REVISTA ELECTRÓNICA DE ESTUDIOS FILOLÓGICOS


José Ramón Lomba y Pedraja, primer catedrático de lengua y literatura españolas
en la Universidad de Murcia

 

Francisco Javier Díez de Revenga

(Universidad de Murcia)

 

         La cátedra de Lengua y Literatura Españolas se creó en Murcia bien pronto, recién fundada la Universidad. Era una de las tres cátedras junto a la de Filosofía y la de Historia que impartían disciplinas de Humanidades en la Licenciatura de Derecho, única Facultad con la que la Universidad de Murcia comenzó su andadura en 1915.

         El primer catedrático de Lengua y Literatura Españolas de la Universidad de Murcia fue José Ramón Lomba y Pedraja, nacido en Santander el 29 de febrero de 1868, discípulo de Menéndez Pelayo, que llegó a Murcia, en 1920, al obtener por oposición la cátedra. Benemérito estudioso del romanticismo español, en Murcia sólo publicó el discurso de apertura del curso 1920-1921 sobre el siguiente asunto: La figura y la leyenda de D. Juan Tenorio en la literatura española  El volumen, de 53 páginas, está publicado por la Universidad de Murcia, en 1920. Sus palabras iniciales de saludo, en este discurso, ponen de relieve la situación de la incipiente Universidad de Murcia: “Al estado de formación en que se halla todavía a estas horas nuestra naciente Universidad debéis atribuir en gran parte el caso presente de que tenga que dirigiros hoy la palabra un recién llegado como yo, aquí, donde tantos profesores competentísimos, más indicados para ello por todos conceptos y de vosotros más conocidos, se hallan presentes. Harto me pesa; señores, de vuestra mala fortuna, y harto lamento la mía, obligado a ocupar en este acto vuestra ilustrada atención y escaso en gran manera de las dotes proporcionadas a tan alto empeño y tan honroso. De la obediencia a que me someto -no sin haberme antes defendido cuanto me fue posible, podéis creerlo- y de vuestra inteligente benevolencia, espero solamente la indulgencia que necesito.”

         Era Licenciado en Filosofía y Letras y en Derecho y Doctor en Derecho. Discípulo, amigo y albacea de Menéndez Pelayo, cuando llega a Murcia, Lomba Pedraja venía precedido ya de una notable obra crítica publicada con los siguientes estudios: El P. Arolas su vida y sus versos. Estudio crítico (1898), Vida y Arte. Esbozo de Psicología literaria (1902), Obras en prosa y verso de D. José Somoza, con notas apéndices y un estudio preliminar (1904). En 1899 publica, en el Homenaje a Menéndez Pelayo, “El rey don Pedro en el Teatro”. En  1915 había publicado su  Tesis doctoral sobre Enrique Gil y Carrasco, su vida y su obra literaria; en 1918, su estudio Mariano José de Larra (Fígaro) como escritor político; y, en 1920,  Mariano José de Larra (Fígaro), como crítico literario.

 En 1922, apareció su edición de Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra, selección de textos para jóvenes estudiantes; en 1924, Teatro anterior a Lope de Vega, Selección, y, en 1926, su Teatro romántico. Estas tres ediciones juveniles aparecen en Madrid, editadas por el Instituto Escuela, en la colección de Biblioteca Literaria del Estudiante, que patrocinaba la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, dirigida por Menéndez Pidal.

         Porque, en efecto, Lomba fue muy amigo, condiscípulo y colaborador de Ramón Menéndez Pidal, y le ayudó en sus trabajos de campo en la recogida de romances, que él recopiló en diversos lugares de Cantabria. Cuenta Diego Catalán Menéndez Pidal, en su trabajo “El archivo del romancero. Patrimonio de la Humanidad. Historia documentada de un siglo de Historia” (www.ucm.es/info/iusmp/amp.htm ) que “en el año de 1906 Menéndez Pidal logró que su amigo de años mozos José Ramón Lomba y Pedraja, con el que había compartido aficiones literarias y campestres desde 1890, consintiera en recoger para él romances desde su residencia en Gajano (Cantabria). Gracias a su colaboración se incorporaron a la colección pidalina las primeras versiones de Cantabria. Nada menos que 65 textos. Sabemos que durante el verano de ese año, estando en plena labor colectora, Menéndez Pidal le ofreció su fonógrafo para coleccionar las melodías, y que, en efecto, llegó a utilizarlo, pues Manrique de Lara transcribió algunas de las grabaciones musicales por Lomba recogidas. Allí en Cantabria, Lomba halló a un portador de tradición de Ciudad Rodrigo (Salamanca) del cual anotó siete versiones y un fragmento.

