgord. Solo
algunos hombres han creado esta nueva identidad femenina, pero serán miles las
mujeres que la difundirán en las celebraciones literarias y sociales. Cuando
alguna poetisa afin al Felibrige tome otros derroteros fruto del desarrollo de
una persona libre-pensante como por ejemplo Na Dulciorella, la felibressa impulsora del Felibrige roge, republicano y anticlerical, el
círculo de hombres y mujeres conservadores del Felibrige sencillamente la
ignorarán.
Fiel
a su ideario burgués y conservador Mistral seguirá promoviendo incesantemente
la nueva identidad femenina creada en los primeros años del Felibrige. A
finales del siglo XIX y a principios del XX, este ideal femenino resultará
anacrónico y sólo tendrá eco en reducidos círculos acomodados o en festividades
locales que tienden a revestir con el máximo tradicionalismo sus
manifestaciones culturales.
5.
5.1. La primera Felibresso
del Felibrige.
“Adessias dounc à
Felibresso dóu Caulon
Pocos meses después de la publicación de Mirèio, en febrero de 1859, se tienen noticias de la primera felibresso. En 1860, cinco años después
de la creación del Armana Prouvençau,
aparece la primera voz femenina en esta publicación[40]
con la poesía Madaleno e lou tavan rous.
Está fechada el 20 de octubre de 1859 y firmada por
Esta
primera felibresso, es hija del
felibre Valère Martin de Cavaillon, el Felibre
des melons, y el Caulon o Cavalon es un río cercano a
Cavaillon. Resulta difícil pensar que el reaccionario Roumanille no se
asegurara de la procedencia social de esta personalidad femenina, de su
filiación a la monarquía y de su conformismo a la estricta moral católica (¡y
mucho más siendo una mujer!) antes de publicar su poema. Por otra parte, la
participación femenina de los primeros años del felibrige se restringe a la de las
mujeres del entorno familiar o social muy cercano, por lo que no es posible que
se desconociera la identidad de esta poetisa. Si a ello sumamos una ortografía
absolutamente conforme a los dictámenes de esta escuela literaria, creo que el
mito del desconocimiento de la autoría de las poesías de esta felibresso, publicadas durante varios
años en el Armana Prouvençau, es otro
de los muchos mitos difundidos por el Felibrige. Sea como fuere, esta poetisa fue
la primera en denominarse felibresso y
la primera mujer en publicar versos en provenzal conforme a la grafía felibre. Es
la única felibresso mencionada por
Mistral en Moun espelido, memòri e raconte, cuando en el capítulo XII
(Font-Segugno-Lou proumié cant di felibre)
pasa lista a los colaboradores de los primeros Armana Prouvençau.
Descubrimos
su identidad. Se trata de Marie Madeleine Azalaïs Martin, nacida y muerta en Cavaillon (1844-1917) e hija por línea
materna de una aristocrática familia. Criada por una nodriza que le enseñó el
provenzal, volvió a su lengua materna cuando descubrió tras la lectura de Mirèio de que se trataba de una noble
lengua. Escribió sus primeras poesías en contra de la opinión de su madre que odiaba
que se expresara en la lengua del pueblo, pero animada por su padre a la
lectura y la escritura en provenzal, ya que él era felibre.
En
1863, fue animada a recopilar y publicar sus versos, por aquellos que hasta
1879 supuestamente no sabían quien era, con el nombre de Lis Amouro de Ribas culido pèr la felibresso dóu Caulon emé la
traducioun literalo en regard, editado en Aviñón por Joseph Roumanille (que
supuestamente también desconocía su identidad…).
En
1868, esta felibresso se casó con el
conde Philippe d´Arbaud, siendo padres del poeta Joseph d´Arbaud. Éste siguió
los pasos de Folco de Baroncelli, poeta difusor del Felibrige y fundador de
5.2. Las
dinamizadoras del Felibrige. Rose-Anaïs Gras, Marie Mistral y Delphine Roumieux.
Nos detendremos
someramente en otras felibresso como
Rose-Anaïs Gras, cuyo máximo honor literario es haber sido la mujer de
Roumanille desde 1863 y la hermana del máximo representante del Felibrige rojo,
el republicano Félix Gras. Su producción se limita a unos dieciséis poemas retocados
por su esposo Joseph Roumanille, según Henriette-Louise Spanjaard[42],
recopilados en un manuscrito inédito. Publicó diseminadamente estos poemas en
el Armana Prouvençau y en el Almanach du Sonnet.
En
los Juegos Florales de Apt, se le concedió un premio en 1862 por un Cantico a Santo Ano. En 1864, fruto de
las excelentes relaciones transpirenaicas del Felibrige con Cataluña, los
autores provenzales asisten a los reinstaurados Juegos Florales de Barcelona. Se
le concede a Rose- Anaïs de Roumanille el primer accésit por dos composiciones:
La masco dóu cautelan y La moungeto[43].
En 1874, con motivo de la celebración del quinto centenario de la muerte de Petrarca,
fue premiada por una traducción en provenzal de un soneto del autor. Creo que
resulta interesante añadir que según René Ribière, en Pétrarque et les sept de Font-Ségugne[44],
el presidente del jurado de este evento era Aubanel y la vice-presidencia la
ostentaban Frederi Mistral y Joseph Roumanille. La actividad de Madame
Roumanille en relación con el movimiento felibre fue importante sobre todo
porque participó activamente en la gestión de la librería y de la casa
editorial de Roumanille, de la cual se hizo cargo tras la muerte de éste.
La
figura de Marie-Laure Aimée Rivière tampoco reviste ningún interés literario.
El 27 de septiembre de 1876 se casó en Dijon con Frederi Mistral. Publicó algún
poema en la revista que fundó su esposo, L´Aiòli
(1891-1898), y junto con Charles Maurras, en 1941, Excursion en Italie, un diario de viaje que había elaborado
conjuntamente con Mistral. Le corresponde el honor de haber sido proclamada en
Montpellier con motivo de las Fêtes Latines
primera reina del Felibrige en 1878. Siete años después, le dio el relevo a
Marie-Thérèse Roumanille, hija del cerebro fundador del Felibrige. Como vemos
todo queda en familia. Unos y otras se retroalimentan en festividades
grandilocuentes, en las que insisto, la mujer del pueblo está ausente. El
elenco femenino está representado por la flor y nata de esposas, hijas,
hermanas, sobrinas y ahijadas de una burguesía provinciana que les confiere
básicamente un estatus de animadoras en la celebración de estos eventos
literarios. No cabe la menor duda de que Madame Mistral colaboró en otros
campos reservados a la promoción de un escritor glorificado, en actividades sociales
o archivísticas. Tras la muerte de su esposo, facilitó documentación que
contribuyera a la difusión de la obra del escritor, dando lugar incluso a
nuevas publicaciones. Es el caso de los tres volúmenes publicados en la casa
editorial Grasset, Proso d´Armana de
Mistral, que Madame Mistral seleccionó del Armana,
L´Aiòli o Vivo Prouvènço, entregándolos en
Siempre
en el entorno cercano de la primera generación de felibres, mencionaremos a
Delphine Ribière, Madame Roumieux[45]
a partir de 1850, cuya hija Mirèio fue ahijada de Mistral. En una noticia sobre
la publicación del Armana Prouvençau para
el año 1873, se hace mención a una poesía provenzal de Madame Roumieux:
“Qu´il me soit
permis de signaler, dès maintenant, deux charmantes pièces de vers d´une
nouvelle felibresso, Mme. Delph.
Roumieux,
En 1874, se publica en Aix-en-Provence Vint sounet provençau tira de l´Almanach du
sonnet. Los
sonetos de Delphine Roumieux figuran junto a los de Teodor Aubanel y Malachie
Frizet. En 1877 Louis Roumieux elabora una recopilación de poemas de varios
autores (Mistral, Aubanel, Arnavielle, Faure, y el propio Roumieux entre otros)
e incluye poesías de su mujer y de otra celebrada felibresso, prima de Maurice Faure, Léontine Goirand. La publicación,
realizada por les hermanos Aubanel se llama Uno
fèsto de famiho, pouesio acampado pèr Louis Roumieux (de Nimes). Gran amiga
de otra felibresso, Antounieto de Bèu-Caire, Delphine Ribière colaboró junto con
su marido Louis Roumieux en la recopilación y publicación póstuma de los poemas de la joven poetisa.
5.3. La figura de
En 1860, recién publicada Miougrano entre-duberto, el mismo Aubanèu
le regaló un ejemplar a Antounieto de Bèu-Caire[47].
Ésta se sintió automáticamente hermanada con el autor, ya que el hombre del que
ella estaba enamorada también acababa de entrar al servicio de Dios. En
agradecimiento, le dedicó a Aubanèu su poema Perquè, primera composición firmada como Felibresso de l´Eurre.
Esta
mujer ha sido la felibresso más
celebrada por el Felibrige, injustamente denominada como la primera
representante femenina del movimiento, hecho que debe ser desmentido, ya que
como hemos visto es a
Nacida en Nîmes en 1840, Marie-Antoinette Rivière falleció
en Beaucaire en 1865. Realizó su escolaridad en un pensionado católico en Nîmes,
donde recibió la tradicional educación burguesa destinada a la mujer. Allí
conoció una amiga de Beaucaire, Zoé Germain y una estrecha amistad surgió entre
ambas. Completada su educación a los 15 años, volvió en
El pseudónimo que eligió para escribir fue Felibresso de l´Eurre o de la hiedra,
planta elegida por ella porque crece a su antojo sobre las lápidas mortuorias
acompañando a los difuntos y porque el cementerio, lugar que visita asiduamente,
representa para ella un lugar de transición entre la vida y la muerte.
Henriette-Louise
Spanjaard, que ha realizado un minucioso estudio de esta felibresso y sobre todo de los pasos seguidos por los felibres en
la organización de la publicación de su obra, define así el lenguaje poético de
Antounieto de Bèu-Caire:
“En résumé, on
constate que la poétesse écrit una langue simple, pure, faite de mots tout à
fait conventionnel, qui pourtant forment des phrases d´une haute musicalité.
