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Famosos con lengua de trapo
Luis Miguel Gómez
Madrid
ABC.es, martes 21 de
agosto de 2007
Quien tiene boca, se equivoca. O a lo mejor no es
equivocación, pero un micrófono abierto puede jugar muy malas pasadas. En otras
ocasiones, quien nos traiciona es el subconsciente. Es lo que tiene estar en el
candelero -que no candelabro-, que cualquier error se multiplica hasta la
enésima potencia. Ningún personaje público (ya sea político, famoso o
famosillo) escapa de cometer ese gazapo que emitirán todas las televisiones
para escarnio del protagonista y divertimento de la audiencia. Y donde se dijo
digo, le digo diego, o peor aún, que no se sabe lo que se dice.
Existen auténticos profesionales del chascarrillo capaces
de dar titulares con cada frase que sueltan. Ministros, cantantes, actores,
periodistas... Todos son carne de cañón para una espléndida antología del
disparate.
La ex ministra de Cultura Carmen Calvo hacía las delicias
de periodistas y reporteros. «Me gusta madrugar para poder pasar más rato en el
baño: allí leo el periódico, oigo la radio, oigo música y hablo por teléfono
con alcaldes en bragas», es una de las perlas que se le atribuye. Vamos, que
aprovecha el tiempo, aunque sea en ropa interior. Luego, vestida con los
últimos diseños y sus abanicos deconstruidos, a
trabajar y proponer proyectos a escala universal: «Deseo que
En declaraciones y debates políticos, a la luz y
taquígrafos se suma a veces un micrófono mal apagado. «Vaya coñazo que he
soltado», reconocía el ex presidente José María Aznar
ante el Parlamento Europeo. El ex ministro de Defensa José Bono a punto estuvo
de provocar un incidente diplomático con
«Dientes, dientes»
Nuestros famosos tampoco escapan a la lengua de trapo, una
dolencia cuya única vacuna es mantener el pico cerrado, algo muy difícil en
estos tiempos de verborrea. A los errores cometidos se suman multitud de
coletillas que se repetirán hasta la saciedad en cualquier reunión de amigos,
desde «La noche me confunde» (Dinio dixit) hasta la búsqueda implacable de una vieja mochila
(Pocholo Martínez-Bordiú). «Dientes, dientes, que es
lo que les jode» retaba Isabel Pantoja cogida del
brazo de su novio, Julián Muñoz, por calles marbellíes. La tonadillera es
autora de otras frases memorables: «Le dio un simposium
al corazón». Es difícil controlar tanto tecnicismo médico, y es fácil caer en
la equivocación: «Le dieron un corte en la misma vena arteria» (Terelu Campos). Que se mejore el enfermo.
Muchos añoran aún aquellos tiempos en los que Carmen
Sevilla hizo del Telecupón un espectáculo del gazapo.
«Soy mayor, pero no tanto como para ser del Parque Jurídico», reconocía la
popular actriz. Junto a ella, la modelo Sofía Mazagatos ocupa un puesto de
honor en este escalafón. Declarada seguidora de Vargas Llosa, «me encanta como
escribe, no he leído nada de él, pero le sigo». A ver si es más afortunada
buscando a «la hormona de mi zapato». «Estoy que no salgo de mi apoteosis»,
declaró Norma Duval una vez. Seguro que el lector
tampoco. En dos palabras: «Im-presionante».
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