         Al año siguiente, José Ramón Lomba hacía referencia a su anterior contribución romancística, al tiempo que retrataba sin piedad a su amigo, obsesionado con la filología, en dos cartas antológicas: "Tengo a la vista tu carta escrita desde El Paular, muy sabrosa y que tiene hasta fecha (...). Está bien que invitándome a volver a Madrid me hables de nuestras antiguas sesiones literarias a campo traviesa. De nada me acuerdo con tanto gusto como de ello; pero no me queda ni la menor esperanza de renovarlas jamás. Tú mismo, a lo que comprendo, te haces ilusiones acerca de ti mismo y no sabes el poder inmenso de tu propio egoísmo, de ese monstruo que has estado alimentando años y años y que hoy es mucho más fuerte que tú. Es un gran animal, voraz y lóbrego, que lo convierte todo en filología, cuanto toca, y te convertirá a ti mismo en códice o en cantar de gesta. Yo te miro ya como a un pájaro encantado metido en una jaula hechizada que canta canciones incomprensibles de edades remotas. Sólo te desencantarás para morir. Por eso, cuando me hablas de renovar nuestras antiguas pláticas, me haces sonreír tristemente (...). No he cumplido aún mi propósito de recoger los romances de Liébana y Cabuérniga. Estos son para mí tiempos de gran sujeción y, a pesar de mi deseo, no he podido salir 15 días de aquí para eso ni para nada. Espero que vendrán días de más libertad, que me consentirán realizar esas inocentes colectas de romances que no son ofensivas para nadie y en que no espero dificultades. Por cierto que no me has dicho si el capellán de mis monjas de Sobremazas te hizo entrega de algunos romances que aún tenía aquí para ti y que le entregué a él para que te los diera. Todavía me quedó aquí uno, que te remitiré cualquier día (ahora no doy con él, no sé por qué)", Gajano 12-XI-1907. En la segunda carta, del 20 de Noviembre, puntualizaba: "Cuando entre nosotros se habla de tu egoísmo, bien sabemos los dos lo que decimos, importando muy poco la propiedad de la palabra. Así que tú eres un egoísta, esto pasa ya en autoridad de cosa juzgada y me asombra que ahora candorosamente hagas protestas de altruismo, que juzgo un poco ridículas. También confesarás que te has pasado la vida lamentando --como haces ahora-- el tiempo que robas a tus estudios. 48 horas que el día tuviera te parecerían pocas. Conforme. Así te conocí siempre. Por semejante glotonería, unas veces me causas admiración, otras envidia y otras lástima, pero no dudes que romance que esté a mi alcance tomará el camino de tu casa. Esto es aparte".

         Después de su traslado, en 1923, a la Universidad de Oviedo, continuó sus estudios y ediciones, sobre todo en Clásicos Castellanos de La Lectura, en donde dio a conocer las siguientes ediciones: Artículos de costumbres de Mariano José de Larra (1923), Artículos de crítica literaria y artística (1923) y Artículos políticos y sociales (1927), además de Venganza catalana y Juan Lorenzo de Antonio García Gutiérrez (1925) y Poesías de Padre Arolas (1928).

         En la Universidad de Oviedo pronunció el discurso inaugural del curso académico de 1932 a 1933, sobre Costumbristas españoles de la primera mitad del siglo XIX, que fue publicado por dicha Universidad de Oviedo en 1932. José Mª  Martínez Cachero, en el capítulo "Historia no completa de una cátedra universitaria ovetense", de su libro Gente de letras en Asturias: De Campoamor a Dolores Medio (Oviedo, Real Instituto de Estudios Asturianos, 2004, pp. 91- 97) señala que Lomba llegó a Oviedo como catedrático de Literatura de la Universidad cuando D. Pedro Sainz Rodríguez, coopositor suyo, se traslada a Madrid en 1924 a la recién creada cátedra de Bibliología. “Se consideraba el último de los discípulos de Menéndez Pelayo, a cuyo saber rendía un culto apasionado; era rico por casa, solterón empedernido y en Oviedo residió durante los años de docencia en el hotel "Covadonga". Explicaba la gramática histórica siguiendo el manual compuesto por Menéndez Pidal, y la literatura española por los libros de Menéndez Pelayo, más sus propias investigaciones sobre escritores del romanticismo, Larra en particular. Precisamente Larra, en compañía de Mesonero Romanos y de Estébanez Calderón, fue estudiado en su discurso de apertura del curso 1932-1933 acerca de Costumbristas españoles de la primera mitad del siglo XIX, un trabajo bien documentado como lo fueron todos los suyos. De la ingeniosidad y pintoresquismo de "Martín Pescador"  (como le llamaban burlonamente en la Universidad) contaban curiosas anécdotas algunos alumnos ovetenses de este hidalgo del valle de Trasmiera, jubilado en 1939 y primer decano de la entonces recién nacida Facultad de Filosofía y Letras, a quien "ni modas, ni exaltaciones juveniles, ni entusiasmos injustificados le hicieron cambiar el sereno paso con que recorrió el mundo físico y el mundo literario" (José María de Cossío dixit)" (pp. 96-97).