Les rimes riches auxquelles le provençal se prête si aisément, abondent,
surtout avec les sons a, o et ou.
Elle n´abuse pas des diminutifs si fréquents dans cette langue et que Mistral
n´a pas même pu éviter toujours. La délicatesse des sentiments égale la
sobriété des expressions. Nulle part des cris passionnés, plutôt des plantes
douces.”[48]
La
temática de estas poesías está restringida a dos campos léxicos: elementos
naturales y el misticismo católico. Sus poemas están dedicados casi en su
totalidad a flores, pájaros, la caída de las hojas y el curso de un riachuelo,
a los que convierte en interlocutores y depositarios de sus secretos. En esto
no se va a diferenciar del conjunto de mujeres del ámbito cercano del Felibrige
que escriben sus primeras poesías. La diferencia radica en la expresión del
dolor, que traduce un auténtico martirio existencial. Las imágenes remiten a
una simbología de práctica católica: la cruz, los ex- votos, los milagros, incluso
una aparición de
“Qu´eiçabas lou bonur es taca de lagremo;
Lis ouro li mai
douço an soun degout de fèu.” (p. 172)
El
resto de los versos son lúgubres llamadas a la muerte, como por ejemplo los dos
últimos:
“Vole mouri, moun
Diéu! Escouto ma preiero,
Que lou jour de
ma mort sara moun plus bèu jour!” (p. 172)
De
su producción poética, un poema aparentemente original ofrece una cierta calidad
literaria en la expresión de su melancolía, resultando hondo e intimista, pero
no lúgubre. Se trata de Vèspre d´Abriéu.
Antounieto cuenta como recibe en su habitación la visita de la luna, que trata
de conocer sus secretos,
“Luno, calèu di mort e soulèu dis amaire,
Souto mi ridèu
blu mandes ti rai d´argènt
Pèr enlusi ma
chambro, o bèn (e m´anchau gaire!)
Pèr sousprendre
lou nom que repete en dourmènt?” (p. 142)
y a la que envía confidencialmente a
besar el corazón de su enamorado:
“Mai fau m´assegura que noun saras lengudo
E que, se mit
secrèt vènon à te pesa,
Anaras vitamen, amistadouso e mudo,
Au cor de moun
ami plan-planet li pausa…” (p.
142)
Por
una sincera amistad mantenida con la familia de Louis Roumieux, ya que
Antounieto fue la única compañía de Delphine Roumieux de
En
realidad, dos hombres se encargaron de gestar la obra póstuma de Antounieto:
Roumieux y Mistral. La preparación de la edición fue laboriosa y
escrupulosamente revisada. El Felibre de
“Je te le dis
durement: tes dix pages de lignes rimées ne méritent nullement de voir le jour;
et les lettres d´Antounieto qui suivent ne valent guère mieux; ce sont là jeux
d´enfants qu´il faut garder pour soi; mais dans ces dix pages on ne trouve
absolument rien comme idée ou sentiment” (p. 303)
Sin
embargo Roumieux, en un tour de force
sin ambages, insistió en ello y el 8 de junio del mismo año, Mistral se
disculpa por el tono duro de su anterior carta y le explica que su deseo es el
de colaborar en una publicación seria:
“Le regret que
m´a causé la publication de ces lettres, si peu en harmonie avec l´idéal que
l´on doit se faire d´Antounieto m´a fait exagérer l´expression […]. Voici quel
était mon idéal: une préface de 10 lignes, comme les biographies des toubadours
[…] puis ses poésies, et puis les doléances felibrenco; mais un livre sévère,
simple comme un monument funèbre et artistique […]. On t´accusera d´avoir voulu
te faire un piédestal du tombeau d´Antounieto” (pp. 304-305)
Incluso
Mistral es consciente del excesivo golpe de efecto que quería conseguir
Roumieux. Roumanille intervino y zanjó la cuestión: salvo la elegía de
Roumieux, el resto se eliminaría. “Il faut faire de
cela une oeuvre felibrenco, c´est-à-dire artistique” (p.
293), escribía Mistral a Roumieux en una carta fechada el 19 de marzo de 1865. Y
asi fue. Se creó una obra artificial que Roumieux completó con poemas dedicados
a Antounieto por veintisiete poetas y poetisas felibres de la época, para darle
más envergadura a una obra que no la tenía. Solo dos contribuciones de las
veintisiete son de otras felibresso:
una de la felibresso dóu Caulon, de tono piadoso y plañidero
similar al de Antounieto y otra muy breve de Rose-Anaïs Gras, que llora a su
hija, enterrada el mismo día que murió Antounieto de Bèu-Caire.
Se
editaron unos 500 ejemplares de Li Belugo,
que fueron distribuídos prácticamente en su totalidad entre los socios
felibres. La obra de Antounieto de Bèu-caire tuvo una limitada difusión. Sin
embargo, la difusión de su doliente persona si alcanzó cotas de popularidad
muchos años después, de la mano de Mistral y sus colaboradores.
Mistral
aprovechó pues, la excelente operación de marketing ideada por el felibre de
Finalmente,
tras su prematura muerte, la desdichada Antounièto de Bèu-Caire se convirtió en
una de las mayores difusoras femeninas del renacimiento literario provenzal.
6.
6.1.
La reorganización del movimiento en Provenza y Languedoc.
El Felibrige se va expandiendo durante
los años siguientes y en 1876 los felibres provenzales se reúnen en
Aix-en-Provence y los languedocianos en Montpellier, para asentar estatutos
oficiales y conferir una organización jerárquica a un movimiento literario que
comenzaba a tener muchos seguidores. Louis-Alphonse Roque-Ferrier[49]
publicó la crónica de ambas reuniones en
-
Provenza comprende las regiones de lengua de Oc situadas a
lo largo de la ribera derecha del río Ródano.
-
Languedoc, las situadas a partir de la ribera izquierda del
Ródano.
-
Cataluña, con el condado de Barcelona, Valencia y las Islas
Baleares.
Finalmente,
se autoriza la creación de escuelas a petición de siete felibres (número
sacro-santo del Felibrige), dirigidas por un cabiscol.
En
la reunión mantenida en Aix, Aubanèu fue el encargado de solicitar la aprobación
de los estatutos de otras escuelas provenzales: la de Forcalquier, representada
por los Felibre deis Aup (de los
Alpes), la de Aix-en-Provence con los Felibre
de Lar y la de Marsella animada por los Felibre
de la mar. También se le confiere oficialidad a la propia Esuela de
Aviñón, primera formación del Felibrige y denominada lou Flourège.
En
el Languedoc, se había realizado una reunión previa en noviembre de 1875 para
sentar las bases de la futura asociación. Reunidos en Montpellier en 1876 bajo
la supervisión de Mistral, se aprobaron los estatutos oficiales de las tres
primeras escuelas languedocianas: la de Montpelllier, denominada Escola de Parage, retomando un concepto de
la tradición trovadoresca que se define por la nobleza de espíritu y la
animación a la intelectualidad, la escuela de Nîmes o Soucieta di felibre de
Finalmente,
Louis-Alphonse Roque-Ferrier transcribe en su artículo las intervenciones de
felibres languedocianos que desean tratar la cuestión de la grafía a utilizar
en las publicaciones oficiales de las escuelas recién formadas. Un espinoso
asunto en el que Mistral dio muestras de un testarudo reduccionismo. Ante la
propuesta de los languedocianos que pretendían llegar a un acuerdo lingüístico
y gráfico entre Languedoc y Provenza, ésta fue la respuesta de Mistral:
“Une discussion
s´éleva ensuite touchant l´idiome à employer dans les actes officiels de la
maintenance. M. de Tourtoulon proposa qu´une sorte de partage fût établi entre
le montpélliérain et un des idiomes qui possèdent l´o à la désinence du féminin. M. Mistral se leva alors et fit
remarquer que la question ne pouvait être tranchée par le vote, attendu que le
dialecte du chef-lieu de la maintenance état naturellement le dialecte officiel
de celle-ci”[50]
Mistral
concluyó el asunto diciendo que cada uno escribiera según el dialecto de su
localidad, por minúscula y poco representativa que fuera. Zanjó
autoritariamente la cuestión, negándose a llegar a un acuerdo que hubiera
beneficiado a todos los escritores y escritoras en lengua de Oc. La sugerencia
de Mistral al Ministerio de
6.2.
El relevo generacional de la felibresso Antounieto de Bèu-Caire fue tomado por otro
descubrimiento de Roumieux, que seguía mostrando especial interés en la
promoción de poetisas que animaran el Felibrige. Se trata de Leountino Goirand,
a la que Roumieux consagró con el pseudónimo de Felibresso d´Areno. Es la hija del historiador Jean-Perre Goirand,[51]
uno de los asistentes a la reunión del Felibrige en Montpellier en 1876. Este
felibre languedociano, historiador especializado en el período político del
golpe de estado de 1851 en la región del Gard, publicó numerosas memorias en
Leountino
Goirand, nació en 1853 en Alès[52],
donde residió hasta su muerte en 1933. El promotor de Leountino fue Louis Roumieux,
quien la presentó magistralmente como la heredera de Antounieto de Béu-Caire,
intentando unir ambas autoras con un metafórico lazo de hermandad. Habían
pasado 11 años desde la muerte de la felibresso
de l´Eurre y de la publicación póstuma de su obra (1865) y 13 años desde la
última publicación de la felibresso dòu
Caulon. Por lo que no había ninguna figura femenina poética activa que
representara la escuela de Aviñón.
