La formación ética y actitudinal de las familias ante las TIC

Una de las grandes preocupaciones que manifiestan los padres acerca de la educación de sus hijos se centra en proporcionar la necesaria formación para que éstos lleven a cabo un adecuado uso de las redes telemáticas. En parte, el motivo podemos observarlo en el volumen de peligros que puede entrañar actualmente Internet, pero también en la proliferación de diferentes formas de acoso (ciberbulling, grooming, sixting, etc.). Las redes telemáticas pueden convertirse en el gran quebradero de cabeza para las familias que desconocen lo que sus hijos realizan en Internet, o para aquellas que no saben cómo proceder cuando detectan comportamientos inadecuados en los jóvenes, pasando a ser concebidas como elementos nocivos.
El rol y la actitud que asume el menor en la red es un tema complejo que puede verse condicionado por diversas variables, entre ellas, el papel que juega el ambiente familiar. Y dentro del mismo, ocupa un lugar fundamental la adecuada formación ética y actitudinal que reciban los padres, ya que unos padres formados en este sentido dispondrán de mejores estrategias para educar a sus hijos.
La formación resulta imprescindible porque los padres deben estar preparados para abordar situaciones y contextos que no siempre resultan fáciles, siendo la formación ética y actitudinal de vital importancia, ya que la mera formación tecnológica no produce cambios por sí sola. En esta formación ética y actitudinal juega un papel fundamental las emociones pues tienen una gran influencia sobre las creencias, de manera que lo racional (inteligencia) se encuentra íntimamente conexionado con lo emocional y viceversa (Sastre y Moreno, 2002).
Esta formación puede desarrollarse haciéndoles ver a los padres el papel que ocupan las TIC en las vidas de sus hijos, asumiendo su responsabilidad como educadores, valorando la importancia que adquiere convivir en un contexto familiar en el que se favorezca un diálogo libre, de respeto, de confianza, etc. En definitiva, se trata de crear un clima familiar favorable para el desarrollo autónomo del niño con las tecnologías, acompañado por sus padres, lo que implica velar, apoyar, aconsejar, conocer, comprender, etc., por lo tanto, no puede ser entendido como un proceso pasivo. En este sentido, Nila, Nevárez, Pulido y Puente (2011) señalan que “los padres de familia, como miembros de la sociedad, están sujetos a la influencia de estos cambios y no pueden ser tratados como un hilo suelto, sino que deben ser involucrados en actividades de inserción digital, es decir, en el uso adecuado de las TIC” (p. 7).
Los padres, como responsables del cuidado y educación de sus hijos, han de dotarles de medios y conocimientos para que puedan adaptarse a la sociedad en la que crecen, ya que es responsabilidad de los educadores preparar a los jóvenes para vivir en la Sociedad de la Información, potenciando desde muy pronto las habilidades necesarias para que los jóvenes aprovechen al máximo las posibilidades de las TIC (Laborda, 2005). Así, este análisis y búsqueda de actitudes positivas para ambos grupos es un reto que debemos marcarnos a corto-medio plazo, pues la sociedad en la que vivimos demanda cada vez más una mayor participación de las personas en este mundo tecnológico, pero también una participación de mejor calidad.

REFERENCIAS:
-Laborda (2005). Las Nuevas Tecnologías de las Educación. Fundación AUNA.
-Nila, S., Nevárez, S.I., Pulido, L.E. y Puente, Á.C. (2011). Actitud de los padres de familia hacia el uso de las TICS en la educación de sus hijos. Recuperado de: http://www.academia.edu/693848/Actitudes_de_los_padres_de_familia_hacia_el_uso_de_TICS_en_la_educacion_de_sus_hijos (Accedido: 10/06/2014).
-Sastre, G. y Moreno, M. (2002). Resolución de conflictos y aprendizaje emocional. Una perspectiva de genero. Barcelona: Gedisa.

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