         En 1936 publicaría Mariano José de Larra (Fígaro). Cuatro estudios que le abordan o le bordean, libro en el que recogería sus artículos sobre Larra autor de artículos políticos y de costumbres, sus “Costumbristas españoles” y su “Teatro romántico”

         José Ramón Sáiz Viadero recogió las memorias del pintor Gerardo de Alvear (de quien Lomba era pariente), en el libro Santander en mi memoria, editado por el Ayuntamiento de Santander en el año 2001, en las que el pintor describe su aspecto, manías, su trabajo perdido sobre el Padre Arolas y algunas otras circunstancias familiares, tales como una granja en el pueblo de Gajano, así como su costumbre de tomar baños de sol en short, por lo cual iba delante de él un criado tocando una campanilla y avisando a los aldeanos de que pasaría el Sr. Lomba. Todo un genio. He aquí el texto del pintor:Muy original era también José Ramón Lomba Pedraja, pariente mío por Pedraja. Voz atiplada unas veces y otras abaritonada, pero tan armoniosa que adormecía como canción de cuna, según decía una señora que en su senectud así la oía, durmiéndose dulcemente. Bigotes con guías finas abrillantadas por el cosmético. Cuello almidonado muy alto y en verano un sombrerito canotier de paja que puesto muy hacia adelante, dejaba ver la calva como una media luna por detrás.

         Le gustaba dar grandes paseos y llevaba un compás para saber cuántos pasos había dado durante el día. También le gustaba tomar baños de sol, con un short. Iba delante un criado tocando una pequeña campanilla y diciendo: "Pasa el señor Lomba desnudo, pasa el señor Lomba desnudo", para prevenir a los aldeanos y aún más a las aldeanas. Una tarde calurosa de agosto fue a Castillo desde Gajano, pueblo al otro lado de Santander, en la bahía, en bicicleta, con cuello muy alto almidonado y su canotier.

         -Vengo a ver tus cuadros.

         -Pues encantado de verte. Pero dime: ¿No te molesta ese cuello tan alto y almidonado con este calor?

         -Pues, verdaderamente, no.

         Este verdaderamente que repetía constantemente, muy vocalizado y en tono musical, era su característica.

         De gran cultura y muy inteligente escritor, había escrito una documentadísima biografía del Padre Arolas, que terminó en Gajano. Se fue a Madrid para editarla, llevándola en un pequeño maletín. Dejóle en la estación al llegar, sólo un momento, mientras iba a comprar un periódico al quiosco próximo, y al volver había desaparecido el maletín. Miró por un lado y otro y con el natural y grandísimo disgusto de haber desaparecido una obra que tantos años y trabajo le había costado, salió de la estación para buscar un coche simón, y vio las hojas de su manuscrito esparcidas por el suelo y arrastradas por el viento unas, y otras volando como blancas palomas que llevasen por el aire la vida del padre Arolas. El ladrón del maletín, al ver que no contenía más que pequeños papeles, los tiraría el miserable al no encontrar otra cosa de más provecho.

         Tenían los hermanos una granja con ganado vacuno, una en Gajano y otra en Bayona de Titurcia, y un café, la Granja del Henar, en la calle de Alcalá, del que hablaré por haber tenido mucho nombre en Madrid hasta 1938 por las gentes que allí se reunían. Otra de las Pedrajas, prima de mi padre, se casó con el marqués de la Viesca, millonario. Al ver ésta a una señora con sombrilla, señora que no le parecía de muy alto rango, decía:

         -Todo el mundo se sale de su esfera.”

En Santander y en la Biblioteca Menéndez Pelayo y en su Boletín también llevó a cabo diversas actividades. Formó parte del tribunal de oposición, en representación del Ayuntamiento de Santander, para la plaza del primer director de la Biblioteca de Menéndez Pelayo y participó en los cursos de verano de la Biblioteca de Menéndez Pelayo proyectados y organizados por Artigas. En sus cartas al director de la Biblioteca, le informa de las materias que impartirá. Así el título que propone para su participación de 1926 es “La Literatura castellana de los orígenes hasta la mitad del siglo XV...”. En el Boletín de la Biblioteca Menéndez Pelayo dio a conocer, entre otros, un trabajo sobre la poesía de Enrique Menéndez Pelayo, el médico poeta hermano de Marcelino.