En
mayo de 1876, durante la reunión que tuvo lugar en Montpellier para la organización
de
“M. Louis
Roumieux lut deux morceaux d´un genre différent, mais qui furent, eux aussi,
vivement appréciés. Le premier avait pour titre Lou Sòu d´Antounieto, et traduisait admirablement une circonstance
des derniers moments de la felibresse de Beaucaire¹” [53]
Vemos
como Roumieux retoma el mito y para asegurar la transición literaria, primero
lee unos versos incluidos en su primer tomo de sus obras completas, Li coquiho d´un Roumiéu, titulados La hermana de Antounieto y dedicados a
Leountino. La palabra Beaucaire remite a la siguiente cita a pie de página en
el texto:
“Mlle. Antoinette
Rivière, de Beucaire. Ses poésies ont été publiées sous ce titre: Li Belugo d´Antounieto de Bèu-caire;
Avignon, Aubanel, 1865;in-8º, 326 pages”[54]
Se
refresca la figura de esta felibresso
y se promociona también la publicación que con tanta tenacidad había organizado
Roumieux. Y finalmente, cede el paso a Leountino para que declame sus versos.
“Plusieurs dames
parmi, lesquelles Mme de Ricard et sa soeur, Mlle Wilson, Mlle Léontine Goirand
et Mlle Mireille Roumieux […]. Mlle. L. Goirand, dont on n´avait pas oublié le
beau sonnet A Nemausa[…], voulut bien
dire quelques vers d´une touchante et délicate poésie”[55]
A Nemausa es un soneto que Leountino
dedicó a Maurice Faure, su primo felibre.
Es un canto a la diosa Nemausa, quien le dio el nombre a la ciudad de Nîmes.
Resulta una transposición del referencial femenino de las reuniones y congresos
literarios provenzales de la época: reina, diosa, coronación.
El
28 de agosto de 1876, Roumieux organizó una reunión campestre de felibres que
tuvo lugar en el castillo d´Arène, situado en el entorno de Alès. Fue relatado en
1877 en un artículo de
“Mais c´est
Esta
felibresso participó muy activamente en las actividades sociales del felibrige,
mantuvo una importante correspondencia con varios felibres como Louis Roumieux,
Baptiste Bonnet, Maurice Faure y varios de sus poemas fueron publicados entre
1877 y 1879 en
“Iroundello
negreto,
Oh! rèsto eici…,”
[60]
Ambos
poemas están dirigidos a la golondrina, pero para cada una de estas felibresso, el pretexto poético proviene
de sentimientos distintos. Antounieto elige una golondrina negra a la que trata
de convencer de que se quede junto a ella para no ser abatida por los
cazadores. Le pide que exprese lo que ve y la golondrina le responde que observa
a una joven de cabellos rubios (Antounieto), rezándole a
“Lou cèu èro
seren e pur;
la naturo entièro èro en fèsto:
Auand l´ivèr
fugis, tout s´aprèsto
A canta l´inne
dóu bonur”[61]
Vèspre d´estiéu y
Calabrun se publicaron en
“Tout dor, tout
soumiho:
Mai , dins l´aire
escur,
Dirias l´armounio
D´estràngi murmur:
Misterióusi gamo
Tant douço
d´ausi,
Voues de la
calamo,
Quau vous fai brusi?”[62]
La
luna y la noche favorecen el encuentro de los amantes, liberándolos de penas y
tristezas como en los cantos del alba de la tradición cortesana. Al amanecer,
todo se desvanece, quedando el recuerdo grato del encuentro con el amante:
“Milo farfantello,
Milo sounge d´or,
Gisclant dis
estello,
Penetron li cor.
Au fres de
l´eigagno,
Au mié di perfum,
Segren e magagno
Fuson coume un fum.”[63]
El
soneto Calabrun se inicia con una
cita de Gracian Charvet, un felibre de Pont-du-Gard que había publicado en el Armana Provençau desde 1869, colaborando
en numerosas ocasiones con Mistral recabando información para el Trésor dóu Felibrige. Si bien en el
anterior poema los colores se reducen al argentado de la luna, en estos versos dedicados
al crepúsculo, Leountino Goirand maneja la paleta cromática con intensidad:
“Si vivo coulour
Moureto,
pourpalo,
Verdo, roso e palo
Brehon dins l´ahour.
La naturo endiho
De tant d´escandiho.”[64]
El
campo léxico utilizado a lo largo del poema entero intensifica la paleta cromática,
en el intento de traducir la violencia luminosa de un crepúsculo cegador: qu´esblèugis (que deslumbra); d´escandiho (encandilamiento); que luse (que luce); brihon (brillan); que
lande (que arde).
Ambos
poemas ofrecen la traducción francesa, como en la mayor parte de las
publicaciones en lengua de Oc de la época. Al final de cada poema, se hace una
referencia a la lengua empleada: provenzal, dialecto de Aviñón y de las riberas
del Ródano. Es interesante señalar que Leountino pertenece geográficamente a un
área en la que se habla una variante que Arnavielle denominó Raïol, que así definió A. Glaize en un
artículo en
“Ce dialecte,
parlé dans la partie des Cévennes dont le principal centre est Alais, est un
dialecte intermédiaire entre la langue de
Como
podemos comprobar, se trata de una zona de transición entre el languedociano y
el provenzal, poseyendo rasgos comunes de ambos como por ejemplo el artículo
femenino plural languedociano y la -o
como vocal final, rasgo provenzal. Alès está situada a la misma distancia de
Montpellier que de Aviñón (alrededor de 95 kms). Nîmes es la ciudad languedociana
más próxima de Alès y Beaucaire y Tarascon, las localidades provenzales más
cercanas. Sin embargo, está claro que Leountino no ha utilizado deliberadamente
el languedociano en su producción poética, sino que ha preferido el provenzal,
seguramente aconsejada por Louis Roumieux.
En
1879, los poemas Coquiheto y A Florian, publicados en
El
poema A Florian de Leountino Goirand
había sido premiado en octubre de 1879 en Sceaux, en un homenaje literario
organizado por los felibres de Paris, entre ellos su primo Maurice Faure. Estos
habían descubierto por casualidad la tumba de un poeta languedociano modelo de
Fabre d´Olivet y decidieron realizar un acto de reconocimiento póstumo. Florian
fue un autor del siglo XVIII, residente en Paris y protegido de Voltaire. Traductor
de textos italianos y piamonteses, escribió la pastoral Estelle e Nemourin en dialecto de Alès. A Florian es un humilde homenaje, en el
cual Leountino expresa su reconocimiento personal por la aportación literaria
de Florian a la producción poética occitana del siglo XVIII.
De
1879 es también Mort d´uno iroundello,
poema construido por diez cuartetos de rima alterna, en el que la poetisa retoma
otra vez la golondrina como portadora de sus pensamientos. La golondrina
domesticada es agradecida pero se entristece cuando ve a sus hermanas volar. Finalmente,
el ave que anuncia la primavera fallece de pena en las rodillas de su ama. Es
un poema aparentemente liviano, pero de fondo plantea la muerte en vida, un
asumido agradecimiento por ser bien tratada, pero no por ello feliz. Cuando el
amor no queda colmado, la vida se apaga:
“T´an clafido en
van de gènti caresso:
Viéure luen di
siéu es viéure à mita;
E te fau, à tu,
pèr toun alegresso,
L´amour, lou
soulèu e la liberta”[66]
Amor,
sol y libertad, lema poético que también caracterizará otra felibresso coetánea de Leountino, Na
Dulciorella[67]. El
tono es más sobrio que el de los demás poemas, la sintaxis más compleja. La
versificación ha evolucionado y ha sido más elaborada.
Este
poema fue también publicado en 1879 en el primer volumen de
El
renombre de Leountino Goirand se extiende por varias ciudades: Montpellier y
Nîmes en el Languedoc, Aviñón y Marsella en Provenza y por supuesto también
brilla en Paris. René Jouveau ha estudiado dos de las cartas de la
correspondencia que Baptiste Bonnet, secretario de
“Baptiste Bonnet,
va donc participer, à son tour, au concert flatteur qui monte vers la jeune
Félibresse d´Arène, et il entame avec elle une correspondance […] A vrai dire,
les deux lettes sont largement mêlées de vers.[…] On y trouve , en premier
lieu, l´écho d´une amicale soirée de la cigale, où la poésie et les chansons
avaient exalté et remué les cœurs et où
l´on avait aussi beaucoup parlé de Léontine[…]”[68]
De
la carta fechada el 6 de marzo de 1879, Bonnet, feliz por haber recibido
respuesta de la felibresso, le dedica
unos exaltados y largos versos. Son expresivos los transcritos a continuación,
en los que Bonnet expresa su asombro por el talento de la poetisa, que para él
emana de lo más profundo de su alma:
«De quete biais
qu´anes, voste lengage es d´or;
Se iéu trempe ma
ploume au prefouns de moun cor
Ounte trempas la
vostro, o gènto felibresso…?
Es-ti dins lou
rejoun que naisson li tresport,
Valènt-à-dire, es-ti
dins lou founs de vosto amo?»[69]
Finalmente
en 1882 compiló toda su producción poética y los hermanos Aubanel de Aviñón la
editaron: Leountino Goirand. Li Risent de
l´Alzoun, pouesio prouvençalo de
Las
últimas noticias que se conservan de Leountino Goirand datan del 20 de octubre
de 1889. Ese día participó en Alès junto con Mistral, Roumnanille y Arnavielle,
en la inauguración de un monumento dedicado al marqués Gustave de
Despedimos
a esta autora, con los versos finales de un poema de Bonnet, íntegramente
dedicado a Leountino Goirand. El poeta, a la manera de los trovadores
medievales, incluyó codificadamente una dedicatoria a esta dama en su última cobla.
“A la font d´Ipoucreno
Lou cavau d´Apouloun
Que d´aise se permeno
En fasènt espinchoun
Se noun vèn
Di ribo dóu Gardoun”[70]
7. EL FELIBRIGE LATINO.
Tras la organización de
El
otro tema discordante es el de la grafía. Los languedocianos, en la reunión de
la organización en 1877, habían propuesto a Mistral llegar a un acuerdo para
emplear una grafía común. Mistral ya proponía una grafía, la única que él
entendía como funcional y correcta, negándose a cualquier propuesta de revisión
o de acuerdo sobre esta cuestión. Así que ante los requerimientos de los
languedocianos, Mistral se manifestó en unos términos que inducían a producir
escritos que no renovarían la lengua occitana, sino que la fragmentarían en
diversas variantes dialectales.
En
1878, se celebraron las Fêtes Latines de Montpellier, en las que poetas de siete estados latinos fueron invitados a
participar: españoles, italianos, rumanos, portugueses, franceses, catalanes y occitanos. La amplia idea de latinidad y no de provenzalismo o de
languedocianismo fue propuesta y reforzada por el premio que se le concedió al
rumano Vasile Alecsandri por sus versos en lengua de Oc. También se aclamó a la
reina Elisabeth de Rumanía como Emperatriz del Felibrige, la única proclamada en
la historia del movimiento renacentista.
En
1881 se fundó una publicación, L´Iou de
Pascas, que recibía colaboraciones de languedocianos y provenzales
moderados opuestos al Felibrige oficial. Poco tiempo después se publicó una
obra colectiva con muchos de los poemas, el Armana
rouman.
En
años sucesivos, debido a las intolerantes restricciones de
El
Felibrige Latino comenzó su actividad oficial en 1891 con varios objetivos:
velar por el desarrollo literario e histórico de Montpellier, estudiar la
lengua promoviendo la publicación de gramáticas y diccionarios y conservar las
tradiciones languedocianas. En las publicaciones sucesivas al servicio de este
movimiento, se hizo un llamamiento a todos aquellos y aquellas que quisieran
publicar poesías, cuentos populares, canciones, leyendas, relatos cortos, dejando
la puerta abierta a todas las voces del pueblo.
7.1. Bremoundo de Tarascoun.
Una asidua colaboradora de L´Iou de Pascas es Bremoundo de Tarascoun, pseudónimo de Aleissandrino Bremoundo. Es
en
Es
difícil determinar la fecha de nacimiento de Aleissandrino Bremoundo, ya que
para algunos autores como Frederi Mistral sobrino o Jules Véran, habría nacido
en 1858 y para otros como Charles Camproux, en 1865. Su lugar de nacimiento fue
Tarascon y pasó su niñez en el Mas de Darbousille, en la periferia de Arles. Se
casó con el abogado Josèp Gautier, quién fundó en 1890 en Marsella una revista
franco-provenzal llamada
“Coume Germoundo,
Antan, à
Mount-Pelié,
Te siés, Bremoundo,
Armado en chivalié.”[71]
En
ellos reconoce que Bremoundo ha iniciado su actividad de apoyo al renacimiento
de la lengua de Oc en Montpellier, como en el siglo XIII lo hiciera Germonde de
Montpellier, la trovadora defensora de la iglesia de Roma.[72]
Tras
sus colaboraciones en el periódico L´Iou
de Pascas, Aleissandrino Bremoundo publicó en 1883 en Montpellier Li blavet de Mount Majour pouesio prouvençalo.
Según Jules Véran, que dedica a la autora un capítulo en su obra Les poétesses provençales, el título
responde a la cercanía del Mas de Darbousille a la antigua abadía de Montmajour[73].
Esta publicación de veinticuatro páginas incluye los poemas siguientes:
En
1883, Louis-Alphonse Roque-Ferrier promociona la obra de la felibresso durante los Juegos Florales
de Montpellier, siendo ofrecido un ejemplar de Li blavet de Mount-Majour a todos los asistentes del banquete y al
limitado número de mujeres, que aparece señalado con misticismo felibre:
“[…] le nombre de
dames était de sept, c´est-à-dire le nombre félibrin par excellence.”[74]
Según Jules Véran, dos años despues, en 1885, es
proclamada reina del Felibrige en los Juegos Florales septenarios celebrados en
Hyères, respaldando a la novel autora con otro glorioso reconocimiento. Y comienza la
promoción oficial de esta felibresso esta
vez en el seno del felibrige provenzal oficial, que carecía de poetisa activa,
ya que la última obra de Leountino de Goirand había sido publicada en 1882.
El resto de la producción de esta escritora se
publicará en Marsella, donde reside a partir de su matrimonio con Gautier. En
1887 publica Velo Blanco con los
editores Trabuc y Raviolo. Es una poesía muy intimista, con versos que cuestionan
las ilusiones femeninas y la continua sombra de desgracia que parece planear
sobre la mujer:
“Rire et pleurer!... Pourquoi donc quand sonne l´heure
des rêves et des
premières ombres de la nuit,
la jeune fille
rit et pleure
en songeant à son
avenir?
Pourquoi, pour un
indéfinissable malaise,
laisse-t-elle ses
yeux exprimer perle à perle toute sa tristesse?
et pourquoi le
sourire vient-il l´effleurer aussi
à je ne sais trop
quel souvenir?”[75]
Aleissandrino
se debate entre la educación social represora destinada a la mujer de su época
y entre sus propias sensaciones que la inducen a querer disfrutar de muchos
placeres prohibidos.
En
1888 se publica en Paris una obra colectiva, Poètes provençaux contemporains, editada también con el título de Les Félibres. Son poemas de Mariéton, Roumanille, Mathieu, Aubanel, Arène, Gras y de
Alexandrine Brémond. En el transcurso de este mismo año se producen importantes
escisiones del grupo del felibrige oficial, entre ellas la del Felibrige
Latino, representado por Louis-Alphonse Roque-Ferrier, el promotor inicial de
Aleissandrino Brémound. Pero la poetisa había apostado ya por el Felibrige
provenzal mistraliano, pasando a ser la nueva abanderada del grupo literario,
como antes hemos visto.
En
1891 publica en
En
1894, Paul Mariéton publica La terre
provençale: journal de route, obra de difusión del Felibrige provenzal, en la
que relata una visita realizada con Mistral al matrimonio Gautier:
“Nous étions
partis d´Arles, un matin d´été, pour aller faire visite à la félibresse
Brémonde, au Mas de Darboussilles. Son avènement en Sainte-Estelle nous avait
tous comblés de joie. Mistral s´était pris d´admiration pour l´art à la fois
simple et subtil de cette jeune fille en qui vivait une âme de trouveresse.
Rare et vraie poésie de jeune fille, en effet, ses petites odes nées d´une
imagination gracieuse et pleines de ce charme inventif qui est tout l´art chez
la femme.[…] Et nous avons vu dernièrement ce ménage de poètes nous donner
ensemble deux petits livres délicats, lui,notre excellent ami Joseph Gautier,
avocat à Marseille, des poésies françaises, Au
bord du Nid; elle, qui n´a pas cessé d´être la félibresse Brémonde, les Velo blanco, ses ravissantes odelettes”[76]
Esta
es una importante promoción para Aleissandrino y su obra. Sin embargo será la
última vez que el matrimonio Gautier publique a la par, ya que Aleissandrino fallece
en
En
1908, diez años después de la muerte de Bremoundo, se edita Lou debanaire flouri, una obra de
recopilación de sus poesías publicadas anteriormente. Según Charles Camproux,
existe otra obra inédita de la autora, el drama Anen aganta la luno. En Lou
debanaire flouri encontramos de nuevo la decepción de la mujer casada. Es
cierto que las mujeres de este siglo eran educadas únicamente para contraer
matrimonio y ser madres de familia. Jurídicamente y socialmente, recordamos que
el matrimonio era una prisión más que una liberación. Normalmente las
expectativas no correspondían al ideal romántico de pareja que esperaban estas
mujeres, siendo adolescentes en muchos casos en el momento de contraer
matrimonio. Así expresa la felibresso la barrera infranqueable entre los dos sexos y
la insensibilidad masculina al sentimiento femenino:
“Femme, jeune
épousée, tu as donné ta chair,
ton cœur, ton
âme, toute ta vie,
et tu ne vois pas
dans ton ravissement,
que l´homme se
moque et rit à la dérobée.
[…]
Oui, chacun dit à l´autre :tu es à moi !
Mon beau
m´aime ! ma belle m´aime !
Cependant, chacun
garde son âme
et vit dans un
autre rêve”[77]
Finalizo
con unos versos nostálgicos de estilo parnasiano que expresan el compromiso
poético de Bremoundo de Tarascoun:
“Poètes que le
souvenir attriste,
nous, les
chercheurs d´Idéal,
seuls, vers toi,
île qu´aucun pas ne foule encore,
nous faisons
cingler notre bateau.”[78]
8. EL FELIBRIGE
ROJO.
El
30 de enero de 1875 los hombres franceses votaron
En
1876 se manifiesta en el seno del Felibrige un importante movimiento
republicano y progresista insuflado por los acontecimientos políticos
nacionales de la época. En este mismo año, Loïs-Xavier de Ricard, impulsor del republicanismo
anti-clerical en el Languedoc, se suma al movimiento literario del Felibrige.
Años después, decepcionado, cuestiona el
despotismo del Felibrige oficial:
“Le Félibrige
avait une oeuvre glorieuse et triomphante à remplir ! Celle de mettre en
voie, de diriger, de hâter la renaissance de tout un peuple. Mais pour cela,
point n´était besoin de se poser en gouvernement despotique, de faire les
maîtres, de monarchiser.”[79]
En
1879 de Ricard anuncia en la publicación
“Un vent violent
de réaction souffle, à les déchirer, dans les voiles du Félibrige. Sans doute
il ne s´aperçoit pas de l´écueil contre lequel il va se briser. Nous, qui ne voulons pas nous abîmer, il faut préparer
les barques; que tout ce qu´il y a de républicain dans le Félibrige s´y entasse!
Nos barques nous porteront vers la liberté.”[80]
Efectivamente,
a partir de ese momento parece ser que las regiones de Provenza y Languedoc
navegarán cada una bajo distinto pabellón. Si bien el objetivo común seguirá
siendo la apuesta por la renovación de la lengua de Oc, la distinta percepción
en cuanto a la realidad social y política será fuente de discrepancias hoy en
día aún no resueltas.
8.1. Na
Dulciorella, la felibressa[81] republicana , roge y libertaria.
“Amor, sorelh e libertat”.