         Otros trabajos suyos son "Notas breves, obtenidas de testimonios orales con destino a una biografía de Mariano José de Larra (Fígaro)", aparecido en el Homenatge a Antoni Rubió i Lluch. Miscel.lània d'estudis literaris, historics i lingüistics, en Barcelona, en 1936, y "La poesía lírica castellana romántica", publicado en Anales de la Universidad de Oviedo en 1938.

 

Bibliografía

 

Libros

 

El P. Arolas su vida y sus versos, Estudio crítico, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1898.

Vida y Arte, Esbozo de Psicología literaria, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1902.

Enrique Gil y Carrasco, su vida y su obra literaria, Tesis doctoral, Madrid, Sucesores de Hernando, 1915.

Mariano José de Larra (Fígaro) como escritor político, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos,  1918.

Mariano José de Larra (Fígaro), como crítico literario, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1920.

La figura y la leyenda de D. Juan Tenorio en la literatura española, Discurso leído en la solemne inauguración del Curso Académico de 1920 a 1921, Murcia, Universidad de Murcia (Tipografía de El Tiempo), 1920.

Costumbristas españoles de la primera mitad del siglo XIX,. Curso académico de 1932 a 1933. Discurso Inaugural, Oviedo, Universidad de Oviedo, Santander, F. Fons, 1932.

Mariano José de Larra (Fígaro), Cuatro estudios que le abordan o le bordean, Madrid, Tipografía de Archivos, 1936.    

La poesía lírica española de la primera mitad del siglo XIX. Conferencia pronunciada en el día 2 de febrero de 1938, Oviedo, Universidad de Oviedo-Establecimiento Tipográfico La Cruz, 1941.

 

Ediciones

José Somoza, Obras en prosa y verso, Madrid, Impenta de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1904.

Miguel de Cervantes Saavedra,  Don Quijote de la Mancha, dibujos de F. Marco, Madrid, Instituto Escuela, 1922. 1933 (Biblioteca Literaria del Estudiante, 23). 

Mariano José de Larra, Artículos de costumbres, Madrid, La Lectura, 1923, 1929, 1934. (Clásicos Castellanos, 45). Madrid, Espasa-Calpe, 1942, 1959, 1965, 1968, 1971, 1975, 1981. (Clásicos Castellanos, 45),

Mariano José de Larra, Artículos de crítica literaria y artística, Madrid, La Lectura, 1923 (Clásicos Castellanos, 52). Madrid, Espasa-Calpe, 1940, 1950, 1960, 1968, 1975. (Clásicos Castellanos, 52).

Teatro anterior a Lope de Vega, dibujos de F. Marco, Madrid, 1924 (Biblioteca Literaria del Estudiante, 15). 

Teatro romántico, Madrid, Instituto-Escuela, 1926. (Biblioteca Literaria del Estudiante, 9).

Mariano José de Larra, Artículos políticos y sociales, Madrid, La Lectura, 1927. (Clásicos Castellanos, 77). Madrid, Espasa-Calpe, 1942, 1956, 1966, 1972, 1982, 1987. (Clásicos Castellanos, 77).

Antonio García Gutierrez, Venganza catalana, Juan Lorenzo, Madrid, La Lectura, 1928. (Clásicos Castellanos, 65).  Madrid, Espasa-Calpe, 1941, 1958, 1975. (Clásicos Castellanos, 65).

P. Juan Arolas, Poesías, Madrid, La Lectura, 1928. (Clásicos Castellanos, 95). Madrid, Espasa-Calpe, 1949, 1958. (Clásicos Castellanos, 95).             

 

Artículos

 

“El Rey don Pedro en el teatro”, Homenaje a Menéndez Pelayo, Madrid, Victoriano Suárez,  II, 1899, pp. 257-239.

“Don José María de Pereda”, Cultura Española, III, 1906, pp. 711-725.

“Enrique Gil y Carrasco, su vida y su obra literaria”, Revista de Filología española,  II, 1915, pp. 137-179.

“Don Enrique Menéndez y Pelayo. El poeta y su obra. Algo a modo de crítica”, Boletín de la Biblioteca Menéndez Pelayo, IV, 1922, pp. 193-222.

“Un libro de D. José Somoza o si se quiere un articulito”, Boletín de la Biblioteca Menéndez y Pelayo, II, 1932, p. 239.

“Notas breves, obtenidas de testimonios orales con destino a una biografía de Mariano José de Larra (Fígaro) “, Homenatge a Antoni Rubió i Lluch. Miscel.lània d'estudis literaris, historics i lingüistics, en Barcelona, Institut d’Estudis Catalans, 1936, pp. 605-611.

“La poesía lírica castellana romántica”, Anales de la Universidad de Oviedo, VII, 1939, 217-260.