Na Dulciorella
La poetisa
inspiradora y consejera de este movimiento esencialmente latino, federalista y
anticlerical, es la esposa de Loïs-Xavier de Ricard, conocida bajo el
pseudónimo de Na Dulciorella. Felibressa
languedociana de adopción, Lydie Wilson nació en París el 9 de abril de 1850. Su
padre era un comerciante escocés apasionado por el arte pictórico y su madre,
de orígen flamenco, mostraba grandes inclinaciones artísticas sobre todo
musicales y literarias. Lydie y su hermana menor Jeanne crecieron en un entorno
acomodado, difusor de muy diversas influencias culturales, lingüísticas y artísticas.
El
estudio de la biografía y de la obra de esta autora está estrechamente ligado a
la de su esposo, al que conocía desde la más tierna infancia. Su noviazgo en
París con Loïs-Xavier de Ricard fue apoyado por las dos familias a las que unía
desde hacía años un estrecho vínculo de amistad. La poetisa también participaba
en el salón literario que animó durante años Madame de Ricard, la madre de Loïs-Xavier.
En este salón se agruparon los poetas parnasianos animados por los de Ricard y
Lydie Wilson fomentando la eclosión del Parnasianismo, cuyos manifiestos
poéticos marcaron profundamente la
escritura lírica de la felibressa.
En 1866,
Louis-Xavier de Ricard fundó con Catulle Mendès la revista Le Parnasse Contemporain, en la que colaboraron Leconte de Lisle,
Mallarmé, Anatole France y Jose María de Heredia entre otros parnasianos.
Debido
a un artículo publicado en 1871, Une
révolution populaire, homenaje al advenimiento de la clase obrera que hasta
entonces nunca había tenido la oportunidad de participar en los asuntos de
Estado, Loïs-Xavier de Ricard tuvo que refugiarse en Suiza. Durante dos años,
se sucedieron más exilios en este país, para evitar las represalias gubernamentales
que no toleraban su expresión libertaria y
anticlerical.
En
1873, Lidia y Loïs-Xavier se casaron. En 1874 decidieron instalarse en una residencia de los Ricard
cercana a Montpellier, lugar de origen de la familia de Loïs-Xavier. Más tarde
se instalaron por la misma zona en el Mas de
Lidia
de Ricard integró armónicamente todos sus conocimientos culturales, literarios
y lingüísticos en su obra poética. Es importante reseñar, que además del
francés, Lidia hablaba el escocés y también el inglés, ya que siendo joven
había estudiado en Kenilworth, en Inglaterra. Sin embargo, la cultura
anglo-sajona no agradó a Lidia. En cuanto a la escocesa, dejó huella en su
producción poética occitana, ya que admiraba el emblemático poeta de la
reivindicación independentista escocesa Robert Burns, al que tomó como modelo
en varias ocasiones. Un ejemplo de ello es el poema Lous bords dau Lez, que da nombre a la obra póstuma de Dulciorella.
Es una poesía monorítmica imitada de Burns, publicada por
En
1875, durante una de sus estancias en París, el matrimonio de Ricard portavoz
de las reivindicaciones meridionales, fundó la revista
Al
año siguiente, Lidia y Loïs-Xavier de Ricard se comprometieron ardientemente
con el movimiento literario renacentista del Miegjorn. A partir de esta fecha, Lidia participa activamente hasta
su muerte en la reorganización de un movimiento de felibres republicanos representantes
del Felibrige roge o rojo del
Languedoc. En la agrupación hay fundamentalmente languedocianos pero también se
integran poetas de otras regiones. De hecho, el grupo mantendrá buenas
relaciones con el republicano Félix Gras, artífice del Felibrige rojo en
Provenza, sobre todo en la región de Vaucluse. En el prefacio que Loïs-Xavièr
de Ricard escribió para la obra póstuma de Lidia establece de forma sencilla su
visión del renacimiento literario occitano:
“Écrivant alors à
Esta
ideología fue vista por el resto del Felibrige con desconfianza y temor por la audaz
expresión libertaria de este conjunto de autores. No admitieron valorar esta
visión del renacimiento literario occitano que pretendía retomar la tradición y
avanzar con modernismo, sin anclarse en el
pasado de manera a anular toda posibilidad de proyección en el futuro. En el artículo Le Félibrige et les langues romanes, que
da cuenta de las Fiestas Latinas de 1878 celebradas en Montpellier, Ch. Leloncle define así a Lidia y su grupo:
“Le prix du genre
a été galamment déféré pour un sonnet languedocien à l´une des étoiles du
Félibrige, Mme Lydie de Ricard, née Wilson. Le groupe au milieu duquel elle
brille, affecte des allures hardies et tend à transformer en utopie politique
le programme jusqu´à présent si mesuré, si désintéressé, de l´association.”[83]
Por
otra parte, Armand Praviel, en el artículo Les
tendances du Felibrige, describe
este movimiento situando su filiación:
“En Languedoc, el
est vrai, on a essayé de lui donner une tradition tout autre: on a voulu le
rattacher au grand mouvement libertaire, en faire l´ennemi de l´autorité
ecclésiastique et royale; il rentrerait ainsi dans le plan de l´histoire
universelle chère à Michelet, à Hugo, à Edgard Quinet.”[84]
Está
claro que este nuevo colectivo literario no es apreciado por los felibres más
conservadores, temerosos de que los avances progresistas hicieran vacilar los
tres pilares sobre los que se fundamenta el Felibrige oficial: la monarquía,
El
influjo de Agusto Forès[85], felibre rojo al
que denominaban el último de los albigenses e íntimo amigo del matrimonio de Ricard,
fue decisivo en el devenir poético de Lidia. Para comenzar, fue su padrino
felibre, eligiendo para ella el apelativo de Dulciorella. Es un nombre que
proviene de la tradición medieval. Por otra parte, hay constancia en 689 de una
Dulciorella de Narbonne.
En
1876, Forès y el matrimonio de Ricard se desplazaron juntos a Aviñón para
asistir al evento literario de
Forès
trabajaba sobre el asunto de la codificación escrita, planteando un posible
sistema gráfico que conservara las marcas etimológicas de la lengua de los
trovadores, como alternativa a la grafía fonética utilizada por el Felibrige
provenzal de
En
1877
La
primera estrofa pues, se inicia con la primavera que devuelve la vida a la
naturaleza dormida durante el invierno. La elección del árbol no es casual: es
una especie absolutamente meridional y su género es femenino en languedociano:
“A la premieira bresilhada
Que canta que l´Iver es mort,
Belament s´es derevelhada.”[87]
La
segunda estrofa describe el desarrollo de las ramas del árbol traduciéndo
metafóricamente la pubertad femenina:
“Desengrepesits,
sous chimels,
Couma de brasses
de droulletas,
Que cargoun sas plenas dournetas,
S´enauron lisses,
blanquinels,
As potous das raisses nouvels.”[88]
En
la tercera estrofa, el hada de la primavera reviste a la doncella con hermosos
vestidos y esta se exhibe, consciente ya de su belleza y de las miradas que
atrae:
“Es per acò que, festadieira,
Coufla de joia e de perfum,
Vòu s´escarcalha ´u libre lum
L´ufanosa reina vergeira.”[89]
La
transformación definitiva de la adolescente en mujer se sugiere en la cuarta
estrofa, cuando se recuerda que la higuera se convertirá finalmente en
“Vairoun en
boudenflant las flous:
N´i`a que soun de
seda roussela ;
D´autras passoun,
emb soun blau dois,
La nioch, quand tremuda en velous
Sonn azur priound que s´estela.”[91]
Finalmente
la higuera-mujer llega a su plenitud, preparada para ser deseada y fecundada:
“Car s´apound à-n-aquel cascal
L´alenada mola e sucrada
De cada Figa amadurada,
Qu´entredoubris au gai dardal
Soun rire
goustous e poulpral.”[92]
El
poema concluye con el mandadis a
Léontine de Goirand y una poética datación:
“- Mas de
De nisos e de sega aurina.”[93]
Otro
elemento de unión de Agusto Forès con los esposos Ricard fue Joana, la hermana
de Lidia, de la que estaba profundamente enamorado. Joana, pintora también
impresionada por el deslumbramiento de la luz meridional, realizó varias
estancias en casa de Lidia y de su esposo. Les acompañó en muchas de sus
reuniones y celebraciones felibres hasta su prematura muerte, acaecida el 2 de
noviembre de 1877. Forès la bautizó l´Albeto
o l´Aubeta, destinándole bellos
poemas de amor como los versos siguientes extraídos de L´Albeto:
“Quand vous
vegeri, roso e bloundo à stabousì,
E, del cap as artels me sientent
trefousi,
Canteri. «O mon cor! l´albeto que se
levo!”[94]
Pero
lo que parecía unir a las dos parejas de por vida se interrumpió fatalmente:
Joana enfermó de tisis y murió en 1877. Lidia, que cuidó con devoción a su
hermana enferma hasta su muerte, falleció a causa de la misma enfermedad en
La profunda
tristeza es el elemento dominante del
poema que Lidia dedicó a su hermana: A-n´una
ròsa passida atrobada dins las “relíquias”quitadas per ma sorreta Jana e que venián d´en Avinhon:
“Lo qu´un matin pastèt de vergonhosa
nèu,
te teniá Aubanèl, flor tenchada d´Aubeta:
la qu´es pas pus, ailàs !... te
tenià d´Aubanel
la que sés passida emb son sorrís
vierginèu
coma tus, casta flor, que sarrèt sa
maneta!”[95]
De
1877 es también el largo poema Las
acordalhas de Viviana e de Merlin[96],
una versión meridional de la leyenda celta. Los ciclos artúricos habían
conocido un gran éxito durante el siglo XIX en Francia. Se trata
específicamente del encuentro entre Merlin y Viviana, la ahijada de la diosa
Diana, en un bosque revestido por una naturaleza propia del sur de Francia: la
pinada, la cigarra, la golondrina…. Es un original poema por medio del cual
Lidia, serenamente, da la fórmula mágica por la que Merlin sobrevive: la
expresión del amor. Es una transposición de la humanización del hombre por
medio de la entrega amorosa a la mujer.
Dentro
del grupo de los siete de Font-Ségugne, Dulciorella mantuvo una estrecha
relación personal con los republicanos: Aubanel, el felibre de la sensualidad
al que consideraba su maestro y al que apreciaba por su rebeldía contra la
beatería aviñonense y Félix Gras, el felibre rojo con el que compartía el
ideario republicano. Para Félix Gras, Dulciorella era la felibressa más auténtica que él había conocido. Asi se lo hizo
saber en una carta a Loïs-Xavier de Ricard, en la que le describía una celebración
de fellibres en Aviñón:
“On y a porté de
nombreuses brindes…, à Madame de Ricard la félibresse Dulciorella que je
mets au-dessus de toutes les félibresses que nous avons connues“[97]
A Aubanel es el título de un
hondo poema que Dulciorella escribió después de haber leído
“Desempuòi que son passits los uòls de ma sorreta
(passits a plen de son desbòrd),
Ara, mèstre dolent, el la premièra
oreta
qu´age amaisat con grand maucòr.”[98]
Lidia
estaba muy unida a su hermana y expresa amargamente su rebeldía. No hay
consuelo para la felibressa: se
enfrenta a una pérdida definitiva en la que no cabe esperanza de reencuentro en
otra vida ya que Lidia no es creyente. Sólo le queda clamar su dolor: la
lectura de la obra de Aubanel ha removido lo más profundo de su alma.
“E mon còr regonfla de crum
e lo banha un deum d´espaventa
de soscanta fonzor, d´òrre reboliment,
que totjorn s´endigna e s´augmenta!
Ai! quau
m´apararà dau sorne avilament?”[99]
A la lauseta es un poema cuyo
título está cargado de significados para su autora. Por una parte retoma uno de
los emblemas del Languedoc, la golondrina y por otra, Lidia toma como modelo a
Bernad de Ventadour que escribió en el siglo XII su Lauseta:
“Quand vei la
lauseta mover
De jòi sas alas contra´l rai
Que s´oblid´e se
laissa cazer
Per la doussor
qu´al còr li vai,
Ailas! quals
enveja m´en ve
De cui qu´eu veja
jauzion!
Meravilhas ai,
quar dessé
Lo còrs de dezirièr no´m fon.”[100]
La
lauseta es también el nombre de la
casa languedociana donde Dulciorella vivió, amó y creó, pocos años antes de su
prematura muerte. El poema está escrito en un tiempo de felicidad, de proyectos
sociales y literarios compartidos. Es una época de plenitud para la autora:
“Mon còr au cèl d´amor barbèla:
que s´acoita son bombadís !
Cacalàs de l´auba roseta,
ò matinièra
alegretat,
Totjorn lausa, ò
ma lauseta,
Amor, sorelh e libertat!”[101]
Este
último verso del poema parece un lema que muestra explícitamente la feliz
existencia de Dulciorella en el sur de Francia, donde amó cautivada por la
cálida meridionalidad. Vivió y se expresó con una resolución atípica de una
mujer casada en el último tercio del siglo XIX, sin olvidar que fue su propio
entorno masculino libertario el que la animó a ello.
Finalmente,
La lauseta es el nombre que eligió
Dulciorella para la revista en la que comenzó a trabajar por el Felibrige en
1876, junto con Loïs-Xavièr de Ricard y Forès. El objetivo prioritario era
animar a la creación literaria en occitano en el Languedoc, región donde el
movimiento renacentista occitano estaba en sus albores. La revista incluía un almanac[102]
anual, sirviendo también de propaganda del ideario anticlerical, republicano y
socialista del entorno del Felibrige roge
o rojo. Sólo se publicaron tres números de esta revista anual, desde 1877 hasta
1879, año en el que Dulciorella enfermó.
El dinamismo, la pasión por crear y por buscar un nuevo orden de justicia,
caracterizaron esta publicación.
Los
números de la revista resultaron ser unas antologías de calidad, compilando
textos mezclados con citas de Proudhon o Montesquieu, escritos políticos de
Ricard, cuentos satíricos de Forès, adaptaciones de trovadores languedocianos y
versos de Dulciorella, y las incondicionales colaboraciones de renombrados
felibres, Mary-Lafont, Félix Gras, Marius Bourelly, Alphone Tavan… También se
incluían informaciones de los corresponsales catalanes, italianos, flamencos,
españoles y escritores de lengua francesa. La repercusión de la publicación y
la dedicación de este grupo de autores y pensadores bajo los auspicios de
Dulciorella, fue decisiva, ya que marcó el devenir del renacimiento literario y
sociopolítico occitano:
“De là devait naître un double courant: le courant
fédéraliste et le courant plus spécialement latin. Ces deux mouvements,
confondus à leur naissance en 1876 dans l´action républicaine et progressiste
de
En
1878 Mistral escribió su Ode à la race
latine para la celebración de las Fêtes
Latines que se desarrollaron del 23 al 25 de abril, en el marco de los
juegos florales de Montpellier. Con la federación de estados latinos, se
pretendía frenar tanto el nacionalismo prusiano como el paneslavismo que
siguieron a la derrota de la guerra franco-prusiana en 1870 y denunciar la política
centralizadora del gobierno francés. Para Mistral, el catolicismo debía ser el
elemento de cohesión. Pero los languedocianos y albigeístas, es decir, por
definición, anticlericales y renovadores del orden establecido, no podían
asumir el ideal latino de Mistral, de signo conservador y religioso, por lo que
proponían un panlatinismo federal y laico.
Dulciorella
presentó un soneto A la mar latina, escrito
en la variante lingüística languedociana que fue coronado en las Fêtes Latines de Montpellier de 1878 y
publicado en
“O bressaria de
lum amai d´allegretat!
Tas ersas, couma d´iols linsas e
sounjarcias
Qu´enfloura, toun pantai, d´illas
lugrejarelas,
Autant qu´un cel preclar alagoun la clartat.”[104]
La expresión serena y calmada de este poema
responde a una estética heredada de la escuela parnasiana. Por otra parte, a la
manera del trobar clus, es necesario
descifrar el mensaje codificado, ya que expone una reivindicación sociopolítica
concreta. Para comenzar, retoma un referente simbólico del Felibrige,
“Antau, couma de
dieus roudant una urna antica,
Veiràs tous fils
latins, coupa serena, ô Mar!
T´abrassà d´una volta estrecha e pacefica”[105]
En
mayo de 1879, Forès presenta su dimisión al Felibrige de
En
septiembre de 1880 fallece Lidia Wilson de Ricard, Na Dulciorella, aquejada por
la misma enfermedad que su hermana. Su marido compiló todos sus poemas y
escritos con el título de Aux bords du
Lez, siendo publicados en 1891 en la casa editorial de Lemerre. Este editor
que había apoyado
Dulciorella
fue recordada en numerosas ocasiones, como en 1900, durante las fiestas
celebradas con motivo del treinta aniversario de
“et les poèmes
d´un charme mélancolique de Na
Dulciorella, la jeune muse trop vite évanouie.”[106]
En
1995 se publicó una reedición de Aux
bords du Lez en Nîmes, en la imprenta C. Lacour, ampliada con el texto y la
traducción de un sirventés de Guilhem Figueira y de A la fontana del vergier de Marcabru.
En
el año 2006, el Consejo de
Este
estudio termina con un poema trovadoresco que Agusto Forès dedicó a
Dulciorella. En él resume la personalidad y las cualidades humanas de una
libre-pensadora del siglo XIX, valiente compañera felibre y mujer espiritual,
que durante su corta existencia volvió a encarnar la legendaria Clémence
Isaure, mecenas de tantos trovadores:
“Blonde Dame tu
t´es levée
sous notre ciel
clair et pur,
et le soleil
t´admire, béant,
comme un rayon
merveilleux.
O Dame
Dulciorelle
tu dresses ta
bravoure
dans la lumière
qui éblouit,
dans ta profonde
Liberté.
Comme une
courageuse cathare
de More ou de
Montségur,
gentille dame, tu
as chanté dans le haut azur
O Dame
Dulciorelle !
Laisse-moi en
vaillant
faidit, te saluer
enchanteresse
du paradis
épanoui du nouveau :
Dans notre
Renaissance qui est déjà tout en fleurs,
tu seras
des nouveaux
troubadours.”[107]
9. EL IMPERIO DEL SOL.
«Paris, le grand Paris, sera toujours la
capitale de
El
25 de noviembre de 1882, Frederi Mistral pronunció un apoteósico discurso en el
Círculo Artístico de Marsella, la ciudad llamada por los felibres capital del Empèri dóu Soulèu. Mistral había
abandonado ya su panlatinismo literario de 1878, fecha a partir de la cual se
habían producido varias escisiones: el Felibrige Latino de Louis-Alphonse
Roque-Ferrier o el federalismo latino de l´Alliance Latine de Ricard, Forès y
Dulciorella. Las escisiones se producen a raíz de la decepción de la idea de
latinidad de Mistral, que excluía tanto el alcance social del proyecto que
concernía únicamente a las clases más cultas, como el compromiso político.
Mistral, preocupado además por no parecer separatista o revolucionario a los
ojos de Paris, se repliega definitivamente en la conservación del regionalismo
provenzal como objeto de confrontación al despoblamiento del mundo rural y al
desarrollo socioeconómico de finales del siglo XIX. Mientras tanto, en lo que
concierne a la capital del Imperio del sol, otros acontecimientos distintos
preocupan al pueblo. Entre 1880 y 1900, se suceden centenares de huelgas
obreras en Marsella, debido a la precariedad de las condiciones del empleo.
Miles de marselleses y marsellesas sufren a causa del hambre y de la miseria,
mientras que a la par, grandes empresas recién establecidas en la región se
enriquecen escandalosamente.
En
1890 el panorama social tiene poco que ver con la visión utópica de la capital
del Empèri dóu Soulèu de Mistral. Se
desarrolla la industria, la clase obrera representa un colectivo importante
adquiriendo fuerza y el movimiento libertario está en pleno apogeo. Esto había
sido posible con el reconocimiento oficial de los sindicatos en 1884. Desde
1881 se había restablecido la libertad de prensa y los escritores comenzaron a
instruir las masas en un socialismo frecuentemente apareado a un cristianismo
que tenía mas de conservadurismo regionalista que de convicción religiosa. En
el ambiente felibre, el representante de esta tendencia será Valère Bernard,
cuya mirada literaria siempre estuvo dirigida al colectivo más mísero de
Marsella. Pero es una mirada utópica ya sus escritos literarios en prosa y en
verso, si bien reflejan la realidad de la ciudad de Marsella, no denuncian los
orígenes de la miseria, conformándose a un ideal romántico que no aportará
ninguna alternativa a los más desfavorecidos. En 1888, según Camproux, se fundó
el Armana Marsihès, donde se
manifiestan las tendencias más socialistas que republicanas de los “rojos
marselleses”. Colaboran entre otros Valère Bernard, Louis Astruc, Pierre
Bertas, Antide Boyer, Auguste Verdot y Auguste Marin.
En
cuanto a la condición femenina, hacia 1886 aparece una corriente filantrópica
promovida por el pastor protestante Tommy Fallot. La denuncia de la situación
discriminatoria de la mujer casada se hace fuertemente reivindicativa, en un
período en el que la mano de obra femenina representa un importante sector
derivado del proceso de industrialización que se había iniciado. Por otra parte,
el Estado, aunque republicano y laico, sigue ejerciendo una presión paternalista
y proteccionista confiriendo a la mujer casada la única identidad de esposa y
madre. A partir de 1896 las feministas, apoyadas por los radicales de
izquierda, logran presentar un proyecto de ley para que la mujer casada pueda
disponer de su salario, ley votada finalmente en 1907. Entre ambas fechas se
consigue votar en 1893 una ley que permite a la mujer separada de hecho, si
bien aún considerada civilmente casada, de disponer de su persona y de su
salario. El restablecimiento definitivo del divorcio se efectuará en 1894.
De
estas leyes se beneficiará la representante femenina que participó con sus
artículos y poesías al movimiento renacentista literario y socialista de
Marsella, Lazarino de Manosco.
9.1. Lazarino de Manosco,
“Planten la
ferigoulo,
Republican; arrapara;
Fasen la farandoulo
E la mountagno
flourira!”
(Canción popular) [109]
A Lazarino Nègre le tocó vivir
distintas etapas políticas, inquietantes épocas de revolución, guerra e
inestabilidad social. Nació en Manosque, el 25 de junio de 1848, cuatro meses
después de que Lamartine proclamara
El
contexto socio-histórico de Manosque de la primera mitad del siglo XIX había
dejado un recuerdo muy vivo entre la población y marcó profundamente la
personalidad y los escritos de esta felibresso.
Desde 1848, año de nacimiento de Lazarino, se habían desarrollado unas
sociedades secretas en Manosque, de ideología revolucionaria, como el Club de
Li Remembranço[110] es la obra póstuma de Lazarino de Manosco[111], en
la que se ha recopilado la correspondencia que mantuvo con varios escritores
comprometidos con el movimiento literario del Felibrige, los artículos o
pequeños relatos en prosa que se publicaron en varios periódicos del sureste
francés y su producción poética. Años después de su muerte, en 1903, su hermana
Rosalie entregó para su publicación todos estos documentos, importantes no solo
por los escritos sociales, literarios o folklóricos, sino porque revelan el
alma de una escritora de origen humilde, honesta y sin prejuicios, que manejó
con destreza la ironía y el sarcasmo cuando denunciaba todo aquello que no le
gustaba.
La
mayor parte de la correspondencia publicada en Li Remembranço está dirigida a Mistral. Esta se inicia el 22 de
septiembre de 1891 con la carta más directa y franca que debió de dirigirle una
mujer en su vida. Es una carta versificada, mordaz, acusadora y muy dura. F. Mistral
no asistió a diferentes actos literarios que se habían realizado durante el
verano de 1891, como las fiestas conmemorativas del gran Lamartine en Mâcon[112], o
las del poeta representante del realismo marsellés Gelu en su ciudad natal. En
cambio, durante este tiempo, sí decidió asistir a otra conmemoración menor, los
Juegos Florales de Carpentras, en los que participaban felibres del ámbito mas
próximo a Mistal. Sin ambages, Lazarino le recuerda al maestro que su gloria se
la debe a Lamartine, quien consagró al autor provenzal en los círculos
literarios parisinos, que por aquel entonces dirigían la vida literaria
nacional[113]:
“Derraba la pepido!... Oublida
Lamartino!...
Eu que vous a fa
grand, éu, que sa man divino
Vous a durbi lou
pas de l´l inmourtalita,
Lou couer vous crebo pas de l´agué bandouna?” (p. 83)
Su
franqueza y su enfado llevan a Lazarino a acusar sin contención a F. Mistral de
cobarde:
“Que sourdat que
farias, moun paure Generau!...
Se davans leis
ami, disès que sias malaut.
Que sarié se
foulié coumanda la bataio
Davans lei gros
canoun que racon la mitraio ?
Vous
encafournarias au founs de quauque trau,
E jamai plus degun
vous reveirié, Mistrau !... ” (p. 84)
¿Y
porqué esta acusación? Porque Lazarino residía en Marsella y participaba
activamente en el entorno de
“Eici, ges de
fusiéu; degun pouerto ges d´armo;
Sian touei
d´enfant de Diéu ; cregnèn pas lei gendarmo ;
Nouesto armo es un craioun, la poudro
es de papié,
E la vouto dóu cèu,
nous brèsso dins soun lié.” (p. 84)
Lazarino,
como tantos otros autores de las Maintenances
de Provenza y del Languedoc, acusan a F. Mistral y
“
Marsilho,Lien ,
Macoun, Paris emé Toulouso,
Si tenoun pèr la
man e soun tóuteis urouso,
Quand pouen
glourifica quauqu´un de seis enfant.
E vous, o vous
Mistrau, fès toujour lou feiniant !
Avignoun, Carpentras, Tarascoun e
Bèu-Caire,
Pèr vous soun
l´Univers, vo se n´en manco gaire.” (p.
84)
Siguen
unas líneas en prosa, para explicarle que se enfadó tanto por no haberle visto
ni en Mâcon ni en Marsella, que decidió enviarle esta reprobación en verso. El
tono de Lazarino es progresivamente menos furioso y finaliza su carta
versificada mezclada con algunas líneas en prosa identificándose, ya que F. Mistral no la
conoce:
“Siéu uno pauro
Manousquino!
Gros enfantans,
mai pas couquino,
Prenès dounc tout
dóu bouen coustat ;
Segur voudriéu
pas vous facha” (p. 85)
Pero
a pesar de este último verso en el que Lazarino manifiesta que su intención no
es enfadarlo y aunque ha ido decreciendo la furia, concluye su carta con un
firme recordatorio que no tuvo que hacerle mucha gracia a F.Mistral:
“Mai, ço que diéu
pèr Lamartino;
Acò n´en sera
vouesto espino
Se degun vous
avié rèn di,
Pèr vous sarié trop bèn fini!” (p. 85)
Tanto
debió chocar esta misiva a Mistral, que le contestó a Lazarino inmediatamente.
Un mes después de su primera carta a Mistral, Lazarino, más serena, se presenta
describiendo sus orígenes y entorno, presentando resumidamente su biografía
lingüística. Su infancia y juventud más tierna han transcurrido en el seno de
una humilde familia trabajadora de Manosque, un pueblo provenzal bordeado por
el canal de
Recibió
instrucción en la escuela pública de Manosque[114], donde aprendió a leer y a
escribir en francés, aunque en su familia sólo se hablaba provenzal, como en el
resto de hogares provenzales de la segunda mitad del siglo XIX. De hecho, el
padre de Lazarino no hablaba francés. Siendo niña escribió unos versos en
francés, la única lengua que conocía como medio de codificación gráfica, aunque
el sentimiento expresado fuera estructurado en provenzal. Nunca concedió
importancia a estos primeros versos:
“…que duermon dins un tiradou vaion
pas gand causo, mai m´an rendu tant uroue quoro lei escriviéu!” (p. 86)
El
momento decisivo de su vida, que la hizo optar por una afirmación de identidad
y a expresarse literariamente en su lengua materna, es un encuentro liberador
con el padre Saviè de Fourviero. Durante
“Moun couer batié
à n´en creba! Ero la proumiero fes que sentiéu tout ço que li a de bù dins
nosto lengo prouvençalo!... E vaqui coumo m´a pres envejo d´escriéure en
prouvençau.” (p.
86)
La
admiración de Lazarino por el discurso del predicador es más sociolingüística
que religiosa; el discurso culto del hombre de iglesia en provenzal revaloriza
a sus ojos el estatus de la lengua que arrastra el complejo de inferioridad de patois, asimilado a la ruralidad
profunda y analfabeta.
En
una de sus cartas a Mistral desde Marsella en 1892, describe el entorno
folklórico provenzal que acompaña las predicaciones de Saviè ante un público
muy nutrido: tambourinaires,
indumentarias femeninas y masculinas típicamente provenzales, etc.
De
hecho se sabe que Lazarino, ferviente felibresso,
se ataviada también con el traje típico de Arles, un elemento tradicional
revalorizado por el grupo mistraliano como signo distintivo de la cultura
provenzal. Sin embargo, la indumentaria de la madre de Lazarino, una pastora de
las montañas de Basses-Alpes, era el traje típico de Manosque[116].
La
promoción regionalista destinada a salvar las tradiciones del pueblo fue una constante
en toda su obra. La descripción tradicionalista de la obra de Lazarino se
centró en dos localidades muy distintas: su localidad de nacimiento, Manosque[117],
cercana a las montañas alpinas, y Marsella, puerto del Mediterráneo.
La
lengua que utiliza es el provenzal de Marsella o provenzal marítimo aunque en
los textos que hablan sobre Manosque el léxico se reajuste a esa localidad. Su
grafía es mistaliana pero muy vacilante, ya que escribe en numerosas
ocasiones palabras comunes ortografiadas de distinta manera.
Escribió numerosos
relatos cortos y artículos muy amenos relacionados con las tradiciones o
personajes populares de las dos ciudades: La
gousteto de Sant Jouse, Mèste Chave, Lei quatre avugle de Manosco, Charriaré Marsilheso,
La proumiero marsilheso….
Hoy en día estos artículos constituyen un
testimonio veraz y descriptivo de la clase popular tanto manosquina como
marsellesa del último tercio del siglo XIX. La descripción de los personajes
populares manosquinos, como el anciano vecino de La catouniero, adolecen de un sentimiento de melancolía por un
pasado rural que se caracterizaba por fuertes lazos de solidaridad y confianza
entre los vecinos. En cambio, los personajes populares marselleses de
A
solicitud de Mistral, Lazarino le envía sus poesías o artículos para su posible
publicación en el Armana Prouvençau.
A veces el maestro la tilda de holgazana porque se demora en sus envíos. En
varias ocasiones, Lazarino le recuerda su condición de mujer trabajadora que
lucha por su supervivencia. Lazarino es una mujer emancipada, sobre todo a raíz
de su separación[118] de
Antoine Pourcin con el que se había casado. Ambos datos curiosos, porque son
bastante atípicos para una mujer de la época, sobre todo de origen humilde.
Esto muestra la valentía de una persona que lucha honradamente por su
independencia en el seno de la sociedad marsellesa. Lazarino regenta con su
hermana Rosalia un pequeño negocio en la ciudad provenzal:
“Anas li a proun obro dins nostro
boutigo, pensès quie doues fremo sian óublijado de croumpa e de vèndre pèr
132.000 fr. de marchandiso” (p. 92)
En
marzo de 1892, Mistral invita formalmente Lazarino a Maillane. Pero ella debe
esperar el regreso de su hermano a Marsella, que desea acompañarla en la visita,
ya que él también es felibre. Como éste tarda, Lazarino, impaciente, se
desplaza finalmente en abril de
“Lou grand Lamartino a di quauco part que “lei gràndei joio, coumo lei
gràndei doulour, soun mudo!” (p.95)
El
tono ya no es el mismo que el de la primera carta en el que reprochaba a
Mistral su falta de agradecimiento al gran escritor. En su fuero interno,
Lazarino ha perdonado totalmente a Mistral, pero es una mujer testaruda y de
férreas convicciones: sigue mencionando al gran poeta Lamartine, objeto de
inicio de querella en su primera misiva al maestro provenzal, para que este no
olvide jamás su gran equivocación. Para Lazarino, Mistral se debía al
renacimiento que él había iniciado y a aquellos que lo continuaban:
“Pèr ço qu´es dei fèsto de Lamartino,
(….): La revue Lamartine disié que
duvias ié veni presida, e tout lou mounde èro countènt. Lei vièi vous
counèisson mai, lei joueine n´i´a pas gaire!” (p. 87)
En
mayo de 1892 Mistral la invita a participar en
“Se poudian
arriba au Paradou, à 6 ouro de matin, acò sarié`n vertadié regòli, faire quatre
o cinq lègo dintre lei farigoulo en flour, sarié pèr nàutrei la meioue dei
pitanço! (…) mai au plan de miejour lou 6 de jun, ai bèn pòu que degun se
decide ; à mens que quauco boueno amo tengue à nouesto dispausicien, se
noun de bèllei veituro, au mens de toumbarèu!” (p. 98)
No
sabemos si Mistral se dio por aludido y envió algún medio de transporte, el
caso es que finalmente Lazarino asistió a su primera taulada en Baux-de-Provence. Lazarino de Manosco tuvo también la
ocasión de presenciar el fastuoso acto por el cual fue coronada la nueva reina del Felibrige por siete años,
Marìo Girard, la hija del felibre Marius Girard. Posiblemente la insistencia de
Mistral para que acudiera al evento tuviera la finalidad de recompensar su
contribución a las letras provenzales, ya que según Claire Frédéric en 1892 el
Maestro la reconoció oficialmente como felibresso
mainteneuse del círculo del Félibrige:
“Dès 1892, Mistral avait tenu à voir
recompensés les mérites de Lazarine et il lui avait fait décerner le diplôme de
Felibresso manteneiris qui consacrait sa place dans le félibrige. En aidant le
Maître dans ses entreprises jusqu´à la fin de sa vie, elle se montrera
amplement digne de ce titre”[121]
Y
es que el campo de acción en el que interviene Lazarino mostrando su compromiso
con el renacimiento literario y el Felibrige es muy amplio, no se limita solo a
la escritura o a asistir a celebraciones literarias, sino que también descubre,
aconseja y anima a escritores noveles, mostrándose solidaria y generosa con
ellos. Le comunica por ejemplo a Mistral la existencia de un joven de
diecinueve años, Louis Roux, procedente de las montañas alpinas, presentado por
Lazarino a la marsellesa Escolo de
En
este mismo mes de mayo de 1892, Mistral le publica La cansoun de Sant-Brancai. El interés de esta canción no está
tanto en la composición versificada de la procesión de Sant-Brancai o San
Pancracio que tenía lugar desde hace siglos en Manosque, sino en el texto en
prosa que viene inmediatamente a continuación del poema. Lazarino se lamenta de
que ya no se celebran aquella fiestas veneradas por los manosquinos, famosas en
toda Provenza, resonando por todo el territorio el ancestral grito de Osco, Manosco![123] . En este poema Lazarino
también se lamenta de la dureza de la condición femenina, aún más reprimida y
degradada por la represión de Louis-Napoléon Bonaparte y el entorno burgués. Recuerda
amargamente un inefable dicho provenzal que transcribo con mucha reticencia,
pero vaqui lo que fue la
consideración de la mujer en esta región hasta hace bien entrado el siglo XX:
“Mai d´abord que
lei fremo, coumo dison, noun soun
gènt e que li es pas permés de dire
ço que pènson.” (p.15)
Lazarino
fue una gran lectora de George Sand, mujer emancipada que supo moverse y resplandecer en una sociedad sexista a
pesar de que su obra fue tildada como menor en su época. Por su modus vivendi Lazarino también se muestra como una mujer
emancipada en una sociedad donde la esfera laboral y la literaria pertenecen
aún al dominio masculino.
Por
su educación en un ambiente rural donde el trabajo y la entrega cotidiana e
incondicional de la mujer son justificados por
En
diciembre de 1892, Lazarino envía a Mistral Vèio
de Nouvè, un pequeño relato en prosa que había escrito hacía un año y que
debía de haber sido publicado en la revista fundada por F. Mistral, Aiòli. Sin embargo el autor decidió que
era demasiado largo, conservándolo para mejor ocasión. Vèio de Nouvè es un texto muy bello y muy ameno sobre los
preparativos navideños que emprendían los miembros de la familia de Lazarino. A
cada edad y a cada sexo le correspondían actividades concretas. Casi todos los
elementos típicos de
“La vèio de Nouvè
es l´àgi d´or pèr leis enfant. E lou liame d´amistanço que recampo touto la
familho, que la sarro tout autour dei rèire-grand, quand l´on a lou bouenour de
leis encaro avè.” (p. 47)
No
se conserva ninguna carta correspondiente al año 1893. Pero Lazarino sigue
escribiendo. Couer matrassa es un
poema fechado el 15 de junio de 1893. Es el poema màs bello acerca de la muerte
de los escritos por ella. En esta ocasión recuerda la muerte de su único hijo
que habría cumplido en esta fecha 20 años. En este poema varios lamentos se
entrecruzan: la pérdida del ser amado, la soledad, y la dureza de la condición
femenina:
“Qu´es dur, moun Diéu, d´èstre uno
fremo!” (p. 73)
“L´i `a que ièu
qu´ai ges de familho!
E ma vido sèmblo
un desert
Que manco d´èr!
Ai tout perdu, me
rèsto re.
M´ai pres moun
àngi, o mort crudèlo!” (p. 73)
En
la estructura de este poema el último verso de cada una de sus once estrofas es
una contundente exclamación. Si extraemos el último verso de cada estrofa y los
disponemos en orden obtendremos una sucesión de imágenes tan hondas como el poema
que las contiene:
“Bèlo la mort!
Que fai tant pòu!
Car me ririé!
Que manco d`èr!
Moustra sèi dènt!
Coumo lou glas.
N´as jamai proun!
E n´ai encuei,
Mouestro de mort!
Deis enfantoun?
Bèlo la mort!” (pp. 74-75)
Durante
el año de 1894 su compromiso con el Felibrige es auténtico y trabaja por ello.
Se conserva una carta dirigida a Artou al que felicita, complacida por la fundación
de un nuevo periódico provenzal Lou
San-Janen. En su carta la autora
manifiesta así mismo su postura con respecto a las dos lenguas que
maneja, el provenzal y el francés y a la consideración social de ambas:
“Quand mi tròvi emé de tóti qu´an
crento de parla nouesto bello lengo prouvençalo, eh! bèn! mi farié gau d´aganta
uno trico e…vague de bacela! Vouèli pas dire que fau plus parla que
lou prouvençau!...” (p.101)
Lazarino
no exhibe un nacionalismo exacerbado pero defiende la entidad de la
menospreciada lengua provenzal cuando desde el Norte se la desdeña
ignorantemente tildándola de patois o
de francés inculto. Sin embargo, retoma parte del discurso provenzalista por el
que la lengua francesa debería el reconocimiento de su formación y
fortificación al provenzal, como también le debería el reconocimiento de ser
una lengua poética a la que recurren los poetas de lengua francesa cuando
desean cultivar el campo lírico:
“(…) la lengo franceso, fau pas
òublida qu´es la flho dóu provençau e qu´es elo qu´entreten l´òli dóu calen
qu´esbrihaudo lou mounde en clafissènt de pouesïo e de santa l´amo e lei vers
dei literatour parisen que venon s´abéura à noreste bèu soulèu.” (p.101)